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Dossier

La Economía Política del Turismo en Brasil (2003-2016): ¿una agenda “positiva” pero aún neoliberal?

Thiago Duarte Pimentel, Mariana Pereira Chaves Pimentel, Marcela Costa Bifano de Oliveira et Dominic Lapointe
Traduction de Thiago Duarte Pimentel. Universidade Federal de Juiz de Fora (Brasil) y Université du Québec à Montréal (UQAM). Canadá
Cet article est une traduction de :
The Political Economy of Tourism in Brazil (2003-2016): a “Positive” yet still Neoliberal Agenda? [en]

Résumé

Recientemente, el turismo ha ganado una relevancia significativa, siendo considerado por los Estados-nación como una alternativa para el desarrollo, debido a las limitaciones y restricciones de recursos con las que deben lidiar. En este artículo conceptual, desarrollamos un marco analítico integral para examinar la economía política del turismo (EPT), con el objetivo de integrar y superar los análisis parciales realizados hasta el momento. Para ilustrar nuestro modelo, utilizamos datos secundarios relativos al período de los gobiernos del Partido de los Trabajadores (Luís Inácio Lula da Silva 2003-2010 y Dilma Rousseff 2011-2016) en Brasil, dado que estudios previos muestran que este período estuvo marcado por un notable aumento y cambio cualitativo en el sector turístico en la historia de Brasil. Nuestros hallazgos destacan que el turismo en Brasil experimentó una transformación profunda, tanto cuantitativa como cualitativamente, en el período analizado. De acuerdo con nuestro marco interpretativo, argumentamos que esta transformación fue resultado de la alineación positiva de factores macrosociales (como la ausencia de crisis, junto con una expansión económica internacional impulsada por la demanda y una estrategia nacional progresiva) con la agenda nacional, creando condiciones favorables para la expansión y diversificación del sector turístico en Brasil. Sin embargo, para tener éxito, esta “agenda positiva” sigue estando arraigada en una agenda neoliberal, comprendiendo un turismo masivo, receptivo y concentrado. Estas son condiciones previas con las que se debe lidiar incluso si se considera la posibilidad de reorientar la actividad hacia una agenda más socialmente redistributiva.

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Texte intégral

Introducción

1El turismo se ha convertido en una fuerza significativa en las sociedades contemporáneas durante el último siglo, adquiriendo un impulso particular en la segunda mitad del mismo (Urry, 1996; Higgins-Desbiolles, 2006; Croes, Ridderstaat y Shapoval, 2020; Pimentel et al., 2023). Este auge coincide con el establecimiento de sociedades posindustriales (Touraine, 1969), marcándolo como un nuevo sector en la economía global y como una práctica social que se expande junto al capitalismo (Harvey, 1992; Cesar-Dachary, 2015; Pimentel, 2022). u crecimiento está impulsado por un conjunto de factores, tales como la aceleración sociocultural, económica y tecnológica (Rosa, 2019), junto con los avances productivos (Paula y Paes, 2021), la división social e internacional del trabajo (César-Dachary, Arnaiz-Burne y César-Arnaiz, 2017), y una creciente demanda de tiempo libre entre los trabajadores (Veal, 2019; Zuzanek, 2020a).

2Para muchos países, el sector turístico es visto como ofreciendo un potencial para fomentar el desarrollo (De Kadt, 1984; Croes et al., 2020; Pimentel et al., 2023). Sin embargo, como se ha señalado anteriormente (Pimentel et al., 2024), existe una contradicción sistémica en el uso del turismo como motor de desarrollo. Por un lado, se percibe como un medio para generar ingresos destinados a fines sociales, tales como la reducción de la pobreza y la creación de empleo. Por otro lado, para atraer turismo, es necesario escalar la producción y adherirse a principios de gestión neoliberal. Esta expansión implica un número creciente de turistas y de todos los actores vinculados a la cadena de suministro turístico, reforzando dichos principios para mantener o aumentar el flujo de turistas.

3Esta dinámica da lugar a un sistema complejo, en el que las interacciones entre los actores configuran y estabilizan los procesos organizacionales e institucionales. Así, surge una especie de “campo” (e.g., Bourdieu), “sistema” (e.g., Luhmann) o “proceso difuso” (e.g., Foucault), en el cual las dinámicas interactivas de los actores en contacto, insertos en una misma situación de copresencia, estructuran y estabilizan progresivamente los procesos organizacionales e institucionales de forma cuasi-autorreferencial (Pimentel, 2012; 2018; 2024). Este sistema cuasi-autorreferencial progresivamente va creando sus propios imperativos, y añadiendo algunos nuevos o modificando los preexistentes, planteando interrogantes sobre la dependencia previa de recursos económicos.

4En un primer momento, esto se debe a la inserción del turismo en una Superestructura Macroeconómica y Política (en adelante, SEMP), como el sistema económico mundial (Amin, 1974; Gunder Frank, 1978; Arrighi, 1994; Wallerstein, 2000), y al establecimiento de una Economía Política del Turismo (en adelante, EPT) (Britton, 1991; Mosedale, 2016; Bianchi, 2018), alineada con la SEMP previa del capitalismo (César Dachary, Arnaiz Burne & Arnaiz-César, 2017), nos ayuda a entender la intrincada interrelación entre el turismo y los marcos económicos más amplios. Al examinar la división internacional del trabajo dentro del turismo, se puede discernir cómo las posiciones y roles de los países en el SMPS, en particular los relacionados con el turismo internacional, modelan profundamente las oportunidades y limitaciones a las que se enfrenta un país (ya sea un sistema nacional turístico o no) dentro del escenario preexistente, donde los recursos y su acceso ya están establecidos.

5En este contexto, la elaboración e implementación de estrategias de desarrollo por parte de los Estados nacionales adquiere una importancia primordial. Es a través de la formulación de políticas públicas que una nación puede recalibrar su posición dentro del orden existente, tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, las políticas públicas son inherentemente complejas y controvertidas, constituyendo lo que a menudo se denomina un “problema perverso” (Rittel y Webber, 1973; Head, 2022; Pimentel et al., 2024), caracterizado por la asimetría cognitiva y preferencias cargadas de valor hacia soluciones específicas. Por lo tanto, para estimular el desarrollo, un Estado nacional debe enfrentar disparidades internas y externas y utilizar eficazmente sus herramientas de política.

  • 1 Por ejemplo, el Portal de Periódicos Capes devolvió 377,870 documentos para el término “economía po (...)

6Así, la EPT emerge como un facilitador crucial de las posibilidades de desarrollo para las naciones (DeKadt, 1984). Desde sus inicios, el turismo ha sido visto y comprendido, en gran medida, como un servicio neutral, técnico y de gestión (Tribe, 1997; Airey, Tribe, Benckendorff y Xiao, 2015; César-Dachary, Arnaiz-Burne y Arnaiz-César, 2017), ya sea a nivel nacional (Hall, 2010; Almeyda-Ibáñez y George, 2017; Blomgren y Ljungström, 2019) o local (Giotis y Papadionysiou, 2022; Oikonomou, 2023; Raisi et al., 2024), siendo esta visión la corriente principal en los estudios de turismo. Los enfoques críticos, como la EPT, siguen siendo marginales en este campo. No obstante, aunque reciente y puntual, la EPT ha atraído cierta atención en los últimos años. Tras un aumento tímido en los años 90, alcanzó su punto máximo en 2006, seguido de una ligera disminución y estabilización en la década de 2010 (Pimentel, 2025). Este subcampo de la EPT sigue siendo relativamente inexplorado, con un volumen de literatura marginal en comparación con el dominio turístico en general1. Si bien trabajos seminales de autores como DeKadt (1984), Britton (1991), Mosedale (2016), Bianchi (2018) y Dieke (2000) han ofrecido análisis teóricos para guiar los estudios en esta área, el contenido predominante en este corpus limitado de literatura se compone principalmente de estudios de caso.

7Los esfuerzos teóricos y metateóricos, como destaca Ritzer (2007), presentan un desafío dentro de este subcampo. Un reto significativo radica en la elaboración de puentes metateóricos que aborden diferentes niveles de análisis y combinen distintos conceptos y enfoques. A pesar de las contribuciones teóricas, los enfoques existentes suelen emplear análisis de un solo nivel, descuidando las complejas interacciones entre diversos sistemas, estructuras y mecanismos que configuran nuestra realidad (Brante, 2001a; 2001b; Vandenberghe, 2013). De este modo, persiste la necesidad de un análisis más integrador y exhaustivo.

  • 2 El realismo crítico reconoce diferentes niveles (estructural, fenoménico y empírico) y tipos de obj (...)
  • 3 Por cuestiones de forma y espacio, mientras en este artículo nos enfocamos en los diferentes tipos (...)

8Este artículo conceptual busca abordar esta laguna proponiendo un marco para la EPT. Específicamente, tiene como objetivo integrar y sintetizar factores a nivel macrosocial, combinando elementos de diversos enfoques en Economía Política (en adelante, EP). Más específicamente, argumentamos que la posición en las estructuras políticas y económicas macrosociales, así como el desempeño a nivel nacional (discursos, decisiones y acciones), configuran las posibilidades y la manera en que se desarrollará el turismo. Este análisis puede realizarse en diferentes escalas temporales y espaciales: factores estructurales creados, institucionalizados y mantenidos durante largos períodos (estructurales); factores de mediano plazo (factores coyunturales), que corresponden al tiempo necesario para instaurar un orden provisorio; y factores de corto plazo (factores situacionales), que se refieren a acciones o eventos específicos que ocurren en un momento determinado. Inspirándonos en la ontología del realismo crítico y en el concepto de realidad estratificada (Bhaskar, 2005; Vandenberghe, 2013), en la que la realidad se concibe en capas (estratos) y con diferentes tipos y formas de objetos2 (Vandenberghe, 2010), proponemos un marco novedoso, que considera e integra diferentes tipos de objetos de la realidad en diferentes niveles de la misma3. Este marco busca facilitar una comprensión más profunda de las complejas dinámicas que configuran la EPT.

9De este modo, en este artículo conceptual desarrollamos un marco analítico integral para examinar la EPT utilizando el caso de Brasil durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (Luís Inácio Lula da Silva 2003-2010 y Dilma Rousseff 2011-2016). Este período marcó un aumento notable en el sector turístico en la historia de Brasil, constituyendo una de las tres épocas de crecimiento significativo en el turismo receptivo (1970-1980; 1990-2000; 2002-2016). Nuestros hallazgos subrayan que el turismo en Brasil experimentó transformaciones profundas tanto cuantitativas como cualitativas durante el período analizado. Sin embargo, el éxito relativo alcanzado, para que se pueda ser repetido y mantenido, sigue anclado en (y, en nuestra visión, debe seguir) una perspectiva de gestión, a fin de atender a los requisitos sistémicos – del sistema turístico y de os suprasistemas en que este se insiere – los cuáles se manifiestan aquí como factores condicionantes de la estructura, instituciones y de la acción social.

I. Orden Neoliberal y Economía Política En/Del Turismo

10Nuestro punto de partida es el orden neoliberal, ampliamente difundido y asumido a nivel mundial como una nueva doxa (Bourdieu, 2001; Harvey, 2005; Brown, 2015). Diversos intelectuales convergen en esta posición. Por ejemplo, Hart y Negri (2000), Boltanski y Chiapello (2009), Pierre Muller (2009) y Brenner (2018), entre otros, muestran, cada uno a su manera, cómo hemos llegado a integrar una economía mundial (Wallerstein, 1974; 2000), generando un “nuevo referente global” (Muller, 1985; 2000; 2009; 2014) que moldea el imaginario colectivo mundial.

11Asumiendo la existencia y el papel de estas macroestructuras (políticas, económicas, sociales, culturales, etc.), resulta necesario comprender cómo funcionan y cómo impactan en nuestras vidas. Cualquier cambio –y, en última instancia, uno estructural, como es el caso de las acciones sociales colectivas e institucionalizadas de los países– debe enfrentarse a esta realidad. Aunque no constituye una condición suficiente (Bhaskar, 2005) para el cambio, la posibilidad del conocimiento (Vandenberghe, 2001) es una condición necesaria (Bhaskar, 2005) para lograr transformaciones con éxito.

  • 4 Adoptamos aquí el término “no-económico” para referirnos a todas las influencias (políticas, social (...)

12La EP abarca, en términos generales, el estudio de los usos no económicos de la economía4. Según la cronología de Ryan (2007), la EP tiene una historia larga y extensa, ganando relevancia durante el período de la Modernidad (Wallerstein, 1974, 2000), particularmente a finales del siglo XVIII con la obra de Adam Smith, y con un desarrollo posterior en el siglo XIX encabezado por David Ricardo y, más tarde, Karl Marx, consolidándose como un campo de estudio autónomo y unificado, posteriormente denominado “economía política clásica” (Mosedale, 2011). Sin embargo, desde finales de los años cincuenta hasta la década de los setenta, las críticas a la EP clásica comenzaron a intensificarse, lideradas por figuras como David Harvey (1973) y Klein (2006), quienes argumentaron que la “ciencia espacial positivista” no solo no lograba abordar los problemas urgentes de la época, sino que también carecía de capacidad para considerar cuestiones fundamentales (Mosedale, 2011, p. 25). En consecuencia, surgieron divisiones epistemológicas, teóricas y metodológicas dentro del campo, dando lugar a una nueva perspectiva conocida como “economía política crítica”, que surgió en respuesta a la incapacidad del capitalismo para resolver problemas sociales (Mosedale, 2011).

  • 5 En este contexto, el turismo es frecuentemente visto como una alternativa “fácil” para países con c (...)

13Sea cual sea el caso, el Estado nacional desempeña un papel estratégico en los procesos de economía política, particularmente en el turismo. En los países latinoamericanos, se ha observado recientemente una “ola” notable en la expansión e institucionalización de políticas públicas de turismo (Cerqueira, 2016; Vercellone & Cardoso, 2017; Pimentel, 2017; 2022). Sin embargo, la adopción de estas políticas a menudo carece de una planificación meticulosa y de una reflexión crítica, debido principalmente a las características inherentes y a las limitaciones estructurales de estas naciones (Cardoso y Falletto, 1970; Gunder-Frank, 1978; Bresser-Pereira, 2010). Las políticas de turismo son frecuentemente adoptadas de manera acrítica, vistas como un medio rápido para generar empleo, aumentar los ingresos y potenciar el volumen de exportaciones5 (Cerqueira, 2016; Pimentel, 2022).

  • 6 Los análisis económicos de la cadena de suministro del turismo indican que aproximadamente el 75% d (...)
  • 7 Montejano (1991) clasifica como pequeños países aquellos que, en general, son islas o tienen pequeñ (...)

14No obstante, es crucial reconocer que, incluso desde una perspectiva económica, el turismo, comúnmente percibido como un sector orientado a la exportación, no genera consistentemente significativos superávits en la balanza comercial para la mayoría de los países6. Esto se debe principalmente al equilibrio mantenido entre el volumen total de flujos turísticos, que incluye tanto los flujos internacionales entrantes como salientes, y sus respectivos patrones de gasto (Kester, 2005). En consecuencia, la contribución del turismo al superávit económico general tiende a ser relativamente modesta, con excepciones observadas en ciertos casos, especialmente en países pequeños y especializados7 (Ouriques, 2005; 2008), así como en algunos países desarrollados debido a su posición en la economía política (Mosedale, 2011; Bianchi, 2011; 2018) y a la particular imagen turística que crean y promocionan (Gravari-Barbas y Graburn, 2012; Salazar y Graburn, 2014) como una forma de soft power (Nye, 2021). Dado estos factores, parece pertinente cuestionar nuevamente si el turismo realmente cumple con su reputación de ser un “pasaporte al desarrollo” (De Kadt, 1984), sugiriendo que podría no ser tan económicamente rentable como se promete, especialmente para los países más pobres o en desarrollo (Vercellone & Cardoso, 2017; Pimentel, 2022).

15No obstante, existe una tendencia clara hacia un mayor énfasis en el turismo dentro de las agendas nacionales de desarrollo, donde se reconoce cada vez más como una actividad económica significativa y, en ocasiones, estratégica. Por ejemplo, en América Latina, la evidencia empírica muestra a menudo un cambio tangible en el panorama productivo, con naciones que destinan más espacio y recursos para fortalecer este sector (Eddy, 2016; Pimentel, 2017; 2021; 2022). Este fenómeno no es aislado, sino que se reproduce en numerosos países, constituyéndose efectivamente en una tendencia global. Su adopción es más notable en naciones periféricas, principalmente debido a su limitada capacidad de inversión y al menor desembolso de capital que demanda la industria del turismo en comparación con otros sectores.

16Sin embargo, no existe una fórmula única para alcanzar estos objetivos. Dada la dependencia humana del sector turístico; el nivel asimétrico de desarrollo entre los diferentes países; sus necesidades, prioridades y capacidad de acción; así como los factores contextuales (tiempo-espacio) que condicionan las posibilidades de acción, las políticas públicas de turismo son ejemplos emblemáticos de lo que se conocen como “problemas perversos” o “problemas difíciles de resolver” (Rittel y Webber, 1973; Head, 2022; Pimentel et al., 2024) en el ámbito de las políticas públicas. Estos problemas se caracterizan por la falta de conocimiento preciso, la diversidad de enfoques y los distintos valores o prioridades atribuidos al turismo por una variedad de actores, incluidos residentes, turistas, trabajadores, gestores y responsables de la formulación de políticas (Head, 2022, p. 21).

  • 8 En lo original: “As we demonstrated, tourism is an inherent part of those three moments. First thro (...)

17Como señalan Lapointe et al. (2018), a pesar de ser una actividad económica y social localizada, el turismo es un fenómeno global que puede analizarse como parte integral de la totalidad del sistema mundial, tal como lo describen Hardt y Negri (2000). En su visión, “observamos una transformación de la soberanía a través de un retorno a principios trascendentales y la domesticación de las subjetividades de la Multitud mediante la internalización del biopoder a través del mercado. Esto opera en tres momentos: la integración en el sistema mundial/mercado mundial; la diferenciación de la cultura convirtiéndola en productos sin subjetividades políticas; y, finalmente, la gestión de esta diversidad”.8 (Lapointe et al., 2018, p. 31 – itálicos en el original). Así, en este contexto, la EP se convierte en clave para comprender y abordar los desafíos impuestos por esta realidad.

18En las últimas décadas, el paradigma de la EPT se ha vuelto más variado y complejo, reflejando las relaciones sociales multifacéticas del capitalismo. Según Yrigoy (2021), existen tres corrientes conceptuales principales dentro de la economía política del turismo: una enfocada en las regulaciones estatales y la formulación de políticas, arraigada en la escuela francesa de regulación; otra basada en el posmodernismo y el posestructuralismo, particularmente interesada en cuestiones de género e identidad; y el enfoque marxista, centrado en la teoría del valor-trabajo de Marx. A pesar de sus diferencias sustanciales, todos estos enfoques comparten la creencia de que los ámbitos político y económico están intrínsecamente entrelazados. Aunque la escuela de regulación y la política posestructuralista han influido en los estudios de turismo, el término “economía política” en este contexto generalmente se refiere a la Economía Política Marxista, que explica cómo los discursos y representaciones del turismo desvían la atención de las relaciones de poder económico y político en el turismo (Yrigoy, 2021).

19Analizar cómo se generan los ingresos –o, en la terminología marxista, el valor excedente – es el primer paso necesario para comprender la naturaleza del turismo como proceso capitalista. La economía política del turismo debe examinar la naturaleza de los ingresos turísticos para llevar a cabo un análisis crítico del turismo y revelar las desigualdades sociales y contradicciones subyacentes (Yrigoy, 2021). En este contexto, por ejemplo, Bianchi y Man (2020) critican los principios de “crecimiento inclusivo” y “trabajo decente” promovidos por la OMT, ya que esta narrativa ignora el contexto de injusticias estructurales que consolidan desigualdades y reproducen prácticas laborales explotadoras, perpetuando un modelo de desarrollo turístico orientado al crecimiento.

  • 9 Quizás más conocida por el trabajo de Cardoso y Falleto (1967), la Teoría de la Dependencia aborda (...)
  • 10 Esferas previamente no penetradas por el mercado y, desde el principio, productivas sin crecimiento (...)

20En este trabajo, tomamos como punto de partida un Enfoque Latinoamericano de la EPT, inspirado en la Teoría de la Dependencia, aplicada al contexto del turismo9. Según esta perspectiva, el turismo se inserta a nivel macroeconómico como un nuevo mecanismo funcional (César-Dachary, 2015) para articular y maximizar el capitalismo (Harvey, 1992). Esto opera de dos maneras: en primer lugar, aumentando la circulación de capital, impulsando así el flujo de capital en diversos espacios y regiones (Harvey, 1992; Brenner, 2018), incluidas las áreas periféricas (César-Dachary, 2015; César-Dachary, Arnaiz-Burne & Arnaiz-César, 2017). Esta circulación ampliada optimiza la explotación de ventajas diferenciales derivadas de las disparidades entre estas regiones (Bifano-Oliveira & Pimentel, 2023). En segundo lugar, convierte el tiempo no productivo en tiempo productivo mediante la inclusión de productos y servicios10 relacionados con el ocio en el sistema productivo y económico (Zuzanek, 2018; 2020a, 2020b). Esto amplía el alcance del sistema capitalista al introducir nuevos productos y ámbitos típicamente no productivos (Briceño y Muñoz, 2015).

21Además de las dos principales ramas de la economía política clásica y crítica, separadas por una división epistemológica, Mosedale (2011) identifica cuatro enfoques en el estudio de la EP (ver tabla 1).

Tabla 1: Cuatro enfoques en el estudio de la Economía Política

Enfoque

Características principales

Marxismo (economía política marxista)

Analiza los procesos relacionales de producción, basándose en el materialismo histórico, enfatizando la producción y la materialidad para comprender la historia social y las relaciones de poder, y revela las estructuras del sistema económico.

La estructura del capitalismo es dual (clase trabajadora vs. capitalistas), se basa en tensiones inherentes y en una competencia por recursos escasos.

El sistema capitalista tiende a la inestabilidad y a crisis periódicas de sobreacumulación o sobreproducción. Las formas difusas y fragmentadas de dispersión del capital ayudan al sistema capitalista a adquirir resiliencia.

Teoría de la regulación

Se enfoca en las relaciones sociales del sistema de producción capitalista y en las respuestas regulatorias a dichos cambios, basado en un marco conceptual cuádruple dado por: a) regímenes de acumulación, b) trayectorias industriales (reflejan cambios en la producción que influyen en la organización laboral y en los regímenes de acumulación); c) modos de regulación, y d) la estructura hegemónica.

La elección del modo de regulación depende de la estrategia política, económica e institucional de un país.

Economía Política Comparada e Internacional

Analiza la diversidad de sistemas político-económicos, considerando la influencia de los contextos históricos y de dependencia de trayectoria, y examina el impacto de las diferencias institucionales (e.g. ideológicas y estructurales) sobre las economías y la sociedad civil, y sus consecuencias en economías y sociedades.

Se enfoca en las variedades del capitalismo dentro de los estados-nación o regiones, analizando las relaciones entre ellos, moldeadas por la competencia por recursos en la economía capitalista global, mostrando la naturaleza global del capitalismo con enfoque en escalas nacionales e instituciones (nacionalismo metodológico).

Marcos basados en procesos, como las cadenas de productos globales y redes de producción, analizan las conexiones relacionales entre actores diversos en los procesos de producción.

Economía Política Cultural

Se basa en el “giro cultural” en ciencias sociales, usando la crítica posmoderna y posestructuralista de las prácticas discursivas y manifestación del poder capitalista para cuestionar las perspectivas materialistas tradicionales, destacando las dimensiones culturales (a menudo ignoradas en los análisis tradicionales de la EP) y explorando la compleja interacción entre cultura y economía.

Considera cuatro interpretaciones de la relación cultura-economía: a) la determinación de la cultura por la economía; b) la inserción de los procesos económicos en significados culturales; c) la representación de la economía a través de medios culturales como símbolos, signos y discursos; y d) la producción, circulación y consumo de materiales culturales.

Al integrar significados culturales en análisis materiales, el objetivo es ver cómo los discursos dominantes, influenciados por valores sociales y dinámicas de poder, refuerzan normas sociales y reproducen relaciones de poder dominantes, perpetuando estructuras de dominación existentes.

Fuente: elaboración propia basada en Mosedale (2011, pp. 25-35).

22Para explorar esta cuestión, recurrimos a argumentos y conceptos de los cuatro enfoques de Economía Política (EP) revisados por Mosedale (2014), aunque no de forma sistemática, sino de manera libre y experimental, para construir nuestro marco heurístico. Por ejemplo, de la EP marxista, empleamos la lógica general de distribución asimétrica de recursos y competencia. De la Teoría de la Regulación, consideramos la interacción entre los espacios internacionales y nacionales y cómo las instituciones los gestionan, en particular el Estado por medio de las políticas públicas. De la EP Comparativa e Internacional, tomamos como referencia el marco temporal y cómo la trayectoria de dependencia de una senda (path dependency) puede moldear acciones posteriores. Finalmente, de la EP Cultural, enfocamos en los aspectos culturales, simbólicos y discursivos relacionados con la utilización política de recursos materiales.

23Argumentamos que existe una convergencia de resultados entre los niveles micro, meso y macro, que influye en las posibilidades de acción para agentes individuales, grupos sociales, organizaciones y sistemas sociales. El grado de empoderamiento o restricción en el entorno inmediato de un actor depende de la conjunción favorable de factores en cada nivel. Sin embargo, ni la convergencia de los tres niveles ni las restricciones que enfrenta un actor son suficientes o necesarias, debido a la apertura de la realidad, donde elementos ocultos o no observables pueden influir en el sistema o contrapesarlo (Bhaskar, 2005). No obstante, en ausencia de otros factores, esta convergencia y condicionamiento estructural (Archer, 2000) tienden a orientar el sistema a lo largo de una trayectoria determinada, conocida como dependencia de la trayectoria (path dependency).

24En nuestra propuesta, el primer nivel es el macrosocial, que proporciona un tipo de análisis de “conjuntura” basado en la coyuntura internacional, la cual denota el estado de las fuerzas en un momento dado. A pesar de las relaciones duraderas y factores estructurales (instituciones, mecanismos y relaciones permanentes) a lo largo del tiempo, vemos este análisis principalmente como dinámico (o coyuntural) debido a su escasa estabilidad, la diversidad de actores y el potencial para cambios significativos en un corto período. Empezar en el nivel macrosocial es crucial ya que abarca todos los factores menores dentro de este entorno.

25Así, consideramos como factores principales en esta escala los siguientes: a) la economía mundial (como un sistema), que implica la integración de los países (sistemas nacionales) en el sistema de comercio internacional; b) los regímenes políticos de los Estados nacionales y sus políticas nacionales para asuntos exteriores; c) el repertorio cultural y el imaginario en el sistema internacional en relación con los valores culturales nacionales (incluyendo la religión como un subsistema); y d) la posición relacional en el espacio-tiempo de los Estados nacionales en el marco mundial en un momento determinado, es decir, su posición particular (ubicación) en una área geográfica y las oportunidades temporales abiertas y accesibles en un momento específico de la historia.

26En resumen, basado en una perspectiva de Realismo Crítico (Bhaskar, 2005; Vandenberghe, 2013), centrada en los niveles de realidad y el problema de la escala (Brante, 2001a, 2001b), sostenemos que una convergencia de factores – sean ellos positivos o negativos – en distintos niveles (micro, meso y macro) (Brante, 2001; Ritzer, 2007), permitirá y creará condiciones para la acción, tanto individual como colectiva (Pimentel, 2012; 2024), habilitándola o restringiéndola (Archer, 2001), dentro de un sistema de relaciones preexistente, que puede ser reproducido o reformulado, pero que crean limitaciones y selectividades (Jessop, 2005) cuanto a las posibilidades de juicio, elección, toma de decisiones e implementación (Pimentel, 2012). Por ejemplo, la convergencia de factores positivos en diferentes niveles (micro, meso y macro) permitirá y creará condiciones que empoderan la acción, ya sea individual o colectiva, mientras que una convergencia de circunstancias negativas limitará la capacidad de acción (Pimentel, 2024).

II. La Economía Política del Turismo durante los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (Luís Inácio Lula da Silva 2003-2010 y Dilma Rousseff 2011-2016*11)

A. El Modelo Analítico

27En cuanto a la (i) posición del país en el escenario económico internacional, se observa que, históricamente, los países más poderosos de Europa concentran más de la mitad del flujo turístico internacional, mientras que América del Sur aparece en una posición marginal (16,2% en 2003 y exactamente lo mismo en 2016) en la cuota de mercado turístico global. Mientras que el país líder en turismo internacional alcanza 80 millones de turistas por año, Brasil recibió 4,1 millones de turistas al comienzo de 2003, incrementándose un 70% en casi 15 años y llegando a 6,8 millones de turistas internacionales en 2016 (Figura 1).

28Esta posición marginal es aún más notable al considerar el contexto de América del Sur, donde Brasil recibe menos o el mismo número de turistas que países más pequeños, como Argentina y Chile, respectivamente (Figura 2). Por un lado, esta posición geográfica estructural, “lejana” de los mayores centros emisores de turismo, dificulta un aumento significativo, ya que la distancia, como señalaron McKercher, Chan y Lam (2008), impacta directamente en los movimientos turísticos, representando el 80% de los desplazamientos totales una relación de 1.000 km entre las áreas emisoras y receptoras. Además, esto también afecta el precio, el cual influye directamente en la distribución del flujo turístico (Rabahy, 2019), así como el largo tiempo involucrado en este tipo de desplazamiento, que exige un viaje más planificado y/o estruturado (y, a su vez, reduce considerablemente el número de viajes de corta estadía y/o compras impulsivas), impactando también en los procesos psicológicos –intención, percepción, decisión y pos-reflexión– de compra (Kah, Lee y Lee, 2016; Cheng, He, Wen y Su, 2024).

29Por otro lado, es importante notar que el nivel de actividad turística entre países está estrechamente ligado al nivel de intercambio económico entre ellos. Así, el flujo turístico tiende a ser más intenso entre las regiones geográficamente próximas, así como entre las (históricamente) que ya tienen un flujo comercial alto. En este sentido, debido a que la economía de Brasil, en el período analizado, se clasificaba como la 5.ª más grande del mundo, un flujo incremental adicional podría lograrse eventualmente si el país liderara los intercambios comerciales a nivel global.

Figura 1: Llegadas de turistas internacionales

Figura 1: Llegadas de turistas internacionales

Fuente: OurWorldInData.org/tourism (2024).

Figura 2: Viajes de turistas internacionales, 2003 a 2016

Figura 2: Viajes de turistas internacionales, 2003 a 2016

Fuente: OurWorldInData.org/tourism (2024).

30Al considerar el papel del país en (ii) la política internacional y los programas nacionales, las tensiones entre los objetivos del gobierno relacionados con iniciativas sociales, preocupaciones externas y la reanudación del desarrollo, por un lado, y el énfasis ortodoxo en el control de la inflación, que destina los superávits comerciales y fiscales al servicio de intereses y deuda, constituyeran una dimensión significativa del gobierno de Lula, como señala Martins (2007). Cabe destacar que el gobierno de Lula mantuvo los objetivos tradicionales en las políticas de turismo que prevalecían desde la década de 1930, centrados principalmente en atraer turistas y generar ingresos (Pimentel y Pimentel, 2011). Sin embargo, también incorporó nuevas prioridades, como el énfasis en la calidad y la competitividad. Los resultados esperados incluían el desarrollo del turismo interno y un aumento en la llegada de turistas internacionales. No obstante, se puso un énfasis clave en mejorar la competitividad del sector, tanto a nivel nacional como internacional. Esto se buscaba lograr mediante el incremento de la calidad, la productividad y la sostenibilidad en el sector turístico (Pimentel y Pimentel, 2011; Pimentel et al., 2011; Pimentel y Pimentel, 2018).

31En 2003, con la creación del Ministerio de Turismo, se observó un cambio notable en la integración de criterios de sostenibilidad en la formulación y evaluación de la política nacional de turismo. Esto marcó una transformación significativa en el enfoque del gobierno hacia el turismo. Además, al comparar las inversiones directas en turismo con el gobierno de FHC, hubo un aumento sustancial del 466,6% durante este período (Pimentel et al., 2011; Pimentel y Pimentel, 2018).

32Podemos afirmar con certeza que, durante este período, el turismo se convirtió en una estrategia geopolítica central, no solo para el sector en sí, sino también para la economía y la diplomacia del gobierno de Lula. Esto se debió a que el número de llegadas internacionales aumentó significativamente, pasando de 4,1 millones en 2003 a 6,5 millones en 2016 (un incremento del 60%). En el primer mandato del presidente Lula hubo un rápido aumento en el primer año (alrededor del 30%), seguido de una estabilización relativa en torno a los 5 millones de turistas internacionales por año, que se mantuvo durante su segundo mandato, con un crecimiento más lento, progresivo, sostenido y bien distribuido a lo largo de todo el período, alcanzando un aumento adicional de alrededor del 36% en relación con el mandato anterior (ver Figura 3). Además, el turismo regresó como una estrategia de “poder blando” para la diplomacia. Así, la “marca” Brasil no se promociona solo como un país paradisíaco, sino como nuevo ejemplo de progreso capaz de conciliar los imperativos económicos con los requisitos sociales y ambientales. En suma, se lo pasa a proyectar también como un estilo de vida, en términos de cultura, diversidad, apertura y alegría. A nivel interno, se lanzaron dos planes nacionales en este período (Pimentel et al., 2024).

Figura 3. Número de llegadas internacionales durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (2003-2016*)

Figura 3. Número de llegadas internacionales durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (2003-2016*)

Fuente: elaboración propia con base em los datos del MINTUR (2023), disponible en: http://www.dadosefatos.turismo.gov.br/​dadosefatos/​home.html

33A pesar de ello, se observa una inclusión progresiva de diversos actores en el sector turístico. Una señal de este cambio de patrón se manifestó en la modificación de la política nacional, pasando del Programa Nacional de Municipalización del Turismo al Programa Nacional de Regionalización del Turismo, basado en clusters regionales de municipios turísticos. Esta política promueve la asociación entre municipios y establece mecanismos como los comités municipales de turismo. Aquí, por primera vez, el número de Actos Normativos de Turismo (ANT) alcanza 1.000 por año durante el gobierno del presidente Lula y supera los 2.000 ANT en el gobierno de la presidenta Dilma (ver Figura 4) (Pimentel et al., 2024). Durante esta era de gobernanza progresiva, caracterizada por una mayor intervención estatal, el turismo emergió como un foco estratégico deliberado, alcanzando su punto más alto en la administración pública federal, tanto en términos de TNA como de inversiones públicas. En suma, la agenda nacional de turismo en este período fue positiva y progresiva, asumiendo el gobierno un rol importante en el proceso, creando condiciones que facilitaron la expansión del sector turístico y un cambio cualitativo (Pimentel et al., 2011; Pimentel y Pimentel, 2018).

Figura 4: TNA en el gobierno del Partido de los Trabajadores (2003-2016*)

Figura 4: TNA en el gobierno del Partido de los Trabajadores (2003-2016*)

Fuente: elaboración propia basada en la base de datos del Senado Federal y la Cámara de Representantes (2022).

34Come the 1990s, ecotourism took the spotlight, aiming to diversify Brazil’s image beyond carnival and soccer, as main tourist attractions. By the decade’s end, Embratur shifted away from using sensual imagery of women in promotional materials, coinciding with a notable increase in international arrivals. From the 2000s onward, the focus shifted to promoting Brazil’s cultural and natural diversity (Kajihara, 2010), although international arrivals have gradually increased in a slower way.

35En paralelo a la agenda nacional, lograr una imagen internacional positiva se convierte en un objetivo crucial, vinculado usualmente a (iii) el poder blando, liderazgo cultural e imaginario positivo. Desde su creación en 1966, Embratur ha liderado la promoción de Brasil en los mercados globales. Sin embargo, su narrativa promocional ha evolucionado con el tiempo. En la década de 1970, el enfoque estaba en Río de Janeiro y el carnaval brasileño, presentando una imagen femenina en el material publicitario (Kajihara, 2010). En los años 80, se popularizó una representación sexualizada de la mujer brasileña junto al fútbol, destacando a Pelé como Embajador de Turismo de Brasil. Enfocándose en los mercados estadounidense y europeo, comenzaron extensos proyectos hoteleros en la costa noreste. En la década de 1990, el ecoturismo se convirtió en el eje principal, con el fin de diversificar la imagen de Brasil más allá del carnaval y el fútbol. Asimismo, en finales de esa década, Embratur dejó de utilizar imágenes sensuales de mujeres en sus materiales promocionales, coincidiendo con un cambio más general, en la mentalidad de la época, hacia una visión más políticamente correcta que reconocia y denunciaba las formas de opresión y dominación masculina (Bourdieu, 1990). En este contexto se verificó también un aumento notable en las llegadas internacionales, lo que, en nuestro juicio está todavía más relacionado con los efectos de los factores macroestructurales de ajuste económico introducidos por el “Plan Real” en la economía brasileña, en 1994. Desde los años 2000, el enfoque cambió hacia la promoción de la diversidad cultural y natural de Brasil (Kajihara, 2010), aunque las llegadas internacionales aumentaron gradualmente de manera más lenta.

36En los últimos años, se puede identificar una transformación en el tipo de imagen proyectada por el gobierno federal brasileño hacia el mercado turístico internacional. Definitivamente, este cambio dejó atrás una imagen centrada en la promoción de la mujer brasileña como “atractivo turístico”, pasando por otros símbolos de identidad nacional como el samba y el fútbol, y progresivamente extendiéndose a otros elementos del repertorio de identidad nacional, como los bosques y paisajes naturales distintivos. A raíz de este proceso “evolutivo”, se puede afirmar que ha habido una alineación progresiva con lo que se considera políticamente correcto según el discurso global occidental (por ejemplo, reemplazando el uso de la imagen femenina como un “recurso” explotable, algo común en los años 70 y 80, pero que comenzó a considerarse como un discurso sexista y opresivo hacia el género a partir de los años 90).

37Además, este cambio también refleja transformaciones en el imaginario social, resultado de percepciones (internas y externas) de la identidad nacional en un tono más positivo. Zerbielli (2016), por ejemplo, destaca cómo esta reconfiguración hacia una percepción social positiva fue respaldada por mejoras significativas en el nivel de vida de la población brasileña durante el período analizado. Asimismo, eventos de gran envergadura, como el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, contribuyeron a una recalibración eventual de la percepción externa del país en una dirección más positiva. Esto fue facilitado por la intensa presencia de Brasil en diversos espacios—académico-científicos (Hartmann, 2014), crecimiento económico (The Economist, 2009; Kliass, 2012), desarrollo social (Neri, 2019; Ferreira et al., 2013), liderazgo regional e influencia internacional (Kliass, 2012; Council on Foreign Relations, n.d.[2022]; Leahy, 2011)—reposicionando a Brasil en el escenario global (World Bank Group, 2017) con un aumento en capital geopolítico y liderazgo emergente en términos de poder blando. Se estima que este aumento de visibilidad también resultó en una mayor exposición en medios internacionales y, hasta cierto punto, en un incremento del volumen de llegadas turísticas internacionales. No obstante, una medición exacta de esta relación aún está por ser explorada en mayor profundidad.

Figura 5: Material promocional de Embratur en los períodos de 1977, 1978, 1987, 1992-1999 y 2005-2008, respectivamente

Figura 5: Material promocional de Embratur en los períodos de 1977, 1978, 1987, 1992-1999 y 2005-2008, respectivamente

Fuente: reproducido de Kajihara (2010).

III. Restricciones temporales y espaciales, ventanas de oportunidad y trayectorias de dependencia de trayectoria

38Al examinar el caso de Brasil durante el período mencionado, es evidente que limitaciones estructurales temporales y espaciales, como su posición geográfica, junto con el momento de la aparición de Brasil en la industria turística, se alinean con períodos macroeconómicos importantes de expansión de capital y la creciente demanda internacional de turismo (da Silva, 2016). Por ejemplo, a finales de los años 90, el turismo internacional experimentó un notable aumento debido a la liberalización del mercado brasileño a principios de la década y a los ajustes macroeconómicos tras la introducción de su nueva moneda, el REAL (Bresser-Pereira, 1994; Ianoni, 2009; Resende et al., 2018).

39A lo largo de los años 2000, en medio de una economía global relativamente libre de crisis, Brasil expandió significativamente sus exportaciones. Este contexto macroeconómico estructural favorable (Dedecca, Trovão y Souza, 2014), junto con una gobernanza progresista bajo los presidentes Lula (2003-2006 y 2007-2010), dio lugar a la implementación de diversas estrategias para fortalecer la presencia de Brasil en los mercados internacionales (Oliveira, 2015), incluyendo el turismo, junto con políticas sociales sólidas que facilitaron la inclusión de una gran parte de la población en el mercado consumidor, fomentando así el surgimiento de una “nueva clase media” (Carta Capital, 2008), y culminando en importantes cambios sociales (Pochmann, 2011).

40Así, surgen ventanas de oportunidad a partir del aprovechamiento de contextos favorables para crear nuevas perspectivas sociales y económicas. Sin embargo, los cambios estructurales requieren tiempo y son difíciles de lograr en un corto período; así, la trayectoria de dependencia de trayectoria, vinculada a procesos incompletos como la industrialización y la urbanización, y dependencia externa, fue interrumpida por la importante crisis inmobiliaria de 2008, cuyos impactos en Brasil se harían evidentes en la década siguiente. La caída en el valor de las materias primas (la columna vertebral de la economía brasileña) y el valor relativamente alto de la moneda brasileña dificultaron la continuación de agendas intervencionistas, marcando el inicio de una nueva era en la década de 2010 (da Silva, 2016).

Tabla 2. Cuadro síntesis del argumento combinando la posición del país, acciones nacionales, soft power y ventanas de oportunidad, en el contexto turístico y en el nacional (2003-2016).

Categorías / Niveles

Turismo

Contexto General

Contexto y Resultados

(coyuntura)

Gran aumento del turismo receptivo de 4 a 6,8 millones (alrededor del 70%).

Reconfiguración positiva de la imagen externa de Brasil (diversificación y valoración positiva).

Expansión del campo organizacional del sector turístico y generación de empleo.

Brasil se convirtió en la quinta economía más grande del mundo.

El crecimiento económico llevó a la expansión del mercado interno (36 millones de personas salieron de la pobreza y otros 45 millones se incorporaron a la clase media)

Restricciones Temporales y Espaciales, Ventanas de Oportunidad y Dependencia de la Trayectoria

Crecimiento del turismo alineado con la expansión macroeconómica global y el aumento de la demanda internacional.

Las políticas gubernamentales permitieron la expansión del sector turístico, aunque las limitaciones geográficas y estructurales restringieron un crecimiento rápido.

Crecimiento económico impulsado por el alza de los precios globales de las materias primas entre 2003 y 2008.

Después de 2008, Brasil enfrentó desafíos debido a la crisis financiera global y la caída en el mercado de materias primas, impactando las metas de desarrollo a largo plazo.

Soft power, liderazgo cultural e imaginario positivo

La imagen de Brasil en el exterior se diversificó: de un país de carnaval y fútbol a una identidad cultural y ecológica más compleja.

Eventos como la Copa Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 aumentaron la visibilidad internacional y la identidad nacional positiva.

Imagen y reputación positivas en el escenario internacional como un jugador líder.

Estrategia de soft power reforzada por el creciente papel de Brasil en la diplomacia global.

Brasil desempeñó un papel influyente en el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y en el liderazgo regional en América del Sur

Política internacional y programas nacionales

Creación del Ministerio de Turismo en 2003.

Incremento del 466,6% en la inversión en turismo respecto a la administración anterior.

Aumento en los Actos Normativos de Turismo (16.343 ANT, 60% de todos en la historia).

Las políticas nacionales de turismo enfatizaron la sostenibilidad, la calidad y la competitividad.

Gobernanza progresista bajo el Partido de los Trabajadores, que aumentó la inclusión social y redujo la desigualdad.

Brasil asumió un rol de liderazgo en política internacional a través de su participación activa en organizaciones multilaterales y nuevos acuerdos comerciales, lo mismo se produce internamente con políticas asertivas para el sector.

Posición del país en el escenario económico internacional

A pesar del crecimiento, la cuota de mercado global de Brasil en turismo siguió siendo modesta, con números de turistas superiores en países como Argentina, Uruguay y Chile.

Brasil aprovechó el crecimiento económico para aumentar los flujos turísticos internacionales.

El auge económico de Brasil fue apoyado por la alta demanda global de materias primas y las condiciones de mercado global favorables hasta que la crisis financiera de 2008 afectó las trayectorias de crecimiento. Asimismo, los efectos de la crisis se hacen sentir de manera relativamente más branda en el país y en el sector.

Fuente: Elaboración propia.

41La interacción entre la posición de un país en el escenario económico internacional, su política internacional y sus programas nacionales, su poder blando y liderazgo cultural, y las restricciones temporales y espaciales que enfrenta, conforma un marco fundamental para comprender sus resultados de desarrollo. Estos factores no operan de manera aislada, sino en un proceso dinámico e interdependiente que moldea las condiciones para la acción. La posición del país en el orden económico global establece los límites y oportunidades estructurales fundamentales, influyendo en la efectividad de las políticas nacionales y estrategias internacionales subsecuentes. Los programas nacionales y las acciones políticas, diseñados para responder tanto a las necesidades internas como a las presiones externas, aprovechan esta posición para crear un entorno más favorable para el desarrollo. No obstante, el grado de éxito depende de la medida en que estas políticas se alineen con las dinámicas globales y los objetivos nacionales.

42El poder blando y el liderazgo cultural actúan como mecanismos de refuerzo, proyectando la imagen y los valores de un país para fortalecer su posición dentro de la comunidad internacional. Esto contribuye a la percepción y recepción de los esfuerzos del país en el escenario global, lo cual, a su vez, puede fortalecer o debilitar las iniciativas políticas y económicas. Las restricciones temporales y espaciales, en una situación dada (momento de acción), como el momento histórico y la ubicación geográfica, introducen una mayor variabilidad, actuando a menudo como factores mediadores que moderan el impacto de los programas nacionales y los esfuerzos de poder blando. Estas restricciones pueden acelerar o desacelerar el progreso según la capacidad de un país para adaptarse a las condiciones globales y locales cambiantes, y también pueden ser selectivas en cuanto a la información, las elecciones y las acciones posibles en un momento determinado (ver figura 6).

Figura 6. La interacción entre las categorías analizadas

Figura 6. La interacción entre las categorías analizadas

Fuente: elaboración propia.

43Este análisis puede llevarse a cabo en diferentes escalas temporales y espaciales, como factores estructurales creados, institucionalizados y mantenidos a lo largo de largos períodos (estructurales); factores de mediano plazo (factores coyunturales), que se refieren al tiempo necesario para establecer un orden provisorio y rutinizarlo; y, finalmente, la escala temporal corta (factores situacionales), que alude a acciones momentáneas o episódicas tomadas en un momento específico.

44Por ejemplo, Brasil, durante el período 2003-2016, ilustra cómo estos factores interactúan en un proceso dinámico. En primer lugar, la posición relativamente modesta de Brasil en el mercado turístico global, limitada por factores geográficos y económicos, estableció una base estructural que limitó su capacidad para escalar rápidamente la actividad turística. Esta posición inicial constituye un factor de condicionamiento estructural porque excluye algunas alternativas y modera las posibilidades existentes. Así, en el mejor de los escenarios, programas nacionales proactivos, como el establecimiento del Ministerio de Turismo y un notable aumento en la inversión pública, aprovecharon la voluntad política y el crecimiento económico para estimular la expansión del sector.

  • 12 La Cuenta Turismo es el registro contable de las entradas de divisas resultantes del gasto en el co (...)

45Estos esfuerzos, combinados con el uso estratégico de poder blando a través de la diplomacia cultural, incluyendo la organización de la Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, reforzaron la imagen internacional de Brasil y ampliaron su atractivo más allá de los nichos turísticos tradicionales. Sin embargo, si bien la sobrevaloración de las materias primas a principios de la década de 2000 fue una ventana de oportunidad para el gobierno brasileño, permitiéndole aumentar sus inversiones públicas, la crisis financiera global de 2008, seguida y reforzada por la caída de los precios de las commodities en el mercado internacional, representó una restricción temporal que introdujo limitaciones, frenó el impulso de Brasil y reveló el frágil equilibrio entre el progreso y el estancamiento. No obstante, en este contexto dos hechos son notables. El primero es que los grandes eventos (Copa del Mundo 2014 y Juegos Olímpicos 2016) tuvieron un impacto real en términos de turismo receptivo, aunque más marginal de lo esperado (aumentó alrededor del 20% en relación con el período anterior). La inversión pública en infraestructura para estos eventos fue elevada, costosa y de poco uso posterior. La segunda razón es que, en términos de ingresos, con excepción de los años 2003 y 2004, la cuenta satélite12 de turismo de Brasil es negativa durante todo el período analizado.

46Con un entorno macrosocial predominantemente favorable durante la mayor parte del período analizado, combinado con acciones proactivas del gobierno federal y elementos simbólicos positivos que reforzaron las acciones previas y que condujeron a un aumento considerable en el número de turistas internacionales, el resultado económico, sin embargo, fue negativo. Entonces, ¿podría imaginarse cuán peor habría sido si las condiciones macroeconómicas, la falta de un gobierno comprometido y sus políticas, y una imagen negativa hubieran estado presentes?

Figura 7: Cuenta de Turismo de Brasil (en millones de US$) – 2000-2017

Figura 7: Cuenta de Turismo de Brasil (en millones de US$) – 2000-2017

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Anuario Estadístico de Turismo (2020).

47En resumen, la alineación positiva de iniciativas políticas y estrategias de poder blando compensó marginalmente las limitaciones estructurales para generar resultados favorables, aunque limitados. En última instancia, el éxito o fracaso de estos esfuerzos depende de la combinación específica de estos factores. Una mezcla más favorable de posicionamiento económico, estrategia política y poder blando podría conducir a resultados aún más sólidos, mientras que cambios negativos en cualquiera de estos ámbitos podrían obstaculizar el progreso y limitar los beneficios a largo plazo. Así, cada fase o “ronda” de acción es moldeada por los poderes causales de los factores precedentes, estructurando las condiciones para futuras oportunidades o desafíos. En el caso de Brasil, incluso teniendo una confluencia positiva de factores, el resultado económico fue negativo, lo cual nos lleva a cuestionar el rol, propósito y verdadero significado del turismo en términos de desarrollo.

Conclusiones y Recomendaciones

48Los estudios sobre la Economía Política del Turismo (EPT) son escasos, fragmentados y emplean diferentes marcos y perspectivas para analizar cómo el turismo ha sido utilizado social y políticamente. Este trabajo intentó desarrollar un marco comprehensivo para abordar el fenómeno de forma más integral y cohesionada, incorporando diferentes tipos de objetos, en diferentes niveles de la realidad, con el fin de entender la economía política del turismo, sus condiciones, morfología y contradicciones.

49En este artículo conceptual tomamos como ejemplo el caso de Brasil, enfocándonos en los gobiernos del Partido de los Trabajadores (Luís Inácio Lula da Silva 2003-2010 y Dilma Rousseff 2011-2016), identificado previamente por Pimentel et al. (2024) como uno de los períodos más importantes en la agenda nacional de turismo de Brasil. En este contexto, utilizamos datos secundarios disponibles para ilustrar la tesis defendida aquí de que los factores estructurales de larga duración (nivel macro) crean una base sobre la cual puede existir un conjunto de combinaciones posibles (nivel meso) en el que las organizaciones interactúan, moldean su entorno, establecen estándares e institucionalizan un campo. Este trabajo se centró en los aspectos relacionados con los factores macroestructurales que reflejan cómo el Estado brasileño usó el turismo en los primeros 16 años del siglo XXI.

50La convergencia de estos factores—sean positivos, intermedios o principalmente negativos—influye directamente en los resultados empíricos específicos observados en la realidad. Las combinaciones positivas tienden a crear condiciones de empoderamiento para la acción, generando resultados más favorables, mientras que las combinaciones negativas o intermedias pueden introducir obstáculos que limitan el progreso. Los resultados alcanzados en un momento dado son, por lo tanto, producto de la efectividad con la que estos elementos se alinean e interactúan, con cada “ronda” de acción condicionada por las configuraciones previas y sus poderes causales. Los resultados, en consecuencia, reflejan la influencia acumulada de estos factores interrelacionados, que modelan las posibilidades futuras de desarrollo.

51El modelo presentado aquí se compone de las siguientes capas y categorías. En términos de factores macroeconómicos, sociales y políticos, observamos que Brasil alcanzó el puesto de la quinta economía mundial en los años 2000 y su economía nacional experimentó cambios al sacar a 35 millones de personas de la pobreza y a incluir a otros 45 millones en la clase media, en el empleo formal y el consumo (Neri, 2008; 2019; Souza, 2018). Además, el papel de Brasil en el liderazgo político internacional en este período también contribuyó a su promoción, aumentando su influencia en otros países, nuevos acuerdos comerciales, etc. Todas estas acciones impactaron en el poder blando, el liderazgo cultural y la imagen positiva que Brasil construyó en los años 2000. Esta “agenda positiva” también se reflejó en la imagen de Brasil en el exterior y en el número de turistas internacionales que recibió el país (que alcanzó por primera vez los 8 millones en un año). Estos procesos macroestructurales estaban eliminando obstáculos que persistieron durante siglos. La relativa ausencia de crisis y la agenda política progresista conformaron una combinación positiva de limitaciones espacio-temporales y ventanas de oportunidad en el caso analizado.

52Sin embargo, el breve período de una década y media no fue suficiente para revertir completamente la trayectoria de dependencia de la trayectoria basada en procesos incompletos (que nuevamente fueron interrumpidos por la crisis global de 2008), lo que empezó a revertir las condiciones básicas de acción para las acciones gubernamentales posteriores, sus elecciones y resultados. Este nuevo punto de inflexión mostraría sus efectos en la segunda mitad de la década de 2010. Además, aunque la confluencia positiva de las categorías analizadas permitió importantes resultados —desde un aumento del 60% en el turismo receptivo hasta la diversificación de la imagen internacional de Brasil— que cambiaron la morfología y estructura del turismo en Brasil, su importancia real, sus efectos y sus posibilidades de impulsar el desarrollo nacional (centrándose en el turismo receptivo) son cuestionables.

53Esta contradicción puede explicarse, según nuestro marco interpretativo, como una transformación derivada de la alineación positiva de factores macrosociales, como la ausencia de crisis, junto con una expansión económica internacional impulsada por la demanda y una estrategia nacional progresista, aunque orientada al turismo receptivo. Sin embargo, a pesar del éxito relativo experimentado, estos resultados positivos están vinculados a la profunda adopción de prácticas gerenciales y formas neoliberales de utilizar el turismo.

54Como demuestran Lapointe et al. (2018), al aplicar el análisis del Imperio de Hardt y Negri a los estudios de turismo, a través de las tres fases—integración, diversificación y procesos de gestión—es posible observar que los resultados relativamente positivos en Brasil representan una adopción normativa de la agenda neoliberal. Así, para tener éxito, cuanto más se alinea uno con la doxa y las reglas del juego, más elegible se vuelve para recibir recompensas del sistema. Sin embargo, este episodio de éxito relativo es tal solo cuando se analiza unilateralmente, basado en el turismo receptivo. Al considerar el turismo emisor, se hace aún más evidente la fragilidad del modelo de gestión. En este punto, surge una pregunta: ¿es posible tener éxito al adherirse a las reglas del juego y al mismo tiempo desafiarlas?

55Asimismo, si bien las políticas de turismo de la época en Brasil condujeron a un resultado positivo en términos de flujo turístico e incrementaron la influencia política a nivel global, a nivel subnacional el desarrollo de las políticas turísticas fue recibido de forma desigual, alineando la cultura con el mercado turístico global y dejando fuera a algunos actores, mientras favorecía expresiones culturales “competitivas” en el mercado global, como el samba o el fútbol. Esto generó una jerarquización del espacio subnacional a través de la compatibilidad del lugar y la cultura con el alcance global del mercado turístico.

56Como señalan Pimentel et al. (2024, p. 165):

Subyace a esta situación una contradicción sistémica. Utilizar el turismo como herramienta de desarrollo requiere “hacerlo funcionar” mediante la ganancia de eficiencia y escalabilidad. Esto exige adherirse a la doxa, a las normas establecidas y a las reglas del juego, lo cual implica integrarse al mercado, atraer turismo de masas y expandir y diversificar su campo organizacional. Al hacerlo, se crea y expande una red difusa de actores e intereses que, al entrar en el juego en un determinado momento, se vuelven dependientes de esta estructura y de sus condiciones para mantenerse. Una vez establecida, esta estructura se vuelve dependiente de estas mismas condiciones económicas (consumo masivo y dependencia de mercados extranjeros). Esta situación conduce a una predominancia de fuerzas resultantes en la tendencia inercial de mantener la dirección y el movimiento del campo de acuerdo con la doxa que lo guía, lo cual, a su vez, reduce progresivamente la posibilidad de hacerlo de otra manera. En resumen, para que el turismo sea un pasaporte para el desarrollo, debe hacerlo funcionar, y cuanto más “funciona” bien dentro del sistema capitalista, más depende de estas estructuras macroeconómicas y más difícil se vuelve utilizarlo de otra manera (por ejemplo, con un propósito social).

57Estudios futuros podrían explorar la existencia de un punto de inflexión en cada categoría propuesta, la transición entre ellas, así como la diferencia de peso para cada fase. Serían bienvenidos estudios empíricos que permitan probar, revisar y eventualmente añadir nuevas categorías a este modelo inicial, propedéutico y heurístico, ya sea usando otros períodos en el caso de Brasil o aplicando el marco propuesto a otras regiones (por ejemplo, América del Norte, Europa, Asia, etc.) y escalas (países, estados, regiones y ciudades).

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Note de fin

1 Por ejemplo, el Portal de Periódicos Capes devolvió 377,870 documentos para el término “economía política” y 2,129 documentos cuando se combina con el término “turismo.” Esto indica que los estudios sobre turismo representan aproximadamente el 0,58% de todos los documentos sobre economía política. En cambio, existen 143,814 textos relacionados con “turismo” y “gestión,” lo que significa que el subcampo de la “economía política del turismo” constituye solo el 1,48% de la investigación dentro del campo más amplio de la “gestión del turismo.” Esta proporción se refleja de manera similar al comparar los campos —excluyendo el turismo— de “economía política” (377,870 documentos) y “gestión” (18,980,829 documentos), mostrando que el primero representa solo el 1,99% del segundo. Otra fuente de datos, Google Ngram, que rastrea la evolución y la presencia relativa de términos clave a lo largo del tiempo en la literatura, aunque basada en libros, también revela la relación asimétrica entre los estudios sobre gestión y la economía política en el turismo. Esta tendencia se ilustra claramente en la siguiente representación visual: Comparación entre “negocios de turismo” y “economía política del turismo” a lo largo del tiempo. Source: Google Books Ngram Viewer (2024, s/p)
https://books.google.com/ngrams/graph?content=tourism+management%2C+political+economy+of+tourism&year_start=1800&year_end=2022&corpus=en&smoothing=3

2 El realismo crítico reconoce diferentes niveles (estructural, fenoménico y empírico) y tipos de objetos (material, ideal, social y artefactual) en la realidad, de acuerdo con sus formas de manifestación (Fleetwood, 2005). Exploramos estos diferentes tipos para abordar los conceptos utilizados aquí: posición del país, políticas nacionales, soft power, ventanas de oportunidad y dependencia de trayectoria. Debido a las limitaciones de espacio, tomamos esto como una premisa sin mayor detalle. Sin embargo, una discusión más profunda sobre el realismo crítico puede encontrarse en Bhaskar (2005), Archer (2001) y Vandenberghe (2010). Para una aplicación específica, como en nuestro estudio, ver Pimentel (2012; 2024).

3 Por cuestiones de forma y espacio, mientras en este artículo nos enfocamos en los diferentes tipos de objetos de la realidad y en su integración, en un mismo nivel (el macrosocial), en otros estudios nos dedicamos a la discusión de los niveles y su integración.

4 Adoptamos aquí el término “no-económico” para referirnos a todas las influencias (políticas, sociales, religiosas, etc.) de otros sistemas sobre la economía. En su obra clásica La Gran Transformación, Karl Polanyi utiliza el término “institución” para referirse a estos factores no-económicos. Para él, el surgimiento de las sociedades de mercado fue moldeado por factores políticos y sociales. Lo que más tarde se denominaría “mercado” está inserto en la sociedad y no puede existir independientemente de los contextos sociales y culturales. Antes de los mercados, existían otras instituciones regidas por ciertos principios (como: reciprocidad – simetría; redistribución – centralidad; y domesticidad – autarquía, respectivamente), haciendo posible la existencia de formas de gobierno y sociedades estructuradas. Ramella (2007, p. 3433) define la economía política como “una corriente de estudio que analiza las influencias recíprocas entre factores económicos, sociales y políticos y su impacto en la regulación de actividades en diferentes contextos institucionales”.

5 En este contexto, el turismo es frecuentemente visto como una alternativa “fácil” para países con capacidad de inversión limitada y una necesidad urgente de generar empleo e ingresos. Los Estados nacionales han intentado enfrentar el desafío de reducir el turismo emisor y aumentar el turismo receptor, generando un fuerte superávit económico y distribuyendo sus beneficios cualitativos de forma equilibrada y difusa.

6 Los análisis económicos de la cadena de suministro del turismo indican que aproximadamente el 75% del PIB turístico se concentra en algunos segmentos clave (Bull, 1994), todos los cuales constituyen actividades intermedias (Tisdell, 2013). Estos segmentos incluyen compañías aéreas, cadenas hoteleras y agencias de viaje, que operan frecuentemente en el ámbito internacional bajo conglomerados corporativos transnacionales. En consecuencia, resulta evidente que, en promedio, solo el 25% del PIB turístico se distribuye entre otros actores, cada uno operando en sus escalas y contextos específicos.

7 Montejano (1991) clasifica como pequeños países aquellos que, en general, son islas o tienen pequeña extensión territorial, con poca diversificación productiva y una economía basada predominantemente en el sector servicios en general y en el turismo en particular. Ejemplos incluyen Cuba, Costa Rica, Malta, entre otros. Por otro lado, algunos países como Francia, Estados Unidos y Reino Unido tienen un gran flujo de turistas receptivos debido a su posición en la economía política y también al imaginario que crean y promueven como una forma de poder blando (soft power).

8 En lo original: “As we demonstrated, tourism is an inherent part of those three moments. First through the integration of all the world’s cultures and countries into the tourism market, but also by the push from the multinational tourism stakeholders to transform nation-states into marketing and managing agencies for an internationally-bound tourists flow. The differentiation moment is the core moment of tourism within Empire because it is where the market expands to commodify culture as both diverse and competitive inside the tourism market. Finally, the management moment is when biopower becomes embedded in the governance of tourism and becomes a form of social reproduction and control.” (Lapointe et al., 2018, p. 31).

9 Quizás más conocida por el trabajo de Cardoso y Falleto (1967), la Teoría de la Dependencia aborda la inserción económica de los países latinoamericanos en el sistema económico internacional. Esta teoría enfatiza factores no-económicos, como la posición geográfica, los procesos históricos de colonización y las estructuras de poder político impuestas por las antiguas metrópolis, junto con factores tecnológicos recientes, como determinantes de las posibilidades de desarrollo de estos países. En el turismo, académicos como Young y De Kadt examinan críticamente el impacto del turismo mediante la teoría de la dependencia, demostrando cómo el turismo perpetúa desigualdades y subdesarrollo en países periféricos a través de relaciones de intercambio desiguales con economías capitalistas dominantes. Esto da lugar a un excedente económico que beneficia a pocos, mientras perpetúa el subdesarrollo para muchos. Insertado en una perspectiva marxista clásica, el Centro de Estudios para el Desarrollo Turístico Sostenible (CEDESTUR) ha contribuido significativamente al discurso sobre la EPT (véase: Arnaiz Burne y César Dachary, 2004; Arnaiz Burne y César Dachary, 2009; César-Dachary y Arnaiz Burne, 2013; César-Dachary y Arnaiz Burne, 2012; César-Dachary et al., 2016).

10 Esferas previamente no penetradas por el mercado y, desde el principio, productivas sin crecimiento económico de valor, ya que no producían bienes. Para una buena visión general sobre el ocio a lo largo del tiempo, ver Zuzanek (2018; 2020a).

11 El 31 de agosto de 2016, la presidenta Dilma Rousseff sufrió un juicio político (impeachment), y el gobierno federal fue asumido por el vicepresidente Michel Temer. Por lo tanto, consideramos el año 2016 en la clasificación de ambos gobiernos. (Fuente: Gustavo Garcia, Fernanda Calgaro, Filipe Matoso, Laís Lis y Mateus Rodrigues. “Senado aprueba impeachment, Dilma pierde mandato, y Temer asume.”, G1. Consultado el 18 de octubre de 2023).

12 La Cuenta Turismo es el registro contable de las entradas de divisas resultantes del gasto en el consumo de bienes y servicios en Brasil por parte de visitantes internacionales—referidas como Ingresos por Divisas—y, por otro lado, de las salidas de divisas debido al gasto en el consumo de bienes y servicios por brasileños en otros países—conocidas como Egresos por Divisas. El saldo de esta cuenta puede ser positivo o negativo. Esta cuenta pertenece a un ítem dentro de la Cuenta de Servicios de la balanza de pagos del Banco Central de Brasil.

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Titre Figura 1: Llegadas de turistas internacionales
Crédits Fuente: OurWorldInData.org/tourism (2024).
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Titre Figura 2: Viajes de turistas internacionales, 2003 a 2016
Crédits Fuente: OurWorldInData.org/tourism (2024).
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/viatourism/docannexe/image/11939/img-2.png
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Titre Figura 3. Número de llegadas internacionales durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (2003-2016*)
Crédits Fuente: elaboración propia con base em los datos del MINTUR (2023), disponible en: http://www.dadosefatos.turismo.gov.br/​dadosefatos/​home.html
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/viatourism/docannexe/image/11939/img-3.png
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Titre Figura 4: TNA en el gobierno del Partido de los Trabajadores (2003-2016*)
Crédits Fuente: elaboración propia basada en la base de datos del Senado Federal y la Cámara de Representantes (2022).
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/viatourism/docannexe/image/11939/img-4.png
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Titre Figura 5: Material promocional de Embratur en los períodos de 1977, 1978, 1987, 1992-1999 y 2005-2008, respectivamente
Crédits Fuente: reproducido de Kajihara (2010).
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/viatourism/docannexe/image/11939/img-5.png
Fichier image/png, 252k
Titre Figura 6. La interacción entre las categorías analizadas
Crédits Fuente: elaboración propia.
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/viatourism/docannexe/image/11939/img-6.jpg
Fichier image/jpeg, 206k
Titre Figura 7: Cuenta de Turismo de Brasil (en millones de US$) – 2000-2017
Crédits Fuente: Elaboración propia con base en datos del Anuario Estadístico de Turismo (2020).
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/viatourism/docannexe/image/11939/img-7.png
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Pour citer cet article

Référence électronique

Thiago Duarte Pimentel, Mariana Pereira Chaves Pimentel, Marcela Costa Bifano de Oliveira et Dominic Lapointe, « La Economía Política del Turismo en Brasil (2003-2016): ¿una agenda “positiva” pero aún neoliberal? », Via [En ligne], 26 | 2024, mis en ligne le 20 décembre 2024, consulté le 25 mars 2025. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/viatourism/11939 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/130rc

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Auteurs

Thiago Duarte Pimentel

Universidade Federal de Juiz de Fora (Brasil) y Université du Québec à Montréal (UQAM), Canadá. Postdoctorado en Estudios Urbanos y Turismo (Geopolítica del Turismo) por la UQAM. Posdoctorado en Sociología y Filosofía (Realismo Crítico) por la UFRJ. Doctor en Ciencias Sociales por la UFJF. Máster en Gestión Empresarial y Licenciado en Turismo (UFMG). Profesor e investigador a tiempo completo (UFJF) en cursos de posgrado (Maestría/Doctorado en Ciencias Sociales) y de pregrado (Licenciatura en Ciencias Humanas y en Turismo). Miembro de ISA, AIEST, IPPA. Investigador visitante en EE.UU., Canadá, México y Cuba. Editor en jefe de los Brazilian Annals of Tourism Studies y de la Latin American Journal of Turismology. Director del Centro Latinoamericano de Turismología. Vicedirector del Centro de Investigación Social/UFJF. Exconsejero del Consejo Estatal de Turismo de Minas Gerais, y de la Municipalidad de Juiz de Fora. Áreas de interés: Realismo Crítico, Acción colectiva y organizaciones; Sociología del trabajo, ocio y turismo; Políticas públicas, educación y universidad. CV (Brasil): http://lattes.cnpq.br/9841188234449467 ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1889-069X Correo electrónico: thiago.pimentel@ich.ufjf.br

Mariana Pereira Chaves Pimentel

Universidade Federal de Juiz de Fora (Brasil) y Université du Québec à Montréal (UQAM), Canadá. Postdoctorado en Estudios Urbanos y Turismo (Gobernanza del Turismo) por la UQAM. Doctora en Ciencias Sociales por la Universidade Federal de Juiz de Fora/UFJF. Máster en Gestión Empresarial por la Universidade Federal de Lavras (UFLA) y Licenciada en Turismo por la Universidade Federal de Minas Gerais/UFMG. Profesora e investigadora en la UFJF, en el Programa de Maestría en Administración, y en las licenciaturas en Turismo y en Ciencias Humanas. Codirectora del Observatorio Económico y Social del Turismo/OEST y miembro del Centro Latinoamericano de Turismología/CELAT. Universidade Federal de Juiz de Fora, Instituto de Ciencias Humanas, Departamento de Turismo. R. José Lourenço Kelmer, Campus Universitario, CEP: 36036-330, Juiz de Fora/MG, Brasil. CV (Brasil): http://lattes.cnpq.br/6068546895140231 Correo electrónico: mariana.chaves@ufjf.br

Marcela Costa Bifano de Oliveira

Universidade Federal de Juiz de Fora (Brasil) y Universidad de Guadalajara (México). Doctora en Ciencias para el Desarrollo, la Sustentabilidad y el Turismo en la Universidad de Guadalajara - Centro Universitario de la Costa, México. Máster en Ciencias Económicas y Sociales en la Universidad Autónoma de Sinaloa, México. Licenciada en Turismo por la Universidade Federal de Juiz de Fora, Brasil. Analista en la Dirección de Capacitación y Cualificación de la Secretaría de Estado de Cultura y Turismo de Minas Gerais (Secult-MG). [Analyst in the Department of Training and Qualification at the State Secretariat for Culture and Tourism of Minas Gerais (Secult-MG)] Asistente de investigación en la UFJF. Miembro del Observatorio Económico y Social del Turismo/OEST y del Centro Latinoamericano de Turismología/CELAT. Universidade Federal de Juiz de Fora, Instituto de Ciencias Humanas, Departamento de Turismo. R. José Lourenço Kelmer, Campus Universitario, CEP: 36036-330, Juiz de Fora/MG, Brasil. CV (Brasil): http://lattes.cnpq.br/7712105913348717 Correo electrónico: marbifano@gmail.com

Dominic Lapointe

Université du Québec à Montréal (UQAM). Doctor en Desarrollo Regional, Université du Québec à Rimouski, UQAR. Profesor de tiempo completo en la UQAM, titular de la Cátedra de Investigación sobre Dinámicas del Turismo y Relaciones Socio-Territoriales. Université du Québec à Montréal, CP 8888, Sucursal Centre-Ville, Montreal (Quebec), Canadá, H3C 3P8. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5696-1471. Correo electrónico: lapointe.dominic@uqam.ca

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