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Résumé

El presente ensayo constituye un estudio crítico que reflexiona sobre los principales debates intelectuales relativos al neoliberalismo y la desigualdad académica en los estudios turísticos latinoamericanos. Para ello, se proponen tres etapas que combinan una doble dimensión analítica: una epistemológica y otra sociológica. En primer lugar, se exploran aspectos claves para pensar y abordar la idea de neoliberalismo en las ciencias sociales del sur. Por su parte, el segundo eje incluye el análisis de la dependencia al interior de los estudios turísticos. Finalmente, se exploran las transformaciones en las maneras de pensar y estudiar los estudios culturales y turísticos desde América Latina. Con todo lo anterior, se pretende contribuir a la reflexividad del campo, problematizando no solo los desafíos cognoscitivos que existen, sino las reglas que se ponen en juego bajo la dimensión del poder. Este estudio es una invitación no exhaustiva aunque necesaria para construir nuevos horizontes de verdad.

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Texte intégral

Introducción

1Son diversas las preocupaciones que existen en la comunidad científica internacional en relación a la construcción de conocimiento en turismo. Autores como Jafari y Ritchie (1981), Tribe (1997), Jafari (2001), Ren, Pritchard y Morgan (2010) son tan solo algunos autores internacionales que se han preocupado en cómo se ha dado dicha performance histórica. En el contexto latinoamericano se pueden identificar, entre otros, los aportes de Hiernaux (2002), Castillo Nechar (2005), Niding, Andueza, Farías, Alonso y Zamudio (2010; 2011), Panosso Netto (2007), Panosso Netto y Nechar (2016), Campodónico y Chalar (2011), Korstanje (2013; 2014; 2015) y Comparato (2019a; 2019b; 2022). Pese a dicha tendencia no son numerosos los trabajos que explicitan las relaciones posibles entre globalización y neoliberalismo y, con ello, los impactos en las producciones científicas del campo.

2En este marco, lejos de constituir un estudio exhaustivo o excluyente, el presente documento es un ensayo crítico que reflexiona y problematiza sobre los principales debates intelectuales relativos a la dependencia académica de los estudios turísticos latinoamericanos en relación al norte global. Más específicamente, es un trabajo de investigación básica, sustentada en la revisión bibliográfica, que se enmarca en el desarrollo de líneas de investigación que se realizan o se han realizado a nivel de maestría y doctorado.

3Para tal reflexión, se utilizan una serie de categorías conceptuales cuya utilidad permite entretejer problemáticas regionales con procesos globales. En este marco, se parte del reconocimiento de una serie de transformaciones del proceso de globalización contemporánea. No obstante, el reconocimiento de tales cambios resulta insuficiente si no se comprenden las improntas del neoliberalismo y, como consecuencia, nuevas formas de dependencia y colonialismo. Son estas últimas categorías las que permiten reflexionar sobre los estudios turísticos latinoamericanos en un marco de posiciones internacionales que favorecen/inhiben, incluyen/excluyen, visibilizan/invisibilizan prácticas de investigación, decisiones teórico-metodológicas así como formas de convalidación y consagración del conocimiento.

4En términos del diseño del problema de investigación, y frente a la complejidad y diversidad temática posibles, se toman como referencia tres escalas bajo una estructura que irá de lo general a lo particular. En primer lugar se sintetizan algunos de los principales emergentes contemporáneos de las ciencias sociales pensadas desde contextos latinoamericanos. Algunas de las preguntas que surgen son: ¿Cuáles son las principales problemáticas de visibilidad que se vislumbran para las ciencias sociales en la región? ¿Cuáles son las relaciones de poder que se manifiestan en la circulación científica? ¿Es posible hablar de neoliberalismo y capitalismo académico?. Estos interrogantes revisten una importancia estratégica para no pensar el turismo desde una insularidad, o ex nihilo, sino que, por el contrario, vincularlo a contextos más amplios.

5En segunda instancia, se pretende analizar las consecuencias de los procesos antes mencionados en términos de dependencia en el campo del turismo y las consecuencias que esto puede acarrear. Aquí se incluye una dimensión intelectual y otra de carácter institucional. En el primer sentido se reflexiona sobre la necesidad de pensar los marcos historiográficos al momento de analizar los estudios turísticos. En segunda instancia, se introducen las reglas de circulación científica bajo un contexto de publish or perish. En este sentido, se analizan los principales desafíos que se manifiestan tanto a autores como revistas para una mayor visibilidad del conocimiento.

6Finalmente, como cierre de la hoja de ruta propuesta, se seleccionó una de las relaciones disciplinares posibles. En este sentido, este apartado tendrá como objeto de análisis los debates y tensiones que tienen lugar en el campo de los estudios culturales y el turismo en la región latinoamericana. La elección de esta línea de investigación se justifica por hacer visible y evidente las consecuencias asociadas al neoliberalismo, pero no por ello significa que sea la única. A modo de vigilancia epistemológica, esta decisión obedece a una razón expositiva aunque alienta a que se expanda en próximas investigaciones bajo otras categorizaciones y campos. En esta oportunidad, se reconoció que el abordaje cultural de los estudios turísticos en América Latina pone en evidencia, como pocas, la relevancia de la cultura como objeto de consumo, sobre todo cuando es vista desde marcos ajenos y extralocales que anclan la diferencia, en ocasiones, como algo fijo, exótico y auténtico. Esto permite problematizar la idea de colonialismo y dependencia académica desde un ámbito epistemológico así como también conceptual y prescriptivo. A modo disruptivo, se presentan autores latinoamericanos que ofrecen los primeros lineamientos para pensar la relación entre los estudios culturales y el turismo, desde un posicionamiento decolonial, contribuyendo al desarrollo de un corpus teórico contextualizado a la región.

7En todos los casos se utilizaron bases de datos mainstream (SCOPUS y Web of Science) así como también indexadoras o buscadores donde los trabajos de origen latinoamericano tienen mayor representatividad como Scientific Electronic Library Online (SciELO), Sistema Regional de Información en línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (Latindex), Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc) y Google Scholar. En los aspectos idiomáticos, se combinan trabajos en inglés, portugués y español. A modo de práctica metodológica se reconoce que se consideraron solamente los títulos y palabras claves cuyos resultados coinciden con los términos “neoliberalismo”, “colonialismo” o “dependencia” en el ámbito de “América Latina” o “Latinoamérica”. Tal trabajo se realizó durante septiembre de 2023 y, a posteriori, se seleccionó el corpus más directamente vinculado con la temática de investigación. Así como se considera que tal decisión fue fructífera para superar algunas barreras idiomáticas y no limitarse a bases mainstream, se reconoce que el trabajo está lejos de agotar la temática. Por el contrario, pretende ser una continuidad de líneas de investigación precedentes así como llaves de inicio para nuevos interrogantes investigativos.

8En lo que refiere a la importancia del trabajo, cabe destacar, principalmente, una importancia propedéutica. Esto se debe a que se trata de una propuesta cuyo aporte principal remite a la reflexión dentro de un plano metacientífico, problematizando no solo los desafíos cognoscitivos que existen, sino las reglas que se ponen en juego en las investigaciones turísticas dentro del contexto latinoamericano así como también el lugar que ocupan en las dinámicas de poder de los sistemas científicos internacionales. De esta manera, se posiciona una temática de investigación cuya lectura no solo es epistemológica sino también vinculada a la sociología de la ciencia. Desde el punto de vista práctico, se considera que la construcción de categorías teóricas y la elección de posicionamientos epistemológicos repercuten en la praxis investigativa así como en la intervención que se realiza sobre la realidad social turística. En consecuencia, es imperativo reflexionar y problematizar el campo de análisis, buscando nuevas maneras de fomentar la producción de conocimiento propio y contextualizado a problemáticas regionales.

I. Algunas claves para pensar la dependencia y el capitalismo académico en América Latina

9Así como el neoliberalismo constituye un concepto polisémico, también lo son sus aplicaciones. En este sentido, así como se pueden reconocer abordajes recurrentes como el estudio de la mercantilización del tiempo libre, la acumulación por desposesión o los impactos del capitalismo turístico global (Sequera, 2020) también es posible identificar vacancias investigativas tales como las consecuencias del neoliberalismo en las prácticas de investigación. De esto último se derivan preocupaciones tales como el estudio de los principios que rigen la construcción de agendas investigativas, las asignaciones de financiamiento, las barreras idiomáticas, los mecanismos de convalidación del conocimiento, o los Article Processing Charges (APC) requeridos para publicar o acceder a editoriales mainstream.

10En The Handbook of Neoliberalism (Springer et al., 2016) se reconoce que el neoliberalismo es uno de los conceptos más poderosos de las ciencias sociales durante las últimas décadas. No obstante, tal como menciona Boron (2006) se ha recaído durante mucho tiempo en la idea de que constituye un programa de índole únicamente económico. Por el contrario, el neoliberalismo también influye como marco teórico dentro de la vida social, cultural y cotidiana de las sociedades de América Latina (Furlan Da Costa y Goulart, 2018) . Así, “el neoliberalismo ha instaurado la barbarie del reduccionismo economicista que hoy nos aqueja. Su impacto se corrobora en la exaltación del influjo de elementos económicos en todo el conjunto de la vida social” (Boron, 2006 p. 47).

11De tal manera, las premisas del neoliberalismo se centran tanto en la (1) imposición del libre mercado; en la (2) apertura comercial y financiera, (3) en la concepción de que Estado queda desplazado de los ámbitos económicos y sociales, donde los derechos sociales son convertidos en simples mercancías. Es decir, la jerarquización de lo individual en la que la toma de decisiones está fundada en la idea de maximizar los beneficios y disminuir los costos, para satisfacer sus intereses egoístas. La razón intelectual es el Homo Economicus (Delgado, 2006).

12Estas “peculiaridades del neoliberalismo” (Katz, 2015, p.1) en América Latina se postularon en una imaginaria inserción natural en el mercado mundial y bajo una reproducción del subdesarrollo basada en exportación primaria. Específicamente, desde finales de los años 80’s, el Consenso de Washington fue tomado por una buena parte de los países de América Latina y del Sur Global. Se trató de diez instrumentos de política que se presentaban como adecuados para velar por la sostenibilidad y el crecimiento de los países deudores, especialmente a partir de presunta ineficiencia del Estado (Castañeda Rodríguez y Díaz-Bautista, 2017; Harvey, 2005; Furlan Da Costa y Goulart, 2018; Rodríguez, 2023).

13En términos de Pradilla Cobos (2009) incorporar una dimensión intelectual al estudio del neoliberalismo implica reconocer que muchas veces se recurre a una actitud complaciente al asumir conceptos de moda o correctos sin reconocer el efecto social que tiene para la realidad latinoamericana. Esto se debe, entre otras razones, a la no identificación de las distintas esferas de dominación del capitalismo global. El sector académico y de educación superior universitaria de la región no ha quedado por fuera de esta lógica, la cual para Saura y Bolívar (2019) ha sido asumida como una ontología propia del ser investigador en estos tiempos que corren.

  • 1 Para Milton Friedman la educación no es un derecho social sino un servicio mercantil (Delgado, 2006 (...)
  • 2 Para Furlan Da Costa y Goulart (2018) el productivismo académico se encuentra asociado a la raciona (...)

14De ahí, que radica la importancia de exponer los embates del neoliberalismo en el territorio latinoamericano y cómo estos han influido específicamente en la producción de conocimiento y en las prácticas concretas del fenómeno turístico. Algunas características que se destacan de este nuevo régimen son (1) privatización y mercantilización de la educación superior1; (2) se define como ciencia a aquella que es funcional al mercado y sus intereses lucrativos, la famosa “ciencia útil” o investigaciones aplicada en contraposición a la investigación básica; (3) el pensamiento crítico es desplazado en la búsqueda de productividad (productivismo académico2) por parte de los investigadores esto se traduce en la búsqueda de la cantidad de publicaciones por sobre la calidad y aporte al conocimiento científico; (4) las agendas de investigación de los países latinoamericanos,en muchos casos, son gestionadas y financiadas por organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM), esto conlleva la producción de conocimientos disociados de la realidad territorial de la región (Delgado, 2006; Boron, 2006). Las autoras Furlan Da Costa y Goulart (2018), coinciden con la Teoría del Capitalismo Académico (TCA) dispuesta por Slaughter y Rhoades (2004) en tanto “hay una transición en la nueva economía de un régimen de bien público de conocimiento/aprendizaje a un régimen académico capitalismo de conocimiento/aprendizaje” (p. 402).

  • 3 Es preciso destacar que la llegada de los colonizadores al territorio americano ha derivado no solo (...)

15Para pensar la intervención del neoliberalismo en el ámbito académico es preciso abordar el concepto de dependencia. Dentro de la categoría dependencia se podrían identificar al menos dos capas analíticas: una dimensión a) epistemológica (relativa a cómo se explica la realidad social) y otra b) sociológica (relativa a la producción y circulación de ese conocimiento). En el primer sentido (entre otros posibles) se podría recuperar el concepto de Quijano (1999) sobre ‘colonialidad del poder’. Para el autor, la colonialidad poder implica la persistencia del racismo como principio organizador de múltiples jerarquías, entre ellas la jerarquía y predominancia del conocimiento occidental, eurocéntrico y euroamericano. Este principio organizador tiene origen en el colonialismo3. Si bien el colonialismo (“global colonialism”) ha sido erradicado desde la estructura administrativa colonial, la colonialidad (“global coloniality”) persiste bajo situaciones, patrones culturales y estructuras políticas que intervienen dentro del tejido social (Grosfoguel, 2007; Quijano 1999; Rodríguez, 2023). Se habla de la opresión y explotación de grupos subalternizados, racializados y étnicos, desde distintas dimensiones, como la sexualidad, la espiritualidad, la economía y la epistémica.

16En relación con lo anterior, la colonialidad epistémica según Grosfoguel (2007) hace referencia a la “prevalencia del conocimiento occidental sobre otros tipos de epistemologías y cosmologías, institucionalizados en el sistema universitario global” [traducción propia, p. 217]. De manera análoga a esta idea se encuentra la definición de colonialismo intelectual acuñado por Fals Borda (1970) quien sostiene la apropiación acrítica de conocimiento producido en otras latitudes que al ser aplicado en otros territorios resulta en un análisis desarraigado de la realidad. Se habla también en términos de la colonialidad del saber (Mignolo, 2009; 2011) y colonialidad del poder (Quijano, 1992). La colonialidad del saber hace referencia al carácter eurocéntrico del conocimiento moderno, que se impone como un conocimiento universal. Esta colonialidad se articula con la colonialidad del saber en tanto es la estructura y marco dentro del cual tienen lugar otras dimensiones y aspectos de la vida social.

17Ahora bien, esta subordinación de los conocimientos de países periféricos a conocimientos occidentales (europeos y americanos) fue profundizada por la corriente dependentista a partir de fines de los años ‘60. Si bien tuvo un fuerte énfasis sobre el funcionamiento de la economía esta línea de pensamiento buscó promover la discusión sobre el modelo de desarrollo de los países latinoamericanos (periferia) en relación al vínculo de dependencia existente con los países centrales. Para Prebisch (1963) la periferia es el conjunto de países estructuralmente dependientes del centro, sometidos a un intercambio desigual (deterioro de los términos de intercambio) y cuyo único beneficiario es el centro. De esta manera, las relaciones económicas de los países latinoamericanos se encuentran intervenidas por esta relación de dominación y subordinación hacia esquemas y patrones de racionalidad también occidentalizado (Pereira da Silva et al., 2018).

18Otro de los puntos en los que se puede pensar la dependencia lo propone Enrique Dussel (2000) a partir de los años 70’s. Se trata de uno de los fundadores de la corriente ligada a la filosofía de la liberación en América Latina cuyo punto de partida es el otro excluido y el “negado” (el no-ser). Desde un punto de vista intelectual, su búsqueda es establecer un horizonte que permita develar los mecanismos de producción del orden vigente. Por tanto, es de este lugar reflexivo el que se piensa una praxis, una gestión de la acción. Específicamente hace una invitación a problematizar sobre los discursos de la filosofía europea y angloamericana y, por el contrario, el rol de la filosofía latinoamericana hacia el proyecto de liberación histórica.

19Así como se puede identificar ciertos denominadores comunes dentro de la idea de dependencia, también es cierto que emergieron nuevos debates y posturas que buscan dar cuenta de las asimetrías y desigualdades en el campo de la producción científica. De esta manera, surgen categorías como ‘dependencia académica’ (Beigel, 2016),‘dependencia intelectual’, ‘capitalismo académico’ (Slaughter y Leslie, 2001), ‘dependencia epistémica’ (Pereira da Silva et al., 2018), ‘imperialismo académico’ (Alatas, 2003).

20En relación a esto último, Alatas (2003) menciona que este tipo de imperialismo es análogo al colonialismo que tiene lugar en otras esferas de la sociedad como la política y la económica. Sin embargo, el imperialismo académico suele tener una influencia más indirecta que directa, donde las lógicas de producción y legitimación del conocimiento forman parte de un status quo internalizado por el mundo académico. Así, “el Occidente controla el monopolio y la influencia sobre la naturaleza y los flujos del conocimiento científico social...[traducción propia, p. 602]. El autor señala también la pervivencia de instituciones e ideas occidentales en las agendas científicas de los países dependientes, en el uso de técnicas metodológicas, la definición de los problemas y los estándares de reconocimiento y excelencia.

21Beigel (2016) presenta dos vertientes dentro del pensamiento de la colonialidad del saber y del poder. (1) Una primera corriente latinoamericanista que sostiene que el conocimiento teórico latinomericano se encuentra “cautivo de del eurocentrismo y preso de la división internacional del trabajo científico” (2016, p. 7) y que por lo tanto se llama a una restructuración de las ciencias sociales de la mano de nuevos académicos e investigadores indígenas y afrodescendientes. Este enfoque está alineado con los autores mencionados al comienzo de esta sección (Alatas, 2003; Fals Borda, 1970; Grosfoguel, 2007; Quijano, 1999; Pereira da Silva et al., 2018). (2) La segunda corriente se aboca a desmantelar la existencia de que el conocimiento original solo se produce en los países centrales y que el campo periférico está subordinado a estos. Asimismo, se sostiene que la medición del conocimiento científico de acuerdo a criterios o cánones de modelos de países centrales (como el estadounidense) es lo que perpetúa la dependencia.

22En esta segunda corriente se inscribe Beigel (2016), quien define a la dependencia académica como “una estructura desigual de producción y circulación del conocimiento, construida históricamente desde los tradicionales “centros de excelencia”, sin la participación de las comunidades científicas periféricas” (2016, p. 9). De esta manera, la investigadora aporta una reflexión crítica sobre la situación de dependencia académica de los países ‘periféricos’, ya que sostiene que la subordinación del ámbito académico latinoamericano no se encuentra anclada en la radical importación de conocimientos europeos y americanos, sino más bien en la circulación que tienen la producción de conocimientos científicos.

  • 4 Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.

23Debate que nos lleva, por tanto, al segundo eje: la dependencia relativa a la sociología de la ciencia y más precisamente al de las producciones. De esta manera, la autora citada así como otros autores como Galassi (2013), Floriani (2015), Preciado Coronado (2016), Piovani (2015, 2018) o el mismo CLACSO4 a partir de la publicación de Galassi (2013) sitúan la discusión de la dependencia académica dentro del plano de la sociología de la ciencia a partir del análisis de la producción científica regional y nacional (orientaciones teóricas, metodológicas, técnicas), el formato de escritura (estructura y esquematización de los trabajos académicos) y la publicación de la misma (tipo de revista, soporte, impacto). Asimismo, enfatizan que la dependencia académica se observa en cómo la investigación científica adopta una lengua (inglesa) y estilo de escritura universal (el paper), a seguir dentro del circuito mainstream, que beneficia al Sistema Académico Mundial (SAM) (Piovani, 2018).

24Si bien la circulación en el mainstream aporta cierto reconocimiento y prestigio a los investigadores latinoamericanos, se identifica la prevalencia de otros circuitos de publicación científica en distintas escalas: transnacionales, regionales y locales. Lo que lleva a argumentar que el campo académico de la investigación latinoamericana construye sus propios criterios e indicadores de medición científica así como divulgación. Sin embargo, muchas instituciones de investigación continúan replicando la evaluación del mainstream, con lo cual y como expone Beigel “se desplaza el análisis de la originalidad de la producción académica por la valoración de la ‘excelencia” de la publicación, la cual se mide, a su vez, en función de su adecuación a los estándares que los propios centros tradicionales ha establecido” (2016, p. 13).

25En virtud de lo anterior, aquí emerge un punto principal que es necesario para profundizar, a posteriori, en los estudios turísticos. Así como la edición de revistas científicas ha sido un rasgo destacado en el proceso de institucionalización de las ciencias y un instrumento de circulación del conocimiento científico también constituye un dispositivo sociotécnico de consagración científica (Salatino, 2019). En este marco, su análisis constituye un punto central para no solo pensar la cientificidad como un problema generalizado, sino también desigual, cuyas reglas son cambiantes y en cuyos patrones existen áreas centrales y otras periféricas.

II. Dependencia y desigualdad en los estudios turísticos

26Una vez presentado el contexto latinoamericano, y siguiendo los dos niveles propuestos, Comparato (2019a, 2019b, 2022) reconoce una desigualdad que también se vislumbra en los estudios turísticos. En el primer sentido, así como entiende que Jafari (1979, 1994, 2001) fue uno de los primeros y más citados trabajos que problematiza sobre la cientificidad del campo, su historiografía peca de totalizante y generalista. Es decir, incurre en un relato que no visibiliza, por ejemplo, la multiplicidad de actores con intereses diversos disputan las formas de explicar la práctica del turismo y, particularmente, rara vez explora las partes más allá de las geografías europeas y norteamericanas.

27Si nos remitimos a cómo se ha hecho historiografía en turismo, al menos tradicionalmente, se puede identificar según Towner (1995) una fuerte presencia no sólo de lo occidental sino también una historicidad centrada en la riqueza y en las elites. Por el contrario, la activación turística de las periferias (pleasure peripheres) está generalmente narrada como una emulación de clases (emulation class) que generalmente inicia con las dominantes. Puesto en otros términos, la conquista territorial de los espacios turísticos inicia con clases aristocráticas (en América Latina ligada generalmente a lo terrateniente) y luego son disputadas por otros actores o sectores sociales. A su vez, en términos metodológicos implicó el descuido de gran cantidad de fuentes historiográficas (cuadros, pinturas, fotografías, literatura, etc.), unidades de análisis y otras geografías.

28Por otro lado, Tribe (1997), en su famoso trabajo “The indiscipline of tourism”, complejiza los abordajes posibles para abordar el turismo identificando dos campos al interior de lo que denominamos estudios turísticos. Por un lado, lo relativo a los negocios (business), como marketing, gestión empresarial, etc. y, por otro, el turismo no empresarial (non-business-related tourism) que es resultado del cruce de distintas ciencias sociales. El punto a destacar aquí es que no solo existen diversas matrices intelectuales con las que pensar el turismo sino también los actores e intereses que guían la producción de conocimiento y, con ello, las relaciones de poder. Punto que retomará en su trabajo de 2006 “The truth about tourism” donde reconoce que la investigación turística conlleva un sutil poder para definir y objetivar. Es decir, tiene la capacidad para poner en primer plano algunos problemas dejando otros intactos; legitimar algunos métodos y dejar otros en la periferia; privilegiar a algunos grupos y excluir a otros (Tribe, 2006).

29Ahora bien, ¿cómo se vincula esta colonialidad epistémica con el campo de los estudios turísticos en Latinoamérica?. Autores como Wijesinghe et al. (2019), Chambers y Buzinde (2015) y Grimwood et al. (2019), Rodríguez (2023) plantean que el campo de estudios turísticos se configura a partir de la matriz colonial de poder. En otras palabras, se continúa privilegiando epistemologías y un corpus teórico occidental sobre el fenómeno turístico, así como una producción científica bajo estándares anglo céntricos (Western/Anglo-centric Standards) (Wijesinghe et al., 2019).

30Al igual que el concepto de global coloniality propuesto por Grosfoguel (2007), Wijesinghe et al. (2019) sostienen la idea de que el proceso de globalización se configura como descendiente del colonialismo, una nueva forma de neocolonialismo. Así, el turismo opera a nivel global y se encuentra intercedido por un status quo que sostiene determinadas estructuras de poder tanto en la práctica turística como en la producción y difusión del conocimiento científico:

“Así, tal ideología de "las mejores revistas", "los mejores autores" y el "conocimiento universal" (solo si se publica en "las mejores revistas") ha llevado a los estudiosos del turismo de todo el mundo a experimentar lo que Syed Hussein Alatas llama "imperialismo intelectual" [traducción propia, Wijesinghe et al., 2019, p. 5]

31Aquí también se podría rescatar la idea de Knowledge Force Field de Tribe (2006). El autor sostiene que la relación entre la producción teórica del turismo así como su práctica concreta se encuentran atravesadas por cinco factores: personas, reglas, posiciones, fines e ideología. Estos aspectos son atravesados por la dimensión de poder, permiten comprender cómo se produce y crea conocimiento en el campo del turismo, reconociendo las brechas y discrepancias en relación a su construcción.

32Por su parte, si nos remitimos al segundo nivel analítico (sociología de la ciencia) cabe preguntar ¿Qué particularidades tienen esas desigualdades en el campo del turismo latinoamericano? Comparato (2019b; 2022) plantea que el desarrollo de los estudios turísticos de las últimas décadas generaron otras estructuras de posiciones que implican nuevos órdenes. En tal sentido, registra avances históricos en América Latina vinculados al desarrollo del campo pero, también, dos situaciones diferenciales. Por un lado, una serie de centros, revistas y autores (la mayoría) anclados en una estrategia de circulación local-regional. En otras palabras, circulaciones locales en contextos globales. Por otro lado, y en oposición, una minoría cuyas formas de edición, visibilidad y circulación están orientadas para públicos diversos e internacionalizados. Esto trae aparejada la reflexión de que el estudio y formación en turismo no solo ha tenido un proceso rizomático sino también de creciente asimetría. Es decir, de una polimorfia que no puede ser suficientemente entendida sino a partir de una estructura desigual.

33Asimismo, lo anterior significa que existe una problemática cuya estructuración es al menos dual: producción y circulación. Por un lado existen barreras a los latinoamericanos en lo que respecta al acceso a los espacios especializados mainstream. En este sentido, aquí se destacan las barreras fundamentalmente vinculadas a las idiomáticas, pero también económicas y financieras. Ya sean por vía directa, como los Article Processing Charges (APCs) o por vía indirecta, a través de las traducciones especializadas que solicitan varias revistas de alto impacto. Aquí se le suma, también, la escasa presencia en la edición y revisión científica de latinoamericanos en esas revistas. Por otro lado, se añade una segunda capa relativa a la circulación del conocimiento producido. Es decir, aún en contextos globales la mayoría de las revistas especializadas en turismo de la región tienen grandes dificultades para penetrar en la lectura y citación por fuera de estas mismas geografías. De ahí que no sea sorpresa que buena parte de los trabajos más referenciados del campo hagan casi nula referenciación a hispanoparlantes.

34En términos de reflexividad, considerar la desigualdad y dependencia al momento de analizar el campo de los estudios turísticos implica no solo pensar en una problemática únicamente vinculada a lo intelectual, sino también de la posición en un espacio estructurado de posiciones. Entre la multiplicidad de variables que actúan como condicionantes cabe destacar el lugar desde el que se realiza tal exploración o aporte. De ahí que se sostiene que existen diferentes determinaciones y que ellas operan sobre un espacio no homogéneo o plano. Hay, en efecto, disímiles performances contextuales.

III. Turismo y estudios culturales en América Latina

35En relación a la dimensión de la dependencia y el neoliberalismo que atraviesa el campo del turismo, resulta pertinente profundizar sobre su incidencia en la forma de abordar los estudios culturales del turismo en América Latina. Se parte de la premisa de que las categorías teóricas que enmarcan este trabajo se ilustran paradigmáticamente en los posicionamientos epistemológicos adoptados dentro de este campo así como también en la práctica misma del turismo.

36La dimensión económica del neoliberalismo suele ser la más evidente dentro de las sociedad y, en la práctica turística. Así, el turismo introduce en el mercado los referentes socioculturales de una sociedad dotándolos de un valor de uso/consumo y valor de cambio. En palabras de Bolaños (2016) “es capital simbólico reconvertible en capital económico” (p. 155). Se mercantiliza la cultura con el objetivo de obtención de lucro económico y funcional a los intereses del mercado y del sector privado. En este sentido, el espacio latinoamericano ha sido valorizado ampliamente por el turismo, derivando en la importancia de esta actividad para el desarrollo de políticas económicas, urbanas, culturales, entre otras (Perichi, 2000; Hiernaux y González, 2014). Organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), consultoras externas de países en desarrollo y organizaciones transnacionales que invierten capital, definen e implementan directrices en la planificación y gestión.

37Se suele argumentar que las políticas neoliberales actúan como mecanismos, explícitos o implícitos, que suelen perpetuar formas contemporáneas de dominación y de dependencia sobre la dimensión política, económica y, específicamente, cultural. Una colonialidad que sobrevive al colonialismo en tanto momento histórico, que pervive en la modernidad y que continúa agudizando la segregación y la desigualdad en las sociedades latinoamericanas (Maldonado Torres, 2007).

38Bajo la mercantilización cultural, el turismo exotiza la otredad y enmarca la diferencia bajo características y aspectos simbólicos coherentes y homogéneos para el consumo en el mercado (Hernández Hernández, 2012). Así, el capitalismo global apela a “las supuestas “esencias” nacionales para inscribirlas en la universalidad del mercado” (Vich, 2006, p.) o en otras palabras “administra la diferencia como simple recurso mercantil” (Vich, 2006, p. 166). Particularmente, en el ámbito de la promoción turística, las expresiones culturales son proyectadas como ‘auténticas’. La noción de “autenticidad” la cual evoca que las expresiones culturales de un destino son rasgos fijos, entidades discretas, prístinas e inmutables (Wright, 1998). Algo similar acontece en la activación patrimonial o patrimonialización. A partir de este proceso, el acervo cultural de las sociedades de destino es valorizado y jerarquizado como patrimonio desde el Estado u otras instituciones, como UNESCO, bajo una mirada hegemónica, invisibilizando relatos y aspectos simbólicos de identidades subalternas (Wright, 1998; Vázquez, 2014; Staszak, 2012).

39El enfoque culturalista sostiene que a cada sociedad, arraigada a un espacio geográfico, le corresponde una serie de rasgos culturales específicos, coherentes y auténticos (Bayardo, 2000; Fuller, 2015; Vich, 2006; Vich, 2007). Esta concepción adquiere un cerramiento únicamente en la dimensión cultural desatendiendo otros aspectos (económicos, políticos, históricos, entre otros) que interceden en los procesos sociales (Bayardo, 2000; Comparato, 2019). Así lo manifiestan Grimwood et al. (2019) “hay, por ejemplo, una larga historia de representaciones producidas en la academia que contribuyen a la patologización de los pueblos indígenas, por un lado, e imaginarios demasiado románticos de culturas primitivas y anti modernas, por el otro.” [traducción propia, p. 5]. Asimismo, desde lo institucional prevalece la relación colonial dominador/dominado, en tanto las posiciones adoptadas por investigadores del mundo occidental se instauran bajo una perspectiva epistemológica occidental y eurocéntrica que versa que los dominados (o las poblaciones no occidentales, excluidas del orden establecido por el mundo moderno occidental) no tienen la capacidad de producir conocimientos, o si los producen estos no son válidos (Rodríguez, 2023). Bhabha sostiene que “el lenguaje de la teoría es solo otra treta de la élite occidental culturalmente privilegiada para producir un discurso del Otro que refuerce su propia ecuación poder-conocimiento” (Bhabha, 2007, p. 41).

  • 5 El grupo de estudios latinoamericanos subalternos fue fundado en el año 1992 y reúne a académicos l (...)

40Ahora bien, antes de profundizar sobre los estudios culturales y turísticos de América Latina, es preciso introducir en el debate en relación a dos enfoques: el postcolonial y decolonial. La perspectiva postcolonial propone una hoja de ruta para descolonizar el pensamiento occidental al mismo tiempo que se busca la producción y validez de conocimientos alternativos. Sin embargo, esta corriente ha sido criticada por varios autores como Grosfoguel (2007), Wijesinghe et al. (2019), Rivera Cusicanqui (2011) quienes sostienen la idea de que muchos de los intelectuales que pregonan el postcolonialismo, posicionan la producción de conocimientos desde instituciones occidentales que siguen referenciando y adoptando teoría, terminología y estudios empíricos de autores occidentales. Esto ha sido un punto de quiebre en muchos grupos que estudian los aspectos culturales. Así lo detalla Grosfoguel cuando menciona las causas del desmembramiento del grupo de estudios latinoamericanos subalternos5 donde sostiene que “ellos [investigadores postcoloniales] produjeron estudios sobre lo subalterno en lugar de estudios con y desde una perspectiva subalterna” [traducción propia, 2007, p. 211]. Esto también es mencionado por Restrepo (2014) cuando hace alusión a que la concepción de los ‘estudios culturales latinoamericanos’ tiene lugar desde posturas que desconocen e ignoran otras producciones científicas que se llevan a cabo en la región.

41Restrepo (2014) enfatiza en la importancia de distinguir los estudios culturales de los estudios de la cultura en América Latina. Para ello señala que los estudios culturales que descansa en cuatro aspectos: (1) el concepto de cultura se entiende desde su relación con el poder, (2) constituyen un campo interdisciplinario (y se agrega transdisciplinario), donde existe multiplicidad de miradas que interactúan entre sí, (3) se configuran como proyecto político en tanto tienen propósitos de transformación de la realidad social, (4), se adopta el pluralismo metodológico para abordar distintos contextos. Estos criterios pueden ayudar en un primer análisis sobre desde qué enfoques han sido abordados los estudios culturales dentro del turismo.

  • 6 Líneas de investigación que intentan dar respuesta a problemas sociales, culturales, entre otros. E (...)

42Según Hiernaux (2002) la valorización turística y patrimonial de referentes culturales de un territorio tiene como fundamento la mirada externa, ajena. Una mirada que, en ocasiones, es construida desde aspectos románticos, esencialistas y estereotipados para facilitar su consumo (Moscoso, 2021). Aunque el enfoque culturalista no permea en todo el campo del turismo, sí existen investigaciones que lo adoptan como perspectiva o mirada. De esta manera, bajo este criterio, parte del ámbito institucional del turismo, así como algunas investigaciones latinoamericanas en particular que se enfocan en la plataforma precautoria o desfavorable del turismo6 (Jafari, 2001), rescatan una noción cultural desde las denominadas antropologías centrales, que recaen en la concepción de totalidad social (De Sousa Santos, 2009; Restrepo, 2014; Wright, 1998). Esta noción atraviesa el análisis patrimonial desde dos abordajes: (1) el turismo como amenaza frente a la pérdida de autenticidad de valores culturales; (2) el turismo como un medio para la puesta en valor y el rescate de referentes culturales distintivos de las sociedades de destino. El clivaje de estos análisis ignora en ocasiones las relaciones de poder que confluyen en el proceso de valorización patrimonial y turística. En otras palabras, el esencialismo identitario conlleva una relación de colonialidad de poder, de manera que segrega y reprime determinadas dimensiones dentro de los rasgos culturales de una sociedad de destino. Finalmente, es preciso destacar que las investigaciones que han proliferado en el ámbito latinoamericano de los estudios culturales en turismo tienen como correlato empírico aquellos territorios con un fuerte componente cultural vinculado a lo indigena, afrodescendiente y lo colonial (Domínguez, 2008; Domínguez, 2020a; Domínguez, 2020b; Herazo Dilson, 2020; Maya-Soto y Castillo- Nechar, 2022, Morales Blanco, 2021; Valle, 2018).

43La dependencia y el neoliberalismo se insertan en en este campo de estudios turísticos a partir de la concepción de cultura desde organismos e instituciones hegemónicas (como UNESCO) invisibilizando relatos y aspectos simbólicos de identidades subalternas (Wright, 1998). Así en el turismo “los subalternos son inventados como sujetos místicos y exóticos, pero nunca como sujetos políticos” [Vich, 2007, p. 23]. De esta manera, aflora una búsqueda por romper con los conceptos culturales y la mirada etnocéntrica de occidente, para dar paso a un desprendimiento que se sitúa desde la perspectiva decolonial. Así emergen pensadores latinoamericanos como Victor Vich (2006, 2007), Fuller (2015) quienes sostienen una postura reflexiva sobre la relación turismo y cultura, entendiendo a la cultura como un proceso dinámico y relacional intercedido por las relaciones de poder en distintas escalas (internacional, nacional, regional, local). Asimismo, se contraponen a la idea del turismo como agente banalizador de los referentes culturales, dado que este argumento denota la existencia un patrimonio cultural real y auténtico, valorizado bajo una serie de elementos demarcatorios.

  • 7 Brichero hace alusión a un sujeto andino que busca entablar una relación sentimental con turistas (...)

44Por un lado Vich (2006; 2007) apela a que gran parte de las expresiones culturales de los países latinoamericanos son narradas al mercado internacional como “supuestas esencias nacionales” (Vich, 2006, p.159) para su comercialización turística desde intereses hegemónicos y relaciones de poder. En uno de sus artículos problematiza la figura peruana del brichero7, este sujeto sostiene dos enunciaciones: una vinculada a la herencia colonial y otra por el mercado global neoliberal (turismo). Estas enunciaciones se articulan de manera compleja, donde por momentos el sujeto parece salir de las riendas de dominación y tiene la capacidad de negociar su propio marco identitario en relación al capitalismo y a la práctica turística, pero luego vuelve a ser ‘sometido’ por las lógicas del mercado turístico. La idea central del autor es analizar la posibilidad de agenciamiento de estos sujetos, cuya figura simbólica se encuentra anclada en el estereotipo, trascendiendo hacia una negociación dentro de la relación global y local (Vich, 2006). En otras palabras, utilizar la propia narrativa hegemónica que produce el sector turístico a su favor: “si por un lado las fuerzas hegemónicas nos imponen un rol que implica un cierto vaciamiento simbólico, por otro es también posible utilizar lo que tenemos para perturbar tales lógicas y producir nuevos tipos de intercambios” (Vich, 2006, p. 167).

45Por otro Fuller (2015) sostiene al igual que Vich (2006; 2007) que las identidades culturales dentro del turismo han sido construidas a partir de una mirada romántica y que en el mundo global actual las culturas no se encuentran aisladas sino en una interacción continua. Para la autora “esencializar a las culturas al suponer que existe una versión real o auténtica que el turismo dañaría” (Fuller, 2015, p. 106). Otro punto de importancia dentro de su pensamiento es el asociado al turismo como un dispositivo discursivo que configura y da marco a las expresiones culturales. El turismo es un contador de versiones históricas que las relata como auténticas, una autenticidad fabricada para el consumo que no es un rasgo inherente. Finalmente Fuller (2015) propone superar el debate entre lo auténtico/inauténtico, verdadero/falso, realidad/espectáculo que se encuentra internalizado en los estudios del turismo y la cultura; para poder centrar el análisis en el juego de poder y conflicto que se esconde detrás de la valorización turística y patrimonial.

  • 8La noción ch’ixi, como muchas otras (allqa, ayni) obedece a la idea aymara de algo que es y no es (...)

46Otra intelectual es Silvia Rivera Cusicanqui (2011; 2018) que si bien pertenece al campo de la sociología e historia, muchos de sus planteos pueden trasladarse a la discusión sobre la mirada cultural dentro del campo turístico. La autora utiliza el concepto aymara Ch’ixi8 para definir el proceso de construcción y configuración de las identidades culturales. El concepto Ch’ixi se enmarca también en la idea sostenida por Vich (2006, 2007) como Fuller (2015) acerca de la negociación multiescalar así como el proceso complejo de enunciación. Lo Ch’ixi constituye la coexistencia de identidades culturales polifónicas que se relacionan en un complejo proceso de enunciación donde se complementan o antagonizan pero nunca se funden en una sola cultura (Rivera Cusicanqui, 2011). Para ella este proceso de enunciación de la diferencia cultural no puede recaer dentro del discurso de la hibridación, al cual critica por unir elementos culturales heterogéneos bajo una mirada (des)problematizada, armónica y sin conflicto, bajo un canon hegemónico que converge las diferencias pero a su interés. Esto puede ser trasladado al turismo en la medida que se utiliza dentro del relato de promoción cultural una “multiculturalismo ornamental y simbólico (...) una inclusión condicionada” (Rivera Cusicanqui, 2011, p.58). En lo referente al campo académico, Cusicanqui, realiza una reflexión en línea a lo planteado por Grosfoguel (2007) y Restrepo (2014), donde entiende que el colonialismo permea en el pensamiento intelectual y los espacios universitarios del hemisferio norte, de donde surgen lo que ella llama los “think tanks” (tanques de pensamiento) que se inmiscuye dentro de las investigaciones latinoamericanas provocando interpretaciones y análisis descontextualizados a la realidad social de esta región.

47Dussel (2005) ofrece el planteamiento epistemológico, teórico y ético de la transmodernidad, el cual también permite problematizar el neocolonialismo perpetuado en el mundo actual desde criterios epistemológicos como de praxis. Este proyecto se funda como la superación crítica de la modernidad y posmodernidad, en la medida que da entidad y afirmación a aquellos “momentos culturales propios [del ámbito latinoamericano] negados o simplemente despreciados que se encuentran en la exterioridad de la Modernidad” (Dussel, 2005, p. 24). De esta manera, la crítica reside hacia la visión sustancialista de una monocultura hegemónica occidentalizada, que a su vez crea la noción “ingenua” de multiculturalidad como modo de reconocimiento, desde una “ilusión simétrica”, y de acomodamiento de las “culturas subalternas” en tanto diferencias culturales mas no así diferencias coloniales. De esta manera, la transmodernidad, como perspectiva superadora y que va más allá de las categorías de modernidad/posmodernidad, asume al diálogo intercultural (desde condiciones asimétricas y desde las fronteras culturales) como praxis transversal y transformadora de lo social. Este marco resulta propicio para repensar la relación cultura y turismo desde la filosofía de la liberación, ya que ofrece una serie de categorías que permiten develar las relaciones simbólicas de construcción de la atractividad y de la activación patrimonial en el campo del turismo; así como las relaciones de poder que se gestan en el campo académico.

48En conclusión, el neoliberalismo se manifiesta como una lógica mercantilizadora que permea la interrelación entre turismo y cultura. De este modo, el turismo, al ser una actividad intrínsecamente ligada al consumo, facilita la inserción de los referentes socioculturales de un territorio en las dinámicas del mercado. Por otro lado, se puede divisar la emergencia de nuevas posturas epistemológicas y marcos teóricos, dentro de los estudios culturales del turismo en América Latina, que operan como descentramiento frente al corpus conceptual importado desde países centrales y occidentales, pero que aún son incipientes. Se considera que la discusión con estos autores puede brindar un marco propicio para un análisis más reflexivo dentro de la esfera académica como de la misma praxis turística. En tanto, la reproducción de patrones neoliberales, colonialistas y dependentistas se replica en ambos espacios.

Discusiones y conclusiones

49Pensar el neoliberalismo, la desigualdad y la dependencia en América Latina implica considerar diferentes niveles, problemáticas y escalas. En este marco, el ensayo presentado buscó reflexionar sobre algunas de ellas en tres etapas flotando entre aspectos vinculados a la epistemología así como también a la sociología de la ciencia. Pese a los limitantes y sesgos metodológicos inicialmente expresados, se pueden destacar al menos tres hallazgos principales:

En primer lugar, se reconoció la importancia de pensar algunas de las problemáticas de los estudios turísticos en sintonía con problemáticas que son comunes a las ciencias sociales de la región. En tal sentido, una de las formas en las que se manifiesta la dependencia académica es a través de un uso acrítico y unidireccional de marcos teóricos y metodológicos generalmente desarrollados desde el norte global. En el ámbito del turismo, esto puede llevar a la adopción acrítica de modelos y enfoques que no son necesariamente aplicables a la realidad latinoamericana. Es necesario reflexionar sobre la pertinencia de estos marcos teóricos y metodológicos, y fomentar el desarrollo de modelos propios y contextuales. Por otro lado, pensar desde la exclusión, desde la invisibilidad, implica problematizar las formaciones discursivas con las que se piensa y se hace praxis en el campo. En este ámbito se pone discusión el concepto de ciencia útil promovida en el neoliberalismo y, por el contrario, se invita a pensar bajo criterios de priorización plurales y de poner en tensión las geografías del poder.

50En segunda instancia, se insertó la doble problemática ligada al conocimiento científico que se estructura tanto en la producción como en la circulación del saber. Desde este lugar el desafío no solo consiste en incorporar y analizar los actores y producciones invisibilizadas por fuera de los desarrollos historiográficos dominantes, sino también problematizar el impacto de las producciones y ediciones regionales. Aquí se introduce el concepto de barreras (idiomáticas, económicas, simbólicas, etc.) y, con ello, la importancia de trabajar en una producción que sea capaz de discutir en contextos más amplios. A la vez, se reconoce que el estudio de la expansión del campo en la región no puede estar escindida de las reglas que regulan las prácticas investigativas y académicas. Por ello, este trabajo intentó superar algunas de estas barreras sin por ello invitar a definir nuevos horizontes.

51Finalmente, considerar los estudios culturales y turísticos implica repensar los procesos con los que tradicionalmente se han estudiado los territorios y sus referentes simbólicos, en un contexto donde el neoliberalismo ha influido profundamente en las dinámicas culturales latinoamericanas. Problematizar los abordajes posibles no solo constituye un ejercicio de actualización temática sino de abrir horizontes con el que reconocer interpretar en clave contextual y jerarquizada los procesos culturales que se vinculan a lo turístico. Con ello, la importancia de abrir nuevos horizontes a la luz de las diversidades, frente a la tendencia neoliberal de mercantilización cultural, está más vigente que nunca.

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Notes

1 Para Milton Friedman la educación no es un derecho social sino un servicio mercantil (Delgado, 2006).

2 Para Furlan Da Costa y Goulart (2018) el productivismo académico se encuentra asociado a la racionalidad técnica y pragmática, imponiendo un modelo fordista mediante la división social del trabajo académico y subordinado al sistema mundial de producción de conocimiento.

3 Es preciso destacar que la llegada de los colonizadores al territorio americano ha derivado no solo en el exterminio de los cuerpos de los grupos aborígenes sino en el “epistemicidio”, es decir en la exclusión de los saberes y conocimientos (De Sousa Santos, 2009)

4 Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.

5 El grupo de estudios latinoamericanos subalternos fue fundado en el año 1992 y reúne a académicos latinoamericanos que trabajan en el ámbito institucional universitario de los Estados Unidos. Se inspira en el Grupo de Estudios Subalternos creado por intelectuales del sur de Asia, con el objetivo de llevar adelante un estudio poscolonial. La crítica que realiza Grosfoguel es que a pesar de llevar adelante un conocimiento alternativo sobre lo subalterno, reproducen el esquema y lógica del área de estudios occidentalista.

6 Líneas de investigación que intentan dar respuesta a problemas sociales, culturales, entre otros. Entienden al turismo como una práctica que produce impactos negativos en el territorio. En el aspecto cultural el impacto asociado a la banalización o degradación de la autenticidad de los bienes culturales materiales e inmateriales.

7 Brichero hace alusión a un sujeto andino que busca entablar una relación sentimental con turistas provenientes de Europa o Norteamérica con el fin de conseguir un visado hacía estos territorios. Vich menciona que dentro del imaginario popular se lo conoce como andean lover.

8La noción ch’ixi, como muchas otras (allqa, ayni) obedece a la idea aymara de algo que es y no es a la vez, es decir, a la lógica del tercero incluido. Un color gris ch’ixi es blanco y no es blanco a la vez, es blanco y también es negro, su contrario” (Rivera Cusicanqui, 2011, p. 69).

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Pour citer cet article

Référence électronique

Gabriel Comparato et Florencia Viviana Moscoso, « Dependencia académica y neoliberalismo. Emergentes de los estudios turísticos en clave latinoamericana  », Via [En ligne], 26 | 2024, mis en ligne le 20 décembre 2024, consulté le 21 mars 2025. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/viatourism/11736 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/130r5

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Auteurs

Gabriel Comparato

Universidad Argentina de la Empresa y Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. Licenciado en Turismo, Especialista en Políticas de Integración, Magister en Integración Latinoamericana y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Es investigador posdoctoral y Profesor Titular. Entre sus distinciones se destacan el Premio Mercosur en Investigación sobre Políticas Sociales (Instituto Social del Mercosur y CLACSO, 2017) y el Premio a la Labor Científica, Tecnológica y Artística (Universidad Nacional de La Plata, 2017).

Florencia Viviana Moscoso

Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Es Licenciada en Turismo y se encuentra finalizando la Maestría en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Es docente e investigadora. Ha realizado estancias de investigación en instituciones académicas en Colombia y Nueva Zelanda y ha colaborado como autora en varias publicaciones. Sus líneas de investigación son: (1) turismo y cultura, (2) geografía del turismo y (3) turismo y conocimiento científico.

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