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Notas monetarias para el cierre jurídico en El Estado comercial cerrado de Johann Gottlieb Fichte: sobre el papel de la moneda en la construcción de nación y de mercado nacional

Joan J. Cordero

Resumen

This paper examines the role of national currency role in Fichte’s legal and economic closure of the State. While national currency is a State policy and cultural expression and it represents the will of the citizens, money is a simple economic fact to get the international exchange. The paper studies currency’s role and significance for the construction of a rational and autonomous State. It is a State which has a faculty to determine national economic policy and national work policy. In the Closed Commercial State, the State is an intersubjective entity and it subordinates the economic freedom of the Real-State to the Political Reason and Reason of Law.

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Introducción

  • 1 El proyecto Estatal de diferenciación cultural frente a otros Estados ha podido conducir a fenómeno (...)

11. El Estado es uno de los temas clave en la filosofía política moderna. A suerte de su propio desarrollo histórico, el Estado ingresa en relación con otros, al tiempo que se ve en la necesidad de singularizarse y de diferenciarse. Esta operación principalmente se ejerce frente a aquellos Estados geográficamente más cercanos y culturalmente similares, en función de crear homogenización interna y posibilitar mínimamente una idea socialmente común y efectiva de cohesión delimitada territorial.1 Si en la construcción del proyecto de una identidad nacional, el factor económico, productivo y comercial, junto con otros, como la educación y la narrativa mitológica, resultan elementos generales e indispensables, en lo particular, la moneda lo hace imprimiendo parte de la singularidad necesaria para reforzar el proyecto de la unificación nacional.

  • 2 De aquí en adelante se utilizarán las abreviaturas gHS del original en alemán Der geschlossene Hand (...)

2En consideración de las intricadas relaciones con el entramado social (sociedad civil-económica) y de la construcción de la nación (Estado-nación), el tratamiento y estudio del Estado, tanto descriptivo como normativo, en el idealismo alemán en general, y en la filosofía política de Fichte en lo particular representan un esfuerzo intelectual por debatir, posicionar y determinar las relaciones epistemológicas, lógicas y ontológicas que guarda el Estado con el derecho, la moral, la eticidad, la propiedad y la libertad. En términos metodológicos, Johann Gottlieb Fichte divide la obra el Estado Comercial Cerrado (gHS), publicada en Tubinga a finales del año 1800, en tres libros, que son precedidos por una nota aclaratoria sobre el título provisional, una dedicatoria y una introducción.2 El subtítulo que porta la obra es Un ensayo filosófico como apéndice a la doctrina del derecho, y como muestra de una política a seguir en el futuro, mientras que el libro primero lleva por título Filosofía, el segundo Historia contemporánea y el tercero Política. Fichte expone en el libro primero del gHS, la categoría de Estado racional o filosófico, en homologación a la autoposición del yo del Fundamento entero de la doctrina de la ciencia (1794). El Estado racional es el producto en bruto de la entrada de la acción del yo, y con ello, de la razón en la historia, que se enfrenta a la realidad económica y a los efectos sociales que un determinado grado del desarrollo del capitalismo a finales del siglo XVIII produce (Cfr. Libro II de gHS.)

3En gHS, Fichte dirige una crítica contra los mecanismos socioeconómicos y de intercambio comercial que hacen de algunos Estados entidades débiles y condenadas a la subordinación de otros Estados económicamente más fuertes. Se trata de la problemática del empobrecimiento nacional que generan las relaciones económicas entre Estados y que se asienta sobre el tipo relaciones que pactan. Empero, las decisiones y el obrar de los Estados, en reparo de solventar los condicionamientos de unos Estados sobre otros, no obedecen a una decisión de carácter económico, sino a un asunto de determinación y derecho, con especial ahínco en un posicionamiento de carácter volitivo. Entonces, lo económico es político. Los Estados en desventaja, o en relación desigual entre sí, que dejan a la libre la organización y distribución económica de las necesidades materiales, a su vez deponen a la determinación del azar “la obtención de productos de la naturaleza”, que es “el fundamento del Estado” (Fichte 1991: 27. gHS III, 407).

  • 3 En este sentido, el Estado es una totalidad que se particulariza de otras totalidades, y en otro se (...)

42. En consideración de lo anterior, este trabajo se ocupa, a partir de la obra publicada en 1800 El Estado Comercial Cerrado (gHS) de Johann Gottlieb Fichte, de abordar las maneras en que la moneda construye nación. Para ello, se reconoce que la moneda es de por sí un modo, por parte del Estado, de expresar y de expresarse como totalidad cerrada, autónoma y singular, como un Estado que en su comercio interior posee el monopolio de la producción y administración monetaria de la nación, y que precisamente por ello, se convierte en una nación rica.3 En la propuesta de un Estado comercial cerrado, el dinero es tanto fijo en su cantidad como en su valor, lo cual es posible por la interdependencia estricta de la planificación productiva y distributiva de bienes.

5La introducción de la racionalidad en el Estado radica en el paulatino cierre comercial interestatal y en la endógena producción de bienes. Con ello, el comercio interno nacional se robustece cualitativamente distinguiéndose por el uso interno de una específica moneda nacional. La distinción entre moneda y dinero radica en que esta segunda, sea de metal o papel, expresa, según sus variantes, una determinada cantidad de valor; mientras la moneda es portadora de valor simbólico y racional de un Estado que refuerza, por medio del trabajo nacional, su riqueza en la moneda, en función de la idea de nación.

  • 4 De aquí en adelante se utilizarán las abreviaturas GNR del original en alemán Grundlage des Naturre (...)

6Si bien Fichte se ocupó con más detalle de teorizar sobre el dinero en la obra de 1796-7, Fundamento del derecho natural según los principios de la doctrina de la ciencia (GNR), en gHS la moneda es el instrumento simbólico utilizado durante el proceso de cierre comercial y jurídico del Estado.4 La moneda es un elemento fundamental en esta obra (como lo es la teoría de la acción en el Fundamento entero de la doctrina de la ciencia (1794) y la teoría de la propiedad en la obra GNR), ya que hace del Estado una entidad autónoma con capacidad de planificación económica; esto es, un Estado que ejerce las prácticas económicas en subordinación de la razón política de Estado y del derecho.

Primera parte

1. Dos periodos del pensamiento de Fichte: entre Revolución y Restauración5

  • 5 Con el subtítulo “Revolución y restauración” hacemos alusión a un momento del pensamiento de Fichte (...)
  • 6 Corsico (2015, 71) distingue entre el periodo de Jena (1794-1799) y el de Berlín (1800-1814).

7Por tratarse la moneda de un elemento indispensable en la obra gHS, y a motivo de que esta se yergue en continuidad argumentativa de lo expuesto en la obra GNR, título que inmediatamente le antecede, es que sucintamente se anotan algunas referencias en cuanto a la evolución, permanencia y cambio del pensamiento político fichteano. Una y otra obra representan un periodo diferenciado del pensamiento de Fichte.6 El gHS es una obra que tanto en el tiempo como en la idea genérica sigue al GNR; de este texto el gHS se ve empapado y enriquecido. El GNR de 1796-7 es la obra determinante y resolutiva de las incertidumbres de otros libros previos de Fichte, obra que al mismo tiempo inaugura el segundo momento del pensamiento de la teoría política de Fichte, la primera había comenzado con Contribuciones para la rectificación del juicio del Público sobre la Revolución francesa y la Reivindicación de la libertad de pensamiento del 1793, año en el que Fichte se incorporaba académicamente a la Universidad de Jena.

8Las obras que anteceden al GNR son conocidas como “Escritos de la revolución”, y se caracterizan por el “subsuelo religioso”, lo que produce y “coadyuva a la devaluación del contrato (y del derecho natural en Alemania) como instancia vertebradora de la sociedad civil”. De hecho “la densa polémica desencadenada por su categorización iusnaturalista de los acontecimientos coetáneos encauza el curso que seguirá la cultura política posterior”. Al final, “La herida abierta en el contrato acabó gangrenando no sólo su propio derecho natural sino el iusnaturalismo en general” pero esto no fue asunto sólo de Fichte, claro está, sino que tuvo varios interlocutores como Friedrich von Gentz, seguidor del británico Burke, J. B. Erhard y el ascendente Schelling. (Oncina 1996: 75-6).

  • 7 El Eforato es la institución que fiscaliza el accionar del gobierno a partir de sus designaciones c (...)

9Para el primer periodo de pensamiento fichteano, el contrato “es un medio cultural (...) un instrumento de ruptura con el poder pseudo-ilustrado o anti-ilustrado”, de allí que se diga que “En 1793 hay una falta de criterios sobre el contrato, porque impera un anarquismo descriptivo de la revolución” (Oncina 1996: 97). Mas para 1796 los criterios sobre un Estado de derecho ya no residirán en el contractualismo (agónico) sino en el Eforato.7 De acuerdo con Prendas-Solano (2013), mientras que en el primer periodo Fichte articula las obras exclusivamente desde “la visión del oprimido” y sin considerar el ámbito de las instituciones, en el segundo periodo “busca diseñar instituciones que puedan hacer realidad la emancipación del género humano”, cosa que según Fichte “es un imperativo para todo ser racional” (párr. 4).

10Es desde las aquí recogidas precisiones y criterios que parte el gHS, influido en total consonancia y linealidad por GNR. El criterio de Estado de derecho reside en el Eforato y no en el contractualismo y el diseño de instituciones para la emancipación del género humano. En cuanto al ámbito del derecho internacional, y en lo específico de la propiedad, en el segundo periodo de pensamiento fíchteano, Arrese (2010) ha sostenido, contrario a James (2010), que entre el GNR y el gHS existe una relación de continuidad entre el uno y el otro, precisamente porque los problemas que motivan las reflexiones sobre el derecho internacional en el GNR se conservan en el gHS, a pesar que las relaciones comerciales interestatales sí están reguladas en este último pero no en el primero. Es así debido a que la garantía del derecho de propiedad de los ciudadanos de un particular Estado, como ocurre en el gHS, sólo puede darse a partir de la soberanía e independencia de un Estado respecto de algún otro.

  • 8 Cfr. Libro segundo de gHS: “Historia contemporánea”.
  • 9 Fichte considerara que el poder ejecutivo debe concentrar también las funciones legislativas y judi (...)

11En consideración de los periodos del pensamiento político fichteano (Revolución y Restauración), es posible determinar el gHS como la obra en la cual, frente al agotamiento de las enérgicas utopías de la revolución, se realiza el proyecto del diseño institucional con el cual se introduce la racionalidad en el Estado histórico-actual.8 Se trata pues de un Estado de derecho (estatus jurídico) con criterio sobre el Eforato que diseña un Estado/institución nacional que posibilita la emancipación del género humano dentro de la restauración y por medio de las instituciones público-políticas.9

2. Sobre la paz perpetua de Kant en el Fundamento del derecho natural y su continuidad en el Estado Comercial Cerrado

121. Un año antes de la publicación del primer tomo del GNR, en 1795, Fichte lee la obra de Kant Sobre la paz perpetua. En la reseña que Fichte elabora, así como en la misma obra de GNR, resulta evidente la influencia que ejerció el escrito kantiano, principalmente en lo referente a la construcción de una ciencia del derecho, autónoma al respecto de la ética y de la propuesta de una federación de Estados y del derecho cosmopólita.

13En los dos primeros capítulos de la doctrina del derecho de GNR se expone el derecho de toda persona a sus acciones libres (“Deducción del derecho originario” §9-12. GA I/3, 403-422.) y a coaccionar a todo aquel que ingrese en relación con él (GNR, “Sobre el derecho de coacción” §13-15. GA I/3, 423-432), conllevando ambas al desenlace en el “Derecho político, o del derecho en una República” (GNR, § 16. GA I/3, 432-460). Fichte comienza por analizar la realización de la libertad del sujeto/individuo, de la que se deduce un mundo sensible y limitado, situación que hace comprender al sujeto que su propia autoadjudicación de la libertad es la condición simultánea de una esfera similar a todos los otros; así, “ambos (sujeto/individuo) han determinado y reconocido recíprocamente el ámbito de sus derechos, pues de ahí debe seguirse claramente que ellos se someten a la ley jurídica” (GNR, §13, GA I/3, 423-425).

14La resolución de esta eventualidad, vista desde los Estados, sería: que estando el yo obligado por su misma racionalidad a delimitar su esfera de acción, y al ingresar en relación con otro yo, coaccione para que éste se someta a su Estado, ya que esta es la única mediación que garantiza (por medio de la ley jurídica) la propiedad y la libertad, condición básica para que cada persona pueda actuar en el mundo sensible y limitado. De modo tal que no hay razón para que un individuo ponga en peligro su propia esfera de acción al ingresar en relación con otro. Por su misma racionalidad, cada individuo está obligado a delimitar su esfera de acción, dejando disponible otra esfera igualmente disponible para otro individuo, lo cual se convierte en una exigencia para que este otro haga lo mismo. Así, la “libertad infinita e indeterminada del punto de partida va ganando sentido y determinación en la medida en que se la delimita. (...) se descubre que delimitación es, al mismo tiempo, un acto de la voluntad libre.” (Gaudio 2010: párr. 3). Entonces, la ley jurídica es voluntad.

La única manera de lograr seguridad recíproca en el sometimiento a la ley, más allá de la confianza y de la buena fe que sólo resuelven el problema en el plano moral, consiste en identificar la ley jurídica con la voluntad, de modo que el mandato de la voluntad sea el mandato del derecho, y el querer de cada uno el querer de la ley. (Gaudio 2010: párr. 17).

Puesto que la superficie de la tierra está dividida por mares, ríos, montañas, que han separado a los hombres, también por esto se hizo necesario el surgimiento de diferentes Estados.

GNR, II apéndice, Sobre el derecho de gentes, §2. GA I/3, 335-341.

152. Según Fichte, como la naturaleza misma dispuso dividir la superficie terrestre por mares, ríos y montañas, esto ha obligado a los seres humanos a constituirse en diferentes Estados cerrados en sí mismos. La exigencia de derecho de unos hombres frente a otros para que se una a su propio Estado, carece de corrección. Esto sería posible sólo si existiera un Estado que integrara a toda la especie humana. Mas como no lo hay, cuando ciudadanos de diferentes Estados entran en contacto, teniendo derecho a poner en seguridad su propiedad y libertad, y exigiendo uno al otro que se integre a su particular Estado, ambas partes se anulan recíprocamente. Siendo así, ninguna persona podrá poner en resguardo sus derechos sino se somete a un juez común para los conflictos que afectan a ambas partes.

16De allí que los Estados se vean obligados a suscribir un contrato con esta cláusula: “me hago responsable de todos los daños que mis conciudadanos pudieran acarrear a los tuyos, bajo la condición de que seas igualmente responsable de todos los daños que tus ciudadanos pudieran acarrear a los míos” (Segundo apéndice al GNR, Sobre el derecho de gentes, §4. GA I/3, 349-360). “Esto implica que cada juez debe tratar a aquel ciudadano de su país, que cometa algún delito contra un extranjero, del mismo modo en que lo hubiese hecho si hubiera agredido a un conciudadano.” (Arrese 2010: 48). Al asumir cada Estado su parte, incorporará esta reglamentación a la legislación nacional vigente, con lo que tendrá el derecho de castigar a los ciudadanos que trasgredan las disposiciones para con los extranjeros.

17Se tiene entonces, en su efecto, un modo de relación entre Estados que parte del reconocimiento recíproco entre Estados autónomos. Es un contrato interestatal. “Fichte propone una mera federación, una unión voluntaria y destinada a la protección positiva de los Estados miembros, lejos aún de la coacción necesaria para configurar un Estado unitario.” (Villacañas 1996: 112). Esta federación vela estrictamente por el cumplimiento de los contratos de reciprocidad establecidos en la Tercera sección del GNR: “Aplicación sistemática del concepto de derecho, o doctrina del derecho” (GNR, §8. GA I/3, 389-404). Esta es pues una federación de pueblos (Volkerbund) y no un Estado de pueblos (Volkerstaat).

183. Considerando el GNR como propuesta de una federación de Estados, en relación con el gHS, el objeto de estudio y problema a resolver cambia de dimensión, ya que GNR trata de la garantía de la propiedad y libertad de los ciudadanos al interior de cada Estado, pero (también) en relación con otros Estados. Mas en el gHS, las cláusulas del pacto interestatal de la federación expuesto en el GNR resultan insuficientes para atender la situación de desequilibrio y de abusos contra la propiedad privada de los ciudadanos al interior del Estado, precisamente porque no regula la distribución de la propiedad. Mencionada situación de desequilibrio es el mercado, y en el gHS será el problema por atender.

19A fin de garantizar a cada ciudadano el derecho de vivir de su trabajo, Fichte asume una restricción a la libre producción y circulación de mercancías al interior de cada Estado. En ello, la moneda representa tanto el trabajo, la riqueza y la soberanía nacional del Estado, así como una condición elemental para cerrar el Estado comercial y jurídicamente.

Segunda parte

1. Legalidad del pacto y de propiedad. Dos teorías

  • 10 El pacto social entre individuos, del que se obtiene el Estado como un todo, como totalidad cerrada (...)
  • 11 Ambivalente podría resultar que un mismo individuo se predique de la humanidad como sujeto moderno (...)

201. De frente a la realidad de los Estados en su expresión genética del libro II del gHS, que lleva por título “Historia contemporánea”, Fichte ha planteado con anterioridad en el libro I, la racionalidad del Estado bajo el título de “Filosofía”, en el que concibe al Estado como una totalidad organizada y cerrada en su producción económica.10 Como el objetivo de un Estado es el bienestar de los individuos que conforman la propia nación, vivir legalmente es la condición que garantiza la sociabilidad, la organización y el bienestar. Las relaciones de legalidad jurídica se fundan en un pacto libre de reconocimiento que posibilita y asegura la actividad libre de los sujetos modernos, los mismos que en su singularidad (también) son ciudadanos de alguna nación.11

21La propuesta del gHS se ancla sobre la propiedad entendida como condición de posibilitad del derecho de acción, derecho que se funda en la interacción (sociabilidad) entre sujetos. Este derecho, a diferencia de la tradición hasta entonces desarrolla, que concebía el derecho de propiedad como derecho exclusivo sobre el objeto, propone el fundamento del derecho de propiedad sobre la acción. Fichte entiende el derecho de propiedad de modo diferente de la tradición genética del Estado real (Libro II: “Historia contemporánea”), de ahí que la misión del Estado racional (Libro I: “Filosofía”) sea dar a cada uno lo suyo, ponerlo en su propiedad y protegerlo. En el gHS se entiende el derecho a la propiedad como consecuencia de la acción y de la actividad libre del individuo; la exclusividad es el resultado de dicha acción/actividad.

22La teoría de la propiedad es la propuesta sobre la propiedad del uso del objeto. El uso es la actividad como exclusión demostrada sobre el objeto, ya que “no existe ningún derecho de propiedad sobre las cosas sin que exista el derecho a impedir a todos los hombres actuar sobre las mismas” (Fichte 1991: 74. gHS III, 443). De allí que el “fundamento de todo derecho de propiedad reside en el derecho a excluir a otros de cierta actividad libre, sólo reservada para nosotros, y de ningún modo en la posesión exclusiva de objetos” (Fichte 1991: 74. gHS III, 443). “Un individuo renuncia a la parte de todos los demás solamente a cambio de obtener la suya y disfrutar de ella en paz” (Fichte 1991: 76. gHS III, 444).

  • 12 En cuanto al Estado y el origen de la propiedad, según Prendas-Solano (2013), la posición de Fichte (...)

23En cuanto a la relación entre la teoría fichteana de Estado y el origen de la propiedad, la posición del filósofo avanza fuera de los márgenes del iusnaturalismo liberal clásico, ya que lo que define naturalmente al ser humano no es la posesión de propiedad.12 Para decirlo con sus palabras:

  • 13 El derecho de propiedad no deviene ni depende de la naturaleza, tampoco de la ley positiva de los E (...)

A mi modo de ver, el error fundamental de las teorías de la propiedad opuestas a la mía, la primera fuente de donde fluyen todas las afirmaciones falsas sobre ella, el verdadero motivo de la oscuridad y de la sutileza de algunas doctrinas, la verdadera causa de la parcialidad y del carácter incompleto para su aplicación en la vida real, consiste en esto: en poner la propiedad primaria y originaria en la posesión exclusiva de una cosa. (Fichte 1991: 70. gHS III, 440).13

  • 14 En el método sintético de Fichte “Los elementos que se van descubriendo adquieren plena significaci (...)
  • 15 Asimismo Gaudino (2010) señala: “En la Doctrina de la ciencia nova methodo (Wissenschaftslehre nova (...)

24En polémica con el liberalismo económico, Fichte no concibe la propiedad privada como un acto originario de la especie humana, o esencial a su naturaleza humana. El proceder sintético del método fichteano también da cuenta de ello, debido a que la propiedad privada no es un dato previo a la existencia social sino un momento del reconocimiento social.14 Mientras el “Estado encarna el concepto de derecho, las reivindicaciones de libertad e igualdad, propiedad y seguridad, autonomía y vinculo, etc., adquieren sentido y aplicación.” (Guadino 2010: párr., 24).15

25En Fichte, la propiedad no es la antesala del Estado, el Estado no es una consecuencia necesaria del resguardo de la propiedad privada y la libertad. Tanto la propiedad como la libertad sólo son posibles en el Estado. La propiedad y la libertad son el resultado de una instancia social; devienen de una relación intersubjetiva con fuerza de ley convertida así en derecho; el reconocimiento mutuo es el fundamento y condición de posibilidad; la subjetividad se resignifica en la intersubjetividad.

262. Para Fichte el Estado es una unidad completa de individuos enlazados jurídicamente. La coacción, los derechos naturales, la comunidad de individuos libres y el individuo no existirían ni sucederían sin el soporte jurídico de Estado. Así pues, sin Estado no hay propiedad; y en ello hay una veta lockeana y un trasfondo hobbesiano. Debido a que en un posible litigio en el estado naturaleza no es posible llegar a un acuerdo, las partes hallarán viable que para efectos de asegurar la posesión efectiva de sus propios bienes frente al otro y frente a la sustracción en general, lo mejor será la intervención de un tercero. Este árbitro dispondrá de la capacidad de decisión en cuanto a la valoración jurídica y en cuanto al cumplimiento de ésta. Es así como aparece la República. Las partes “por consiguiente, deben someter a ese tercero su derecho de juzgar y su potencia física. Lo anterior significa que han de unirse con otros en una res pública (gemeines Wesen)”. (I parte, III sección, GNR, §12, GA I/3, 417)

27Si bien la aparición de la República procura subsanar los eventuales problemas sobre propiedad, pronto Fichte indica que en realidad “Toda propiedad se funda en la reunión de la voluntad de varias personas en una sola voluntad” (I parte, III sección, GNR, §12, GA I/3, 417). Entonces, así como no hay propiedad sin Estado no hay propiedad sin reconocimiento, porque el Estado no es otra cosa que la expresión de un determinado modo de expresar la intersubjetividad, que a su vez resignifica la subjetividad en la vía de la validez jurídica. La propiedad no es voluntad, es reconocimiento; es el paso de la posesión a la propiedad vía el reconocimiento de otros. La reciprocidad en el reconocimiento intersubjetivo es la clave del consenso, sin reconocimiento y sin la renuncia de todos al objeto nadie podría apropiarse del objeto:

Asegurarse este reconocimiento parece un tremendo problema, y, sin embargo, es fácil de resolver y está efectivamente resuelto desde hace tiempo por la actual constitución de los hombres. A cualquier hombre que viva en una res publica, ésta le reconoce y garantiza su propiedad; y por consiguiente, también a cada ciudadano particular que forme parte de ella. A esa res publica, al Estado, los Estados limítrofes le reconocen su propiedad, es decir, la propiedad de todos los ciudadanos particulares. A su vez, los Estados limítrofes reconocen la propiedad de éstos, y así sucesivamente (I parte, III sección, GNR, §12, GA I/3, 418).

28“Originariamente todos tienen el mismo derecho a todo (...) [Es] sólo mediante la renuncia de todos a una cosa concreta (que esta) se convierte en propiedad mía. Y es esa renuncia de todos (...) lo que constituye el fundamento de mi derecho” (Fichte 1991: 17. FSW III, 399-400). La renuncia a los objetos es acción productora de propiedad. En Fichte, el derecho de propiedad no es el derecho de posesión de objetos empíricos, sino que el derecho es el derecho a accionar en y sobre los objetos. El “Análisis del derecho originario” (GNR, §11 GA I/3, 405-410) ha deducido que la actividad del sujeto libre (que) se da en el mundo (es) a través del cuerpo, cuerpo por el que se expresa la voluntad del sujeto. Así, “el cuerpo se relaciona con lo dado de manera teórica-cognoscente o de manera práctica-productiva, y en este último caso transforma los objetos en vista de un fin.” (Gaudio 2010: párr., 8).

29En la “Definición del derecho originario” (GNR, §10, GA I/3, 404) se ha expuesto y definido el concepto de libertad como el derecho a ser causa primera, absoluta y sin condicionamiento alguno. La acción como derecho de acciones hace que varias de estas, producto de la voluntad del sujeto (cuerpo), ingresen en relación entre sí (choquen). Las interacciones entre los sujetos producen conflicto social porque los sujetos son activos. Es dentro de la existencia social donde se determina el conflicto. Y es “en la tensión social donde se habilita la posibilidad de la existencia de lo privado como expresión de la colectividad” (Prendas-Solano 2013: párr., 14). Por esta razón, en Fichte el derecho de acción posibilita la propiedad entendida como propiedad privada devenida por la acción. Pero esta acción en realidad es trabajo. Y el trabajo/acción es el fundamento, entonces, del derecho de propiedad.

2. Introducción de la legislación monetaria en el Estado racional16

  • 16 La estructura de la argumentación con la que Fichte expone el gHS es tripartida y correspondiente c (...)

301. Resulta suficiente anclar la propiedad sobre la acción del individuo para determinar la cantidad de propiedad que puede poseer (accionar) el individuo. La determinación de los límites de la cantidad de propiedad, con el que se posibilita la acción del individuo en relación con otros individuos, configuran el pacto que descansa sobre el reconocimiento de los sujetos; es el intercambio simbólico del reconocimiento del otro, de su derecho a la acción y de accionar sobre objetos que devienen en propiedad. El derecho sobre las cosas no puede desarrollarse en una tendencia indefinida del sujeto en los objetos. La cuestión ulterior de la cantidad de la propiedad de la que puede gozar un individuo es fundamental en la propuesta de Fichte, ya que se enfrenta a un escenario que presenta una discusión ética política que expresa la diferencia con la tradición liberal. De allí que “La finalidad del Estado real, el cual se aproxima mediante su habilidad a la razón, tiene que ser la de proporcionar paulatinamente a cada uno lo suyo. (Fichte 1991: 20. gHS III, 401).

  • 17 Se trata de las condiciones sustanciales de la libertad, de las condiciones sociales que la posibil (...)

31Según esto, un Estado racional no permite que la propiedad sea ilimitada para los individuos e indefinida en su cantidad, si fuese así, eso introduciría en la trama productiva, económica, política y ética un perjuicio para las condiciones de convivencia individual y social.17 Si “El objeto de toda actividad humana es el poder vivir; y a esta posibilidad de vivir tienen el mismo derecho todos aquellos a los que la naturaleza trajo a la vida”, Fichte se plantea la pregunta “¿cómo hay que hacer la división [de la propiedad] para que sea conforme a las leyes del derecho?”, a lo que responderá “hay que hacer la división ante todo de tal manera que todos dispongan de los medios suficiente para subsistir. ¡Vivir y dejar vivir!”. (Fichte 1991: 18-9. gHS III, 401).

  • 18 La referencia a la progresividad aparece en la “Introducción de gHS, aquí Fichte indica que la man (...)
  • 19 La obra gHS (1800) ha sido objeto de diversas interpretaciones. Hay quienes miran en esta obra la d (...)

322. El límite y determinación de la cantidad de propiedad posible de un individuo, es la condición básica con la cual un Estado deja su condición de Estado real para convertirse progresivamente en Estado racional.18 Al distinguir y oponer el Estado racional al Estado real, Fichte contempla una operación que se mueve desde la historia de los Estados (“Historia contemporánea” Libro II) a la filosofía del Estado racional (“Filosofía” Libro I). El Estado en la propuesta fichteana se ocupa, por medio del derecho, de asegurar que los individuos tengan y gocen de las condiciones mínimas para una vida digna y libre de necesidades que irrumpan y restrinjan el desenvolvimiento y desarrollo del sujeto moral autónomo; el Estado se ocupa jurídicamente de cubrir las necesidades básicas y elementales. El Estado real es todo aquel Estado que, estando integrado por hombres, y estando éstos agrupados por una constitución política nacida del azar, se ven en una situación relacional y situacional actual en la que no hay reparo sobre los conceptos, fuentes y principios que guían dicha constitución. No obstante, viniendo el Estado racional del derecho constitucional puro y conceptual, y puesto que esto presupone hombres sin relaciones jurídicas entre sí, no se podría abolir repentinamente la constitución sin causar una disgregación de sus hombres. Construir el Estado racional es posible por medio de una aproximación progresiva hacia la instauración del mismo desde el Estado real. La diferencia entre un Estado y otro obedece a una cuestión e interrogante tanto ontológica como jurídica: ¿qué es el derecho? Mientras el Estado real se pregunta cuánto de lo que es derecho es realizable según las condiciones dadas, el Estado racional se plantea qué es el derecho en cuanto al comercio en el Estado, cuál es la costumbre entre los Estados reales y de qué modo se pasa de un Estado real a uno racional.19

33Hay ciertas opiniones extendidas sobre el Estado venidas de la tradición del liberalismo clásico, por ejemplo, que el Estado no tiene mayor función que mantener y proteger los derechos personales y posesiones de cada uno (Cfr. Fichte 1991: 15-6. gHS III, 399) y que la propiedad privada es independencia del Estado y de la relación intersubjetiva (Cfr. Fichte 1991: 16. gHS III, 399). Según esta versión de las cosas, los Estados reales han surgido debido a la separación y disgregración de sus miembros y no como recolección y unión de individuos particulares bajo una misma ley (Cfr. Fichte 1991: 84. gHS III, 450), también fundamenta el derecho a la propiedad sobre la posesión ideal de la propiedad (Cfr. Fichte 1991: 73. gHS III, 440-441) y en la posesión exclusiva de una cosa sin acción en el objeto (Cfr. Fichte 1991: 70. gHS III, 440). En la exposición del Estado racional del Libro I, Fichte despliega su propuesta al respecto del derecho, la cual se mueve en dirección contraria a la tradición. Fichte afirma entonces que la “misión del Estado, en primer lugar, (es) dar a cada uno lo suyo, ponerlo en su propiedad y, sólo después, protegerlo también” (Cfr. Fichte 1991: 16. gHS III, 399).

343. En estrecha relación con el fundamento ideal de la propiedad del iusnaturalismo del liberalismo clásico y de la función que se le adjudica al Estado en los Estados reales actuales, el comercio libre entre individuos es la actividad que se desprende seguidamente del anclaje de la propiedad, en la que el Estado hace de regulador, ordenador, mediador y vigilante de ésta y sus variantes. De esta forma, el bienestar e interés privado particular puede más que el colectivo; y en una situación en la que el colectivo está sujeto al interés individual “a nadie le está garantizado en lo más mínimo la persistencia de su situación por la persistencia de su trabajo, pues los hombres quieren ser completamente libres para aniquilarse mutuamente (…) el trabajador se empobrece y las familias laboriosas se hunden en la escasez y en la miseria o emigra de este pueblo injusto” (Fichte 1991: 93. gHS III, 457-458).

  • 20 Fichte expresa que una nación rica es aquella que trabaja para sí. El trabajo en un Estado racional (...)
  • 21 “Los gobiernos (de los Estados reales) sentirán confusamente que les falta algo, aunque no vena con (...)

35El libre intercambio posibilitado por la concepción de propiedad individual del Estado real, ahora en consideración del intercambio entre naciones, es el causante de los desequilibrios entre la oferta y la demanda que afectan a las naciones. Y en esta lógica, el libre intercambio genera al menos tres tipos de naciones: la rica, la semi-rica y la pobre.20 Por otra parte, el libre comercio, en su irrestricta necesidad de expansión, es el inicio de la guerra.21 La guerra y el imperialismo es la precipitación de los Estados comercialmente abiertos de expandir sus políticas económicas. En el comercio libre, los Estados necesariamente deben salir a colocar sus productos en los mercados extranjeros. Un Estado comercialmente abierto se encuentra en una situación de permanente movilización hacia afuera, arrojado hacia la obtención y venta de bienes y riquezas en territorios externos, debido a la propia dinámica interna del comercio abierto.

Un Estado que sigue el sistema comercial usual y se propone conseguir cierta preponderancia en el comercio mundial, conserva un interés constante por crecer incluso fuera de sus fronteras naturales, para de este modo aumentar su comercio y riqueza; utilizará su nuevo a esta última para realizar nuevas conquistas, que tendrán el mismo objetivo que las anteriores. A cada uno de estos males le pisa los talones el otro, y la codicia de semejante Estado no conoce límites. Sus vecinos nunca pueden creer sus palabras, pues está interesado en retractarse de las mismas (Fichte 1991: 126. gHS III, 482-483).

  • 22 La pobreza es el resultado de la desigual en la distribución y no de la producción. De allí que en (...)
  • 23 La dimensión autárquica del Estado en la propuesta es clarividente, y es tanto político como económ (...)
  • 24 La construcción de la idea de nación supone el trabajo colectivo nacional de los ciudadanos de un m (...)

36En la propuesta de Fichte, el Estado no es un simple vigilante y protector de la propiedad privada sino un propulsor del bienestar común; de allí que la riqueza tenga una envergadura nacional respecto de la distribución del ingreso según cada habitante. En el gHS, la riqueza es un asunto institucional y no técnico-científico.22 El Estado racional obedece a un proceso de inserción progresiva de políticas públicas que estructuran la funcionalidad del gHS; así se da que la “razón política” de la construcción del Estado racional supedita a su paso la situación real del libre comercio. Desde esta perspectiva, un Estado comercial cerrado es aquel que se autoprotege de la perturbación que causa ingresar en relación comercial con otras naciones;23 es un Estado que constituye legislación monetaria, económica y productiva para ampliar los beneficios (derechos) de los individuos que acoge dentro de su territorio y dentro de la idea de nación.24

Tercer parte

1. La imagen del gHS:25 dinero y moneda26

  • 25 La imagen de la obra gHS es el proyecto de un Estado cerrado tanto comercial como jurídicamente. Fi (...)
  • 26 De acuerdo con Gray (2003: 540), Fichte distingue en la teoría del dinero (monetary theory) dos mom (...)
  • 27 El político práctico pone en movimiento las teorías generales de los teóricos políticos, al hacerlo (...)

37El Estado se cierra por medio de la supresión de la moneda mundial y la introducción de la moneda nacional Esto significa el tránsito de la organización de un Estado real a un Estado racional. La diferencia entre dinero y moneda resulta clara desde el punto de vista de la utilidad. Fichte ensaya en el gHS una “teoría del dinero” como “teoría del valor” de las mercancías en la que se procura mantener una correspondencia fija e invariable entre el valor del dinero y las mercancías. Desde este sentido, el dinero es el medio para mantener el equilibrio y seguridad de los bienes nacionales por medio del ejercicio de la ley jurídica. Pero la moneda configura la imagen de nación por medio de la especificidad que genera sobre el dinero. La moneda refiere a la nación por medio de las políticas económicas que genera el Estado racional. Mientras la teoría del dinero es mecánica, teniendo como función principal el signo de valor, medio de cambio especial y de convertibilidad, la moneda es para la nación simbólica, ya que dota de sentido particular una teoría general sobre el dinero;27 la moneda supera la técnica de cambio del dinero para constituirse como elemento fundante en la idea e imagen de la construcción de la nación.

  • 28 Para comprender la teoría del dinero es necesario retener la formulación del contrato que entre ciu (...)
  • 29 En el capítulo VI de la primera parte del gHS, llamado ¿Está amenazado este equilibrio por la intro (...)

38En gHS Fichte distingue dos sectores principales de la actividad económica, aquellos que logran la obtención de los productos de la naturaleza y aquellos que acometen la modificación y elaboración final. Mediante estos “el hombre mantiene su vida y la hace agradable” (Fichte 1991: 21. gHS III, 403). No obstante, para efectos de “no fastidiar ni al productor ni al artesano con el mucho viajar y buscar por todas partes las mercancías que necesitan en un determinado momento (...) y a fin de evitar pérdidas de tiempo y de energías, es conveniente que en medio de los dos estamentos [Stand] se coloque un tercero.” (Fichte 1991: 23. gHS III, 404). Este es el estamento de los comerciantes, que efectúan por aquellos el intercambio comercial. Este trabajo hace insertar, a su vez, el medio que posibilitará tal intercambio: el dinero. El dinero es parte de la concepción fichteana de la división social de trabajo; y por antonomasia le corresponde al estamento de los comerciantes.28 En GNR (§17. GA I/4, 5-19), Fichte expone ampliamente la teoría del dinero, y en el gHS es, acaso, reconsiderado en su mecanismo técnico de cambio para pronto avanzar sobre la significación de la moneda en el Estado racional (Cfr. Fichte 1991: 59. gHS III, 431).29 Sobre el mecanismo del dinero escribe:

Todo lo utilizable que se encuentra sobre la superficie del Estado es siempre susceptible de ser empleado por el pueblo: disminuye desde el momento de la última recolección hasta otra nueva, que lo aumenta de nuevo. Por consiguiente, es necesario que siempre exista una representación duradera, que no disminuya ni aumente, de todo su valor: un signo del mismo. Cuanto más inutilizable sea este signo en sí y por sí, cuanto menos valor intrínseco posea, tanto más apropiado es para servir de mero signo; pues todo lo que es utilizable pertenece a la riqueza interior de la nación, la cual puede disfrutar de ello, pero de ningún modo emplearlo para otros fines. (Fichte 1991: 59-60. gHS III, 431)

  • 30 Ocupándose de la planificación productiva del Estado racional en cuanto a la agricultura, Fichte re (...)

39El dinero es pues el medio de cambio entre mercancía y mercancía; y el intercambio de mercancías mediadas por el dinero entre individuos es una posibilidad en todo momento siempre que sea entre ciudadanos de un mismo Estado, ya que en un Estado comercial cerrado sólo pueden comerciar ciudadanos de un mismo Estado, de esto se sigue que para un Estado comercial cerrado el extranjero casi no existe. (Cfr. Fichte 1991: 61. gHS III, 433). Asimismo, se sigue que “La suma total de dinero en circulación representa la suma total de las mercancías existentes en el comercio público” (Idem), lo cual hace relativo la riqueza del individuo: se trata de una fracción de la totalidad en circulación. En cuanto al material de fabricación del dinero, Fichte señala que debe ser de un material mínimamente utilizable y que el Estado debe asegurarse la imposibilidad de imitación. La eventual introducción de dinero de forma ilegal y a espaldas del Estado, que podría suscitar algún individuo por falsificación, produciría un desequilibrio en la cuenta corriente del Estado según la suma total de dinero en circulación y relativo al valor de las mercancías existentes en el comercio público nacional. La perturbación en el equilibrio comercial del Estado puede venir a causa de esto, o por sobreproducción o escasez de mercancías.30 La consecuencia de ello es la injusticia de hacer perder a quien tenga dinero su valor dado por ley con relación a las mercancías del mercado público; esto significaría perder parte de la propiedad ya adquirida por los individuos como derecho.

  • 31 Fichte no se ocupa a profundidad de la hipótesis de temporalidades. Lo que se tiene como referente (...)

40La disminución de la suma del dinero puede darse por desgaste o desaparición de las piezas monetarias. Pero ello no acarrea mayor problema, ya que es predecible y controlable. Por seguridad pública, el dinero debe ser hecho de un material duradero, y en la eventualidad de desgaste, las piezas serán destruidas y sustituidas en cajas monetarias del Estado. La disminución del dinero en la circulación del comercio público, por otra parte, puede darse a causa de acumulamiento y ahorro de los ciudadanos. “Un trabajador hábil y aplicado trabaja un poco más de lo que se espera de él, y por eso también saca más dinero del que le corresponde a su parte” (Fichte 1991: 65. gHS III, 436). Lo que podría ser un caso específico de ahorro puede devenir en anormalidad; si hay muchos ahorrantes que guardan dinero, la disminución sobre la totalidad del comercio público será significante y representará un influjo sobre los cálculos del Estado. A pesar de ello, las medidas a tomar no irán dirigidas contra los ahorrantes, sino que irán dirigidas a buscar la compensación, a sabiendas de que a todo ahorro le corresponde un tiempo de caducidad y posteriormente de uso, es decir, así como se extrae se ingresa dinero, producto del ahorro mismo. Toda compensación va dirigida a mantener el equilibrio.31

41Los fines indefinidos que los individuos se dan a título personal y que no son planificados por el Estado representan “la merecida y legitima libertad de los ciudadanos” (Fichte 1991: 66. gHS III, 437). Los fines establecidos por el Estado permiten cubrir y garantizar los bienes necesarios para el ejercicio del derecho de la existencia por medio de la distribución entre los ciudadanos; se trata de lo necesario para la alimentación, el abrigo, la vivienda, entre otros. Las condiciones de posibilidad de existencia de los ciudadanos es un fin de Estado. El Estado planifica así centralmente lo que es la práctica del derecho a la existencia. El derecho a la existencia es parte del derecho originario, y libertad es la distribución de la propiedad, de allí que la libertad se ancle en el Estado. Pero si los ciudadanos necesitaren alguna cantidad de propiedad para fines particulares o indefinidos, el Estado no estará en situación de garantizarlo si bien estaría en condiciones de proteger el derecho a la existencia.

  • 32 En cuanto a la forma, “Fichte propone una instancia mediadora entre bienes que se posee y la satisf (...)

42En el GNR, así como en el gHS, Fichte continúa con la defensa de la tesis expuesta y contenida en los escritos de 1793-1794 sobre las libertades individuales; por ejemplo, el derecho originario, de acción o agencia en el mundo sensible, de propiedad para cada ciudadano y de uso privado del dinero;32 todos estos representan un espacio para la individualidad libre dentro de un Estado comercial cerrado. La teoría del dinero aparece así mediando la instancia de los fines determinados por el Estado y los fines indeterminados. El dinero garantiza la propiedad de los fines socialmente indeterminados, que, correspondiendo a titulación individual, representa una determinada cantidad de propiedad que el individuo ha producido y que además puede acceder con él a diversos bienes, atendiendo sus propios fines individuales. Esta es la razón por la que el dinero tiene un carácter técnico y representa un quantum de propiedad. Viniendo la teoría del dinero de la idea de la economía planificada y centralizada en el Estado, tiene como función la transferencia de bienes que a título personal los ciudadanos se dan (fines indeterminados, no fines sociales). Desde este sentido el gHS no es un Estado que asfixie al individuo y reduzca su individualidad y tampoco es un Estado que deja al ciudadano al margen de su acción. Es un Estado de complejo equilibrio, donde la teoría del dinero hace, sin embargo, apenas de mecanismo económico. Será la moneda entonces, como instancia superior al dinero, la que sirva como elemento fundante dentro de la construcción de la idea de nación.

2. La moneda nacional

  • 33 De acuerdo con Gray (Gray 2003: 539) hay al menos tres funciones del dinero (money); es sobre todo (...)

43La significación de la moneda nacional sólo tiene funcionalidad y sentido si se basa sobre una teoría del dinero que haga expedito el intercambio, pero en última instancia su refuerzo recae sobre los objetivos del Estado: el bienestar superior de la nación, estado en el que todos los ciudadanos estén saciados y vivan seguros.33 Por esta razón, el derecho a la existencia es garantizado en la medida que se distribuye entre los ciudadanos de la nación aquello necesario para su alimentación, vivienda, abrigo, entre otros. De esto se sigue que cuando un Estado racional asume propósitos positivos (cfr. Fichte 1991: 34. gHS III, 412) no puede “traer a vender a ninguna casa comercial mercancías cuya pronta salida no se pueda asegurar, puesto que en la base del Estado ya está calculada, según las posibles necesidades, la cantidad de productos y manufacturas permitidas.” (Fichte 1991: 34. gHS III, 412). La obtención de productos de la naturaleza y el mantenimiento constante del equilibrio, junto con el dar a cada uno lo suyo, son los principios del Estado. Los estamentos sociales ingresan en un pacto jurídico positivo que cumplen para posibilitar y sostener el comercio público de la nación y la seguridad jurídica misma, que es la fuerza de todo Estado (cfr. Fichte, 1991, 41. gHS III, 418-419). Es tal la organización productiva, social y económica del Estado racional que “en este Estado todos son servidores del todo y reciben a cambio de ello su legítima participación en los bienes del mismo. Nadie puede enriquecerse de forma extraordinaria, pero tampoco puede empobrecerse. A todos los individuos les está garantizada la continuidad de su situación, y por eso también le está garantizada al todo su continuidad en paz y un justo reparto de bienes entre sus miembros.” (Fichte 1991: 40. gHS III, 418)

44En situación de Estado real, no hay dimensión distributiva de la propiedad, y esta ausencia del derecho es a su vez la condición que potencia el ingreso y realización del mercado abierto; el Estado comercial abierto es una organización económica que no se ocupa de regular ni de limitar los abusos entre ciudadanos de un mismo Estados ni entre Estados. En el Estado real la necesidad del Estado se transforma en el resguardo del derecho de propiedad, sin control alguno sobre la producción y distribución de las mercancías producidas dentro del territorio nacional. La relación entre política, dinero y derecho internacional pasa por el filtro económico comercial de las asimetrías, ya que ningún Estado podrá resguardar su soberanía con la moneda propia sino cierra jurídicamente el comercio a los demás Estados.

45A la economía planificada de Estado subyace el derecho a la existencia de cada ciudadano de la nación, su resguardo y aseguramiento. No obstante, aquellos fines que cada singular ciudadano se proponga no pueden ser incorporados a la planificación central del Estado, ya que eso requeriría una cantidad y variedad infinita de objetos, en calidad de medios (Cfr. Arrese, 2011, párr., 12). Fichte deja formalmente abierto el espectro de la libertades individuales para que pueden ser llenadas eventualmente por cada ciudadano. En la materialidad del caso, estas libertades están determinadas por la distribución de aquellos bienes que consiste fundamentalmente en el uso privado del dinero, derecho de herencia y privacidad doméstica (Cfr. Arrese, 2011, párr., 8). Pero esto habla del individuo y de su trabajo individual, de la acumulación y su capacidad de agencia, pero en nada refiere a la idea de nación, de trabajo social, de la riqueza y de moneda nacional.

46Con la determinación del bienestar superior de la nación, Fichte plantea en oposición al Estado real el Estado racional del comercio jurídicamente cerrado y centralmente planificado. Es el desequilibrio comercial del mercado mundial aquella instancia que Fichte procura regular, y ahora dirigir, desde una perspectiva de la planificación estatal, al introducir la moneda. Con el cierre comercial y jurídico del Estado se propone el aseguramiento mínimo de las condiciones materiales para la existencia de los individuos ciudadanos de la nación y la condición general de paz entre los Estados. A diferencia de Kant y de Novalis, para quienes el comercio global entre Estados federativos y entre individuos representaba un álgido momento del desarrollo cultural de las naciones, Fichte concibe en el comercio la heteronomía de algunas naciones pobres en relaciones a otras ricas, y en todo ello, el inexorable avance de políticas económicas expansionistas con moneda foránea hacia la ocupación y control de nuevos territorios de otras naciones para poner sus mercancías en nuevos mercados extranjeros.

47La exposición del gHS dibuja el boceto de un Estado que, posibilitando el comercio interno entre ciudadanos, limita a éstos de ejercerlo con otros individuos de otras naciones; no representa esto, sin embargo, un detrimento en las libertades individuales. Es competencia monopólica del Estado el ejercicio internacional del comercio, que planificando la producción interna de bienes y ampliando la estabilidad y constancia de éstos para los ciudadanos crea una nación con pocas necesidades y dependencia externa. Con razón, se ha dicho que el Estado racional en Fichte es una entidad económica productiva autónoma, condición básica para que a lo interno cada uno tenga lo suyo por derecho propio, y para que a lo externo se viva en paz.

48La autonomía económica no representa un solipsismo, o un nacionalsolipsismo (Cfr. Acosta: 2010). En primera instancia porque el Estado dispone del recurso de la moneda mundial, mecanismo que permitiría eventualmente pactar y gestionar políticas económicas con otros Estados interesados en resolver el bienestar de sus habitantes y subsanar la hipotética disminución de productos elementales. En segunda instancia esto se debe a que el Estado o el gobierno traerán grandes talentos de otras naciones para la suya propia con tal de realizar transferencias de técnicas y conocimientos. Sea por tener moneda internacional o por traer del extranjero “grandes talentos en ciencias aplicadas, químicos, físicos, mecánicos, técnicos y fabricantes creativos [y hasta] comprará máquinas extranjeras para copiarlas en el país propio” (Fichte 1991: 147. gHS III, 499) es que un Estado como entidad autónoma productiva no se rehúsa a negar las interrelaciones entre Estados.

No hay nada que suprima completamente toda diferencia de las situaciones y de los pueblos, y que sólo y exclusivamente pertenezca a lo humano como tal, pero no al ciudadano, a no ser la ciencia. Gracias a ésta, y sólo a ella, estarán unidos constantemente los hombres (...) Ningún Estado cerrado suprimirá esta conexión; más bien la favorecerá, pues el enriquecimiento de la ciencia mediante la unión de fuerzas del género humano ayuda a conseguir incluso sus objetivos terrenos particulares (Fichte 1991: 163; gHS III, 511).

  • 34 En esto Fichte refiere a los impuestos del Estado como instancia que se ve afectada por la estabili (...)
  • 35 Esto es expresable, en condición del gHS por la figura M-D-M, distinto de la condición actual del E (...)

49Mientras la moneda mundial relaciona Estados y expresa un acuerdo entre las partes como acuerdo común universal siempre cambiable (opinión pública) (Cfr. Fichte 1991: 89. gHS III, 454), la moneda nacional expresa estabilidad. La moneda nacional es la ley fundamental del Estado que debe aceptarla y recibirla para con sus ciudadanos siempre con el mismo valor que la ha emitido. Es esta la razón que da pie a Fichte para señalar que la riqueza o el superior bienestar de una nación radica en la cantidad de mercancías disponibles y no en la cantidad de dinero disponible, ya que el dinero, así como ingresa, puede salir del dominio comercial del Estado alterando a su paso el precio de las mercancías y bienes. El equilibrio se logra vía correspondencia constante entre haberes monetarios y cantidad de productos producidos sin reparo en alteración a esta relación. De esta forma, no necesitando la nación comprar mercancías en el extranjero por faltante, ni produciendo más para vender fuera, no pone en juego la estabilidad de su moneda. Toda la fuerza de trabajo necesaria para el bienestar de la nación queda dentro de la nación, quedando obsoleta la necesidad de vender y comprar en el extranjero.34Para Fichte el capital productivo de un Estado es el trabajo de la nación. El paso del dinero a la moneda es el trabajo social de la nación y el mercado comercial público nacional.35 Con palabras de Fichte: “en este Estado todos son servidores del todo y reciben a cambio de ello su legítima participación en los bienes del mismo. Nadie puede enriquecerse de forma extraordinaria, pero tampoco puede empobrecerse.” (Fichte 1991: 40. gHS III, 418). La nación se constituye por su vida y desarrollo particular, por sus instituciones y costumbres, y por el trabajo que a ella se le otorga como instancia política y económica autárquica frente a las influencias externas del mercado mundial y las asimetrías en ellas conexas. Mientras el dinero es una técnica económica de intercambio, mecanismo y abstracción que hace posible la compraventa, la moneda es configurativa de la nación y del Estado comercial y jurídicamente cerrado, porque expresa la estabilidad comercial y económica y su propia riqueza. Si la moneda es la condición de inicio para la construcción de la nación, o si la nación es la condición de posibilidad para la introducción del uso de la moneda, es una cuestión indeterminable; la moneda no es el resultado ni tampoco es el inicio de la nación. Nación y moneda son consustanciales a la autonomía del Estado racional; se trata de una instancia que resignifica el sentido de la racionalidad de una nación.

3. A modo de cierre

50En la propuesta del gHS de Fichte, debido a que el valor del dinero es fijo, es superficial y poco relevante la cantidad de dinero que disponga la nación; además, porque se trata de una propuesta de un Estado comercial y jurídicamente cerrado, la moneda nacional no ingresa en relación con otras monedas de otros Estados. Como dice Fichte: “el dinero no es absolutamente nada en sí y por sí mismo; sólo representa algo por voluntad del Estado.” (Fichte 1991: 61. gHS III, 433), es decir, que el dinero se convierte en moneda por la ley del Estado al tiempo que representa unidad de la pluralidad y totalidad de la particularidad de las acciones/trabajo de los ciudadanos. La moneda representa la totalidad de la suma de mercancías que ahora constituyen el comercio público nacional. Las mercancías que en relación comercial inter-estatal producían los ciudadanos ahora son traídos a un lugar común en el cual se yergue el proyecto nacional: el mercado nacional, que se específica por medio de una particular moneda legal y válida.

51Un Estado comercial cerrado, por su propia constitución organizacional y jurídica (racional), ofrece a los ciudadanos de la nación el mantenimiento de la seguridad interior, que es un objetivo de todo gobierno. La paz mundial es el suceso de la extensión de la condición interior de los Estados hacia el exterior; lo primero es la condición de lo segundo (Cfr. Fichte 1991: 108. gHS III, 468-469). Fichte concibe en la autarquía política y económica de un Estado la condición necesaria para que un Estado sea una entidad unitaria e independiente de otros Estados, lo que a su vez es la condición de posibilidad de la riqueza de una nación y del bienestar interno. El trabajo nacional es el productor de riqueza de una entidad cerrada, y la distinción del trabajo nacional es la moneda, símbolo que reopera sobre la idea de nación. La razón jurídico-político-económica de Fichte instaura una industria nacional endógena que funciona y refuerza el proyecto nacional con la introducción de la moneda propia.

Es evidente que en una nación tan cerrada, cuyos miembros conviven solamente consigo mismo y muy pocos extranjeros; en una nación que conserva mediante aquellas medidas su forma de vida particular, sus instituciones y costumbres; en una nación que ama profundamente su patria y todo lo nacional: muy pronto surgirá un alto grado de honor nacional y un carácter nacional muy peculiar. Se convertirá en otra nación, en una nación completamente nueva. Aquella introducción de la moneda nacional es su verdadera creación (Fichte 1991: 158. gHS III, 508)

52Fichte supone la idea de un progreso humano que funciona por medio de una lógica del recogimiento productivo interno. Sin embargo eventualmente se puede nutrir del exterior para efectos de incorporar el avance tecnológico en la fabricación nacional de bienes sustitutos o auténticos. Esto con la finalidad de estabilizar la cantidad y precios de los bienes básicos en el mercado nacional y de hacer agradable la vida de los ciudadanos y de posibilitar la paz mundial.

Referencias bibliográficas

Ediciones de la Obra Completa de J. G. Fichte.

53Ediciones alemanas:

54FICHTE, J. G., Grundlage des Naturrechts nach Principien der Wissenschaftslehre, citado con la abreviatura GNR y según la edición J. G. Fichte-Gesamtausgabe der Bayerischen Akademie der Wissenschaften. R. Lauth et al. (eds.). Stuttgart-Bad Cannstatt, Frommann-Holzboog, 1962 ss. con la abreviatura GA:

55FICHTE, J. G., Der geschlossene Handelstaat. Ein philosophischer Entwurf als Anhang zur Rechtslehre und probe einer künftig zu liefernden Politik. Citado con la sigla gHS y según la edición Johann Gottlieb Fichtes sämtliche Werke. I. H. Fichte (ed.). Berlín, De Gruyter, 1971.

56Traducciones españolas:

57Fichte, J. G., (1991) El estado comercial cerrado, trad. Jaime Franco Barrio, Tecnos, Madrid.

58Fichte, J. G., (1994) Fundamento del derecho Natural, trad. José Villacañas, Manuel Ramos, Faustino Oncina, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid.

Literatura Secundaria

59Acosta, E., (2010) “Fichte y el Nacionalsolipsismo”, Revista de Estud(i)os sobre Fichte, vol. 1, no. 1.

60Acuña, V, (2002) “La invención de la diferencia costarricense. 1810-1870”, Revista de Historia, vol. 45, 191-228.

61Arrese Igor, H., (2010) “El rol del derecho internacional en la teoría fichteana del Estado y la propiedad”, ÉNDOXA: Series Filosóficas, no. 26, 43-62.

62Arrese Igor, H., (2011) “El ámbito de la libertad individual en la teoría fichteana del derecho natural de 1796/1797”, Revista de Estud(i)os sobre Fichte, vol. 2, no.1.

63Arrese Igor, H., (2015) “Isaac Nakhimovsky, The Closed Commercial State. Perpetual Peace and Commercial Society from Rousseau to Fichte”, Revista de Estud(i)os sobre Fichte, vol. 10, no.1.

64Bilbao, A., (2000) “El dinero y la libertad moderna”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, no. 89, 119-139.

65Corsico, L., (2015) “Método y quintuplicidad en la filosofía de Johann Gottlieb Fichte”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, vol. 46, no. 138, 71-82.

66Damiani, A., (2013) “Trabajo y ciudadanía en la filosofía política de Fichte”, Isegoría, vol. 48, 285-304.

67Dewyk, N, (1995) “Los territorios del estado-nación en América Central: Nación y República en Centroamérica (1821-1865)”, en Taracena, A, Identidades Nacionales y Estado Moderno en Centroamérica. San José: EUCR, 13-30.

68Espinoza, J, (2011) “El surgimiento de la xenofobia y la crisis del multiculturalismo. Una lectura desde el psicoanálisis.” Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, vol. 50, no. 127-128, 33-37.

69Franco, J., (1991) “Estudio preliminar”, en Fichte, J. G., El estado comercial cerrado. Madrid: Tecnos, pp. IX-XXXII.

70Gaudio, M., (2010) “El estado natural del hombre es el Estado”, Revista de Estud(i)os sobre Fichte, vol. 1, no.1.

71Gray, R., (2003) “Economic Romanticism: Monetary Nationalism in Johann Gottlieb Fichte And Adam Muller”, Eighteenth-Century Studies, vol. 36, no. 4, 535-557.

72KLEINGELD, P., (1999) “Six Varieties of Cosmopolitanism in Late Eighteenth-Century Germany”, Journal of the History of Ideas, vol. 60, no. 3, 505-524.

73Oncina, F, (1994) “Para la paz perpetua de Kant y el Fundamento del derecho natural de Fichte: encuentros y desencuentros”, Daimon Revista Internacional de Filosofía, no. 9, 323-339.

74Oncina, F, (1996) “El iusnaturalismo agónico: La teoría fichteana del contrato”, en López-Domínguez, V (ed.), Fichte 200 años después. Madrid: Editorial Complutense, 75-98.

75PRENDAS SOLANO, J., (2013) “Entre Revolución y Restauración: El Estado Comercial Cerrado de J. G. Fichte”, Revista de Estud(i)os sobre Fichte, vol. 7, no.1.

76Rodrik, D, (2012) The globalization paradox: Democracy and the Future of the World Economy. New York / London: W. W. Norton & Company.

77Solís, P, (2009) “El fenómeno de la xenofobia en Costa Rica desde una perspectiva histórica”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, vol. 47, no. 120-121, 91-97.

78Taracena, A, (1995) “Nación y República en Centroamérica”, en Taracena, A, Identidades Nacionales y Estado Moderno en Centroamérica. San José: EUCR, 45-61.

Inicio de página

Notas

1 El proyecto Estatal de diferenciación cultural frente a otros Estados ha podido conducir a fenómenos de xenofobia, en mucho, debido al “narcisismo de las pequeñas diferencias”, para esto véase Acuña (2002), Espinoza (2011) y Solís (2009). Véase Dewyk (1995) en cuanto al papel del territorio en la construcción de la idea de nación y Estado; en lo particular del fenómeno centroamericano de Estado moderno y de las identidades nacionales, refiérase a Taracena (1995).

2 De aquí en adelante se utilizarán las abreviaturas gHS del original en alemán Der geschlossene Handelstaat. Ein philosophischer Entwurf als Anhang zur Rechtslehre und Probe einer kunftig zu liefernden Politik para asignar El Estado comercial cerrado. Un ensayo filosófico como apéndice a la doctrina del derecho, y como muestra de una política a seguir en el futuro de Johann Gottlieb Fichte.

3 En este sentido, el Estado es una totalidad que se particulariza de otras totalidades, y en otro sentido, es una totalidad que, sin embargo, es también parte. Todo Estado es parte de la totalidad que representa históricamente el surgimiento de los Estados modernos como un determinado modo de organizar y producir la vida social y la sociabilidad intersubjetiva. La singularidad del Estado aquí dicha refiere al designio de cada Estado por diferenciarse, precisamente, de la totalidad de Estados modernos; es decir, que siendo el Estado constitutivamente parte de una totalidad, intenta ser en sí mismo una totalidad, superando la primera acepción y condición de totalidad.

4 De aquí en adelante se utilizarán las abreviaturas GNR del original en alemán Grundlage des Naturrechts der Prinzipien der Wissenchaftslehre para asignar el Fundamento del derecho natural según los principios de la doctrina de la ciencia de Johann Gottlieb Fichte.

5 Con el subtítulo “Revolución y restauración” hacemos alusión a un momento del pensamiento de Fichte que se caracteriza por la tensión, tránsito y desenlace sobre los estos temas y posición política. Cfr. Prendas-Solano (2013) y Oncina (1996).

6 Corsico (2015, 71) distingue entre el periodo de Jena (1794-1799) y el de Berlín (1800-1814).

7 El Eforato es la institución que fiscaliza el accionar del gobierno a partir de sus designaciones constitucionales. Los éforos es una remembranza del sabio (Gelehrten) y del filósofo platónico. Cfr Oncina (1994: 337).

8 Cfr. Libro segundo de gHS: “Historia contemporánea”.

9 Fichte considerara que el poder ejecutivo debe concentrar también las funciones legislativas y judiciales. Al tiempo que Fichte rechaza la división de poderes se aleja de lo propuesto por Kant (Cfr. Oncina: 1994, 333-4). Argumenta así sobre el centralismo debido a que ello expresa cierta unidad y posibilidad de organización frente al egoísmo universal del hombre; esta inclinación de los ciudadanos conduciría a la desintegración social y a la guerra de todos contra todos (Cfr. GNR §20. GA I/4, 59-79).

10 El pacto social entre individuos, del que se obtiene el Estado como un todo, como totalidad cerrada, es consecuencia de la conflagración de fuerzas libres y particulares; de allí que el “derecho de propiedad sobre el objeto de la libre acción emana y se deduce solamente del derecho exclusivo a la libre acción.” (Fichte, 1991, 18. FSW III, 399). La teoría de la acción del individuo que constituye el fundamento jurídico de la adquisición de propiedad es expuesta como atomismo físico moderno, o bien como la teoría de los cuerpos en Spinoza. El derecho de propiedad es una actividad particular y exclusiva del sujeto (acción) en el objeto (cosas), y mientras todos permanecen quietos unos al lado de otros, no entrarán en conflicto, a no ser que se desplacen y muevan. Por esta razón la libre actividad “es la sede del conflicto de las fuerzas” (Fichte, 1991, 18. FSW III, 399).

11 Ambivalente podría resultar que un mismo individuo se predique de la humanidad como sujeto moderno y se predique al mismo tiempo de su ciudadanía especifica; que por una parte haya sentimiento y responsabilidad para con la nación y que sin embargo sea ciudadano del mundo. Como lo señala Kleingeld (1999), se ha distinguido entre un cosmopolitismo moral y un cosmopolitismo político, definiendo al primero como aquella “concepción según la cual todo ser humano sigue una singular comunidad moral” (p. 506) y al segundo como “el intento de establecer un mundo legal (world-wide) y un orden político” (p. 506). Si se considera el periodo entre 1780 y 1800, se puede identificar en el cosmopolitismo alemán (Germán Cosmopolitan) debates públicos entre el cosmopolitismo, nacionalismo y patriotismo, con lo cual se identifican seis versiones del cosmopolitismo: el moral, internacional federativo, legal, cultural, económico y el romántico, siendo en este último donde es posible ubicar a Fichte, por su nacionalismo. El romanticismo cosmopolita defiende la idea de un mundo legal pero no coercitivo de las repúblicas, profundizando en los componentes esenciales del humano: el amor, emociones, belleza, fe, mutua confianza, la cooperación, entre otros (Kleingeld 1999: 521). Para esto véase el siguiente pasaje del gHS: “en una nación que conserva mediante aquellas medidas su forma de vida particular, sus instituciones y costumbre; en una nación que ama profundamente su patria y todo lo nacional: muy pronto surgirá un alto grado de honor nacional y un carácter nacional muy peculiar. Se convertirá en otra nación, en una nación completamente nueva. Aquella introducción de la moneda nacional es su verdadera creación.” (Fichte, 1991, 159. FSW III, 508). Según Gray (2003: 544), lo que es la educación para los Discursos a la nación alemana lo es la moneda para el Estado Comercial Cerrado. En el GNR, Fichte fundamenta el derecho internacional en las relaciones individuales entre ciudadanos de distintos Estados, que en comparación con el gHS, desechará, ya que el derecho internacional eventualmente corresponderá a los Estados y no a los individuos; pero en el GNR, así como en el gHS, hay una conexión entre la garantía de la propiedad de ciudadanos y la soberanía jurídica y económica de los Estados (Cfr. Arrese 2010: 45), con lo cual se afirma la ambivalencia entre la ciudadanía general del cosmopolitismo y la singular ciudadanía de la nación.

12 En cuanto al Estado y el origen de la propiedad, según Prendas-Solano (2013), la posición de Fichte “resulta ser bien clara, adhiriendo una fuerte postura anti-liberal donde lo que define al ser humano no es su posesión o el mantenimiento de propiedad, pues en todo caso la propiedad sólo es el resultado de un pacto social,” (párr., 12). En el gHS “Fichte se encarga de contraponer explícitamente su novedosa teoría del derecho de propiedad con lo que presenta como la concepción corriente del mismo, que parte de principios opuestos. Según esa concepción, el derecho de propiedad le otorga a una persona la posesión exclusiva de una cosa.”, mientras que Fichte identifica la propiedad como derecho exclusivo a una determinada esfera de actividad libre. “La propiedad no es, en sentido estricto, un derecho a poseer cosas de manera exclusiva sino a ejercer actividades. La misma consiste en el derecho a realizar un tipo de actividades sobre una determinada clase de objetos y a excluir a otros de ese tipo específico de actividad.” (Damiani 2013: 297).

13 El derecho de propiedad no deviene ni depende de la naturaleza, tampoco de la ley positiva de los Estados reales, sino que deriva de un pacto entre voluntades, de un pacto social de reconocimiento mutuo intersubjetivo (Cfr. Damiani 2013: 298 y Prendas-Solano 2013: párr., 13). De acuerdo con Franco (1991 en Fichte 1991: 70), Fichte dirige una crítica contra la concepción fisiocrática; de acuerdo con Damiani (2013: 298), Fichte apone a su teoría democrática de la propiedad y del Estado racional a la concepción aristócrata. En todo caso, la crítica arremete contra la restricción de propiedad que genera el actual modo de fundamentar este derecho y la exclusión que genera para los trabajadores sin tierra ni propiedad. “En la tradición del derecho natural moderno, que atraviesa las teorías de Pufendorf, Locke y Kant, puede registrarse una solución típica del problema de subsistencia de los seres humanos carentes de propiedad. La misma se basa en la previsión de un derecho mínimo de subsistencia, (pero) en esta tradición, el ejercicio de este derecho limita lo menos posible los derechos de los propietarios y se materializa como el deber de la caridad e instituciones tales como las casas de pobres.” (Cfr. Damiani 2013: 303). Pero el origen de la pobreza no está estrictamente en el hecho de la insatisfacción de las necesidades básicas de los desposeídos; está en el orden económico ilegítimo que distribuye la propiedad de los ciudadanos de manera azarosa y contraria al concepto de derecho. La tarea del Estado racional consiste en reordenar legalmente la propiedad de los ciudadanos como derivación del contrato social.

14 En el método sintético de Fichte “Los elementos que se van descubriendo adquieren plena significación una vez completado el circulo de implicaciones” (Guadino 2010: párr., 2).

15 Asimismo Gaudino (2010) señala: “En la Doctrina de la ciencia nova methodo (Wissenschaftslehre nova methodo), una reconstrucción de las lecciones de Fichte durante el mismo período de GNR a partir de anotaciones de distintos estudiantes, encontramos un apartado titulado “Algunas notas sobre el método sintético”, contiguo al § 10, donde Fichte presenta este proceder según tres variantes: partir de una contradicción y resolverla mediante lo aceptado; proponer una tarea principal y resolverla con proposiciones mediadoras; ir explicando progresivamente lo oscuro e indeterminado del punto inicial. En todos los casos, el significado de los elementos resulta comprensible una vez reunidos, y no por separado. Cf. GA IV, 2, 107 s. WLnm (DCnm 93-94).”

16 La estructura de la argumentación con la que Fichte expone el gHS es tripartida y correspondiente con la lógica dialéctica de tesis, antítesis y síntesis. En la primera parte de la obra, titulada “Filosofía”, Fichte expone su teoría, en la segunda parte, titulada “Historia contemporánea”, describe las realidades y consecuencias de la economía de mercado, y en la tercera parte, titulada “Política”, presenta el programa político del cierre del Estado jurídico y comercialmente. Al respecto puede verse Gray (2003: 539). En la tesis análoga a la primera parte del gHS se trata del “El yo que se pone a sí mismo”; en la antítesis análoga a la segunda parte es “El yo (Ich) pone un no-yo (Nicht-Ich)” y, en la síntesis de la tercera parte se trata de “El yo opone, en el yo un yo finito y divisible a un no-yo también infinito y divisible”. Así, la primera parte hace alusión al principio de identidad (A es A) expuesto en la Fundamento entero de la Doctrina de la ciencia, la segunda al principio de oposición (A no es igual a no A) y en la tercera al principio de superación por medio del cual “el yo (Ich) supera su límite mediante la actividad consistente en un ilimitado autoponerse e imponerse a lo que se le opone” (Franco 1991: xi). De tal modo que la dialéctica posibilita el obrar, la acción y actividad, “la actividad del yo tiene naturaleza moral, pues se despliega venciendo una resistencia, superando un obstáculo: el límite es puesto y superado constantemente; la actividad es sustancialmente un esfuerzo (Streben), un infinito tender hacia, que se realiza en la superación de lo finito” (Idem).

17 Se trata de las condiciones sustanciales de la libertad, de las condiciones sociales que la posibilitan y la sostienen. (Cfr. Moggach 2009: 1015 y Arrese 2011: párr. 2, 3 y 4). La planificación económica centrada en el Estado pretende sacar al ciudadano de la mecánica y arbitrariedad del libre comercio, esto garantiza los derechos de propiedad y de poder vivir del propio trabajo. Por otra parte, las condiciones sustanciales de la libertad implican, en el segundo periodo de pensamiento de Fichte que se centre ya no sobre las libertades individuales del primer periodo sino en el orden de los derechos de los ciudadanos de una comunidad política. Arrese (2015) indica, “En su Contribución a la rectificación del juicio del público sobre la Revolución Francesa Fichte comenzó a desarrollar la tesis de que no puede pensarse un Estado justo si a la vez no se postula un orden internacional que garantice los derechos de los ciudadanos al interior de la comunidad política” (párr. 5).

18 La referencia a la progresividad aparece en la “Introducción de gHS, aquí Fichte indica que la manera de aproximarse al Estado racional es "poco a poco". (Fichte 1991: 13. gHS III, 397).

19 La obra gHS (1800) ha sido objeto de diversas interpretaciones. Hay quienes miran en esta obra la defensa de un ideal de Estado militarista y dictatorial, y hay quienes lo entienden como republicano, precursor del socialismo y del Estado benefactor, prestacional y vicario. Para Nakhimovsky (Nakhimovsky 2011 referido por Arrese 2015) “el Estado, en tanto que mera mediación [social para el establecimiento de una sociedad perfecta], está destinado a abolirse a sí mismo, una vez que los seres humanos hayan logrado el pleno ejercicio de su razón en el ámbito de la moralidad.” (párr. 6). Asimismo, hay quienes ven en Fichte un filósofo que impulsando la “Doctrina de la ciencia”, su propia filosofía, aparece como representante del terrorismo jacobino, del ateísmo masón, del subjetivismo idealista, del solipsismo, del misticismo misológico, del proteccionismo dictatorial económico y del nacionalsocialismo. (Cfr. Acosta 2010: párr., 3).

20 Fichte expresa que una nación rica es aquella que trabaja para sí. El trabajo en un Estado racional no sólo tiene connotaciones individuales, sino que tiene sustanciales connotaciones sociales y nacionales. En el pensamiento de Fichte hay tanto una teoría del trabajo desde una perspectiva antropológica, es decir, sobre la significación ontológica del trabajo para el ser humano y su mundo, así como una teoría económica, política y del derecho. Para ampliar este contenido y otros véase Damiani (2013).

21 “Los gobiernos (de los Estados reales) sentirán confusamente que les falta algo, aunque no vena con claridad qué es propiamente esto que les falta. Hablarán de la necesidad de completarse; afirmarán que, a causa de la seguridad de las demás tierras suyas, no pueden prescindir de tal provincia fértil, de tales minas o salinas, (…) Un afán de conquista ciego…se apodera de todos ellos; y así se encontrarán incesantemente en una situación de guerra directa o indirecta, declarada o solamente en preparación. (…) Así se sigue necesariamente una situación en la que se establece la paz sólo para poder restablecer la guerra.” (Fichte 1991: 123-124. FSW III, 480-481).

22 La pobreza es el resultado de la desigual en la distribución y no de la producción. De allí que en Fichte sea claro que las condiciones mínimas de existencia de todo ciudadano radiquen sobre la distribución de estas, en la garantía de que cada ciudadano pueda vivir del fruto de su propio trabajo, que le resulte agradable y en condiciones laborales de calidad; en ello radica el derecho de un Estado comercial y jurídicamente cerrado.

23 La dimensión autárquica del Estado en la propuesta es clarividente, y es tanto político como económica, es decir, remite tanto a la soberanía como a la seguridad de la producción de bienes elementales para la existencia social y nacional. En el gHS el Estado es la unidad de análisis, que se limita a relaciones comerciales de mercancías entre individuos de un mismo Estado. Mientras que en el gHS la unidad de análisis es la regulación de las esferas de acciones intersubjetivas, en el GNR se ocupa de esto pero en cuanto a las acciones del ámbito interestatal (Arrese 2010, 59).

24 La construcción de la idea de nación supone el trabajo colectivo nacional de los ciudadanos de un mismo Estado comercialmente cerrado. En gHS la riqueza es un bienestar y producto nacional. Los ciudadanos trabajan a fin de obtener los recursos necesarios para lograr la finalidad común de conservar la vida y hacerla agradable. En la actualidad, Rodrik (2012) ha referido al trilema político fundamental de la economía mundial (fundamental political trilemma of the world economy) señalando tres vertientes valorativas en el mundo moderno que resultan tanto importantes como excluyentes entre sí, ya que no se pueden seguir simultáneamente la globalización, la autodeterminación nacional (national determination) y la globalización económica. Rodrik señala que si se optara por el impulsar la globalización será necesario renunciar en parte a las políticas genuinas de un Estado-Nación y a las políticas democráticas. Si se optara por conservar y profundizar la democracia, será necesario elegir entre Estado-Nación e integración económica. Y si se optara por el mantenimiento de la autodeterminación del Estado-Nación habrá que elegir entre la profundización de la democracia o la globalización.

25 La imagen de la obra gHS es el proyecto de un Estado cerrado tanto comercial como jurídicamente. Fichte dirige y dedica el gHS a K, A. ven Struensee (1735-1804), ministro privado del Estado Real de Prusia y Caballero de la Orden del Águila Roja. Se está en presencia es una propuesta de un teórico político para un político práctico, que, comenzando por aplicar la regla general, hace que la regla específica se nutra tanto del material empírico de la historia de los Estados como de los principios y conceptos de la primera (Cfr. Fichte 1991: 7-11. gHS III, 389-393). Fichte presenta a K. A. von Struensee la propuesta del gHS convencido absolutamente de su realización.

26 De acuerdo con Gray (2003: 540), Fichte distingue en la teoría del dinero (monetary theory) dos momentos, el estrictamente económico, es decir, como medio de intercambio, y el semiótico (semiotic). Según la acepción semiótica el dinero queda desprovisto de cualquier valor sustancial; sólo representaría valor debido a la voluntad del Estado. En otras palabras, el dinero no es nada en sí mismo. Es el Estado, por medio de la autoridad legítima sobre el monopolio de la producción de las piezas, quien le imprime al dinero el signo de validez y de legalidad.

27 El político práctico pone en movimiento las teorías generales de los teóricos políticos, al hacerlo, particulariza lo general.

28 Para comprender la teoría del dinero es necesario retener la formulación del contrato que entre ciudadanos hace posible la propiedad y la protección. Según este contrato, cada individuo conserva (por derecho) un espacio de libertad inalienable al tiempo que se abstiene que cometer (como deber) interferencia sobre el espacio de otros; de allí que en este contrato cada individuo se compromete a ceder parte de su libertad para proteger la libertad de los otros. Aquí, la condición de posibilidad del derecho y del deber tiene una misma raíz: el reconocimiento, la intersubjetividad (Cfr. GNR §17, GA I/4, 8 para el contrato, y GNR §17. GA I/4, 9 para el contrato de protección).

29 En el capítulo VI de la primera parte del gHS, llamado ¿Está amenazado este equilibrio por la introducción del dinero, y se altera por el constante progreso de la nación hacia su bienestar superior? Fichte refiere al dinero como “signo de todo valor” (Fichte 1991: 59. gHS III, 431). Y halla que el valor del dinero, al respecto de las mercancías, es “inconstante y sumamente variable” (Fichte 1991: 59. gHS III, 431). En el Estado real “ni las leyes ni la violencia lo pueden fijar ni mantener” (Fichte 1991: 59. gHS III, 431) invariable, ya que si el Estado lo hiciese y fijara por fuerza los precios, tanto compradores como vendedores, aquellos que disponen del dinero y las mercancías, lo ocultarían, y con ello se aniquilaría el comercio. Considerando que quien posee dinero es inabordable por la fuerza y el propietario de mercancías lo es por medio de métodos odiosos y sumamente costosos para el Estado, Fichte concluye que “si sólo se usa el dinero, el comercio no se deja controlar ni someter a leyes” (Fichte, 1991: 59. gHS III, 431). Pero frente a la situación del Estado real, y frente a las opiniones que este acarrea, tales como “Así fue siempre y así tendrá que seguir siendo” (Fichte, 1991: 59. gHS III, 431). Fichte indica que en el Estado racional se introducirá el dinero con valor invariable, y que en la eventualidad de modificaciones será variado por el Estado (y no por el mercado).

30 Ocupándose de la planificación productiva del Estado racional en cuanto a la agricultura, Fichte recomienda la planificación quinquenal. (Cfr. Fichte 1991: 55. gHS III, 428). “En un Estado bien gobernado y análogamente organizado desde el principio según unos cálculos correctos. nunca disminuirá el valor de las mercancías en curso.” (Fichte 1991: 64. gHS III, 432).

31 Fichte no se ocupa a profundidad de la hipótesis de temporalidades. Lo que se tiene como referente es el equilibrio.

32 En cuanto a la forma, “Fichte propone una instancia mediadora entre bienes que se posee y la satisfacción de los fines indeterminados, que no es otra cosa que el dinero.” (Arrese 2011: párr. 12). “El dinero debe garantizar esta propiedad de carácter indeterminado, porque representa la cantidad de propiedad que el ciudadano ha producido. Pero debe posibilitarle al ciudadano al mismo tiempo la adquisición de una diversidad de bienes, atendiendo a los múltiples fines de sus acciones. Por esta razón el dinero tiene un carácter simbólico, esto es, representa una cantidad de determinada propiedad.” (Arrese, 2011: párr. 12). El dinero, en cuanto a su materialidad debe resultar insignificante para la satisfacción de los fines específicos, y sólo significativo para los fines indeterminados. Si el dinero tuviera relevancia para los fines determinados dejaría de ser simbólico.

33 De acuerdo con Gray (Gray 2003: 539) hay al menos tres funciones del dinero (money); es sobre todo un medio (médium) y facilitador (facilitator) del intercambio (exchange); pero sirve además como signo (sign) y medida (measure) de valor (value); y por último, la moneda hace de enlace entre la circulación económica y la economía libidinal en la medida que prevé el mecanismo de gratificación retrasada. Fichte insiste en la función de intercambio y el papel del dinero únicamente como equivalente general o signo de valor y no como medio para el acaparamiento de riqueza.

34 En esto Fichte refiere a los impuestos del Estado como instancia que se ve afectada por la estabilidad e inestabilidad del dinero en relación con la compra y venta de la fuerza de trabajo de los ciudadanos. De hecho, las naciones pobres padecen migración y las ricas inmigración. Por las razones indicadas puede haber una nación pobre en dinero, aunque abundante en la cantidad de bienes.

35 Esto es expresable, en condición del gHS por la figura M-D-M, distinto de la condición actual del Estado real, al que le corresponde la figura D-M-D, donde M=mercancía y D=dinero. En la primera expresión el dinero es el medio y en la segunda el fin. Un Estado racional procura para los ciudadanos la cantidad de monedas necesarias para realzar el cambio y comprar/pagar las mercancías necesarias. La introducción de la moneda nacional hace referencia a un Estado racional que da a cada uno lo suyo.

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Para citar este artículo

Referencia electrónica

Joan J. Cordero, «Notas monetarias para el cierre jurídico en El Estado comercial cerrado de Johann Gottlieb Fichte: sobre el papel de la moneda en la construcción de nación y de mercado nacional»Revista de Estud(i)os sobre Fichte [En línea], 14 | 2017, Publicado el 01 junio 2017, consultado el 16 enero 2025. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/ref/736; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/ref.736

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Autor

Joan J. Cordero

Universidad de Costa Rica

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