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Etnográficas Especial: Peru

El rol de la Biblioteca Pública “Periférica” en la vida cotidiana de las niñas y niños usuarios

The role of the “Periferic” Public Library in the daily life of boys and girls
O papel da Biblioteca Pública “Periférica” na vida cotidiana das meninas e meninos usuários
Yesenia Mendez Bardales

Resumos

Este texto analisa o papel da biblioteca Pública enquanto serviço e espaço público na vida cotidiana dos usuários, olhando à experiência urbana de crianças na cidade. O trabalho etnográfico e as oficinas lúdicas, como uma forma de intervenção; permitiu conhecer as práticas sociais que dão sentido ao uso de um serviço público que é esquecido pela política pública e que rompe com a ideia tradicional que se tem sobre este tipo de espaços no Peru. Desde modo, a biblioteca pública se apresenta como um espaço valioso para as crianças da cidade, aonde assistem motivados pela busca de lugares seguros e gratuitos para o jogo e o cuidado e onde os mesmos atores se legitimam como usuários por meio da performance do leitor.

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Notas da redacção

Versão original recebida em / Original Version 10/01/2019

Aceitação / Accepted 15/04/2019

Texto integral

Introducción

1La experiencia urbana de los niños y niñas de la ciudad presenta serias dificultades en cuanto al acceso a lugares de juegos diseñados para su altura, seguros y gratuitos. Pinheiro de Almeida (2012) en un estudio sobre “El Jugar de los niños en espacios públicos”, señala que el mundo de los juegos se hace cada vez más sofisticado y costoso, donde la sociedad crece de manera anónima debido a los pocos lugares de encuentro para las actividades públicas. El trabajo, la convivencia familiar y el ocio se vuelven actividades separadas en compartimientos estanques. En ese sentido, las transformaciones de las ciudades a partir del s. XX evidencian incapacidad para gestionar los servicios públicos de la ciudad, que ha dado oportunidad a la creación de espacios de consumo promovidos por el neoliberalismo global, que pueden generar una aparente atmósfera de seguridad, mostrarse limpios y agradables, pero están construidos y condicionados por dinámicas de consumo que terminan por alejar a niños y adultos de una conciencia ambiental y de un entorno saludable. A su vez, los espacios públicos dejan de ser lo suficientemente atractivos al competir con la oferta de espacios privados como los Malls y pequeños espacios de juego en establecimientos de comida rápida, debido a que el Estado ha perdido poder y capacidad de intervención en la transformación de la ciudad y la construcción de espacios públicos. En este marco se construyen las experiencias de los niños en la ciudad, donde pueden experimentar exclusión, inseguridad, contaminación, violencia, etc. cuando sus necesidades como ciudadanos no son contempladas por los planificadores de la ciudad.

2En esa línea, se presenta la Biblioteca Pública “Periférica” del barrio de Chacra Colorada, ubicado en distrito Breña, como un espacio y servicio público concurrido por niños y niñas, a pesar de las deficientes condiciones en la que se encuentran los servicios. Las bibliotecas han sido lugares excluidos del desarrollo que hemos tenido en los últimos años como país, que puede verse como un indicador del poco impacto que han tenido los planes de lectura y la política pública bibliotecaria. De modo que, la experiencia urbana de los niños y niñas se constituye como el campo que permite explorar qué los motiva a frecuentar determinados lugares, cómo utilizan los servicios públicos a los que logran acceder, y finalmente, cuáles son sus percepciones acerca de la ciudad/barrio que habitan a través del uso de un servicio/espacio público como la biblioteca.

3La Biblioteca Pública Periférica del distrito de Breña, ubicada en el barrio de Chacra Colorada, es una de las cinco bibliotecas de la ciudad gestionada directamente por la Biblioteca Nacional del Perú, además de la Gran Biblioteca Pública de Lima; y forma parte del inicio de la política pública bibliotecaria. En 1958 se crearon las ocho Estaciones Bibliotecarias situadas en las zonas periféricas de la ciudad de Lima, como extensión de los servicios que ofrecía la Biblioteca Nacional, que al poco tiempo lograron convertirse en las primeras bibliotecas públicas del país. Anteriormente, en 1922 el gobierno promulgó la Ley N° 4506 de Bibliotecas Populares, pero fue en 1947, a partir de la creación del Fondo San Martín y por iniciativa del historiador Jorge Basadre, que las bibliotecas públicas van a tener una fuerte promoción desde el Estado. De ese momento, en la actualidad sobreviven cinco bibliotecas en distritos ya consolidados, que en su momento fueron la periferia de la ciudad.

4En ese sentido se plantea: ¿Cuál es el rol que juega la biblioteca pública en la vida cotidiana de las niñas y niños usuarios? ¿Cómo los usuarios utilizan la biblioteca en su vida cotidiana? ¿A qué demandas usuarias responden los servicios públicos?

El espacio de investigación

5El estudio de caso se localiza en el barrio de Chacra Colorada, distrito de Breña. El distrito de Breña limita con el centro de la ciudad, que concentra servicios públicos, comercio y una alta demanda laboral; además de ubicarse entre la zona de alta y baja renta. En esta zona aún se ubican antiguos almacenes, unos pocos operando y otros en abandono producto del declive de la actividad industrial del distrito, los mismos que en las últimas décadas han sido adquiridos por las inmobiliarias debido el bajo costo del suelo debido a los fenómenos urbanos del distrito: delincuencia-inseguridad, problemas de gestión de residuos sólidos, pocas áreas verdes y espacios públicos. En el año 2002 el m2 en el distrito costaba US$212 y actualmente, el precio alcanza los US$1536. El boom inmobiliario ha acentuado la heterogeneidad del distrito. Como señala Pereyra (2006), Breña como parte de la “Lima Vieja” no tiene una alta concentración de pobreza, por lo contrario, esta resulta baja en escala distrital. Sin embargo, en una aproximación barrial vemos que los matices de pobreza están concentrados en las quintas que permanecen como viviendas de baja; por otro lado, las viviendas multifamiliares han acentuado la segregación desconectadas del barrio y articuladas a determinados lugares de consumo como malls y servicios públicos de los distritos más cercanos.

6Como ha observado en la oferta de las inmobiliarias con proyectos en el distrito, la vivienda es ofertada por la cercanía a centros comerciales, al centro de la ciudad, escuelas y malls. De este modo, promueve un estilo de vida hacia el interior y conectado a lugares de consumo, que evade las problemáticas del entorno (inseguridad, carencia de áreas verdes y espacios públicos, ruido, etc.), proponiendo la cercanía a centros comerciales como una de las características más atractivas. Estos nuevos edificios para protegerse de la inseguridad han levantado altos muros, cuentan con personal de seguridad y cámaras de vigilancia.

7El paisaje del barrio se viene construyendo entre la desconexión del tejido social y la trama urbana. Los cambios de ocupación del suelo de las últimas décadas vienen generando espacios segregados a escala barrial. Tanto los vecinos más antiguos como los más recientes tienen la percepción del barrio y del distrito como un espacio inseguro, por lo que utilizan estrategias individuales para protegerse ante la poca legitimidad que tiene la municipalidad para incidir con adecuadas políticas la gestión de la ciudad.

8Según Gravano (2003) el barrio está definido por una serie de características como la intensidad de la vida barrial, apropiación y uso del espacio colectivo donde se tejen conductas vecinales de cercanía y consumo que construyen la vida social en un escenario conformado por lugares comunes y equipamientos urbanos. Se trata de un espacio físico y social de interacciones, Asimismo, el recorrido exterior puede tener un caótico encuentro con espacios urbanos que funcionan como islotes y dejan amplios tramos que no permiten al peatón inscribirse en ellos.

9El principal servicio y espacio público del barrio es la Biblioteca Pública, que se presenta como un lugar de lectura, pero que en la práctica los usuarios la utilizan en función de sus necesidades de recreación, información, juego y cuidado. Cualquier otro tipo de servicio o mobiliario urbano de uso público es inexistente debido a la falta de planificación urbana y gestión de los servicios públicos de la ciudad. Asimismo, en el barrio se ubican dos mercados: Manoa y Productores, que han construido una estrecha relación con la biblioteca motivado por las necesidades de espacios de cuidado y recreación.

Prácticas usuarias y la construcción del sentido de lugar

“Yo conocí la biblioteca cuando tenía 3 añitos, ahí empecé a venir todos los días, me encariñé y nunca faltaré. Porque yo vivo cerca y siempre vengo con mi hermana Ciara y mi primo Roberto”. Paul, 8 años

10La biblioteca es un pequeño espacio del barrio, distribuido en el interior en función a los servicios que ofrece, que son: internet, lectura en sala, préstamo de libros, talleres culturales, referencia y consulta. Los usuarios pertenecen a grupos de edad con motivaciones y gustos distintos unos de otros. En ese sentido, cuando los adultos buscan un lugar dónde pasar el tiempo, leer y estar en silencio, los adolescentes buscan un lugar para practicar ejercicios matemáticos, hacer tareas y utilizar internet; mientras los niños buscan un lugar de juego, los padres de los niños buscan un lugar de seguridad y cuidado para sus hijos. De alguna manera funciona para todos como un refugio del ruido, la inseguridad de la ciudad y el juego.

11Los usuarios perciben un espacio de posibilidades de uso del tiempo libre y de los servicios, que va formando un sentido de uso en la medida que los “mediadores de la política pública” lo promuevan o permitan. Es en el cotidiano donde se van marcando los lugares, creando rutinas, sentimientos que se desprenden de la experiencia no sólo en el lugar sino fuera de él, articulado al barrio y a la ciudad. De las experiencias de barrio y como usuarios surge la relevancia que tiene la biblioteca para los niños y niñas, quienes terminan por dinamizar los servicios y las reglas a través de sus prácticas lúdicas.

12El sentido de lugar propuesto por Oslender (2002) se construye a través de una serie de prácticas cotidianas localizadas en un espacio considerado como “propio”, al cual se adscriben las experiencias y percepciones. En esa línea, el significado que los actores le dan al lugar y los objetos al interior que pueden derivar de las características físico-estructurales, de la funcionalidad ligada a las prácticas sociales o de las interacciones entre los sujetos que lo ocupan. De este modo, se configura un “fragmento” de la ciudad, que permite a los individuos que forman parte del grupo percibirse como tal en tanto se identifican con este espacio denominado barrio y dentro de él; así como diferenciarse de los otros grupos en relación con el propio espacio, tal y como lo hacen los vecinos. Para que un espacio simbólico sea así considerado debe ser percibido por los individuos del grupo parte de su identidad social.

13Durante el trabajo de campo se exploró cómo los niños más pequeños iban construyendo una relación con la biblioteca del cual surge el sentimiento de apego al lugar. La relación de Clinton con la biblioteca comenzó cuando tenía 2 años, acompañado de su mamá comenzó a explorar los libros por cortos periodos hasta que estableció una relación de confianza con las trabajadoras de la biblioteca y pudo quedarse a su cuidado. La madre trabajaba como asistente de cocina en un restaurante frente a la biblioteca. Cuando aprendió a caminar la biblioteca fue el primer lugar al que llegó solo. Cada vez que podía se escapaba del restaurante y cruzaba la calle, el personal de la biblioteca siempre estaba alerta y le daban una señal para cruzar cuando no pasaban los carros. Comenzaron a asistir dos niñas más entre los 4 y 5 años, hermanas de los niños más grandes, con quienes Clinton formó un grupo. Al poco tiempo, las computadoras comenzaron a parecerles atractivas porque los niños más grandes siempre estaban ahí. Muchas veces para que se mantengan entretenidos la encargada les pedía a otros niños que les pusieran algún programa para niños en YouTube. De esta forma, comenzaron a insertarse en la dinámica del uso de computadoras y como aún no sabían leer debían colorear para acceder al servicio. Un poco antes de cerrar la biblioteca sus padres venían a recogerlos o se iban al mercado con los niños más grandes.

14Todos los niños atravesaron por experiencias parecidas durante la primera infancia, que al crecer en este espacio les permitió compartir momentos, aprendizajes, juegos en la biblioteca y formar una red de amistad. La biblioteca se convirtió en el primer lugar al que podían ir solos o acompañados por otros niños y encontrarse para jugar. Como señalan Elsa Castañeda y María Estrada (2015) es a través del juego que los niños y niñas se comunican con sus pares, descubren y asimilan su entorno como una condición para acceder al mundo y construir percepciones; de este modo acceden al grupo social al que pertenecen.

15La biblioteca y el mercado están cargados de símbolos lúdicos construidos por los niños; que a pesar de las restricciones de los trabajadores de “jugar sin hacer ruido” y de la inseguridad de la ciudad, han construido un grupo social y han aprendido a adaptarse a las reglas y “jugar” con ellas. La principal regla de acceso a los servicios dirigida a los niños y niñas consiste en registrarse y leer un libro para acceder 20 minutos a las computadoras. Esta regla funciona para ambos actores, a los trabajadores les permite regular el servicio y las prácticas lúdicas de los niños y niñas al interior de la biblioteca. Mientras que los niños y niñas se legitiman como usuarios al performar como lectores, tratando de evadir la regla registrando cuentos que ya leyeron, para acceder a las computadoras. Si bien el servicio público no contempla las necesidades de los usuarios y no cuenta con estrategias de promoción de la lectura, los trabajadores deben cumplir con las responsabilidades que les encomendaron y hacer el esfuerzo de responder a las demandas de los usuarios. Los otros grupos de usuarios son pequeños en contraste con el número de niños y niñas que asisten cotidianamente, y siempre surgen conflictos por el ruido que ocasionan discutiendo los turnos en las computadoras o reclamando porque otro niño no ha leído para ingresar, por lo que se han establecido “castigos” como retirarlos de la biblioteca por unas horas o no permitirles el acceso a las computadoras. Una forma de entender las interacciones que tienen con los trabajadores es reconocerlos como “profesores”, encargados de vigilar su comportamiento y castigarlos cuando incumplen alguna regla. Algunas veces intercambian la regla de los libros por tres rondas de ajedrez o tres figuras de origami, depende del número de niños que se encuentren en la biblioteca para establecer las reglas de acceso a internet. Los adultos o adolescentes pueden acceder sin ninguna restricción previa inscripción en los formatos por 20 minutos y si necesitan más tiempo deben volver a registrarse. Los niños que necesiten el servicio para hacer tareas pueden acceder de igual modo, pero 10 computadoras no son suficientes para todos por lo que se establece la regla del cuento. En ese sentido, las computadoras de la biblioteca se han convertido en un lugar muy atractivo para los niños y funcionan como dinamizador de las reglas del servicio. Los niños reconocen que la biblioteca no es un lugar abierto al juego porque reciben un castigo cuando hacen ruido o no respetan las reglas de acceso a las computadoras.

16Ante los pocos lugares seguros y gratuitos para la infancia en la ciudad, con adultos concentrados en las actividades laborales, el ciberespacio se ha convertido en el principal espacio de juego, incluso dentro de la biblioteca, como se ha señalado esto ocurre porque la biblioteca pública no ha dejado de ser una biblioteca concebida como “tradicional”, donde no se permite el ruido o jugar. El ciberespacio también ha abierto un mundo de posibilidades lúdicas, convirtiéndose en un espacio para jugar libremente. Tiene mucho sentido que las conquistas incluso virtuales se hayan dado a través de prácticas lúdicas.

17Sobre las actividades que realizan señalaron “pintamos, dibujamos, jugamos ajedrez, leer libros para niños, hacemos tareas”. Este lugar es valorado porque es el principal lugar concebido por el servicio para los niños y niñas; aquí hacen las tareas de la escuela y otras prácticas lúdicas que permiten el acceso a las computadoras. Cuando la encargada los “castiga” restringiendo el acceso a las computadoras utilizan los juegos de mesa, piden papeles para pintar, hacen figuras de origami y muchas veces se organizan para salir a jugar en la calle. Los libros son parte del juego que deben superar para acceder a las computadoras, pero no es una actividad de la que disfruten.

18Al ser un lugar del barrio hay usuarios cotidianos que han establecido prácticas cotidianas, como el señor José, adulto mayor, que asiste todos los días a la biblioteca a consultar libros de historia, a veces por las mañanas u otros días por las tardes, toma apuntes, y como él señala es “interrumpido por los juegos de los niños”. Durante los talleres de teatro o cuentacuentos las mesas son retiradas a la calle y piden a los usuarios que lean en la mesa infantil, lo cual también ocasiona conflictos con los adultos.

19De las observaciones se da cuenta de que desde esta zona de la biblioteca los adultos suelen quejarse del ruido que hacen los niños al otro lado, en la zona infantil o en la zona de las computadoras. La encargada les pide silencio, algunas veces restringe a los niños el servicio de internet por una hora o los retira de la biblioteca como castigo.

20Acerca de las actividades que los adolescentes y adultos realizan en esta parte los niños señalaron:” se informan, leen libros, traen laptop, buscan trabajo, leo periódico”.

21La biblioteca pública es el lugar donde buscan utilizar el tiempo de ocio como los adultos mayores, hacer tareas y trabajos como los adolescentes, “tener un lugar seguro y educativo donde los niños puedan estar” desde la mirada de los padres, y principalmente, un lugar dónde jugar y estar seguros como se ha observado y han señalado los niños. Son dos aspectos que motiva a los niños asistir a la biblioteca: tener un lugar para el juego y encontrarse con sus pares. Se trata de un pequeño espacio del barrio socializado por sus padres incluso antes de aprender a caminar, quienes los van dejando a cargo de los trabajadores; a partir de esta experiencia los niños han establecido una relación de afecto con los trabajadores porque sienten que los protegen, también los castigan, pero reconocen que es parte de las reglas del servicio. Los niños no son actores pasivos, son los usuarios más importantes desde lugar porque en base a los primeros recuerdos que tienen de este lugar lo reconocen como propio. Asimismo, las primeras experiencias en la biblioteca están cargadas de prácticas lúdicas porque tanto los trabajadores como sus padres los han estimulado con juegos para garantizar su permanencia, mientras aprendían las reglas. Como señala Pinheiro (2012) sobre las interacciones de los niños en los espacios públicos a través del juego: “El jugar es una de las interacciones habituales de la infancia que transforma por medio de la imaginación el espacio vivido como espacio afectivo.” (2012:29). El juego también es una herramienta que permite crear símbolos que de adscriben a los lugares creando nuevas posibilidades, negociando con las reglas como si se tratara de un juego más. Fuera de la biblioteca el juego como el “habitar” se restringe a las calles del entorno de la biblioteca y el mercado.

22Por otro lado, el servicio público bibliotecario desde la política pública espera que los niños sean usuarios silenciosos, que puedan compartir espacios con los otros usuarios y, de alguna manera, las computadoras los mantiene en silencio; pero la misma espontaneidad de los niños hace que negocien incluso entre ellos los turnos, que acuerden qué jugar para “entrar” a los mismos juegos en internet. De modo que, para jugar tienen que usar los libros y es cuando traicionamos tanto al juego como a la lectura fingiendo ser lectores usando un performance. Esto ocurre porque el servicio no contempla las diversas necesidades de los usuarios. El espacio público no es un agente, ni el motor para solucionar el problema de la inseguridad o el juego, se necesitan políticas públicas para la ciudad con infraestructura que contemple a los actores, en particular a los ciudadanos que no son tomados en cuenta, los niños.

Los lugares para la infancia en la ciudad

23A medida que nuestro espacio de actividades se expande podemos incorporar más lugares, pero es difícil la incorporación de nuevos lugares cuando la ciudad tiene pocos espacios públicos seguros y gratuitos por ofrecer, en particular los diseñados para la infancia. La vida diaria está restringida por la inseguridad y largas horas de viaje para trasladarse de un lugar a otro. El barrio no está incorporado a la trama urbana, más bien este espacio ha sido el resultado de un proceso de expansión de la ciudad y el cambio de actividades económicas.

24Los lugares de siempre son como los lugares de anclaje porque pueden ser representados con mayor precisión y detalle. Los principales lugares señalados por los niños y niñas durante los recorridos por el barrio fueron: la casa, la escuela, el mercado y la biblioteca. Una red de lugares cotidianos circunscritos al interior del barrio. La experiencia con el exterior, la ciudad en sí, es hostil para los niños porque constantemente deben ser protegidos de la circulación vehicular, la delincuencia y la violencia. Otro factor que dificulta conectarse con espacios fuera del barrio es la actividad laboral de los adultos; los padres pasan el día trabajando en el mercado, comienzan sus actividades muy temprano, la mayoría utiliza la cocina que tiene en los puestos ya que se dedican a la venta de comida. Los niños van con sus padres muy temprano a desayunar en el mercado, luego a la escuela, al salir retornan al mercado a almorzar y apoyar a sus padres. Por las tardes asisten a la biblioteca hasta las 6:00 pm., que es la hora de cierre y regresan al mercado a cenar y ayudar a sus padres con el cierre de los puestos, el día termina cuando regresan a casa por la noche.

25La escuela es el lugar donde permanecen gran parte del día y está conectada a las primeras experiencias en la biblioteca. Muchos asistieron a un nido ubicado a pocas cuadras del barrio o asisten a la misma escuela pública, ubicada a una cuadra del mercado. Desde la primera infancia fueron familiarizándose con la biblioteca, ya sea porque los padres los dejaban con los trabajadores o porque fueron acompañados por otros niños.

26El sentido de pertenencia a un entorno urbano puede considerarse como una categorización social, en ese sentido los niños se reconocen como pares porque pertenecen a un grupo de edad, forman parte de un mismo “barrio” donde han construido la misma experiencia y tienen una serie de elementos simbólicos que adscribe su infancia a la biblioteca y los mercados. De modo que, la identidad de lugar como señala Valera (1994) consiste en un conjunto de cogniciones referentes a lugares o espacios donde la persona realiza su vida cotidiana y sobre los cuales establece vínculos emocionales y de pertenencia a determinados territorios y grupos. Cuando los niños cumplen 12 o 13 años entran en una etapa marcada por un recorrido espacial nuevo porque las escuelas secundarias están fuera del barrio. Este hecho implica salir del barrio, les otorga una cierta sensación de autonomía al expandir los lugares de la infancia caminando por calles que antes no podían transitar solos, establecen vínculos de amistad con más niños de su edad y comparten nuevas experiencias. Es cuando dejan de asistir a la biblioteca, se niegan a insertarse en la lúdica de las reglas; solicitan una computadora para hacer tareas y aprovechan esta apertura para comunicarse con sus pares a través de redes sociales. Comienzan a formar parte del grupo de usuarios frecuentadores porque la biblioteca representa el lugar donde fueron niños y crecer o ser adolescente significa rechazar los juegos de niños como algunos espacios donde lo fueron, por lo que la biblioteca deja de parecerles atractiva. Podemos ver a este nuevo grupo reunido en las calles, a unas cuadras de la biblioteca. Los niños más pequeños de alguna manera reconocen que los más grandes ya no forman parte del grupo porque dejan de ir a la biblioteca y cuando lo hacen no respetan las reglas de juego: “Los (niños) más grandes como Augusto y Katerine ya no vienen, sólo cuando quieren entrar a Facebook y no hacen caso a los profesores”.

27Fuera del barrio las oportunidades de juego y encuentro con sus pares son limitadas por las mismas condiciones de la ciudad, que no contempla a los niños y niñas como usuarios. Hacen falta más espacios de calidad que contemple a los niños como usuarios, tomando en cuenta indicadores que vayan más allá de la altura del niño, con juegos que inviten el juego libre y mobiliarios seguros. La experiencia de juego en la infancia se restringe a pocos lugares seguros y gratuitos; en el barrio de Chacra Colorada el único lugar como espacio y servicio público que reúne algunas de estas características es la biblioteca a la que los niños han impregnado de una serie de significados asociados al juego y a la socialización entre pares, donde han creado reglas junto a los trabajadores que son negociadas en el día a día.

La conquista de lugares para el juego

28Hemos explorado lugares familiares porque han sido creados por las experiencias de habitar el barrio y socializados como seguros o conocidos, frecuentados desde la primera infancia, utilizado por los mismos niños en la búsqueda de un lugar de cuidado y juego. La importancia del juego radica en la agencia integradora de diversos elementos presentes en el territorio que dan soporte a la acción, permitiendo a los niños y niñas apropiarse de ellas, despertando emociones de sus propias vivencias. A continuación, se presentan los lugares construidos y/o apropiados para las prácticas lúdicas:

La calle

29Conecta los “lugares familiares” como la casa, escuela, mercado y la biblioteca. Se trata de calles pequeñas por las que los niños pueden circular tranquilamente porque son parte del día a día, la mayor parte del tiempo caminan solos. La interpretación de un espacio toma sentido a partir de las relaciones sociales que lo ordenan asociando emociones a lugares donde objetos y volúmenes se moldean construyendo límites. Esa experiencia contiene prácticas que abarcan el cuerpo- desde el cual nos ubicamos-, las formas del espacio, los recorridos, los juegos. Es ese encuentro entre el entorno y el niño que crea un aprendizaje: la experiencia humana de vivir en espacios y lugares que se van impregnando de cargas simbólicas a diversas escalas.

30Los fines de semana los niños se apropian de calles colocando cajas u objetos que eviten el paso de vehículos que marquen un campo de futbol. El escenario de juego son Jr. Aija, Jr. Ticapampa y Jr. Yangas. Muchas veces los adolescentes –“antiguos” usuarios de la biblioteca- se unen al grupo de niños a jugar futbol. De lunes a sábado, cuando la biblioteca cierra, la calle es intervenida por un grupo de niños y niñas que juegan a las chapadas, escondidas, futbol, agua y cemento.

31Los niños no van más allá de las calles por las que pueden caminar solos, inconscientemente si pueden caminar entre niños son seguras, y es la ruta de los lugares familiares donde se extienden otros juegos que entran y salen de los mercados y la biblioteca. Asimismo, este recorrido es corto (ver mapa del barrio), se restringe al barrio porque las avenidas de rápido acceso son peligrosas, por lo mismo son los bordes del barrio y los juegos que se dan en el exterior son en menos número que los juegos en internet o dentro de la biblioteca.

Supermercados y Malls

32Cuando se preguntó a los niños: ¿a dónde van a jugar cuando sus padres tienen tiempo? Señalaron “los supermercados más cercanos, malls, y el parque de las leyendas”.

33Los niños disfrutan ir al supermercado y malls por los juegos que pueden encontrar, atraídos por los colores, objetos, mobiliario y dimensión que hace de estos lugares atractivos para el consumo y las prácticas lúdicas. Asimismo, señalaron algunos parques cercanos a estos lugares. Fuera del barrio los niños parecen no tener más lugares de juego que los lugares de consumo, que invitan a juegos predeterminados a los que sólo pueden ir cuando sus padres disponen de tiempo. Por otro lado, se trata de un grupo de un nivel socioeconómico medio-bajo por lo que no son espacios que puedan frecuentar por el costo que implica acceder a ellos; por lo tanto, sólo van en “ocasiones particulares” como cumpleaños.

34La siguiente ilustración muestra un mapeo de recorridos de los niños dentro y fuera del barrio, donde se identifican los recorridos que hacen con sus padres hacia los supermercados más cercanos y algunos lugares que reconocen en el camino como nidos, escuelas, hospital, comisaría, mercado Loreto. Todos los lugares conectados por los caminos (calles) nos grafican un mapa completo del territorio de los niños y niñas. La imagen que evoca este recorrido espacial es motivada por la búsqueda de lugares de juego, los mismos que en la práctica son muy pocos y además implican un costo de acceso.

Fuente: Taller lúdico. Elaborado por Alvaro Gonzales del Valle y Mariana Leveau, 2018.

La biblioteca

35Este lugar termina por brindar más oportunidades de juego que la ciudad; primero, porque pueden ir solos, está cerca del mercado, donde deben permanecer porque no tienen a alguien encargado del cuidado mientras los padres trabajan. Segundo, como ya se ha manifestado las reglas poco claras del servicio público da apertura a la negociación de reglas; mientras los niños buscan acceder a las computadoras, los trabajadores buscan llenar los formatos y cumplir con las actividades que les encomendaron.

36La lectura no es la principal actividad que los niños realizan en una biblioteca concebida con ese fin. Los niños se han apropiado del lugar mediante prácticas de juego, incluso la permanencia de ellos ha sido más constante que la de los encargados, que son cambiados por contratos cortos. Cuando los niños son castigados se organizan para jugar fuera de la biblioteca, pero estos juegos inician dentro. Una experiencia muy valorada por los niños es conocer a otros niños que consideran sus mejores amigos porque los encuentran todos los días, algunos son primos o hermano mayores a quienes los padres encargan llevar a los más pequeños a la biblioteca; si bien la mayoría estudia en el mismo colegio están en grados o salones distintos y la biblioteca se convierte en un lugar más libre que la escuela que posibilita el encuentro para el juego libre y regulado, dentro y fuera, hacer las tareas juntos, tratar de evadir las reglas, asistir a talleres. La biblioteca está cargada de las emociones y experiencias de crecer en Chacra Colorada, está conectada a la experiencia cotidiana de la escuela, de la relación con los padres en el día a día, con los vecinos y usuarios, incluso con los nuevos encargados a quienes los niños dan cuenta de cómo funcionan los servicios y las actividades que siempre realizan. Siempre preguntan por los antiguos trabajadores que están laborando en otras bibliotecas o dejaron la BNP, recuerdan anécdotas. Dentro de la experiencia misma de crecer es un lugar simbólico para la infancia, que con la adolescencia dejará de ser frecuentado para expresar que ahora forman parte de otro grupo.

El ciberespacio

37El valor que el ciberespacio ha ido adquiriendo para las prácticas lúdicas de los niños y niñas se ha construido debido a la pérdida de relación con el entorno físico, es decir los niños y niñas cada vez tienen menos espacios seguros, públicos y gratuitos para el juego. En una ciudad fragmentada como Lima, los niños aún no han sido tomados en cuenta por los planificadores de la ciudad. Además de la ausencia de espacios para la infancia, el tiempo de los padres está concentrado en las actividades económicas que realizan, por lo que cuentan con poco tiempo para acompañar a los niños en sus momentos de recreación. Los cuidadores principales perciben a la ciudad como insegura para un niño y más aún para las niñas debido a los altos índices de violencia de género. Lo cual ha terminado por restringir el juego y la vida cotidiana de la infancia a pequeños espacios interiores como la casa. Incluso dentro de la vivienda el juego es una actividad restringida porque no es el apropiado para el juego libre que los niños necesitan, es cuando las computadoras o tablets se vuelven el mejor aliado de los cuidadores para regular las prácticas lúdicas de los niños y niñas.

38En el caso de la biblioteca, los trabajadores también necesitan regular las prácticas lúdicas de los niños porque el mobiliario como el imaginario que tienen de este tipo de servicio/espacio público no contempla el juego ni a los niños como usuarios con capacidad de agencia. La expectativa sobre el grupo infantil es que asistan a la biblioteca acompañados por un adulto y que el comportamiento esté limitado a la lectura. Sin embargo, en la práctica los niños y niñas asisten solos y los trabajadores deben responder a sus necesidades e intereses con los pocos servicios que tienen. En esa línea, el área de computadoras se ha convertido en el lugar y servicio preferido de los niños porque la lectura les resulta poco atractiva; y para regular la demanda de este servicio los trabajadores han establecido la regla de “leer un cuento para acceder a 20 minutos de internet”. El mundo que apertura el ciberespacio los mantiene entretenidos y en silencio. Pero incluso en el ciberespacio los niños prefieren encontrarse, por lo que los juegos en red son los favoritos, como Friv y Kogama. Si bien la calle aún es un lugar que posibilita el juego mediante apropiaciones, esta dinámica tiene horarios y son los fines de semana o cuando la biblioteca cierra. Los lugares para ser niños, para jugar, se restringen a pocos lugares que no fueron diseñados para ellos; vivimos en país que no contempla a los niños en ninguno de sus planes: urbanísticos, políticos, servicios públicos.

39En un espacio donde los niños no son contemplados, el juego se vuelve una actividad resiliente, que permite construir lugares a través de la imaginación y la creatividad, que incluso ha ganado espacio en el mundo virtual, donde la dinámica de los juegos en los que participan tienen por objetivo vencer al oponente. Las preferencias lúdicas de los niños son los juegos en red porque la ciudad no ha permitido la continuidad de juegos de contacto y relación con el entorno, continúa creciendo sin espacios de encuentro, seguros, que promuevan la participación. La lectura también ha perdido espacio porque los programas nunca han funcionado y se vuelto parte de una dinámica en la que se condiciona la lectura para acceder a las computadoras.

Reflexiones finales

40La biblioteca es un pequeño refugio de motivaciones y tiempo libre no contemplado. Los jóvenes buscan un lugar para estudiar, desarrollar tareas universitarias o prepararse para postular a la universidad y conectarse a internet. Los adolescentes son un grupo ausente porque la biblioteca les resulta poco atractiva, están en búsqueda de nuevos lugares, de socializar experiencias, aprender; pero la biblioteca no cubre sus expectativas. Finalmente, están los niños, el grupo de usuarios más numeroso, los que asisten a la biblioteca cotidianamente desde la primera infancia, en muchos casos desde que aprendieron a caminar. La biblioteca no sólo se ha convertido en el lugar de cuidado que los niños necesitan como si se tratara de una guardería, les ha dado la oportunidad de tener un espacio de juego, ese que la ciudad le ha negado; que, a su vez, las dinámicas socioeconómicas y la pérdida de poder del Estado en la construcción de espacios han creado como pequeños espacios mediados por el consumo. Asimismo, ha albergado las experiencias positivas que buscan los niños como imaginario: seguridad, encuentro entre pares, posibilidad al juego, cuidado, entretenimiento. Incluso, las expectativas de los padres que debido a su situación económica necesitan un lugar de cuidado gratuito, seguro y educativo para que los niños pasen el tiempo libre después de la escuela mientras ellos trabajan. Finalmente, los trabajadores son actores activos en el cumplimiento de los pocos mecanismos de control que existen para la regulación del servicio, y ante los diversos imaginarios y motivaciones tratan de proteger su trabajo a la vez que responden a las búsquedas usuarias que el servicio no contempla. En estas interacciones vemos que no hay una idea clara de la noción de “espacio y/o servicio público”; que tiene mucha relación con el tipo de ciudadanía que estamos construyendo. La investigación permitió conocer cómo funciona y a qué necesidades responde la Biblioteca Pública, que a pesar de ser poco valorada por los planificadores de la ciudad y las políticas públicas, las prácticas y sentidos que le otorgan los usuarios revelan que la urgencia de espacios para los niños y niñas, gratuitos, seguros y a escala de los usuarios; que generen una mayor participación de los niños y niñas en la vida pública, así como la legitimidad de sus derechos.

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Bibliografia

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Legenda Fuente: Taller lúdico. Elaborado por Alvaro Gonzales del Valle y Mariana Leveau, 2018.
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/pontourbe/docannexe/image/6827/img-1.jpg
Ficheiro image/jpeg, 118k
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Para citar este artigo

Referência eletrónica

Yesenia Mendez Bardales, «El rol de la Biblioteca Pública “Periférica” en la vida cotidiana de las niñas y niños usuarios»Ponto Urbe [Online], 24 | 2019, posto online no dia 26 junho 2019, consultado o 08 fevereiro 2025. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/pontourbe/6827; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/pontourbe.6827

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