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2009

A. Follain, B. Lemesle, M. Nassiet, E. Pierre et P. Quincy-Lefebvre, La violence et le judiciaire. Discours, perceptions, pratiques, Rennes, Presses Universitaires de Rennes, 2008, 383 p.

María Eugenia Albornoz Vásquez

Texte intégral

1Esta obra reúne las actas del Coloquio Internacional realizado en Angers, Francia, entre el 18 y el 20 de mayo de 2006, el cual fue organizado por el Centro de Historia de las Regulaciones Sociales (HIRES) de dicha ciudad.

2Precedidos por una nutrida introducción a cargo de B. Lemesle, M. Nasset y P. Quince-Lefebvre y coronados por una interesante conclusión del ya especialista en el tema Xavier Rousseaux, los 24 artículos se ordenan en cuatro partes: “Violencia admitida, tolerada y perdonada”, con seis contribuciones; “Violencias cotidianas y tribunales”, con cinco; “Construcción de la violencia, diferencias culturales y geográficas”, con diez trabajos; y finalmente “Violencia y contexto de guerra”, con tres estudios. Como se puede comprender, se abordan entonces múltiples aspectos derivados de la asociación de los dos conceptos convocantes, la violencia y lo judicial, aspectos que van temporalmente desde los siglos XIII y XIV hasta fines del siglo XX, considerando tanto aspectos de violencia cotidiana e interpersonal de diverso tipo y grado como violencias mayores, como las revueltas o las guerras. Todo ello mayoritariamente en suelo francés, pero también en territorios y culturas otras, como la canadiense, la belga, la castellana y la napolitana.

3Las reflexiones sobre las violencias y su vínculo con lo judicial y lo jurídico proliferan hoy en un claro desmarque de definiciones tautológicas y en un alejamiento progresivo de descripciones que privilegiaban la narración de procesos judiciales o de la evolución de procedimientos y normativas de justicia. Para intentar otras aproximaciones, como es el caso de esta publicación, ha sido necesario desprenderse de visiones tramposas, teñidas de dogmas sociales que esencializaron o naturalizaron ambos vértices del binomio. Mediante propuestas como ésta queda claramente establecido que las violencias y las justicias son construcciones culturales y sociales, por ende historizables y cambiantes, de gran complejidad para quiénes las estudiamos y de implicancias profundas y diversas para los miembros de una misma comunidad, históricamente situada.

4La primera parte, trata de las violencias que pueden tolerarse en el seno del orden social y reúne estudios sobre incorporación o rechazo social de las venganzas privadas y sobre el perdón de la autoridad a comportamientos violentos no permitidos por la colectividad. Los artículos abordan la sociedad gascona de los siglos XII y XIII, donde los príncipes permitían a sus habitantes el despliegue de cierto grado de violencia, incluida la mortal, en nombre de un cierto equilibrio local que transcurría fuera de las instituciones (H. Couderc-Barreau); los modos de juzgar desplegados por la justicia penal real de Paris en la primera mitad del siglo XV, que se revela ambigua en la persecución de golpes y otras violencias físicas entre particulares (J. Mayade-Claustre); el análisis de las formas de violencia sancionadas pero perdonables, mencionadas en más de mil cartas de petición de indulto dirigidas al rey por condenados a la pena de muerte durante la segunda mitad del siglo XV francés (P. Charbonnier); las violencias mortales ejercidas por los jefes de familia francesas contra hijas e hijos descarriados en el siglo XVI, comprendidas por sus contemporáneos como violencias legítimas en el contexto de la justicia privada que protege el honor de la familia (M. Nassiet); la reflexión, en el contexto de la violencia vindicativa (que incluye el duelo, entre otras formas), de elementos constitutivos de lo que se denomina “sociabilidad de la venganza”, esto es la construcción de la memoria social, el rol del consejo en el seno de las familias y el comportamiento de los ‘vengadores’ en el espacio público (S. Carroll); los tipos de violencia rural que llegan a ser neutralizados mediante documentos notariales entre particulares que registran compromisos de paz en tierras venecianas del siglo XVI (L. Faggion). A través de estas reflexiones comprendemos que ya no es posible continuar comprendiendo estos siglos (XIII al XVI) como tiempos de violencia desmedida y excesiva, donde la sangre corría cotidianamente y las instituciones de control debían luchar por imponer su autoridad. Sucede que hay nociones y acomodos culturales declinados según los contextos y los varios factores locales que permitieron la co-existencia en derecho y en legalidad, tanto de la represión como de un aparente desbande de comportamientos violentos.

5La segunda parte se detiene en el estudio de violencias que ocurren todos los días allí donde cohabitan seres humanos y las sigue desde el siglo XIV hasta el XIX. Los insultos, las injurias, las invectivas y todo tipo de violencia verbal ocupan mayoritariamente la atención de los investigadores de este apartado, en una inclinación decidida por abordar los tipos antiguamente llamados “menores” de violencia cotidiana, pero que hoy en día –mediante la valorización del poder de la palabra, de la centralidad de los sentimientos individuales y de la capacidad de acción de los individuos– se redescubren y devienen incluso protagónicos. Así, pasamos del estudio de los golpes e insultos dirigidos sistemáticamente por la comunidad a los funcionarios de la justicia señorial de Angers entre fines del siglo XVI y mediados del siglo XVI (I. Mathieu), al estudio detallado de los modos de resolución de conflictos en torno a las injurias, sea por medio de los jueces, sea entre particulares de modo amigable, en el territorio francés de Vaucouleurs a fines del siglo XVII (H. Piant) y por último, al uso social de injurias y difamaciones en distintos espacios de trabajo asalariado, en el cantón belga de Cholet entre 1881 y 1914, como vehículos que canalizan ansiedades corporativas vivenciadas en singular en difíciles escenarios de crisis económica (V. Bernaudeau). Junto a ellos está el trabajo que analiza las motivaciones y argumentos de los jueces de la ciudad de Blois en la primera mitad del siglo XIX para definir penas severas o blandas para actos violentos, mirada que permite distinguir los parámetros de juicio no sólo de los delitos y los supuestos delincuentes, pero también del orden social y moral vigente (S. Vautier) y el estudio del modo en que se acogen o desechan, en espacios de justicia del siglo XIX francés, las violencias conyugales denunciadas por las “mujeres del pueblo” (V. Vanneau). Estas aproximaciones sobre lo “pequeño” y efímero de la cotidianeidad violenta contribuyen a engrosar la todavía delgada línea de trabajos que reflexiona seriamente sobre la violencia que transcurre en frecuencia sorda, en matiz tenue y que aparentemente no provoca heridas graves ni consecuencias profundas. Deseamos fervientemente que esta complejidad volátil, construida de instantes violentos y percibidos como injustos, sea cada vez más historiografiada.

6La tercera parte ofrece un abanico de problemas derivados del diálogo entre las dos nociones convocantes. Así, se estudia en profundidad un caso de hechicería sucedido a mediados del siglo XV en Arras, zona norte de Francia, con el afán de comprender cómo la persecución de este delito llega a justificar la tortura como “espacio legal” (F. Mercier); luego se propone el análisis del uso judicial de la difamación y la infamia en la Castilla de los siglos XII al XV, en un estudio que anuda la reputación con las élites urbanas y el uso castigador del universo discursivo en torno al crimen y pecado de la sodomía (J. A. Solórzano Telechea); en seguida se analizan dos casos ejemplares de juicios considerados como “asuntos de Estado” en el siglo XVII francés, los cuales se demuestra fueron en realidad situaciones de abuso de poder y crueldad ejercida contra civiles por parte de miembros de las élites (H. Fernández). También encontramos en este grupo un estudio que deconstruye los usos legítimos tanto del secreto como de la transparencia por parte de instituciones como la justicia y la familia del siglo XVIII francés, develando así un entramado de violencias del lenguaje y de las prácticas que se entromete en la vida de los individuos y al mismo tiempo obliga a los funcionarios a construir modos de ejercer justicia desde el ocultamiento, intromisión y develamiento (J. Doyon); otro trabajo sobre las razones del desentendimiento paulatino, por parte de la justicia criminal francesa, frente a un número creciente de pleitos por atentados contra la persona, violaciones y atentados al pudor, violencias y ultrajes contra los agentes del orden público, fenómeno de alejamiento institucional ante una demanda social en aumento ocurrido entre 1831 y 1932 (B. Aubusson de Cavarlay); un análisis comparado de los modos de acogida a los hombres y mujeres que demandan su auxilio, de parte de la justicia de antiguo régimen y de la justicia moderna, en Québec entre 1780 y 1860 (D. Fyson); un estudio sobre la noción “intención de matar”, movilizada en 1832 en Francia para distinguir el homicidio por accidente de aquél premeditado, y los modos de aprehensión por los distintos jurados que debieron aplicarla (J.-F. Tanguy); un trabajo sobre la camorra napolitana del siglo XIX, que incursiona en los orígenes de una inteligencia política capaz de definir y crear una elite criminal que se instala y arraiga en los poderes locales y que perdura hasta fines del siglo XX (M. Marmo). Finalmente cierran este grueso cuerpo de la publicación un estudio comparado de la situación de los menores de edad frente a la justicia en la primera mitad del siglo XX en Francia, Canada y Bélgica (D. Niget) y otro sobre los “desórdenes de comportamiento en la juventud” como argumento para justificar la detención y encierro de individuos que incomodan a la sociedad en Québec a lo largo del siglo XX (L. Quevillon). La variedad de temas que ofrece esta tercera parte es enorme, como puede apreciarse, y lleva a pensar en una publicación aparte para este conjunto de problemáticas que tocan de uno u otro modo, la violencia y la justicia. Sin embargo, se agradece su inclusión en el medio de esta recopilación, ya que empuja a realizar asociaciones sugerentes y a imaginar realidades en espejo para otras épocas y sociedades, como las latinoamericanas, que comparte de hecho varias de las situaciones aquí estudiadas.

7La última parte aborda el estudio de la violencia y de la justicia en tiempos de guerra. El primer artículo analiza la posición y movimientos de los abogados de la ciudad francesa de Nantes, ante el tribunal militar alemán entre 1940 y 1944, en sus intervenciones en juicios que criminalizaban la resistencia al enemigo (S. Defois); el segundo desmenuza las revueltas populares francesas que se vivieron en los años de 1944 y 1945, habitualmente explicadas como manifestaciones espontáneas de sed de justicia ante la explotación y abuso de los invasores alemanes, pero que conllevan complejos entramados de motivos y modos de resolución de antiguos conflictos interpersonales entre vecinos y parientes (M. Bergère); y el tercero reflexiona sobre la instalación de nociones cada vez más globales y planetarias de protección a las mujeres y a la infancia en tiempos de guerra, según las movilizaciones de entidades transnacionales como la Corte Penal Internacional o varias ONG que sensibilizan a la opinión pública (Y. Denéchère). Aquí hacemos un vínculo inmediato con nuestro tiempo actual  latinoamericano y sus situaciones bélicas dormidas, latentes y/o vigentes: ¿cómo estudiamos los aspectos delicados de la violencia y de la justicia de nuestros recientes pasados –si es que no siguen profundamente presentes– de guerra civil, dictaduras y conflictos fronterizos?  

8Y es que el debate desarrollado en el coloquio que dio origen a esta publicación se encuentra inmerso en los cuestionamientos contemporáneos, relevados no solamente en el hemisferio norte aquí estudiado, sino en todos los continentes. La reflexión sobre las violencias y las justicias atañe también a los gobiernos y sociedades latinoamericanos, y deviene también, como lo demuestra esta publicación, un lugar fundamental de reflexión contemporánea para las ciencias sociales que estudian sociedades de otros tiempos. Los estudios históricos como los ofrecidos en esta obra aportan muchas herramientas para poner otro tono y otro ritmo a las discusiones desarrolladas; de hecho pueden incluso desplazar el enfoque y a veces re-plantear las preguntas y lineamientos del debate. Y ése es, a nuestro juicio, su principal aporte. ¿Qué legitimidad y qué rechazo atribuir a las violencias que suceden fuera o dentro de las nociones sociales vigentes de justicia y que siguen recibiendo sólidos argumentos de justificación por parte de ciertos grupos de interés? ¿Cómo comprender y luego juzgar las violencias inauditas que torpedean los conflictos sociales, sea individuales sea colectivos, de nuestro siglo XXI latinoamericano? ¿Qué elementos de referencia y de análisis movilizar para comprender los matices locales de lo social cuando éstos están atravesados tan diversamente por nociones fuertemente manipuladas a nivel global, como la noción de justicia y la noción de violencia? ¿Qué violencias pueden incluirse en los comportamientos socialmente aceptados y apartarse de lo que hoy llamamos agresión, acoso, maltrato? ¿Qué justicia esperar cuando los sistemas judiciales aparecen, en muchos países y comunidades de nuestro continente, alejados de las demandas sociales? ¿Qué palabras y qué discursos convocar para desmenuzar las singularidades atrapadas en la generalización que acecha tras estas dos nociones fundantes? Todas estas preguntas se inspiran directamente de esta publicación, motivadora y abierta desde su pluralidad, a colaborar en el compartir aproximaciones novedosas, porque emanan de problemáticas audaces, sobre el estudio de la justicia y de la violencia.

9Para terminar, deseamos señalar la feliz inclusión al final del libro, de los resúmenes de los artículos en francés y en inglés; en ello se nota el cuidado de los directores de la publicación por visibilizar de modo cada vez más internacional un trabajo que se inscribe en problemáticas mundiales, lo que tal vez redundó en la muy buena calidad académica de la gran mayoría de los trabajos aquí presentados.

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María Eugenia Albornoz Vásquez, « A. Follain, B. Lemesle, M. Nassiet, E. Pierre et P. Quincy-Lefebvre, La violence et le judiciaire. Discours, perceptions, pratiques, Rennes, Presses Universitaires de Rennes, 2008, 383 p. »Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En ligne], Comptes rendus et essais historiographiques, mis en ligne le 03 février 2009, consulté le 11 novembre 2024. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/nuevomundo/54693 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/nuevomundo.54693

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María Eugenia Albornoz Vásquez

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