1Los estudios de memoria tienen su origen en Europa. Se trata de un ámbito académico multidisciplinar, en el que pueden identificarse tres fases temporales, como describe Astrid Erll (2011). En primer lugar, las aportaciones fundacionales de Halbwachs y Warburg en la década de 1920-1930. En un segundo estadio, estos estudios adquieren carácter nacional, y se fundamentan en la obra seminal de Nora sobre los lieux de mémoire (1984, 1986, 1992). Finalmente, Erll describe una fase posterior caracterizada por el carácter transnacional y transcultural de los estudios de memoria.
2A comienzos de la década de 1980, y a partir de la memoria del Holocausto, se intensifica en Europa y en los Estados Unidos la musealización de la memoria, como destaca Huyssen (2002), y que da lugar a un boom de la “memorialización” y a una fijación por erigir recordatorios. Precisamente, y en relación con el objeto de este artículo, el primer museo de la mujer se estableció en Alemania el año 1981, como señala Önen (2019).
3El ámbito académico de la memoria tiene características inherentes, pero la puesta en valor de espacios de memoria conlleva un conjunto de funciones de investigación, documentación, patrimonialización y de elección de estrategias museográficas, comunes con las prácticas museísticas. Así pues, los espacios de memoria son homólogos y pueden incorporarse en el conjunto de equipamientos del acrónimo GLAM (Galleries, Libraries, Archives, And Museums) que utilizan Adair y Levin (2020) al tratar de las interrelaciones entre museos, estudios de género y sexualidad. De hecho, existe literatura académica de análisis y reflexión sobre el rol de la mujer en la que se trata conjuntamente su plasmación (o ausencia) en museos y espacios de memoria, como en la obra de Akkent y Kovar (2019).
4La interrelación entre museología y rol de género ha sido objeto de atención sistemática recientemente, como en el compendio Feminist Critique and the Museum (Sandorf et al. 2020). Se superpone, además, en el marco de una reflexión más amplia sobre el rol del museo en las sociedades contemporáneas, que se inicia en los años 70 del siglo XX con los movimientos sociales, el multiculturalismo o la historia popular (Önen 2019, 129) y que ha dado lugar a propuestas como el museo participativo, que propone Simon (2010) o los retos vinculados a la accesibilidad, el desarrollo sostenible o el colonialismo, ámbitos desarrollados en Anderson (2023). En las interacciones entre museología y género predominan, sobre la teorización, las iniciativas, proyectos y estudios de caso como el que se despliega a continuación.
5El objetivo de esta contribución es el de conocer la presencia y el rol de las mujeres en los lugares de memoria de Cataluña. Para ello, se ha analizado desde esta perspectiva el proyecto decano de señalización de lugares de memoria, la Xarxa d’Espais de Memòria (red de espacios de memoria), gestionado por el Memorial Democràtic de Catalunya. En su elección han sido determinantes tres factores: la madurez del proyecto, ya que la Xarxa se creó el 2010 y presenta una sólida trayectoria, 15 años después; el alcance territorial, porque está presente en todo el territorio catalán; y, por último, el carácter público del programa, impulsado por el Memorial Democràtic y los ayuntamientos. La metodología aplicada ha integrado aspectos cuantitativos y cualitativos. Cuantitativamente, se trataba de conocer el grado de presencia de la mujer en estos espacios y de desagregar por temáticas y cronología, si era posible. Se ha analizado, además, los roles femeninos que se destacan y, por tanto, la imagen que de las mujeres proyectan estos espacios.
6Se consideró de interés poder enmarcar los resultados de esta investigación en el conjunto de las políticas de memoria del Estado español. Deben señalarse, sin embargo, limitaciones importantes: solamente Navarra y el País Vasco cuentan con organismos similares al de Cataluña y, en aquellas comunidades autónomas que han legislado sobre memoria histórica, predominan las leyes aprobadas entre 2017 y 2019, con lo que es incipiente el poder contrastar la experiencia de la Xarxa con proyectos homólogos.
- 1 El 22 de abril de 2002, en el marco del homenaje a las personas represaliadas por el franquismo cel (...)
7La creación en 2007 del Memorial Democràctic de Cataluña como entidad pública destinada a la recuperación, conmemoración y fomento de la memoria democrática, culmina una larga y persistente reivindicación de las asociaciones memorialistas, que reclamaban que la memoria democrática debía ser tomada en consideración por las administraciones públicas. Estas reivindicaciones habían amplificado su dimensión pública en el acto celebrado en abril de 2002 en el Gran Teatro del Liceu.1 Hasta entonces, el empeño de una parte de la ciudadanía por reestablecer un régimen democrático en el siglo xx no había sido objeto de atención para su memorialización y patrimonialización. El esfuerzo por conseguir una sociedad equitativa y democrática que desembocó en la proclamación de la República Española el 14 de abril de 1931, la lucha contra el fascismo levantado en armas contra la República y que supuso tres años de guerra en España (1936-1939) y, después la organización y acción de la resistencia para hacer resquebrajar la Dictadura del General Franco (1939-1975), no habían sido considerados legado colectivo, patrimonio ético para la sociedad democrática. La Declaració del Liceu, surgida tras el acto celebrado en el teatro barcelonés, instando a las administraciones a responsabilizarse de la conservación y difusión del patrimonio memorial, fue el detonante para elevar la memoria democrática a la categoría de patrimonio y, por tanto, puso las herramientas para su conservación y gestión pública. Cinco años después, la creación del Memorial Democràtic (Generalitat de Catalunya 2007), constituyó el primer paso en el largo camino de la patrimonialización de la memoria democrática en Cataluña. El nuevo organismo, dotado de personalidad jurídica propia, tiene por objeto desarrollar las políticas públicas del Gobierno dirigidas a la acción cívica de recuperación, conmemoración y fomento de la memoria democrática, y en concreto, del conocimiento del período de la Segunda República, de la Generalidad republicana, de la Guerra Civil, de las víctimas del conflicto por motivos ideológicos, de conciencia, religiosos o sociales, de la represión de la dictadura franquista, del exilio y la deportación, del intento de eliminar la lengua y la cultura catalanas, de los valores y las acciones del antifranquismo y de todas las tradiciones de la cultura democrática, con el fin de dar a conocer de un modo científico y objetivo el pasado reciente y estimular la comprensión del tiempo presente.
8Más de 15 años después de su fundación es un buen momento para la evaluación de las estrategias y líneas de trabajo llevadas a cabo. Como se ha señalado anteriormente, en la presente contribución se analiza, desde la perspectiva de género, uno de los programas más afianzados y de mayor alcance territorial desplegados por la entidad: la Xarxa d’Espais de Memòria Democràtica, destinada a poner en valor los espacios de memoria. Creada en 2010 a partir de la reflexión de la terna Historia-Patrimonio Cultural-Territorio (Guixé 2009), se desplegó a partir de los trabajos de investigación, documentación y localización de lugares de memoria, la restauración y conservación de estos bienes, así como su interpretación y señalización, y mediante el diseño de estrategias de difusión y socialización (Font 2021). De acuerdo con la cronología de la que se ocupa el Memorial Democràtic (1931-1980), los principales ámbitos de contenidos acordados para la tematización de la red fueron:
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Espacios de la Segunda República. Lugares que recuerdan el afán por una sociedad equitativa y que supuso la creación de ateneos, federaciones obreras, parvularios y escuelas, unos avances que serían silenciados durante décadas;
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Espacios de la Guerra Civil. Categoría bien delimitada cronológicamente, del 17 de julio de 1936 al 1 de abril de 1939. Incluye todo el patrimonio memorial del enfrentamiento bélico;
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Espacios de frontera y exilio. Este ámbito mantiene una localización más de tipo geográfico que cronológico. En Cataluña, la frontera con Francia desempeñó un rol importante durante y después de la Guerra Civil, al ser espacio de tránsito de personas y mercancías. Por estos itinerarios miles de personas abandonaron su país, y se utilizaron en sentido inverso por ciudadanos europeos que entraron en España, perseguidos por el nazismo;
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Espacios de lucha antifranquista y de recuperación democrática. Incluye tanto los espacios de represión como de resistencia: la represión franquista y los espacios de duelo en enterramientos o fosas comunes, la resistencia armada, el movimiento social y obrero, los derechos cívicos y civiles, el movimiento estudiantil y la oposición política.
9La decisión de focalizar la atención en este ámbito de trabajo es, como se ha presentado, por su continuidad, magnitud y carácter público. Pero también porque puede equipararse a la narrativa de las exposiciones permanentes, en términos museísticos. El Memorial Democràtic ha dedicado exposiciones temporales, jornadas y publicaciones, en las que ha analizado y destacado el rol de la mujer como, por ejemplo, en la revista que edita, que en volumen de junio de 2024, dedica un monográfico a las Mujeres Contra los Totalitarismos en Europa del Siglo XX. El editorial destaca:
[…] la necesidad de la reconstrucción de la memoria femenina (y feminista) frente a una memoria hegemónica que es, básicamente, masculina, blanca y heterosexual. Un sesgo que ha afectado históricamente a todos los ámbitos de las diversas historiografías, incluso cuando se han intentado trazar las trayectorias de movimientos de resistencia y emancipadores, muy implicados, como es lógico, en la consecución de mejoras en derechos sociales, políticos y, al fin y al cabo, humanos. (Font Agulló 2024, 2)
10Como se ha expuesto anteriormente, el Memorial Democràtic fue creado por ley el año 2007. Una ley, por tanto, muy posterior a la legislación (aún) vigente en Cataluña sobre museos y patrimonio cultural (1990 y 1993, respectivamente). En el preámbulo de la Ley del Memorial se explicita la necesidad de “liberar la pluralidad de memorias” y, en el artículo 3, sobre funciones del Memorial, se incluye “La recuperación y la divulgación del papel de las mujeres en el patrimonio democrático” (Generalitat de Catalunya 2007). Como hipótesis, pues, cabría esperar cierta sensibilización, en hacer presente el rol invisibilizado de la mujer.
11En julio de 2024, La Xarxa d’Espais de Memòria está integrada por 185 lugares, mayoritariamente de titularidad municipal. La naturaleza y dimensión de los espacios es heterogénea: desde centros de producción expositiva y educativa como el Museu Memorial de l’Exili (La Jonquera), a grandes memoriales como el dedicado a Walter Benjamin en Portbou obra del artista Dani Karavan, pasando por espacios cuya puesta en valor se limita a la señalización a partir de un proceso de documentación, como la Casa Natal del Mestre Benaiges (Mont-roig del Camp).
12Con el fin de conocer los espacios de la Xarxa desde una perspectiva de género se ha llevado a cabo un análisis cuantitativo y cualitativo de estos. En primer lugar, para conocer el grado que ocupan las mujeres en el cómputo total de espacios. A continuación, se ha analizado su presencia en cada una de las categorías cronológicas y temáticas establecidas en el programa Xarxa d’Espais. Finalmente, se ha efectuado un análisis cualitativo de los contenidos de estos lugares, para determinar cuáles son los roles femeninos que se destacan y, por tanto, la imagen que de las mujeres proyectan estos espacios. Los citados trabajos de Carme Gregorio y Juan García (2013) y Marta Torregrosa (2019) en el campo de la museología han servido de marco teórico en el presente análisis. Y las experiencias publicadas por el grupo de trabajo Museus i Gènere de la red de museos de historia y monumentos de Cataluña (Museu d’Història de Catalunya 2018, 2021) nos servirán en el apartado de conclusiones para apuntar una línea de futuro para los espacios memoriales.
13En la Xarxa d’Espais existe un claro protagonismo de los espacios dedicados a la Guerra Civil. En porcentaje, un 61% corresponden a la Guerra Civil, un 18% a la lucha antifranquista y recuperación de la memoria democrática, un 11% son espacios de frontera y exilio y un 10% a la Segunda República.
14Las mujeres no protagonizan ninguna señalización dedicada a la Guerra Civil, el ámbito temático mayoritario de la Red: no existe ningún espacio dedicado a las milicianas, ni tampoco ninguno dedicado en exclusiva al destacado papel que desempeñaron en la sanidad militar, a pesar de que existen numerosos trabajos que documentan y ponen en valor el papel de las combatientes antifascistas en el frente y, posteriormente, en la retaguardia – donde fueron relegadas a medida que la guerra avanzaba. Cabe destacar por su carácter recopilatorio y divulgativo, la publicación de Berger y Balló (2021), y para el caso específico de la sanidad el de Valls (2008).
15Teniendo en cuenta que la atención sobre la Guerra Civil recae en las acciones bélicas del frente de batalla, protagonizadas mayoritariamente por hombres, se podría pensar que la ausencia de la mujer en los espacios de memoria es debida a la predominancia de esta temática. Pero, como detallamos a continuación, esta percepción no se corresponde con la realidad, ya que la situación no es muy distinta en las demás categorías, ni en el caso de los espacios dedicados a la Segunda República ni en los de la lucha antifranquista, se reconoce el papel de las mujeres en ambos momentos históricos. La única categoría en la que aparecen espacios protagonizados por mujeres, es la de los espacios de frontera y exilio y, aun así, de forma colectiva y en un rol que se analiza más adelante, en este artículo.
16Debemos consignar un cambio de tendencia, en esta ausencia de la mujer en la narrativa de la memoria democrática en los espacios de memoria que, cronológicamente, se inició el año 2019, con la documentación y señalización de la casa natal de Conxita Grangé en La Torre de Capdella en el Pallars Jussà (fig. 1), a iniciativa de la Generalitat de Cataluña y el ayuntamiento. El 2020 se señalizó la casa de Generosa Cortina en el municipio de Alt Àneu en el Pallars Sobirà y, a iniciativa del ayuntamiento y con el soporte del Memorial Democràtic, la casa natal de Roser Fluvià (fig. 2), en Prats del Lluçanès, inaugurada el año 2022. Las tres tuvieron roles destacados en la lucha antifascista, a partir del año 1939, y fueron detenidas e internadas en el campo de concentración de Ravensbrück. A estos homenajes – recientes en el tiempo – debemos añadir el centro de interpretación de la Maternitat d’Elna, situado en la comarca del Rosselló en la vertiente norte del Pirineo, y que se integró en la Xarxa d’Espais el año 2020.
Fig. 1 – Señalización dedicada a Conxita Grangé, resistente antifascista, en su casa familiar de La Torre de Capdella (Pallars Jussà), inaugurada el año 2019.
© Memorial Democràtic
Fig. 2 – Señalización dedicada a Roser Fluvià en su casa natal de Prats de Lluçanès (Lluçanès), inaugurada el año 2022.
© Memorial Democràtic
17De los 185 lugares de memoria agrupados en la Xarxa d’Espais, como acabamos de ver, únicamente cuatro están dedicados de forma explícita a mujeres, lo que supone un 2% del total.
18Los datos que arrojan este análisis demuestran que los horizontes abiertos en los últimos 30 años por los estudios de género (Nash 2009, 7) no tienen traducción en la patrimonialización e interpretación de los lugares históricos. En la Xarxa d’Espais constatamos una pervivencia del «pensamiento androcéntrico y patriarcal» que Birriel y Rísquez señalan como «determinante en la construcción de nuestros referentes histórico-culturales» (2016, 126).
19Podemos trasladar a los espacios de memoria lo que Önen afirma de los museos, en el sentido que «la objetividad y universalidad son premisas de la representación de la historia en los museos clásicos. Aun así, excluyen a la mujer como sujetos de la historia» (2019, 125).
20Para la valoración cualitativa de los espacios han sido analizados el lenguaje e iconografía de una muestra de 130 espacios, sobre los 185 existentes. Esta limitación se debe al hecho que, para el resto de espacios, no se dispone de la documentación exhaustiva de todos sus textos e imágenes para un correcto análisis. Cabe señalar que los 130 espacios estudiados configuran 215 paneles de señalización.
21De estos 130 espacios, si atendemos a la denominación de aquellos centros de interpretación dedicados a documentar y poner en valor personalidades, cabe señalar que la Maternidad de Elna no toma el nombre de su impulsora y directora Elizabeth Eidenbenz, de quien el centro rememora trayectoria y vida, sino del municipio donde se ubica. Eidenbenz, activista humanitaria suiza, adaptó el antiguo castillo del municipio de Elna como maternidad, para que las mujeres hacinadas en los campos de concentración pudieran parir en condiciones de salubridad, higiene y dignidad (se estima que entre 1939 y 1944, se atendieron unos 600 partos). En contraste, los tres centros existentes en la Xarxa dedicados a poner en valor la trayectoria de tres figuras históricas masculinas, sí toman el nombre de estos. Nos referimos al Espai Lluís Companys del Tarròs (Urgell), el Espai Macià de Les Borges Blanques (Les Garrigues) y la Casa Museu Doctor Bonifaci en Llimiana (Pallars Jussà). Puede argumentarse que, por su relevancia, los casos de los presidentes del gobierno catalán Lluís Companys o Francesc Macià, no son comparables con el de Elizabeth Eidenbenz, pero la trascendencia social de esta fue muy superior a la trayectoria del médico republicano Josep Bonifaci. Una muestra más de la ya remarcada pervivencia de los principios tradicionales del patriarcado en estos espacios memoriales, según los cuales la cultura masculina es superior y por tanto se invisibiliza la contribución de las mujeres a la sociedad (Torregrosa 2019). También es ilustrativo de la afirmación de Marstine, de que «los museos no son espacios neutrales que hablan con una voz institucional y fidedigna. Se trata, en los museos, de individuos tomando decisiones subjetivas» (citado por Önen 2019, 132).
22El análisis de los textos de este ingente material arroja una conclusión contundente. En los espacios de memoria las referencias a mujeres son insólitas. Es bien conocido el poder del lenguaje en la conformación de la identidad de género y como el uso del masculino invisibiliza el papel de las mujeres en la sociedad. Tal y como denunciaban para el caso de los museos Gregorio y García (2013), en los espacios de memoria analizados se mantiene un uso del lenguaje que oculta a las mujeres. Así pues, son comunes expresiones como “tres muertos y diversos heridos”, que podemos leer en Calella (Maresme) al tratar sobre los efectos de un bombardeo aéreo. Una indeterminación de género que llega a confundir al receptor (Gregorio y Garcia 2013), que no sabrá si los todos los muertos y heridos eran hombres o bien, si había también mujeres.
23Cuando no restan ocultas tras el masculino genérico, las mujeres son presentadas en aquellos comportamientos que les son considerados propios desde una concepción tradicional de los roles, denotando la pervivencia de la visión androcéntrica de la historia. A modo de ejemplo, podemos citar la redacción del panel de Cercs (Berguedà) dedicado a la «memoria de las mujeres trabajadoras que ensacando y limpiando el carbón [...] aportaron un sobresueldo indispensable», (¿es el sueldo exclusivamente masculino?).
24En relación con la iconografía, la presencia de las mujeres es también testimonial o subsidiaria. Como en el caso del lenguaje textual, en las imágenes las mujeres son con frecuencia invisibilizadas o bien mostradas en un rol absolutamente secundario o complementario al de los hombres. En los paneles instalados en Agramunt (Urgell), por ejemplo, junto a la imagen de un grupo de hombres frente a las nuevas escuelas republicanas, aparece la imagen de un grupo de mujeres en los lavaderos públicos (fig. 3). En la misma dirección apunta la fotografía publicada en el lugar dedicado a la República, la represión y el exilio en el municipio de Olesa de Montserrat (Baix Llobregat). De las siete personas retratadas en la terraza del local social de la CNT, solo una mujer, la camarera del bar.
Fig. 3 – Detalle de uno se los paneles de señalización en Agramunt (Urgell), que describe gráficamente la situación de la población el año 1936.
© Memorial Democràtic
25Unas pocas excepciones rompen la tendencia invisibilizadora o subsidiaria que impera en las señalizaciones memoriales analizadas. Los espacios dedicados a la Retirada y exilio, los que señalan las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en las fosas de la Guerra Civil y, como se ha señalada anteriormente, en recientes incorporaciones y/o renovaciones de espacios de la Guerra Civil, que muestran un intento de visibilizar a las mujeres.
26Las mujeres están ampliamente representadas en las fotografías que documentan la retirada republicana hacia Francia (fig. 4a y 4b). Se estima que, de las personas que se exiliaron el 1939, un 40% eran mujeres (Font Agulló 2024). Los reporteros internacionales que cubrían el episodio dejaron testimonio de su presencia masiva en las largas colas del paso fronterizo y, por tanto, abundan los testimonios gráficos de mujeres de todas las edades en los principales puntos de entrada a Francia. Esta documentación histórica ha facilitado su presencia en las señalizaciones, pero no podemos obviar que, probablemente, también ha contribuido a la imagen de víctima derrotada que transmiten las fotografías, más acorde con el papel que en la historia se ha destacado de las mujeres, tanto en los conflictos políticos y bélicos.
Fig. 4a – Vista general del Memorial del Exilio, en el paso de la frontera de Cerbère.
© Museu Memorial de l’Exili
Fig. 4b – Detalle de una de las fotografías, en las que predominan las mujeres.
Fotografía Manuel Moros, Fondo Peneff © Museu Memorial de l’Exili
27En la línea del cambio de tendencia que apuntábamos al mencionar los espacios dedicados a las resistentes antifascistas Conxita Grangé (fig. 1), Generosa Cortina, y Roser Fluvià (fig. 2), creados a partir de 2019, así como la integración del centro de interpretación la Maternitat d’Elna d’Elisabeth Eidenbenz a la Xarxa d’Espais en 2020, podemos encuadrar los resultados obtenidos en el caso de los paneles situados en las fosas de la guerra civil. La señalización de las fosas intervenidas y su incorporación a la Xarxa d’Espais de Memoria, responde a un proyecto iniciado también en 2019 y, su materialización demuestra que fue tomada en cuenta la perspectiva de género en el lenguaje textual e iconográfico usado. Las imágenes de los equipos de arqueología durante los trabajos de exhumación, visibilizan la configuración de los equipos y el trabajo de las mujeres en este campo (fig. 5).
Fig. 5 – Panel y detalle de la señalización de la Fosa de Figuerola d’Orcau (Pallars Jussà), intervenida arqueológicamente por la Generalitat de Cataluña en 2017 y señalizada en 2021.
© Memorial Democràtic
28Por último, cabe destacar dos espacios del ámbito temático de la Guerra Civil incorporados en 2022, que en sus textos e imágenes ponen de relieve la labor asistencial y sanitaria de las mujeres durante la Guerra Civil. Son los espacios del monasterio de Sant Esteve de Banyoles (Pla de l’Estany), reconvertido durante la guerra en albergue para refugiados primero y, después en hospital militar (Fig. 6). Y, la Cova de Santa Llúcia (Priorat), lugar emblemático en la red hospitalaria tejida en el frente republicano, atendido por un buen número de mujeres integradas en las Brigadas Internaciones. Además de poner de relieve el rol de las brigadistas internacionales en el sistema sanitario, se destacan las figuras mejor documentadas (Margaret de Culpeper, Ada Hodson o Winifred Bates) y, a la investigadora y activista Angela Jackson, que contribuyó a la documentación de la memoria de la cueva como hospital militar, a sensibilizar a la sociedad y a la difusión de este patrimonio memorial.
Fig. 6 – Señalización del alberge de refugiados y hospital militar de Banyoles
© Memorial Democràtic
29La memoria democrática, a pesar de ser un ámbito reciente, mantiene las mismas inercias que otros campos académicos. A lo largo de la historia las vivencias protagonizadas por mujeres han sido ocultadas de forma sistemática. La memoria democrática no es una excepción. Las milicianas y las mujeres que trabajaron en sector sanitario durante la Guerra Civil fueron ignoradas. La generación de mujeres que lucharon por los valores e ideales de la Segunda República ha sido silenciada. Unas mujeres que sufrieron doblemente la represión, como republicanas y como mujeres que se habían atrevido a transgredir el rol que les había sido reservado. El golpe de Estado y la larga dictadura les arrebató el marco de libertad e igualdad que los vientos republicanos prometían para las mujeres. El nacionalcatolicismo impone el modelo de mujer sumisa y relegada al hogar (Nash 1999, 2009b; Duch y Ferré 2009). La invisibilización de las mujeres en los espacios de la Xarxa d’Espais de Memoria se inscribe en el panorama general denunciado por el colectivo Asociación Herstóricas. Historia, mujeres y género, cuando se preguntan ¿Dónde están las mujeres en la memoria democrática? y reclaman una transferencia efectiva entre los conocimientos académicos de las últimas décadas hacia la sociedad para lograr una visión más inclusiva de la historia (Herstóricas 2019).
30La pervivencia del discurso androcentrista en el relato de los espacios patrimoniales analizados es una característica compartida y ampliamente denunciada para el caso de los museos. El sesgo en la transmisión y la difusión del pasado que señalaban Gregorio y García (2013) para el discurso predominante en los museos y centros patrimoniales hace casi una década, se mantiene casi intacto hoy en los espacios de memoria.
31La memoria en tanto que patrimonio se debe a una construcción social y, como tal, nunca es neutra sino fruto de una elección. La invisibilización de las mujeres en los espacios patrimoniales, tal y como apuntan Birriel y Rísquez se debe al hecho que:
[…] como sujeto histórico no sólo han estado mayoritariamente ausentes en el proceso de construcción social, sino también de aquellos valores que han sido seleccionados para ser contados, ya que sus aportaciones, en clara muestra de desigualdad, no han sido considerados relevantes. (2016, 126)
32En el análisis llevado a cabo se detecta un tímido cambio de tendencia para los espacios de memoria creados en los últimos años con una voluntad explícita de incrementar la presencia de las mujeres, tanto en la iconografía como en los textos de la señalización. Como hemos visto, los dos primeros espacios dedicados a mujeres datan de 2019 y 2020 respectivamente. Cambio de tendencia visible también en los contenidos de los espacios genéricos, como los expuestos para el hospital militar de la Cova de Santa Llúcia (Priorat) o, de las imágenes que ilustran la señalización de las fosas de la Guerra Civil intervenidas arqueológicamente. Para que estos casos dejen de ser excepciones y lograr un auténtico cambio en el paradigma, será necesario tomar como propias iniciativas llevadas a cabo en otros ámbitos.
33No se trata en esta aportación de desvelar los mecanismos que subyacen en las estrategias de reproducción social (Bourdieu 2011) pero de apuntar estrategias que en campos de actuación como en el museo se están llevando a cabo, y que podrían ser de interés para lógicas asociadas a la memoria democrática. Los museos y, por ende, el resto de espacios patrimoniales siguen siendo los garantes de la conservación de lo que las distintas sociedades que nos han precedido (todas patriarcales) han considerado modelo (Alario 2009). Conscientes de su responsabilidad, en 2019, los profesionales de los museos catalanes organizaron el Primer Fórum de Museos de Cataluña, un compromiso de la aplicación del Plan de Museos de Cataluña. Por decisión de los profesionales de los museos el lema de la reunión fue Cap el Museu Social y la perspectiva de género y la accesibilidad las prioridades para transformar el relato del propio museo y para incrementar su relevancia social. En 2021 la Red de Museos de Historia de Cataluña ratificó el compromiso (Museu d’Història de Catalunya 2021) tomado en 2017 de cambiar el paradigma de trabajo hacia una perspectiva de género. Entre las afirmaciones y compromisos del manifiesto firmado en 2017, había la constatación de que la cultura es transmisora de una visión (androcéntrica) del mundo y, que por tanto era necesario desestabilizar la estructura narrativa del museo y cuestionar la visión masculina, universal y neutra en los criterios museológicos y museográficos (Museu d’Història de Catalunya 2018).
34Llevar a cabo este compromiso es una tarea compleja. En Cataluña está vigente, desde 2015, la Ley de igualdad efectiva de mujeres y hombres (Ley 17/2015). En el artículo 11 y en la disposición adicional segunda de dicha ley se determina la inclusión de cláusulas en las subvenciones para garantizar esta igualdad. Desde 2018, de forma ininterrumpida, se convocan desde el Memorial Democràtic subvenciones para actividades conmemorativas y de investigación, documentación, pedagógicas y señalización de memoria democrática. La perspectiva de género y de diversidad sexual son criterios que están incluidos en las bases de las subvenciones, y que ponderan positivamente en la valoración de las propuestas. El alcance de esta medida, sin embargo, ha sido muy limitada. La invisibilización histórica de la mujer aporta dificultad a la documentación y requiere de nuevas aproximaciones a la memoria democrática, y que sería de gran interés compartir y actualizar.
35La aplicación de estos retos al patrimonio memorial es necesaria para visibilizar el papel de las mujeres, valorando su legado y, a la vez, mejorar la comprensión y reflexión de unos episodios que hasta ahora únicamente han tenido en cuenta a la mitad de sus protagonistas. Sin olvidar, que, por su capacidad de incidir en la construcción de identidades y memorias colectivas, la perspectiva de género aplicada al patrimonio permitirá visibilizar y valorizar «a las mujeres de hoy y de mañana, estableciendo pasarelas sumamente enriquecedoras entre el pasado, el presente y el futuro» (Birriel y Rísquez 2016, 132).
36Los autores quieren agradecer al Memorial Democràtic y al Museu Memorial de l’Exili la atención y las facilidades para la obtención de información y por la cesión de imágenes.