1En 2023, el Museu de Mataró (España) presentó la exposición Expedient 2619. Art en Dipòsit (Mataró 1936-2023) sobre los bienes patrimoniales que, finalizada la Guerra Civil española (1936-1939), expandieron los fondos del museo de la ciudad.
2Esta exposición, comisariada por Francesc Miralpeix i Matamala (Universitat de Girona – Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural), pone sobre la mesa una cuestión relevante donde intervienen reflexiones políticas, cívicas, de conceptualización del patrimonio y de reflexión al respecto de la memoria democrática. ¿A quiénes pertenecían esos bienes? ¿Cómo acabaron en el Museo de Mataró? ¿Se puede trazar su origen? Sin duda, esta es una de las primeras exposiciones en el Estado Español en la que se muestran al completo los bienes que, de un modo u otro, llegaron al museo.
3La destrucción y salvaguarda del patrimonio en el Estado Español durante la Guerra Civil ha suscitado, en las últimas décadas, una revisión completa del estado de la cuestión y son varias las investigaciones que se han fijado como objetivo esclarecer estos hechos (Gracia y Munilla 2011). De forma resumida, el anticlericalismo iconoclasta de la revolución social de 1936 puso en su punto de mira el patrimonio relacionado con la Iglesia, público y privado. A ese peligro se le sumó la guerra y los bombardeos fascistas. Las instituciones republicanas iniciaron un proceso de salvaguarda del patrimonio que finalizó, en el caso catalán, en la concentración en depósitos locales, comarcales y generales, de una gran cantidad de bienes patrimoniales que fueron incautados por decreto gubernamental de la Generalitat de Catalunya. Finalizada la guerra, el servicio franquista encargado de la gestión del patrimonio, el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (SDPAN), se encargó de las devoluciones de los bienes reclamados por sus propietarios. Quedarían pendientes de devolución los bienes de los cuales el régimen no conocía la procedencia, así como los bienes que de forma imperante no podían ser reclamados por ser propiedad de exiliados, presos políticos o fallecidos durante la contienda militar. Durante la posguerra, los bienes no reclamados fueron cedidos en calidad de depósito a museos y otras entidades. Hoy en día un número elevado de fondos públicos de los museos catalanes se encuentran bajo esa misma casuística.
4El Museo de Mataró es el primero que, después de una larga tarea de investigación, da a conocer a fondo las colecciones que custodia, y en la medida de lo posible, sus orígenes. La exposición, que agrupa centenares de piezas, muestra esa casuística iniciando su relato con la explicación de los acontecimientos del verano de 1936. Recorre el proceso de salvaguarda y custodia de los bienes durante la guerra y termina su hilo argumental con la vinculación de múltiples inventarios e informes sobre el recorrido de los bienes.
Fig. 1 – Primera parte de la exposición, recorrido por la salvaguarda del patrimonio durante la Guerra Civil
Fotografía de Teresa Llordés, Museo de Mataró
5Mediante una interesante intervención museográfica se dibuja por las paredes y el suelo un itinerario en diferentes colores que permite, de forma visual, seguir la trazabilidad de las obras expuestas desde los inventarios hasta las cartelas de las mismas piezas. Entre los objetos de arte incautado y no restituido, destacan las series de grabados de Francisco de Goya, Caprichos, Desastres de la Guerra, Tauromaquia y Proverbios, editados en 1937, dos dibujos de Salvador Dalí, pinturas de Isidre Nonell, Joaquín Vayreda y demás reconocidos artistas, algunas pinturas francesas e italianas de entre los siglos XVII y XVIII, así como monedas, medallas, joyas y elementos decorativos que, con toda probabilidad, en algunos casos corroborada, eran de particulares.
Fig. 2 – Bienes conservados en el Museo de Mataró con el recorrido por suelos y paredes del itinerario de las obras, sus inventarios y cartelas
Fotografía de Teresa Llordés, Museo de Mataró
6Se trata de un conjunto heterogéneo relevante por el número de piezas y su tipología. Estas piezas formaron parte de las intervenciones museográficas para el museo, convirtiéndose en la década de 1940 en uno de los motivos para la rehabilitación del Edificio Can Serra del Museo de Mataró.
Fig. 3 – Muestra de la cantidad y diversidad de los bienes procedentes del depósito franquista durante la posguerra
Fotografía de Teresa Llordés, Museo de Mataró
7La directora del centro e impulsora del proyecto, Anna Capella i Molas, se ha mostrado decidida en los últimos años a dar a conocer las colecciones que habían llegado a su museo, a manos de las instituciones franquistas hace casi 80 años. Durante este tiempo, el museo ha dedicado recursos a la conservación de este patrimonio que fue parcialmente exhibido ya en 2010 en bajo la exposición Art i Guerra. Destrucció, Espoli i Salvaguarda del Patrimoni durant la Guerra Civil; l’Exemple de Mataró, abierta al público desde diciembre de 2010 hasta septiembre de 2011.
8Varias exposiciones han situado al ámbito del conocimiento público los hechos ocurridos referentes al patrimonio cultural en Cataluña durante la Guerra Civil (Domènech 2023), aunque el precedente directo de la nueva propuesta es la exposición que en 2021 el Museu de Granollers (España) presento con medio centenar de piezas de la misma procedencia en la exposición Arqueologia d'un Inventari. Vida Política dels Objectes de la Salvaguarda a Granollers 1936-1921.
9La investigación sobre los fondos del Museo de Mataró que ahora nos ofrece Francesc Miralpeix ha consistido, por un lado, en el examen de las obras y objetos en busca de detalles, números, etiquetas y marcas que permitieran trazar su origen. Y, por otro lado, en la reconstrucción de la línea temporal que une las piezas con el museo mediante fichas, catálogos e inventarios de la Guerra Civil y los primeros años de la posguerra.
Fig. 4 – Reverso de la obra El Príncipe y el Prelado de Virgilio Mattoni, con etiquetas y marcas de procedencia
Fotografía del Museo de Mataró
10Cuando más retrocedemos en el pasado, más se difumina la propiedad de los bienes, pero en el caso de estos museos, esos bienes han permanecido inmutables desde su depósito en la década de 1940. En este marco, el Museo de Mataró ha presentado una museografía renovadora que enlaza con los actos de transparencia por parte de las instituciones que se vinculan a un movimiento global de aperturas de los museos a la ciudadanía promovidas por los grandes museos europeos (Dean 2011).
11Algunos de los grandes museos, como el Musée d’Orsay de París o el Ethnologisches Museum de Berlín, van un paso más allá e inician la tarea de restitución del patrimonio, pero eso requiere de un debate público que necesita, como ejercicio de transparencia, exposiciones como la que aquí se reseña, para conceptualizar dicho procedimiento. Además, este proceso forma parte del debate sobre el mismo significado de la restitución pública, que no tiene por qué suponer la devolución material de los bienes.
12En esta línea, el caso del Museo de Mataró forma parte del proyecto I+D IGUEMUS “El impacto de la Guerra Civil en la configuración de los museos de Cataluña. Trazabilidad, localización y destino de los bienes culturales salvados”, que lleva a cabo el Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural (ICRPC-CERCA) y que se suma a la tendencia que en España encabeza Arturo Colorado Castellary con el caso del Museo del Prado (Colorado 2023).
13Así pues, la propuesta museográfica de Miralpeix proporciona medidas de reflexión sobre cómo los museos pueden contribuir al cambio de paradigma respecto de las restituciones, la memoria de los hechos y la relectura de los pasados de violencia. Además, la investigación de los fondos ingresados después de la guerra, ha permitido realizar la presentación de motivos por los cuales sus piezas acabaron formando parte de la colección del museo.
Fig. 5 – Yuxtaposición de las pinturas conservadas en el museo con una fotografía de una de las salas de Can Serra (edificio del Museo de Mataró) tomada durante los años 60 del siglo XX
Fotografía de Teresa Llordés, Museo de Mataró
14Esperemos que a esta se les sumen próximas exposiciones que, a modo de diálogo con la sociedad, muestren el papel de los museos en la preservación de la memoria en un período crítico en la historia de España. Ya que no se trata de almacenar y exhibir objetos y arte incautados durante la Guerra Civil, sino de convertir el museo en un espacio de reflexión y comprensión de los eventos que rodearon la guerra y su impacto en el patrimonio cultural.
15La exposición de los objetos y la trazabilidad de su procedencia no solo resalta el valor histórico y cultural de los bienes incautados, sino que también aboga por la transparencia en la gestión museológica. Esto ayuda a la revisión y reconceptualización del patrimonio cultural. Los bienes culturales incautados y no restituidos representan un desafío en la forma en que se comprende y se maneja el patrimonio en la sociedad actual. Esto abre un diálogo importante sobre la justicia, la propiedad y la responsabilidad en relación con estos activos.
16En conclusión, esta exposición muestra la creciente importancia de los museos en el debate sobre la restitución del patrimonio cultural. El museo no solo se presenta como un lugar de custodia del patrimonio, sino también como un agente activo en la promoción de la justicia y la resolución de disputas históricas. Esta cuestión plantea dilemas éticos y legales, y ha dado lugar a debates significativos en el campo de la museología y el derecho internacional sobre la cuestión de si deben ser devueltos los bienes, o si se pueden exponer de manera contextualizada para informar sobre su historia y origen. En este sentido, la exposición reseñada es un punto de partida, ya que una supuesta restitución no solamente trataría la devolución de bienes materiales, sino que se trataría de un ejercicio de justicia, memoria y legalidad. Es una oportunidad para acrecentar la función de los museos en la investigación de sus fondos y la socialización de dichas investigaciones con fines educativos y pedagógicos.