Bibliografia
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Notas
Estas nominaciones están íntimamente ligadas con una perspectiva ontológica del lenguaje. Existen varios estudios que interpretan la filosofía anselmiana desde esta disciplina. Cfr. SAN ANSELMO –Fragmentos sobre filosofía del lenguaje. Bogotá: Ediciones Uniandes - CESO, 2001. Asimismo, SAN ANSELMO – “Fragmentos sobre filosofía del lenguaje. Sobre el poder y la impotencia, la posibilidad y la imposibilidad, la necesidad y la libertad.” In ANSELMO DE CANTERBURY – Fragmentos sobre filosofía del lenguaje. Bogotá: Ediciones Uniandes - CESO, 2001, pp. 159-211.
ÓSCAR DÍEZ, Ricardo – “¿Si hay Dios, quién es?: una cuestión planteada por San Anselmo de Cantorbery en el Proslogion”. Cuadernos de anuario filosófico. Serie Universitaria 136 (2001), pp. 101-150.
San Anselmo en el proemio al Proslogion refiere que la sentencia Fides quaerens intellectum en realidad era el título original a este argumento, no obstante, posteriormente cambió al título que ahora conocemos, ya que anecdóticamente el abad de Bec quería mantener el anonimato de dicho manuscrito. Otra cuestión importante digna de mención se encuentra en el estudio realizado por Miguel Pérez de Laborda titulado Anselmo de Canterbury – Esencial donde el autor detalla como para él San Anselmo sientas las bases del método escolástico que se gestaría años después. Este dato es sumamente revelador en cuanto a la metodología o dialéctica anselmiana, puesto que marca la relación de armonía o tensión entre la fe/razón.
La identidad aquí aludida siempre quedará referida a Dios. Como se desarrollará a lo largo del artículo se demostrará como se edifica esta identidad entre verdad y ser.
Este manuscrito es posterior al argumento del Proslogion y en éste a diferencia del segundo San Anselmo desarrolla todo un ejercicio meditativo sobre la definición de verdad y los tipos de verdad que están orientados o debajo de la suma verdad. Cfr. SAN ANSELMO – “De Veritate”. In SAN ANSELMO – Obras Completas. Vol. I. Madrid: BAC, 2008, pp. 487-535.
Este ejercicio intelectivo no es otra cosa que el esclarecimiento racional de la fe, sintetizado en el fides quaerens intellectum.
Un antecedente a esta identidad entre ser y verdad se haya internamente en el significado de la palabra y el valor de verdad que puede tomar esta. En sentido estricto, San Anselmo se ocupa ampliamente de este problema en el capítulo II del De Veritate. Cfr. SAN ANSELMO – “De Veritate”. In SAN ANSELMO – Obras completas. Vol. I. Madrid: BAC, 2008, pp. 487-535.
Recordemos que la mayoría de los pensadores medievales y específicamente San Anselmo no dudaban de la verdad acerca de la existencia de las cosas, puesto que Dios no puede crear cosas falsas.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas. Vol. I. Madrid: BAC, 2008, p. 368.
GILSON, Étienne – La filosofía en la Edad Media. Madrid: Gredos, 2007.
E. Gilson abrió toda una nueva perspectiva en cuanto a los estudios medievales se refieren. De esta manera, los estudiosos contemporáneos de este periodo histórico han atribuido las categorías del realismo a la filosofía anselmiana. Lo interesante a esta denominación filosófica, es que en justa medida los medievales nunca utilizaron dichos términos, esto es, San Anselmo nunca considero su pensamiento en tanto realista, ni a su vez su contraparte nominalista como lo fue Roscelino. Cfr. GILSON, Étienne – El realismo metódico. Madrid: Rialp, 1974.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 366.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 366.
Por este término entendemos un solo ser que posee determinadas características que si bien otros objetos o cosas (res) pueden participar de ellas, el ser unívoco es el único que las posee de modo absoluto, sin responder a contingencias múltiples y/o accidentales.
He aquí la identidad expresa entre ser y verdad buscada por la propuesta aquí sugerida.
SAN ANSELMO – “De Veritate”. In SAN ANSELMO – Obras completas.
SAN ANSELMO – “De Veritate”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 492.
Otro texto anselmiano a considerar es el De grammatico, anterior aún a De Veritate, pero que puede servir para terminar de corregir los excesos del lenguaje que se tornan contradictorios.
ÓSCAR DÍEZ, Ricardo – “¿Si hay Dios, quién es?”, p. 37.
Las sagradas escrituras son el pilar y la fuente del pensamiento medieval. Así, no es extraño que el abad de Bec al inicio del Proslogion no dude en citar esta fuente textual, más específicamente los salmos. No obstante, es interesante señalar la disparidad suscitada en algunos textos especializados al respecto de la metodología y filosofía anselmiana comparados con el discurso del propio San Anselmo. Primeramente Miguel Pérez de Laborda asiente en demostrar la insuficiencia de la exclusiva racionalidad en el modo de explicar lo real: “Quien llega racionalmente a afirmaciones opuestas a la fe es porque su modo de argumentar en realidad no es suficientemente racional (…) La fe, por tanto, ayuda a la razón señalándole cuándo ha errado el camino”. PÉREZ DE LABORDA, Miguel – Anselmo de Canterbury – Esencial: existe algo mayor que lo cual nada pueda pensarse. Mataró: Montesinos / esencial, 2010, p. 25. Otro estudio especializado en Anselmo permite hacer una comparación interesante en esta modalidad metodológica, sin embargo, a nuestra interpretación parece no tener la misma orientación que el primero: “(…) incluso las palabras mismas de San Anselmo esclarecerían su fin: manifestar cómo es posible una prueba necessitas rationis sin la autoridad de la Sagrada Escritura. La definición de Dios, no es ni mucho menos bíblica, no deriva de la revelación; ya que en el Monologion aparece como algo natural e independiente de cualquier intervención de la fe, la concepción de un Dios trinitario cuya analogía con el proceso trinitario no eleva el discurso al plano de la fe.”. GARCÍA DE LOMAS MIER, José María – “El Intellectus Fidei en San Anselmo de Canterbury: claves hermenéuticas de las relaciones fe-razón en el método intelectual anselmiano”. Cuadernos de Filosofía, Excerpta e dissertationibus in philosophia 4 (1994), pp. 97-185. Pero ahora bien, si se realiza una comparación con las palabras del Santo Doctor, es en el prólogo al Monologion donde se percibe esa intención de no apoyarse en la autoridad de las Sagradas Escrituras, pero sin dejar de objetar una respuesta a los simples y necios que niegan a Dios. Cfr. SAN ANSELMO – “Monologion”. In SAN ANSELMO – Obras completas. Vol. I. Madrid: BAC, 2008, pp. 185-347.
Aquí Anselmo se dirige al insipiens. Este insensato es aquel que niega en su corazón a Dios. Antes de redactar el capítulo IV, San Anselmo anticipaba una respuesta en el capítulo III contra esta figura, citando directamente el Salmo (14,1) “¿Por qué, entonces, «dijo el insensato en su corazón: no hay Dios» (…) siendo así que están evidente para la mente racional que tú eres, entre todos, de la manera más grande? ¿Por qué, sino porque es necio e insensato?”. SAN ANSELMO – Proslogion. Con las réplicas de Gaunilón y Anselmo. Madrid: Tecnos, 2009, p. 80. Conviene advertir dos posturas semejantes a esta negación o imposibilidad de Dios. La primera puede resumirse en la figura del ateo, es decir, quién niega inmediatamente la existencia de Dios. No obstante, la réplica que esgrime San Anselmo no es de este orden. La objeción señalada por Anselmo está dirigida al hermano creyente que no acepta esta vía nominativa de aquello mayor que lo cual nada pueda pensarse. Como podrá notarse el insensato es un monje benedictino que responde al nombre de Gaunilón, por ende, acepta su condición de fe. A consecuencia de ello, la discusión se torna en una ruptura interna a la propia comunidad monástica, es decir, la discusión se encuentra en el orden entre creyentes.
Siguiendo el orden expositivo, en el apartado tocante a la cuarta y quinta nominación se explicará esta definición de verdad.
Ricardo Óscar Díez señala en la introducción a “¿Si hay Dios” la recepción cartesiana y kantiana del argumento anselmiano, evidenciando las limitaciones así de los condicionamientos históricos propios a la época moderna. Dicha parcialidad se puede encontrar más o menos presente en los mismos manuales de historia de las doctrinas filosóficas. Al respecto conviene revisar los textos históricos del medievalista francés Étienne Gilson. Sin embargo, una lectura más detallada revela las contradicciones de aquellas lecturas generales. Por ejemplo, pueden tenerse en cuenta los siguientes estudios. Este estudio toma más una aproximación al problema: MARÍAS, Julián – San Anselmo y el insensato y otros estudios de filosofía. Madrid: Revista de Occidente, 1944. Este segundo es más fiel en su lectura a las intenciones del autor medieval: PLANTINGA, Alvin – The ontological argument: from St. Anselm to Contemporary Philosophers. New York: A Doubleday Anchor Original, 1965.
Dicho pasaje se encuentra en el capítulo III. El ideal de la razón pura. Sección cuarta. Imposibilidad de una prueba ontológica de la existencia de Dios.
Cfr. VELARDE, Julián – “Introducción”. In SAN ANSELMO – Proslogion. Con las réplicas de Gaunilón y Anselmo. Madrid: Tecnos, 2009.
VELARDE, Julián – “Introducción”, p. 43.
VELARDE, Julián – “Introducción”, p. 45.
Dicho gozo queda satisfecho después del pedido que clama el creyente a Dios. Especialmente las nominaciones reveladas, es decir, la cuarta y quinta nominación dan cuenta de esta respuesta. Cfr. ÓSCAR DÍEZ, Ricardo – “¿Si hay Dios, quién es?.
Esta fue la posterior interpretación cartesiana del argumento. Habrá que recordar que para René Descartes a través de la duda metódica quiere demostrar bajo ideas claras y distintas una realidad apoyada en una sola verdad, concluyendo que Dios es el ser perfecto. La tercera y quinta meditación demuestran la existencia de Dios, al igual que en Discurso del Método dedica una reflexión al problema de Dios. Cfr. DESCARTES, René – “Meditaciones metafísicas”. In DESCARTES, René – Meditaciones metafísicas, Conversación con Burman, Correspondencia con Isabel de Bohemia. Barcelona: Gredos, 2014.
A lo largo del texto del Proslogion, San Anselmo utiliza el término latino in re, con el cual alude a la realidad de las cosas. Esta realidad se refiere a la existencia de los objetos, en otras palabras, es la realidad efectiva, no la “realidad” conceptual. Asintiendo en estos dos tipos de realidad, la palabra cae en la categoría del pensar mientras que las cosas (res) en la categoría del existir.
ÓSCAR DÍEZ, Ricardo – “¿Si hay Dios, quién es?, p. 76.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 358.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 368.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 370.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 370.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 369.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 369.
Más adelante en la tercera nominación los atributos divinos se orientan hacia una negación de todo aquello que el pensamiento ha podido inteligir, por ello, en esta segunda nominación todavía puede hablarse de un movimiento positivo previo al negativo. Sin embargo, conviene precisar que el valor de verdad de cada atributo seguirá siendo verdadero, ya que la limitación del inteligir queda reducida a la capacidad del pensamiento no al modo en el que se juzgan los atributos de Dios. Consecuentemente, los atributos divinos siempre son verdaderos.
Cfr. ÓSCAR DÍEZ, Ricardo – “¿Si hay Dios, quién es?, p. 39.
Cfr. ÓSCAR DÍEZ, Ricardo – “¿Si hay Dios, quién es?, p. 74.
El término de unificar no debe entenderse en una “unión” efectiva del pensamiento con la cosa (res), en otras palabras, el pensar solo mira intelectivamente las cosas, juzgando su valor de verdad o falsedad si la significación de la palabra coincide o no con lo percibido.
Estos momentos guardan cierta analogía con las intenciones vertidas en el proemio al Proslogion. Una lectura cuidadosa de este apartado demuestra casi a la mitad del primer párrafo la intención por parte de Anselmo en demostrar con un solo argumento que demostrase la verdad de Dios, que es el sumo bien y además lo que se cree de la substancia divina. Entonces, si se contrastan éstos con los aquí resumidos podrá notarse que hay una gran cercanía entre las dos primeras nominaciones con la verdad del ser de Dios, lo cual, asume la identidad entre ser-verdad aquí sugerida.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 358.
Esta nominación la enuncia San Anselmo en el primer párrafo al cap. II del Proslogion, inscribiendo una relación argumentativa de lo que ya había explicado en su Proemio sobre la Verdad de Dios, y ahora lo remite a la imposibilidad del pensamiento sobre un ser mayor a éste mismo, Ser que como ningun otro está por encima de todos: “Ergo Domine, qui das fidei intellectum, da mihi, ut quatum seis expedire intelligam, quia es sicut credimus, et hoc es quod credimus. Et quidem credimus Te esse aliquid quo nihil maius cogitari possiti” – SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 366.
Esta segunda nominación del cap. V al igual que la primera del cap. II, es un momento explicativo del objetivo trazado por Anselmo en su Proemio. Recordemos que en el primer párrafo de este apartado anterior al cap. I Anselmo insiste en pensar si es posible encontrar una sola prueba que no necesite ninguna otra y que demuestre al menos tres cosas, que Dios es verdadero, que es el sumo bien y que es aquello que creemos de la substancia divina. “(...) quia Deus vere est, et quia est summum bonum nullo alio indigens, et quo omnia indiget ut sint, et ut bene sint et quaecumque de divina credimus substantia, sufficeret”. SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, pp. 358-370.
ÓSCAR DÍEZ, Ricardo – “¿Si hay Dios, quién es?, p. 82.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 386.
La incapacidad intelectiva viene dada en el reconocimiento del paso de lo inteligible a lo ininteligible. Intentar demostrar todo lo real racionalmente es el modo del pensamiento moderno. La filosofía anselmiana vista desde la sentencia fides quaerens intellectum va mostrando esos mecanismos del pensar que se hayan sostenidos por la base de la creencia. La fe es el sostén a todo el edificio edificado del pensamiento que se va construyendo en su ascenso a Dios. Sin embargo, es importante advertir como el mismo argumento del Proslogion va haciendo ese mismo asciendo anteponiendo los límites del pensar con las nominaciones reveladas.
La frase anselmiana por excelencia tiene ecos del pensamiento de San Agustín de Hipona.
La frase agustina “creer para entender, y entender para creer” hace un eco en el argumento anselmiano del Proslogion en el capítulo I. San Anselmo toma la primera parte de esta sentencia e inaugura todo el proceso intelectivo del fides quaerens intellectum bajo la frase “quia nisi credidero, non intelligam”. SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 366). Conviene revisar la originalidad de estas frases en cada uno de estos pensadores aquí citados. Sobre San Agustín Cfr. JOVEN ÁLVAREZ, Fernando – “Creer y entender en la carta 120 de San Agustín”. Scripta Fulgentina: revista de teología y humanidades XXII/43-44 (2012), pp. 197-211.
Esta experiencia religiosa la advierte Ricardo O. Díez en ¿Si hay Dios quién es? Respecto a este estudio aplicado al argumento del Proslogion el autor citado hace nota a dos textos cuyas referencias permitirán ahondar con mayor precisión a este modo del acceso divino. El primero intitulado Lo santo de Rudolph Otto. El segundo De visiones Dei de Nicolás de Cusa.
Mutua identidad entre el ser de Dios y la verdad de Dios. Esta es la identidad propuesta por esta exposición entre el Proslogion-De Veritate.
En el volumen I a la edición de los textos anselmianos de la editorial Biblioteca de Autores Cristianos se encuentra un apartado titulado “la suma teológica anselmiana”. Es interesante notar el anacronismo a este título, pues como se sabe San Anselmo nunca elaboró dicho manuscrito. Sin embargo, se puede interpretar que tal texto atiende una serie de referencias a las obras del Santo Doctor.
Su discípulo Eadmero narra esta situación anecdótica en la biografía que hizo de su Maestro. Cfr. EADMERO – “Vida de San Anselmo”. In SAN ANSELMO – Obras completas. Vol. I. Madrid: BAC, 2008, pp. 5-73.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 394.
Existe un cambio sustancial tanto en las motivaciones como metodología que llevaron a San Anselmo a redactar el argumento del Proslogion respecto a su obra antecesora del Monologion. A diferencia del segundo, en el primero puede y no duda en citar la Sagrada Escritura, puesto que puede advertirse la gran cantidad de citas bíblicas que utiliza en el capítulo I. Específicamente en esta cuarta nominación Anselmo tiene presente el Antiguo Testamento.
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Cfr. ÓSCAR DÍEZ, Ricardo – “¿Si hay Dios, quién es?”. R. Díez explica con mayor detalle este cambio pronominal que realizó San Anselmo en esta cuarta nominación.
SAN ANSELMO – “Proslogion”. In SAN ANSELMO – Obras completas, p. 396.
El argumento del Proslogion termina por nominar con el Nuevo Testamento, suponiendo una ascensión nominativa del intelecto a la revelación. La trinidad fue un concepto que marca sustancialmente la filosofía anselmiana. Una primera aproximación a las tres personas de una sola naturaleza se encontraba ya en el Monologion. Posteriormente, en el Proslogion cap. XXIII. Sin embargo, en otros textos del Santo Padre se continua la reflexión filosófica acerca de su naturaleza, pues existió la disputa directa contra el nominalismo de Roscelino de Compiègne. Conviene tener presente la epístola sobre la encarnación del verbo, texto donde se rebatió tal discusión.
ÓSCAR DÍEZ, Ricardo – “¿Si hay Dios, quién es?”, p. 146.
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