António Manuel Hespanha, Uma Monarquia Tradicional. Imagens e Mecanismos da Política no Portugal Seiscentista. Lisboa: Imprensa de Ciências Sociais, 2023, 519 pp. ISBN 9789726716792
Texto integral
1La oportunidad que ahora se brinda de poder leer una serie de textos escritos y publicados por António Manuel Hespanha en distintos momentos de su vida académica ha de ser sin duda muy bien recibida. En primer lugar, ofrece la posibilidad de constatar la congruencia de una obra dilatada a lo largo del tiempo, pudiendo advertirse en su escritura ecos diversos de los sucesivos debates y polémicas en los que participó activamente su autor. En segundo lugar, pese al carácter heteróclito de las piezas de que se compone, del conjunto se eleva una síntesis interpretativa global que convierte este libro en una utilísima y sugerente guía para adentrarse en el Antiguo Régimen político y social. Dicho de otro modo, Uma Monarquia Tradicional es una suerte de companion a la historiografía de Hespanha en su plena madurez, pero, al mismo tiempo, se presenta como una valiosa monografía que está llamada a suscitar preguntas y a ofrecer respuestas.
2En 1918, Lytton Strachey abría su libro Eminent Victorians con un prefacio en el que afirmaba con rotundidad “the history of Victorian Age will never be written: we know too much about it”. Como él, António Manuel Hespanha asegura en la introducción a este volumen que escribir la historia de la época moderna tropieza con el problema de se “saber demais”. Sin llegar a reclamar que la “ignorance is the first requisite of the historian” como hace el intelectual de Bloomsbury, Hespanha no llama a simplificarlo y clarificarlo en aras de su mejor comprensión por parte de los lectores, sino que anima a adentrarse en el período reconociendo su intrínseca diferencia, liberándonos del conocimiento intuitivo que se esconde tras ese “saber demais”. Siempre alerta ante los peligros de considerar el pasado meramente desde el punto de vista de lo que pudiera presagiar las realidades de la actualidad contemporánea, a la clásica manera whig, la obra ahora reseñada se presta a esta primera reflexión epistemológica. La habitual y extendida operación de aislar y reconocer “précurseurs” o “forerunners” –del estado y de la nación, por ejemplo– no deja de implicar una forma de pre-conocimiento que reduce –casi podría decirse que condena– el tiempo pretérito a un impostado simplismo frente a la complejidad del presente, éste sí rico, denso y multiforme. La sola búsqueda de los procesos del cambio, así como de sus atisbos y episodios de ruptura, implicaría desatender las rutinas institucionales y aquellas prácticas políticas que no cabía considerar desde el punto de vista de la transformación revolucionaria que, imparable, aguardaba al Antiguo Régimen.
3Sin dejar de reconocer la importancia de las coyunturas y de determinados hitos memorables –los procesos del 1619 filipino, el 1640 restaurador o el 1667 crítico, por señalar apenas tres ejemplos significativos–, Hespanha se inclina, en cambio, por proponer el estudio de la larga permanencia secular de que disfrutó la coherencia jurisdiccional imperante a lo largo de la alta Edad Moderna. Esto se traduce en su insistencia en conocer su capacidad constitutiva para ordenar la vida comunitaria, resolver conflictos, promover la ascensión social o acomodarse a espacios y cronologías diferentes. En suma, aquello que la historiografía de los antecedentes y los precursores juzgaría como una forma de patología es considerado toda una fisiología dotada de resiliencia, plasticidad y eficacia para el cumplimiento de los fines que cabía atribuirle desde finales de la Edad Media.
4Haciendo hincapié en las imágenes y mecanismos a través de las que se veía o imaginaba y representaba a sí misma, el autor reconstruye la lógica y las razones de Uma Monarquia Tradicional en el Portugal altomoderno. De hecho, no sólo en él, pues sus conclusiones son aplicables a otras experiencias del plurijurisdiccionalismo, de las sociedades corporativas o de órdenes y de las monarquías compuestas. Tal es el caso de la reconsideración de cuestiones básicas en la historiografía modernista como las prácticas letradas y polisinodales de despacho y gobierno, que se muestran no reductibles a meros antecedentes del sistema ministerial y de la función pública; las formas de representación, con una teoría de las cortes fruto de una relación entre rey y reino que no se ceñiría a los parámetros del parlamentarismo representativo y legislativo contemporáneo; o la vigencia de lealtades o de identidades que pueden ser plurales y que no pasan necesariamente por la hipótesis nacionalista o por el voluntarismo individual. A la postre, en un largo etcétera, se nos ofrece la exposición del complejo sistema institucional de Antiguo Régimen portugués, bien en las escalas municipal, señorial, real o imperial, bien en los ámbitos administrativo, judicial, fiscal y financiero o militar.
5Especial atención merecen las aportaciones presentadas en este libro a la continuación del, en apariencia todavía inagotable, debate sobre el tópico de la hipotética centralidad monárquica y su creciente monopolio del poder a partir de finales del XV. A ese respecto, la historiografía clásica sobre el estado es sometida a crítica sobre la base de una afinada combinación que conjuga una fuerte base documental con la exégesis de la literatura política y social producida o consumida en el Portugal moderno, destacando la teoría o la cultura de naturaleza corporativa propia de los escolasticismos de la época (jurídico, político, teológico). La máquina administrativa de la corona, que es tan relevante para esa misma historiografía, es descrita en términos de relativa ineficacia y debilidad, calculándose que a mediados del siglo XVII sus oficiales habrían sido unos 1700, de los cuales nada menos que 1200 no habrían residido en la corte. Comparados con los 12 000 oficiales que, sin contar a los eclesiásticos, corresponderían a otras entidades presentes en el territorio, se desprende que sólo un exiguo 10% de la oficialidad dependería directamente del aparato administrativo regio. Sin duda, son cifras bajas para siquiera obtener un esbozo que anunciase lo burocrático a la manera de Max Weber.
6Al respecto, además de recordar la omnipresencia jurídica, moral o económica de la Iglesia y de sus numerosos oficiales, António Manuel Hespanha señala que los “juízes de fora” sólo estuvieron presentes en apenas un 20% de los concejos en plena Edad Moderna y que hay que esperar a 1830-1840 para que los espacios concejiles dejasen de estar controlados en buena medida por grupos locales, que, además, se mostraron poco dispuestos a abandonar su, valga la expresión, propia centralidad. Del mismo modo, el extraordinario fenómeno de la señorialización territorial en el Portugal moderno parece poner en duda que el citado proceso de centralización y monopolio en torno a la corona hubiese llegado a completarse, pese a la dependencia de las mercedes regias, aunque en esto las exigencias de una “economía da graça” venían a limitar de hecho la voluntad monárquica.
7En suma, de una dinámica al uso entre centro y periferia, A. M. Hespanha nos coloca ante centros y periferias, sin duda un plural harto singular y lleno de significado. De la conveniente articulación entre poderes distintos que reclaman el mantenimiento de un orden basado en estatutos jurisdiccionales particulares y privativos se deriva una forma condicionada de ejercer el poder monárquico. Éste no por más eminente quedó exento de límites –los que, en primer lugar, marcaba su propio officium o función específica– y siempre estuvo necesitado de negociar con grupos locales para establecer una comunicación política que hiciese efectivas sus decisiones de gobierno, teniendo en cuenta tanto la debilidad numérica de la oficialidad a su servicio directo como su escasa presencia sobre el terreno. Este particular modo de despacho y gobierno regios hubo de acomodarse también a espacios fuera de Europa, donde, además, había de superar los inconvenientes impuestos por el tiempo y la distancia. Todo lo cual nos traslada al escenario imperial, en el que el paradigma de Hespanha debía enfrentarse a las categorías específicas de lo colonial. El autor lo hace monográficamente en el décimo y último capítulo de Uma Monarquia Tradicional, titulado “O modelo político do império colonial português”. En él, se hacen preguntas de naturaleza sustancial como si es pertinente o no el imaginario de la existencia de una metrópoli central y centralizadora o si hubo o no un, auténtico y único, proyecto luso de explotación colonial en el Portugal moderno.
8Hespanha duda de estos dos últimos tópicos, por otra parte bien asentados en diversas historiografías autorizadas. De un lado, llama la atención sobre la falta de un estatuto político único para las poblaciones colonizadas, existiendo, en cambio, una heterogénea multiplicidad estatutaria que se hacía eco de diversas situaciones personales y se manifestaba en una pluralidad de vínculos políticos y situaciones jurídicas. De otro lado, la eficacia centralizadora tampoco se produciría en la cadena jerárquica (política, administrativa, judicial, militar) establecida entre la corte y los colonos de los dominios, en los que hubo tantas veces que negociar con, antes que imponerse a, sus respectivos grupos periféricos. En suma, lo que se propone es que la coherencia del modelo corporativo fue trasladada a los contextos de las sociedades de los colonos instalados en distintos territorios de los imperios, dando lugar, a su juicio, a lo que cabe denominar como un Antiguo Régimen en los trópicos.
9En este libro que hemos imaginado como un companion a una obra singular y resonante, en ocasiones el propio autor compone una suerte de egodocumento personal en el que él mismo adopta el papel de expositor de su ejecutoria intelectual, revelando el sentido último de algunas de las decisiones de investigación que había adoptado. Entre los asuntos que narra en esas páginas tan sugerentes, António Manuel Hespanha explica por qué llegó a ocuparse del imperio y, en especial, por qué puso un hincapié especial en el Brasil. En esas páginas, que conviene leer con toda atención, el autor también da voz a sus críticos e intenta exponer sus razones justamente. Lo mismo hacen, por su parte, Ângela Barreto Xavier y Pedro Cardim en el sustancioso prólogo que sintetiza los argumentos cruzados en dicha controversia y que, además, contextualiza y presenta de forma admirable la colección de textos ahora reunidos. Uma Monarquia Tradicional es, en suma, una magnífica ocasión para no dejar de seguir aprendiendo de un gran historiador que por su obra y su magisterio ayudó a la construcción de nuevos paradigmas historiográficos para la comprensión más ajustada de la historia política y social de la Edad Moderna.
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Fernando Bouza, «António Manuel Hespanha, Uma Monarquia Tradicional. Imagens e Mecanismos da Política no Portugal Seiscentista. Lisboa: Imprensa de Ciências Sociais, 2023, 519 pp. ISBN 9789726716792», Ler História [Online], 84 | 2024, posto online no dia 12 junho 2024, consultado no dia 15 janeiro 2025. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/lerhistoria/13430; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/11uqz
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