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José Marcos Medina, Regina Lira y Eugenia A. Néspolo (eds), Liderazgos indígenas en zonas de frontera iberoamericanas, siglos XVII-XIX. Hermosillo: El Colegio de Sonora y Universidad Nacional Autónoma de México, 2023, 322 pp. ISBN 9786078809356

Ana Luz Ramírez Zavala

Texto integral

1El libro que aquí analizamos, disponible en versión impresa y en versión e-book de acceso abierto, se compone de 10 capítulos, precedidos de una introducción firmada por los tres coordinadores. En la obra se establece un dialogo interdisciplinario entre la historia, la antropología y la etnohistoria, ya que las y los autores sustentan sus investigaciones en fuentes primarias, y algunos en observación etnográfica y en testimonios orales para rescatar la memoria colectiva. Además, en distintos capítulos se analiza el discurso, método necesario en procesos de intermediación política con poblaciones no occidentales, a través del cual es posible hacer evidente la construcción de las alteridades en dichos procesos. Los objetivos que se plantean las y los autores son “fomentar el interés por la historia política de los pueblos indígenas y sus relaciones con los estados coloniales y nacionales” (p. 11), además de establecer el diálogo entre estudios de regiones americanas que permitan comprender los conflictos, problemáticas y demandas actuales de dichos actores.

2La temática que articula el libro es el análisis de los liderazgos indígenas, en un período de largo alcance que comprende los siglos XVII al XIX, en diversas regiones de Iberoamérica, principalmente del norte de México, la Araucanía y la Pampa en Chile y Argentina, así como del este de Brasil y Bolivia. Espacios estratégicos para el tránsito del comercio y por sus recursos minerales, por lo que los españoles establecieron alianzas con los caudillos indígenas asignándoles diversos cargos de poder como el de gobernador y capitán de guerra. Quienes detentaban estos puestos fungían como intermediarios culturales y sus funciones residían en controlar la movilidad de la población, reclutar la mano de obra y garantizar el auxilio militar contra los indios enemigos. Estos personajes ya contaban con el reconocimiento de sus congéneres. El talento de negociación y las buenas relaciones con otros grupos étnicos fueran otros de los atributos que ostentaban estos individuos. En su conjunto, la visión de largo aliento permite mostrar el proceso de transición que trastocó las formas de organización política de los pueblos originarios de América pero, como varios de los trabajos aquí compendiados nos muestran, los diversos cargos políticos fueron adaptados para hacer frente a las nuevas circunstancias en sus relaciones de poder durante distintos regímenes.

3El eje transversal que atraviesa los capítulos del libro es la delimitación espacial en “zonas de frontera”, categoría que, como los coordinadores explican, es entendida como aquellas regiones en donde el proceso colonizador se vio frenado por la presencia de poblaciones indígenas con formas de organización política no estatal, más bien caracterizada por la movilidad estacional; la práctica de la caza, la recolección y la agricultura de temporal; su asentamiento en rancherías o parcialidades, que sostenían baja población, mismas que eran independientes y presentaban diferencias culturales. Las cuales sólo llegaban a aliarse bajo ciertas circunstancias como en momentos de guerra o en procesos que requerían de un mayor número de participantes. La condición de frontera también fue determinada por las características ecológicas y geográficas del medio como desiertos, selvas y otros espacios de difícil acceso como sierras y montañas. La heterogeneidad social de estos pueblos también impidió, retrasó u obligó la modificación de los regímenes laborales coloniales y determinó el establecimiento de otro tipo de instituciones de carácter militar y religioso como presidios y misiones; en estas últimas los indígenas permanecían de manera efímera o estacional.

4Como se muestra en la obra, la capacidad de guerra y la organización militar de los pueblos indígenas de frontera permitió el desarrollo de liderazgos políticos a través de los cuales se establecieron relaciones horizontales de carácter comercial y político a través de acuerdos de paz, parlamentos y alianzas en momentos coyunturales. A la par, estas aptitudes dieron autonomía militar a las poblaciones indígenas de frontera además de contribuir a darles unidad. Las características anteriores obligaron a las autoridades ibéricas y nacionales a ser flexibles en cuanto a considerar las formas tradicionales del aprovechamiento del medio ambiente y al empleo de otros recursos, así como a entablar otro tipo de relaciones sociales, políticas y económicas, mismas que dan cuenta de la autonomía con las que las sociedades de frontera negociaron sus relaciones a través de dichos mediadores culturales. En palabras de los coordinadores, las zonas de frontera son “aquellos espacios donde los agentes coloniales españoles o portugueses, y posteriormente los gobiernos nacionales, no lograron imponerles a los indígenas su monopolio de la violencia, y tuvieron que competir con ellos por los recursos naturales y humanos, por lo que tales espacios se convirtieron en territorios disputados” (p. 14).

5Las y el coordinador reflexionan sobre las distintas formas de organización social (bandas, tribus) que también determinaron divergencias en las características de las jefaturas, lo que a su vez determina las cualidades de sus líderes, diversificando el carácter de las relaciones de poder intra e interétnicas, pero no por ello fueron menos efectivas para enfrentar, resistir o negociar la dominación estatal. En este tenor, las y los autores del libro ponen atención al tipo de organización social y política que los pueblos en cuestión tuvieron, previo a la época de contacto y cómo ésta cambió a partir de la ocupación europea. Por lo que los estudios compendiados en esta obra rompen con los viejos supuestos antropológicos sobre la falta de complejidad cultural en las sociedades segméntales, demostrando que los liderazgos indígenas podían ser de largo aliento y extenderse en una vasta región determinando distinciones en la forma de gobernar de cada líder, cambios en las relaciones así como en el patrón de asentamiento (veánse los capítulos de Chantal Cramaussel y Clementina Campos).

6Sobre algunas de las cualidades de los líderes que se observan en varios de los trabajos aquí compendiados destacan el carisma, la importancia de la experiencia en contextos de guerra, en relaciones comerciales y diplomáticas, así como su conocimiento del acontecer político y el manejo del discurso, además del conocimiento sobre el espacio. A la par, la necesidad de ser reconocidos por sus representados por garantizar la defensa de sus intereses y la capacidad de relacionarse con otros grupos. Esta preeminencia política y social también fue reconocida por las autoridades virreinales y estatales a través de diversas concesiones como productos, bienes suntuarios, ganado, el acceso a la tierra y la posibilidad de obtener propiedad legal sobre ésta. La dignidad del cargo era honrada mediante ciertos privilegios en el sueldo y el uso de símbolos de poder como armas, caballos, uniforme y fuero militar. Lo que les permitió ser propietarios y asegurar una buena posición económica y a su vez aumentar su poder político, como lo demuestran José Marcos Medina y Anna Guiteras en los capítulos de su autoría en esta obra.

7Entre otros de los aspectos que se visibilizan se observa la capacidad de adaptación de las poblaciones originarias en los procesos de transiciones políticas a través de sus líderes y la participación de otros mediadores como intérpretes y maestros, derivando en la adaptación de instituciones y la generación de influencias recíprocas (véase el capítulo de Cristián Perucci sobre formación y aprendizaje político). Así como la conciencia y el ojo crítico de los agentes indígenas sobre los actores, los proyectos políticos y religiosos que los interpelaron en el umbral de la construcción de los estados nacionales; proceso que determinó cambios en el tratamiento a los naturales, homogeneizando gradualmente a la población bajo distintas categorías como “ciudadanos” o “nacionales”, con lo que se trató de borrar las identidades étnicas, como lo desmuestra Izabel Miassagia de Mattos en el capítulo “Mediadores y liderazgos indígenas en la misión de Itambacuri, Brasil (1873)”.

8En suma, los estudios contenidos en esta obra se insertan en los debates actuales que rescatan la participación activa de los pueblos originarios en el devenir histórico, aportando a la historiografía la discusión y un cambio de perspectiva sobre los antiguos planteamientos en torno a las poblaciones con patrones de movilidad estacional, demostrando, a través de las trayectorias y las relaciones intra e interétnicas de sus líderes, la complejidad de su organización política con amplios umbrales de negociación y adaptación a los distintos procesos por los que transitaron. Como lo demuestran Eugenia Alicia Néspolo y Yesica García, a través de las categorías de resistencia y complementariedad, entendidas como las acciones desplegadas para enfrentar la dominación que permitieron la coexistencia de ambas sociedades, tales como el comercio, los pactos de amistad, las relaciones políticas.

9Si bien las y los autores de la obra hacen énfasis en destacar las diferencias culturales de estos grupos, a través de los 10 capítulos se identifican denominadores comunes en cuanto a los atributos y cualidades que debían ostentar los líderes indígenas. Por otra parte, se hace evidente que el reconocimiento de los liderazgos no sólo debía ser interno sino también externo, tanto entre otras parcialidades indígenas como entre las autoridades coloniales o estatales, dando cabida a distintos vínculos y atributos. El carácter de frontera política y cultural determinó que las autoridades ibéricas y estatales desplegaran otro tipo de estrategias para establecer relaciones comerciales y diplomáticas con estas poblaciones a través de sus líderes, quienes hicieron posible organizar o transitar estos espacios.

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Ana Luz Ramírez Zavala, «José Marcos Medina, Regina Lira y Eugenia A. Néspolo (eds), Liderazgos indígenas en zonas de frontera iberoamericanas, siglos XVII-XIX. Hermosillo: El Colegio de Sonora y Universidad Nacional Autónoma de México, 2023, 322 pp. ISBN 9786078809356»Ler História [Online], 84 | 2024, posto online no dia 19 março 2024, consultado no dia 18 janeiro 2025. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/lerhistoria/13154; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/lerhistoria.13154

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