1Situadas en el marco de la Psicología del Trabajo y de la Ergonomía Cognitiva, las investigaciones presentadas (durante esa conferencia) tienen como objetivo general analizar los aspectos cognitivos de las actividades profesionales, particularmente en el diagnóstico y la gestión de situaciones críticas. Considerando como esencial la finalización y las interacciones de los operadores y su entorno en tales actividades, abordan la naturaleza, la diversidad y la evolución de las formas de equilibración y adaptación del adulto en su entorno laboral y formativo, lo que implica transformaciones tanto del entorno como del individuo.
2Así, ellas se sitúan "naturalmente" en el marco de las teorías de la acción y, particularmente, en la extensión de la teoría piagetiana de la equilibración. En el pasado, dadas nuestras poblaciones adolescentes y adultas, hemos desarrollado, en colaboración con P. Vermersch investigaciones teóricas y empíricas sobre los "registros de funcionamiento" destinadas a extender la teoría operativa de la inteligencia a los adultos (1985). En el estado actual de la investigación, creemos que esta teoría proporciona puntos de referencia relevantes para el análisis de las diversas dimensiones de los aspectos cognitivos del trabajo. En particular, en lo que se refiere a la evolución de las representaciones, el desarrollo de la anticipación y la gestión de los riesgos (Weill-Fassina, 1990).
3Nuestro proyecto consiste pues en reinvertir y desarrollar este enfoque en el análisis de las modalidades de gestión de las situaciones “críticas” : estas situaciones perturban el desarrollo normal de la actividad y obligan al operador a re-equilibraciones de la situación tanto como de sus representaciones y sus modalidades de acción ; estas suponen actividades de anticipación, diagnóstico y regulación.
4Estas dimensiones cruciales de las actividades profesionales no son independientes unas de otras ; involucran a diversos universos de competencias y diversos procesos cognitivos que interactúan. Por último, pero no por ello menos importante, son un compromiso a largo plazo, lo que permite analizar su evolución a lo largo de la formación y la experiencia profesional. En esta perspectiva temporal, la hipótesis de la construcción de un equilibrio dinámico en perpetua evolución entre el operador y su entorno abre el camino para describir la variabilidad de las competencias y caracterizar su evolución en las situaciones específicas de trabajo. Este análisis, al poner el énfasis en los mecanismos de construcción, es complementario al análisis de los mecanismos de disminución o deterioro de las funciones fisiológicas y cognitivas relacionadas con el envejecimiento, si queremos comprender, como lo hace A. Laville, la manera que modifica las actividades de los operadores según la edad y a lo largo de su vida profesional.
5En este marco general, las representaciones operativas pueden definirse tanto como modelo mental y como proceso de elaboración y ejecución de estos modelos en función del objetivo a alcanzar. Se trata para los operadores de construir el sentido de la situación determinando la red de atributos, variables e informaciones pertinentes para plantear el problema y organizar la solución, y esto, en interacción con las variaciones, las novedades o los obstáculos de las circunstancias o del entorno en el que pretenden ser operativos.
6Este marco general ha sido objeto de un trabajo de reflexión con psicólogos, ergónomos y formadores, y ha dado lugar a una obra colectiva. (Weill-Fassina, Rabardel & Dubois, 1993).
7También nos acerca a las preocupaciones del equipo de J.M. Cellier.
8Actualmente, nuestras investigaciones buscan operacionalizar los procesos de elaboración de las representaciones operativas en la diversidad de situaciones de trabajo y de formación. Planteamos la hipótesis de un doble proceso de equilibración por parte de los operadores, a nivel microgenético de la secuencia de actividad y a nivel macrogenético de la formación o de la experiencia profesional. Estos dos términos se utilizan en referencia a procesos de desarrollo y transformación a más o menos largo plazo de las herramientas cognitivas utilizadas. Estas transformaciones se traducirían en cambios en la forma de diagnosticar y controlar las situaciones (Weill-Fassina, 1993).
9El estudio de las representaciones y las modalidades de gestión se funda en un análisis comparativo. Se basa en la observación de las prácticas de operadores con diferentes niveles de experiencia laboral, en situaciones habituales de trabajo, de simulación o de reflexión respecto a este trabajo. Exige la interpretación y la confrontación de diversos parámetros del comportamiento : rendimiento, gestos, procedimientos, comunicaciones y verbalizaciones. El objetivo es poner de relieve los “patrones” de atributos y variables que permiten dar cuenta de la coherencia y la diversidad del comportamiento de los operadores.
10Las características de la situación se convierten entonces en las condiciones de trabajo que los operadores deben gestionar compensando las exigencias con un costo más o menos importante para ellos, a menos que dichas exigencias se conviertan en obstáculos que puedan llevar al fracaso de la regulación de su actividad. Encontramos aquí la dimensión ergonómica de nuestras investigaciones.
11Las fallas, las enfermedades, los incidentes de funcionamiento y las circunstancias accidentógenas son ejemplos de situaciones críticas que requieren que el operador gestione los acontecimientos específicos.
12La creación del DEA (Diplôme d’Études Approfondies) de Ergonomía en colaboración con el CNAM (Conservatoire National des Arts et Métiers) y la Universidad de Toulouse nos permiten diversificar las áreas de investigación, comparar sus características y, de esta forma desarrollar y controlar diferentes aspectos de la problemática presentada aquí según dos temas dominantes.
13Este tipo de tareas supone plantear el diagnóstico de la situación antes de intervenir para recuperarla. Su realización no implicaría la aplicación de reglas formales de procesamiento de la información, sino el manejo de los contenidos y de los conocimientos sobre diversos aspectos de la situación (objetos, instrumento, producto, contexto, etc.). Se trata de comprender la naturaleza y las modalidades del desarrollo individual de tales actividades. Varias hipótesis pueden plantearse :
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Las herramientas cognitivas implementadas se construirían en función de la actividad según una serie de etapas que se traducen en modificaciones de las características de la situación y de la información tomada en cuenta por el operador.
Resultados de este tipo ya se han obtenido en situaciones de formación, en relación con la construcción y el uso de representaciones operativas en el funcionamiento de los espacios gráficos. (Rabardel & Weill-Fassina, 1992). Del mismo modo, el análisis de diagnósticos ecográficos (Ragazzini, 1992 ; Weill-Fassina & Ragazzini, 1993), busca establecer la existencia de un disfuncionamiento en un paciente, permite evidenciar una evolución marcada por el pasaje de la búsqueda de identificación de órganos a la de identificación de la patología y por la apropiación progresiva de la ecografía.
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Un doble proceso de equilibración a corto y largo plazo daría lugar a transformaciones de las estrategias, y sólo la fase final de la evolución se caracterizaría por el control de la actividad de tipo procedimental.
14Por ejemplo, en el diagnóstico de fallos, cuyo objetivo es elaborar una representación de la causa del disfuncionamiento, hemos podido demostrar (Bertrand & Weill-Fassina, 1993) que, en función de los años de experiencia profesional se producen transformaciones en las formas de las representaciones operativas implementadas, caracterizadas por la ampliación del sentido dado a la información, la constitución de redes de relaciones entre los elementos y las funciones del dispositivo, por la anticipación progresiva de controles y del significado de sus resultados, y luego por la construcción de esquemas de acción cuya motivación se vuelve implícita.
15En este tipo de situación, el diagnóstico y la regulación están estrechamente relacionados. No se trata tanto de identificar las causas de una situación para remediarla como de anticipar las consecuencias para recuperar la situación u orientar su correcto desarrollo. Esta gestión puede implicar distintos niveles de la organización del trabajo.
16- Los sistemas que funcionan en modo degradado requieren actividades de compensación por parte de los operadores.
17En las minas de fosfatos, por ejemplo, se ha demostrado (Loukil, 1994) (tesis en etapa de redacción) que el deterioro de los sistemas de producción obliga al minero a modificar sus métodos de trabajo y a elaborar nuevos procedimientos, nuevas normas e incluso nuevas herramientas. En este contexto, el funcionamiento del sistema depende en gran medida de los conocimientos técnicos del minero y de las actividades de compensación que pueda poner en práctica.
18- La gestión colectiva de los incidentes implica la existencia y/o la construcción de un marco de referencia común que constituya la base del trabajo en equipo o permita el desarrollo de una red de operadores que supere este marco. Es necesario analizar sus consecuencias.
19Por ejemplo, recuperar un acontecimiento que perturba el tráfico ferroviario (Bourdon & Weill-Fassina, 1993) requiere a la vez de un diagnóstico de las consecuencias para la circulación de trenes prevista y de cambios en la organización y el contenido del trabajo prescrito para restablecerlo lo antes posible. Esta situación implica el desarrollo de una red que va más allá de los límites del colectivo habitual, caracterizada por nuevos objetivos y nuevas tareas que sólo pueden llevarse a cabo a partir de un marco de referencia común preexistente o construido en tiempo real.
20- Los procedimientos de gestión de los riesgos cambian con la experiencia profesional : desde una perspectiva macrogenética, cambian las formas de resistencia a las perturbaciones, que van desde compensaciones parciales hasta anticipaciones en la organización de la actividad debidas al hecho de que éstas perturbaciones son integradas como elementos posibles de la situación de trabajo.
21Así pues, la actividad del profesor de un auto-escuela (con D. Le Beuan y F. Saad, INRETS) debe responder a una doble exigencia : actuar como educador en la enseñanza de la conducción y la seguridad vial y garantizar la seguridad del trayecto durante la clase. La hipótesis es que, con la práctica, se desarrollarán diferentes formas de “jugar con el peligro”, que no implican necesariamente asumir riesgos, y que se manifestarán tanto en la construcción de las situaciones de enseñanza como en sus modalidades de intervención en referencia a la seguridad vial y teniendo en cuenta el comportamiento del alumno.
22Esta evolución en los procedimientos de gestión se manifestará en transformaciones en la manera de considerar y aplicar las normas de seguridad, integrándolas progresivamente con los demás condicionantes de la producción.
23Un estudio sobre las modalidades de gestión de circunstancias accidentógenas realizado con trabajadores de mantenimiento ferroviario, revela las dificultades que tienen los operadores para representar y gestionar la situación en curso ; la situación también pone de manifiesto el impacto de las diferentes concepciones de la actividad (metaconocimiento) en la gestión de la prevención en sus vínculos con la producción (Weill-Fassina & De la Garza, 1993) ; pero también muestra el papel de la experiencia profesional sobre las formas de resistencia de las perturbaciones y sobre sus compensaciones : éstas van desde la aplicación de normas de seguridad más o menos restrictivas hasta la adaptación de dichas normas y modos operatorios que reflejan un compromiso integrador entre las exigencias del tráfico, la seguridad y la producción (De la Garza, 1991 ; De la Garza & Weill-Fassina, 1993a, 1993b).
24Desde un punto de vista psicológico, el análisis de la evolución de las representaciones y lolas modalidades de gestión de las situaciones críticas parece ser transversal a varios de los temas del Simposio : Tiempo, Representación, Diagnóstico, Planificación, Fiabilidad, Formación de competencias, Trabajo colectivo. En particular, pone en evidencia sus relaciones e interacciones en la complejidad de las situaciones de trabajo de los operadores.
25Desde un punto de vista ergonómico, aporta elementos para el diseño de situaciones de trabajo adaptadas a las posibilidades evolutivas de los operadores. Esto se aplica a todos los medios de información, pero especialmente a las normas, los procedimientos y sus transgresiones a medida que se desarrollan los conocimientos y el saber hacer.
26Desde el punto de vista de la formación, parece que estos “inventarios” pueden ayudar a orientar los programas de formación profesional hacia una enseñanza que no se limite a conocimientos o reglas descontextualizados, sino que integre la variedad y variabilidad de las situaciones de trabajo en sus dimensiones más críticas, lo que explica nuestra participación, por otra parte, en el grupo Didáctica profesional del equipo de investigación ‘Didactique des connaissances mathématiques et scientifiques’ (Didáctica de los conocimientos matemáticos y científicos) del CNRS.