Navigation – Plan du site

AccueilNuméros17La Liberación de Esclavos en Colo...

La Liberación de Esclavos en Colombia

Un Proceso que no Escapó a la Influencia Benthamista
La libération des esclaves en Colombie: Un processus qui n’échappa pas à l’influence benthamienne
The Liberation of Slaves in Colombia: A Process that did not escape the Benthamist Influence
Jacqueline Blanco Blanco

Résumés

L'article présenté montre les raisons qui ont fait du droit à la liberté, pour les esclaves colombiens dans la première moitié du XXe siècle, une décision plus pragmatique que sociale. L’approche vise à examiner «ce qu’il y a derrière» les décisions de justice de 1821 et 1851 en faveur de la liberté des esclaves, concluant que la nécessité de s'adapter aux transformations du modèle économique en vigueur dans le monde, a déterminé le transit du travail esclave et avec elle, la production manuelle longue et coûteuse, pour un travail gratuit, rémunéré et de plus grande rentabilité. Sur le chemin du processus de libération, le principe benthamien de «l'auto-préférence» était présent en ce qui concerne l'émergence d'une nouvelle classe ouvrière. L'article est une étude qui part de la décision juridique d'accorder la liberté à un secteur social asservi, une réalité d’origine politique, économique et sociale, mais développée uniquement dans une perspective économique. Cet exercice a été réalisé à partir de l'application de la méthode logique qui permet de découvrir la logique du processus, au-delà de la description des faits.

Haut de page

Texte intégral

Introducción

1El presente trabajo analiza la decisión jurídica de hacer libres a los esclavos en Colombia, en la primera mitad del siglo XIX, a la luz de la influencia de Jeremías Bentham, considerado uno de los hombres más elaborados del liberalismo europeo. Bentham fue, probablemente, el tratadista más leído y consultado por quienes definieron en sus orígenes el Estado colombiano, desde los tiempos de la independencia en 1810 hasta el republicanismo de 1821 y los años posteriores.

2El objetivo que orienta el texto es demostrar que la liberación de los esclavos en Colombia, considerada una de las decisiones de mayor impacto social en la historia de la nación durante el siglo XIX, no respondió a un acto eminentemente filantrópico o producto del humanismo liberal del momento; por el contrario, la principal motivación estuvo en la necesidad de ponerse al día con las transformaciones económicas mundiales. Para ello, fue necesario explicar de la mejor forma el tránsito de esclavo a trabajador, sirviendo como argumento el principio benthamista de la «autopreferencia», o la importancia de trabajar en libertad, motivados por una remuneración económica, lo que hace trabajadores felices y mayormente productivos.

3Este trabajo hace parte de una investigación acerca de la historia del derecho a la libertad en Colombia, lo que remite, necesariamente, a estudiar en sus anales los difíciles tiempos de la esclavitud negra.

La Ley de Liberación de Esclavos

4A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, las novedades liberales provenientes de Europa llegaban a la Nueva Granada de manera clandestina. Los debates de los intelectuales americanos eran sazonados con las reflexiones de Montesquieu, Beccaria, Filangieri y, por supuesto Jeremías Bentham, quien marcó parte el horizonte político del naciente Estado:

  • 1 Representación dirigida al Supremo Poder Ejecutivo contra el presbítero doctor Francisco Margallo p (...)

Desde los ominosos tiempos del antiguo gobierno, los tratados de legislación de Bentham hacían ya el objeto de los estudios y de las meditaciones secretas de los Camilo Torres, los Camachos, los Pombos y otros ilustres mártires y primeros fundadores de la independencia; sus doctrinas se insertaban en La Bagatela, que daba el general Nariño en la primera época de la república; los mejores senadores y representantes lo citan frecuentemente con respeto y admiración en los salones del Congreso; varias leyes han sido formadas conforme a sus principios; ¿y cuál es, finalmente, el patriota, el literato colombiano que no procure adquirir y estudiar a Bentham? No hay parte alguna de la legislación que no haya sido sondeada por este gigante, con una sabiduría y profundidad admirables; todas sus obras son clásicas; algunas son únicas en su género; y bajo su pluma parece que se ha creado por la primera vez la verdadera ciencia de la legislación.1

5Las menciones a Bentham son muy frecuentes cuando se revisan los semanarios y las gacetas de la época, tanto en la definición del sistema judicial como en la del sistema administrativo-estatal.

  • 2 Di Gregori, Cristina y Hebrard Andrés. comp. Peirce, Schiller, Dewey y Rorty. Usos y revisiones del (...)

6Pero existe una temática poco referenciada que siguió de cerca algunas de las reflexiones del jurista inglés: se trata de la necesidad de declarar hombres libres a los otrora esclavos. Si bien las libertades (en su plenitud polisémica) hacían parte de las discusiones más liberales del momento, la adopción de medidas en favor de la libertad, particularmente de los esclavos, no se basaron en su totalidad en el humanismo liberal proclamado desde la teoría y la filosofía; al final, las decisiones fueron el resultado de políticas urgentes. Las leyes expedidas a favor de la libertad de los esclavos tuvieron un detrás económico, un componente de realismo y pragmatismo, superior a cualquier decisión liberal de orientaciones eminentemente filantrópicas. Este tipo de pragmatismo es el que, según Di Gregori y Hebrard, “intenta comprometerse con la vida y la reflexión, con la utilidad de la filosofía para el mejoramiento de la vida humana”2, es decir, el que confronta la verdad con la realidad.

7El Estado colombiano expidió dos leyes para conducir a feliz término la práctica de la esclavitud en todo el territorio nacional. La primera, ocurrió el 21 de julio de 1821 y fue conocida como Ley de Partos; la segunda, fue la Ley de 21 de mayo de 1851, la misma que puso fin a la esclavitud en todo el territorio. Ambas leyes propusieron una indemnización económica a los propietarios para no afectar la inversión que estos habían realizado con la compra de esclavos, en momentos en que esta era una actividad comercial permitida. Sin embargo, la primera ley abolicionista que conoció la Nueva Granada fue expedida el 20 de abril de 1814 en el Estado de Antioquia, presidido por don Juan del Corral; se trató de una ley que declaraba libres a los hijos de las esclavas, al tiempo que prohibía la introducción de esclavos a la provincia. La declaratoria de libertad a los esclavos en Antioquia es el más cercano precedente que tuvieron las leyes de 21 de julio de 1821 y 21 de mayo de 1851, siendo la primera de impacto exclusivamente provincial, en tanto que las dos últimas, de impacto nacional.

8La Ley de Partos ordenó la prohibición del tráfico, la importación y la exportación de esclavos, so pena de pagar con cárcel, someterse a la restitución de cada pieza exportada o importada, o cancelar una multa de 500 pesos por cada uno de los sujetos tranzados; además, implementó la libertad de manera progresiva. A lo largo de 15 artículos se estableció y explicó el procedimiento para el cumplimiento de la instrucción:

Artículo 1: Serán libres los hijos de las esclavas que nazcan desde el día de la publicación de esta ley en las capitales de provincia, y como tales se inscribirán sus nombres en los registros cívicos de las municipalidades (concejos municipales), y en los libros parroquiales

Artículo 2: Los dueños de esclavas tendrán la obligación precisa de educar, vestir y alimentar a los hijos de éstas que nazcan desde el día de la publicación de la ley; pero ellos, en recompensa, deberán indemnizar a los amos de sus madres los gastos en su crianza, con sus obras y servicios que les prestarán hasta la edad de diez y ocho años cumplidos […]

  • 3 Ley sobre Partos, manumisión y abolición del tráfico de esclavos del 20 de abril de 1814. [document (...)

Articulo 6: Se prohíbe absolutamente la venta de esclavos para fuera del territorio de Colombia, lo mismo que su extracción con igual objeto de venta […].3

9Tanto la liberación gradual como la indemnización a los propietarios, dos medidas contenidas en la Ley de Partos, coincidieron con lo indicado por Jeremías Bentham en los Tratados de legislación civil y penal:

  • 4 Bentham, Jeremías, Tratados de legislación civil y penal, Traducido por Ramón Salas, (París, Librer (...)

1/La liberación gradual de los esclavos: […] aquellas ataduras de la esclavitud que el legislador no puede cortar de un golpe, las desata el tiempo poco a poco, y la marcha de la libertad por ser lenta no es menos segura. Todos los progresos del espíritu humano en la civilización, en la moral, en la riqueza pública, en el comercio, introducen poco a poco la restauración de la libertad individual […].4

  • 5 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, p. 156.

2/El resarcimiento económico a los propietarios, preferiblemente hecho por los mismos interesados, para facilitar el proceso: En vez de hacer gravosa al amo la manumisión, se le debe hacer ventajosa en cuanto es posible; y el primer medio que para esto se presenta naturalmente es fijar un precio por el cual todo esclavo tuviera derecho de rescatarse?5

10La ley que respondió al proyecto de terminar con la institución esclavista, guardaba varias intenciones que revestían una enorme significación: fue la carta de presentación de Colombia ante las naciones extranjeras de las que esperaba tener su reconocimiento político con beneficios económicos referidos a la inversión extranjera; tuvo la misión de proteger el derecho a la propiedad de los esclavistas, señalado en el artículo 17 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y en el artículo 3º de la Constitución de 1821; buscó mantener un nexo con los libertos que a la postre convertiría en una deuda social pagable con el voto, una vez pudieran participar de las contiendas políticas; abrió la puerta a la modernización de la economía, terminando con la mano de obra esclava y dando inicio al proceso de obrerización.

  • 6 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, p. 158.

11Un tercer aspecto incluido por Bentham pero no en la ley, fue el relacionado con la liberación de los esclavos por familias completas, no individualmente: «La manumisión debería hacerse por familias más bien que por cabezas: un padre esclavo y un hijo libre, -un hijo esclavo y un padre libre, - ¡qué contraste tan triste y chocante! Fuente de pesares domésticos»6. En Colombia se optó por la liberación individual, quizá, como parte de la estrategia para asegurar el buen comportamiento de sus familiares y el mayor provecho en su producción, especialmente de los padres que se sentían estimulados al ver a sus hijos libres.

De la Prevalencia de la Estimación a la Prevalencia de la Producción

  • 7 Bentham, Jeremías, Escritos económicos, (México, Fondo de la Cultura Económica, 1965), p. 3.
  • 8 Bentham, J., Escritos económicos, p. 11.
  • 9 Bentham, J., Escritos económicos, p. 3.

12En la búsqueda de la fórmula de la felicidad y el bienestar social, los neogranadinos y colombianos se encontraron con Jeremías Bentham y su propuesta de la «autopreferencia» o «prevalencia de la propia estimación»7. Dicho principio consistía en procurar la felicidad a todos los individuos, en la medida que de esta felicidad dependiera la armonía de estos con el resto de la sociedad: «[…] cualquiera cosa que reduzca el bienestar y la felicidad personales de cualquier individuo, lo inhabilita, en igual grado, para impartir felicidad a sus semejantes; y no sólo a ese extremo, sino que lo predispone a reducir la cuota de disfrute de ellos al nivel de la suya propia» 8. Ahora bien, si el interés y la necesidad de conseguir el bienestar fueron realmente fuertes, el compromiso para alcanzarla debía ser en igual proporción que la cantidad de felicidad y bienestar que se deseara obtener, de lo contrario los esfuerzos (mediano o poco empeño) conllevarían a su propio fracaso: «[el principio de autopreferencia] debe entenderse como la propensión de la naturaleza humana, por la cual –con motivo de cada acto que ejecuta- todo ser humano se ve inclinado a seguir la línea de conducta que, en su inmediata estimación del caso, contribuirá en el más alto grado a su propia felicidad máxima, cualquiera que sea su afecto en relación con la dicha de otros seres similares, a uno cualquiera o a todos ellos en conjunto» 9. Entonces, la teoría de la autopreferencia señala dos elementos: la importancia de que los individuos sean felices para que procuren la felicidad a los miembros de su entorno y, la necesidad de poner suficiente empeño en la búsqueda de la propia felicidad.

13Esta teoría de la autopreferencia aplicada al caso de los negros esclavos en Colombia resultaba peligrosamente contradictoria, fundamentalmente porque desvirtuaba el concepto de servilismo que había sido característico de esta población, algo así como parte de su naturaleza al sentir del modelo hegemónico de aquel entonces. Así mismo, la autopreferencia fue identificada como un llamado hedonista que tendía a arrojar el espíritu a los placeres materiales proporcionados por la felicidad, todo un reto para la Iglesia que durante siglos había señalado que había que seguir el camino de dolor y sacrificio dejado por Jesucristo en su paso hacia el calvario.

  • 10 VER: Marroquín, José Manuel, La república en el siglo XIX. El doctor Francisco Margallo, p. 108 [do (...)

14El impulsor de esta concepción equívoca de la autopreferencia fue don Francisco Margallo y Duquesne, un sacerdote santafereño del ala radical, declarado opositor del benthamismo y de sus seguidores, especialmente de quienes se habían dejado seducir por Bentham en los tiempos de colegiatura en San Bartolomé, como fue el caso de don Vicente Azuero, conocido como el más enérgico opositor a Margallo. Azuero fue el autor de la defensa del utilitarismo publicada en La Bandera Nacional a lo largo de varios artículos10, contando el respaldo intelectual de célebres figuras del santanderismo, como Lorenzo María Lleras y Florentino González.

  • 11 Bentham, Jeremías, Tratados de legislación civil y penal, Traducido por Ramón Salas, (Madrid, Impre (...)

15La esclavitud, vista a la luz de la autopreferencia, no era más que un estado de sujeción que limitaba los esfuerzos y los anhelos de los esclavizados. La dependencia y el sometimiento eran la causa de la merma en su rendimiento laboral, al que se sumaba el maltrato y la inexistencia de estímulos, todo lo cual se veía reflejado en los bajos niveles de productividad que, de paso, afectaban al propietario y al sistema económico: «Es fácil de conocer que el miedo del castigo no es a propósito para sacar de un trabajador toda la industria de que es capaz, y todos los valores que puede dar: el miedo antes le mueve a encubrir su poder que a ostentarle, antes a hacer menos de los que puede que a sobrepujar a sí mismo en el trabajo»11.

16Bentham, como creador intelectual del principio de autopreferencia o de la autoestimación, enfatizó en la importancia de que los actos que los hombres realizaran les fueran placenteros, que la felicidad estuviera siempre presente y actuara como motivación y requisito para continuar con la tarea emprendida, que en últimas sirviera de estímulo a todos los individuos que conformaran la comunidad:

[…] debe entenderse como la propensión de la naturaleza humana, por la cual, con motivo de cada acto que ejecuta, todo ser humano se ve inclinado a seguir la línea de conducta que, en su inmediata estimación del caso, contribuirá en el más alto grado a su propia felicidad máxima, cualquiera que sea su efecto en relación con la dicha de otros seres similares, uno cualquiera o todos ellos en conjunto.12

17Ahora bien ¿cómo llega la autopreferencia al tema de la manumisión de los esclavos en Colombia?

  • 12 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso (...)

18Haciendo parte del derecho a la libertad, surge la propuesta de hacer del trabajo esclavo una actividad «libre y remunerada», es decir, que un individuo libre pudiera escoger la profesión que más le fuera conveniente y agradable, a cambio, su tiempo y esfuerzo le serían remunerados. Esta es la diferencia, lo que anteriormente realizaba como una labor impuesta y sin retribución, en el nuevo modelo respondería a los esfuerzos del trabajador: «En el momento en que demos la libertad a diez mil esclavos, aumentamos a la república cincuenta mil manos laboriosas»12, afirmó Félix de Restrepo; además, exponía así las ventajas del trabajo libre:

Los que ya nacen libres, se crían en las haciendas o minas al lado de sus padres, aprenden sus oficios, los ejer­citan casi naturalmente y aún con gusto, y cuando lleguen a la edad que señale la ley, tienen de qué vivir, sin ser de carga a la sociedad. Como carecen de tierras y herra­mientas, las arriendan o compran a sus amos, y sirven en calidad de jornaleros por salarios moderados, en virtud de un convenio vo­luntario, único que puede ser justo. Las tierras toman por este medio un aumento y valor considerables. Cada esclavo, hecho ya libre, es un nuevo propietario. La población crece rápidamente, las tierras fructifican al céntuplo, desaparece la tiranía, y en su lugar suceden la felicidad, la justicia y la abundan­cia.

La agricultura, dice un escritor, no ha podido prosperar sino en los países en los que las instituciones políticas permiten a los hombres desplegar su industria con la certeza de gozar el fruto de sus trabajos. Solamente en estas dichosas comarcas es posible perfeccionar la agricultura, y por todas partes donde el cultivador no gozare ni de la libertad personal ni de la garantía de sus propiedades, ni del derecho de disponer de ellas, así como de los productos de la tierra, le será imposible mejorar el suelo que nutre el Estado […]

  • 13 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso (...)

Para quedar convencidos, basta dar una ojeada a las Provincias que no tienen esclavos. No las hay en Inglaterra y Francia, y allí florecen las letras, las artes y el comercio […] Quito, Cuenca, Pasto, Socorro y Tunja, no trabajan con esclavos, y son los pueblos que tienen agricultura y abastecen nuestros mercados de lienzos, mantas y otras manufacturas […].13

  • 14 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, p. 151

19El análisis realizado por el señor Restrepo es toda una inducción al bienestar social que requiere la república, a primera vista encuadra en la propuesta de Bentham, al referirse a la importancia de estimular al individuo para lograr el incremento de su productividad. Son varios los estímulos que el esclavo —ahora liberto— entraba a disfrutar, por ejemplo, la libertad; de ahí se desprende el derecho a establecer una familia que podía crecer junta; la oportunidad de enseñarle a los hijos una forma de trabajo acorde a su gusto, que les permitiera autosostenerse sin depender de nadie; la posibilidad de tener una propiedad en la que crecieran los hijos, se desarrollara el trabajo y se obtuvieran beneficios económicos; la valorización de esa misma propiedad al cuidado de sus dueños, y finalmente la obtención de una remuneración como medio para satisfacer sus necesidades. El estímulo que menciona Restrepo es nuevamente sugerido por Bentham en su Tratado de legislación civil y penal, a razón de ser la causa que inspira el trabajo y da confianza en la consecución de un bienestar futuro: «Es verdad que un amo que entiende sus intereses no disputara a sus esclavos los pequeños provechos que su industria puede darles, pues no ignora que la prosperidad de ellos es la suya, y que para animarlos al trabajo es menester presentarles el cebo de una recompensa inmediata»14.

  • 15 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo ii, p. 103.

20Bentham indicó que además de la ausencia del estímulo, el miedo al castigo utilizado como un mecanismo para sacar mayor capacidad y rendimiento al trabajador, tiene efectos adversos al fin pretendido: «El hombre degradado hasta el punto de no ser más que un animal de servicio, nunca se eleva sobre una rutina ciega, y las generaciones se suceden sin que se hagan progresos»15.

21Lo malo del plan liberacionista era que en su propuesta inicial no había contemplado el futuro de los libertos una vez concluyera el estado de sujeción; ese desarrollo se iría conociendo con el tiempo, a medida que progresara la manumisión. Sin embargo, la exposición del señor Restrepo era clara, pues advertía que los beneficios no pertenecían a los libertos por no tener posesión alguna, a quienes sí correspondía era a los grandes propietarios que ya no serían amos sino patrones.

  • 16 Núñez, Toribio, Ciencia social según los principios de Bentham, (Madrid, Imprenta Real, 1835), p. 3 (...)

22De lo dicho por Bentham, era fundamental comprender la relación esfuerzo-beneficio, planteada desde una justa proporción: «Para el aumento del trabajo, que las leyes sustituyan los motivos atractivos a los coercitivos, la recompensa a las penas […] Cada trabajador libre vale por dos esclavos; cada jornalero bien pagado aumenta el trabajo en proporción de su mayor jornal o recompensa» 16.

23Otro importante llamado que hizo Félix de Restrepo tuvo que ver con la importancia de incrementar los esfuerzos que en materia de trabajo implicaba mayor productividad. Volviendo al principio de autopreferencia, el desestimulo era el origen de la baja producción:

  • 17 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso (...)

El esclavo no tiene interés en afanarse por un trabajo cuyas ventajas no le tocan: sólo hace aquellos a que la necesidad le obliga; que la cosecha sea abundante, o escasa, le es indiferente; su triste ración no se ha de aumentar, y él es, con toda propiedad, el burro de la fábula. Por el contrario, el hombre libre que trabaja para sí y su descendencia, que puede disponer del fruto de sus tareas, duplica los esfuerzos, y sus cosechas son más abundantes. Todo el que consulte las inclinaciones del corazón humano, convendrá en la exactitud de este raciocinio […] Generalmente aseguran que más oro sacan los negros para sí, el día que les toca, que para su amo en el resto de la semana. Los que ya nacen libres, se crían en las haciendas o minas al lado de sus padres, aprenden sus oficios, los ejercitan casi naturalmente y aún con gusto, y cuando lleguen a la edad que señale la ley, tienen de qué vivir, sin ser de carga a la sociedad.17

  • 18 El doctor José Félix de Restrepo corresponde a la generación de los precursores de la independencia (...)

24La percepción expresada por Félix de Restrepo18 acerca de que el trabajo que realiza el esclavo es un acto ajeno e involuntario que no le transmite ningún tipo de interés se encuentra igualmente referenciada por Bentham de la siguiente manera:

  • 19 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, pp. 150-151.

No solamente el esclavo produce menos sino que consume más, no por el goce, sino por el desperdicio, por lo que se pierde y la falta de economía: ¿qué le importan unos intereses en que ninguna parte tiene? Todo lo que puede escusar de su trabajo es una ganancia para él; y todo lo que deja perder, solamente es pérdida para su amo. ¿Qué motivos puede tener un esclavo para inventar nuevos medios de hacer más labor o de hacerla mejor? Para perfeccionar, es necesario pensar; y pensar, es un trabajo que nadie se toma sin motivo.19

25Para el caso, el estado de dependencia en que se hallaban los sometidos a esclavitud era la causa de la indiferencia de que la productividad aumentara o desmejorara, a fin de cuentas, la producción no era suya; la obligación lo llevaba a cumplir con las actividades diarias y el beneficio era igual en caso de que los resultados fueran favorables o desfavorables. La rutina impuesta diariamente era un día a día que el esclavo debía cumplir; como nada para él cambiaba y tampoco le afectaba, su voluntad de trabajo era igualmente ajena a los resultados:

  • 20 «Coconuco: Datos y documentos para la historia de una gran hacienda caucana 1823, 1842 y 1876», Ent (...)

Enclavados entre los primitivos ocupantes de las tierras de aquel latifundio se encontraban los esclavos. Fueron la mano de obra especializada de la hacienda: los curtidores, los molineros, los queseros. Su ritmo de vida fijado metódicamente, empezaba a las cinco de la mañana, más o menos, cuando se les despertaba para hacerles venir a rezar el Ave María en el oratorio de la hacienda. A las seis debían entrar a sus labores, a las ocho recibían el almuerzo (nuestro actual desayuno) y una hora más tarde, volvían al trabajo hasta el mediodía, cuando se servía la comida (almuerzo); a las dos reanudaban sus faenas hasta las cinco, si hacía mal tiempo, o cinco y media en caso contrario.20

26Por una declaración que dio a conocer el propio Félix de Restrepo se conoce la cita que sigue, la cual pone en evidencia la situación de miseria laboral que estos personajes debieron afrontar y, de paso, contradice la descrita anteriormente:

  • 21 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso (...)

Yo he observado viajando por algunas Provincias el trato que se les da en minas y haciendas. Mientras que el amo en un lecho delicioso disfruta las dulzuras del sueño, el esclavo está en pie para sacar el oro, o trabajar el azúcar. La primera luz de la aurora viene a advertir a estos miserables que sólo han nacido para el trabajo. Este dura todo el día y parte de la noche, si no se ha completado la tarea señalada por el amo o mayordomo. En las minas nada les dan para sus alimentos sino un día a la semana. En la hacienda su alimento se reduce a una porción, no muy liberal, de maíz, plátano o cazabe […] Los esclavos nada tienen por propio: sólo deben vivir para sus amos, a ellos deben sacrificar sus potencias y sentidos […] Al fin mueren sin haber gustado placer alguno de cuantos la naturaleza concedió a los hombres, y sin dejar a sus hijos otra herencia que la necesidad de trabajar para ingratos. Felices si con la muerte acabaran sus penas, y si pudieran llevar consigo al sepulcro toda su posteridad.21

27Consecuencia natural de este estado de cosas era el desinterés y la falta de voluntad a los que se refiere el jurista inglés, y que el propietario de la pieza esperaría equivocadamente, como parte de la relación «a mayores esfuerzos, mayores resultados, mayores ganancias».

28Con la expedición de la Ley de Partos de 1821 se inauguró un nuevo esquema de trabajo que se mantuvo al cuidado de no poner en riesgo la inversión del propietario, el más interesado en mejorar su estancada economía:

  • 22 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso (...)

Pero no hay que temer esa ruina (la económica) que en tono tan melancólico nos anuncian esos sombríos antropófagos. Por el contrario, la libertad de los esclavos es el medio infalible, el único medio por donde pueden florecer la agricultura y las minas. Nada es más propio del hombre que emplear mayores esfuerzos en aquél ejercicio en donde encuentran mayor utilidad […] Los economistas políticos calculan que el trabajo de un hombre robusto basta para mantener diez personas. Del mismo modo se puede conjeturar que un esclavo, que en su estado de tal sólo trabaja como uno para su amo, siendo libre trabajará para sí, a lo menos como cinco. Por consiguiente, en el momento en que demos libertad a diez mil esclavos, aumentamos a la república cincuenta mil manos laboriosas. Los mineros confiesan, a pesar suyo, esta verdad […] Como carecen de tierras y herramientas las arriendan o compran a sus amos, y sirven en calidad de jornaleros por salarios moderados, en virtud de un convenio voluntario, único que puede ser justo. Las tierras toman por este medio un aumento y valor considerables. Cada esclavo, hecho ya libre, es un nuevo propietario.22

29El esmero de Félix de Restrepo por convencer a los esclavistas de que el trabajo libre y remunerado era la mejor opción lo llevó a presentarles un análisis detallado de la inversión que demandaba un esclavo, comparada con el compromiso del patrón frente al esclavo que ahora se convertía en jornalero. La observancia hecha por el antioqueño a los esclavistas llegó tan lejos que parecía haber hecho a un lado el discurso social del que hizo gala en las reuniones del Congreso en 1821. Su visión calculadora y capitalista del proyecto puso al descubierto el verdadero espíritu de la ley:

  • 23 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso (...)

Ojalá que los dueños de esclavos meditasen sin prevención los verdaderos principios de la economía doméstica. Allí se convencerían de cuánto más les cuesta trabajar sus posesiones con esclavos que con libres. Un esclavo robusto cuesta desde doscientos a cuatrocientos pesos. Pongamos por un precio medio sólo trescientos, que dan de rédito quince. El precio de dos malos vestidos al año y una manta ordinaria sea sólo de veinte pesos, y nadie me dirá que exagero la cuenta. Por sus enfermedades, medicina y médicos, si se les quiere tratar como racionales, pondremos cinco pesos por un año común. Doce reales importa la obvención del cura, y medio real diario es lo menos que puede gastarse en sus alimentos, que todo importa algo más de sesenta y cuatro pesos. Los domingos, los días de fiesta entera, y otros de precepto, que una piedad poco ilustrada aumentó en perjuicio del comercio y la agricultura, en que el esclavo come y no trabaja, o trabaja muy poco, componen a lo menos una cuarta parte; y ya tenemos el costo anual de un esclavo en ochenta pesos. A precios más cómodos se encuentran en todas partes sirvientes libres. No se han comprendido en este cálculo las enfermedades verdaderas o fingidas, principalmente de las mujeres por sus menstruos, preñez, partos, tiempo de lactancia, etc. Tampoco los derechos de bautismo, casamientos y entierros. No quiero añadir a esta cuenta, por no recordar las desgracias y depravación del corazón humano, el tiempo que pierden mientras andan fugitivos, lo que se paga al que los apresa, los costos de conducción, los cepos, esposas y grillos, con otra infinidad de molestias que atormentan igualmente al amo y al esclavo. Al hombre libre sólo se le ocupa en tiempo de arar, sembrar y cosechar; se le despide cuando no es útil, y nada se pierde en su muerte […] Sea pues que consultemos la razón o la experiencia, es imaginario el recelo de que faltando los esclavos no tendremos quien cultive la tierra y nos sirva en los ministerios domésticos. “Aliviemos de las cadenas (dice con tanta gracia como verdad el elocuente Raynal) los brazos de nuestros esclavos y ellos serán más activos y robustos para servirnos.23

30El aparte del discurso revela el peso de la variable económica como eje articulador de la propuesta de liberación de los esclavos.

  • 24 Bentham, Jeremías, Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, p. 149. Citado por Vicente Azue (...)

31En respuesta, Vicente Azuero Plata, benthamista convencido, apoyó el proyecto liberacionista por la contribución que hacía para el desarrollo y la proyección de la economía interna. En su discurso de respaldo citó a Bentham para indicar el impacto económico de la decisión: «[…] un hombre libre produce más que un esclavo. Que se ponga en libertad todos los esclavos que posee un amo: este amo perderá sin duda una parte de sus bienes, pero los esclavos en la totalidad producirán no solamente lo que el amo pierde, sino aún mucho más. Pues ahora bien, la felicidad no puede dejar de aumentarse con la abundancia, y el poder público se aumenta en la misma proporción» 24.

32Azuero Plata había entendido que el acceso a la libertad era un asunto inaplazable, tanto, como el progreso material del Estado, y que la dilación en el tratamiento y concesión de los derechos a un cierto sector de la población estaba incubando un sentimiento de marginación social que terminaría en una amenaza para la estabilidad política del Gobierno. Azuero previó y propuso la importancia que tenía el reconocimiento para la unidad y la tranquilidad de los gobernados y de los gobernantes y que, en materia de derechos, la exclusión suponía un paso a la rebelión:

  • 25 «Paralelo entre el Gobierno monárquico constitucional y el Gobierno republicano puro, con relación (...)

Desengañémonos: Todas las revoluciones de los imperios, como en la obra observa muy bien el mismo autor, no han tenido otro origen que la desigualdad de derechos. La fuerza y la seguridad permanente de un gobierno es proporcionada al número del pueblo que se interesa en sostenerla. La verdadera y mejor política, pues, debe ser interesar el todo por la igualdad de derechos; porque el peligro sólo viene de las exclusiones. Posible es excluir a los hombres de sus derechos; pero es imposible excluirlos de rebelarse contra esta exclusión; privándoseles violentamente de otros derechos, se legitima y justifica el de la rebelión.25

33La visión económica que le impregnaron los nacionales a las leyes sobre libertad de esclavos se orientó por el impulso y el fortalecimiento de la producción. El gobierno de Colombia adoptó el modelo de trabajo «libre y remunerado» que puso término a la pesada carga sentida por los esclavistas y los propietarios, dando paso a una forma de trabajo contratada, en un tiempo definido y por un valor determinado, sin tener en cuenta descansos, alimentos y demás cuidados.

34Recurriendo a la literatura, dada la enorme cantidad de elementos de la cotidianidad social que le aporta, se debe mencionar la novela histórica Manuela, escrita por Eugenio Díaz Castro en 1856 y publicada en 1858. Con estilo costumbrista, el autor trae a su obra algunos cuadros sociales posteriores a 1851; por ejemplo, un panorama político que enfatiza en la creación de los partidos y en las bondades que le reportó el liberalismo al Estado, además del quehacer laboral de los llamados «libertos» y su paulatina adaptación al resto de la sociedad.

  • 26 Díaz Castro, Eugenio, Manuela, (Bogotá: Círculo de Lectores, 1985), p. 31.
  • 27 Díaz Castro, E., Manuela, p. 32.

35En uno de los pasajes de la obra se cuenta una desafiante conversación entre dos de los protagonistas, don Demóstenes y el Cura. En el desarrollo de la plática se aprecian ciertas contradicciones en torno a las contribuciones que desde los partidos Liberal y Conservador recibió el Estado en los primeros años. Don Demóstenes interviene para rescatar el legado del liberalismo, al que le otorgó el privilegio de haber hecho efectivos los cambios que acabaron con la entumecida herencia colonial: «Por lo menos nuestro fin es el mismo, la mejora de la sociedad; no hay sino que el método de ustedes es tan sumamente lento; pues llevan cerca de dos mil años, y nosotros concebimos una reforma, y ¡zis! ¡zas!»26. Por su parte, el “cura”, con denodado acento conservador, condenó con dureza la ineficacia del plan, disperso a lo largo de tres décadas de vida republicana: «¿No será mejor denunciar a la vergüenza pública a nuestros legisladores, a los tribunos, a los jefes de escuelas sociales, a nuestros políticos en general, por tener el país en postración, a pesar de las loas del progreso, estando pisando los metales preciosos, y tantas fuentes de riqueza, y llevando ya cuarenta años de libertad?» 27. Puesta en la mesa semejante discusión, pronto habrían de llegar al tema obligado, el mismo que representó una de las máximas glorias sociales y políticas del liberalismo en el siglo XIX: la liberación de los esclavos. Solo que el autor quiso revisar el «después» del acontecimiento, apuntando a la situación económica, laboral y social por la que atravesaban los libertos en aquel momento:

  • 28 Díaz Castro, E., Manuela, p. 44.

Los contornos de esta fábrica del Retiro harían reventar de pena el corazón de un radical porque los grupos del bagazo, el tizne de la humareda, la palidez de los peones, el sueño, la lentitud y la desdicha, no muestran allí sino el más alto desprecio de la humanidad. Las tres razas, a saber, la africana, la española y la india, con sus variedades, se encuentran allí confundidas por el tizne, la cachaza, los herpes y la miseria, de tal manera, que no son discernibles ni aún por un norteamericano que es cuanto pudiera decirse: tal es la degradación de los proletarios del trapiche del Retiro.28

  • 29 Museo Nacional de Colombia, 150 años de la abolición de la esclavización en Colombia: desde la marg (...)
  • 30 Díaz, Rafael, «¿Es posible la libertad en la esclavitud? A propósito de la tensión entre la liberta (...)

36El trabajo «libre y remunerado» no fue un estímulo, como lo planteó la autopreferencia; por el contrario, fue la forma más eficiente de asegurar y aumentar la producción a precios muy reducidos, todo a favor del contratante. Por su parte, los libertos se convirtieron en un sector medio que estaba entre la esclavitud, a la que ya no pertenecían, y la libertad, a la que no podían acceder plenamente; así mismo, cargaron con el pesado costo social que les implicó haber sido esclavos en una sociedad mentalmente colonial, enajenada por los preceptos religiosos, colmada de temores ante la modernidad y el liberalismo. En este sentido, anota William Pierce: «Como trabajadores empleados por los blancos, los libertos no podían esperar disfrutar de una igualdad social con sus patronos, en ninguna medida superior a la que disfrutaban cuando eran esclavos. Las personas negras existían para hacer producir la propiedad, no para gozar de sus beneficios» 29, por lo que es preciso afirmar que «la manumisión configuró el acceso de los esclavos al limbo de la libertad, esto es, a una especie de segundo horizonte de la esclavitud»30.

Conclusión

37La libertad a los esclavos fue una decisión jurídica tomada en dos ocasiones distintas: mediante la Ley de 21 de julio de 1821 y con el acto legislativo de 21 de mayo de 1851. En el primer caso, las medidas fueron la prohibición del tráfico y comercio de esclavos, el otorgamiento gradual de la libertad y la indemnización económica a sus propietarios.

38Los debates por la libertad de los esclavos en el recién creado Estado colombiano se prolongaron por treinta años. El pragmatismo que inspiraba las decisiones jurídicas más urgentes sobrepuso los intereses particulares a los derechos individuales, desconociendo la consideración de «sujetos de derechos» otorgada en el marco del Estado de Derecho. Razones como el impacto favorable en la Comunidad Internacional, el futuro ejercicio electoral concedido a los libertos y la necesidad de mano de obra para el nuevo modelo económico fundado en la inversión de capital extranjero y el inicio de la industrialización, fueron determinantes en la adopción del nuevo orden normativo.

39A primera vista, la liberación de los esclavos puede verse como un asunto interno de carácter eminentemente social, derivado de una consideración liberal humanista, acorde con las novedades políticas del momento. Como todos los actos jurídicos tomados en el naciente Estado, estuvieron acompañados de una alta dosis de influencia exterior, sometida a la realidad política y económica que definieron la importancia y la urgencia de la medida. Para el caso, fueron las consideraciones de Jeremías Bentham las que alimentaron, en parte, la forma como se llevó a cabo el proceso.

40De Bentham provino el denominado principio de «autopreferencia», también conocido como principio de «prevalencia de la auto estimación», basado en la felicidad del ser humano a partir de la satisfacción proporcionada por lo que hiciera y el bienestar que esto le produjera.

41Los esclavos, lejos de ser considerados seres humanos con derecho a la felicidad y al bienestar, fueron vistos como sujetos que podían acceder a la libertad y, con ella, a la felicidad. El bienestar de los libertos redundaría en la capacidad productiva, necesaria en el nuevo modelo económico basado en la gran producción, no en la exigua producción manual. La clave del éxito estaba en la libertad del sujeto y en la remuneración a su trabajo, en consecuencia, el liberto podía tener una familia y recibir un pago por su labor, pero, con el tiempo, la necesidad del trabajo y la dependencia a su paga serían la única posibilidad de mantener a su núcleo familiar y la condición de hombre libre. Al final, los propietarios o «patrones» aseguraban la producción y la remuneración –«el cebo»- sería parte de esa dependencia de la que no siempre provenía bienestar ni felicidad, sino necesidad. De esta manera, el inminente fin de la esclavitud abría la puerta a la obrerización de los libertos, mejor conocida como proletarización.

  • 31 Núñez, T., Ciencia social, p. 376.

42El otrora esclavo, dependiente social y económicamente de su amo, era ahora un hombre libre, hecho para el trabajo, pieza fundamental de la economía capitalista; responsable de su vida y de su familia, estímulos permanentes para mantenerlo sujeto al trabajo en las condiciones que su empleador definiera, entre ellas, la retribución monetaria al esfuerzo que lo obligaba a la dependencia económica, justificada en la máxima «el trabajo del hombre es el origen de toda su riqueza» 31.

Haut de page

Bibliographie

Fuentes Primarias

Coconuco: Datos y documentos para la historia de una gran hacienda caucana 1823, 1842 y 1876, Entrega e instrucciones de la hacienda de Coconuco para el mayordomo José María Agredo, pp. 89-203. [documento en línea] Disponible desde Internet en: Erreur ! La référence de lien hypertexte est incorrecte.http://www.bdigital.unal.edu.co/35906/1/36355-151513-1-PB.pdf

Gaceta de Colombia, 544 y 545 (Bogotá, 12 y 16, octubre, 1831), Banco de la Republica de Colombia, edición facsimilar, vol. V.

Ley sobre Partos, manumisión y abolición del tráfico de esclavos del 20 de abril de 1814. [documento en línea] Disponible desde Internet en: http://negrosyesclavos.archivogeneral.gov.co

Marroquín, José Manuel, La república en el siglo XIX. El doctor Francisco Margallo. [documento en línea] Disponible desde Internet en: Erreur ! La référence de lien hypertexte est incorrecte. http://bdigital.unal.edu.co/280/88/Parte_II_Republica.pdf

Fuentes Secundarias

Arciniegas, Germán, Bolívar y la revolución: Vaivenes geopolíticos en Europa y América durante la guerra de Independencia. (LAVP, 2017).

Bentham, Jeremías, Escritos económicos, (México, Fondo de la Cultura Económica, 1965).

Bentham, Jeremías, Tratados de legislación civil y penal, Traducido por Ramón Salas, (Madrid, Imprenta de D. Fermín Villapando, 1821), p. 103, tomo ii. [documento en línea] Disponible desde Internet en:

https://books.google.com.co/books?id=b-slr2PpL-cC&pg=PA107&dq=Bentham+y+el+cebo+a+los+esclavos&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwiS34Lh-5HrAhXDp1kKHU8PCt4Q6AEwAHoECAAQAg#v=onepage&q=Bentham%20y%20el%20cebo%20a%20los%20esclavos&f=false

Bentham, Jeremías, Tratados de legislación civil y penal, Traducido por Ramón Salas, (Paris: Librería de Lecointe y Lasserre, 1958), tomo iii. [documento en línea] Disponible desde Internet en: https://books.google.com.co/books?id=01JHAAAAYAAJ&pg=PA161&dq=Bentham+y+la+esclavitud&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwiLo72A5I3rAhVQn-AKHadMBIMQ6AEwBHoECAMQAg#v=onepage&q=Bentham%20y%20la%20esclavitud&f=false

Díaz Castro, Eugenio, Manuela, (Bogotá: Círculo de Lectores, 1985).

Di Gregori, Cristina y Hebrard Andrés. comp. Peirce, Schiller, Dewey y Rorty. Usos y revisiones del pragmatismo clásico, (Buenos Aires, Del Signo, 2009).

Díaz, Rafael, «¿Es posible la libertad en la esclavitud? A propósito de la tensión entre la libertad y la esclavitud en la Nueva Granada». Revista Historia Crítica, 24 (2002), pp. 67-74. https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.7440/histcrit24.2002.04

Hernández de Alba, Guillermo y Lozano y Lozano, Fabio, Documentos sobre el doctor Vicente Azuero, (Bogotá, Imprenta Nacional, 1944).

Hernández de Alba, Guillermo, Vida y escritos del doctor José Félix de Restrepo, (Bogotá, Imprenta Nacional, 1935).

Martínez Garnica, Armando. La agenda liberal temprana (1800-1850), (Bucaramanga, Dirección Cultural, Universidad Industrial de Santander, 2006).

Moreno de Ángel, Pilar, Santander, (Bogotá, Planeta, 1989).

Museo Nacional de Colombia, 150 años de la abolición de la esclavización en Colombia: desde la marginalidad a la construcción de la nación, (Bogotá: Ministerio de Cultura, 2003).

Núñez, Toribio, Ciencia social según los principios de Bentham, (Madrid, Imprenta Real, 1835).

Ocampo López, Javier, «El maestro José Félix de Restrepo, el educador de la generación de independencia de Colombia», revista Rhela, 14 (2010), pp. 9 – 60. [documento en línea] Disponible desde Internet en: https://revistas.uptc.edu.co/index.php/historia_educacion_latinamerican/article/view/1548

Uribe, Jorge Tomás, «José Félix de Restrepo, educador y político», Revista Rhela, vol. 14 (2010), pp. 61-82 [documento en línea] Disponible desde Internet en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0122-72382010000100003

Haut de page

Notes

1 Representación dirigida al Supremo Poder Ejecutivo contra el presbítero doctor Francisco Margallo por el doctor Vicente Azuero en 1826, citado por Hernández de Alba, Guillermo y Lozano y Lozano, Fabio, Documentos sobre el doctor Vicente Azuero, (Bogotá, Imprenta Nacional, 1944), pp. 289-290. Moreno de Ángel, Pilar, Santander, (Bogotá, Planeta, 1989), p. 328.

2 Di Gregori, Cristina y Hebrard Andrés. comp. Peirce, Schiller, Dewey y Rorty. Usos y revisiones del pragmatismo clásico, (Buenos Aires, Del Signo, 2009), p. 10.

3 Ley sobre Partos, manumisión y abolición del tráfico de esclavos del 20 de abril de 1814. [documento en línea] Disponible desde Internet en: http://negrosyesclavos.archivogeneral.gov.co

4 Bentham, Jeremías, Tratados de legislación civil y penal, Traducido por Ramón Salas, (París, Librería de Lecointe y Lasserre, 1958), p. 159, tomo iii. [documento en línea] Disponible desde Internet en: https://books.google.com.co/books?id=01JHAAAAYAAJ&pg=PA161&dq=Bentham+y+la+esclavitud&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwiLo72A5I3rAhVQn-AKHadMBIMQ6AEwBHoECAMQAg#v=onepage&q=Bentham%20y%20la%20esclavitud&f=false

5 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, p. 156.

6 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, p. 158.

7 Bentham, Jeremías, Escritos económicos, (México, Fondo de la Cultura Económica, 1965), p. 3.

8 Bentham, J., Escritos económicos, p. 11.

9 Bentham, J., Escritos económicos, p. 3.

10 VER: Marroquín, José Manuel, La república en el siglo XIX. El doctor Francisco Margallo, p. 108 [documento en línea] Disponible desde Internet en: http://bdigital.unal.edu.co/280/88/Parte_II_Republica.pdf

11 Bentham, Jeremías, Tratados de legislación civil y penal, Traducido por Ramón Salas, (Madrid, Imprenta de D. Fermín Villapando, 1821), p. 103, tomo ii. [documento en línea] Disponible desde Internet en:https://books.google.com.co/books?id=b-slr2PpL-cC&pg=PA107&dq=Bentham+y+el+cebo+a+los+esclavos&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwiS34Lh-5HrAhXDp1kKHU8PCt4Q6AEwAHoECAAQAg#v=onepage&q=Bentham%20y%20el%20cebo%20a%20los%20esclavos&f=false

12 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso de Colombia reunido en la Villa del Rosario de Cúcuta en 1821, citado por Hernández de Alba, Guillermo, Vida y escritos del doctor José Félix de Restrepo, (Bogotá, Imprenta Nacional, 1935), p. 111.

13 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso de Colombia reunido en la Villa del Rosario de Cúcuta en 1821, citado por Hernández de Alba, G., Vida y escritos, pp. 112, 113 y 114.

14 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, p. 151

15 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo ii, p. 103.

16 Núñez, Toribio, Ciencia social según los principios de Bentham, (Madrid, Imprenta Real, 1835), p. 382.

17 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso de Colombia reunido en la Villa del Rosario de Cúcuta en 1821, citado por Hernández de Alba, G., Vida y escritos, pp. 111-112.

18 El doctor José Félix de Restrepo corresponde a la generación de los precursores de la independencia, formados entre el dualismo intelectual de la escolástica y la ilustración. Hicieron parte de esta generación, además de Restrepo, Antonio Nariño, José Acevedo y Gómez y Jorge Tadeo Lozano. Siendo profesor, tanto en el colegio de San Bartolomé en Santa Fe como en el Real Colegio Seminario de San Francisco de Asís en Popayán, hoy Universidad del Cauca, tuvo la oportunidad de formar a los hombres que hicieron parte de la independencia, entre quienes se encontraban Camilo Torres, Francisco José de Caldas, Francisco Antonio Zea, Miguel y Manuel de Pombo, Joaquín, Manuel José, Manuel María y Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López, José María Obando y otros.
En 1826 fue nombrado Director General de Instrucción Pública, o Director General de Estudios, el equivalente hoy día a Ministro de Educación; con él se dio el nombramiento de dos adjuntos: Vicente Azuero y Estanislao Vergara. A este grupo, el Vicepresidente Santander le encomendó la tarea de delinear y redactar el Plan de Estudios para la creación de las Universidades Públicas que serían creadas por autorización del Senado de la república a partir de 1826, entre ellas, las Universidades Centrales en Cundinamarca (Nueva Granada), Venezuela y Ecuador, la de Boyacá en Tunja, la del Cauca en Popayán y la del Magdalena en Cartagena.
Para la clase de jurisprudencia, para el curso de Principios de legislación universal y de legislación civil y penal, fueron recomendados, entre otros, los Tratados de legislación civil y penal de Jeremías Bentham, en tanto que otros nombres vinculados a la recomendación académica fueron los de Constant, Montesquieu, Mably, Tracy, Heinnecio, Juan Bautista Say, Watter, para mencionar algunos. Ocampo López, Javier, «El maestro José Félix de Restrepo, el educador de la generación de independencia de Colombia», revista Rhela, 14 (2010), pp. 9 – 60. [documento en línea] Disponible desde Internet en: https://revistas.uptc.edu.co/index.php/historia_educacion_latinamerican/article/view/1548
Los historiadores señalan que en la recomendación hecha al Vicepresidente Santander, en 1826, con relación a la adopción de los textos de Bentham y Tracy para el curso de jurisprudencia, hubo dos votos a favor y uno en contra, este último provino de José Félix de Restrepo, situación que lo puso al lado de la corriente antibenthamista de la época. Esta negativa hizo parte de la decisión tomada por el Libertador Presidente en reacción a los sucesos conocidos como la «noche septembrina»: “S. E., meditando filosóficamente el plan de estudios, ha creído hallar el origen del mal en las ciencias políticas que se han enseñado a los estudiantes… El mal también ha crecido sobremanera por los autores que se escogían para el estudio de los principios de legislación, como Bentham y otros […]”. Arciniegas, Germán, Bolívar y la revolución: Vaivenes geopolíticos en Europa y América durante la guerra de Independencia. (LAVP, 2017), p. 219. Ciertamente no encontramos el nombre de Félix de Restrepo al lado de benthamistas como Vicente Azuero, pero también es claro que se trata de un hombre que, desde muy temprano, hizo parte de las generaciones de la independencia.

19 Bentham, J., Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, pp. 150-151.

20 «Coconuco: Datos y documentos para la historia de una gran hacienda caucana 1823, 1842 y 1876», Entrega e instrucciones de la hacienda de Coconuco para el mayordomo José María Agredo, p. 190. [documento en línea] Disponible desde Internet en: http://www.bdigital.unal.edu.co/35906/1/36355-151513-1-PB.pdf

21 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso de Colombia reunido en la Villa del Rosario de Cúcuta en 1821, citado por Hernández de Alba, G., Vida y escritos, pp. 95-96.

22 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso de Colombia reunido en la Villa del Rosario de Cúcuta en 1821, citado por Hernández de Alba, G., Vida y escritos, pp. 111-112.

23 Restrepo, Félix, Discurso sobre la Manumisión de los esclavos, pronunciado en el Soberano Congreso de Colombia reunido en la Villa del Rosario de Cúcuta en 1821, citado por Hernández de Alba, G., Vida y escritos, pp. 114-116.

24 Bentham, Jeremías, Tratados de legislación civil y penal, tomo iii, p. 149. Citado por Vicente Azuero Plata. Conveniencia de la manumisión de los esclavos. La Indicación nos. 21 y 23. Bogotá (14 y 28, diciembre, 1822); p. 81-83 y 90-92, citado por Martínez Garnica, Armando. La agenda liberal temprana (1800-1850), (Bucaramanga, Dirección Cultural, Universidad Industrial de Santander, 2006), p. 182.

25 «Paralelo entre el Gobierno monárquico constitucional y el Gobierno republicano puro, con relación a Colombia, 1831». Gaceta de Colombia, 544 y 545 (Bogotá, 12 y 16, octubre, 1831), Banco de la Republica de Colombia, edición facsimilar, vol. V.

26 Díaz Castro, Eugenio, Manuela, (Bogotá: Círculo de Lectores, 1985), p. 31.

27 Díaz Castro, E., Manuela, p. 32.

28 Díaz Castro, E., Manuela, p. 44.

29 Museo Nacional de Colombia, 150 años de la abolición de la esclavización en Colombia: desde la marginalidad a la construcción de la nación, (Bogotá: Ministerio de Cultura, 2003), p. 691.

30 Díaz, Rafael, «¿Es posible la libertad en la esclavitud? A propósito de la tensión entre la libertad y la esclavitud en la Nueva Granada». Revista Historia Crítica, 24 (2002), p. 72. https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.7440/histcrit24.2002.04

31 Núñez, T., Ciencia social, p. 376.

Haut de page

Pour citer cet article

Référence électronique

Jacqueline Blanco Blanco, « La Liberación de Esclavos en Colombia »Revue d’études benthamiennes [En ligne], 17 | 2020, mis en ligne le 30 septembre 2020, consulté le 24 mars 2025. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/etudes-benthamiennes/6561 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/etudes-benthamiennes.6561

Haut de page

Auteur

Jacqueline Blanco Blanco

Doctora en sociología jurídica e instituciones políticas, magister en historia, especialista en filosofía del derecho y teoría jurídica y licenciada en ciencias sociales. Docente de la facultad de derecho de la Universidad Militar Nueva Granada (Bogotá – Colombia), líder de la línea en historia del derecho y miembro del grupo de investigación en derecho público. Jacqueline.blanco@unimilitar.edu.co

Haut de page

Droits d’auteur

Le texte et les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés), sont « Tous droits réservés », sauf mention contraire.

Haut de page
Rechercher dans OpenEdition Search

Vous allez être redirigé vers OpenEdition Search