Notas
Agradezco a Marc Vitse su atenta lectura de este trabajo. Sus valiosas indicaciones y sugerencias me han sido de especial ayuda para armonizar la trascripción del manuscrito.
Agustín Durán fue director de la Biblioteca Nacional de 1854 a 1862. Cuando, no sin alguna ayuda de lo que Horace Walpole denominó como serendipity, localicé su paradero en Little Somerford (condado de Wiltshire), el manuscrito formaba parte de los fondos de libros antiguos del conocido anticuario inglés Richard Hatchwell, quien en correspondencia privada me indicaba (pero sin darlo por cierto) que el documento procedía posiblemente de la «Phillipps Library». Ello no obstante, el manuscrito no aparece listado en el catálogo de manuscritos que Phillipps dio a conocer en 1837, quizá antes de que el documento llegara a sus manos; véase Philipps, 2001.
Cotarelo y Mori, Bibliografía, p. 45a; Pellicer, 1804, vol. I, p. 139.
Justifico estas fechas en un artículo anterior, mediante examen de datos externos al manuscrito y de indicios internos en su texto: véase García Gómez, 1989, pp. 192-194. Carente de la información con la que hoy contamos, Cotarelo asigna al manuscrito una fecha muy imprecisa (a saber, «15...»). Véase también la n. 82 infra.
De fecha posterior son los documentos del mismo tema descubiertos y publicados después de la obra de Cotarelo. A saber: Rozas, 1979; De la Granja, 1980; José Luis Suárez García, 1993; y los ocho textes oubliés, con fechas que van de 1595 a 1697, publicados Marc Vitse, 1988. A estos documentos puedo además añadir ahora el «Discurso en vituperio a las comedias» de Cristóbal de Avendaño, quien condena toda representación, ya sea de comedia o de tragedia, excepto «quando son de santos, o a la divino» (1627). Véanse también datos e información bibliográfica adicionales en García García, 1999, pp. 208-209.
Francisco de Alcocer, Tratado del Iuego, cap. 50, pp. 278-285 (sobre truhanes); cap. 54, pp. 301-302 (sobre representaciones de farsas); véase Bibliografía, pp. 54-55.
Juan de Pineda, Primera parte de los treynta y cinco diálogos familiares de la agricvltura christiana, 1589. Lista para la imprenta en 1581, la obra se «compuso» sin embargo antes de 1559-1564, como puede verse por testimonio del autor (que Cotarelo no transcribe) en la misma portada del libro (véase, Bibliografía, pp. 504-505). La obra de Diego Pérez de Valdivia, Plática o lección de las máscaras, en la cual se trata si es pecado mortal o no el enmascararse (redactada en 1583 y publicada en 1618) se ocupa de un tema parateatral, y específicamente barcelonés.
Francisco Ribera, Franciscii Riberae… in librvm duodecim prophetarum commentarii, «In Michaeam prophetam», cap. 1, § 59-65, pp. 526-527. Véase Bibliografía, pp. 521-522.
F. de Alcocer aplica ya este criterio de Tomás de Aquino, al tratar de los truhanes, y hace referencia concreta a su Summa Theologiae, 2. 2ae. q. 168, art. 3. (F. de Alcocer, Tratado del juego, p. 280).
Este es el esquema utilizado por Rivadeneira en 1589, en su caso para condenar las comedias: «Porque lo que dice Santo Tomás, es que de suyo… no es pecado representar ni ver representar comedias… Porque si fuese tal siempre sería malo… Y lo que nosotros decimos es verdad, que entreviniendo en las representaciones palabras lascivas, hechos torpes, meneos y gestos provocativos a deshonestidad de hombres infames y mujercillas perdidas, y habiendo exceso y demasía en las comedias, que cada día se representan, son ilícitas y perjudiciales…» (Pedro de Rivadeneira, Tratado de la tribulación, cap. XI, pp. 105-106; véase Bibliografía, p. 523a).
La voz suave de la actriz constituye un motivo de especial preocupación para el autor, quien poco después vuelve a repetir, con casi las mismas palabras, lo aquí dicho, advirtiendo contra el peligro de irar a «muger agena, speçialmente compuesta, y oírla juntamente hablar con studio y cuidado con boz blanda». La voz suave de las actrices aparecerá como motivo de preocupación en muchos documentos antiteatrales del siglo xvii; véase la n. 126 infra.
Juan de Mariana también se opone, años más tarde, a que la mujer salga al escenario a representar, admitiendo sin embargo que los personaje femeninos puedan ser encarnados por muchachos vestidos de mujer. Las opiniones de Mariana sobre materia teatral se publican primero en latín (De rege, 1599; De spectaculis, 1609). Traducidas más tarde al castellano con título de Tratado contra los juegos públicos, permanecen en forma manuscrita hasta su publicación en 1854 (Bibliografía, pp. 430-431). La encarnación de personajes femeninos por hombres o muchachos vestidos de mujer sigue siendo materia de mención casi rutinaria, pero no ya de debate, en otros documentos teatrales entre 1598 y mediados del siglo xvii (Bibliografía, «Índice temático», p. xcix: «hombres vestidos de mujer»).
Menciona los «entremeses» en nueve ocasiones.
La opinión de Fr. Alonso de Mendoza en 1587 (Quaestiones quodlibeticae et relectio theologica de Christi regno ac dominio) supone ya un cambio respecto a la más rígida del ms. Mendoza acepta no solo que clérigos y religiosos puedan asistir a las representaciones teatrales sino también que las mujeres puedan representar. Fr. Manuel Rodríguez en su obra de 1590, indicando ya como normal la presencia de clérigos en el teatro («pues de ordinario públicamente están presentes»), no condena su asistencia a las comedias, ni tampoco la de los religiosos (Obras morales en romance, cap. 90: «De las comedias»). Parecida opinión expresa el P. Tomás Sánchez en 1599, afirmando además que era muy frecuente la presencia de clérigos en el teatro («cum frequentissimum sit clericos illis interesse», Disputatio de sancto matrimonii sacramento). En 1593, sin embargo, Don Pedro de Vaca y Castro, entonces arzobispo de Granada, prohíbe severamente que las clérigos asistan a las representaciones teatrales (véase Bibliografía, pp. 466b-467a; 524b; 535b; 578a).
Interesa notar que en este punto el autor no utiliza (como sería de esperar si el tratado hubiera sido redactado en fecha posterior a la indicada) ninguno de los siguientes vocablos: patio, cazuela, aposento, tribuna, sitio de la Ciudad; ni otros similares, con los que más tarde se denominarán estas dependencias del recinto teatral con precisión terminológica comúnmente aceptada.
A principios del siglo xvi se produjo «una eclosión de herramientas auxiliares de carácter enciclopédico impresas que intentaban reunir según taxonomías y criterios diferentes todos los conocimientos relativos a fuentes de la erudición y lugares comunes que un autor o un predicador podía necesitar», Sagrario López Poza, 2000, p. 193. De la misma autora, ver su artículo de 1990. «
Unos datos facilitados al autor por la Biblioteca Nacional de España, mediante fotocopia de la papeleta antigua M-41 relativa al manuscrito perdido, indican (y Cotarelo, Bibliografía, p. 45b, lo confirma) que Abusos formaba parte de un volumen de manuscritos que, además del nuestro, incorporaba otros sobre «consultas y pareceres de Universidades y teólogos particulares sobre lo lícito o ilícito de las [comedias]». Los 12 folios de Abusos se agrupan en un solo cuaderno de seis pliegos doblados. Este cuaderno formaba parte de un tomo mayor, como lo indician los restos de cola que aún perduran a lo largo del lomo de nuestro manuscrito y el hilo del cosido, que aparece deshecho. En el margen superior derecho del primer folio del manuscrito se lee «Folio 24» en letra muy diferente a la del texto del documento (que como queda indicado no está numerado ni a página ni a folio), en posible referencia al número de identificación asignado al documento completo, quizá por un anticuario, en fecha indeterminada. Todo parece indicar que el manuscrito Abusos se desgajó de su tomo original, el cual contendría también los documentos con pareceres de universidades y teólogos a los que hace referencia la papeleta M-41.
Sic por «parecen».
de los abusos.
ellos.
los.
ensenee.
marter.
Pala.
Persona sin formación en letras.
herrar.
hiserepara.
higromancia.
proeuir. En su traducción de Epicteto, Quevedo se previene con esta advertencia: «En nuestro Epicteto se lee esta palabra Dioses, entre los católicos herética, entre los idólatras frecuente. Empero tan repugnante a la razón y al discurso, que me persuado no creyeron pluralidad de Dioses algunos de los antiguos, sino que juzgando que en Dios todo era Dios, le multiplicaron por sus atributos» (Francisco de Quevedo y Villegas, Epicteto y Phocílides en español con consonantes. Con el origen de los estoicos, y su defensa contra Plutarco, y la defensa de Epicuro, contra la común opinión, fol. 10v.).
Es decir, ‘semillero’.
‘engaño’: voz arcaica.
Clemente de Alejandría: «Nec inconcinne stadia et theatra pestium cathedram quis vocaverit [este “quis” es el autor de los psalmos. Clemente relaciona consilium impiorum, en Sal. 1, 1, con theatra]: nam hic quoque scelestum est consilium quemadmodum aversus justum... Prohibeantur ergo spectacula et acroamata, quae scurrilitate ac vaniloquentia plena sunt. Quod enim turpe factum non ostenditur in theatris? Quod autem verbum impudens non proferunt, qui risum movent, scurrrae et histriones?» (Paedagogus, lib. 3, cap. 11; PG, VIII, cols. 654-655).
vileno.
mi.
Eclo. 33, 28-29: «Servo malevolo tortura et compedes: mitte illum in operationem, ne vacet: / multam enim malitiam docuit otiositas»
Ez. 16, 49: «Ecce haec fuit iniquitas Sodomae, sororis tuae: superbia, saturitas panis et abundatia, et otium ipsius et filiarum eius».
Mt. 12, 36: «Dico autem vobis quoniam omne verbum otiosum, quod locuti fuerint homines, reddent rationem de eo in die iudicii».
declarando.
(a) Jerónimo: «Et sensus est: si otiosum verbum, quod nequaquam aedificat audientes, non est absque periculo eius qui loquitur, et in die judicii redditurus est unusquisque rationem sermonorum suorum: quanto magis vos, qui opera Spiritus Sancti calumniamini, et dicitis me in Beelzebub principe daemoniorum ejicere daemonia, reddituri estis rationem calumniae vestrae! Otiosum verbum est, quod sine utilitate loquentis dicitur et audientis, si omissis seriis, de rebus frivolis loquamur, et fabulas narremus antiquas» (S. Eusebii Hieronymi Commentarium in Evangelium Matthaei ad Eusebium libri quatuor, PL, XXVI, cols. 81-83).
(b) Gregorio Magno: «Mecum vos admoneo, ut ab otioso sermone parcamus, inutiliter loqui declinemus... Otiosum quippe verbum est, quod ad utilitate rectitudinis, aut ratione iustae necessitatis caret. Otiosa ergo colloquia ad aedificationis studium vertite...» (Sancti Gregorii Magni XL Homiliarum in Evangelia Libri Duo, lib. 1, Homilia 6; PL, LXXVI, col. 1098).
(c) Tomás de Aquino: «... verbum otiosum dupliciter dicitur. Uno modo omne verbum malum dicitur otiosum; quia illud dicitur otiosum quod non consequitur finem, sicut si aliquis quaerit hominem, et non invenit, dicitur otiose quaesivisse. Verbum autem datur ad instructionem. Quando ergo proficit, non est otiosum... Differt quidem pernitiosum, et otiosum, quia perniciosum est quod nocumentum infert, otiosum vero quod non affert utilitatem. Gregorius dicit, quod otiosum dicitur, quod caret pia utilitate, vel necesitate. Unde quodlibet verbum quod profertur leviter, dicitur otiosum, nisi habeat piam utilitatem, vel piam necessitatem» (Super Evangelium Matthaei, lib. 1, cap. 12, lectio 3).
sin.
Forma arcaica de «permanente».
Prov. 12, 11: «Qui operatur terram suam satiabitur panibus; qui autem sectatur otium stultissimus est».
En su acepción de ‘lograr algo’.
San Jerónimo no escribió comentario sobre los Proverbios de Salomón. El autor del manuscrito parece referirse al paralelismo que la Vulgata Hieronymiana establece entre «trabajar» y «ocio» (Prov. 12, 11) en la traduccion del Liber Proverbiorum (PL, XXVIII, col. 1320).
gamas.
Eclo. 20, 30: «Qui operatur terram suam inaltabit acervum frugum, et qui operatur iustitiam, ipse exaltabitur». El autor del tratado traduce, correctamente, como «virtud» el vocablo «iustitia» en su acepción latina de conducta acorde con la ley divina, correspondiente a la acepción castellana de virtud o bondad en las costumbres (DA, s. v. «justicia»).
impedimieto.
Sal. 118, 37: «Averte oculos meos, ne videant vanitatem; in via tua vivifica me».
al.
Eph. 5, 15-16: «Videte itaque, fratres, quomodo caute ambuletis: non quasi insipientes, / sed ut sapientes: redimentes tempus, quoniam dies mali sunt».
Col. 4, 5: «In sapientia ambulate ad eos, qui foris sunt: tempus redimentes».
I Cor. 7, 29-31: «Hoc itaque dico, fratres: tempus breve est: reliquum est, ut et qui habent uxores, tamquam non habentes sint: / et qui flent, tamquam non flentes: et qui gaudent, tamquam non gaudentes: et qui emunt, tamquam non possidentes: / et qui utuntur hoc mundo, tamquam non utantur: praeteri enim figura huius mundi».
engureyrse.
Is. 24, 1-3: «Ecce Dominus dissipabit terram: et nudabit eam, et affliget faciem eius, et disperget habitatores eius. / Et erit sicut populus, sic sacerdos, et sicut servus, sic dominus eius; et sicut ancilla, sic domina eius; sicut emens, sic ille qui vendit; sicut foenerator, sic is qui mutuum accipit; sicut qui repetit, sic qui debet. / Dissipatione dissipabitur terra, et direptione praedabitur; Dominun enim locutus est verbum hoc». El autor del manuscrito extrapola el sentido de la cita bíblica añadiéndole una dimensión teatral.
Véase n. 52 supra.
II Cor. 4, 10-11: «… semper mortificationem Jesu in corpore nostro circumferentes, ut et vita Jesu manifestetur in corporibus nostris. / Semper enim nos, qui vivimus, in mortem tradimur propter Jesum: ut et vita Jesu manifestetur in carne nostra mortali».
En el sentido arcaico de «reconocer, advertir y rastrear, y ver con cuidado y atención alguna cosa» (DA, s. v. «escatimar»).
Séneca (Lucius Annaeus): «Praesens tempus brevissimum est, adeo quidem, ut quibusdam nullum videatur. In cursu enim semper est, fluit et praecipitatur. Ante desinit esse quam venit, nec magis moram patitur quam mundus aut sidera...» (De brevitate vitae, lib. 10, 6).
Jerónimo: «Lucius Annaeus Seneca Cordubensis... continentissimae vitae fuit, quem non ponerem in Catalogo Sanctorum nisi me illae Epistolae provocarent, quae leguntur a plurimis Pauli ad Senecam, et Senecae ad Paulum. In quibus, cum esset Neronis magister, et illius temporis potentissimus, optare se dicit ejus esse loci apud suos, cujus sit Paulus apud Christianos (Eusebii Hieronymi... De Viris Illustribus Liber, cap. 12; PL, XXIII, col. 664. En nota 4 de PL se hace referencia a una epístola sexta en la que Séneca escribe a Pablo en estos términos: «Qui meus, tuus apud te locus, qui tuus, velim meus»).
Plutarco: «Comoedias et tragoedias non audiebant, ne vel serio vel ioco contra leges dicentibus aures praeberent. Archilochum poetam, cum is venisset Spartam, eadem hora expellerunt, quod in carmine quodam eum scripsisse intellexissent, praestare arma abiicere, quam mori» (Moralia, «Laconica Instituta». Tomo la cita de Guilielmus Xylandrus Augustanus (trad.), Plvtarchi Chaeronensis Moralia, vol. 1, p. 414).
«[Tiberio] desterró de Roma a los actores y no les concedió lugar donde practicar su profesión porque no hacían sino corromper a las mujeres y promover disturbios populares» (Mi traducción. Texto griego en Dio Cassius, Historia Romana, libro 57, cap. 21, 3).
forfaris.
hunzido, que transcribo, muy tentativamente, como «un cierto».
Valerio Maximo: «et quia ludius apud eos hister appellabatur, scaenico nomen histrionis inditum est» (Factorum et dictorum memorabilum libri novem, lib. 4, cap. 4). El ms. deforma el sentido de la fuente.
Tribonio.
Diuimuiro. El autor del tratado apellida a Trebonio con el nombre de la institución en la que ejercía su cargo. El llamado «duovir» era un tribunal de justicia romano compuesto de dos personas, cuya forma menos correcta era «duumvir»
ocisidad.
Plinio (Gaius Plinius Secundus): «C. Plinius Sempronio Rufo Suo S. Gymnicus ago apud Viennenses ex cuisdam testamento celebratur. Hunc Trebonius Rufinus, vir egregius nobisque amicus, in duumviratu tollendum abolendumque curavit. Negabatur ex auctoritate publica fecisse. Egit ipse causam non minus feliciter quam diserte. Commendabat actionem, quod tanquam homo Romanus et bonus civis in negotio suo mature et graviter loquebatur. Cum sententiae perrogarentur, dixit Iunius Mauricus, quo viro nihil firmius nihil verius, non esse restituendum Viennensibus agana; adicit “Vellem etiam Romae tolle posset”» (Epistulae, lib. 4, epist. 22, 1-3).
Alegandro. Alejandro de Alejandro: «... idem tamen Massilienses tam seuere disciplinae fuere ut nullum aditum iuuentuti in scenam uel theatrum darent, quod essent morum corruptela, ne per obscenos motus iuuenes impudicitia lasciuirent» (Dies Geniales, lib. 5, cap. 16, p. 211).
Forma arcaica de «mención»
Plinio (Gaius Plinius Secundus): «Caesari proprium et peculiare sit praeter supra dicta clementiae insigne, qua usque ad paenitentiam omnes superavit. Idem magnanimitatis perhibuit exemplum, cui comparari non possit aliud. Spectacula enim edita effusasque opes aut operum magnificentiam in hac parte enumerare luxuriae faventis est...» (Historia Naturalis, lib. 7, cap. 26).
dixo.
Marcus, empresario teatral, abandona esta profesión cuando se convierte al cristianismo, pero para sobrevivir abre una escuela de actores. Su pastor, Eucracio, escribe a Cipriano, obispo de Cartago, pidiéndole consejo sobre si Marcus puede permanecer en comunión con la comunidad cristiana. Cipriano contesta que Marcus debe dejar de enseñar el arte dramático; pero sugiere que la comunidad cristiana le asista con alimentos (Cyprianus, Epistulae, 61, 1-2; PL, IV, col. 373).
Cueraçio. Un error parecido aparece en una obra de 1673: «El Derecho en muchas partes niega a los comediantes la Sagrada Comunión, y tomólo el Derecho canónico de San Cipriano, el cual mandó a Cucracio que no admitiese a la Sagrada Comunión a un farsante (que aunque había dejado el oficio, le enseñaba a otro), porque le parecía que se afeaba la pureza de la Santa Iglesia» (Fr. José de Villalba, Antorcha espiritual, véase Bibliografía, p. 595b).
encomporo.
Este «derecho común» es el conocido como Corpus Iuris Canonici formado con la recopilación de los textos siguientes: Decretum Gratiani (1140), Decretales Gregorii IX (1234), Decretales Bonifacii VIII (1298), Decretales Clementinae (1317), Extravagantes (de Juan XXII, 1500), y Extravagantes Communes (1503). Este corpus se publicó en 1582 bajo Gregorio XIII (1572-1585), dividido en cuatro volúmenes. El autor del manuscrito pudo haber conocido esta obra (véase Salinas Araneda, 1996).
«Ut scenisis atque histrionibus, ceterisque huiusmodi personis vel apostaticis, conversis vel reversis ad dominum, gratia vel reconciliatio non negetur» (Joannes Dominicus Mansi et al., Sacrorum Conciliorum nova et amplissima collectio, vol. III, «Concilium Carthaginense Nomine Tertium», cap. 35, p. 885). Esta información aparece también, por copia o fuente común, en un tratado manuscrito de 1642, cuando al tratar sobre si se debe negar la comunión a los representantes se hace referencia al «Concilio Cartaginense y San Cipriano, Obispo de aquella ciudad, en una epístola que escribió a Eucracio, y se refiere en el Derecho...» (véase Suárez García, 1993, p. 158).
Graciano: «Histrionibus sacra non committantur mysteria. Pro dilectione tua, et verecundia mutua consulendum me existimasti frater carissime, quid mihi videatur de histrione quodam, qui apud vos constitutus, in eiusdem adhuc artis suae dedecore perseuerat... an talis debeat communicare nobiscum. Quod ego puto nec maiestati diuinae, nec Euangelicae disciplinae congruere, vt pudor, et honor ecclesiae tam turpi et infami contagione foedetur. Item ex concilio Carthaginensi 3. Post conuersionem non est deneganda gratia communionis. Scenicis, atque histrionibus, ceterisque huiusmodi personis, vel apostaticis conuersis, vel reuersis ad Dominum gratia, vel reconciliatio non negetur (Decretum Gratiani emendatum et notationibus illustratum, vna cvm glossis, Gregorii XIII Pont. Max. iussu editum, De Consecratione, Distinctio II, caps. 95-96, cols. 2571-2572).
prouecha.
rreazion.
guegos.
El autor del manuscrito no se está refiriendo aquí al documento oficial de Madrid, fechado el 17 de noviembre de 1587, que permitió a la compañía de I Confidenti que las actrices Ángela Salomona y Ángela Martinelli pudieran representar «en hábito y vestido de muger y no de hombre», pero prohibiendo, al mismo tiempo, que «ningunos muchachos puedan entrar a representar bestidos ni tocados como mugeres» (Bibliografía, p. 620a). Aunque la expresión «los mayores», utilizada en el manuscrito de Abusos, es compatible con el carácter oficial de este documento, el tono general de la frase y, en especial, el uso de la forma verbal «se ha levantado», con su matiz de agitación indebida, no cuadrarían bien con el respeto debido al carácter y procedencia oficial del documento de Madrid. La libertad y aplomo con los que el autor del manuscrito se permite expresar su total oposición a que las mujeres actúen en tablas son indicio de que compuso su tratado antes de 1587. El Consejo de Castilla envió ese mismo año una cédula a Granada, fechada el 24 de noviembre, indicando que «por justas consideraciones ha parecido se le dé licencia a las mugeres de los representantes, constando primeramente que son casadas y traen a sus maridos consigo, para que puedan representar en ábito de mugeres y no de hombres, con lo qual se mande que ningunos muchachos puedan entrar a representar bestidos ni tocados como mugeres…» (véase De la Granja, 1992, p. 39). Sobre la fecha del tratado Abusos ya he tratado con más amplitud en un artículo anterior (véase n. 4 supra).
probeyesen.
En su sentido flexible aureosecular de ‘a favor de’.
la.
permiten.
preguntela.
I Cor. 14, 34-35: «Mulieres in ecclesiis taceant, non enim permittitur eis loqui, sed subditas esse, sicut et lex dicit. / Si quid autem volunt discere, domi viros suos interrogent. Turpe est enim mulieri loqui in ecclesia».
gunta.
I Tim. 2, 11-12: «Mulier in silentio discat cum omne subiectione. / Docere autem mulieri non permitto, neque dominari in virum: sed esse in silentio».
San Jerónimo, comentando sobre I Tim., 2, 12, escribe: «Publice non permittit». En lugar paralelo de I Cor. 14, 34-35, escribe: «Quia contra ordinem est naturae, vel legis, ut in conventu virorum feminae loquantur. Quaeritur ergo quomodo alibi dicat, mulieres docere prudentiam et castitatem debere. Sed hoc in sexu suo. Sed et hic designat locum, ubi taceant: alibi eis loqui permisit, sicut et lex dicit… Turpe est enim mulieri loqui in eclesia… Ne videretur eas etiam discere vetuisse, domi illas hoc quod publice no decebat, facere debere praecepit» (Commentarii in Epistolas Sancti Pauli... In Primam Epistolam ad Corinthios y In Epistolam Primam ad Timotheum; PL, XXX, col. 794 y col. 920). Para Teofilacto, véase n. 96 infra.
Ac. 18, 24-28: «Judaeus autem quidam, Apollo nomine... / Hic erat edoctus viam Domini... / Hic ergo coepit fiducialiter agere in synagoga. Quem cum audissent Priscilla et Aquila, assumpserunt eum, et diligentius exposuerunt ei viam Domini... / Vehementer enim Iudaeos revincebat (Apollus) publice, ostendens per Scripturas, esse Christum Jesum».
I Cor. 7, 13-16: «Et si mulier fidelis habet virum infidelem, et hic consentit habitare cum illa, non dimittat virum: / sanctificatus est enim vir infidelis per mulierem fidelem, et sanctificata est mulier infidelis per virum fidelem.../ Unde enim scis mulier, si virum salvum facies? aut unde scis vir, si mulierem salvam facies?».
Véase n. 88 supra.
Ecumen.
En sus sus respectivos comentarios a I Cor. 14, 34-35. Theophilactus: «Cum omnia pulchre ordinasset… nunc etiam mulierum tumultum compescit, dicens: “In ecclesia taceant”… “Si quid autem discere volunt, domi viros suos interrogent”… Domi, inquit, a suis maritis discante (Epistolae Primae Divi Pauli ad Corinthios Expositio; PG, CXXIV, cols. 747-750). Oecumenius: «Mulieres vestrae in ecclesiis sileant, nec enim permissum est illis ut loquantur, sed ut subditae sint , quemadmodum et lex dicit. Quod si quid discere volunt, domi viros suos interrogent… Si igitur non loquantur, dixerit quispian, quomodo discent ea quae ignorant? Domi, ait, a viris discante» (Commentarium in Primam Epistolam ad Corinthios; PG, CXVIII, cols. 858-859).
Cláusula mal construida, con anacolutos.
Teodoreto de Ciro comenta I Tim. 2, 11-12 con estas palabras: «Quoniam etiam mulieres propheticam gratiam acceperant, de hoc quoque legem necessario constituit. Qua de causa in ecclesia viris doctrinae egentibus mulieres non constituit magistras. Eadem aperte etiam docent quae scripta sunt in Corinthios... Deinde etiam docet ex natura rectum ordinem» (Theodoreti Commentarius in omnes Pauli Epistolas; PG, LXXXII, col. 802).
Valerio Máximo: «Caia vero Affrania Licinii Bructionis uxor prompta ad lites contrahendas, pro se semper apud praetorem verba fecit, non quia advocatis deficeret, sed quia impudentia abundabat» (Factorum et dictorum memorabilium libri novem, lib. 8, cap. 3).
«Mulier, caecus… capitalis crimine damnatus… pro aliis in jure apud me ne postulet» (Edictum Perpetuum Adrianeum, lib. III, «De Postulando», tit. I, ii b, p. 10).
jurisconsultu.
Justiniano: «Ulpianus 6 ad ed. secundo loco edictum proponitur in eos, qui pro aliis ne postulent... feminas prohibet pro aliis postulare. et ratio quidem prohibendi, ne contra pudicitiam sexui congruentem alienis causis se inmisceant, ne virilibus officiis fungantur mulieres» (Digesta, lib. 3, «De postulando», 3.1.1.5).
«Imperator Constantinus ad Concilium Provintiae Africae. Maritus citra mandatum in rebus uxoris cum solemni satisdatione, et alia observatione intercedendi liberam habeat facultatem: ne feminae, persequendae litis obtentu in contumeliam matronalis pudoris irreverenter irruant, et conventibus virorum, vel judiciis interesse cogantur (Constantini Magni Decreta et Constitutiones; PL, VIII, col. 94).
Justiniano: «Ulpianus 6 ad ed... ne virilibus officiis fungantur mulieres» (Digesta, lib. 3, «De postulando», 3.1.1.5).
Del latín providere; aquí con el sentido de ‘proveer’, o sea, dictar una resolución o sentencia judicial.
imperta. La venia de edad era una licencia que se concedía a un menor para administrar por sí su hacienda, previo pedimento ante un tribunal competente.
Constantino: «De his, qui veniam aetatis impetrarunt… Has (feminas adulescentes) vero propter pudorem et verecundiam in coetu publico demonstrari testibus non cogimus, sed percepta aetatis venia annos tantum probare tabulis vel testibus misso procuratore concedimus. Interpretatio: Foeminae vero... ubi ac XVIII annum pervenerint, eas tamen, quas morum et honestitatis commendat opinio, non in publico annos probare suos cogendae sunt, sed misso procuratore per scripturam annos eos... se habere demonstrent et similem, quam viri in contractibus habeant facultatem...» (Constantini Magni Decreta et Constitutiones; PL, VIII, cols. 212-213).
que.
Así, por ejemplo, Alfonso el Sabio: «Ninguna muger quanto quier que sea sabidor non puede seer abogada en juicio por otri: y esto por dos razones: la primera porque non es guisada nin honesta cosa que la muger tome oficio de varón estando públicamente envuelta con los homes para razonar por otri ... nin muger non lo puede seer [juez], porque non sería cosa guisada que estudiese (sic) entre la muchedumbre de los homes librando los pleytos» (Libro de las Leyes que fizo el muy noble Rey Don Alfonso, Partida 3, título 6, ley 3; y Partida 3, título 4, ley 4. Véase Las Siete Partidas del Rey Don Alfonso el Sabio, cotejadas con varios códices antiguos por la Real Academia de la Historia, vol. III, pp. 434 y 392).
Dio Casio: «Aunque sentada en tribuna aparte, Agripina se mostraba con frecuencia en público junto al emperador cuando este despachaba asuntos ordinarios o concedía audiencia a embajadores. También este fue uno de los espectáculos que más llamaron la atención en su tiempo» (Mi traducción. Texto griego en Dio Cassius, Historia Romana, libro 61, cap. 33, 7).
Alejandro de Alejandro: «Claudii et Neronis tempore, cum non pro dignitate uideretur, Agrippinam patrum consultationibus admicti, decreuere patres ut a tergo abditis foribus staret, uelo discreta, quod uisum arceret, aditum admicteret» (Dies Geniales, lib. 4, cap. 11, p. 159).
monstiuo.
ensenado.
Lampridio (Aelius): «Deinde ubi primum diem senatus habuit, (Heliogabalus) matrem suam in senatum rogari iussit... solusque omnium imperatorum fuit, sub quo mulier quasi clarissima loco viri senatum ingressa est. Fecit enim in colle Quirinali senaculum, id est mulierum senatum, in qua ante fuerat conventus matronalis...» (Historiae Augustae, «Antoninus Heliogabalus», Pars Prima, cap. 4, 1-2).
quetre.
Solino (Caius Iulius): «Pudoris disciplinam etiam inter defuncta corpora natura discrevit: ac si quando cadavera necatorum fluctibus evehuntur, virorum supina, prona fluitant feminarum» (De mirabilibus mundi, cap. 1).
Eclo. 26, 19: «Gratia super gratiam mulier sancta et pudorata».
Justiniano: «infamia notatur … qui artis ludicrae pronuntiandive in scaenam prodierit» (Digesta, 3.2.1). Alfonso el Sabio: «Otrosí son enfamados los juglares, et los remedadores et los facedores de los zaharrones que públicamente ant[e] el pueblo cantan, o baylan o facen juegos por precio que les den: et esto es porque se envilecen ante todos por aquello que les dan» (Libro de las Leyes, Partida 7, ley 4. Véase Las Siete Partidas, vol. III, p. 556). Véase n. 109 supra.
Justiniano: «... mulieres autem, quae scaenesis quidem sese ludis immiscuerunt, postea vero spreta mala conditione ad meliorem migravere sententiam et inhonestam professionem effugerunt… si derelicta mala et inhonesta conversatione commodiorem vitam amplexae fuerint et honestati sese dederint, liceat eis nostro supplicare numini, ut divinos adfatus sine dubio mereantur ad matrimonium eas venire permittentes legitimum … neque vocabulum inhonestum eis inhaerere de cetero volumus neque differentiam aliquam eas habere cum his, quae nihil simile peccaverunt (Edicta, 5.4.23-1,1b). Sobre los maridos que se casaren con estas actrices arrepentidas se trata en Edicta, 5.4.23-1a. Son leyes del Emperador Justinus, recogidas por Justinianus.
«Infamia notantur… qui artibus ludicrae pronuntiandive causa in scaena prodierint…» (Edictum Perpetuum Adrianeum, lib. III, «De iis qui notantur infamia», tit. II. Véase n. 119 supra.
testibidades.
pareçcas.
hechos.
deella
Eclo. 9, 4-9: «Cum saltatrice ne assiduus sis, nec audias illam, ne forte pereas in efficacia illius. / Virginem ne conspicias, ne forte scandalizeris in decore illius. / Ne des fornicariis animam tuam in ullo, / ne perdas te et haeriditatem tuam. / Noli circumspiscere in vicis civitatis, nec oberraveris in plateis illius. / Averte faciem tuam a muliere compta, et ne circumspicias speciem alienam. / Propter speciem mulieris multi perierunt: et ex hoc concupiscentia quasi ignis exardescit».
La voz suave de las actrices era objeto de preocupación moral, expresada en varios de los documentos recogidos por Cotarelo; entre otros el de Fray José de Jesús María en 1600: «… y como si no bastase para inflamar la concupiscencia la vista y el rostro de las mujeres, añaden la pestilencia de sus voces» (Bibliografía, p. 382b). Otros documentos asocian los « movimientos deshonestos de los farsantes» con las «voces tiernas y quebradas» de las actrices; voces «hermosas» que encubren las «tentaciones formidables del demonio» (Bibliografía, pp. 430b y 580a).
Memoria, entendimiento y voluntad; en especial el segundo (DA, s. v. «sentido).
En el sentido de alterar alguna cosa, quitándole o apagándole su actividad y viveza (DA, s. v. «mortificar»).
anagenado, pero de difícil lectura.
En la parte expositiva de su comentario a la primera carta de San Pablo a Timoteo, Tomás de Aquino trata del papel de la mujer en la enseñanza de doctrina teniendo presentes a I Tim. 2, 11 («mulier in silentio discat») y a I Cor. 14, 34 («mulieres in ecclesiis taceant). En esta parte expositiva aparece la frase «verba mulieris sunt inflammantia», acompañada de una cita de Eclo. 9, 8 («colloquium illius quasi ignis exardescit»). Tras este status quaestionis, el comentarista expone su opinión: « Dicendum est quod doctrina alia est publica, et haec non competit mulieri, et ideo dicit, in eccclesia, alia est privata, et haec mater erudit filium» (Super I Tim., cap. 2, lectio 3). En su comentario a la primera carta a los de Corinto, Tomás de Aquino excluye a las mujeres como agentes de disputa pública, dando como razón el que «in mulieribus commendatur verecundia... Si ergo in publico quaereret [mulier] et disputaret, signum esset inverecundiae, et hoc est turpe» (Super I Cor., cap. 14, lectio 17).
miar.
Eclo. 9, 8-9. Véase n. 125 supra.
Job. 31, 1: «Pepigi foedus cum oculis meis, ut ne cogitarem quidem de virgine».
Jerónimo:«Ego, inquit, animo cum his obtulibus carnis meae, definivi ac statui, ut nihil omnino turpe atque obscenum mihi intrinsecus nuntiarent, quod delectatione voluptati, intra me iniquis congitationibus volverem» (Commentarii in librum Job, cap. 31; PL, vol. XXVI, col. 718). En este mismo lugar se encuentra la segunda referencia de Jerónimo, en realidad una traducción de Job. 31,1: «Testamentum feci oculis meis, et non cogitabo de virgine», idéntica a la de su traducción en Veteri Testamenti volumina duo. Job et Psalterium, Job. caput 31, 1.
Gregorio Magno: «Valde namque est quod caro deorsum trahit, et semel species formae cordi per oculos illigata vix magni luctaminis manu solvitur» (Moralia in Job, lib. 21, 4.).
Jer. 9, 20-21: «Audite ergo, mulieres, verbum Domini, et assumant aures vestrae sermonem oris eius, et docete filias vestras lamentum, et unaquaeque proximam suam planctum: / quia ascendit mors per fenestras nostras; ingressa est domos nostras, disperdere parvulos deforis, juvenes de plateis».
Gregorio Magno: «Hinc enim Jeremias ait: ‘Ascendit mors per fenestras nostras, ingressa est domos nostras’ (Jerem. 9, 21). Mors quippe per fenestras ascendit, et domun ingreditur, cum per sensus corporis concupiscentia veniens, habitaculum intrat mentis […] Quisquis vero per has corporis fenestras incaute exterius respicit, plerumque in delectationem peccati etiam nolens cadit; atque obligatus desideriis, incipit velle quod noluit» (Moralia in Job, lib. 21, 4.).
Lam. 3, 51: «Oculus meus depraedatus est animam meam in cunctis filiabus urbis meae».
vedor.
No he localizado cita que corresponda exactamente a lo expresado en el texto del ms. Clemente Alejandrino, sin embargo, concede especial importancia a los ojos: «Porro autem oculis maxime parcendum est, quoniam melius est labi pedibus quam occulis… cum per eos cupiditas ineat primae pugnae praeludia. Ante totum enim corpus corrumpuntur oculi.(Paedagogos, lib. III, cap. 11, col. 646). También: «Fieri enim potest, ut qui viderit labatur; sed fieri non potest, ut qui non viderit, concupiscat» (Paedagogus, lib. III, cap. 11, col. 662).
cuncluyr.
aduieto.
nataral.
perdon.
Gen. 6, 1-3: «Cumque coepissent homines multiplicari super terram, et filias procreassent, videntes filii Dei filias hominum quod essent pulchrae, acceperunt sibi uxores ex omnibus, quas elegerant. / Dixitque Deus: Non permanebit spiritus meus in homine in aeternum, quia caro est; eruntque dies illius centum viginti annorum»
II Sam. 11, 2-26: donde se narra en detalle esta bien conocida historia.
I Re. 11, 1-5: «Rex autem Salomon adamavit mulieres alienigenas multas ... Cumque iam esset senex, depravatum est cor eius per mulieres, ut sequeretur deos alienos … colebat Salomon Astarthen deam Sidoniorum, et Moloch idolum Ammonitarum».
conçeuio.
reculaçion.
donde.
Véase DA, s. v. «Nazareno i Nazareo», y Jue. 13, 4-5.
Forma áurea de «Dalila».
les.
Forma arcaica de «tahona». En ms. athaona. Jue. 16, 4-21. «Post haec amavit mulierem, quae habitabat in valle Sorec, et vocabatur Dalila ... At illa dormire eum fecit super genua sua, et in sinu sui reclinare caput. Vocavitque tonsorem, et rasit septem crines eiusm, et coepit abigere eum, et a se repellere: statim enim ab eo fortitudo discessit / Dixitque: Philisthiim super te, Samson ... Quem cum apprehendissent Philisthiim, statim eruerunt oculos ejus, et duxerunt Gazam vinctum duabus catenis, et clausum in carcere molere fecerunt».
Psalm. 90, 5-6: «Scuto circumdabit te veritas ejus: non timebis a timore nocturno; / a sagitta volante in die, a negotio perambulante in tenebris, ab incursu, et daemonio meridiano». Las instrucciones espirituales a los monjes del desierto advertían acerca de la desgana, laxitud y acidia que, como «demonio meridiano», solían experimentar durante el final de la mañana y las primeras horas de la tarde.
estado.
Véase n. 146.
Referencia a un proverbio popular: «El hombre es fuego, y la mujer estopa; viene el diablo y sopla» (Correas, Vocabulario de refranes y frases proverbiales p. 79). Elementos de este refrán aparecen en otras manifestaciones culturales europeas; así, por ejemplo, el personaje de Chaucer que, dentro del contexto de la relación entre hombre y mujer, consideraba peligroso poner juntos el fuego y la estopa («The Wife of Bath’s Prologue», p. 311). Para 1598 la presencia de mujeres en las tablas será ya cosa establecida y aceptada. Las críticas se dirigen entonces contra la costumbre de que «vistan las comediantas tan costosamente y con tanta riqueza sedas y oro» (Memorial de la Villa de Madrid a Felipe II, Bibliografía, p. 423b).
cossas.
representan.
Valerio Máximo: «... iungendum est his P. Sempronius Sapho, qui coniugem repudii nota adfecit, nihil aliud quam se ignorante ludos ausam spectare» (Factorum et dictorum memorabilum libri novem, lib. 6, cap. 3).
«Imperatores Theodosius, Valentinianus. Vir quoque pari fine claudetur nec licebit ei sine causis apertius designatis propriam repudiare iugalem, nec ullo modo expellat nisi adulteram [...] nisi circensibus vel theatralibus ludis vel harenarum spectaculis in ipsis locis, in quibus haec adsolent celebrari, se prohibente gaudentem...» (Codex Iustiniani, «De repudiis et iudicio de moribus sublato», lib. V, 17.8.3). Esta causa de divorcio fue añadida en el año 449 por Valentiniano III a otras ya en vigor.
Esta información, enriquecida con un dicho de un lacedemonio, aparece en «Parecer sobre la prohibición de las comedias» (1598), obra ms. de Don García de Loaisa, de donde al parecer procede lo escrito sobre este mismo tema por el jesuita Pedro Fomperosa en El buen celo (1683): véase Bibliografía, pp. 395b y 266a respectivamente. Ninguno de estos dos documentos atribuye la información a Plutarco. Por mi parte, no he conseguido localizar esta información en ninguna de las obras de Plutarco consultadas, incluyendo «Vita Lycurgi», «Instituta Laconica», «Apophthegmata Laconica», «Lacaenarum Apophthegmata», y «De Mulierum Virtutibus» (véase Plutarch, The Paralllel Lives, vol. I, pp. 2015 y ss.; Moralia, vol. III, pp. 423-449, 353-371, 455-469, 475-581 respectivamente).
Suetonio: «Feminis ne gladiatores quidem, quos promiscue spectare sollemne olim erat, nisi ex superiore loco spectare concessit... Athletarum vero spectaculo muliebre secus omne adeo summovit» (De vitis Caesarum, lib. 2, «Vita Divi Augusti», cap. 44).
espetaculo.
Curiosamente, esta frase, en el manuscrito, constituye por sí sola un párrafo exento, que en nuestra transcripción unimos al siguiente.
Frase inconsecuente debido a anacoluto. Casiodoro: «Mores autem graves in spectaculis quis requirat? ad circum nesciunt convenire Catones» (Cassiodori Senatoris Variae, lib. 1, epist. 27).
Traslado fiel y autorizado de alguna ley o documento (DA, s. v. «authéntico»).
honesta. «Honestad» es forma anticuada de «honestidad».
Justiniano: «Interdicimus sanctissimis episcopis et presbyteris, diaconis et subdiaconis, lectoribus et omnibus aliis cuiuslibet ordinis venerabilis collegii aut schematis constitutis, ad tabulas ludere, aut aliis ludentinus participes esse, aut inspectores fieri, aut ad quodlibet spectaculum spectandi gratia venire. Si quis autem ex his in hoc deliquerit, iubemus hunc tribus annis a venerabili ministerio prohiberi, et in monasterium redigi» (Novellae Constitutiones, 123, 10). La prohibición aparece en la legislación medieval de Alfonso el Sabio: «E si otros homes los fecieren (juegos por escarnio) non deben los clérigos hi uenir porque se fazen hi muchas villanías y desaposturas» (Libro de las Leyes, Partida 1, título 6, ley 34. Véase Las Siete Partidas, vol. I, p. 276).
lo.
religuiosas.
son.
Alfonso el Sabio: «Nin deben (los clérigos) ser facedores de juegos por escarnio porque los vengan a ver las gentes como los facen, et si otros homes los fecieren non deben los clérigos hi venir porque se facen hi muchas villanías et desaposturas... Pero representaciones hi ha que pueden los clérigos facer, así como de la nascencia de Nuestro Señor Jesu Cristo...» (Libro de las Leyes que fizo, Partida 1, título 6, ley 3. Véase Las Siete Partidas, p. 276).
Viguilançio.
Jerónimo: «Vigiliae et pernoctationes in basilicis... Error autem et culpa juvenum vilissimarumque mulierum, qui per noctem saepe deprehenditur, non est religiosis hominibus imputandus... paucorum culpa non praejudicat religionis... nostras ergo vigilias malae aliorum vigiliae non destruent... Quod enim semel fecisse bonum est, non potest malum esse, si frequentius fiat: aut si aliqua culpa vitanda est, non ex eo quae saepe sed ex eo quod fit aliquando culpabile est» (Contra Vigilantium liber unus, cap. 9; PL, XXII, cols. 362-363).
rigusos.
«Placuit prohiberi ne feminae in coemeteriis pervigilent, eo quod saepe sub obtentu orationis latenter scelera commitunt» (Concilium Eliberitanum, cap. 35; PL, LXXXIV, col. 306). Las vigilias nocturnas en iglesias y ermitas fueron más tarde fomentadas por la Iglesia, pero dictando normas para impedir abusos. El Concilio de Sevilla de 1478 establece que las puertas de iglesias y ermitas no se abran sino «al tiempo de dezir las oras», cerrándose con llave cuando termine la vigilia nocturna. A la naturaleza de estos abusos hacen referencia algunos sínodos provinciales, como el de Ávila de 1481: «… es costumbre en algunos lugares de nuestra diócesis que… así varones como mugeres, clérigos y legos, por devoción van de noche a las yglesias… [y] por relación fidedigna avemos sabido que… se cometen en las dichas iglesias y sus cementerios, maleficios y excesos, especialmente fornicaciones y adulterios… y otras cosas mucho deshonestas… y actos mucho escandalosos y grandes pecados» (Sinodicon Hispanum, vol. VI, p. 132). Tomo esta última cita de Arranz Guzmán, 2003, p. 17.
Rómulo: «Noctvrna muliervm sacrificia ne svnto, praeter illa, qvae pro popvlo rite fiant» (François Balduin, Libri Duo in Leges Romuli et Leges XII Tab[ularum] quibus fontes Iuris Ciuilis explicantur, p. 15).
Cicerón, después de citar verbatim la ley de Rómulo, dialoga con su hermano Quintus y con su amigo Atticus acerca de los sacrificios nocturnos de las mujeres, justificando su desaprobación con referencias literarias del mundo griego: «Quid autem mihi displiceat in nocturnis, poetae indicant comici» (De legibus, lib. II, 21-37).
los.
presteros.
Juan Crisóstomo: «Ideo praedico, et perspicua voce clamo: Si quis post hanc cohortationem atque doctrinam, ad iniquam theatrorum perniciem defecerit, non illum intra haec saepta recipiam, non administrabo ei mysteria, non permittam ut sacram mensam attingat...» (Homilia contra ludos et theatra; PG, LVI, col. 268). «... quomodo qui desident in theatro, qui nihil sani audiunt videntque, sed multa diffluunt turpitudinem, multa nequitia, qui undique obsidionem patiuntur, per aures, per oculos, possint malam superare concupiscentiam? Rursum si non possunt, quomodo poterunt unquam ab adulterii crimina absolvi? Tum qui non liberi sunt ab adulterii crimine, quomodo poterunt absque poenitentia ad haec sacra vestibula accedere, hujusque praeclari conventus esse participes?» (De Davide et Saule Homilia III; PG, LIV, col. 696). En Juan Crisóstomo son numerosas las referencias a los espectáculos públicos, descritos siempre con connotaciones muy negativas.
viçes, por posible latinismo, como plural de vicis.
Ecl. 7, 5-7: «Cor sapientium ubi tristitia est, et cor stultorum ubi laetitia. / Melius est a sapienti corripi, quam stultorum adulatione decipi; / quia sicut sonitus spinarum ardentium sub olla, sic risus stulti. Sed et hoc vanitas».
com.
yncouenientes.
aduiendo.
gusticias.
fues.
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