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Los hidalgos de La Mancha según las Relaciones topográficas de Felipe II y los censos de población del siglo xvi

Vincent Parello
p. 185-201

Resúmenes

Si más de la mitad de los hidalgos manchegos eran hidalgos de sangre, un 46% eran hidalgos de ejecutoria o bien personas exentas de pechos reales y concejiles por motivos que no tenían nada que ver con la nobleza. Dicho de otra manera, había pocos nobles auténticos que pudieran blasonar de descender de los godos. Además, entre los hidalgos de ejecutoria, se hallaban muchos descendientes de linajes conversos, o sea cristianos nuevos considerados como vasallos de segunda categoría en aquella España de los Austrias tan obsesionada por la ideología de la limpieza de sangre. Eran pues hidalgos manchegos y manchados.

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Notas de la redacción

Article reçu pour publication le 24/01/2018; accepté le 25/05/2018.

Texto completo

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, 1605 (I, 1).

1Para abordar la estratificación social española, no sólo hace falta tener en cuenta la oposición entre el hidalgo y el pechero (criterio estamental), sino también la oposición entre el rico y el pobre, el propietario y el no propietario (criterio clasista), el cristiano viejo y el cristiano nuevo, que designa tanto al convertido de judío como al convertido de moro (criterio casticista). Lleva pues toda la razón el historiador Juan Ignacio Gutiérrez Nieto cuando señala que la sociedad española moderna presenta una estructura de tipo «castizo-estamental»:

  • 1 Juan Ignacio Gutiérrez Nieto, 1973, p. 522.

Si las sociedades nobiliarias europeas a lo largo de la Edad Media adoptaron medidas comunes para protegerse contra una burguesía que podría imponer una estructura social clasista, cabe señalar, además, a fines de la Edad Media y comienzos de la Moderna formas específicas antiburguesas en cada país. Pues bien, en el caso castellano —y con menos fuerza en otros reinos peninsulares— creemos que el matiz diferenciador y que se manifestará de gran eficacia va a consistir en el montaje de una estructura castizo-estamental1.

  • 2 Joseph Pérez, 2000; Faustino Menéndez Pidal, 2008; David García Hernán, 1992, 1993, 2005.
  • 3 Juan Hernández Franco, 1995.
  • 4 Pierre Chaunu, 1973, Tomo 1, p. 280.
  • 5 Esta fórmula aparece muy a menudo en la documentación inquisitorial.
  • 6 Jaime Contreras, 1992, p. 19: «Lo que se buscaba en realidad era la fijación de un tipo social que (...)

2La hidalguía consta de tres factores que son el estatuto jurídico, el estatuto económico y el estatuto político2. Si la hidalguía y la limpieza son en teoría dos conceptos distintos, acaban confundiéndose en la práctica a partir de los años 1550. Entonces fue cuando la nobleza se convirtió en una casta cerrada, multiplicándose los estatutos de limpieza de sangre que vedaban el acceso de varios cuerpos del Estado a los descendientes de conversos3. Como lo indica Pierre Chaunu, con el paso del tiempo la probanza de hidalguía fue cumpliendo un papel similar a la información de limpieza de sangre4. Para probar su hidalguía, el individuo debía demostrar en adelante que era cristiano rancio «sin mancha de moro ni de judío»5. En el paradigma social del hidalgo cristiano viejo, vinieron pues a confluir los elementos etnográficos que definían la hidalguía y los valores religiosos del dogma contrarreformado6.

  • 7 Carmelo Viña y Ramón Paz, 1949-1971. En adelante: Relaciones topográficas.

3En este artículo, intentaremos esbozar un panorama general de los hidalgos manchegos, haciendo hincapié en las varias formas de hidalguía que se pueden encontrar en las Relaciones topográficas de Felipe II redactadas entre los años 1575 y 15807.

La repartición de los hidalgos por el territorio de la Mancha

  • 8 Archivo General de Simancas (AGS), Contadurías Generales, Leg. 768.
  • 9 AGS, Expedientes de Hacienda, Segunda serie, Leg. 31 a 208.
  • 10 AGS, Cámara de Castilla, Leg. 2159 y 2160.
  • 11 Annie, Molinié-Bertrand, 1980.
  • 12 Francisco Javier Campos Fernández de Sevilla, 1986.

4Para acercarse a la demografía castellana de la época moderna, el estudioso dispone de varias fuentes de índole fiscal y eclesiástica: los censos globales y locales, así como los registros eclesiásticos. El censo de 1528 se realizó para contabilizar el número de pecheros que figuraban en los padrones de los ayuntamientos y que debían pagar el servicio o impuesto directo8. Los padrones de 1561, 1586 y 1597, realizados «calle ahita», servían para averiguar las rentas y vecindades para encabezamientos de alcabalas y de tercias9. El censo de 1571 fue redactado por los corregidores con motivo del repartimiento de los moriscos desterrados del reino de Granada a raíz de la guerra de las Alpujarras10. Por fin, el censo de 1591 se hizo para repartir y percibir el nuevo impuesto de los millones, votado por las Cortes de Castilla después del desastre de la Invencible Armada11. Al margen de estas fuentes, se pueden recurrir a las Relaciones topográficas ordenadas por Felipe II que ofrecen una descripción pormenorizada de las localidades de la Corona de Castilla en sus aspectos más variados: agricultura, economía, población, religión, arquitectura, geografía, folklore, cultura, etc.12.

  • 13 Había una excepción sin embargo: la nobleza polaca ascendía a un 15% en la Edad Moderna. Sobre la n (...)
  • 14 Annie Molinié-Bertrand, 1985.
  • 15 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 121: «En 1591, on recense 24 777 vecinos et 3048 pecheros, soit 12 (...)
  • 16 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 104: «75,9% des habitants du Principado sont des hidalgos ou des v (...)
  • 17 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 116: «Les hidalgos sont au nombre de 6844 et représentent 43,6% de (...)
  • 18 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 110: «En 1591, on recense 15 474 hidalgos, c’est-à-dire le tiers ( (...)

5El estamento nobiliario, llamado a menudo brazo militar en el reino de Aragón, era mucho más numeroso en España que en los demás países de la Europa occidental. Representaba el 10,2% del conjunto de la población española, frente a un 2% en Francia, un 3% en Rusia y un 0,5% en Suecia13. Según el censo de 1591, estudiado por Annie Molinié-Bertrand, había 134 223 vecinos nobles en el reino de Castilla, o sea unos 604 000 hidalgos repartidos de manera muy desigual por el territorio peninsular14. A medida que bajamos hacia el sur, la proporción de nobles tiende a disminuir. En la provincia de Santander, y más precisamente en la Merindad de Trasmiera los hidalgos representaban el 85,9%15, en la provincia de Asturias el 75,9%16, en la de Ponferrada el 43,6%17, en la de León el 33,5%18, en la de Segovia el 18,02%, en la de Burgos el 14%, en la de Valladolid el 11,3%, en la de Extremadura el 10%, en la de Salamanca el 9,8%, en la de Soria el 7,7%, en la de Galicia el 5%, en la de Toledo el 5%, en la de Toro el 4,4%, en la de Sevilla el 3,9%, en el reino de Granada el 3,3%, en la provincia de Murcia el 3,2%, en la de Cuenca el 3,2%, en la de Jaén el 2,7%, en la de Avila el 2,3%, en la de Guadalajara el 2%, en la de Madrid el 1,3%, y en la provincia de Córdoba el 1%.

  • 19 Lourdes Soria Sesé, 2006.
  • 20 Christine Stallaert, 1998, p. 72. De hecho el privilegio de hidalguía se remontaba a 1397.

6Como podemos averiguarlo, los hidalgos estaban concentrados en las provincias del País Vasco —Guipúzcoa y Vizcaya— donde los moradores gozaban de la hidalguía universal, especie de patrimonio jurídico-político de los señoríos colectivos formados por esas dos entidades geográficas19. En 1526, el Fuero Nuevo de Vizcaya reconocía la hidalguía de todos los vizcaínos, y en 1562 Felipe II la otorgaba asimismo a todos los guipuzcoanos20. En Castilla la Nueva, patria del caballero don Quijote y de su escudero Sancho Panza, los hidalgos eran poco numerosos; de allí la mayor dificultad para probar su hidalguía que en otras zonas donde no había distinción entre hidalgos y pecheros, y «todos se tenían por hidalgos». En Andalucía, la hidalguía era casi inexistente, pero en cambio había una fuerte concentración de títulos, o sea de duques, condes y marqueses.

  • 21 Noël Salomon, 1964; Jerónimo López-Salazar Pérez, 1986; Julián Montemayor, 1996.

7La provincia de Toledo agrupa varios territorios que se extienden desde el Tajo hasta Andalucía. Abarca Toledo y su partido, Talavera y Alcalá de Henares, Ocaña y la provincia de Castilla, el Campo de Calatrava y el Campo de Montiel, así como Alcaraz y su partido. Corresponde a las actuales provincias de Toledo y de Ciudad Real21.

8Hasta que Madrid se convirtiera en capital, Toledo era la ciudad más poblada de Castilla la Nueva. A lo largo del siglo xvi, su población no dejó de aumentar pasando de 7000 vecinos en 1528, a 10 645 vecinos en 1561, a 12 142 vecinos en 1571, y a 10 933 en 1591. Al final de la rebelión de la Alpujarras, más de 2000 moriscos del reino de Granada llegaron a Toledo, avecindándose mayormente en las parroquias de Santiago y de San Isidro. Toledo era una ciudad aristocrática con nobles de ilustre alcurnia, una ciudad eclesiástica que albergaba la catedral primada de España, y una ciudad industrial y comercial donde se trabajaba la lana y la seda procedente de Murcia, de Granada y de Valencia. En virtud del privilegio de que gozaba la ciudad, el 91,4% de los vecinos (1000 aproximadamente) eran considerados como hidalgos o, más exactamente, como exentos de pechos:

  • 22 Relaciones topográficas, II, p. 524.

Los vezinos de este pueblo, como está dicho en el capítulo veynte y seis, no tienen exercicio alguno de labrança, sino son los hidalgos, cavalleros y escuderos, oficiales de república que en circuyto de la dicha ciudad, a una, dos y quatro leguas, tienen heredades de vino y algún ganado. No se pueden conocer el número de hidalgos, porque, como este pueblo por antiguedad de muchos reyes sea libre de pecho, sisa, quema y almojarifazgo ni otra nueva ynposición, todos biven con ygualdad y libertad, tanto que los vezinos de Toledo es plática común de labrança y criança no aver pagado ningún derecho, y por esto aunque ay y muy buenos hidalgos y cavalleros ylustres, escuderos, nobles, no se diferencian sino es en la probança de algun pleyto grave, entrada de cabildos o cofradías, que para el examen desto tienen particulares constituciones. Solamente el que va mejor vestido, más acompañado, o tiene mejor plato, es tenido por mejor al parecer común del vulgo, y haze mejores obras y menos agravios a su próximo: la gente noble de este pueblo se ocupa en mucha caridad y hospitalidad, en apaciguar diferencias, y en proveer miserias y trabajos22.

9Exceptuando la ciudad del Tajo que gozaba de una casi hidalguía universal, la proporción de hidalgos en la Mancha toledana se situaba muy por debajo de la media nacional, alcanzando apenas el 5% del conjunto de la población. De un total de 75 localidades, sólo 8 tenían más de 10% de hidalgos. Por orden alfabético, se trataba de Arges (40,5%), Casas Buenas (10,7%), Chueca (100%), Esquivias (12,8%), Mascaraque (16,8%), Mozarambroz (20,8%), Nominchal (10,7%) y Olías del Rey (12,9%).

  • 23 El cuadro no incluye las ciudades de Toledo ni de Ciudad Real.

Repartición de los hidalgos en la provincia de Toledo23

Alcaudete: 300 vecinos. 3 vecinos hidalgos (0,9%) (II, p. 51).

Aldeanueva de Balbarroyo: 200 vecinos. 4 vecinos hidalgos (1,9%) (II, p. 57).

Almonacid: 240 vecinos. 2 casas de hidalgos (0,8%) (II, p. 64).

Añover: 300 vecinos. 2 casas de hidalgos (0,6%) (II, p. 72).

Arcicollar: 80 vecinos. 8 casas de hidalgos (9%) (II, p. 81).

Arges: 44 vecinos. 30 casas de hidalgos (40,5%) (II, p. 88).

Barciense: 130 vecinos. 5 vecinos hidalgos (3,7%) (II, p. 113).

Bargas: 300 vecinos. 30 vecinos hidalgos (9%) (II, p. 121).

Belvis: 85 vecinos. 5 escuderos (5,5%) (II, p. 130).

Borox: 488 vecinos. 17 casas de hidalgos nobles (3,3%) (II, p. 139).

Burguillos: 120 vecinos. 1 casa hidalga (0,8%) (II, p. 157).

Burujón: 150 vecinos. 3 vecinos hidalgos (1,9%) (II, p. 150).

Camarena: 482 vecinos (14 moriscos granadinos). 2 hidalgos (0,4%) (II, p. 197).

Campillo: 130 vecinos. 1 casa de hidalgo (0,7%) (II, p. 207).

Camuñas: 240 vecinos. 17 vecinos hidalgos (6,6%) (II, p. 212).

Carriches: 80 vecinos. 4 casas de hidalgos (0,4%) (II, p. 242).

Casarrubios del Monte: 650 vecinos. 30 casas de hidalgos (4,4%) (II, p. 258).

Casas Buenas: 75 vecinos. 9 casas de hidalgos (10,7%) (II, p. 269).

Cazalegas: 200 vecinos. 5 vecinos hidalgos (2,4%) (II, p. 292).

Cerralbo: 90 vecinos. 1 casa de hidalgos (1%) (II, p. 300).

Ciruelos: 120 vecinos. 3 vecinos hidalgos (2,4%) (II, p. 309).

Cobeja de la Sagra: 108 vecinos. 1 vecino hidalgo (0,9%) (II, p. 317).

Chueca: 20 vecinos. Todos los vecinos están exentos (100%) (II, p. 350).

Domingo Pérez: 150 vecinos. 2 casas de hidalgos (1,3%) (II, p. 356).

Dosbarrios de Ocaña: 740 vecinos (44 moriscos). 4 casas de hidalgos (0,5%) (II, p. 363).

Escalonilla: 250 vecinos. Un vecino caballero (0,3%) (II, p. 381).

Esquivias: 250 vecinos. 37 casas de hidalgos (12,8%) (II, p. 401).

Gerindote: 100 vecinos. 1 vecino hidalgo (0,9%) (II, p. 426).

Guadamur: 90 vecinos. 3 vecinos hidalgos (3,2%) (II, p. 432).

Las Herencias: 80 vecinos. 1 vecino hidalgo (1,2%) (p. 443).

Illán de Vacas: 100 vecinos. 7 vecinos hidalgos (6,5%) (II, p. 490).

Illescas: 1000 vecinos. 22 casas de hidalgos (1,8%) (II, p. 495).

Lillo: 800 vecinos. 28 casas de hidalgos (3,3%) (II, p. 507).

Lucillos: 100 vecinos. 2 vecinos hidalgos (1,8%) (II, p. 516).

Madridejos: 1600 vecinos. 70 casas de hidalgos (4,1%) (III, p. 5).

Magan: 150 vecinos. 1 casa de hidalgo (0,6%) (III, p. 10).

Mañosa: 28 vecinos. Un vecino tenido por hidalgo (3,4%) (III, p. 42).

Maqueda: 550 vecinos. 20 casas de hidalgos (3,4%) (III, p. 52).

Mascaraque: 200 vecinos (8 moriscos de Granada). 42 casas de vecinos exentos (16,8%) (III, p. 64).

Mozarambroz: 190 vecinos. 50 «caballeros y herederos vecinos de Toledo exentos de pechos reales » (20,8%) (III, p. 80).

Mentrida: 500 vecinos. 1 casa de hidalgo (0,1%) (III, p. 97).

Miguel Esteban: 80 vecinos. 6 vecinos hidalgos (6,9%) (III, p. 113).

Mocejón: 200 vecinos. 2 vecinos hidalgos (0,9%) (III, p. 118).

Nambroca: 100 vecinos. 20 «herederos vecinos de la ciudad de Toledo» (16,6%) (III, p. 130).

Nominchal: 100 vecinos. 12 vecinos hidalgos (10,7%) (III, p. 158).

Noves: 340 vecinos. 5 casas de hidalgos (1,4%) (III, p. 164).

Nuez: 45 vecinos. 1 vecino caballero (2,1%) (III, p. 173).

Ocaña: 3000 vecinos. 300 casas de hidalgos (9%) (III, p. 179).

Olias: 350 vecinos. 52 vecinos hidalgos (12,9%) (III, p. 191).

Orgaz: 700 vecinos. 20 casas de hidalgos (2,7%) (III, p. 196).

Pantoja: 75 vecinos. 1 vecino hidalgo (1,3%) (III, p. 200).

Peromoro: 20 vecinos. 2 vecinos hidalgos (9%) (III, p. 209).

Portillo: 140 vecinos. 1 casa de hidalgos (0,7%) (III, p. 239).

Puebla de Almoradiel: 370 vecinos. 4 vecinos hidalgos (1%) (III, p. 248).

Puebla de Montalbán: 800 vecinos. 11 vecinos hidalgos (1,3%) (III, p. 258).

Puebla Nueva: 350 vecinos. 4 vecinos labradores hidalgos (1,1%) (III, p. 268).

Puente del Arzobispo: 400 vecinos. 6 vecinos hidalgos (1,4%) (III, p. 284).

Recas: 150 vecinos. 2 vecinos hidalgos (1,3%) (III, p. 336).

Rielves: 165 vecinos. 3 hidalgos (1,7%) (III, p. 346).

San Bartolomé: 75 vecinos. 2 hidalgos (2,5%) (III, p. 369).

Santa Ana de Bienvenida: 80 vecinos. 3 casas de hidalgos (3,6%) (III, p. 412).

Santacruz de la Zarza: 1100 vecinos. 30 casas de hidalgos (2,6%) (III, p. 421).

Santa Olalla: 400 vecinos. 15 casas de hidalgos (3,6%) (III, p. 424).

Santo Domingo del Valle: 120 vecinos. 3 vecinos hidalgos (2,4%) (III, p. 431).

Seseña: 300 vecinos. 1 casa de hidalgos (0,3%) (III, p. 439).

Talavera de la Reina: 2000 vecinos. 200 casas de hidalgos (9%) (III, p. 458).

Tembleque: 1000 vecinos. 6 vecinos hidalgos (0,5%) (III, p. 476).

El Toboso: 900 vecinos (200 moriscos). 2 casas de hidalgos (0,1%) (III, p. 581).

La Torre de Esteban: 550 vecinos. 1 casa de hidalgo (0,1%) (III, p. 601).

Torrejoncillo: 20 vecinos. 1 hidalgo (4,7%) (III, p. 617).

Ugena: 100 vecinos. 3 casas de hidalgos (2,9%) (III, p. 641).

Villacañas: 500 vecinos. 5 casas de hidalgos (0,9%) (III, p. 645).

Media general: (5%).

10La villa de Ciudad Real constaba de 1211 vecinos en 1528, de 1810 en 1561 y de 2240 en 1591. El padrón de 1586, realizado «calle ahita» nos permite conocer de manera pormenorizada la composición de la población. De los 1965 vecinos, 393 eran moriscos del reino de Granada, 118 hidalgos (5%), 17 clérigos y 21 doncellas. Ciudad Real formaba parte de esas agrociudades típicas de la parte meridional del reino, que vivían gracias a la actividad textil (lana principalmente), la agricultura y la ganadería. Su dinamismo demográfico y económico se debía, en gran parte, a la llegada de los cristianos nuevos de moros a partir de 1570. Estos se especializaron en las tareas agrícolas, en el textil y en el pequeño comercio, como lo explica muy acertadamente Annie Molinié-Bertrand:

  • 24 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 234.

En conclusion, Ciudad Real en 1586 vit du textile mais surtout de l’agriculture; un quart de la population est occupée à la terre, aux travaux des champs. L’élément nouveau, à partir de 1570, ce sont les Morisques venus de Grenade; ils se cantonnent dans les travaux agricoles et dans le textile, ou bien dans le petit commerce. Une grosse bourgade de la Manche qui a continué de s’accroître jusqu’après 1590, en partie grâce à l’apport de la population morisque24.

  • 25 Felipe Ruiz Martín, 1967.

11En la provincia de Ciudad Real, la proporción de hidalgos era aún menor que en la de Toledo. La media era de un 3,5%, y sólo cuatro localidades tenían más de un 10% de hidalgos: Arenas (17,1%), Corral de Almodóvar (10,2%), Picón (14,2%) y Terrinches (21,1%). Si hacemos la media de las provincias de Toledo y de Ciudad real, obtenemos una cifra equivalente a la que nos brindan las fuentes fiscales y los padrones, o sea un 4,2% de hidalgos (1950 vecinos)25.

  • 26 El cuadro no incluye las ciudades de Toledo ni de Ciudad Real.

Repartición de los hidalgos en la provincia de Ciudad Real26

Alcolea de Almodóvar: 184 vecinos. 40 casas de hidalgos (17,8%) (IV, p. 22).

Alcubillas: 130 vecinos (20 moriscos granadinos). 3 casas de hidalgos (1,9%) (IV, p. 29).

Alhambra: 200 vecinos (12 moriscos del reino de Granada). 8 casas de hidalgos (3,6%) (IV, p. 43).

Almedina: 400 vecinos. 12 casas de hidalgos (2,9%) (IV, p. 59).

Almodóvar del Campo: 800 vecinos. 13 o 14 casas de hidalgos (1,7%) (IV, p. 73).

Arenas: 170 vecinos. 30 vecinos hidalgos (17,1%) (IV, p. 86).

Argamasilla de Alba: 700 vecinos. 17 vecinos hidalgos (0,02%) (IV, p. 101).

Argamasilla: 600 vecinos. 25 casas de hidalgos (0,04%) (IV, p. 102-103).

Ballesteros: 180 vecinos. 1 vecino hidalgo (0,5%) (IV, p. 121).

Bienservida: 330 vecinos. 1 vecino hidalgo (0,3%) (IV, p. 127).

Cabezaarados: 70 vecinos. 1 vecino hidalgo (0,02%) (IV, p. 142).

Calzada: 700 vecinos. 15 casas de hidalgos (0,02%) (IV, p. 158-159).

Campo de Criptana: 1000 vecinos. 20 vecinos hidalgos (1,9%) (IV, p. 169).

Cañada del Moral: 900 vecinos. 7 vecinos hidalgos (0,07%) (IV, p. 176).

Caracuel: 50 vecinos. 3 vecinos hidalgos (0,05%) (IV, p. 181).

Carrión de Calatrava: 440 vecinos. 12 vecinos hidalgos (0,02%) (IV, p. 167).

Castellar: 370 vecinos. 30 vecinos hidalgos (0,07%) (IV, p. 193).

Corral de Almodóvar: 334 vecinos. 38 casas de hidalgos (10,2%) (IV, p. 211).

Cozar: 350 vecinos. 15 casas de hidalgos (4,1%) (IV, p. 215).

Daimiel: 1997 vecinos (120 moriscos del reino de Granada). 63 casas de hidalgos (2,8%) (IV, p. 230-231).

Fuenllana: 160 vecinos. 6 casas de hidalgos (3,6%) (IV, p. 261).

Herencia: 500 vecinos. 12 casas de hidalgos (2,3%) (IV, p. 269).

Hernán Caballero: 200 vecinos. 2 hidalgos (0,9%) (IV, p. 275).

Malagón: 600 vecinos. Una docena de casas de hidalgos (1,9%) (IV, p. 289).

Manzanares: 700 vecinos. 12 casas de hidalgos (1,6%) (IV, p. 300).

La Membrilla: 1200 vecinos (200 moriscos de Granada). 17 casas de hidalgos (1,1%) (IV, p. 307).

Miguelturra: 400 vecinos. 9 casas de hidalgos (2,2%) (IV, p. 318).

Montiel: 300 vecinos. 15 casas de hidalgos de ejecutoria (4,7%) (IV, p. 348).

Picón: 30 vecinos. 5 casas de hidalgos (14,2%) (IV, p. 368).

Piedrabuena: 500 vecinos. 3 vecinos hidalgos (0,5%) (IV, p. 374).

Los Pozuelos: 35 vecinos. 2 casas hidalgas (5,4%) (IV, p. 382).

Puebla de Almoradiel: 370 vecinos. 7 casas de hidalgos (0,01%) (IV, p. 393).

Puebla del Príncipe: 80 vecinos. 4 casas de hidalgos de sangre (4,7%) (IV, p. 403).

Puertollano: 1000 vecinos. 8 casas de hidalgos (0,01%) (IV, p. 416).

Quintanar de la Orden: 596 vecinos (2 moriscos). 35 casas de hidalgos (5,5%) (IV, p. 426-430).

Saceruela: 200 vecinos. 1 vecino hidalgo (0,01%) (IV, p. 451)

Santa Cruz de Mudela: 600 vecinos. 2 casas de hidalgos (0,01%) (IV, p. 461).

Socuéllamos: 700 vecinos. 31 casas de hidalgos (4,2%) (IV, p. 475).

La Solana: 700 vecinos. 4 casas de «hombres que gozan y están en posesión de hidalgos» (0,01%) (IV, p. 484).

Terrinches: 150 vecinos. 40 casas de hidalgos (21,1%) (IV, p. 497).

Torre de Juan Abad: 300 vecinos. 11 casas de hidalgos (3,5%) (IV, p. 534).

Torrenueva: 418 vecinos (59 vecinos moriscos del reino de Granada). 5 casas de hidalgos (1%) (IV, p. 543).

Villaharta: 80 vecinos. 4 vecinos en posesión de hidalgos (4,7%) (IV, p. 560).

Villahermosa: 500 vecinos. 12 casas de hidalgos (2,3%) (IV, p. 567).

Villamanrique: 400 vecinos (30 moriscos del reino Granada). 20 casas de hidalgos de sangre (4,4%) (IV, p. 573).

Villamayor: 560 vecinos (20 moriscos del reino de Granada). 15 casas de hidalgos (2,5%) (IV, p. 580).

Villanueva de los Infantes: 1300 vecinos (300 moriscos del reino de Granada). 40 casas de hidalgos (2,4%) (IV, p. 590).

Villarrubia de los Ajos: 500 vecinos. 29 vecinos hidalgos (de sangre) (5,4%) (IV, p. 605).

Villarrubia de Uclés: 700 vecinos. 20 casas de hidalgos (2,7%) (IV, p. 616).

Media general: 3,5%.

Las distintas categorías de hidalgos en la Mancha

  • 27 Antonio Domínguez Ortiz, 1963, p. 191. Este autor distingue siete categorías nobiliarias: las situa (...)
  • 28 Pablo de León, Guía del cielo, p. 451.
  • 29 Citado por Joseph Pérez, 2000, p. 143, nota 10.

12En la Mancha de los últimos Austrias, cada cual soñaba con ser lo que no era. El labrador pechero tenía ínfulas de hidalgo, el hidalgo acomodado quería infiltrarse en el universo de los caballeros, el caballero deseaba a toda costa obtener un título de nobleza, y el título envidiaba al Grande de España27. Como lo apunta Pablo de León en la Guía del cielo, «un escudero desea comúnmente ser caballero y le parece que con aquello se contentaría; y después llega allí y luego desea ser conde o duque muy grande»28. Ahora bien, estas diferencias que se daban entre las distintas categorías nobiliarias, también se dieron entre los mismos hidalgos. El hidalgo de solar conocido se sentía superior al hidalgo notorio, al hidalgo de privilegio, al hidalgo de ejecutoria, al escudero y, de manera general, a todas las personas que estaban asimiladas a la nobleza. Era la misma jerarquía que establecía el conde duque de Olivares en su Gran Memorial publicado en 1624: «Hidalgos solariegos y descendientes dellos; hidalgos notorios que no tienen solar ni más origen aquella nobleza que haber sido tenidos y estimados por tales; hidalgos de privilegio»29. En El Quijote de Cervantes, los verdaderos nobles le reprochan a don Quijote el haber usupardo un don y un título de caballero que no le corresponden, siendo como es en realidad un mero «hidalgo escuderil». Es lo que expresan a las claras estas palabras de Sancho:

  • 30 Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, II, 2, p. 594.

Los hidalgos dicen que, no conteniéndose vuestra merced en los límites de la hidalguía, se ha puesto don y se ha arremetido a caballero con cuatro cepas y dos yugadas de tierra y con un trapo atrás y otro adelante. Dicen los caballeros que no querrían que los hidalgos se opusiesen a ellos, especialmente aquellos hidalgos escuderiles que dan humo a los zapatos y toman los puntos de las medias negras con seda verde30.

  • 31 Nueva Recopilación (1567), I, VII, 17. Richard Kagan, 1981; Jean-Marc Pelorson, 1980.

13Si bien la mayoría de los hidalgos manchegos eran hidalgos de sangre (54,6%), muchos lo eran de ejecutoria (30%) o por estar exentos de pechos por motivos que no tenían nada que ver con la nobleza (14,7%): pobreza, desempeño de oficios públicos, obtención de un grado universitario, prole prolífica, etc. Como lo explica Huarte de San Juan, la exención fiscal no basta por sí sola para probar la nobleza o, por lo menos, para aportar la prueba de la hidalguía de un individuo. En efecto, algunas categorías de pecheros gozaban de tal privilegio sin ser nobles, como los doctores en leyes, artes, teología o medicina. La Pragmática de Santa Fe, llamada Concordia de Santa fe del 27 de mayo de 1492, recogía los privilegios de carácter jurisdiccional, económico y militar de que disfrutaban los universitarios de Salamanca, privilegios que luego fueron extendiéndose a las demás universidades de la Corona de Castilla en tiempos de Carlos V. En las Cortes de Madrid de 1534, el emperador inició un proceso de asimilación de los letrados a la nobleza exentando de impuestos a los doctores graduados en las universidades de Bolonia, donde muchos estudiantes españoles cursaban leyes, de Valladolid y de Salamanca. A continuación, esta exención se aplicó a los doctores de Alcalá de Henares y a los de la corona de Aragón31. Esta franqueza otorgada a los estudiantes salmantinos redundaba en menosprecio de los hidalgos auténticos o, dicho de otra manera, de los «hijosdalgo de España», de sangre y de solar conocido. Es lo que expresa claramente el doctor Suárez de Toledo, alcalde de corte en Alcalá de Henares:

  • 32 Huarte de San Juan, Examen de ingenios, p. 135.

Aunque eran mis padres tan pobres, que, si quisieran, no me graduaran por Salamanca; pero ya sabe vuestra alteza que los doctores de esta Universidad tienen las mesmas franquezas que los hijosdalgo de España, y a los que lo somos por naturaleza nos hace daño esta esención, a lo menos a nuestros descendientes32.

  • 33 Francisco Rico, 2005, p. 745: «Los tratadistas de Hispanorum nobilitate como el mentado Saavedra, d (...)

14Al fin y al cabo, los hidalgos de la Mancha nada tenían que ver con los descendientes de los «conquistadores de España» ufanos de sí mismos, que desde la Montaña de Santander, Galicia, Asturias, Guipuzcoa, Vizcaya o Navarra se habían ilustrado por sus prestigiosas hazañas bélicas durante la Reconquista contra los moros33.

  • 34 El cuadro no incluye las ciudades de Toledo ni de Ciudad Real.
  • 35 El hidalgo de gotera es el hidalgo de posesión local que sólo es considerado como tal en el lugar d (...)
  • 36 El hidalgo de bragueta era el que había obtenido la exención fiscal por haber tenido una numerosa p (...)

Tipología de los hidalgos en las provincias de Toledo y de Ciudad Real34

1) Hidalgos «auténticos»: 1065 vecinos (54,6%).

Hidalgos de sangre: 1053.

Hidalgos de solar conocido: 11.

Hidalgos ad perpetuam rei memoriam: 1.

2) Hidalgos de pleito: 584 vecinos (30%).

Hidalgos de ejecutoria: 464.

Hidalgos de posesión: 119.

Hidalgo de canales adentro (hidalgo de gotera)35: 1.

3) Personas exentas: 288 vecinos (14,7%).

Hombres que gozan de la libertad de Toledo: 246.

Escuderos: 23.

Hombres que no pagan el pecho: 17.

Hidalgos de bragueta36: 2.

4) Hidalgos de privilegio: 12 (0,6%).

5) Hidalgo de compra: 1 (0,1%).

Total: 1950 vecinos (100%).

  • 37 José Antonio Maravall, 1986, pp. 41-61.

15La categoría más prestigiosa era la de los hidalgos «auténticos» que incluía a los hidalgos de sangre, a los hidalgos de solar conocido y a los hidalgos ad perpetuam rei memoriam. En la sociedad estamental, la sangre desempeñaba un papel fundamental en cuanto transmisor de las cualidades hereditarias. El honor del linaje recaía a cada instante en el heredero virtuoso que poseía la virtud por el mero hecho de tener en las venas la misma sangre que sus predecesores. La buena sangre de la que hablan los textos era la que el individuo había heredado a través de varias generaciones de nobles37.

  • 38 Julio García Gabilán Sangil, 2013.
  • 39 Victor Manuel Migués, 2005.
  • 40 Julio García Gabilán Sangil, 2013, p. 129.

16Para Arce de Otálora, el solar conocido correspondía al lugar que los antiguos hidalgos poseían por divisa, solariego o behetría, mientras que para García de Saavedra equivalía a la casa del señor que tenía vasallos solariegos38. Aunque no existe propiamente dicho ninguna definición jurídica del solar, éste se caracterizaba por una serie de elementos constitutivos. Estaba situado en las provincias del noroeste de España, en lugares despoblados y montañosos. Sus símbolos eran las armas, la voz sonora y el apellido ilustre. Se trataba de un patrimonio indiviso, transmitido por línea agnada que no podía adquirirse por compraventa. El solar acabó convirtiéndose en el icono, el referente social y el definidor capital de la nobleza39. La prueba de la hidalguía solariega radicaba en la común e inmemorial reputación entre los vecinos del lugar40.

  • 41 Manuel Taboada Roca, 1991, pp. 102-103.

17La probanza ad perpetuam rei memoriam figura en la ley IV del título XXVII de la Novísima Recopilación, en la resolución dictada por doña Isabel en Barcelona a 12 de abril de 1533, en la declaración de Felipe II del 10 de septiembre de 1594, y en la orden para las probanzas de hidalguía del 28 de septiembre de 1600. Tenía un carácter meramente preventivo y su meta era que no desaparecieran las pruebas que el hidalgo o sus descendientes necesitarían más tarde. Para solicitar su práctica, se aducía la vejez de los testigos y el daño que por su desaparición podría acarrear a la nobleza del postulante41:

  • 42 Manuel Ladrón de Guevara e Isasa, 2013, p. 589.

El solicitante presentaba en la Sala de los Hidalgos de la Audiencia su petición, dando la ascendencia por línea de varón hasta donde quería llegar, añadiendo «y de tiempo inmemorial a esta parte», y que él y ellos habían estado en posesión del estado de hijosdalgo, guardándoles los honores, franquezas, exenciones y prerrogativas de tales [...]. Y alegaba hacerlo porque los testigos que podían confirmarlo eran muy viejos y muriendo ellos no tendría modo de probarlo y con ellos perecería su justicia ante los Concejos donde tuviera vecindad42.

  • 43 Mariano Madramany y Calatayud, Tratado de la nobleza de la Corona de Aragón para ilustración de la (...)
  • 44 Antonio Morales Moya, 1994, p. 219-222.

18Por debajo de los hidalgos de sangre que representaban la flor y nata de la hidalguía, se hallaban los hidalgos de privilegio, que habían obtenido la nobleza por sus méritos civiles o militares. Como dice Mariano Madramany y Calatayud, los hidalgos de privilegio eran «aquellos que habiendo sido plebeyos les concedió el Príncipe expreso título de hidalguía con las correspondientes honras y preeminencias»43. A diferencia de la hidalguía de sangre que incluía a todos los ascendientes, el privilegio sólo afectaba al interesado y a sus descendientes. Se materializa mediante dos tipos de documentos: la carta de merced o el privilegio real de nobleza44. Como rezaban las leyes de las Partidas, la hidalguía se hacía efectiva al cabo de tres generaciones por línea paterna. Ahora bien, la distinción entre los hidalgos de sangre que no recibieron su nobleza del rey y los hidalgos de privilegio cuya hidalguía dependía directamente del monarca resulta del todo artificial en la medida en que cuando remontamos un linaje siempre acabamos topando con un antepasado lejano que no fue hidalgo. Como todas las cosas, la hidalguía tiene un principio, por muy remoto que se halle en el tiempo. No pudiendo un individuo autoproclamarse hidalgo, sólo el rey es capaz de conferirle la merced de la hidalguía. Con el paso del tiempo, la hidalguía de privilegio acabó confundiéndose con la hidalguía de sangre. En cualquier caso, el rey se imponía como la única fuente de los honores y el que repartía las mercedes. Es lo que ilustra este diálogo ficticio entre el alcalde de Alcalá y el emperador Carlos V imaginado por Huarte de San Juan:

Carlos V: Pues pregunto yo ahora: ¿de dónde hubo la hidalguía aquel primero que dio principio a vuestra nobleza? Él no pudo libertarse a sí mismo ni eximirse de los pechos y servicios que hasta allí habían pagado al rey sus antepasados, porque esto era hurto y alzarse por fuerza con el patrimonio real, y no es razón que los hidalgos de sangre tengan tan ruin principio como éste. Luego claro está que el rey le libertó y le hizo merced de aquella hidalguía. O dadme vos de dónde la hubo.

  • 45 Huarte de San Juan, Examen de ingenios, p. 134.

Alcalde: Muy bien concluye vuestra alteza; y así es verdad que no hay hidalguía verdadera que no sea hechura del rey45.

  • 46 Huarte de San Juan, Examen de ingenios, p. 136.

19La nobleza conferida por el privilegio ya no estriba en el linaje sino en el mérito individual. El que por su prudencia, su justicia, su valentía, sus obras buenas y virtuosas se alza por encima de la gente plebeya no merece ser empadronado, o sea figurar como contribuyente en el padrón de los pecheros de su localidad. Como tal, la república tiene el deber de gratificarlo46.

  • 47 Jeanine Fayard y Marie-Claude Gerbet, 1985.

20En lo más bajo de la escala nobiliaria, figuraban los hidalgos de ejecutoria que habían tenido que pleitear su hidalguía ante una de las dos chancillerías del reino: la de Granada para los territorios situados al sur del río Tajo y la de Valladolid para los territorios situados al norte47. Frente al concejo que intentaba empadronarle, es decir, ponerle en las listas de los pecheros, el hidalgo podía hacer valer sus derechos ante los alcaldes de la Sala de los Hidalgos y averiguar la antigüedad de su linaje, su descendencia por línea de varón y su limpieza de sangre:

  • 48 Citado por Francisco Rico, 2005, p. 746. Novísima recopilación, Ley VII, título II, libro II.

Que este tal [el hidalgo] sea tenido de probar la posesión de su hidalguía probando la esención e inmunidad de su padre y de su ahuelo, por la cual probanza paresca como él, seyendo casado y viviendo sobre sí, y su padre y su ahuelo, todas tres personas estuvieron pacíficamente en reputación y posesión de homes hijosdalgo en los logares donde vivieron por veinte años continos y cumplidos, y que como a tales hijosdalgo los dejaban los concejos donde vivían de empadronar y prendar en los pechos reales y concejales, y no por otra razón alguna, y que se ayuntaban en sus ayuntamientos con los otros hijosdalgo en los logares donde vivieron48.

  • 49 Jeanine Fayard y Marie-Claude Gerbet, 1985, p. 443 y ss.

21Conforme vamos avanzando en el siglo xvi, mayor es la duración de los pleitos cuya media llega a alcanzar trece años entre 1581 y 1609. Resulta cada vez más difícil obtener o, incluso, conservar la hidalguía49. El proceso consta de varias etapas que podemos sintetizar de la manera siguiente: la demanda hecha individualmente o a través de un procurador contra el concejo; la respuesta de los alcaldes de la chancillería que notifican la demanda del pleiteante a la parte adversa; la carta del concejo que trata de demostrar que la pretensión del pleiteante es ilícita; la receptoria de los alcaldes que autorizan cada parte a probar su dicho; la convocatoria de los testigos; la probanza; la sentencia definitiva y la entrega de la carta ejecutoria. El pleiteante siempre podía apelar en segunda instancia de la sentencia de los alcaldes ante los oidores de la chancillería.

  • 50 Antonio Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, 1988, pp. 35-60.
  • 51 Vincent Parello, 1999, pp. 42-43.
  • 52 Augustin Redondo, 1997, p. 64.

22Entre estos hidalgos de segunda categoría, se encontraban muchas familias de origen converso que se habían avecindado en la Mancha a raíz de la instauración de la Inquisición en Castilla a finales del siglo xv y, en menor medida, familias que habían mezclado su sangre con la de los moriscos desterrados de Granada después de la guerra de las Alpujarras50. En el arzobispado de Toledo, los conversos representaban aproximadamente el 20% de la población global51. Las tasas más elevadas se encuentran en Almadén (21%), Almagro (29%), La Puebla de Alcocer (30%), Escalona (31%) y Alcázar de Consuegra (34%). Muchas familias de origen judío se instalaron en el Campo de Calatrava, amplio territorio concedido a la orden cisterciense en tiempos de Alfonso VIII que ocupaba la casi totalidad de la actual provincia de Ciudad Real. Dicho espacio presentaba un triple interés desde el punto de vista económico, político y social. A nivel comercial, el Campo de Calatrava aparece como un lugar de paso obligatorio que relaciona la zona de Córdoba y de Sevilla con la de Castilla la Vieja. Rutas económicas de primera importancia atraviesan el territorio de la Mancha. En ella, los conversos desempeñaron un papel clave a nivel de la actividad agrícola y ganadera y de la industria textil. El Campo de Calatrava era una zona de señorío militar donde los conversos podían beneficiarse de la protección de los señores a quienes prestaban múltiples servicios como administradores de bienes, mayordomos, arrendadores, contadores, etc. A fines del siglo xvi, con la unión dinástica del reino de Portugal y de Castilla, muchos marranos portugueses vinieron a España como mercaderes y banqueros. A diferencia de sus homólogos castellanos, invirtieron parte de sus haciendas en la tierra, manera eficaz de alcanzar la hidalguía52.

Moriscos en la provincia de Toledo y de Ciudad Real

Albadalejo: 100 vecinos (33,3%).

Alcubillas: 20 vecinos (12,2%).

Alhambra: 12 vecinos (5,4%).

Borox: 25 vecinos (4,9%).

Camarena: 14 vecinos (2,8%).

Ciudad Real: 393 vecinos (15,6%).

Daimiel: 120 vecinos (5,5%).

Dosbarrios de Ocaña: 44 vecinos (5,5%).

Mascaraque: 8 vecinos (0,03%).

La Membrilla: 200 vecinos (0,1%).

Quintanar de la Orden: 2 vecinos (0,01%).

El Toboso: 200 vecinos (18,1%).

Toledo: 2200 vecinos (22%).

Torrenueva: 59 vecinos (12,2%).

Torrijos: 100 vecinos (3%).

Totanes: 2 vecinos (2,5%).

Villamanrique: 30 vecinos (6,6%).

Villamayor: 20 vecinos (3,3%).

Villanueva de los Infantes: 300 vecinos (0,2%).

Total: 3849 vecinos (8%).

23A modo de conclusión, diremos que los hidalgos de la Mancha presentan toda una serie de características que les diferencian de sus homólogos del norte. En las provincias de Toledo y de Ciudad Real, no exceden el 4,2% de la población, tasa poco elevada en comparación con la media nacional (10,2%), una de las más elevadas de la Europa moderna, exceptuando el caso de Polonia.

24Si más de la mitad de los hidalgos manchegos eran hidalgos de sangre, un 46% eran hidalgos de ejecutoria o bien personas exentas de pechos reales y concejiles por motivos que no tenían nada que ver con la nobleza: hombres que gozan de la libertad de Toledo, oficiales reales, letrados, hidalgos de bragueta, etc. Dicho de otra manera, había pocos nobles auténticos que pudieran blasonar de descender de los godos. Además, entre los hidalgos de ejecutoria, se hallaban muchos descendientes de linajes conversos, o sea cristianos nuevos considerados como vasallos de segunda categoría en aquella España de los últimos Austrias tan obsesionada por la ideología de la limpieza de sangre. Eran pues hidalgos manchegos y manchados.

  • 53 Noël Salomon, 1964, p. 176: «Elle [la propriété paysanne] fut le fait d’une minorité villageoise, d (...)

25Si a todo esto, añadimos que la Mancha era una zona rústica con un 80% de campesinos, que los hidalgos tenían a menudo haciendas muy inferiores a las de ciertos «labradores ricos»53, no debe extrañarnos que el lector contemporáneo de Cervantes soltara la carcajada al habérselas, desde las primeras líneas del Quijote, con un hidalgo de la Mancha de los de lanza en astillero...

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Notas

1 Juan Ignacio Gutiérrez Nieto, 1973, p. 522.

2 Joseph Pérez, 2000; Faustino Menéndez Pidal, 2008; David García Hernán, 1992, 1993, 2005.

3 Juan Hernández Franco, 1995.

4 Pierre Chaunu, 1973, Tomo 1, p. 280.

5 Esta fórmula aparece muy a menudo en la documentación inquisitorial.

6 Jaime Contreras, 1992, p. 19: «Lo que se buscaba en realidad era la fijación de un tipo social que había de ser considerado como paradigma. En tal categorización social convergían, por un lado, los elementos etnográficos que definían la hidalguía y, por otro, los valores religiosos del dogma contrarreformado [...] Resultaba ser verdad que tal programa sociocultural, fenómeno preciso de aculturación, marginaba —aunque no excluía— a otros grupos minoritarios que pudieran representar opciones variadas y menos monolíticas».

7 Carmelo Viña y Ramón Paz, 1949-1971. En adelante: Relaciones topográficas.

8 Archivo General de Simancas (AGS), Contadurías Generales, Leg. 768.

9 AGS, Expedientes de Hacienda, Segunda serie, Leg. 31 a 208.

10 AGS, Cámara de Castilla, Leg. 2159 y 2160.

11 Annie, Molinié-Bertrand, 1980.

12 Francisco Javier Campos Fernández de Sevilla, 1986.

13 Había una excepción sin embargo: la nobleza polaca ascendía a un 15% en la Edad Moderna. Sobre la nobleza en España, véanse: Ignacio Atienza Hernández, 1986; Antonio Domínguez Ortiz, 1963; John Elliott, 1982; Marie-Claude Gerbet, 1979 y 1989; Annie Molinié-Bertrand, 1973.

14 Annie Molinié-Bertrand, 1985.

15 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 121: «En 1591, on recense 24 777 vecinos et 3048 pecheros, soit 12,3% de la population totale. Les 21 295 hidalgos représentent 85,9% des habitants de la province; c’est le pourcentage le plus fort pour l’ensemble du Royaume de Castille».

16 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 104: «75,9% des habitants du Principado sont des hidalgos ou des vecinos tenus pour hidalgos de l’ensemble du Royaume; dans ces zones septentrionales, les nobles sont souvent des gentilshommes campagnards, ces hidalgos-labradores que l’on peut voir exploitant eux-mêmes leurs terres, poussant la charrue, labrando, parmi eux, nombreux sont ceux qui ont juste de quoi subsister, eux et leur famille».

17 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 116: «Les hidalgos sont au nombre de 6844 et représentent 43,6% de la population totale de la province. On y recense également 325 clérigos et 169 religieux. Entre 1528 et 1591, on note un accroissement démographique de 94,05%».

18 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 110: «En 1591, on recense 15 474 hidalgos, c’est-à-dire le tiers (33,58%) de la population totale de la province. Cette région, où il existe une forte proportion de nobles parmi les vecinos, se situe entre, d’une part les Asturies et surtout la Trasmiera où la majeure partie de la population est réputée noble, et d’autre part la moyenne nationale (10,2%)».

19 Lourdes Soria Sesé, 2006.

20 Christine Stallaert, 1998, p. 72. De hecho el privilegio de hidalguía se remontaba a 1397.

21 Noël Salomon, 1964; Jerónimo López-Salazar Pérez, 1986; Julián Montemayor, 1996.

22 Relaciones topográficas, II, p. 524.

23 El cuadro no incluye las ciudades de Toledo ni de Ciudad Real.

24 Annie Molinié-Bertrand, 1985, p. 234.

25 Felipe Ruiz Martín, 1967.

26 El cuadro no incluye las ciudades de Toledo ni de Ciudad Real.

27 Antonio Domínguez Ortiz, 1963, p. 191. Este autor distingue siete categorías nobiliarias: las situaciones prenobiliarias o de nobleza cuestionada, los hidalgos, los caballeros, los caballeros poseedores de una dignidad o de un título de comendador, los señores de vasallos, los títulos y los Grandes de España.

28 Pablo de León, Guía del cielo, p. 451.

29 Citado por Joseph Pérez, 2000, p. 143, nota 10.

30 Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, II, 2, p. 594.

31 Nueva Recopilación (1567), I, VII, 17. Richard Kagan, 1981; Jean-Marc Pelorson, 1980.

32 Huarte de San Juan, Examen de ingenios, p. 135.

33 Francisco Rico, 2005, p. 745: «Los tratadistas de Hispanorum nobilitate como el mentado Saavedra, doctamente aducido por Claude Chauchadis y Jean-Michel Laspéras, consideraban que los únicos “hijosdalgo a la antigua”, a machamartillo, eran los conquistadores de España, los artífices medievales de la Reconquista, y que su “casa de solar”, en consecuencia, no podía estar sino en la “Montaña, Galicia, Asturias, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra”...».

34 El cuadro no incluye las ciudades de Toledo ni de Ciudad Real.

35 El hidalgo de gotera es el hidalgo de posesión local que sólo es considerado como tal en el lugar donde vive.

36 El hidalgo de bragueta era el que había obtenido la exención fiscal por haber tenido una numerosa prole de una unión matrimonial legítima.

37 José Antonio Maravall, 1986, pp. 41-61.

38 Julio García Gabilán Sangil, 2013.

39 Victor Manuel Migués, 2005.

40 Julio García Gabilán Sangil, 2013, p. 129.

41 Manuel Taboada Roca, 1991, pp. 102-103.

42 Manuel Ladrón de Guevara e Isasa, 2013, p. 589.

43 Mariano Madramany y Calatayud, Tratado de la nobleza de la Corona de Aragón para ilustración de la Real Cédula del Señor don Luis I de 14 agosto de 1724, p. 32.

44 Antonio Morales Moya, 1994, p. 219-222.

45 Huarte de San Juan, Examen de ingenios, p. 134.

46 Huarte de San Juan, Examen de ingenios, p. 136.

47 Jeanine Fayard y Marie-Claude Gerbet, 1985.

48 Citado por Francisco Rico, 2005, p. 746. Novísima recopilación, Ley VII, título II, libro II.

49 Jeanine Fayard y Marie-Claude Gerbet, 1985, p. 443 y ss.

50 Antonio Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, 1988, pp. 35-60.

51 Vincent Parello, 1999, pp. 42-43.

52 Augustin Redondo, 1997, p. 64.

53 Noël Salomon, 1964, p. 176: «Elle [la propriété paysanne] fut le fait d’une minorité villageoise, d’une sorte de bourgeoisie rurale extrêmement réduite numériquement; celle-ci joua, cependant, dans les pueblos un rôle de premier plan: aisée et cossue, capable de rivaliser par son assise économique et son prestige avec la petite noblesse locale, cette oligarchie paysanne a été symbolisée par le type du villano rico».

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Para citar este artículo

Referencia en papel

Vincent Parello, «Los hidalgos de La Mancha según las Relaciones topográficas de Felipe II y los censos de población del siglo xvi»Criticón, 135 | 2019, 185-201.

Referencia electrónica

Vincent Parello, «Los hidalgos de La Mancha según las Relaciones topográficas de Felipe II y los censos de población del siglo xvi»Criticón [En línea], 135 | 2019, Publicado el 28 mayo 2019, consultado el 11 diciembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/6235; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.6235

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Autor

Vincent Parello

Vincent Parello es catedrático de civilización y literatura españolas en la universidad de Bordeaux Montaigne. Publicó, en particular, Les judéo-convers de Tolède (xve-xvie siècle). De l’exclusion à l’intégration, Paris, L’Harmattan, 1999; La Catalogne de Cervantès. Texte et contexte, Montpellier, Cahiers de l’IREC, Hors Série, 2006; L’Espagne face aux hérésies: représentations et discours (Moyen Âge et Époque Moderne), Les Cahiers de Framespa, 20, 2015.
parellov@gmail.com

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