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Los «saraos entretenidos» de Castillo Solórzano: un recorrido por sus colecciones de novelas a la luz de un prólogo

Patricia Festini
p. 49-63

Resúmenes

El artículo recorre la construcción de las colecciones de novelas de Castillo Solórzano a partir del prólogo de Sala de recreación, ya que este presenta una síntesis de los elementos necesarios para comprender el fenómeno de la novela corta, destacándose, en particular, la inclusión de «versos y saraos entretenidos» tan frecuentes en la obra del vallisoletano. Esta característica de los textos de Castillo subraya la hegemonía del delectare sobre el prodesse y abre el camino para la consolidación de una literatura de entretenimiento.

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Notas de la redacción

Article reçu pour publication le 22/05/2018; accepté le 30/09/2018.

Texto completo

1Cuando, ya hace muchísimos años, tomé la decisión de hacer una tesis sobre novela corta postcervantina e inicié la búsqueda del corpus sobre el cual iba a trabajar, heredé un material bastante antiguo, de los tiempos en que era catedrática Celina Sabor de Cortazar. Entre las cosas que encontré en ese material, además de cuadernos de apuntes y algunas fichas amarillentas, estaba la copia en papel carbónico de la transcripción a máquina de La quinta de Laura, la última colección de novelas de Castillo Solórzano, publicada póstumamente, y que la profesora Cortazar había copiado pacientemente en la, entonces, Biblioteca Nacional de Madrid y mecanografiado con el carbónico correspondiente para duplicar así el fruto de sus esfuerzos, en un tiempo en que las fotocopias eran inaccesibles.

2Como mi intención era trabajar sobre la funcionalidad de los distintos tipos de materiales que componían la novela corta, me llamó mucho la atención el prólogo al lector:

  • 1 Castillo, La quinta de Laura, preliminares sin foliar.

Carísimo lector, aunque no sea nueva la introducción deste libro (pues en este género has visto otras) lo escrito de todo él te ofrezco, y aseguro por nuevo, y Novelas, y sucesos no tocados; quisiera yo con este libro darte mucho gusto, con cosas muy gustosas y exquisitas. Lo moral que hallares en estas Novelas, basta para muchos advertimientos; este ha sido mi fin, y para que no canse la prosa, lo mezclo con diferentes versos y Saraos entretenidos, todo a fin de entretenerte1.

  • 2 Si bien la mención a estos elementos es un tópico común tanto en los prólogos como en los comentari (...)

3Con el correr de la investigación supe que, en realidad, el prólogo en cuestión no pertenecía a La quinta de Laura sino a Sala de recreación y que fueron los editores de aquélla quienes lo repitieron. Pero, más allá de este detalle editorial, lo que me interesó de su lectura es que en él aparece una síntesis de los elementos necesarios para comprender la construcción de la novela corta2: se apela a lo genérico con el «en este género has visto otras»; a la originalidad, al mencionar las «novelas y sucesos no tocados»; a la necesidad de validar la colección desde las coordenadas horacianas del prodesse y del delectare con «lo moral que hallares basta para muchos advertimientos», y, junto con esto, se suma el «quisiera yo darte mucho gusto»; «cosas gustosas y exquisitas»; «que no canse la prosa» y los «versos y saraos entretenidos». Finalmente, el «todo a fin de entretenerte» parece señalar que el fin de la colección es la hegemonía del deleite sobre la utilidad.

  • 3 Realizar un recorrido por todos los elementos que confluyen en un fenómeno tan complejo como lo es (...)

4El análisis de la funcionalidad de estos elementos en los textos me llevó a considerar la interacción genérica como principio constructivo de la novela corta postcervantina y a entender esta característica como el componente que subraya el predominio del delectare sobre el prodesse. Esto, sobre todo, a partir de la producción de Castillo Solórzano, quien es, sin duda, su autor más representativo. De todos modos, este rasgo va a ser una constante, sino en todas, en la mayoría de las colecciones de novela del siglo xvii y refleja la confluencia de las distintas líneas que se fusionan en la poligénesis de la novela corta española, las que, analizadas en perspectiva diacrónica, permiten observar un desplazamiento que posibilita la hegemonía del delectare frente al prodesse3.

  • 4 Alcalá Galán, 1996, p. 13. Cabe señalar, además, que si bien se trata de un género renacentista, es (...)

5Dentro de los antecedentes temporalmente más cercanos a la novela corta del siglo xvii, es necesario mencionar las misceláneas, un género que gozó de gran popularidad desde el siglo xvi y que correspondería, en parte, a lo que hoy se califica como divulgación. Según Mercedes Alcalá Galán, «no se trata de prosa doctrinal o científica, sino de obras concebidas desde fuera de la ficción pero que presentan un alto índice de literariedad. La amenidad es un fin en sí mismo al que se encaminan tanto la selección de la materia como su tratamiento»4.

  • 5 Rallo Gruss, 1984, p. 166.
  • 6 Lope de Vega, Novelas a Marcia Leonarda, p. 183.

6Por su parte, Asunción Rallo Gruss señala que es un género que tiene su esencia en la inserción de narraciones ejemplares, agudezas en forma de chiste, entre otros textos, los cuales podrían considerarse «material novelable»5. Si tenemos en cuenta los textos de diversa índole que hallamos en la novela corta en general, y en las colecciones de Castillo Solórzano en particular, es posible establecer no solo una relación con las misceláneas sino también con la poética desplegada por Lope de Vega en sus Novelas a Marcia Leonarda, cuando señala que «en este género de escritura ha de haber una oficina de cuanto se viniera a la pluma»6.

7Dentro de este encuadre, es mi intención hacer un pequeño recorrido por aquellos elementos que contribuyen a delinear la figura del «Castillo Solórzano novelador» hasta confluir en Sala de recreación que, considero, representa la cifra de su propuesta narrativa.

8Es evidente que don Alonso conocía el oficio. La prueba de ello es la cantidad de colecciones de novelas que logró publicar en menos de un cuarto de siglo. Estamos ante un poeta de academias, además de novelista consagrado y dramaturgo, que fue una figura destacada en el ambiente literario madrileño de las primeras décadas del siglo xvii. Además, el carácter anticultista de sus escritos nos permite creer que participó en las polémicas surgidas en torno a la nueva poesía. Todos estos elementos se reflejan en sus colecciones de novelas, especialmente por medio de la interpolación de diferentes materiales en el encuadre narrativo.

9No sólo nos encontramos ante el novelista más prolífico de novela corta, sino que, como ya mencionamos, es uno de los autores que mayor cantidad de géneros incorpora a sus textos. En sus marcos podemos hallar desde enigmas y poemas de características académicas hasta sus más logradas composiciones dramáticas, rasgos que pueden interpretarse como un modo de alcanzar el gusto del lector en un género que postula el entretenimiento desde el título. Los nombres de las diferentes colecciones de Castillo no dejan duda de su intención lúdica: Tardes entretenidas, Jornadas alegres, Tiempo de regocijo, Noches de placer, Fiestas del jardín, Los alivios de Casandra, Sala de recreación o, en su defecto, espacios que proponen el esparcimiento como Huerta de Valencia o La quinta de Laura.

10Los títulos, además, le van a permitir la inclusión de juegos de palabras en los prólogos, subrayando la intencionalidad de ofrecer un divertimento.

11Un repaso por algunos fragmentos de esos prólogos permite ejemplificar estas cuestiones:

  • 7 Castillo, Tardes entretenidas, preliminares sin foliar.

Seis novelas te presento, adornadas con diferentes versos, a cuyo volumen doy el título de Tardes entretenidas; si te lo parecieren, poco te habrán hecho de costa, y en parte te hallas donde podrás lograr el título con los muchos divertimientos que te ofrece la corte; lo que te puedo asegurar es que ninguna cosa de las que en este libro te presento es traducción italiana, sino hijas de mi entendimiento7.

  • 8 Cervantes, Novelas ejemplares, vol. I, p. 88.

12Aparece aquí el mencionado juego de palabras, a partir del título de la colección, sumando un elemento lúdico a la propuesta. El hecho de que las «tardes entretenidas» puedan lograrse, ya por la lectura, ya por los entretenimientos que ofrecía la corte, es una observación que subraya la hegemonía del delectare sobre el prodesse en la presentación de la primera de sus colecciones de novelas. También, ya en este primer trabajo, hace referencia a adornar las novelas con diferentes versos, concepto que va a ampliar, como vimos, en el prólogo de Sala de recreación. Por último, y si bien no menciona a Miguel de Cervantes ni una sola vez a lo largo de toda su obra, la intertextualidad con el prólogo de las Ejemplares es más que clara. Frente al «yo soy el primero que ha novelado en lengua castellana; que las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son traducidas de lenguas extranjeras, y estas son mías propias»8, Castillo Solórzano señala que «ninguna cosa de las que en este libro te presento es traducción italiana, sino hijas de mi entendimiento».

13En las colecciones posteriores, se mantienen estas características, aunque encontramos algunas pequeñas variantes, relacionadas con la figura del Castillo escritor:

  • 9 Castillo, Jornadas alegres, p. 10.

ofreciéndote otras seis, si no Tardes, Jornadas y Alegres. Si te cansares en alguna, apéate en el primero entretenimiento que hallare tu comodidad y descansa; quien te ofrece el consejo, te asegura que quisiera con divertimiento mayor darte gusto9.

  • 10 Castillo, Noches de placer, pp. 5-6.

Hallo que fue gran cordura la del primero escritor que trató con respeto a los lectores en sus prólogos, pues a quien se le pretende captar la benevolencia, más se le obliga con esto que con la llaneza del tú, [...] Ampare v.m. estas Noches de placer, y si no se lo parecieren, cierre el libro y acomódese a dormirlas hasta que salga el sol y le den los buenos días10.

  • 11 Castillo, Fiestas del jardín, preliminares sin foliar.

Sin gastar largos períodos, ni enfadosos episodios, señor lector, digo, que le presento estas Fiestas del jardín, si acaso no le enoja decir que se las presento, costándole su dinero, porque a sentir esto de antemano, las que juzgo fiestas, le serán pesadumbres. No fue mi intento ser molesto con ellas, divertirle honestamente, sí. Esta invención conozca, sino es conforme con la ejecución de lo escrito, aunque las comedias ya han granjeado aplausos en los teatros de España11.

  • 12 Castillo, Los alivios de Casandra, preliminares sin foliar.

Lector carísimo, poco me importa captarte la benevolencia, llamándote pío, discreto, prudente y otros atributos que los escritores dan a los lectores en sus prólogos, si todo esto ha de servir de poco. […] está escrito con el estilo que otros deste género que he sacado a luz en que he sido favorecido, no menos lo espero ser de tu piedad presente, que con esto me anime a darte otras obras en que te entretengas12.

14Son apenas fragmentos de prólogos bastante más extensos, pero en ellos podemos observar el correspondiente juego de palabras con el título que, como en Tardes entretenidas, contribuye a captar la benevolencia del lector, tópico mencionado explícitamente tanto en Noches de placer como en Los alivios de Casandra.

15Pero, además, hay elementos que parecen documentar la recepción tanto de las novelas como de las comedias del escritor. En el caso de Fiestas del jardín, la referencia a los aplausos que recogieron las piezas teatrales incluidas está legitimando, sin duda, la capacidad de Castillo como autor dramático. En Los alivios de Casandra, lo que se valida es su figura como autor de narrativa breve, ya que se refiere a sí mismo como alguien que ha sido favorecido en el género.

  • 13 Cervantes, Novelas ejemplares, vol. II, p. 348.

16Si bien no en todos los prólogos se mencionan explícitamente las coordenadas horacianas, la sugerencia de un cambio de entretenimiento si la lectura no es placentera al lector resignifica, en cierto modo, el par utilidad-deleite e, incluso, es posible hallar ciertas reminiscencias de las palabras finales de las Ejemplares cervantinas, cuando el Licenciado Peralta propone «recrear los ojos del cuerpo, porque ya he recreado los del entendimiento»13. Lo cierto es que no solo la novela corta propicia cambios en la comprensión del binomio horaciano en el siglo xvii. Al respecto, son fundamentales las palabras con las que Aurora Egido se refiere a la palabra poética en el Barroco:

  • 14 Egido, 1990, p. 19.

La poesía tiende en el xvii a decantarse cada vez más por el sincretismo de las dos vertientes del postulado horaciano y por ampliar y ensanchar los límites del delectare como campo abierto que implica en sí mismo utilidad y provecho14.

  • 15 En relación con los distintos materiales que se incluyen en estos encuadres, Manuel Piqueras Flores (...)

17Así las cosas, el planteo de los prólogos va a proyectarse en los marcos por medio de la voz de algún personaje que será quien sugiera u organice el pasatiempo. Para ello, no solo se destacará la necesidad de unir lo útil con lo agradable o la conveniencia de incluir alguna canción, sino que, en algunos casos, se propondrá la organización de verdaderas fiestas barrocas (los ya mencionados «saraos entretenidos») con la interpolación de máscaras y representaciones dramáticas15.

18La propuesta del encuadre plantea dos elementos que contribuyen a señalar la importancia al delectare que se da en las colecciones de Castillo Solórzano. Por un lado, se subraya el carácter lúdico del pasatiempo: las actividades que se pautan tienen que tender, sobre todo, a entretener, aunque es aconsejable que en ellas se deslice alguna moraleja, a fin de unir lo útil con lo deleitoso. Por el otro, se destaca la importancia de un buen modo de narrar. En ese sentido, siguen vigentes los consejos que Cipión le da a Berganza:

  • 16 Cervantes, Novelas ejemplares, vol. II, p. 284.

los cuentos unos encierran y tienen la gracia en ellos mismos; otros, en el modo de contarlos; quiero decir que algunos hay que aunque se cuenten sin preámbulos y ornamentos de palabras, dan contento; otros hay que es menester vestirlos de palabras, y con demostraciones del rostro y de las manos y con mudar la voz se hacen algo de nonada, y flojos y desmayados se vuelven agudos y gustosos16.

19Estos elementos, si bien no son originales, sientan la base de la propuesta narrativa de Castillo y se plasman en la descripción en los marcos del entretenimiento concertado, desde donde se insiste en el carácter lúdico del pasatiempo:

  • 17 Castillo, Tardes entretenidas, f. 4v.

dispongo entreteneros las tardes hasta la noche y ha de ser de esta manera. Que a la persona que le tocare, [...], cuente a todos una novela con la mejor prosa que de su cosecha tuviere, y luego que se acabe, lleve dos remates con dos ingeniosos enigmas, […] sazonando yo todo esto antes y después, cantando alguna letra o romance […], pienso que podremos dar a esta conversación el título de las Tardes entretenidas, y espero de los agudos ingenios de todas estas damas que han de novelar muy a imitación de lo de Italia donde tanto se han preciado desto17.

  • 18 Castillo, Jornadas alegres, p. 17.

cada día le toque a uno de los seis el entretener a los demás una hora, con un discurso que haga, en que refiera un suceso con su moralidad, porque se mezcle lo provechoso con lo deleitable, que yo me obligo a sazonar los que se dijeren con cantar versos míos antes y después. Y asimismo, estas señoras doncellas me ayudarán con sus dulces versos18.

20Con Tiempo de regocijo, el encuadre incluye por primera vez la fiesta:

  • 19 Castillo, Tiempo de regocijo, p. 193.

que desde el domingo que viene nos juntemos, en siendo de noche, en esta sala (donde quiero que sea la primera holgura), y ésta conste de todos estos divertimientos.
Mientras se hace hora de cenar, quiero que don Claudio, mi hijo, os refiera una novela maquinada de su ingenio […]; después della, dirá cada uno los mejores versos que supiere de memoria, graves o jocosos […]; y después de la cena se rematará la fiesta con algunos graciosos bailes o máscaras o alguna representación
19.

21Tres ejemplos son suficientes para apreciar la caracterización del «entretenimiento concertado». Este responde a un cierto tópico que se manifiesta por medio de una serie de vocablos que pertenecen al campo semántico del deleite: se habla de entretener y se menciona el entretenimiento y los divertimentos; se sugiere sazonar con versos, músicas o bailes; cuando se refieren a las novelas, estas deben ser contadas por el narrador «con la mejor prosa que de su cosecha tuviere» o «maquinadas de su ingenio». La adjetivación es abundante: ingeniosos enigmas, gustoso ejercicio, dulces versos, versos graves o jocosos, graciosos bailes, etc. La inclusión de máscaras o representaciones, con el correr de las colecciones, se irá ampliando a saraos de danzas, fiestas, academias, justas poéticas, en una suerte de compendio de los «honestos entretenimientos», probablemente habituales en la sociedad de la época —y que retoma la literatura—, entre los que se destaca el novelar como «ingenioso ejercicio».

22La elección de los novellieri como modelo también se manifiesta en estos paratextos. En Tardes entretenidas se propone «novelar muy a imitación de lo de Italia donde tanto se han preciado desto». El tópico va a ser retomado en Los alivios de Casandra y en La quinta de Laura, aunque con una significativa variante:

  • 20 Castillo, Los alivios de Casandra, f. 4v.
  • 21 Castillo, La quinta de Laura, p. 3.

el género de alivio, me parece […] que sea el ejercicio de novelar, tan usado en Italia y aun en España, pues me certifican los de allá me corresponden que los ingenios españoles usan ahora desto mucho, descubriéndose en el novelar su buena inventiva, su galante prosa, y el artificio que para esto se requiere20.
todas sus damas la entretuviesen, […] ya con novelar, ejercicio muy usado en Italia; díganlo los Bandelos, Sansovinos y Boccaccios, que tantos tomos han impreso de ellas y ahora en España los han excedido con grandes ventajas, pues esto se hace con más primor y propiedad para entretenimiento de los lectores y suspensión suya
21.

23En Tardes entretenidas, su primera colección de novelas, publicada en 1625, se propone novelar «a imitación de lo de Italia». En Los alivios de Casandra, de 1640, ya se afirma —ficcionalmente, desde Milán—, «que los ingenios españoles usan ahora desto mucho, descubriendo en su novelar su buena inventiva». Finalmente, en La quinta de Laura, cuya aprobación es de 1648, se asevera que en España han excedido a los Bandelos, Sansovinos y Boccaccios, «con grandes ventajas». A esto, debemos sumarle el hecho de que, en estas dos colecciones, ambientadas en Milán, varias de las damas que participan del entretenimiento son españolas. Es evidente que la valoración de la novela en España en las colecciones de Castillo va creciendo a medida que va publicando nuevas obras. Probablemente, esta valoración esté relacionada con el éxito del propio novelista.

  • 22 Castillo, Tardes entretenidas, f. 18v.

24En ese sentido, en El amor en la venganza, la primera novela de su primera colección, esto es, cuando la figura de don Alonso estaba más cercana a la del poeta de academias que a la del novelista consagrado, aparece una situación que se va a repetir en algunas de las novelas ambientadas fuera de España (en este caso, la acción se desarrolla en Inglaterra): poemas escritos en español, validados por la presencia de un criado español, «hombre bien nacido, de buenos respetos, y con muchas habilidades; porque en la poesía era sumamente erudito y en la música consumado»22. Desde un comienzo, los mejores versos son los españoles. Con el correr de las colecciones, la perfección también alcanza a las novelas.

25Pero si de perfección se trata, hay que destacar la importancia que, desde el Decamerón de Boccaccio, se le da al buen modo de narrar, dentro de los encuadres. Al respecto, resulta interesante la opinión de María del Pilar Palomo:

  • 23 Palomo, 1976, p. 51.

el contar cuentos brillantemente ya no es sólo un recurso literario de finalidad sociomoral. Il Decamerone es, además de otras muchas cosas, un modelo de cortesanía, aunque esté tan empapado de espíritu burgués. Y si las damas y caballeros renacentistas dialogan tan exquisitamente en las pequeñas cortes italianas, uno de esos caballeros, Castiglione, desarrollará algunos de sus diálogos sobre la necesidad de saber contar cuentos como algo inherente al perfecto cortesano23.

  • 24 Colón Calderón, 2013, p. 141.

26Ya conocemos lo que opina Cipión al respecto; los integrantes de la tertulia de las colecciones de Castillo Solórzano no son la excepción. Isabel Colón Calderón señala que «se suele insistir en sus obras que la lectura se realiza desde un lugar destacado»24. Podemos ver cómo, dentro del marco, se destaca la importancia de la correcta participación de cada narrador, quien acentúa la captatio retórica en el momento de presentar la novela, haciendo alusión a su inexperiencia e incluso, en algunos casos, a su ineptitud para la tarea que le fue encomendada. Luego del relato, será la voz narradora del marco la que evalúe su recepción y la impresión que dejó en el auditorio el narrador en cuestión. Una vez más, ejemplifico con Tardes entretenidas:

  • 25 Castillo, Tardes entretenidas, f. 9.
  • 26 Castillo, Tardes entretenidas, f. 46.

Mucho siento, dijo doña Ángela, que por mí se comience tan gustoso entretenimiento, pues si bien los medios y los fines pueden hacerle tal, mi principio os le ha de dar con poca gracia desazonado25.
Gustosísimas quedaron aquellas damas y Octavio, así de la artificiosa novela con que doña Ángela les había entretenido aquella tarde, como de la gracia con que se la refirió
26.

  • 27 Castillo, Tardes entretenidas, f. 81.
  • 28 Castillo, Tardes entretenidas, f. 189.
  • 29 Destaco esta similitud con la narrativa cervantina porque, en varios de los casos, es posible aplic (...)

27Puede haber pequeñas variaciones dentro de este esquema que giran, generalmente, en torno al desempeño del narrador y su recepción de parte de los narratarios. Así, al finalizar el relato de la segunda novela de esta primera colección, se nos dice que: «A todos dio mucho gusto la novela de doña Laura, si bien la contó con alguna frialdad más que su antecesora»27. Por su parte, el médico que lee la quinta novela, ante la necesidad de estar a la altura de las circunstancias, señala que «porque esta novela consta así de prosa como de versos, me he reducido a traerosla escrita, temiendo no me falte la memoria a la mejor sazón, como muchas veces suele suceder»28. La figura del personaje leyendo ante un auditorio refleja la realidad de la transmisión de la literatura en el Barroco frente al recurso idílico de la tertulia con el solo propósito de contar cuentos para entretenerse lo que, en cierto modo, remite a la venta de Juan Palomeque en el Quijote, y a la lectura de El curioso impertinente29.

28La estructura del encuadre de Tardes entretenidas se mantiene, a grandes rasgos, en el resto de las colecciones. En algunos se intensifica la captatio benevolentiae, en la mayoría se alaban los versos y canciones con los que la tertulia completa el «entretenimiento concertado», haciendo alusión al deleite, al placer o a la diversión.

  • 30 Véase Festini, 2006.

29Hasta aquí, este intento de recorrer las colecciones de Castillo Solórzano, a través de algunos fragmentos puntuales de los que se desprenden ciertas características que consolidan su propuesta narrativa, desde los prólogos, desde el entretenimiento que se genera en cada colección, desde cada uno de los participantes del encuadre. La interpolación de los distintos elementos dentro de estas colecciones contribuye a lo que yo he dado en llamar una poética del delectare30, un desplazamiento dentro de los postulados horacianos que favorece la consolidación de una literatura de entretenimiento. A partir de los primeros enigmas, a partir de los primeros interludios líricos, de la puesta en escena de la academia de El culto graduado, del poema jocoso Fábula de las bodas del Manzanares.

30Luego de los esquemas de Tardes entretenidas y Jornadas alegres, Tiempo de regocijo le permite incluir la fiesta, al estar su tertulia ambientada en la época de carnaval. Fiesta también es la que pretende conformar la academia de Huerta de Valencia. Y el texto del encuadre narrativo de Fiestas del jardín recrea el de las relaciones de fiestas documentadas, ya que transmite el espíritu de la celebración por medio de la descripción exhaustiva de todos sus componentes sensoriales. Junto con esto, se continúan los interludios líricos, se continúan los ejercicios ingeniosos –como narrar novelas sin una determinada vocal–, se incorpora la descripción de torneos, tanto en el interior de las novelas como en alguna de las comedias e, incluso, entre las máscaras que completan los entretenimientos, consolidando así la propuesta lúdica del novelista que alcanzará su mayor exponente con Sala de recreación.

31Desde el título se combina el espacio y las características de la tertulia del marco que, como en Tiempo de regocijo, se ambienta durante los días de carnaval. La fiesta se celebra en Pamplona, en casa de don Teobaldo de Navarra quien, para tolerar la rigurosidad del invierno durante esos días, ofrece su casa ya que allí:

  • 31 Castillo, Sala de recreación, p. 44.

había una sala aventajada en grandeza a cuantas había en Pamplona, en quien se habían festejado festivos saraos, […] la determinaba ofrecer a todos su amigos para festiva palestra de cuantos entretenimientos honestos se pudiesen maquinar para la celebración de las futuras carnestolendas, [...], adonde permitía saraos de danzas y bailes, máscaras, academias, justas poéticas y representaciones, y sobre todo el novelar todas las noches en que hubiese juntas de damas, por saber cuanto se gustaba de este ingenioso ejercicio, el cual quería que ejerciesen damas y caballeros alternativamente, porque sobre este fundamento habían de ser los demás divertimientos recreación para los dos sentidos, de la vista y oídos31.

32Una vez más, el compendio de los «honestos entretenimientos», que ya habíamos señalado al analizar algunos de los encuadres, enriquecido aquí por la abundancia de vocablos que corresponden al campo semántico de la fiesta («festejado festivos saraos», «festiva palestra», «celebración»), junto con la referencia explícita a los sentidos que permitirán disfrutar de cada una de las recreaciones. En primer lugar, la percepción sensorial a través de la vista, relacionada con el ambiente en el que se va a desarrollar la reunión. En consonancia con el Decamerón, el jardín es el espacio ideal para los «saraos entretenidos» que tienen lugar durante el tiempo de primavera o verano: Tardes entretenidas, Huerta de Valencia, Fiestas del jardín, Los alivios de Casandra y La quinta de Laura se desarrollan en sitios cuya descripción puede responder al tópico del locus amoenus. Por su parte, en las colecciones cuyo encuadre temporal transcurre durante el invierno (Tiempo de regocijo, Noches de placer y Sala de recreación), se hace hincapié en la suntuosidad de los ambientes en los que se celebran las fiestas, en especial, en Sala de recreación, cuya descripción es una de las más minuciosas de toda la obra de Castillo y cuya rigurosidad permitiría reconstruir la sala por completo. En ella, cada uno de sus componentes está ubicado en función de disponer el entretenimiento y la diversión a los concurrentes. Además, y dado que el pasatiempo se dispone allí por contar don Teobaldo con «una sala aventajada en grandeza», es posible apreciar la importancia que el novelista le otorga al espacio en el que ambientará la celebración que se propone desde el encuadre.

33Aquí van a tener lugar seis recreaciones. En las cinco primeras, el eje central del entretenimiento esta dado por la narración de una novela mientras que, en la recreación sexta y como fin de fiesta, se asiste a la representación de la comedia La torre de Florisbella.

34Cada recreación se inicia con el canto de un poema y se cierra con un sarao de danzas que puede ir acompañado por una máscara.

35El esquema es el habitual en las colecciones de Castillo Solórzano, aunque la descripción del marco los excede, y solo es comparable, en cierto sentido, con Fiestas del jardín, porque, en este último caso, si bien el encuadre es una novela que se resuelve en triple boda, la relación de las fiestas enmarcadas es también minuciosa, incluyendo, por ejemplo, la descripción del menú que se servía a los convidados.

36Más allá del encuadre en particular, me voy a referir a las novelas y a la comedia que están insertas en él.

  • 32 Castillo, Sala de recreación, p. 92.
  • 33 Castillo, Sala de recreación, p. 115.

37La primera novela, La dicha merecida, es una novela idealista, que se desarrolla entre Milán y Nápoles. La segunda y la tercera (El disfrazado y Más puede amor que la sangre), son novelas ambientadas en España, de rasgos costumbristas. Las tres terminan en bodas múltiples, como las de Fiestas del jardín, y en las dos primeras se nos anuncian las grandes celebraciones que tendrán lugar para festejar la unión de los protagonistas. En la primera, «se hicieron grandes fiestas en Nápoles de justas y torneos»32; en la segunda, se celebró «con una lucida máscara a quien le siguieron muchos saraos, siendo todo fiestas un mes que estuvieron en la Corte»33. En la tercera no se habla de celebración, lo que puede estar motivado porque, el «más puede amor que la sangre» del título se refiere a que la protagonista se casa con el asesino de su hermano, y su hermana con su cuñado, manteniendo, eso sí, las bodas múltiples.

38Llegamos a la cuarta novela, Escarmiento de atrevidos, que, considero, es una novela clave en el centro de una colección clave. La propuesta narrativa de Sala de recreación, precedida por ese prólogo ya analizado en el que confluyen todos los elementos diseminados en los prólogos de novela corta, resulta esencial como testimonio del último Castillo Solórzano. Por su parte, Escarmiento de atrevidos, ocupa una posición central dentro de la colección, y puede verse, en cierto sentido, como cifra de la ya mencionada propuesta narrativa.

39De su argumento, destacaré, solamente, el conflicto final. Una dama —doña Violante— toma los hábitos por un desengaño amoroso. Luego de un año de vida religiosa, ve en una ceremonia a don Enrique, el culpable de su ingreso al convento. Entre ellos se inicia una pasión tal que provoca que el caballero intente en tres oportunidades entrar al claustro y visitar a la dama en su celda. Fracasa en las dos primeras y esto tendría que haber sido suficiente aviso para no intentarlo nuevamente. Pero, finalmente lo hace escondido entre dos colchones que doña Violante había solicitado. Cuando ella los recibe, encuentra a su amado muerto por asfixia.

40Tanto en el comienzo como en el final del relato, las voces narradoras se detienen un poco más de lo común en las consideraciones sobre la utilidad y el deleite. Así, Eufemia, la dama de la tertulia encargada de novelar en esta recreación, prepara a su auditorio diciendo:

  • 34 Castillo, Sala de recreación, p. 148.

Mi discurso […], ha de ser ejemplar, dando advertimientos y avisos a todos los que siguieren las pisadas del asunto de él, para que con el castigo que tuvo (digno de su obstinación), escarmienten; y no será poca suerte, que deleitando mi narración, saquen este fruto de ella los que dejados de la mano de Dios, solicitan a sus esposas que le han ofrecido con voto su pureza en la reclusión de un monasterio34.

  • 35 Castillo, Sala de recreación, p. 148.

41Luego del relato, concluye así: «este fin tienen o pueden esperar, los que solicitan o solicitaren las esposas de Cristo para divertirlas de su devota y religiosa vida»35. A continuación, la voz narradora del marco afirma que:

  • 36 Castillo, Sala de recreación, p. 176.

A todos dejó edificados el discurso ejemplar de doña Eufemia, y algunos comprendidos en aquel galanteo hizo abstenerse de él; que toma Dios por instrumento un entretenimiento alegre para que de él saque algún fruto en su servicio36.

42Este comentario parece retomar la propuesta del prólogo: «Lo moral que hallares en estas Novelas, basta para muchos advertimientos», y junto con él, aparece también en el interior de la novela el «para que no canse la prosa, lo mezclo con diferentes versos». En una de las secuencias del infaltable romance paralelo entre los criados de los protagonistas, Celio —criado de don Enrique— le canta a Laurencia —criada de doña Violante— y la voz narradora nos dice que:

  • 37 Castillo, Sala de recreación, p. 160.

No pudo la quieta atención de los que escuchan a la dama abstenerse de no celebrar con aplausible risa el romance de Celio, el cual refirió la hermosa doña Eufemia con mucha gracia y donaire; quietáronse todos, y ella volvió a su discurso, diciendo así.
Oyó Laurencia el bien cantado, cuanto pícaro romance de Celio (referido aquí por permitirlo el tiempo), y enternecióse37.

  • 38 «El mancebo [...] comenzó a cantar así (y vuestra merced, señora Leonarda, si tiene más deseo de sa (...)
  • 39 Castillo, Sala de recreación, p. 156.
  • 40 Castillo, Sala de recreación, p. 156.

43De todas las colecciones de Castillo, esta es la única en la que interviene la voz narradora en el interior de una novela para evaluar el desempeño del narrador y referirse a su recepción. Sus opiniones sobre los modos de narrar se manifiestan, generalmente, al finalizar cada uno de los relatos. En este caso, su voz interviene describiendo la reacción de la tertulia, lo que subraya aún más la importancia del elemento lúdico, incluso dentro de un texto que, por medio de un final trágico, pretende ser aleccionador. Pero, además, debemos tener en cuenta los comentarios de doña Eufemia a su narración: refiere el romance por «permitirlo el tiempo», lo que habla de ciertas pautas dentro de la intercalación de textos y los protocolos de oralidad y de lectura, que sin duda nos remiten a la voz del Lope narrador de las Novelas a Marcia Leonarda38. Poco antes, la dama había presentado la relación entre los criados diciendo que «pasaban entre esta criada y Celio graciosos coloquios en sus amores, que será bueno dar parte de ello al auditorio; porque no todo el discurso ha de andar en chapines, bocado ha de haber para la risa»39. Así, continúa la narradora señalando el disgusto de Celio por la altivez de Laurencia, «que se quisiese servir muy a lo de palacio, dándole audiencia por una reja y a deshora de la noche, cuando pudiera más tratable y cómodamente dársela en algún retrete de su casa en anocheciendo»40, e incorpora el ya mencionado romance que deja en claro la importancia de incluir elementos que permitan la diversión.

44Escarmiento de atrevidos responde a las consignas del prólogo y funciona, además, como un pequeño tratadillo del arte de narrar en el siglo xvii español: necesidad de unir lo útil con lo deleitoso; un claro gusto por lo risueño, provocado por un estilo un poco más bajo y, sobre todo, la importancia del buen modo de narrar.

45En la recreación quinta, la lectura de Las pruebas de la mujer, deja entrever, aunque muy sutilmente, la presencia de Cervantes y de Boccaccio en este universo literario ya que, si bien el argumento remite a El curioso impertinente, el conflicto se resuelve felizmente gracias a la virtud de la dama que triunfa sobre las pruebas con una paciencia, una constancia y una entrega tal que nos recuerda, en parte, las desventuras de la paciente Griselda en la Jornada X del Decamerón.

  • 41 Sobre la representación de La torre de Florisbella en el encuadre de Sala de recreación, véase Fest (...)

46El colofón de las celebraciones de Sala de recreación es, como ya mencionamos, la representación de una comedia, La torre de Florisbella, una comedia de magia que resultará la última incluida en las colecciones de nuestro autor. Como el tema que dio origen a este trabajo es el Castillo Solórzano novelador, vamos a dejar de lado su análisis, aunque, cabe señalar que, como la mayoría de las novelas que componen Sala de recreación, también termina con una boda múltiple41.

  • 42 Sobre la inclusión de piezas teatrales como eje central de la celebración en las colecciones de Cas (...)

47Sí quiero referirme, porque forma parte del marco narrativo, al hecho en sí de incluir comedias en las colecciones. Como Tirso de Molina, Castillo las incluye en función de una celebración42. De este modo, en el marco de sus colecciones, recrea, en cierta medida, la fiesta teatral barroca. En ellas, la comedia aparece como un elemento hegemónico en la conformación de esos «saraos entretenidos» que el autor anunciaba en el Prólogo, y los complementa con otros divertimentos cortesanos.

  • 43 Castillo, Sala de recreación, p. 200.
  • 44 Castillo, Sala de recreación, p. 200.

48Volvamos a Sala de recreación y al encuadre de la La torre de Florisbella. Allí, el narrador nos relata los pormenores de los preparativos para que la junta de caballeros y damas «acabase feliz y alegremente el último día de Carnestolendas sus regocijos con una alegre y vistosa comedia de grande aparato»43. A continuación, describe minuciosamente el tablado y la preparación de todos los detalles necesarios para la representación: «Habíase formado un tablado capaz para un torneo, que era el remate de la comedia, todo él tan correspondiente en el adorno que era lisonja de la vista»44, lo que subraya el valor de la percepción sensorial de cada celebración y acentúa la importancia del deleite y el gozo.

49Por último, cabe señalar que, en la lista de entretenimientos que propone Sala de recreación, se destaca, como ya mencionamos, la inclusión de máscaras con las que finalizan las recreaciones segunda, tercera y quinta. Así, luego de la lectura de El disfrazado, la dama narradora baja del estrado:

  • 45 Castillo, Sala de recreación, p. 115.

por dar lugar a que entrasen de máscara doce caballeros vestidos de tela de plata, vaqueros, y mantos cuajados con flores de nácar, plumas blancas y nácares y todos con hachetas blancas en las manos. Apenas pusieron las plantas con ese lucimiento en la sala, cuando a dos coros, acompañadas las voces de sonoros instrumentos, cantaron esta letra a cuyos acentos danzaron45.

  • 46 Díez Borque, 1986, p. 25.

50Al respecto, Díez Borque considera la mascarada como «uno de los elementos imprescindibles de la fiesta barroca»46. Recordemos que, desde un comienzo, la propuesta que iba a tener lugar en la «sala de recreación», se centraba en divertimientos que recrearan tanto la vista como el oído. De la descripción de las mascaradas de la colección, se destaca una vez más la importancia de las imágenes visuales en el relato, junto con la mención a diversos componentes del campo musical. Es evidente que, con todos estos mecanismos puestos en juego, Castillo Solórzano cumple excesivamente con los tan mentados «saraos entretenidos».

  • 47 No me detengo en este trabajo en las limitaciones administrativas que se derivaron de la suspensión (...)

51Según el Diccionario de Autoridades, ‘sarao’ es la «junta de personas de estimación y jerarquía, para festejarse con instrumentos y bailes cortesanos». Covarrubias va a definirlo como la «junta de damas y galanes en fiesta principal y acordada». Ambas definiciones pueden aplicarse a Sala de recreación y, por extensión, a casi la totalidad de la narrativa breve de nuestro autor. Castillo Solórzano toma los muchos ingredientes que componen las fiestas del siglo xvii para enmarcar sus novelas y crea así una literatura de entretenimiento que lo convirtió en el novelista más exitoso de su época. Prueba de ello es que sus libros llegan a sus lectores legitimados desde el editor. El hecho de que un librero de renombre como Alonso Pérez, haya tenido a su cargo las tres colecciones que aparecieron en Madrid, es un dato importante a tener en cuenta para comprender el lugar que Alonso de Castillo Solórzano ocupaba en la vida literaria madrileña y su relevancia como escritor47.

  • 48 Castillo, La quinta de Laura, preliminares sin foliar.

52En el deleite, la utilidad, parece decir el autor desde sus prólogos. En este sentido, cobran especial interés las palabras con que el doctor Juan Francisco Ginovés aprueba La quinta de Laura, cuando señala que las novelas, «aunque no pueden ser de utilidad alguna, por ser tan sutil el asunto; pero cuando no sean sino para divertir el ocio de los desocupados, pueden cohonestar el fin del autor»48.

  • 49 Castillo, La quinta de Laura, preliminares sin foliar.

53Es toda una novedad, dentro de los paratextos de las novelas cortas postcervantinas, encontrar tamaña sinceridad en una aprobación y, en cierto sentido, la confirmación de que la utilidad de estas novelas radica precisamente en la diversión que brindan. La otra aprobación de La quinta de Laura complementa la de Ginovés: «leílas con mucho gusto mío»49, afirma Juan Francisco Andrés, cronista del reino de Aragón. Alonso de Castillo Solórzano halló en sus «saraos entretenidos» la fórmula del éxito de su narrativa breve.

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Notas

1 Castillo, La quinta de Laura, preliminares sin foliar.

2 Si bien la mención a estos elementos es un tópico común tanto en los prólogos como en los comentarios de los narradores de novelas cortas de la época, el prólogo a Sala de recreación reúne, en pocas líneas, componentes del género que suelen aparecer diseminados a lo largo de las colecciones.

3 Realizar un recorrido por todos los elementos que confluyen en un fenómeno tan complejo como lo es la novela corta del siglo xvii, resultaría tal vez excesivo a los objetivos prefijados para este trabajo. Por otra parte, desarrollo este aspecto del itinerario de la ficción que llega a las colecciones de novelas del xvii en el cap. II de mi tesis doctoral (Festini, 2008, pp. 16-83).

4 Alcalá Galán, 1996, p. 13. Cabe señalar, además, que si bien se trata de un género renacentista, escritores que incursionaron en la novela corta como Tirso de Molina y Juan Pérez de Montalbán, compusieron también obras misceláneas como el Deleitar aprovechando y el Para todos, respectivamente.

5 Rallo Gruss, 1984, p. 166.

6 Lope de Vega, Novelas a Marcia Leonarda, p. 183.

7 Castillo, Tardes entretenidas, preliminares sin foliar.

8 Cervantes, Novelas ejemplares, vol. I, p. 88.

9 Castillo, Jornadas alegres, p. 10.

10 Castillo, Noches de placer, pp. 5-6.

11 Castillo, Fiestas del jardín, preliminares sin foliar.

12 Castillo, Los alivios de Casandra, preliminares sin foliar.

13 Cervantes, Novelas ejemplares, vol. II, p. 348.

14 Egido, 1990, p. 19.

15 En relación con los distintos materiales que se incluyen en estos encuadres, Manuel Piqueras Flores (2016) sugiere, muy adecuadamente, llamar «colecciones de metaficción» a este tipo de obras.

16 Cervantes, Novelas ejemplares, vol. II, p. 284.

17 Castillo, Tardes entretenidas, f. 4v.

18 Castillo, Jornadas alegres, p. 17.

19 Castillo, Tiempo de regocijo, p. 193.

20 Castillo, Los alivios de Casandra, f. 4v.

21 Castillo, La quinta de Laura, p. 3.

22 Castillo, Tardes entretenidas, f. 18v.

23 Palomo, 1976, p. 51.

24 Colón Calderón, 2013, p. 141.

25 Castillo, Tardes entretenidas, f. 9.

26 Castillo, Tardes entretenidas, f. 46.

27 Castillo, Tardes entretenidas, f. 81.

28 Castillo, Tardes entretenidas, f. 189.

29 Destaco esta similitud con la narrativa cervantina porque, en varios de los casos, es posible aplicar a los encuadres los protocolos de narración analizados por Michel Moner en su Cervantès conteur. En particular, los distintos elementos a tener en cuenta en el análisis de los narradores ocasionales, que el estudioso denomina la performance de «les raconteurs» (Moner, 1989, p. 269 y ss.).

30 Véase Festini, 2006.

31 Castillo, Sala de recreación, p. 44.

32 Castillo, Sala de recreación, p. 92.

33 Castillo, Sala de recreación, p. 115.

34 Castillo, Sala de recreación, p. 148.

35 Castillo, Sala de recreación, p. 148.

36 Castillo, Sala de recreación, p. 176.

37 Castillo, Sala de recreación, p. 160.

38 «El mancebo [...] comenzó a cantar así (y vuestra merced, señora Leonarda, si tiene más deseo de saber las fortunas de Diana que de oír cantar a Fabio, podrá pasar los versos de este romance sin leerlos, [...]» (Lope de Vega, Novelas a Marcia Leonarda, p. 132).

39 Castillo, Sala de recreación, p. 156.

40 Castillo, Sala de recreación, p. 156.

41 Sobre la representación de La torre de Florisbella en el encuadre de Sala de recreación, véase Festini, 2012.

42 Sobre la inclusión de piezas teatrales como eje central de la celebración en las colecciones de Castillo, véase Festini, 2011.

43 Castillo, Sala de recreación, p. 200.

44 Castillo, Sala de recreación, p. 200.

45 Castillo, Sala de recreación, p. 115.

46 Díez Borque, 1986, p. 25.

47 No me detengo en este trabajo en las limitaciones administrativas que se derivaron de la suspensión de licencias para imprimir novelas y comedias por parte de la Junta de Reformación entre 1625 y 1634. Sobre la «actitud precavida [de Castillo] para poder soslayar la decisión administrativa», véase Moll, 1977, p. 8 y Cayuela, 1993.

48 Castillo, La quinta de Laura, preliminares sin foliar.

49 Castillo, La quinta de Laura, preliminares sin foliar.

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Para citar este artículo

Referencia en papel

Patricia Festini, «Los «saraos entretenidos» de Castillo Solórzano: un recorrido por sus colecciones de novelas a la luz de un prólogo»Criticón, 135 | 2019, 49-63.

Referencia electrónica

Patricia Festini, «Los «saraos entretenidos» de Castillo Solórzano: un recorrido por sus colecciones de novelas a la luz de un prólogo»Criticón [En línea], 135 | 2019, Publicado el 28 mayo 2019, consultado el 10 diciembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/5880; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.5880

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Autor

Patricia Festini

Patricia Festini es doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires con una tesis sobre la novela corta postcervantina. Se desempeña como Secretaria académica del Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas «Dr. Amado Alonso» e integra el cuerpo de profesores de la Maestría en Literaturas Española y Latinoamericana, ambos pertenecientes a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Es autora de numerosos trabajos entre los que se destacan los dedicados a la Literatura del Barroco español.
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