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Núñez de Reinoso en portugués: traducción, adaptación y proyecto editorial

Juan M. Carrasco González
p. 195-210

Resúmenes

La Historia de los amores de Clareo y Florisea, y de los trabajos de la sin ventura Isea, natural de Éfeso de Alonso Núñez de Reinoso apareció en Venecia, editada por los hermanos Giolito, en 1552, y poco tiempo después se edita traducida al portugués. La estancia de su autor en Portugal, la fuerte influencia que sobre él ejercieron algunos poetas portugueses (en especial Bernardim Ribeiro) y la inusual traducción al portugués de su novela, nos muestran unas relaciones entre las letras portuguesas y españolas bastante desconocidas y muy alejadas de la visión que se tiene habitualmente de ellas. También nos conducen a un entorno diferente de creación, impresión y difusión de la literatura peninsular.

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Notas de la redacción

Article reçu pour publication le 30/09/2018; accepté le 05/11/2018.

Texto completo

1A grandes trazos, la presencia de la literatura portuguesa en España y de la española en Portugal durante los siglos xvi y xvii muestra un evidente desequilibrio que queda sintetizado magníficamente en un reciente estudio del profesor Dasilva. Frente a la literatura española, que corría por Portugal tanto como por España, la presencia de la portuguesa en España era muy diferente:

  • 1 Dasilva, 2017, § 25.

¿Cómo se difundieron, en efecto, las letras portuguesas en España? De modo abrumador no hay traducciones, sino creación alófona debido a que muchos autores lusos escribían directamente en español. La circulación del texto original en lo que respecta a la literatura portuguesa casi no se contabiliza, ya que los españoles eran remisos a acercarse a las obras en portugués. Así lo prueba la limitada cifra de referencias en este idioma catalogadas en los inventarios de bibliotecas españolas1.

  • 2 Véase Carrasco, 2014.

2Sin embargo, estos datos procedentes de las obras portuguesas que se tradujeron y editaron en España, o que se detectan en algunas bibliotecas importantes o son citadas por autores españoles, no son capaces de mostrar todos los contactos literarios que efectivamente hubo en los siglos xvi y xvii entre ambas literaturas, así como la importancia que algunas obras portuguesas tuvieron para algunos autores castellanos. La obra escrita en portugués llegó a tener alguna difusión al menos entre determinados círculos literarios españoles, como lo prueba la presencia bien conocida de Camões o de Rodrigues Lobo. Y es posible encontrar otras presencias importantes si ampliamos nuestra pesquisa a la literatura de carácter religioso, como es el caso del éxito extraordinario que tuvo en España el jesuita António Vieira, cuyos sermones aparecían a veces publicados antes en España que en Portugal2.

  • 3 Para el caso de Góngora, véase Alves, 2014; para Lope de Vega, Cervantes, Calderón, Solórzano Perei (...)

3Hélio Alves ha señalado las dificultades que existen para comprobar la existencia de una comunidad literaria luso-española que, naturalmente, funcionó en ambos sentidos. Debió de existir en mayor medida de lo que se supone y un estudio más detenido de los autores ibéricos de la época debería ofrecer buenos resultados. Existe aún un largo camino que recorrer como demuestra el aprovechamiento que en España hicieron muchos autores áureos de la obra de Jerónimo Corte-Real3.

4Expondré ahora, sin embargo, un caso muy distinto, un caso que podríamos calificar de ‘itinerancia literaria’, cuyo derrotero no resulta del todo diáfano a nuestros ojos, si bien puede seguirse en cierta medida tras los pasos de la atribulada figura de Núñez de Reinoso. Hablo de ‘itinerancia literaria’ en varios sentidos: por el desplazamiento de los autores que acaban encontrándose en uno u otro lugar, por el desplazamiento de las obras que acababan en impresores de lugares distintos que las editaban y distribuían para su propio público local y, finalmente, como es natural, también por la red intertextual que se establece entre las obras de autores portugueses, castellanos e incluso italianos que se ven implicados en ella. Núñez de Reinoso constituye un paradigma de autor en itinerancia según todos estos criterios.

  • 4 Véase Núñez de Reinoso, s. f. Acaba de ser publicada una edición moderna de esta versión portuguesa (...)
  • 5 No ocurre lo mismo con obras de otro carácter y dirigidas a un público popular e iletrado. Un buen (...)

5La primera señal que nos advierte de que estamos en una situación diferente a la que habitualmente se describe para las relaciones literarias entre España y Portugal es que la novela bizantina que escribe Núñez de Reinoso en Italia, Los amores de Clareo y Florisea y los trabajos de la sin ventura Isea (Venecia, 1552), se edita poco después en Portugal traducida al portugués, aunque se desconoce la fecha exacta porque aparece sin datar4. Es un caso excepcional pues, como vimos, la literatura escrita en castellano no se traducía en Portugal, sino que se leía en ese idioma, e incluso se editaba y se distribuía en Portugal sin traducirse. El público lector culto en este país ni necesitaba ni, seguramente, toleraba la traducción de autores españoles5.

  • 6 Ver Bataillon, 1964. Aparte de esta obra, para la vida de Núñez de Reinoso me remito a los estudios (...)
  • 7 A él le dedica la composición «ALONSO NÚNNEZ DE REYNOSO AL SENNOR FELICIANO DE SILVA». El título ap (...)

6De la misma generación que Sá de Miranda y Bernardim Ribeiro, Alonso Núñez de Reinoso nació en Guadalajara en fecha indeterminada en el seno de una familia judeo-conversa, como propone Marcel Bataillon6. Sus padres le obligan a estudiar Derecho en Alcalá de Henares. En aquella ciudad disfruta de la amistad de Juan Hurtado de Mendoza y se beneficia de su influencia en la comunidad universitaria. Más tarde lo vemos en Salamanca y Ciudad Rodrigo, localidad donde residía su amigo Feliciano de Silva7.

  • 8 Un ejemplo paradigmático es el del llerenense Francisco de Peñaranda y su amigo Fernão Brandão, los (...)
  • 9 Cuando D. Isaac Abravanel, el famoso banquero portugués, huye en 1483, se asienta en la villa front (...)

7Casado con la hija de un judeo-converso, es probable que Feliciano de Silva facilitase el traslado de Núñez de Reinoso a Portugal. Las familias de cristianos nuevos y criptojudíos de España y Portugal, durante el siglo xvi, estaban frecuentemente emparentadas y buscaban muchas veces asentarse en localidades fronterizas para poder huir en el caso de sentirse amenazadas por los tribunales inquisitoriales de ambos países8. De hecho, la aproximación a la frontera de familias judías era práctica común que se documenta al menos desde finales de la Edad Media en momentos de crisis y persecución9.

  • 10 Núñez de Reinoso, 1997, p. 23.

8La llegada de Núñez de Reinoso a Portugal le permitió conocer una literatura que marcó profundamente el resto de su obra, una literatura que había traído directamente de Italia una renovación muy diferente a la que se empezaba a vivir en España, pues se encontraba menos vinculada a la lírica petrarquista en endecasílabo y dejaba sentir una presencia más importante del teatro y los géneros bucólicos. Además, Núñez de Reinoso entra allí en contacto con la poderosa familia criptojudía de los Micas, como señala Teijeiro Fuentes10:

La existencia de Núñez de Reinoso en Portugal constituye uno de los episodios más trascendentales de su vida. En el país vecino, nuestro poeta conocerá a algunas personas que marcarán su futuro. De un lado, su relación con la familia de los Micas, bajo cuyo amparo y protección publicaría su obra; de otro, su amistad con dos poetas que influirán decisivamente en su obra: B. Ribeiro —a quien inexplicablemente no se refiere en ninguna ocasión a lo largo de su obra— y Sá de Miranda —a quien celebra como uno de sus modelos más queridos.

  • 11 Ver Carvalho, 1955.
  • 12 Ribeiro y Falcão, 1923, I, p. 105.

9En efecto, llama la atención que Reinoso, que se refiere siempre en su obra a los autores con los que tuvo contacto, no cite a Bernardim. En mi opinión, parece muy improbable que llegase a conocerlo, pues debió de morir hacia 1536 (el mismo año en que Sá de Miranda se retira de la vida cortesana), como acertadamente propone Herculano de Carvalho11, de modo que no habría podido participar en esa nueva Arcadia humanista de Basto. A pesar de ello, Núñez de Reinoso no solo quedó marcado por Bernardim más que por cualquier otro poeta portugués, sino que muy probablemente, como proponía Carolina Michaëlis, fue el responsable de trasladar a Italia el manuscrito de la Menina e Moça que se publicaría por primera vez en Ferrara por los hermanos Usque, judíos portugueses: «nenhum que mais pé nos dê pela sua vida e obra para o supormos intermediário de textos pastoris, escritos em Portugal e impressos na Itália, do que Alonso Núñez de Reinoso»12.

10La novela pastoril de Bernardim Ribeiro, proyectada sobre antiguas historias de caballeros andantes, es una emotiva construcción literaria que describe, expresados a través de una voz femenina, el dolor de la ausencia, el retiro obligado y el extrañamiento, la necesidad de huir y buscar un nuevo hogar (como el caballero Lamentor y su dama Belisa, o el disfrazado Bimander), la añoranza de los días felices pasados en otra tierra y con las personas queridas, la persecución y la muerte inevitable en la que acaban los protagonistas. Sin duda, autores en el exilio como Núñez de Reinoso o la misma comunidad judía y cristiano-nueva peninsular, obligada a emigrar, se veían atraídos por una obra así.

  • 13 Para una revisión de los manuscritos conservados y ediciones del siglo xvi, junto con la bibliograf (...)
  • 14 Ver Carrasco, 1999.

11Todavía se conservan un manuscrito completo anterior a la primera edición impresa y un fragmento de la obra en otro manuscrito13. Esto, así como el impacto que causó en los autores contemporáneos, demuestra su difusión al menos entre el círculo literario próximo a Sá de Miranda, después de la muerte de Bernardim (pues no olvidemos que la obra quedó inconclusa). Su lectura determinó sin duda el modo como Jorge de Montemayor adaptó para la literatura española la novela pastoril de Sannazaro14, un autor que Carolina Michaëlis también situaba en el círculo de Sá de Miranda.

  • 15 Teijeiro, 1996, pp. 134-135.
  • 16 Véase al respecto Ribeiro y Falcão, 1923, I, p. 44. Carolina Michaëlis se preguntaba qué interés te (...)

12Núñez de Reinoso es igualmente deudor de los versos de Bernardim hasta el punto de que sus églogas, en palabras de Teijeiro Fuentes, inspiran «las imágenes y el léxico necesarios para dar vida a sus personajes, descubrimiento tan perturbador que el poeta de Guadalajara no duda en imitar, traduciéndolas, tiradas completas de sus versos»15. En la misma medida aprovechó la Menina e Moça cuando escribe Los amores de Clareo y Florisea. El traslado y edición en Italia de la novela de Bernardim tuvo notable impacto en la comunidad judeo-portuguesa, pues Samuel Usque, uno de los hermanos editores que imprimieron la Menina e Moça en Ferrara en 1554, se inspiró en la obra de Bernardim para su Consolação às Tribulações de Israel cuando decide darle la forma de diálogos pastoriles16.

13El éxito de la obra de Bernardim entre los judeo-portugueses del exilio queda probado porque pocos años más tarde, en 1559, volvería a publicarse en el extranjero, en este caso en Colonia, en la imprenta de Arnold Birckmann. Pero lo más interesante del itinerario editorial de la obra es que previamente, en 1557-1558, se imprime en Évora en casa de André (o Andrés) de Burgos, que es, en mi opinión, el mismo que publicaría por aquellas mismas fechas la versión portuguesa de Los amores de Clareo y Florisea. La suerte editorial de ambas obras, por lo tanto, estaba íntimamente unida a las relaciones no sé si personales, pero sin duda textuales, de estos autores que, a caballo entre España, Portugal e Italia, estaban transformando algunos de los géneros narrativos más importantes de la literatura áurea, como son la novela pastoril y la novela bizantina.

  • 17 En realidad, su estancia en Portugal no constituyó un abandono permanente de España. En el prólogo (...)
  • 18 Zimic (1967) considera que Núñez de Reinoso accedió a la versión al italiano de Angelo Coccio, Achi (...)

14Núñez de Reinoso escribe su novela en Italia, adonde llega siguiendo los pasos de la familia Nasi17. En el prólogo que escribe para Los amores de Clareo y Florisea, fechado en Venecia el 24 de enero de 1552, el poeta alcarreño no oculta cuál ha sido la inspiración de su libro, que son, naturalmente, los Amorosi Ragionamenti que Ludovico Dolce traduce en 1546 de las Narrationis amatoriae e grego in latinum conversum, la versión latina que realiza Annibal della Croce en 1544 de la Leucipe y Clitofonte de Aquiles Tacio. Nos dice el autor que tuvo conocimiento de la obra en una librería de Venecia, seguramente la de los hermanos Giolito, en cuya imprenta vieron la luz la mayoría de las obras de Dolce y Los amores de Clareo y Florisea18.

15El gusto de moverse entre libreros e impresores, las relaciones que establece con el mundo literario local, el entusiasmo por el descubrimiento de obras extraordinarias en los países que visita y su disponibilidad, por lo que parece, para su difusión, son sin duda características principales de la personalidad de Núñez de Reinoso. Y el aprovechamiento que hace en su literatura de todas las obras que le interesan, también.

16En Los amores de Clareo y Florisea... se conserva básicamente la trama de la obra en la que se inspira, es decir, dos amantes que son separados violentamente (Leucipe y Clitofonte) y sufren las consecuencias de secuestros y asaltos de piratas. Tras la separación, como es habitual en la novela griega de la época, surge una segunda mujer que se enamora del protagonista, en el caso de la novela de Aquiles Tacio la rica viuda Melisa, que, al contrario de lo que era habitual, llega a casarse con el protagonista y tener relaciones sexuales con él.

  • 19 Teijeiro Fuentes, 1996, I, p. 141.
  • 20 Para el uso de la primera persona ficcional, que deriva de las Heroidas y la Fiammetta, entre otras (...)

17La Menina e Moça de Bernardim Ribeiro se deja sentir a lo largo de toda la novela, tanto en algunos recursos que utiliza para la construcción del relato, como en la mezcolanza de lo caballeresco y lo pastoril, y en el aprovechamiento de numerosos pasajes textuales que el autor castellano adapta en su obra. En este sentido, el profesor Teijeiro Fuentes llega a la conclusión de que «por su semejanza estructural, por las similitudes argumentales, por su hibridismo literario y por la elección de un destinatario femenino, el Clareo y Florisea de Núñez de Reinoso se inspira en la Menina e moça de B. Ribeiro […]»19. Ahora bien, en mi opinión, la influencia de Bernardim que marca de forma más profunda el carácter de la novela reinosiana es el haber dado voz a un personaje femenino en lugar del protagonista masculino, Clitofonte, que narraba los hechos en primera persona en la novela de Aquiles Tacio20.

18Recordemos que Bernardim Ribeiro pone en boca de una joven doncella, retirada en la soledad del campo por la desaparición de su caballero, la expresión en primera persona de sus sentimientos y el desarrollo de toda la novela. Dentro de su relato, una segunda mujer, en este caso una señora mayor madre de otro caballero ausente y que también vive su dolor en aquel agreste retiro, contará a la joven la historia bucólico-caballeresca que ocupa la mayor parte de la novela y en la cual frecuentemente aparecen otras mujeres hablando de sus querellas amorosas. No solo es una obra en que hay personajes femeninos que opinan y expresan sus sentimientos, sino que fundamentalmente es una novela escrita en perspectiva femenina. Esta circunstancia es sin duda sorprendente para la época y debía resultar al menos inquietante para sus lectores. Impregnaba de un erotismo inhabitual las páginas de la novela y chocaba con la moralidad de las familias, pues las protagonistas encendidas por las flechas del amor podían ser ejemplos muy poco edificantes para niñas y jovencitas. A pesar de que la obra no subía nunca de tono, acabó por ser prohibida por la Inquisición en 1581 precisamente por estos motivos, y no por su carácter heterodoxo o criptojudaico, como se ha llegado a sugerir. La prueba de ello es que así se señala en un informe de Rui Sobrinho al Conselho Geral donde se recomienda levantar su prohibición en Goa:

  • 21 Rêgo, 1982, p. 82.

A proibição de alguns livros que é somente por causa dos bons costumes, em nenhum modo se pode praticar neste estado, por ser gente soldadesca e solta, e claramente resulta disto maiores inconvenientes: porque, além de se deixarem andar excomungados, mostram fazerem disso pouco caso, digo da excomunhão21.

  • 22 Ver Portugal, 1990.

19Y es igualmente significativo que en un manuscrito del siglo xvi se reproduzca un breve fragmento de la obra que, fuera de todo contexto, recoge las palabras sensatas que la vieja ama de Aónia le dedica advirtiéndole de todos los peligros que acechan si se deja llevar por la pasión22. Naturalmente Aónia hará exactamente lo contrario y precipitará su perdición, pero ese fragmento era sin duda una lección que cualquier padre o madre de la época podía leer a sus hijas para prevenirlas.

20En la novela de Núñez de Reinoso, es Isea la narradora. Se trata de la mujer viuda que se casa con el protagonista (Clareo) cuando este cree que su amada Florisea ha muerto a manos de unos piratas. A pesar de haberse celebrado el matrimonio, Clareo va retrasando su consumación con unas excusas y otras porque el recuerdo de su amada Florisea le impide sentir atracción ninguna por Isea. Esta, por el contrario, se ve envuelta en unos cada vez más incontenibles arrebatos que no puede reprimir. Su expresión amorosa se va transformando en la muestra más explícita de deseo sexual, tan irrefrenable que acaba por someter a Clareo a una cruel e inmisericorde persecución. El hecho de elegir a Isea como narradora (en lugar de la otra protagonista, Florisea) no solo imprime a la obra una perspectiva diferente muy interesante —de la despechada, la abandonada, la insatisfecha, pero en ocasiones también de la antagonista— sino que permite al autor expresar sin ambages el puro deseo sexual femenino.

  • 23 Ribeiro y Falcão, 1923, I, p. 84.
  • 24 Véase Gallego Morell, 1960, pp. 87-91.

21La Menina e Moça, después de ser editada en Ferrara en 1554, como decíamos, vuelve a Portugal, a manos de André de Burgos, quien la imprime en Évora en 1557-1558. Se trata de un impresor tal vez cristiano nuevo que, sin saberse muy bien por qué, abandona España para asentarse en Portugal en 1553, donde tuvo que responder ante la justicia por enseñar el juego de «os famosos naipes de Andaluzia», en palabras de Carolina Michaëlis23. Hay varios impresores con el nombre de Andrés de Burgos en España a lo largo del siglo xvi24, pero no está claro cuál de ellos pasó a Portugal. Instalado en Évora, alcanzó la distinción de ser el impresor de la casa del Cardenal Infante D. Henrique, arzobispo de Évora e Inquisidor General del reino. No es necesario advertir que un impresor a su servicio, al mismo tiempo que podía sentirse protegido, se veía obligado a redoblar los cuidados en el siempre sospechoso negocio de los libros.

  • 25 Ribeiro y Falcão, 1923, I, p. 85.

22Una vez impresa la Menina e Moça en Italia, se preguntaba Carolina Michaëlis quién pudo entregar a André de Burgos los originales para su edición25. ‘Los originales’, en plural, porque la edición de Évora incorpora dos textos: uno que coincide en extensión con el contenido de la edición de Ferrara y otro que parece continuar la obra. Esta supuesta continuación nos revela la intervención de André de Burgos en la novela de Bernardim que edita y nos permite identificar también su mano en la edición portuguesa de la novela reinosiana.

  • 26 Ver Carrasco, 1998.

23En realidad, lo que añade este editor a la Menina e Moça no es un texto, sino dos26. En el primero (hasta el capítulo XXV de la Segunda Parte), hay una perfecta continuación de la historia tal y como la había dejado la edición de Ferrara. En el segundo (desde el capítulo XXVI de la Segunda Parte) se nos narra un final que parece corresponder a otra versión diferente de la misma obra y que, en mi opinión, constituye lo que quedó de una primera redacción de la Menina e Moça ideada por el mismo Bernardim Ribeiro. Sea como fuere, André de Burgos no pudo ser el autor de esos textos añadidos porque no dominaba suficientemente el portugués. De hecho, es muy fácil detectar las intervenciones y deturpaciones del impresor español en la obra porque inmediatamente aparecen errores lingüísticos y castellanismos. El capítulo XXV de la Segunda Parte que citábamos anteriormente fue redactado por André de Burgos con la intención de unir los dos textos diferentes del añadido y constituye uno de los ejemplos más claros de esa intervención del impresor español.

24Cómo pudo conseguir André de Burgos los textos del añadido, con los que se jacta de haber mejorado la primera impresión de la obra, no se sabe, pero cabe suponer que debían provenir del mismo círculo literario en el que se movió Núñez de Reinoso en Portugal, sin duda muy próximo a Sá de Miranda y otros amigos del poeta alentejano, el mismo que también propiciaba esta circulación de textos dentro y fuera de la Península en el entorno de judíos y conversos.

  • 27 Aunque no se ha podido probar la supuesta ascendencia judía de Montemayor, el método exegético de s (...)

25A este respecto, conviene aclarar que ni los círculos literarios, ni la itinerancia de los textos, ni el público al que se dirigían las obras impresas en los talleres de todos los editores citados (en Venecia, en Ferrara, en Colonia o en Évora) eran necesariamente judíos o criptojudíos. La obra de Sá de Miranda destaca por su férrea fe cristiana, que le impide asumir fácilmente determinados temas clásicos o humanísticos, y sus amigos los Pereira, o Jorge de Montemayor27, o seguramente Bernardim Ribeiro no parecen haber profesado la ley hebraica. Ni siquiera la obra de Núñez de Reinoso, escrita dentro o fuera de la Península, deja trasparecer nunca cualquier atisbo no cristiano. Sí es cierto que en casi todos los casos hay evidencia de tener relaciones familiares con cristianos nuevos y que, por diferentes motivos, preferían permanecer al margen de los centros de poder: Sá de Miranda y los Pereira en su retiro campestre, Bernardim Ribeiro con problemas para seguir carrera en la corte, Jorge de Montemayor fuera de su Portugal natal, Núñez de Reinoso en constante movimiento, etc.

26Si los hermanos Usque en Ferrara, o Arnold Birckmann en Colonia, imprimían la Menina e Moça fundamentalmente para los judíos portugueses del exilio, no por ello dejaron de mercadear dentro de Portugal, donde también se distribuyeron sus libros: la existencia de ejemplares actualmente y la misma referencia de André de Burgos en su prólogo a la primera impresión de la obra son pruebas suficientes. En cuanto a este último, es obvio que su público lector era principalmente el de todo Portugal, aunque es posible que también supiese que la obra era buscada en especial por los círculos de cristianos nuevos que él sin duda conocía sobradamente y con los que estaba en permanente relación.

27El mismo camino entre Portugal e Italia, primero, y de Italia a Portugal, después, que veíamos en la Menina e Moça de Bernardim recorre la obra del poeta castellano. Son dos obras que nacen en el seno de un círculo literario bien relacionado y que se mueven, se editan y se distribuyen por una red de cristianos nuevos (o judíos declarados) peninsulares. Que se publicase la obra traducida quizás responda a las mismas circunstancias que obligaron a realizar varias alteraciones importantes en el texto, que, por eso mismo, ya no es una mera traducción. Esas circunstancias tienen que ver, sin duda, con la salida de la familia Nasi o Micas de Portugal y, posteriormente, su declarada adscripción a la religión judía y la marcha definitiva a territorio turco. A Núñez de Reinoso se le pierde entonces la pista y es posible que siguiese el mismo camino.

  • 28 Ver Núñez de Reinoso, 1991, p. 15.
  • 29 Para una primera aproximación a Gracia Nasi y su familia, puede consultarse la monografía de Muczni (...)

28Beatriz de Luna Miques o Micas era el nombre cristiano de Gracia Mendes o Gracia Nasi. El apellido Mendes lo adoptó de su marido, Francisco Mendes, un poderoso banquero de los monarcas de Europa. Al morir este, Gracia continuó con los negocios financieros de su marido. En 1535 decide abandonar Portugal y dirigirse a los Países Bajos, sin duda ante el establecimiento de la Inquisición en aquel reino. Miguel Ángel Teijeiro supone que Núñez de Reinoso debió de acompañar a la familia de Gracia Nasi y con ella debió de llegar a Italia, a la corte del duque de Ferrara. Desde 1552, año de la publicación de Los amores de Clareo y Florisea… en Venecia, no volvemos a tener noticias de este autor28. Sabemos que la familia de Gracia Nasi llegó a Constantinopla en 1553. Desde ese momento, como es natural, cualquier persona íntimamente relacionada con esta conocidísima familia pasaba a ser sospechosa29.

29La versión portuguesa de la obra se publica sin fecha, pero habiéndose editado en Italia el original en 1552 y habiendo huido la familia Nasi a Turquía en 1553 (lo que va a determinar algunos cambios en el texto traducido), su impresión tiene que ser necesariamente posterior. La edición portuguesa aparece sin mención de su autor, del impresor y del lugar donde se imprimió, pero, en mi opinión, debió de salir del taller de André de Burgos. Hay razones de tipo técnico: la coincidencia en los tipos góticos utilizados, en las soluciones grafemáticas y en la puntuación con otras obras impresas por este editor en los años 50 del siglo xvi; y de tipo lingüístico: castellanismos en las intervenciones del editor sobre el texto. Comparando los fragmentos que reproducimos de la História dos trabalhos da sem ventura Isea (Imagen 1) y la edición que André de Burgos hace de la Menina e Moça (Imagen 2) se pueden apreciar las similitudes de tipografía.

Imagen 1. Fragmento de la História dos trabalhos da sem ventura Isea

Imagen 1. Fragmento de la História dos trabalhos da sem ventura Isea

Imagen 2. Fragmento de las Saudades de Bernardim Ribeiro (Évora, 1557-1558)

Imagen 2. Fragmento de las Saudades de Bernardim Ribeiro (Évora, 1557-1558)
  • 30 Núñez de Reinoso, 2017, pp. 1-2.
  • 31 Ver Carrasco, 2011 y 2013.
  • 32 Ver Carrasco, 1998.

30Por lo que respecta a los castellanismos, estos abundan en las partes donde interviene el editor, como es el caso del «Prólogo»30. En él llaman la atención las formas compuestas con el verbo haver: ‘hei querido’ y ‘haver querido’. Este uso era extraordinariamente raro a mediados del siglo xvi y coincide con la interpolación de estas formas verbales en las obras de Bernardim Ribeiro editadas por André de Burgos, puesto que el poeta alentejano no usaba estas formas salvo raras excepciones31. Toda la edición de la História dos trabalhos da sem ventura Isea está plagada de castellanismos de diverso tipo, como la edición de Évora de la Menina e Moça32. Algunos ejemplos: se lha dauão por ‘lha davam’ (cast. ‘se la daban’), estes por ‘estejas’ (cast. ‘estés’), nesta escura carcere por ‘neste escuro cárcere’ (cast. ‘en esta oscura cárcel’), dios por ‘deus’ (cast. ‘dios’), vas por ‘vais’ (cast. ‘vas’), mas por ‘mais’ (cast. ‘más´), cosa por ‘cousa’ (cast. ‘cosa’), lueguo por ‘logo’ (cast. ‘luego’), determine por ‘determinei’ (cast. ‘determiné’), aguyla por ‘águia’ (cast. ‘águila’), todo invariable por ‘tudo’ (cast. ‘todo’), naturaleza por ‘natureza’ (cast. ‘naturaleza’), encaminasse por ‘encaminhasse’ (cast. ‘encaminase’), etc.

  • 33 Relação, 1844, p. i.
  • 34 Relação, 1844, pp. iii-iv.

31Son características comunes a otras obras editadas por André de Burgos, como ocurre en la Relação do descobrimento da Florida, salida de su taller eborense en 1557 sin otra alusión a su autor que estas enigmáticas palabras del frontispicio: «Agora novamente feita per um Fidalgo d’Elvas»33. Limitándonos solo al «Prólogo» del editor, encontramos tiempos compuestos con ‘haver’ (hã descuberto) y estos castellanismos: ingenios por ‘engenhos’ (dos veces), leyessem por ‘lessem’, determine por ‘determinei’, todo por ‘tudo’ y si por ‘se’ (conjunción). Hernando de Soto, descubridor de la Florida, era cristiano nuevo de la frontera extremeña con Portugal. Hizo todo lo posible por ocultar sus orígenes familiares, habitual entre los conversos y sus descendientes, e incluso alimentó la confusión entre Barcarrota y Jerez de los Caballeros como su localidad natal. Como ocurría en la época y hemos explicado ya, Hernando de Soto debía de tener relaciones familiares con otros cristianos nuevos asentados en el lado portugués de la raya, al igual que ese Luis Moscoso que, según el cronista, pasó de Badajoz a Elvas y allí reclutó a ocho hidalgos portugueses que se incorporaron a la expedición del extremeño y en los que este mostró especial confianza, pues no en vano puso en manos de uno de ellos, André de Vasconcelos, el mando del galeón Buena Fortuna, probablemente todo él compuesto por tropa portuguesa34. El autor de la Relação debió de ser uno de los cinco hidalgos de Elvas que regresaron vivos de la aventura americana.

  • 35 Relação…, 1844, p. 3.

32Si André de Burgos prefirió que no figurase el nombre del autor de esta crónica no puede deberse al contenido de la obra, en todo ajena a cuestiones de religión o a cualquier asunto que pudiese ser objeto de recelo inquisitorial. Más nos parece que prefirió dejar en el anonimato al autor o bien porque este pudo estar implicado en causas del Santo Oficio o bien porque podía verse señalado por su familia o por la red de familias de cristianos nuevos que iban y venían por la frontera y que participaron de forma tan señalada en la expedición de Hernando de Soto. La situación es en todo semejante al caso de Núñez de Reinoso. Por lo demás, André de Burgos no solo advierte en el frontispicio de que el autor era un hidalgo de Elvas, sino que en el «Prólogo» insiste en que no es obra suya: «eu não o escrevi senão somente o imprimi»35. Toda precaución le parecía poca.

  • 36 Núñez de Reinoso, 2017, p. 2.

33Que André de Burgos, supuesto editor de la novela de Núñez de Reinoso traducida al portugués, mantuviese en el anonimato su edición es, por lo tanto, práctica bien justificada y ya acometida en otras obras. Por otro lado, el editor nos advierte honestamente que no reproduce exactamente el original, aunque quita importancia a su intervención sobre el texto: «A história vai composta por ela mesma e de mim emendada em algũas partes somente nas falas e ordem seguindo em todo o mais o original dela»36. Lo cierto es que la versión portuguesa presenta en muchas ocasiones una redacción muy alterada del original. Muestro a continuación como ejemplo de las diferencias que podemos encontrar el inicio del Capítulo IX:

  • 37 Núñez de Reinoso, 1991, pp. 83-84.
  • 38 Núñez de Reinoso, 2017, pp. 20-21.

CAPÍTULO NONO

Cómo Clareo no quiso conceder en los grandes ruegos de Rosiano, y de la gran pena que por esta causa Isea sufría, sin podella ninguna cosa remediar

Llegado Rosiano a su posada, luego tomó aparte a Clareo y le dijo:

«Sabe, amigo mío, que la diosa Venus ha querido, en pago de tu fe y del sentimiento que por Florisea haces y has hecho, darte una diosa por mujer, la cual es una hermosa viuda, que Isea se nombra, moza de edad de diez y ocho años, natural de la ciudad de Éfeso, la cual me ha mandado llamar y dicho con gran amor que se quiere casar contigo y hacerte señor de todos sus bienes, que en extremo son tantos que toda tu vida serás rico y a nosotros harás dichosos. Y pues Florisea no ha de resucitar, no dejes de hacer lo que tanto conviene, no lo dilatando porque fortuna no mude su rueda. Porque ésta que te quiere es rica, con lo cual tú honestamente y con mucha honra podrás vivir; es hermosa porque su rostro es blanco y de mucha majestad y señoril honestidad lleno, con color natural y sin ningún artificio compuesto, tan agraciada que parece ser de leche con sangre mezclada, y sus cabellos crespos y rojos, a lo que yo ver pude, porque estaba vestida aún como viuda; pero de suerte que yo pude bien ver todo lo que dicho tengo, y al despedir, como se levantase en pie, me pareció tener grande y agraciado cuerpo.» 37

Capítulo IX.

Do que Rosiano passou com Clareo e o que sentiu Isea da sua reposta.

Chegado Rosiano à pousada de Clareo, o tomou à parte e entre muitas práticas lhe disse assi:

Se vós, senhor Clareo, quisésseis comigo tomar parte nuns amores, estivera-me por mui ditoso que juntos gastássemos nosso tempo em servir tão fermosas senhoras como são as que meus olhos escolheram por dinas de nosso serviço. E porque sei que vós não vos contentais senão com preciosas mostras e estremado parecer, de duas somente acabei comigo forçando meu desejo oferecer-vos a que fosse mais perfeita. Vontade é esta digna de agardecimento, mas eu não quero de vós outro mais que seguirdes neste caso meu parecer, porque crede senhor que estes novos amores que vos não hão de ser menos doces que os primeiros de que tão sentido vos mostrais. É esta dama que vos digo de tanto estremo que, se não é Florisea, não poderá ter comparação. Sua graça em tudo é tal que creo com ela somente (além de outras particularidades dinas em outras de louvor não pequeno e nela, por ser tão fermosa, de não muito grande) dará vida aos mortos, se eles com algum remédio a podem ter. Com esta podereis esquecer a vossa Florisea ou ao menos consolar a pena da sua ausência, porque sabei que, além dos estremos da naturaleza [sic], não lhe faltam os da fortuna, sendo na cidade de Éfeso a mais principal e a mais rica de todas38.

34En el mismo capítulo de la obra llaman la atención las diferencias en el despliegue de erudición que exponen las dos versiones, como si autor y traductor compitiesen en el gusto o en el conocimiento de la historia antigua y la mitología clásica:

  • 39 Núñez de Reinoso, 1991, p. 87.
  • 40 Núñez de Reinoso, 2017, p. 24.

Porque este poderoso dios [el amor] se había enseñoreado de mi cuerpo y alma, y que no era mucho, siendo yo una flaca doncella, pues lo había hecho con Júpiter, dios de los relámpagos y llamas, y ansimismo con Marte, dios de las sangrientas batallas; y había causado y hecho que el Sol guardase ganado, y que Hércules, siendo tan fuerte caballero, se asentase a hilar en los estrados en compañía de las damas y flacas doncellas. Y ansí, había sido causa que Mirra se enamorase de su mismo padre, y otras de sus hermanos, y otras de sus mismos hijos; y ansí, que todos finalmente obedecían a este gran dios, el cual en todos mandaba y entre todos reinaba como señor grande y poderoso39.

Isto certo causou o cego amor que de mim estava já tanto apoderado, que me não deixou ver a razão como havia feito com outros mais poderosos que eu, e com as deidades celestiaes. Pois Júpiter, tendo mando e senhorio sobre todo-los deuses, não pode defender-se das suas setas. Nem Mares [sic], temido em todo mundo polo seu esforço, sendo destroçador das batalhas, não foi poderoso de entrar em campo com o amor. Apolo, sábio, fermoso e mui visto na arte de medicina remediando as doenças de todos, não pôde curar as feridas dadas per cruel Cupido. Antes, vencido das suas mãos, feito pastor nam recusou guardar gado por alguns anos. Estes e outros muitos desatinos, como é namorar-se Mirra de seu próprio pai Cínaras e haver per enganos com ele ajuntamento; perder-se Pasífae, rainha Creta, por um touro irracional; fazer Fedra, sua filha, arrastar a Hipólito, seu enteado, por não consentir nos seus torpes desejos… ha feito fazer ho amor40.

  • 41 Núñez de Reinoso, 1991, p. 65.
  • 42 Núñez de Reinoso, 1997, p. 81.
  • 43 Núñez de Reinoso, 2017, pp. 110-112.

35Pero las diferencias más significativas son las que ocultaban las relaciones con la familia de Gracia Nasi y la misma autoría de Núñez de Reinoso. Los amores de Clareo y Florisea se publicaron con una dedicatoria «al muy Magnífico Señor Juan Micas»41, uno de los más señalados miembros de aquella familia. La versión portuguesa elimina esta dedicatoria y, en su lugar, introduce el «Prólogo» del editor (y/o traductor) al que hemos aludido anteriormente. Ninguna referencia a Juan Micas hay en toda la obra. En el original, se imprimen a continuación de la novela todas las composiciones poéticas del autor y, a modo de presentación, se incluye otra dedicatoria dirigida «al mismo señor Juan Micas»42. La edición portuguesa de la novela no incluye la obra poética, pero a modo de colofón se lee una dedicatoria «Ao Senhor Doutor Jerónimo Piris, a quem vai diregida a obra»43, que no es más que un remedo de la original dedicada a Juan Micas, sin molestarse siquiera en eliminar las referencias a la poesía de Reinoso que, en realidad, no se reproduce en la versión portuguesa.

  • 44 Núñez de Reinoso, 1991, p. 195.

36Otro ejemplo de este procedimiento de ocultación que se observa en la edición portuguesa de la obra es el soneto incluido al final del relato novelesco. En los dos últimos versos aparece el nombre del autor: «Pues ha dejado a sí, con su escritura, / Y a vos fama inmortal el DE REINOSO»44. La versión portuguesa reproduce el soneto en su lengua original pero elimina los dos últimos versos, por lo que el soneto queda inconcluso, irregular.

37En definitiva, la situación que se ha descrito muestra unas relaciones entre las literaturas española y portuguesa muy distintas a la que se ha venido señalando tradicionalmente como propias del siglo xvi. Es cierto que tal situación se produce en unas circunstancias específicas que son las que permiten la circulación de obras y autores a uno y otro lado de la frontera e incluso por otros países como Italia. Propuse el calificativo de ‘literatura en itinerancia’ para describir este fenómeno que está íntimamente ligado a la red de relaciones entre familias de cristianos nuevos y judíos peninsulares y acaba propiciando no solo el acercamiento de unos y otros autores, sino la impresión y distribución de las obras para alcanzar a distintos públicos lectores. Adviértase que no estamos hablando en absoluto de una literatura marginal: los autores que voluntaria o involuntariamente entran en esta red (Bernardim Ribeiro, Sá de Miranda, Jorge de Montemayor, Feliciano de Silva e, incluso, en menor medida, Núñez de Reinoso) están entre los más relevantes de las primeras décadas del siglo xvi. Y también es importante destacar que las obras involucradas no pertenecen a la categoría de obras heterodoxas para la Iglesia católica o inaceptables para los censores de la Inquisición si exceptuamos a Samuel Usque, que no escribía para lectores de España o Portugal. Junto con Núñez de Reinoso, el editor André de Burgos parece ser una pieza clave en esta red de difusión de la literatura peninsular si tenemos en cuenta las obras que son impresas, o supuestamente impresas, en su taller. No sorprende, pues, dentro de este contexto, que aparezca una versión portuguesa de Los amores de Clareo y Florisea llevada a cabo en las condiciones que se han tratado de describir.

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Notas

1 Dasilva, 2017, § 25.

2 Véase Carrasco, 2014.

3 Para el caso de Góngora, véase Alves, 2014; para Lope de Vega, Cervantes, Calderón, Solórzano Pereira y Tirso de Molina, véase Alves, 2013.

4 Véase Núñez de Reinoso, s. f. Acaba de ser publicada una edición moderna de esta versión portuguesa: Núñez de Reinoso, 2017.

5 No ocurre lo mismo con obras de otro carácter y dirigidas a un público popular e iletrado. Un buen ejemplo de ello es A muito devota oração da Empardeada (ver La muy devota Oración de la Emparedada, 1997). La edición portuguesa se traduce de una versión previa en castellano, como se deduce del análisis textual de Carrasco, 2001.

6 Ver Bataillon, 1964. Aparte de esta obra, para la vida de Núñez de Reinoso me remito a los estudios de Asensio, 1972; Rose, 1971; y la síntesis biográfica de Teijeiro Fuentes en Núñez de Reinoso, 1991 y 1997. En la revisión crítica de Jiménez Ruiz (2002) se cuestionan las exégesis biográficas que ha recibido la obra, a partir de Michaëlis y Menéndez Pelayo, tomando la ficción como material histórico.

7 A él le dedica la composición «ALONSO NÚNNEZ DE REYNOSO AL SENNOR FELICIANO DE SILVA». El título aparece así, en mayúsculas, en el original citado (Núñez de Reinoso, 1997, pp. 233-240). Ahí se queja de no poder consagrarse como quisiera a las musas por la obligación de estudiar Leyes («Padezco gran dolor y sufro males / en leyes estudiar, las musas dejando, / Con quien ningunas letras son iguales») y por eso envidia la vida de Feliciano de Silva: «Dichoso, pues a ti sólo se daba / Tratar de letras y de lo que amas, / Con que toda tu vida se pasaba / Entre las Musas contemplando damas».

8 Un ejemplo paradigmático es el del llerenense Francisco de Peñaranda y su amigo Fernão Brandão, los dueños de la famosa biblioteca heterodoxa de Barcarrota (ver Serrano Mangas, 2010).

9 Cuando D. Isaac Abravanel, el famoso banquero portugués, huye en 1483, se asienta en la villa fronteriza de Segura de la Orden. Según Benzion Netanyahu, buscaba acogida entre la numerosa comunidad de judíos que allí llegaron tras su expulsión de Sevilla ese mismo año. Para quien mantenía intereses en el país vecino, la «proximidade daquela vila à fronteira portuguesa oferecia-lhe vantagens óbvias» (Netanyahu, 2012, p. 77).

10 Núñez de Reinoso, 1997, p. 23.

11 Ver Carvalho, 1955.

12 Ribeiro y Falcão, 1923, I, p. 105.

13 Para una revisión de los manuscritos conservados y ediciones del siglo xvi, junto con la bibliografía actualizada que los estudia, ver «Testemunhos quinhentistas» en Ribeiro, 2008, pp. 69-71.

14 Ver Carrasco, 1999.

15 Teijeiro, 1996, pp. 134-135.

16 Véase al respecto Ribeiro y Falcão, 1923, I, p. 44. Carolina Michaëlis se preguntaba qué interés tenía publicar en Italia una obra en portugués y advierte que, si bien muchos autores portugueses publicaron en Europa a lo largo del siglo xvi, solo dos libros se publicaron en lengua portuguesa fuera de Portugal: la Menina e Moça de Bernardim Ribeiro (que incluye también su obra poética y la égloga Crisfal atribuida a Cristóvão Falcão) y la Consolação às Tribulações de Israel de Samuel Usque (véase Ribeiro y Falcão, 1923, I, pp. 53 y ss.) No hay duda de que la edición iba dirigida al numeroso círculo de familias de judeo-portugueses, al que pertenecían los hermanos Usque, en Italia y en otros países europeos.

17 En realidad, su estancia en Portugal no constituyó un abandono permanente de España. En el prólogo a su égloga Baltea, Núñez de Reinoso escribe a Francisco Pereira diciéndole que, encontrándose en Ciudad Rodrigo, decidió acabar la égloga que supuestamente había comenzado en Basto: «hallándome en Ciudad Rodrigo en conversación de muchos servidores de V. Md. y señores míos, que para este efecto tenía comenzada una égloga intitulada Baltea […]» (Núñez de Reinoso, 1997, p. 116). Esto debió suceder necesariamente después de 1534, pues el poeta imita en la égloga algunos versos de Garcilaso que datan de esa época. Yo creo que habría que retrasar la fecha al menos dos o tres años más (intuyo que bastantes más), porque Bernardim debería haber desaparecido entonces y porque Núñez de Reinoso empareja en el mismo prólogo a Sá de Miranda con Garcilaso (véase p. 118), cuando sabemos que el poeta portugués recibe la obra de Garcilaso como un presente de su vecino António Pereira, con el que coincidió en su retiro campestre necesariamente después de 1536, si bien la lejana relación familiar entre Sá de Miranda y Garcilaso hace suponer a algunos especialistas que el conocimiento de su obra debió de ser anterior (ver Roig, 1996). No obstante, Núñez de Reinoso guardaba precauciones que no le impedían moverse por uno y otro país, pues, hasta donde se sabe, no hubo nunca un proceso contra él en España.

18 Zimic (1967) considera que Núñez de Reinoso accedió a la versión al italiano de Angelo Coccio, Achille Tatio Alessandrino. Dell’amore di Leucippe et di Clitophonte, Venecia, 1551, única que contiene los cuatro primeros libros, imitados en algunos episodios de Clareo y Florisea (en Jiménez Ruiz, 2002, p. 160).

19 Teijeiro Fuentes, 1996, I, p. 141.

20 Para el uso de la primera persona ficcional, que deriva de las Heroidas y la Fiammetta, entre otras fuentes, véase Jiménez Ruiz, 2002, pp. 295-307.

21 Rêgo, 1982, p. 82.

22 Ver Portugal, 1990.

23 Ribeiro y Falcão, 1923, I, p. 84.

24 Véase Gallego Morell, 1960, pp. 87-91.

25 Ribeiro y Falcão, 1923, I, p. 85.

26 Ver Carrasco, 1998.

27 Aunque no se ha podido probar la supuesta ascendencia judía de Montemayor, el método exegético de su Diálogo espiritual lleva a Esteva de Llobet (1998, pp. 74-84) a plantear la posible influencia cabalística, conciliada con el cristianismo. Dicha sensibilidad judeo-cristiana también se advierte en su Segundo cancionero espiritual (1558).

28 Ver Núñez de Reinoso, 1991, p. 15.

29 Para una primera aproximación a Gracia Nasi y su familia, puede consultarse la monografía de Mucznik (2010), donde se recogen las aportaciones de los principales estudiosos y donde aparece referida la bibliografía más importante.

30 Núñez de Reinoso, 2017, pp. 1-2.

31 Ver Carrasco, 2011 y 2013.

32 Ver Carrasco, 1998.

33 Relação, 1844, p. i.

34 Relação, 1844, pp. iii-iv.

35 Relação…, 1844, p. 3.

36 Núñez de Reinoso, 2017, p. 2.

37 Núñez de Reinoso, 1991, pp. 83-84.

38 Núñez de Reinoso, 2017, pp. 20-21.

39 Núñez de Reinoso, 1991, p. 87.

40 Núñez de Reinoso, 2017, p. 24.

41 Núñez de Reinoso, 1991, p. 65.

42 Núñez de Reinoso, 1997, p. 81.

43 Núñez de Reinoso, 2017, pp. 110-112.

44 Núñez de Reinoso, 1991, p. 195.

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Índice de ilustraciones

Título Imagen 1. Fragmento de la História dos trabalhos da sem ventura Isea
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Título Imagen 2. Fragmento de las Saudades de Bernardim Ribeiro (Évora, 1557-1558)
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Para citar este artículo

Referencia en papel

Juan M. Carrasco González, «Núñez de Reinoso en portugués: traducción, adaptación y proyecto editorial»Criticón, 134 | 2018, 195-210.

Referencia electrónica

Juan M. Carrasco González, «Núñez de Reinoso en portugués: traducción, adaptación y proyecto editorial»Criticón [En línea], 134 | 2018, Publicado el 20 diciembre 2018, consultado el 06 diciembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/5207; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.5207

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Autor

Juan M. Carrasco González

Juan M. Carrasco González es Catedrático de Filología Gallega y Portuguesa de la Universidad de Extremadura, donde ejerce de profesor desde 1987. Su actividad investigadora ha seguido varias líneas: literatura portuguesa, didáctica del portugués, historia de la lengua y hablas fronterizas de Extremadura. Dentro del ámbito literario, ha publicado diferentes trabajos, que se citan a modo de ejemplo, sobre Bernardim Ribeiro (Menina e moça ou Saudades, Coimbra, 2008), Afonso Álvares (Auto de Santiago, A Coruña, 2002), la Biblioteca de Barcarrota (La muy devota oración de la emparedada, Mérida, 2005), Luís de Camões (en el Dicionário de Luís de Camões, Lisboa, 2014), Gil Vicente (en el Dicionário das personagens de Gil Vicente, Lisboa, 2014) y capítulos sobre la prosa portuguesa del período clásico en distintas monografías (Historia de la Literatura Portuguesa, Madrid, Cátedra, 2000; Mérida, 2011).
jcarrasc@unex.es
Facultad de Filosofía y Letras, Avda. de la Universidad, s/n, 10003 Cáceres (España).

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