Navegación – Mapa del sitio

InicioNuméros132Sobre un elogio imperial tardío: ...

Sobre un elogio imperial tardío: José de Cobaleda y Aguilar y el Panegírico a Carlos V

Roland Béhar
p. 155-173

Resúmenes

Este artículo propone una reevaluación critica del principal texto poético del poeta lojeño José de Cobaleda y Aguilar, el Panegírico a Carlos V, fechable en los años 1640-1650, y de clarísima impronta gongorina. Se destacan algunas de las variantes entre los distintos testimonios conservados y, dejando un análisis estilístico para otra ocasión, se examina la estructura general del poema, inspirada en anteriores obras encomiásticas dedicadas a la figura del Emperador. Y, finalmente, se demuestra la fuerte conexión de Cobaleda con dos partidarios destacados de Góngora en Andalucía, García de Salcedo Coronel y Martín de Angulo y Pulgar.

Inicio de página

Notas de la redacción

Article reçu pour publication le 25/02/2018; accepté le 08/05/2018

Notas del autor

El presente estudio forma parte del Proyecto FFI2015-63554-P «Las Artes del Elogio: Poesía, Retórica e Historia en los Panegíricos hispanos» (ARELPH), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, dentro del Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia.

Texto completo

1La obra poética del regidor perpetuo de Loja, José de Cobaleda y Aguilar, aún permanece sumida si no en el más completo olvido, en la penumbra de la indiferencia, a pesar de los diversos asedios críticos que se han ocupado de algunas facetas de la misma. De la vida de este ingenio granadino, hoy casi desconocido, de sus circunstancias y de sus líneas directrices, aparte de los escuetos datos que Ángel Pariente resumiera en 1987, poco más se puede decir:

  • 1 Pariente, 1987, p. 313.

José de Cobaleda y Aguilar (h. 1600-1657). Nacido probablemente en el pueblo granadino de Loja, de cuya ciudad fue regidor perpetuo. Es poeta de clara influencia culterana. Sus poemas están contenidos en el manuscrito 4.126 de la Biblioteca Nacional de Madrid, aún inéditos, salvo los publicados por Francisco Serrano Castilla […]1.

  • 2 Este oscuro crítico desempeñó durante el régimen franquista las funciones de delegado provincial de (...)
  • 3 Serrano Castilla, 1963, 1981, 1981-1982, 1984-1985, 1987-1988. Los trabajos se limitan únicamente a (...)
  • 4 Recuérdense la dedicatoria de Serrano Castilla, 1963, p. [3], a Emilio Orozco Díaz, así como, ibid.(...)
  • 5 El autor de estas líneas posee entre sus libros un ejemplar de Serrano Castilla, 1963, dedicado por (...)

2En efecto, la recuperación de la obra de este ingenio menor de la Andalucía barroca llegó de la mano de Serrano Castilla, autor de varios ensayos breves —bastante superficiales— sobre la obra del poeta lojeño2. La citada gavilla de estudios aparecía dedicada a quienes él consideraba sus maestros: Emilio Orozco Díaz, cuyo magisterio reconoce en el ensayo de apertura, Emilio Alarcos Llorach, y otros3. El latinoamericanista y experto en literatura del siglo xix Benito Varela Jácome compuso, para el primero de tales asedios que iba dedicado, justamente, a Emilio Orozco Díaz4, un prólogo bastante elogioso. No carece de interés encontrar, en aquellas páginas liminares, la identificación del «acendrado menéndezpelayismo» del crítico y editor, es decir, su gran conocimiento de la obra del maestro de maestros, Marcelino Menéndez Pelayo. Tal detalle no resulta baladí, ya que permite vislumbrar desde qué ladera iba a valorar la obra de Cobaleda y Aguilar, manifiestamente impregnada del estilo culto de signo gongorino, un estilo oscuro que le causaba poco o ningún agrado al estudioso decimonónico5.

  • 6 Véanse los Epitafios y túmulos, 1624.

3En su bosquejo biográfico, Serrano Castilla mencionaba también, apoyándose en Pérez de Guzmán, las estancias de José de Cobaleda «en Écija, Alhama, Jaén, Arjonilla, Granada, Córdoba y otras partes», así como su participación, de joven, en el túmulo poético de 1624 en honor al padre del Conde-Duque de Olivares6. Por otro lado, el crítico falangista evocaría también la presencia de varias composiciones de un tal José de Cobaleda en las justas poéticas por el nacimiento de Carlos II, en 1661, para luego descartar la posibilidad de que pudiera tratarse de nuestro poeta oriundo de Loja.

  • 7 Véase Osuna, 2008.
  • 8 Con lo cual sorprende que Emilio Orozco Díaz, buen conocedor de aquel fondo de biblioteca, en la qu (...)
  • 9 Para cuya descripción pormenorizada se remite a Osuna, 2008, pp. 93-94.
  • 10 Ibid., p. 96.
  • 11 Ibid., p. 96.
  • 12 Marín Cobos, 2013.

4Más recientemente, en un artículo de 2008 publicado en esta misma revista7, Inmaculada Osuna ha contribuido a renovar el conocimiento de la poesía de José de Cobaleda, mostrando en especial la importancia de otro testimonio manuscrito, amén del 4.126 que a F. Serrano Castilla le sirvió de fuente única para sus investigaciones y que proyectaba editar: el ms. 90-V1-9 de la Fundación Bartolomé March, signado anteriormente como Ms. 69 de la biblioteca granadina de los Duques de Gor, en la que se había custodiado hasta 19628. Este códice recoge, en efecto, buena parte de la obra de Cobaleda, así como la de otros dos ingenios granadinos de los mismos años: Sancho de Vargas y Varela y Sebastián Antonio de Gadea y Oviedo. Al haberse realizado expresamente, en 1685, para don Pedro Verdugo, hijo del primer Conde de Torrepalma, este manuscrito granadino puede considerarse un testimonio de capital importancia para la lírica del autor9. En ese mismo trabajo, la profesora Osuna avanzaba una hipótesis interesante: según sus estimaciones se trataría, con el ms. 4.126 de la BNE, de una «recopilación [que] responde verosímilmente a un concepto de “obras completas”»10. La raccolta correspondería a un «fallido intento de publicación póstuma de sus obras en 1665, poco después de su muerte»11. En definitiva, la copia del ms. 90-V1-9 de la Fundación Bartolomé March, fechada «a 25 de septiembre de 1685», así como la posterior publicación de un pliego que recoge únicamente el texto del Panegírico a Carlos V del propio Cobaleda, opúsculo impreso probablemente en el año 1697, demuestran el sostenido interés hacia la obra del lojeño por parte de los círculos poéticos granadinos del Barroco tardío, recientemente estudiados por Almudena Marín Cobos12.

  • 13 Se indica, en la misma portada del ms.: «Murió D. Josefe de Cobaleda sábado a las 9 de la mañana (...)
  • 14 Véanse la Academia que se celebró en la ciudad de Granada…, f. 32v-33r, y la Memoria fúnebre…, f. 2 (...)
  • 15 Serrano Castilla (1963, p. 11-12) indicaba haber rastreado, en vano, huellas de José de Cobaleda en (...)

5De ser cierta la fecha de defunción del poeta poco dudosa, dada la exactitud de la indicación del ms. 4.12613, surge un problema, ya subrayado tanto por Serrano Castilla como por Osuna: la mención de sendos poemas de circunstancia posteriores a 1657, cuya composición difícilmente se puede fechar antes: una glosa, en 1661, y un soneto, en 166514. Quizás ulteriores investigaciones archivísticas en torno a la figura de José de Cobaleda y Aguilar permitan levantar el velo que sigue ocultando buena parte de su biografía15.

  • 16 Ms. 90-V1-9 de la Fundación March, f. 3r-20r; ms. 4.126 de la BNE, f. 1r-20v.
  • 17 La existencia de esta edición ya había sido señalada por Bartolomé José Gallardo. Véase Gallardo, 1 (...)

6Dentro del amplio panorama de la obra cobalediana, el Panegírico a Carlos V debería suscitar especial interés a ojos de la crítica, tanto por los detalles de su fortuna manuscrita y editorial, como por la amplitud y refinamiento de esta composición. En los dos manuscritos que copian el poema, las octavas laudatorias consagradas al César Carlos ocupan el primer lugar16. Además, de entre todas las poesías del autor, resulta ser la única pieza que no se limitó a una minoritaria circulación manuscrita, sino que vio la luz de la imprenta. En efecto, el curioso encomio de asunto carolino tuvo el privilegio de gozar de una edición por separado, fechada probablemente en 169717. Junto con dos trabajos complementarios, las páginas que siguen se proponen examinar el Panegírico a Carlos V, centrándose en tres cuestiones esenciales: 1- el aspecto retórico del poema; 2- su adscripción al género panegírico; 3- las posibles razones que explican su composición en el ambiente granadino de mediados del siglo xvii.

El Panegírico: composición, estilo y estructura

  • 18 Los dos ejemplares conocidos, conservados en la BNE de Madrid (VE/106/15 y VE/126/41), aparecen sin (...)
  • 19 Se le dedicará un trabajo por separado, ya que este discurso sobre el panegírico, si bien resulta d (...)
  • 20 Entre estas modificaciones son de mencionar, utilizando la numeración del pliego de 1697, el añadid (...)

7Un breve cotejo preliminar entre el ms. 4.126 de la BNE (A), el ms. 90-V1-9 de la Fundación March (B) y el pliego de 1697 (C) revela varias singularidades. Destaca, por un lado, la fecha tardía del pliego, de 1697 o, quizás, de 169818, que incluye un breve discurso sobre el género del panegírico19. Este pliego modifica asimismo el texto, alterando breves fragmentos textuales, destinados a ensalzar a la real persona de Carlos II. Además de las diversas variantes aludidas, la versión impresa no solo reescribe, sino que añade, cambiando así la cantidad de estrofas (C cuenta 106 octavas, mientras son 103 en A y 104 en B). En la medida en que los cambios de C respecto a A y B se aplican a la creación de un paralelismo entre Carlos I y Carlos II20 operación textual necesariamente posterior a la muerte de Cobaleda (1657), conviene ceñirse aquí al estudio de la composición del poema en su versión primigenia, reflejada en A y B, en tanto es la única que resulta lícito atribuir al propio José de Cobaleda.

8El ignoto compilador de los textos de Cobaleda recogidos en el manuscrito 4.126 (A), brindaba a los posibles lectores una sucinta introducción al Panegírico del lojeño. Con un cierto punto hiperbólico, el encomio se presentaba allí como una cima de tal género laudatorio:

  • 21 Ms. 4.126 de la BNE, f. 9r-9v.

Mire si en el heroico poema del Señor Carlos Quinto se guardan bien las leyes de una perfecta epopeya, cómo eligió uno el sujeto, príncipe absoluto, virtuoso, amado de la posteridad, y adornado de militar valor, no muy remoto de su tiempo, no muy cercano a él: que no propone como principales todas sus acciones, refiriéndolas siempre a la mayor, para formar una la obra, que propone, que invoca, que narra cómo y cuándo debe que hace parecer naturales los episodios; que perturba, que suspende a veces los afectos con variedad de casos extraños; que une lo admirable y lo verosímil; que al tocar cualquier punto de las ciencias, se aparta de sus términos, y habla con las frases de las musas; y finalmente, que en esta y las demás especies de sus escritos es el autor una perfecta Idea de la Poesía21.

9Prácticamente en su totalidad, estas ideas emanan directamente de los Discorsi dell’arte poetica (1561-1562) de Torquato Tasso, cuya indiscutida auctoritas había dictado las reglas dominantes las «leyes» del genero épico, tanto en Italia como en España. Reglas que también habían de regir la composición de los panegíricos, concebidos como poemas épicos en forma menor.

  • 22 Recuérdese el título completo del pliego: Panegírico al señor Emperador Carlos V el máximo, obra pó (...)
  • 23 Véase Mínguez, 2013, cap. III, «Unico Universus. El espejo dinástico», pp. 59-81.
  • 24 Como recuerda Jesús Ponce Cárdenas en este mismo volumen, «junto al conjunto mayoritario de los pan (...)

10Según se mencionó, la edición del pliego de 1697 establecía un paralelismo explícito entre Carlos I, el modelo, y su tataranieto Carlos II. Esta operación de legitimación dinástica y onomástica se hace patente desde el mismo título22. Si bien operaciones de este tipo fueron legión, bajo el reinado de Carlos II, como recuerda en especial V. Mínguez23, esto no permite explicar el caso de la redacción primigenia del Panegírico a Carlos V, anterior a 1657. ¿Cómo cabría entender, entonces, el proyecto acometido por el poeta de Loja, un encomiasta apenas conocido, cuyas andanzas vitales permanecen envuelta en las brumas de la Historia? ¿Cómo se ha de interpretar, además, que se trate de un por así decirlo Panegírico in absentia, puesto que ofrece el elogio de un emperador difunto desde hacía ya un siglo?24

  • 25 Ponce Cárdenas, 2016, p. 330.

11Un rasgo formal peculiar del Panegírico de Cobaleda consiste en la presencia de un recurso que Jesús Ponce Cárdenas ha descrito en el caso algo posterior del Laurel histórico y Panegírico real de Philipo V del almanseño Luis Enríquez de Navarra y Marín (1648-1722), subrayando asimismo la coincidencia con la técnica de José de Cobaleda: el uso de pequeños escolios marginales que identifican la cadena de acontecimientos históricos relatados en el poema25. Gracias a tales glosas, el texto de las octavas laudatorias puede también leerse cual libro de Historia, cuyo esquema general queda marcado por las indicaciones de dichas apostillas, al mismo tiempo que observa las grandes líneas definidas por el basilikòs lógos: exordio, nacimiento en Gante, juventud, hazañas bélicas y políticas, desposorios en Sevilla y en Granada con la posibilidad de un episodio epitalámico, vaticinio de la gloriosa estirpe que emanará de la feliz unión, y de nuevo relación de las hazañas, que hacen de Carlos V la perfecta idea del Príncipe, a modo de espejo para Felipe IV, su descendiente, según reza la última octava (CIII, según el ms. 4.126):

  • 26 Ms. 4.126 de la BNE, f. 20v.

O vive, y pues el orbe cristalino
te coloca Deidad, no como aquella,
que ciegamente idolatró el latino,
vano esplendor, supersticiosa estrella:
lábrale el Hado, enmiéndale el Destino
al gran Felipe, en cuya invicta huella
tengan ya, sin asombros militares
ley ambos mundos, término ambos mares
26.

Unas obras dedicadas a Don Fernando Pérez del Pulgar y Sandoval

12Para arrojar alguna luz sobre el Panegírico de Cobaleda, se considerarán en lo que sigue dos aspectos relacionados con la obra y su ubicación granadina: por un lado, las menciones que Cobaleda hace de Granada en el mismo poema, que hacen hincapié en la predilección del Emperador por la ciudad del Genil; y, por el otro, el hecho de que sus obras poéticas vayan dedicadas, en el ms. 4.126, a Don Fernando Pérez del Pulgar y Sandoval un detalle significativo, no comentado hasta ahora por la crítica.

Panegírico, epitalamio y «laus urbis» en el entorno granadino

13Aunque no resulta posible determinar con exactitud las causas de la escritura del encomio carolino, se intuye cuál podría ser una plausible intención del mismo: promover la imagen de Granada, recordando la importancia de la urbe en el marco de las gestas épicas de Carlos V. Bastaría como pequeño testimonio de esta inspiración local, el conjunto de octavas dedicadas a la ciudad del Genil y del Dauro. Tales estrofas vienen a coronar el momento donde el panegírico se transmuta en una suerte de epitalamio en miniatura (se trata de las octavas centrales del poema, XLVII a LIX, vv. 369-472):

  • 27 Isabel de Portugal (1503-1539), infanta de Portugal, que se casó con Carlos V en marzo de 1526, en (...)
  • 28 Manuel I de Portugal, «el Afortunado» (1469-1521), padre de Isabel de Portugal, quien había destina (...)
  • 29 Según el Diccionario de Autoridades (1726), t. I, s. v. : «lo mismo que respiración, o aliento […] (...)
  • 30 La Hispania romana se dividía en tres provincias: Lusitania, Bética y Tarraconense.
  • 31 “Vista”: la visión de Isabel por Híspalis (Sevilla).
  • 32 Felipe II (1527-1598), llamado “el Prudente”. 
  • 33 Alusión que se nutre probablemente de un recuerdo gongorino (Fábula de Polifemo, octava LIII): «Mar (...)
  • 34 Cobaleda alude aquí a la política de Felipe IV en Marruecos, donde mantuvo el poder español aprovec (...)
  • 35 Referencia probable a los combates navales contra los turcos, los persas y los ingleses en el Golfo (...)
  • 36 «Volante nieve» es un sintagma de origen gongorino (Soledades, II, v. 836), que aquí designa no el (...)
  • 37 Referencia al Hospital de san Juan de Dios, en Granada.
  • 38 Se cita aquí por la versión del ms. 4.126 de la BNE (A), aunque habría que llevar a cabo un estudio (...)

Después, haciendo con feliz Belona

continentes las tierras y los mares,

370

volviste al esplendor de tu corona,

la mayor de las islas Baleares.

Entonces el Amor, no el que aprisiona

la común vista con vínculos vulgares

sino aquel digno de tan alto empleo

375

la tea encendió sacra de Himeneo.

Al tálamo feliz que te compuso

la beldad de Isabela floreciente27

destinó luego el coronado luso

que fue terror católico al Oriente28.

380

Donde al Betis da con tráfago confuso

su anhélito29 precioso el Occidente,

con tal pompa llegó que al recibilla

las tres Españas abrevió en su orilla30.

Tu vista31 grave y su esplendor sereno

385

Híspalis vio, como a su luz hermosa

mira la alba reírse en prado ameno

con el galán clavel la virgen rosa.

De las dos Indias en el rico seno

ostentación haciendo glorïosa

390

oyó que el Betis sobre el margen puro

así le hurtó a los hados lo futuro:

—«Cuanto siniestro canta, infausto vuela

ya en amorosos himnos se desate,

pues ya al dulce consorcio de Isabela

395

más flores el Amor que plumas bate.

La tea un Cupidillo y otro cela

para que más fecunda se dilate

la pura llama, aventajando en ella

el menor rayo a la mayor estrella.

400

Presto, oh César feliz, príncipe augusto,

augusta flor verá tu augusta rama,

cuya culta prudencia y celo justo

ojos le dé a la Invidia y a la Fama32.

Turbará grave el pecho más robusto

405

y como en la ceniza y en la llama

el día luce, le dará la suerte

resplandor en la vida y en la muerte.

De este Felipe heredará el tercero

la virtud y el imperio soberano,

410

Alción a quien luce lisonjero

rica serenidad el ocëano33.

Luego el cuarto Felipe, honor primero

a las dos frentes del antiguo Jano

de palmas impedido y de victorias

415

émulo será invicto de tus glorias.

Este, pues, ligará con fuerza dura

las arenas del África volantes,

dejando con celante luz obscura

la luna infiel en bárbaros turbantes34.

420

Este de la Asia hará con sangre impura

otra vez rojo el mar, sin que en fragantes,

sin que en dulces estragos producido

se niegue el Fénix el oculto nido35.

Los orbes con proezas inmortales

425

engastará su acero peregrino

contra quien no bastando los mortales

de influjos torpes se armará el Destino.

Reinos infieles, climas desleales

querrán su nombre oscurecer divino,

430

sin ver que el sufrimiento generoso

hace más grande al menos venturoso.

Más que de amarga flor, oro süave

labra la abeja y la espaciosa planta

que en rayos crece, más del peso grave,

435

con la fértil injuria se levanta.

Vida hará lo mortal sin que le agrave

con tanto golpe monarquía tanta,

volviendo el orbe a tu glorioso nieto

con fe cautivo y con amor sujeto».

440

Dijo y un ramo de recientes flores

fio al Amor, que artificioso luego

dos cuellos entre luces, entre olores

ató a un nudo, aunque firme, nada ciego.

De allí tus honestísimos amores

445

dieron dulce al Genil desasosiego,

por quien ya goza la volante nieve36

del oblicuo Meandro aplauso breve.

Tú, Iliberia, tú, hermosa patria mía,

que a Minerva, que a Marte consagrada

450

no menos que circunda el claro día

ilustres con tu pluma y con tu espada;

tú, a quien la luz más grata el cielo fía,

reina de abriles siempre coronada,

debes al mayor César más decoro

455

que el Genil te da en plata, el Dauro en oro.

Hospicios nobles37, fábricas altivas,

doctas escuelas, santos tribunales,

te honró apagando las centellas vivas

de tantos agarenos pedernales.

460

No ya en tu corazón, no en jaspe inscribas

de Carlos las memorias inmortales,

puesto que aun el cincel tenaz no duda

que la más elegante es piedra muda.

Medio curso del año en tu ribera,

465

el hombro en menor orbe suspendido,

dio al arduo peso de tan grave esfera

tregua oficiosa y ocio esclarecido.

Con religión tu espacio verdadera

dejó, no con murallas defendido,

470

que no le importa al náufrago que haya

firme bajel, si no hay segura playa38.

14Más allá de las deudas evidentes que esta sección del poema tiene con la milenaria escritura epitalámica, al entretejer de este modo la laus urbis y el encomio del soberano, Cobaleda reactiva una vieja tradición, en cierto modo constitutiva del género, que consiste en promover un lugar particular transformándolo en el enclave destacado y esencial de la narración épica.

15Asimismo, el lojeño recurre también a la tradición encomiástica mediante la cual el propio Emperador había asociado su nombre con el de Granada. No es este el lugar para volver sobre todas las implicaciones que vinculan la ciudad de Granada a la política de Carlos V, desde la célebre estancia de la pareja de los novios imperiales en 1526, donde, según Boscán, habría nacido la nueva poesía italianizante de su diálogo con el exquisito poeta neolatino Andrea Navagero. Pero, ¿acaso no se conservaría en la refinada ciudad andaluza de mediados del siglo xvii el recuerdo de un momento tan fructífero tanto para la ilustre prosapia de los Austrias como para el nuevo rumbo tomado por las musas castellanas?

  • 39 Véanse Vilà i Tomàs, 2003, y Cacho Casal, 2012. Es de notar, sin embargo, que hubo ya algunos prime (...)

16La historia de Carlos V había sido objeto de múltiples reescrituras historiográficas y poéticas, en especial desde mediados del siglo xvi, o sea a partir de aquel momento en que Felipe II tuvo que empezar a legitimar su reino gloriándose de las hazañas del reinado paterno. Una muestra evidente de aquel momento histórico se da con el florecimiento en lengua castellana de poemas épicos dedicados a la figura del Emperador, comúnmente designados mediante el rótulo genérico de “Caroleidas”39.

  • 40 Indica estos datos Javier Pizarro Gómez en su edición de las miniaturas que Giulio Clovio haría cop (...)

17Otro ejemplo de la pujanza de este momento es la creación del ciclo de grabados de los Triunfos de Carlos V, a partir de los dibujos de 1555 de Martin Heemskerck (1498-1574). Este ciclo, de hecho, se reimprimiría varias veces: en 1558, 1563, a inicios del siglo xvii, y en 1640, a cargo de Johannes Boel40. Esta última reimpresión cobra particular interés en el contexto de un trabajo sobre Cobaleda, ya que demuestra que el imaginario triunfal que rodea a la persona del Emperador siguió activo hasta bien entrado el siglo xvii, es decir, hasta los años en que el poeta granadino pudo idear el proyecto laudatorio de estas octavas carolinas. El ciclo celebrativo de estos Triunfos imperiales distingue doce momentos en la vida del Emperador, que se convertirían en una secuencia típica. Obviamente, el número de las hazañas del Emperador recuerda el de los Trabajos de Hércules. Como se sabe, los discursos encomiásticos es decir, la propaganda oficial tendían a identificar al Emperador desde los inicios de su reinado con el semidiós mitológico. No obstante, la cifra de doce no era vinculante, ya que otros autores, como Vasco Díaz Tanco en los Veinte Triunfos, extendieron a más la cantidad de acontecimientos imperiales dignos de celebración.

Martin Heemskerck, Triunfos de Carlos V, 1555-6

Martin Heemskerck, Triunfos de Carlos V, 1555-6

18Con el propósito de aclarar cuáles pudieron ser los cauces narrativos que fecundaron la inuentio del elogio de Cobaleda, hemos de recordar en este punto el ciclo de las gestas o hazañas destacadas de la imperial aventura de Carlos V:

  • 41 Se retoma la caracterización de estos segmentos propuesta por Pizarro Gómez en su edición antes men (...)

1. El Emperador en su trono, en medio de sus seis enemigos vencidos; 2. la batalla de Pavía (1525); 3. el asalto a las murallas de Roma y la muerte del condestable Charles de Bourbon (1527); 4. el encierro del Papa Clemente VII en el castillo de Sant’Angelo (1527); 5. el sitio de Viena (1529); 6. El dominio y civilización del Nuevo Mundo; 7. la conquista de Túnez (1535); 8. la rendición del Duque de Cleves (1543); 9. el Conde de Buren rindiendo homenaje a Carlos V y uniéndose a sus tropas en el cerco de Ingolstadt (1546); 10. la victoria de Carlos V sobre Juan Federico, elector de Sajonia (1547); 11. el sometimiento de las ciudades de la Liga de Esmalcalda a Carlos V (1547); 12. la rendición del Landgrave de Hesse a Carlos V (1547)41.

  • 42 Rosier, 1990/1.
  • 43 Quednau, 1979.

19La serie de Heemskerck resulta interesante por otro aspecto, de cierta importancia para la constitución de la gramática celebrativa que la poesía y las bellas artes comparten durante el siglo xvi. Según ha podido demostrar Bart Rosier, los triunfos imperiales del pintor flamenco retoman tipos visuales directamente derivados de los frescos que Rafael Sanzio realizara para la Sala de Constantino, en el Vaticano42. Estos, a su vez, derivaban de la observación e imitación directa de los modelos visibles en Roma, en especial en la Columna Trajana y en el Arco de Constantino43. Fue la creación, por parte de Rafael, de aquellas obras maestras que son los frescos del Vaticano, la que incentivaría a tantos otros artistas deudores de la escuela rafaelesca a reproducir aquellos modelos.

  • 44 Véase todavía Rosenthal, 1985, con traducción al español, 1988. Sobre la influencia de Rafael en Ma (...)

20Entre ellos habría también de figurar Pedro Machuca, el arquitecto y escultor del palacio de Carlos V de Granada44. Los motivos anticuarios puestos en realce por Rafael de quien Machuca fue discípulo en Roma ya se conocían entre los artistas españoles gracias a manuscritos como el Codex Escurialensis, pero Machuca fue probablemente el primero en traducirlos al lenguaje lítico de la arquitectura oficial, en especial en la base de las columnas que flanquean las entradas del palacio, así como en las medallas de los tímpanos de la entrada oeste. Antaño y hogaño, en tiempos de Cobaleda como en los nuestros, el visitante difícilmente podría sustraerse a la enárgeia que emana de aquellas escenas de caballos encabritados, en medio de una acción bélica representada en su momento álgido, en el que el vencedor obtiene la victoria definitiva y consigue, mediante el esfuerzo bélico, someter a su contrincante. Pocas veces la celebración del Emperador adoptó, al menos en España, de modo tan inequívoco, las modalidades del panegírico visual all’antico.

  • 45 Para lo cual, permítase citar a Béhar, 2017.

21Esta relación cobra ahora una significación especial si se considera que la diseminación de los motivos visuales romanos, difundidos desde el taller de Rafael, también ejerció una influencia directa en la poesía encomiástica de los mismos años, como la de Garcilaso de la Vega45. Esta se concentraría justamente en aquellos elementos que la gramática del elogio visual había puesto en el centro de la atención, tanto de los artistas como de los políticos. Todo ello contribuiría a que pudiera emanar del palacio de Carlos V, aun en el siglo xvii, la inspiración para un Panegírico tan gongorino como el de Cobaleda.

El Panegírico a Carlos V y la emulación entre poetas gongorinos

22Dos dibujos adornan el manuscrito 4.126 de las Obras póstumas de Cobaleda. Ambos resultan altamente significativos por la forma visual que otorgan al conjunto del manuscrito.

Portada, dibujo con tinta, Biblioteca Nacional de España, ms. 4.126, f. ir

Portada, dibujo con tinta, Biblioteca Nacional de España, ms. 4.126, f. ir

Jean de Courbes, Portada, grabado, en Luis de Góngora, El Polifemo comentado por García Salcedo Coronel, 1629.

Jean de Courbes, Portada, grabado, en Luis de Góngora, El Polifemo comentado por García Salcedo Coronel, 1629.
  • 46 La única diferencia, además de la del texto, consiste en la supresión en el manuscrito de la corona (...)
  • 47 Sobre el cual, véase Ponce Cárdenas, 2012. Sobre los panegíricos de Salcedo Coronel, véanse ahora e (...)

23El primero, que sirve de portada, presenta el título del manuscrito, el año (1657), así como la mención del año de la defunción del poeta, 1657. Ahora bien, esta portada imita en todo punto, o casi46, la del Polifemo comentado de García de Salcedo Coronel de 1629 —tanto, que es forzoso suponer que Cobaleda o sus editores quisieron sugerir el paralelismo con el modelo poético del cabeza de la escuela culta barroca. Por otro lado, no estará de más recordar cómo el propio Salcedo Coronel había publicado en dicha edición del Polifemo, un Panegírico a don Fernando Afán de Ribera Enríquez, duque de Alcalá, marqués de Tarifa poema laudatorio que volvería a dar a las prensas en 1649, en sus Cristales de Helicona. Segunda parte de las rimas de don García de Salcedo Coronel, dedicados a don Luis Fernández de Córdoba y Figueroa, marqués de Priego, duque de Feria (Madrid, Diego Díaz de la Carrera, 1649). De hecho, esta última obra contenía toda una serie de panegíricos susceptibles de haberle animado a José de Cobaleda a emprender la vía de la imitación de Góngora, con una forma sumamente compleja. Entre estos panegíricos —al duque de Feria, al Cardenal-Infante, al Infante Baltasar Carlos, etc.—, sería de destacar el segundo concebido para la alabanza de don Fernando Afán de Ribera Enríquez, construida, como el Panegírico carolino de Cobaleda, en torno al artificio del vaticinio del Betis47.

24Luego, en el folio xiii del mismo ms. 4.126, aparece después de una serie de composiciones poéticas laudatorias que emanan todas de ingenios lojeños, el dibujo con tinta de un escudo de armas cuyo dueño no se indica directamente. El lema, «Tal debe el hombre ser / Como quiere parecer», revela sin embargo, por si el lenguaje heráldico no fuera suficiente, que se trata del escudo de la ilustre casa de los descendientes de Hernán Pérez del Pulgar (1451-1531), que tanta fama se había ganado por sus hazañas en la conquista de Granada.

Escudo de armas de Fernando Alonso del Pulgar, dibujo con tinta, Biblioteca Nacional de España, ms. 4.126, f. xiiir.

Escudo de armas de Fernando Alonso del Pulgar, dibujo con tinta, Biblioteca Nacional de España, ms. 4.126, f. xiiir.

25Pocos años antes de morir, en 1526, Hernán Pérez del Pulgar había constituido, con permiso de Carlos V, un mayorazgo en favor de su hijo y heredero, Fernando Pérez del Pulgar y Sandoval. Y, en el folio subsiguiente, se indica el título con el que, hacia 1665, se iban a publicar las obras de Cobaleda: Obras postumas divinas y humanas de Don Josephe Cobaleda y Aguilar Regidor perpetuo de la ciudad de Loja, dirigidas a Fernando Pérez de el Pulgar Sandoval y Córdoba, Señor de la casa y mayorazgo de Pulgar y Villa del Salar y de los molinos de Fez Alcalde honorifico y Regidor perpetuo con preeminencia en la ciudad de Loja.

26El hecho, pues, que las obras de Cobaleda en su conjunto, y por tanto también el Panegírico en particular, fueran dedicadas a Fernando Pérez del Pulgar Sandoval, arroja cierta luz sobre las razones de la composición del Panegírico. Resulta probable, en efecto, que la ocasión inmediata del Panegírico fuera el deseo de vincular la gesta épica de Carlos V con la historia granadina (y lojana, por tanto) de la que José de Cobaleda y, sobre todo, Fernando Pérez del Pulgar Sandoval eran partícipes. El objeto inmediato del Panegírico sería, pues, promover la causa de la “casa y mayorazgo” Pérez del Pulgar, que de hecho lograría en 1693 la creación, por parte de Carlos II, del marquesado del Salar, a favor de Juan Fernando Pérez del Pulgar y Sandoval, séptimo señor y alcalde del Salar y su castillo, alférez mayor y regidor perpetuo del Salar de Loja, en Granada. La vinculación con Cobaleda es, pues, inmediata, ya que Salar, feudo de los Pérez del Pulgar, es municipio de la comarca de Loja, de la que el mismo Cobaleda fuera regidor.

27Para ello, Cobaleda se inscribía clarísimamente en la órbita del panegírico gongorino. Pero hay más. Todas estas circunstancias ponen a Cobaleda en relación directa con otro personaje literario de relieve de la historiografía de las polémicas gongorinas, otro ingenio como él oriundo de la villa de Loja: Martín de Angulo y Pulgar. Este dedicaría sus Epístolas satisfactorias, en 1635, y su Égloga fúnebre a don Luis de Góngora, en 1638, al mismo Fernando Alonso del Pulgar, su tío materno. Las Epístolas satisfactorias, de hecho, ostentaban el escudo de armas del dedicatario:

  • 48 Según recuerda Pérez Galdeano, 2014, el grabador de origen flamenco Francisco Heylan (1584-1635) s (...)

Escudo de armas de Fernando Alonso del Pulgar, grabado de Francisco Heylan en Martín de Angulo y Pulgar, Epístolas satisfactorias, Granada, Blas Martínez, 163548.

Escudo de armas de Fernando Alonso del Pulgar, grabado de Francisco Heylan en Martín de Angulo y Pulgar, Epístolas satisfactorias, Granada, Blas Martínez, 163548.
  • 49 Alonso, 1978a, pp. 645-647 y 1978b, pp. 697-703, mencionado por Osuna, 2011, p. 367.
  • 50 Martín de Ángulo y Pulgar, Cronicón póstumo.

28Como bien se recordará, entre 1639 y 1640, Angulo y Pulgar prepararía una edición de las obras de Góngora que no llegaría a publicarse. Asimismo, trabajaría luego, hacia 1641, en el Antifaristarco dirigido contra Faría y Sousa y, en 1644, destacaría por su participación con un centón gongorino en las exequias poéticas con las que la ciudad de Loja honraría a la difunta Isabel de Borbón49. Por fin, en el 1649, dedicaría toda una obra a la vida del fundador de esta noble casa, Hernán Pérez del Pulgar50.

  • 51 En estas páginas no se ha analizado la imitación de las iuncturae de Góngora y de sus admiradores ― (...)

29En suma, a la luz de esta gavilla de datos, merecería la pena ahondar en las más que probables relaciones personales entre José de Cobaleda y Martín de Angulo y Pulgar. Pese a la falta de documentación oficial referida a los cargos y las andanzas del regidor lojeño, gracias a los elementos paratextuales brevemente examinados, quedarían suficientemente acreditadas tanto la importancia del gongorismo en la localidad de Loja desde la década de 1630 como la vinculación del desconocido panegirista con la casa de los Pérez del Pulgar. Todo ello aclararía, hasta cierto punto, las circunstancias de escritura del tardío Panegírico a Carlos V. Compuesto en una fecha incierta pero que con bastante probabilidad cabría ubicar hacia 1640-1650, la concepción de sus octavas laudatorias acaso emanara de la voluntad de promoción de un mecenas cuya casa debía su fortuna a una merced concedida por el Emperador durante su estancia granadina de 1526. Por otro lado, el estilo sublime del encomio carolino delata claramente una ambición de competencia con los grandes poetas del gongorismo andaluz, García de Salcedo Coronel y Martín de Angulo y Pulgar51.

Inicio de página

Bibliografía

Academia que se celebró en la ciudad de Granada en ocho de diciembre al nacimiento del Príncipe Don Carlos… Presidente Don Pedro Alfonso de la Cueva Benavides… Secretario Don Nicolás de Cervantes y Ervias Calderón… Celebrose en casa de Don Pedro de Córdoba y Valencia, Granada, Imp. Real, por Francisco Sánchez, 1661.

Alonso, Dámaso, «Crédito atribuible a Martín de Angulo y Pulgar», en Id., Obras completas. V, Madrid, Gredos, 1978a [1927], pp. 615-651.

Alonso, Dámaso, «Un centón de versos de Góngora», en Id., Obras completas. V, Madrid, Gredos, 1978b [1927], pp. 697-703.

Angulo y Pulgar, Martín de, Cronicón póstumo de la vida, proezas, mercedes y genealogía de Fernando Pérez del Pulgar y Osorio, primero Alcaide y Señor del Castillo y Villa-Salar y de los molinos de Fez en África, llamado “el de las Hazañas” por las muchas que obró en la conquista de todo el reino de Granada, en servicio de Dios nuestro Señor, y de los Sres. Reyes Católicos don Fernando y D. Isabel. Confutación de las siniestras opiniones que sobre algunas, y su autor, se han admitido, dirigidas al Ilustrísimo y Reverendísimo Sr. Deán, y Cabildo de la Santa Iglesia Metropolitana de la ciudad de Granada, Historiadas por D. Martín de Ángulo y Pulgar, natural de la ciudad de Loja. Hecho en Loja en 1649.

Angulo y Pulgar, Martín de, Epístolas satisfactorias, Granada, Blas Martínez, 1635.

Béhar, Roland, «Le De adventu Caroli V. Imperatoris in Italiam (ca. 1536) de Minturno: la célébration héroïque et mythique de Charles-Quint», en La lyre et la pourpre. Poésie latine et politique de l’Antiquité tardive à la Renaissance, eds. Michel Jean-Louis Perrin y Nathalie Catellani-Dufrêne, Rennes, Presses Universitaires de Rennes, 2012a, pp. 117-132.

Béhar, Roland, «“In medio mihi Cæsar erit”: Charles-Quint et la poésie impériale», en Les Poètes de l’Empereur. La cour de Charles-Quint dans le renouveau littéraire du xvie siècle, dirs. Mercedes Blanco y Roland Béhar, e-Spania. Revue interdisciplinaire d’études hispaniques médiévales et modernes, 6, 2012b, http://e-spania.revues.org/21140.

Béhar, Roland, «La gloria de don Fernando: el valor épico de la representación escultórica en la Égloga II de Garcilaso de la Vega», en La estirpe de Pigmalión: poesía y escultura en el Siglo de Oro, eds. Marcial Rubio Árquez y Adrián J. Sáez, Madrid, Sial Ediciones, 2017, pp. 63-99.

Blanco, Mercedes, «El Circo español: canto del cisne de un panegirista gongorino», en Las artes del elogio: estudios sobre el panegírico, ed. Jesús Ponce Cárdenas, Valladolid, Universidad de Valladolid, 2017, pp. 343-381.

Cacho Casal, Rodrigo, «Luis Zapata y el poema heroico: historia, entretenimiento y parodia», Criticón, 115, 2012, pp. 67-83.

Checa Cremades, Fernando, Carlos V y la imagen del héroe en el Renacimiento, Madrid, Taurus, 1987.

Cobaleda y Aguilar, José de, Obras poéticas de D. Josef de Cobaleda y del Doctor D. Francisco de Ocaña y parte de las de Don Sancho de Vargas y de Don Sebastián de Gadea. Todas originales o copiadas de sus originales para el Señor don Pedro Verdugo. En Granada a 25 de Septiembre de 1685, Palma de Mallorca, Fundación Bartolomé March, ms. 90-V1-9.

Cobaleda y Aguilar, José de, Obras póstumas de D. Iosephe Cobaleda y Aguilar, Regidor perpetuo de la Ciudad de Loja, recogidas por Jerónimo de Olivares Villaverde, Vecino de la Ciudad, 1657, Madrid, Biblioteca Nacional de España, ms. 4.126.

Cobaleda y Aguilar, José de, Panegírico al señor Emperador Carlos V el máximo, obra póstuma de D. Joseph de Cobaleda, Natural de Granada, y le saca a luz D. Martín de Valcárcel, Beneficiado más antiguo de la Iglesia Parroquial de S. Justo, y S. Pastor de dicha Ciudad, que lo consagra a la majestad Católica de D. Carlos II, Nuestro Sr (que Dios guarde) Rey de las Españas, Emperador de dos Mundos (s.l., s.a.).

Dacos, Nicole, Le logge di Raffaello: Maestro e bottega di fronte all’antico, Roma, Istituto Poligrafico dello Stato-Libreria, 1977.

Dacos, Nicole, «Pedro Machuca en Italie», en Scritti di storia dell’arte in onore di Federico Zeri, Milán, Electa, 1984, pp. 332-361.

Enríquez de Navarra, Luis, Laurel histórico y panegírico real de las gloriosas empresas del Rey Nuestro Señor Philippo quinto el Animoso, desde su exaltación al trono antes de ocupar el Solio, sucesos de Europa en el tiempo de su reinado, hasta el mes de noviembre de 1707, y una breve descripción geográfica de los reinos, provincias y ciudades que han sido el teatro de las guerras presentes compuesto por Luis Enríquez de Navarra, Caballero de la Orden de Montesa, Madrid, véndese en Casa de Francisco Laso, mercader de libros, enfrente de las Gradas de S. Felipe el Real, 1708.

Epitafios y túmulos que la ínclita familia de los Redentores de la Bética erigieron en las solemnes exequias del Excmo. Sr. D. Enrique de Guzmán, Conde de Olivares y padre del Conde-Duque D. Gaspar, valido de Felipe IV, Sevilla, por Francisco de Lira, 1624.

Fernández, Carlos, «Un censor implacable», La Voz de Galicia, 18 de agosto de 2005, en http://www.foroporlamemoria.info/documentos/2005/censor_18082005.htm.

Gallardo, Bartolomé José, Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, Madrid, Imprenta y estereotipia de M. Rivadeneyra, 1865, t. 1.

Gherardi, Flavia, «Que el sol no siempre las arenas dora: el Panegírico de Alcalá y las ‘glorias dilatadas’ de Salcedo Coronel», en Las artes del elogio: estudios sobre el panegírico, ed. Jesús Ponce Cárdenas, Valladolid, Universidad de Valladolid, 2017, pp. 211-224.

Góngora, Luis de, El Polifemo comentado por García Salcedo Coronel […], Madrid, Juan González, 1629.

Marín Cobos, Almudena, «Relaciones sociales y literarias en los impresos poéticos de Granada (1650-1665)», Bulletin hispanique, 115/1, 2013, pp. 125-143.

Mínguez, Víctor, La invención de Carlos II. Apoteosis simbólica de la Casa de Austria, Madrid, Centro de Estudios de Europa Hispánica, 2013.

Osuna, Inmaculada, «Recepción y creación poética: el ms. 90-V1-9 de la Fundación Bartolomé March y la poesía en Granada a finales del siglo xvii», Criticón, 103-104, 2008, pp. 93-117.

Osuna, Inmaculada, «Martín de Angulo y Pulgar y la imitación gongorina: notas sobre una relación de las fiestas de Loja en desagravio de la Virgen (1640)», en Compostella Aurea. Actas del VIII Congreso de la AISO, Santiago de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, t. I, 2011, pp. 365-373.

Pariente, Ángel, «Góngora y la poesía culterana», En torno a Góngora, Madrid, Ediciones Júcar, 1987, pp. 309-328, reed. en Caligrama: revista insular de Filología, 2, 1987, pp. 97-110.

Pérez Galdeano, Ana María, «Francisco Heylan. Revisión biográfica del calcógrafo e impresor flamenco asentado en Andalucía», Anales de Historia del Arte, 24/107, 2014, pp. 107-133.

Pizarro Gómez, Javier, Los Triunfos de Carlos V, Badajoz, Indugrafic, 2009.

Plagnard, Aude, «España consolada y Triunfante: García de Salcedo Coronel y el Panegírico al Infante Cardenal», en Las artes del elogio: estudios sobre el panegírico, ed. Jesús Ponce Cárdenas, Valladolid, Universidad de Valladolid, 2017, pp. 255-282.

Ponce Cárdenas, Jesús, «El Panegírico al duque de Lerma. Trascendencia de un modelo gongorino (1617-1705)», Mélanges de la Casa de Velázquez, nouvelle série, 42/1, 2012, pp. 71-93.

Ponce Cárdenas, Jesús, «Entre la Historia y la Epopeya: el Panegírico a Felipe V de Enríquez de Navarra», Creneida, 4, 2016, pp. 312-370.

Ponce Cárdenas, Jesús, «Salcedo Coronel e Marino: tessere sabaude in un panegirico spagnolo», Critica Letteraria, 174, 2017a, pp. 37-62.

Ponce Cárdenas, Jesús (ed.), Las artes del elogio: estudios sobre el panegírico, Valladolid, Universidad de Valladolid, 2017b.

Quednau, Rolf, Die Sala di Costantino im Vatikanischen Palast. Zur Dekoration der beiden Medici-Päpste Leo X. und Clemens VII, Hildesheim/New York, Georg Olms Verlag, 1979.

Rosenthal, Earl E., The Palace of Charles V in Granada, Princeton, Princeton University Press, 1985, trad. española, El Palacio de Carlos V en Granada, Madrid, Alianza Editorial, 1988.

Rosier, Bart, «The Victories of Charles V: A Series of Prints by Maarten van Heemskerck, 1555-56», Simiolus: Netherlands Quarterly for the History of Art, 20, 1990/1, pp. 24-38. https://0-www-jstor-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/stable/3780760?seq=1#page_scan_tab_contents

Salcedo Coronel, García de, Cristales de Helicona. Segunda parte de las rimas, Madrid, Diego Díaz de la Carrera, 1649.

Serrano Castilla, Francisco, José de Cobaleda y Aguilar. Ensayo sobre un poeta inédito del Barroco Español, Santiago de Compostela, Tip. Seminario, 1963.

Serrano Castilla, Francisco, «Los sonetos de Don José de Cobaleda y Aguilar, poeta inédito del Barroco español», Revista de Literatura, 43/86, 1981, pp. 203-244.

Serrano Castilla, Francisco, «Romances de José de Cobaleda y Aguilar, poeta inédito del Barroco español», Archivum, Revista de la Facultad de Filología, 31-32, 1981-1982, pp. 671-688.

Serrano Castilla, Francisco, «Canciones de José Cobaleda y Aguilar, poeta inédito del Barroco español», Archivum, Revista de la Facultad de Filología, 34, 1984-1985, pp. 289-327.

Serrano Castilla, Francisco, «Liras, sextillas y décima de José de Cobaleda y Aguilar, poeta inédito del Barroco español», Archivum. Revista de la Facultad de Filología. Miscelánea Filológica dedicada al profesor Jesús Neira, 37-38, 1987-1988, pp. 295-303.

Simón Díaz, José, Bibliografía de la literatura hispánica, Madrid, CSIC, 1972, vol. 4 (2ª ed. aumentada).

Simón Díaz, José, Bibliografía de la literatura hispánica, Madrid, CSIC, 1994, vol. 16.

Vilà i Tomàs, Lara, Épica e imperio: imitación virgiliana y propaganda política en la épica española, Barcelona, Universitat Autònoma de Barcelona, 2003.

Inicio de página

Notas

1 Pariente, 1987, p. 313.

2 Este oscuro crítico desempeñó durante el régimen franquista las funciones de delegado provincial del Ministerio de Información y Turismo, entre 1948 y 1967. Como tal, es decir, en calidad de censor cultural durante la dictadura, destacó —de modo negativo— en La Coruña, antes de ser transferido a Oviedo, a partir de 1967 (Fernández, 2005).

3 Serrano Castilla, 1963, 1981, 1981-1982, 1984-1985, 1987-1988. Los trabajos se limitan únicamente a transcribir parte de los poemas, que fueron publicados sin notas ni comentarios, con una presentación paupérrima.

4 Recuérdense la dedicatoria de Serrano Castilla, 1963, p. [3], a Emilio Orozco Díaz, así como, ibid., p. 10, el recuerdo de sus maestros José Manuel Blecua, Juan Antonio Tamayo, Benito Varela Jácome y Alberto Sánchez.

5 El autor de estas líneas posee entre sus libros un ejemplar de Serrano Castilla, 1963, dedicado por el autor, «Al Maestro del Menéndezpelayismo, D. Enrique Sánchez Reyes, con admiración y afecto de siempre y con abrazo». E. Sánchez Reyes (1887-1987), director de la santanderina Biblioteca Menéndez Pelayo entre 1931 y 1962, había sido el editor de su obra, y en especial de su Antología de poetas líricos castellanos: la orientación de las amistades de F. Serrano Castilla explica, según se verá, parte de su lectura de la obra de José de Cobaleda y Aguilar. De hecho, Serrano Castilla le dedicó numerosos trabajos y escritos a la figura de Menéndez Pelayo.

6 Véanse los Epitafios y túmulos, 1624.

7 Véase Osuna, 2008.

8 Con lo cual sorprende que Emilio Orozco Díaz, buen conocedor de aquel fondo de biblioteca, en la que realizó importantes hallazgos gongorinos, no le haya señalado la existencia del manuscrito a su discípulo F. Serrano Castilla.

9 Para cuya descripción pormenorizada se remite a Osuna, 2008, pp. 93-94.

10 Ibid., p. 96.

11 Ibid., p. 96.

12 Marín Cobos, 2013.

13 Se indica, en la misma portada del ms.: «Murió D. Josefe de Cobaleda sábado a las 9 de la mañana 27 de Octubre de 1657».

14 Véanse la Academia que se celebró en la ciudad de Granada…, f. 32v-33r, y la Memoria fúnebre…, f. 27v («La hermosura cayó mas floreciente…»). Ambos poemas ya los había recogido Simón Díaz, 1972, p. 367, y 1994, p. 349.

15 Serrano Castilla (1963, p. 11-12) indicaba haber rastreado, en vano, huellas de José de Cobaleda en el archivo municipal de Loja, así como en el archivo del Palacio Arzobispal de Granada.

16 Ms. 90-V1-9 de la Fundación March, f. 3r-20r; ms. 4.126 de la BNE, f. 1r-20v.

17 La existencia de esta edición ya había sido señalada por Bartolomé José Gallardo. Véase Gallardo, 1865, col. 480.

18 Los dos ejemplares conocidos, conservados en la BNE de Madrid (VE/106/15 y VE/126/41), aparecen sin lugar de impresión, sin nombre de editor y sin año de publicación, pero los preliminares están fechados en Granada, en 1697.

19 Se le dedicará un trabajo por separado, ya que este discurso sobre el panegírico, si bien resulta de sumo interés para la historia de este género, no atañe en rigor al análisis de la obra de Cobaleda.

20 Entre estas modificaciones son de mencionar, utilizando la numeración del pliego de 1697, el añadido de las octavas LIV y LVI, así como la reescritura de los cuatro últimos endecasílabos de la octava CVI (CIII en A, CIV en B). También este trabajo de reescritura se explorará en otro trabajo.

21 Ms. 4.126 de la BNE, f. 9r-9v.

22 Recuérdese el título completo del pliego: Panegírico al señor Emperador Carlos V el máximo, obra póstuma de D. Joseph de Cobaleda, Natural de Granada, y le saca a luz D. Martín de Valcárcel, Beneficiado más antiguo de la Iglesia Parroquial de S. Justo, y S. Pastor de dicha Ciudad, que lo consagra a la majestad Católica de D. Carlos II, Nuestro Sr (que Dios guarde) Rey de las Españas, Emperador de dos Mundos.

23 Véase Mínguez, 2013, cap. III, «Unico Universus. El espejo dinástico», pp. 59-81.

24 Como recuerda Jesús Ponce Cárdenas en este mismo volumen, «junto al conjunto mayoritario de los panegíricos “in vita puede localizarse también un pequeño grupo de elogios concebidos después del óbito del personaje ensalzado: el Panegírico en alabanza de Isabel la Católica (1509) de Guillén de Ávila; el Panegírico al duque de Alba (hacia 1585/1589) de Jerónimo Bermúdez de Castro; el Retrato Panegírico del serenísimo señor Carlos de Austria, infante de España, príncipe de la mar (1633) de Gabriel Bocángel; el Panegírico a Gabriel Álvarez de Velasco (1703) de Francisco Álvarez de Velasco y Zorrilla». El tardío encomio carolino de José de Cobaleda y Aguilar pertenece a este selecto conjunto.

25 Ponce Cárdenas, 2016, p. 330.

26 Ms. 4.126 de la BNE, f. 20v.

27 Isabel de Portugal (1503-1539), infanta de Portugal, que se casó con Carlos V en marzo de 1526, en Sevilla.

28 Manuel I de Portugal, «el Afortunado» (1469-1521), padre de Isabel de Portugal, quien había destinado a su hija a casarse con Carlos V. Durante su reinado se dieron el descubrimiento de Brasil y el descubrimiento de la ruta Atlántica hacia las Indias por el cabo de Buena Esperanza, con la expedición de Vasco da Gama ―objeto de la celebración épica de Os Lusíadas (1572) de Luís de Camões.

29 Según el Diccionario de Autoridades (1726), t. I, s. v. : «lo mismo que respiración, o aliento […] del lat. anhelitus, que significa esto mismo».

30 La Hispania romana se dividía en tres provincias: Lusitania, Bética y Tarraconense.

31 “Vista”: la visión de Isabel por Híspalis (Sevilla).

32 Felipe II (1527-1598), llamado “el Prudente”. 

33 Alusión que se nutre probablemente de un recuerdo gongorino (Fábula de Polifemo, octava LIII): «Marítimo alcïón roca eminente / sobre sus huevos coronaba, el día / que espejo de zafiro fue, luciente, / la playa azul, de la persona mía». García de Salcedo Coronel ―cuya importancia en relación con Cobaleda se evocará más adelante― escribe en su comentario de estos versos (Góngora, El Polifemo comentado, fol. 104r): «Para significar la serenidad del mar, el día que se vio Polifemo en sus aguas, dice, que el Alción volaba sobre sus huevos; porque según Plinio en el cap. 47 del lib. 2 [de la Historia natural], mientras esta ave hace su nido, que son siete días, y otros siete después que pone sus huevos, y los saca, el mar está quieto y sosegado, con ser el tiempo más riguroso del invierno». La serenidad así descrita del mar alude a la Tregua de los Doce Años, que posibilitó la Pax Hispanica (1609-1621).

34 Cobaleda alude aquí a la política de Felipe IV en Marruecos, donde mantuvo el poder español aprovechando las discordias de los soberanos musulmanes. Estos versos recuerdan aquellos del soneto «A la toma de Larache» de Góngora («La fuerza, que infestando las ajenas…»).

35 Referencia probable a los combates navales contra los turcos, los persas y los ingleses en el Golfo Pérsico, hasta la pérdida de Ormuz (1622), así como a la lucha por Mascate.

36 «Volante nieve» es un sintagma de origen gongorino (Soledades, II, v. 836), que aquí designa no el doral, como en Góngora, sino el cisne, ave de Venus.

37 Referencia al Hospital de san Juan de Dios, en Granada.

38 Se cita aquí por la versión del ms. 4.126 de la BNE (A), aunque habría que llevar a cabo un estudio pormenorizado de las variantes con B y C.

39 Véanse Vilà i Tomàs, 2003, y Cacho Casal, 2012. Es de notar, sin embargo, que hubo ya algunos primeros intentos de poesía épica en torno a la figura del emperador desde la década de 1530, tras la conquista de Túnez. Menciónese así, por ejemplo, el epilio neolatino de Antonio Sebastiano Minturno. Acerca de esta obra me permito remitir a Béhar, 2012a y 2012b. De hecho, todo el número monográfico en que se publicó el segundo artículo, coeditado por el autor de estas líneas, replantea la historia de la poesía bajo Carlos V. Para el ámbito de las bellas artes, Fernando Checa ha podido mostrar que el giro decisivo en la iconografía, que pasa de Carlos V erasmista, príncipe cristiano, a un Carlos V clásico, romano, triunfador, se produce a partir de los años 1530, después de la coronación de Bolonia (1530); véase Checa, 1987, p. 480 sq.

40 Indica estos datos Javier Pizarro Gómez en su edición de las miniaturas que Giulio Clovio haría copiando los grabados derivados de Heemskerck, conservadas en la British Library de Londres: Pizarro Gómez, 2009, p. 15.

41 Se retoma la caracterización de estos segmentos propuesta por Pizarro Gómez en su edición antes mencionada.

42 Rosier, 1990/1.

43 Quednau, 1979.

44 Véase todavía Rosenthal, 1985, con traducción al español, 1988. Sobre la influencia de Rafael en Machuca, véase Dacos, 1977 y 1984.

45 Para lo cual, permítase citar a Béhar, 2017.

46 La única diferencia, además de la del texto, consiste en la supresión en el manuscrito de la corona ducal ubicada en la portada del Salcedo encima del escudo, justo debajo del ouroboros, símbolo de eterna fama.

47 Sobre el cual, véase Ponce Cárdenas, 2012. Sobre los panegíricos de Salcedo Coronel, véanse ahora el análisis comparatista de Ponce Cárdenas 2017a así como los importantes estudios de Flavia Gherardi, Mercedes Blanco y Aude Plagnard, recogidos en Ponce Cárdenas (ed.), 2017b.

48 Según recuerda Pérez Galdeano, 2014, el grabador de origen flamenco Francisco Heylan (1584-1635) se hallaba instalado en Granada, en el Albaicín, hacia finales de 1611. Resulta muy difícil establecer cuáles pudieron ser los vínculos entre Heylan y Cobaleda. Se puede recordar, acaso, que Heylan mantuvo a lo largo de su vida un vínculo fuerte con su patria, Amberes, donde llegó a fundar, gracias al éxito creciente que obtuvo en Granada, un convento de beguinas. Ahora bien, este vínculo entre Flandes y Granada también lo establece la trayectoria de Carlos V, cantada en el Panegírico de Cobaleda: nace en Gante y se casa en Andalucía, entre Sevilla y Granada.

49 Alonso, 1978a, pp. 645-647 y 1978b, pp. 697-703, mencionado por Osuna, 2011, p. 367.

50 Martín de Ángulo y Pulgar, Cronicón póstumo.

51 En estas páginas no se ha analizado la imitación de las iuncturae de Góngora y de sus admiradores ―Salcedo Coronel y Angulo y Pulgar, en primer lugar―, que merecería un estudio aparte.

Inicio de página

Índice de ilustraciones

Título Martin Heemskerck, Triunfos de Carlos V, 1555-6
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/4085/img-1.jpg
Ficheros image/jpeg, 260k
Título Portada, dibujo con tinta, Biblioteca Nacional de España, ms. 4.126, f. ir
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/4085/img-2.jpg
Ficheros image/jpeg, 276k
Título Jean de Courbes, Portada, grabado, en Luis de Góngora, El Polifemo comentado por García Salcedo Coronel, 1629.
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/4085/img-3.png
Ficheros image/png, 504k
Título Escudo de armas de Fernando Alonso del Pulgar, dibujo con tinta, Biblioteca Nacional de España, ms. 4.126, f. xiiir.
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/4085/img-4.jpg
Ficheros image/jpeg, 256k
Título Escudo de armas de Fernando Alonso del Pulgar, grabado de Francisco Heylan en Martín de Angulo y Pulgar, Epístolas satisfactorias, Granada, Blas Martínez, 163548.
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/4085/img-5.jpg
Ficheros image/jpeg, 71k
Inicio de página

Para citar este artículo

Referencia en papel

Roland Béhar, «Sobre un elogio imperial tardío: José de Cobaleda y Aguilar y el Panegírico a Carlos V»Criticón, 132 | 2018, 155-173.

Referencia electrónica

Roland Béhar, «Sobre un elogio imperial tardío: José de Cobaleda y Aguilar y el Panegírico a Carlos V»Criticón [En línea], 132 | 2018, Publicado el 10 julio 2018, consultado el 12 diciembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/4085; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.4085

Inicio de página

Autor

Roland Béhar

Roland Béhar (École Normale Supérieure, París) es titular en literatura hispánica. Ha sido miembro científico de la Casa de Velázquez y ha sido docente en las universidades de Lille y de Paris-Sorbonne. Después de su tesis (Garcilaso de la Vega et la rhétorique de l'image, 2010, Paris-Sorbonne), ha dedicado numerosos trabajos a la literatura del Renacimiento, a la poesía entre Italia y España (en Nápoles, en especial), al papel del humanismo en latín como en vernáculo, así como a la cuestión del plurilingüismo y de la traducción.
roland.behar@ens.fr

Artículos del mismo autor

Inicio de página

Derechos de autor

CC-BY-NC-ND-4.0

Únicamente el texto se puede utilizar bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0. Salvo indicación contraria, los demás elementos (ilustraciones, archivos adicionales importados) son "Todos los derechos reservados".

Inicio de página
Buscar en OpenEdition Search

Se le redirigirá a OpenEdition Search