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La oda de Benito Arias Montano a Pedro Vélez de Guevara o la añoranza de la vida retirada

Bartolomé Pozuelo Calero
p. 35-62

Resúmenes

En 1573 Benito Arias Montano incluyó en sus Dauidis regis ac prophetae aliorumque sacrorum uatum Psalmi una oda dedicatoria a Pedro Vélez de Guevara, muy interesante por sus revelaciones autobiográficas. Presentamos su edición crítica, traducción española (primera a una lengua moderna) y estudio. Añadimos dos novedades: Arias Montano aparece matriculado en la Universidad de Salamanca para el curso 1552-1553; Vélez de Guevara, incluido en 1582 entre los candidatos al cargo de maestro del futuro Felipe III, fue rechazado al trascender sus orígenes judíos.

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Notas del autor

El presente trabajo se inscribe en el Proyecto de Investigación FFI2009-10133 de la DGICYT del Gobierno de España, «Corpus de la literatura latina del Renacimiento español», y en el Proyecto de Excelencia PAI 09-HUM-04858 de la Junta de Andalucía, «El Humanismo andaluz en el contexto del Humanismo español». Agradezco a mis colegas, los profesores Luis Charlo Brea, Guy Lazure y Antonio Dávila, las valiosas ideas con que lo han enriquecido, así como sus acertadas sugerencias a los anónimos revisores del artículo para Criticón. Correspondencia con el autor: bartolome.pozuelo@uca.es

Texto completo

Introducción

  • 1 Véase Dávila, 2002, vol. I, pp. 238 y 334.
  • 2 Véase Dávila, 2002, vol. I, pp. 202.
  • 3 Véase Dávila, 2002, vol. I, pp. 202.
  • 4 Publicado por Charlo, 1997.
  • 5 Estos tres poemas han sido editados y comentados por Charlo (1996; 1995; 2002).

1En 1573, cuando corría su quinto año de estancia en Flandes, Arias Montano dio a la imprenta de Plantino sus Dauidis regis ac prophetae aliorumque sacrorum uatum Psalmi, ex hebraica ueritate in Latinum carmen conuersi, un volumen en que versiona en metros líricos latinos los ciento cincuenta salmos del Salterio. El poemario fue reimpreso tal cual al año siguiente, con coincidencia total de preliminares, números de página e índices (todo salvo el año que figura al pie de la portada); los prolijos preliminares de estas dos ediciones se componen de los prólogos en prosa de Plantino (p. 3), de los hebraístas Andrés Masio1 (p. 7) y Juan Harlemio2 (p. 10), y del impresor Francisco Rafelengio3 (p. 12), a los que se añaden un poema preliminar del teólogo Jorge Estenio4 (p. 13), las pertinentes censuras y aprobaciones (p. 14), y tres poemas prologales del mismo Montano, a saber, De psalmorum studio atque usu (p. 17), Ad vatem Dauidem (p. 23) y De diuinorum nominum usu et interpretatione (p. 27)5. Además, al término del texto, tras la página final (319), cuya última línea indica el fin de la obra («Finis libri psalmorum»), aparece una oda alcaica a Pedro Vélez de Guevara, no paginada, seguida de un índice de los salmos. En 1589 el libro volvió a ser editado por el mismo Plantino como segundo tomo de los Poemata in quattuor tomos distincta de Montano, con diferencias en el formato, que pasa de cuarto a octavo, y en los preliminares, de los que desaparecen todos los textos salvo los tres poemas del autor; además, la oda a Vélez de Guevara aparece ahora como cuarto poema preliminar (pp. 15-20).

  • 6 Así Capela (1999) y Gil (2002, pp. 271-275, espec. 273-4).
  • 7 Sí que fue editado en latín por Capela (1999), quien reclamaba una traducción. García (2006, p. 493 (...)

2El objeto del presente trabajo es esta oda, que constituye la dedicatoria del libro a su destinatario. Se trata de un texto de gran interés por la gran cantidad de datos biográficos e intimidades que contiene, como han observado diferentes tratadistas6, pese a lo cual, hasta donde sabemos, nunca ha sido objeto de traducción impresa7. Presenta una estructura anular: enmarcadas por dos alocuciones a Vélez (A y A’), alusivas al recuerdo y la pena por la ausencia de este, se suceden tres secciones narrativas de la vida de Montano (I, II, y III), dedicadas respectivamente a la época sevillana, al tiempo de viajes que le puso fin, y al presente. Puede representarse así:

A

1-16 Saludo a Vélez de Guevara

1-8 Invocación a Vélez

9-16 «tu recuerdo me causa tristeza»

I

17-40 Época 1. En Sevilla, junto a Vélez

17-20 «entonces yo era espectador (ahora soy quien actúa)»

21-28 «entonces me aconsejabas examinar desde fuera los acontecimientos»

29-40 «tú me impulsaste a retirarme a la Peña»

II

41-115 Época 2. El tiempo de la Corte, de los viajes, de Flandes

41-52 La fortuna me arrancó de mi retiro

53-81 Viajes

53-56 Irlanda

57-60 Inglaterra

61 Francia

62-80 El largo viaje a Roma

83-116 Flandes y su guerra

III

117-132 Época 3. El presente

117-118 «Añoro tus conversaciones»

118-119 «Vivo entre preocupaciones»

120-132 «Me evado versificando los salmos»

A’

133-152 Súplica a Vélez

133-150a «Ya estés dedicado a tus estudios o tus obligaciones...»

150b-152 «lee esta obra mía, que escribí pensando en ti».

  • 8 Como simultaneamos en español quizá y quizás, o sétimo y séptimo.

3Comenzamos sin más preámbulos presentando la edición crítica de la oda; nuestra intervención en el texto ha sido muy reducida: frente a la convención gráfica de la época para u/v (v en inicial de palabra y u en posición interior, independientemente de su valor vocálico o consonántico [vllis; mouendum]), he editado en todos los casos u (V en mayúscula); he sustituido igualmente por i las j, que, por convención gráfica, aparecen habitualmente (no siempre: v. 37 consiliis; 113 exiliis; 149 studiis) como segundo elemento de las dobles íes (ingenijs); y he adaptado la puntuación y el uso de mayúsculas al uso actual. Fuera de eso, conservo sus peculiaridades: asibilaciones (v. 86 delitiae), monoptongaciones (24 scena) o diptongaciones anómalas (incluso cuando simultanea criterios distintos: v. 13 moestitiae; 49 maestitia)8, queis por el dat.-abl. pl. quis (v. 14), Hetrusca con h (v. 70), Adria sin h (v. 74). He cotejado las tres ediciones históricas del texto encontrando una única discrepancia textual: Britani (ed. 1573/1574), sustituido en la ed. de 1589 por su forma correcta, Britanni (que es la que incorporo en mi edición); no ha habido necesidad, por tanto, de habilitar un aparato crítico. Sí añado un aparato de fuentes (app. font.), en el que marco con el signo #...# las secuencias que aparecen en las mismas posiciones del verso.

Texto latino

                                  Bened. Ariae Montani
                                  ad D. Petrum Veleium
                        Gueuaram, Theolog. et Iurisperitum, Hispalensis
                            Ecclesiae Priorem et Iurisconsultum
                                        Canonicum

O qui meorum praesidia intima
praecordiorum perpetuus tenes,
  o nomen haud ullis mouendum
   huic animo memori periclis,

Vellei, piorum laetitia ac decus
quicunque puris moribus arduae
  uirtutis, haud accessa uulgo,
   templa colunt sapientiaeque:

5

 

 

 

tecum peractos dum memoro dies
grata et silentum tempora noctium,
  nec fallo praesentem laborem
   nec recreor, uelut assolebam;

 

10

 

 

immo dolori, moestitiae et graui
queis ipse totis solibus obruor,
  tormenta coniungit peracti
   temporis irreuocanda imago;

 

 

15

 

nam tunc malorum queis miserum genus
mortale culpa concutitur sua,
  spectator expers qui uidebar,
   nunc mediis agor in theatris.

 

 

 

20

Tunc me cauendis rebus et actibus
tu, mente maior uocibus et prior,
quid quaeque proferret notare
scena hominum et populi iubebas.

Exempla nostri turbida saeculi
nascentis orbis uespere ab extimo,
  dum comparatis explicamus
   ponderibus, male pressa uincunt.

25

 

 

 

Solamen ergo et consilium unicum,
auctore nobis te, fuerat suas
  uulgaribus cessisse partes
   pro studio et numero petentum,

 

30

 

 

meque in reductae Rupis et editae
antro beatum, muneribus tuis,
  gaudere, quaerentem latere
   impauidum maris ac procellae;

 

 

35

 

illic superni consiliis Dei
uatumque ueris uocibus et sacris,
  uitamque splendentesque luces
   assiduis operis uouere.

 

 

 

40

Praedulcis at sors inuida me boni,
tractum quieto sustulit e loco,
  uentisque turbandum molestis
   in dubium pelagus remisit.

Quos uita fluctus post mea pertulit,
impulsa rerum casibus asperis,
  formidat usa et mens referre,
   et refugit memorare carmen.

45

 

 

 

Testis dolorum maestitiae et grauis
iniuriosis aula frequens malis,
  testisque cursus, in remotas
   quo feror excutiorque terras

 

50

 

 

Nunc plena uenis gleba metallicis
quae membra denso uellere ineptius
  amicit Hibernumque nomen
   Oceano Hesperio tuetur,

55

nunc me colore splendida candido
quae noctis horas uix numerat breuis
  tenet uagantem me Britanni
   terra soli Tamesisque amoenus,

 

 

 

60

nunc inquietis Gallia finibus,

uel flaminalis moenia Legiae,

  Rheni uel hirsutus colonus

   Fertilis Alsacidumue tractus;

illinc reuisos iam mihi saepius
Rhethos, Genaunos, Luceriae et lacus,
  et iam fide dissentientes
   Ascanidum populos pererro,

65

 

 

 

siluas et altis Alpibus insitas,
Hetrusca et arua, et quae Tyberis lauat,
  qui lege mutauit sacratum
   imperium meliore Romae

 

70

 

 

Illinc regressus conspicio tuos,
Picens, agros quaeque Adria littora
  Perfundit, insignis refluxu
   et Venetum populo superbus;

 

 

75

 

Taurina rursus trans iuga deferor,
et per niualis prona Sabaudiae
  querceta uicinosque Francis
   Lotarigos Retelosque curro;

 

 

 

80

hinc longiori tempore iam mihi
exculta campis Belgia pascuis,
et nata et inuentrix alendis
artibus haec regio, subitur,

nuper, probatis ritibus, omnium
prouinciarum delitiae, et suis
  (dum pax fidesque permanebant)
   ingeniis operisque felix,

85

 

 

 

heu!, nunc, scelesto dissidio et malis
uexata morbis ac uitio intimo,
  multisque dissultans ruinis
   (ni superi aspiciant) perire.

 

90

 

 

Diuersa terrae transierim licet,
uentis neque iisdem regna patentia,
  sermonis ac distantis usum,
   forma eadem studiis notatur:

 

 

95

 

fraudes iniquae et multiplices doli
et concitatis ambitio artibus
  conata tentare atque sede
   luciferum ruere emicante;

 

 

 

100

ardens ubique et fax uiolentiae
iniuriarumque irruit impetus,
nullisque definita metis
sordida et esuriens cupido;

reiecta uirtus urbibus omnibus,
nec certa pagis hospitia obtinet,
  laudata nonnusquam decoris
   uocibus, officio at repulsa;

105

 

 

 

nullus supremi Vindicis aut metus
mortale pectus concutit intimum:
  uix signa deprendas rubentis
   sanguinis in facie, aut pudoris.

 

110

 

 

Haec summa tantis exiliis tuo
tandem peractis constitit Ariae:
  nouisse in humanis probandum
   egregie nihil emicare.

 

 

115

 

Sermonis ergo me, istius undique
desiderantem commoda cogniti,
  infest curarum caterua
   aggreditur, premit atque pungit.

 

 

 

120

Vnus librorum quos Deus edidit
usus labantem me recreans tenet,
  fastidioso dum molesti
   abstrahit officii labore.

Ergo colendis lucibus annua
sol quas reducit splendidus orbita,
  uel canto quae Dauid sacratis
   exposuit meditata uerbis,

125

 

 

 

uel quae supernae Fons sapientiae
genti probauit promere simplici,
  haec ipse deducens fideli
   continuo exhibeoque filo.

 

130

 

 

Tu, seu disertos legibus ordines
recte explicandis et tribuis modos,
  seu uoce conformas decenti
   eloquii sonitum Latini,

 

 

135

 

seu scripta docti temporis omnia
uoluis Paneti Socraticamet domum,
  seu pura quos audit magistros
   relligio pietasque uoluis,

 

 

 

140

siue ipsa diuae plena scientiae,
exhausta nunquam, flumina combibis,
  quaeque ante diduxit supremus
   per geminos Pater ipse riuos,

quidquid regendo temporis aut choro
ponis piorum quos celebres Deo
  certis canendae semper horis
   afficiunt retinentque laudes

145

 

 

 

quidquid uel altis in studiis locas
grati laboris, respice opus nouum
  praesens, quod absentis memorque
   ipse tui meditabar aeger.

 

150

 

 

Aparato de fuentes

1-2 HOR. carm. 1,2 o et praesidium et dulce decus meum 11 HOR. serm. 2,2,12 austerum studio fallente laborem 13 HOR. carm. 3,3,30 protinus #et grauis# 14 OV. met. 9,594 toto / obruor oceano 16 CLAVD. epist. 2 Ad Iul. Caec.,65 fugit irreuocanda uoluptas 21 GELL. 6,30 non esse in omnibus rebus cauendis eandem causam 23 VERG. georg. 1,53 Et quid quaeque ferat regio et quid quaeque recuset 26 PLIN. nat. 5,31 Berenice in Syrtis extimo cornu est 28 OV. trist. 5,3,39 Ossa bipinniferi sic sint male pressa Lycurgi 34 HOR. carm. 4,14,2 Plenis honorum #muneribus tuas# 35 HOR. 3,44,39 #Finire quaerentem labores# 36 HOR. carm. 3,3,8 #Impauidum# ferient ruinae 38 HOR. carm. 4,15,25 Nosque et profestis #lucibus et sacris# 41 BUCHANAN, psalm. 73,17 Sors illa cunctis #inuida, mobilis# 46 PRVD. cath. praef. 15 Vincendi studium subiacuit casibus asperis 47-48 CIC. Phil. 14,9 Refugit animus, patres conscripti, eaque dicere reformidat 49 HOR. carm. 3,4,69 #Testis# mearum centimanus Gyges / sententiarum 57 HOR. carm. 1,9,1 Vides ut alta stet niue #candidum# / Soracte 58 MART. 1,15,4 Et numerat paucos uix tua uita dies 61 HOR. carm. 3,3,5 #Dux inquieti# turbidus Hadriae 65 HOR. carm. 1,31,14 #Anno reuisens# aequor Atlanticum 66 HOR. carm. 4,14,10 #Drusus Genaunos, implacidum genus# 68 HOR. serm. 1,6,113 Fallacem circum uerpertinumque pererro 69 HOR. carm. 1,16,18 Strauere #et altis urbibus# ultimae 70 HOR. carm. 2,3,18 Villaque flauos #quam Tiberis lauit# 78 HOR. carm. 3,23,9 Nam quae #niuali# pascitur Algido / deuota quercus 81 VVLG. num. 9,22 uno mense uel longiori tempore 87 IVV. 1,115 Vt colitur Pax atque Fides 90-91 SIL. 13,581 malis comes addita morbis 92 STAT. silu. 5,5,36 sic me [...] / aspiciant superi 103 RVT. NAM. 137 nullis obnoxia tempora metis 106 PLIN. 10,23,33 Iter est his per hospitia certa 108 HOR. carm. 3,2,17 Virtus repulsae nescia sordidae 131-132 HOR. epist. 2,1,225 tenui deducta poemata filo 136 HOR. carm. 2,1,32 #Hesperiae sonitum ruinae# 138 HOR. carm. 1,29,14 Libros #Paneti Socraticam et domum# 150-1 OV. met. 3,153 Sistite opus praesens

Traducción

  • 9 El Cabildo de Sevilla admitió a Vélez in absentia como prior de las ermitas el 9 de octubre de 1546 (...)
  • 10 Praesidia debe entenderse en principio con la acepción de ‘fortaleza’ (OLD, s. v., 5), con la que a (...)
  • 11 Con quicumque Montano recalca que Vélez destaca entre todos los sabios piadosos, sin excluir a ning (...)
  • 12 Obsérvese que Montano presenta a Vélez como un modelo entre los cultivadores de la virtud y la sabi (...)
  • 13 Porque en los primeros tiempos de su estancia en Flandes, Montano sí hallaba consuelo en el recuerd (...)
  • 14 Creo que es la misma idea que Montano expresó en español, en carta al rey del 6/6/1568 (González, 1 (...)
  • 15 Véase OV. ars 1,502 faueas illi, quisquis agatur amans.
  • 16 Como me indica Guy Lazure, hay un juego de palabras en prior, que reproduce por añadidura el cargo (...)
  • 17 Entiendo que con scena Montano se refiere a situaciones que implican comparecencia de personas (hom (...)
  • 18 Nascentis orbis podría significar sin más ‘del nacimiento del mundo’, por analogía con LVCAN. 1,20 (...)
  • 19 El sentido de la estrofa es oscuro. Es posible que Montano, siguiendo el sentido de male pressa en (...)
  • 20 El anhelo de una vida retirada dedicada al estudio habría sido, pues, inspirado por el propio Vélez (...)
  • 21 El complejo de la Peña de Arias Montano incluye una gruta, una fuente, una ermita y las estancias a (...)
  • 22 Efectivamente, Vélez de Guevara, prior de las ermitas de la Iglesia sevillana desde el año 1546 (vé (...)
  • 23 Obsérvese (véase app. font.) que los vv. 35 y 36 están inspirados en sendos versos de Horacio.
  • 24 Es decir, que en la Peña se empleaba en el estudio de la Biblia, con particular atención a los prof (...)
  • 25 Parece imitar un verso de la paráfrasis del salmo 73 de Buchanan (véase app. font.), autor a quien, (...)
  • 26 Mantengo la ambigüedad: turbandum puede referirse a me o al pelagus al que se ve arrastrado el poet (...)
  • 27 Oceanus Hesperius es una de las denominaciones que se da en la Antigüedad al Atlántico, tal como re (...)
  • 28 Los versos 57 y 58, relativos a Inglaterra, hemos de entender que son referencias respectivamente a (...)
  • 29 Esta alusión confirma la sospecha de Morocho (1999, pp. 233-234) de que Montano hizo un viaje a Par (...)
  • 30 Montano alude al principado obispal de Lieja en parecidos términos en Hymni et Saecula (Amberes, 15 (...)
  • 31 Montano se dirige a Italia por Alsacia, evitando las vías más usuales de comunicación españolas, qu (...)
  • 32 Siguiendo por la vía emprendida, Montano entra en los territorios de la actual Suiza, que designa m (...)
  • 33 Llega el turno a la etapa italiana del viaje, de la que se mencionarán los Alpes, la Toscana y el L (...)
  • 34 Esto es, Roma cambió el imperio pagano por la fe cristiana, la obediencia al emperador por la obedi (...)
  • 35 Morocho (1999, p. 245) sugiere que Montano antes de salir para Venecia «parece que visitó al carden (...)
  • 36 Montano emprendió la vuelta saliendo de Roma el 8 de octubre (véase Morocho, 1999, p. 245) con dest (...)
  • 37 Se llamó Lotaringia, como es sabido, a la herencia que recibió en 855 Lotario II, que comprendía la (...)
  • 38 La estrofa encuentra inspiración en Horacio, en cuyos poemas líricos se lee iuga (3,6,42 [véase app (...)
  • 39 La expresión alendis artibus, aunque rara, puede encontrarse en textos de la latinidad moderna, com (...)
  • 40 Montano llega a Amberes el 1 de diciembre de 1572, y se encuentra con un país en llamas, como le re (...)
  • 41 Montano parece usar el infinitivo perire como complemento de dissulto, una construcción inusitada e (...)
  • 42 Superi, que en parecidos contextos significa «las divinidades», aquí esconde adicionalmente una ref (...)
  • 43 Similar expresión bimembre utilizaba Plantino para expresar a Montano su sonrojo ante las alabanzas (...)
  • 44 Desde el verso 121 en adelante Montano debe de referirse al Salterio y a su propia labor poética qu (...)
  • 45 La metáfora del poema como tejido fabricado con hilo se halla en HOR. epist. 2,1,225 (véase app. fo (...)
  • 46 Aunque rara, la expresión supernae sapientiae se lee en alguna obra cristiana, como la de San Buena (...)
  • 47 Hay que entender que se refiere a la labor de Vélez como escritor de tratados jurídicos, cual fuero (...)
  • 48 Téngase en cuenta que Vélez publicó en latín sus obras (las relaciona García, 2006, pp. 494 ss.), y (...)
  • 49 Panecio de Rodas (185-110 a.C.), líder de la Estoa desde 129, se había afincado en 144 en Roma, don (...)
  • 50 Véase OLD, s. v. audio, 11 y 12. Los vv. 139-140 pueden entenderse como una referencia a los maestr (...)
  • 51 Parece que la estrofa alude a la división entre saber cristiano y saber pagano; Montano imagina a V (...)
  • 52 Según documenta Gil (2002, p. 273) «el 18 de febrero de 1568 Vélez de Guevara anunció al cabildo qu (...)
  • 53 La estrofa anterior y los dos primeros versos de esta (vv. 145-150) recogen las dos ocupaciones que (...)
  • 54 También podría entenderse que el genitivo grati laboris se refiera a quicquid: ‘o cuanto grato trab (...)
  • 55 Se refiere a los Dauidis regis ac Prophetae aliorumque sacrorum uatum Psalmi (Amberes, 1573); este (...)
  • 56 Entiendo que la conjunción copulativa (memorque) añade la oración de relativo al adjetivo praesens.
  • 57 Recuérdese que Montano tenía el hábito, cuando escribía, de imaginar su obra como un diálogo con al (...)

                        De Benito Arias Montano
                      a don Pedro Vélez de Guevara,
                           teólogo y jurisperito,
                    prior y canónigo doctoral del Cabildo9

                         de la Iglesia de Sevilla

Oh varón que habitas, sin faltar un momento,
la fortaleza más profunda de mis entrañas
10;
oh nombre que ningún peligro podrá apartar
de este espíritu nada desmemoriado,

Vélez, alegría y prez de los hombres piadosos,
sean cuales sean
11, que con costumbres puras
cultivan los templos de la ardua virtud
y de la sabiduría, no accesibles al vulgo
12:

5

 

 

 

 

cuando me acuerdo de los días pasados en tu compañía
y los gratos momentos en las noches silentes,
ni consigo engañar la pena que me envuelve,
ni hallar solaz, como solía
13;

 

10

 

 

 

antes bien, al dolor y la honda tristeza
en que me paso inmerso el día entero,
añade tormentos el recuerdo irrecuperable
del tiempo que se ha ido;

 

 

15

 

y es que yo, que entonces figuraba cual simple espectador
de las desgracias que azotan a la miserable
raza mortal, autora de su propio mal
14,
ahora soy el personaje que actúa en medio del teatro
15.

 

 

 

 

20

 

Entonces, para ponerme en guardia frente a cosas y actos,
tú, más grande de espíritu y más diestro
16 en palabras,
me recomendabas examinar lo que ofrece cada escenario
17
en que unos hombres concurren ante un público.

Cuando desplegamos los turbulentos sucesos
de nuestra época, desde los confines occidentales del Mundo que nace
18,
si comparamos su horror, superan
a cuanto el tiempo tiene malamente enterrado
19.

 

25

 

 

 

 

 

 

Fue por ello un consuelo y un consejo sin par,
que me diste tú a mí, el dejarle su bando
al vulgo, a cambio del estudio
y de la grey de los que lo apetecen
20;

 

 

30

 

 

el disfrutar de la felicidad en la gruta
de la recóndita y eminente Peña
21, merced tuya22,
procurando ocultarme, sustrayéndome al miedo
del mar y la tormenta
23;

 

 

 

35

 

 

el consagrar allí, a través del trabajo diario,
la vida y los días deslumbrantes
a los consejos del Dios de las alturas
y a las palabras de sus profetas, verdaderas y santas
24.

 

 

 

40

 

Pero la suerte, envidiosa de mi dulcísimo tesoro25,
me sacó a rastras de ese apacible espacio
y me devolvió al peligroso mar,
expuesto a la turbación de vientos inquietantes
26.

Los oleajes que después sufrió mi vida,
sacudida por los penosos sucesos del siglo,
siente horror mi ánimo, aun curtido, a contarlos
y se resiste a recordarlos mi poema.

 45

 

 

 

 

Pongo por testigo de mis dolores y mi profunda pena
la Corte, poblada de mil males dañosos;
pongo por testigos los viajes, que me llevan
y me arrojan a remotas tierras.

 

 

50

 

 

Unas veces me tiene en mi vagar la tierra llena de filones metálicos
que viste sus miembros toscamente de apretada lana
y adopta el nombre del invierno
en el Océano Atlántico
27;

 

 

 

55

 

 

otras, la que brilla con un blanco cegador,
y apenas alcanza a contar las breves horas de su noche,
la del solar británico
y el Támesis ameno
28;

 

 

 

 

60

otras, la Galia, de fronteras turbulentas29,
o las murallas de Lieja, la sacerdotal
30,
o el peludo campesino del Rin,
o el fértil país de los alsacianos31;

desde allí cruzo por los visitados por mí ya muchas veces
retios, por los genaunos
32 y por los lagos de Lucerna,
y por los pueblos de los Ascánidas,
que se han apartado ya de nuestra fe,

 

65

 

 

 

 

y por los bosques que crecen en lo alto de los Alpes33,
y los labrantíos etruscos, y los que riega el Tíber,
que cambió el imperio sacrosanto de Roma
por una ley mejor
34.

 

 

70

 

 

 

En el viaje de vuelta35 contemplo tu campiña36,
Piceno, y las costas que baña el Adriático,
famoso por sus mareas, y orgulloso
del pueblo veneciano.

 

 

 

75

 

Traspongo nuevamente las cumbres de Turín
y atravieso los empinados encinares
de la nevada Saboya, y las tierras de Lorena y Rethelois
37
vecinas de Francia
38.

 

 

 

 

80

 

Desde ahí alcanzo, al cabo de algún tiempo,
esta región de Flandes, ataviada de prados
e hija y madre
del fomento de las artes
39,

hasta hace poco, mientras practicaba los ritos legítimos,
la perla de todas las provincias,
y un lugar afortunado en ingenios y obras
en tanto la habitaban la paz y la lealtad,

 

 

85

 

 

pero ahora, ¡ay!, sacudida por una rebeldía criminal
y feas enfermedades y un vicio interno
40,
y precipitada, a través de incontables desastres,
a su perdición41, si los de arriba no vuelven a ella su mirada42.

 

 

90

 

 

 

 

Aunque haya cruzado al otro lado de la tierra
y a unos reinos abiertos a vientos diferentes,
y al ámbito de una lengua lejana,
las apetencias que encuentro tienen la misma forma:

 

 

 

 

95

 

arteras mentiras y engaños sin cuento,
y una ambición que trata de alcanzar el lucero
y derribarlo de su sede fulgurante
echando mano de las artes todas;

 

 

 

100

todo lo han invadido
la antorcha encendida de la violencia, y las agresiones,
y una codicia vergonzante y hambrienta
que no conoce límites.

La virtud ha sido expulsada de las ciudades todas
y no halla hospitalidad segura en las aldeas,
no honrada en sitio alguno con palabras honrosas
y devoción, antes bien rechazada.

 

105

 

 

 

 

De igual modo, ningún miedo al supremo Juez
embarga el interior de los pechos mortales;
pocos signos de sonrojo o de pudor
43
vas a advertir en los rostros.

 

 

110

 

 

En definitiva, esto es en suma lo que el largo destierro transcurrido
ha aportado a tu Arias:
haber descubierto que hay que admitir que nada
surge entre los hombres conforme a la excelencia.

 

 

 

 

115

 

 

Por eso a mí, que echo en falta en todas partes
los placeres de esas conversaciones a las que estaba acostumbrado,
la enemiga multitud de preocupaciones
me acomete, estrecha y atormenta.

 

 

 

 

 

120

Uno de los libros que Dios dictó
me sirve para rehacerme cuando estoy a punto de venirme abajo,
al sacarme del fastidioso trabajo
de mi molesto oficio;

por eso, para honrar los días
que hace desfilar el refulgente sol en su órbita anual,
o me pongo a cantar las razones
que concertó David con palabras sagradas
44,

125

 

 

 

 

o a reunir y declarar,
tejiéndolo con hilo resistente
45,
lo que la Fuente de la sabiduría celestial
46
tuvo a bien ofrecer a la gente sencilla.

 

130

 

 

Tú, ya estés asignando didácticas clasificaciones
y esquemas a las leyes para explicarlas a la perfección
47,
ya dando forma con elegantes voces
al sonido de la lengua latina
48,

 

 

135

 

 

 

o bien revisando los escritos completos
de la docta época de Panecio, al tiempo que la casa socrática
49,
o revisando los maestros cuyos dictados siguen
la religión pura y la piedad
50,

 

 

 

 

140

 

o bien empapándote en las propias corrientes
que llena la ciencia divina y que nunca se agotan,
y en todo lo que antes el Padre supremo
separó en dos ríos
51,

sea cuanto sea el tiempo que empleas en dirigir
el coro de devotos a los que las multitudinarias alabanzas
a Dios que hay siempre que cantar a sus horas precisas
afectan y no dejan hacer nada
52,

 

145

 

 

 

 

 

o el que empleas en profundos estudios53
de grato esfuerzo
54, vuelve tus ojos a mi última obra55, que tienes en las manos,
y
56 que yo componía embargado por la tristeza y el recuerdo
de ti, que estás ausente
57.

 

 

150

 

 

 

Análisis y conclusiones

4La finalidad del poema se deduce de sus últimos versos; se trata de la dedicatoria a Pedro Vélez de Guevara del libro al que acompaña. El hecho de que en la edición de 1573-74 aparezca al final del libro y sin paginar apunta a que su inclusión pudo ser una decisión de última hora. Dedicatorias parecidas ofrecía la literatura romana. Es imposible no pensar en la que encabeza el poemario de Catulo, sin duda la más célebre de ellas, en la que el autor recreaba dos temas: el propio aspecto final del libro, recién alisado con piedra pómez, y el destinatario, Cornelio Nepote, que creyó en Catulo y escribió una gran obra histórica. Montano por su parte evoca la figura del amigo ausente y sus circunstancias, le da cuenta, con notable extensión, de sus propias experiencias en los cinco años transcurridos desde su separación, y le manifiesta el respiro que le ofrecía la composición del libro dedicado. El planteamiento acerca la composición al género de la epístola poética, aunque el metro, la estrofa alcaica, la sitúa en el género lírico, al que pertenece todo el poemario al que sirve de colofón.

5En cuanto al sentido del poema, el tema central, que recorre toda la composición, es el anhelo de una vida retirada. Las referencias de la parte inicial del poema a la vida que compartieron Montano y Vélez se centran en el retiro del que disfrutaron: el retiro gozado por Vélez cuando cultivaba la Sabiduría, no accesible al vulgo (vv. 5-8); el retiro que les ofrecía el cultivo de su amistad (vv. 9-10); el retiro aconsejado por Vélez a Montano, consistente en mantenerse al margen de los asuntos del mundo, consagrado al estudio en la Peña de Aracena (vv. 29-40); incluso el recuerdo por Montano del amigo (vv. 9-10), recuerdo que tiempo atrás lo consolaba, constituye un retiro de las preocupaciones. Por otra parte, la presencia en el poema de las desventuras de Montano se basa argumentalmente en que estas son la consecuencia de la pérdida (vv. 41-42) de la vida retirada que Vélez le recomendaba en su juventud (vv. 21-40). Incluso en las ocupaciones de Vélez que Montano imagina, las actividades relacionadas con la vida retirada (vv. 133-144 y 149-150) se contraponen a las obligaciones de su cargo en el Cabildo (vv. 145-148). Y el mensaje central que Montano dirige a Vélez en su oda-epístola es que le dedica sus versiones de los salmos, que son el fruto de los momentos de retiro que alcanzó a conservar (vv. 121-132). No es casual que la oda esté dirigida precisamente a Vélez, quien, como veremos, aparecía como el abanderado del estoicismo en el entorno sevillano.

  • 58 1999, pp. 51 ss.
  • 59 Naturalmente cabe preguntarse en qué medida esta idea puede responder al mero cultivo de un tópico; (...)

6La «Oda a Vélez de Guevara» es por otro lado, como destacaba Capela58, un poema cargado de impresiones personales y datos autobiográficos. La información que el poema aporta puede distribuirse en tres líneas:
1. El autor, Arias Montano.
a. De joven fue libre y feliz (vv. 17-20). Siguiendo las recomendaciones de Vélez, evitó las responsabilidades públicas y se retiró a la Peña de Aracena, que aquél le había proporcionado, para entregarse al estudio y la sabiduría (vv. 29-32), en particular de la Biblia (vv. 37-40).
b. Era un joven extremadamente sensible ante las
atrocidades de su tiempo (vv. 25-28).
c. El destino lo sacó de su retiro (vv. 41-44): se vio obligado
59 a sufrir los males de la Corte (vv. 49-50) y las penalidades de los viajes (vv. 51-52); recorrió Irlanda, Inglaterra, Francia, Alemania, Suiza, Italia (vv. 53-76); desde Roma hizo el viaje de vuelta a Flandes por Venecia, Milán, Saboya y Lorena (vv. 69-80).
d. Fue testigo de la violencia y el caos que había estallado en los Países Bajos (vv. 81-112) durante su viaje a Italia (1572), lo que le provocó un profundo desánimo respecto a la condición humana (vv. 113-115).
e. La impresión de Montano sobre su entorno es profundamente pesimista: entiende que el mundo vive un tiempo de tumultos más grave que en ninguna época anterior (vv. 25-28); que los Países Bajos, que habían alcanzado un grado de civilización envidiable, se precipitan a la perdición por su rebeldía (vv. 81-92). Por todas partes campea la mentira, la ambición, la violencia, la codicia (vv. 93-104); la virtud, el temor de Dios, el pudor han desaparecido (vv. 105-112).
f. Por la época de composición de la oda se encuentra sumido en la tristeza (vv. 11-16) y rodeado de responsabilidades que lo angustian (vv. 17-20; 119-120). Sólo encuentra consuelo los días de fiesta, en los que se entrega a versificar el libro de los salmos y otras manifestaciones de Dios en la Biblia.

2. El destinatario, Pedro Vélez de Guevara.
a. Vélez es un varón alegre y entregado al cultivo de la virtud y la sabiduría, terrenos en los que es reconocido como una lumbrera por sus contemporáneos (vv. 5-9).
b. Montano lo imagina preparando sus explicaciones de Derecho (vv. 133-134), componiendo en latín (vv. 135-136), dedicado al estudio de la Filosofía —el estoicismo, la escuela socrática, la sabiduría pagana y la cristiana— (vv. 136-144), gobernando el difícil Cabildo eclesiástico (vv. 145-148), dedicado a profundos estudios (vv. 149-150).

3. La relación entre Montano y Vélez de Guevara.
a. Montano lleva a Vélez en lo más profundo de sus entrañas (vv. 1-3) agradecido (v. 4 memori) por su antiguo patrocinio.
b. Mientras convivieron en Sevilla, mantuvieron una relación muy estrecha, compartiendo días y noches (vv. 9-10). Vélez guió espiritualmente al joven Montano (v. 22); le aconsejó observar la vida pública desde fuera, evitando responsabilidades (vv. 21-24), y le cedió la Peña de Aracena como retiro.

  • 60 Véase, a este respecto, J. Gil, 2002, pp. 272ss.
  • 61 Lib. III, vv. 1081-85 (en Pérez, 1995, p. 173):

    Et mihi [
    sc. iunctus] amicitia, quo nunquam charior (...)
  • 62 Seguramente desde 1568; véase Pozuelo, 2004, p. xxxii.
  • 63 Véase Pozuelo 2008a (espec. 152-155; 156-159).

7Sin duda el testimonio más reseñable de la oda es el que se refiere a la difusión activa del estoicismo por Vélez, así como a la antigua y estrecha relación que lo une a Montano60. A este último aspecto ya se había referido este en su Rhetorica61 (1569, pero escrita años atrás). En cuanto al papel de Vélez como líder del estoicismo, es documentado igualmente por otro poeta latino del círculo sevillano, como es el licenciado Francisco Pacheco (1535-1589), perteneciente a una generación algo más joven. Pacheco, que, igual que Montano, fue apadrinado desde su juventud por Vélez62, presenta a este adornado con las virtudes estoicas en un «Poema en falecios contra un catarro para que no ose atormentar a mi querido Vélez» que le dirige en 1573, vv. 21-2363:

Hinc te sobrietas pudorque castus,
et constans animi rigor modesti,
et luxus fugitans seuera uirtus
(‘... la sobriedad y el pudor casto, y el rigor de ánimo, constante, modesto, y la virtud severa, que rehúye todo lujo...’);

  • 64 Edición y traducción en Pozuelo, 1993.

y en los Sermones sobre la libertad del espíritu, poemas coetáneos del anterior, insiste en la misma idea (I 308 ss.)64:

mihi quae cuiuis paruo pretiosa paratur,
dum uelit et mentem discussa nube serenet,
libertas animi, nullius conscia culpae,
immunis miserae cupedinis atque pauoris,
quae uanas contemnit opes, contemnit honores,
nec sibi concedit quicquam seruile licere,
sola placet; uotis uirtutem hanc omnibus unam
te duce, Petre, sequor, si me dignere sequentem



310




315

(‘en lo que a mí respecta, mi único placer es un precioso bien que cuesta muy poco, pues sólo hay que desearlo y serenar la mente dispersando las nubes que la cubren: la libertad del espíritu, que no tiene culpas sobre su conciencia y está libre de ambiciones mezquinas y de miedos, y que desprecia las riquezas y los honores vanos y no se permite ninguna acción servil. Esta virtud es lo único que, con todo mi corazón, persigo, teniéndote a ti, Pedro, como guía, si me consideras digno de seguirte’).

En esta obra, además, alude expresamente al magisterio de Vélez (II 37 ss.):

Tu mihi, Petre, tuo, tanta in caligine rerum,
lumine ductor eris; tua me clarissima virtus
ducet in optatum superato hoc gurgite portum.
Hoc tibi propositi semper fuit, haec tua quondam
consilia; iis docilem dignatus saepe sodalem
dirigere atque animum melius firmare labantem:
«perge, age, qua coeptum, qua te uocat inclyta virtus;
hanc insiste uiam quam nunquam Porticus ulla,
nulla Academia atque hominum sapientia nouit,
sed Deus antiqui dignatus criminis ergo
humanam tolerare uicem, prior ipse praeiuit
et longo postliminio reuocauuit ab astris
hanc libertatem qua nos in pignora adoptat
mancipioque graui soluens in sceptra reponit»



40





45




50

(‘tú, Pedro, serás mi guía con la luz con que brillas en medio de la espesa oscuridad de los negocios; tu virtud clarísima me conducirá al deseado puerto, superando este mar. Tú mismo manifestaste siempre este propósito, en aquella época en la que me dabas a menudo consejos con los que te dignabas encarrilar a este dócil amigo y afirmar su espíritu inconstante: «vamos, sigue como vas, por donde te lleva la ínclita virtud; manténte en esa senda de la que nunca ha sabido ningún Pórtico, ni ninguna Academia, ni ninguna filosofía humana; esta libertad es Dios quien la ha hecho regresar de las estrellas de su largo exilio, al dignarse dar una oportunidad a los hombres después del pecado original: primero vino él en persona, y después nos la trajo; con ella nos adopta como hijos y nos devuelve a la soberanía, liberándonos de la pesada esclavitud»’).

  • 65 Sobre su figura hasta hace poco no se sabía mucho más que lo recogido por Nicolás Antonio, 1670, s. (...)
  • 66 Destacaron esta dualidad Montero y Solís, 2009, 247.
  • 67 Descubierto y editado por Cobos, 1997, pp. 101-126. Revisado por Montero y Solís, 2009.
  • 68 Revela el dato Cobos, 1997, pp. 113-114.

8Por lo demás, el mismo Vélez de Guevara65 manifestó su visión del mundo estoica y a la vez hedonista66 en sus Saturnalia, poema castellano67 dirigido al severo Fernando de Herrera, en el que le propone mil maneras de disfrutar de la vida y esquivar las preocupaciones. Se sabe además que hacia 1580 tuvo, de una «mujer libre y soltera», un hijo, a quien «tenía e tubo en su casa muchas veces, y le traía tan bien tratado y con baqueras y ropas como si fuera hijo de príncipe»68.

  • 69 2002, p. 272.
  • 70 Morocho (1998, p. 178) sugiere que «en torno a la festividad de San Lucas [sc. de 1573] debió incor (...)
  • 71 Esta vez sí recoge el dato Beltrán (1970-73, vol. V, 33 ss.), quien detecta el nombre de Pedro Véle (...)

9Las noticias encontradas por Juan Gil69 en archivos sevillanos como el de Protocolos y el Capitular indican que Vélez, pese a haber obtenido el priorato de la Iglesia de Sevilla en 1546, siguió residiendo en Salamanca durante la década de los cincuenta mientras completaba sus estudios; precisamente sugiere J. Gil que la amistad con Montano pudo iniciarse con motivo de la estancia de este allí. Por mi parte, a este respecto, he encontrado el nombre de Arias Montano entre los matriculados en Teología del curso 1552-53 en la Universidad salmantina, un dato desconocido hasta ahora y que, si se corresponde con una asistencia efectiva a las aulas, adelanta en un año su presencia en la ciudad respecto a los datos conocidos hasta el día de hoy70. El apunte aparece en el Libro de Matrículas del curso 1552-53 (Archivo de la Universidad de Salamanca, Fondo Histórico, AUSA 272]), f. 52v (véase figura 1), donde se lee «Benedito Arias Montano, licenciado en Artes por Alcalá», dentro de la sección «Estudiantes teólogos y bachilleres» (49r-52v). Por cierto, ese mismo año aparece matriculado igualmente «don Pero Vélez de Guevara, bachiller de Cánones», en la sección «Nobles y generosos y dignidades» (f. 8r)71.

  • 72 Véase García, 2006, p. 501: «Ambas dedicatorias al cardenal Espinosa cayeron en el vacío, porque de (...)
  • 73 Véase el útil capítulo que dedica a sus fuentes Parker (2010, pp. 1035-1049, especialmente 1037-39) (...)

10Concluyo este artículo con otra novedad, ahora en relación con Vélez. Tiene que ver con el estancamiento de su carrera en Sevilla, un hecho que sorprende72 en un varón con su preparación, sus antecedentes familiares (su padre fue consejero de Carlos V), sus contactos. La explicación de este enigma puede ser su ascendencia judía, según revela un documento conservado en la Biblioteca Zabálburu, y procedente del archivo personal de Mateo Vázquez de Leca, custodiado parcialmente, como se sabe73, en dicha institución. Se trata de un billete (Altamira, 163,D.100), datado a 11 de agosto de 1582, en que el secretario real, en respuesta a una requisitoria del rey, le envía una nómina de candidatos para ocupar el puesto de tutor del príncipe heredero, junto con un breve parecer; entre ellos menciona a nuestro Vélez de Guevara, sobre quien añade una sorprendente revelación. Transcribo a continuación el documento en su integridad (figura 2):

S. C. R. Md.
Mándame V. Majestad vuelva a decir los que se me habían ofrecido y después acá se me ofrecen para maestro de su Alteza, y cuál de ellos es el que sería mejor.
Los que a V. Majestad consulté estando en Badajoz fueron don Hernando de Toledo, Busto de Villegas, don Luis de Castilla, García de Loaysa, arcediano de Guadalajara, don Pedro Vélez de Guevara, prior de las ermitas en Sevilla. Desde aquí consulté a Vuestra Majestad a Salazar, comisario que es ahora de la Cruzada, y al obispo de Coria. También creo dije a Vuestra Majestad los días pasados que había entendido pocos días habrá que don Pedro Vélez no era
limpio, y así lo vuelvo a decir ahora, y que me lo dijo don Rodrigo de Castro, Arzobispo de Sevilla, hablando en él en otras materias.
Y, supuesto que son ya muertos don Hernando de Toledo y Busto de Villegas, me parece que de los propuestos el que más y mejores cualidades tiene es García de Loaysa, Arcediano de Guadalajara.
Mas, habiendo después acá ido mirando en más personas, me ha ocurrido el arzobispo de Zaragoza, del cual he entendido que desea salir de allí por no ser a su gusto el proceder de sus feligreses. I hele tratado en Córdoba siendo allí inquisidor y yo corregidor; conocile también en Cuenca, ambos en el mismo servicio de Vuestra Majestad. Es persona de mucha cristiandad y recogimiento, de muy buenas letras, trato y compostura. Y así, de los que yo ahora conozco, ninguno a mi parecer tiene tantas partes y cualidades como él para este oficio de maestro de su Alteza, y creo es el más a propósito de los que hay. Si Vuestra Majestad tomase resolución en él se podría acomodar lo que toca a su Iglesia de manera que se cumpliese con todo.
De Madrid, XI de agosto, 1582. [
Firma: M]

  • 74 «No sé si es hombre limpio. Dizen que lo es y que su mujer es conversa. Él es de Madrid y ella de B (...)

11La información que aporta el documento puede extractarse así: 1) en 1582 Pedro Vélez de Guevara estaba muy bien situado entre los candidatos para el cargo de tutor del príncipe heredero; 2) sin embargo, Mateo Vázquez se entera de que por sus venas corría sangre judía («no era limpio»), cuestión sobre la que habían circulado años atrás rumores74 que el secretario real parece ignorar, pues señala que el dato había llegado a sus oídos «pocos días habrá»; y 3) quien difundía tan trascendental revelación era nada menos que el arzobispo Rodrigo de Castro, que se lo había referido a Vázquez de pasada, mientras hablaban de «otras materias».

  • 75 Sobre la mecánica del gobierno de Felipe II, véase Parker, 2010, p. 176-179.
  • 76 Sobre las discusiones acerca de la elección del maestro del príncipe, véase Feros, 2006, pp. 15-31, (...)
  • 77 Véase Mateo Vázquez a Diego de Chaves, 20 de noviembre de 1581, British Library, Add. 28,343, f. 11 (...)
  • 78 Véase Beltrán 1970-73, vol. III, p. 597. El documento está en el British Museum, ADD. 28346, f. 15. (...)

12El billete no tiene al margen las resoluciones autógrafas con las que el rey lo devuelve habitualmente a su secretario para que las tramite75, pero el elegido no fue Vélez76. Su mancha, tan enfatizada por Vázquez, parece haber sido decisiva, y seguramente explica asimismo que su prometedora carrera tocase techo con sus cargos en la Iglesia sevillana. Es oportuno recordar que sólo un año antes, en 1581, Vélez había figurado también en la nómina de candidatos barajada en la Corte para elegir el obispo de Mondoñedo77; en cambio no aparecerá entre los candidatos para futuras vacantes, como la de Ciudad Rodrigo (1585), que, por cierto, recayó en Bernardo de Rojas, otro canónigo de Sevilla78.

Apéndice 

Figura 1. Archivo de la Universidad de Salamanca, Fondo Histórico, Matrículas, 1552-53, AUSA 272, f. 52v-53r. En las líneas 9-8 antes del final se lee el nombre de Arias Montano.

Figura 1. Archivo de la Universidad de Salamanca, Fondo Histórico, Matrículas, 1552-53, AUSA 272, f. 52v-53r. En las líneas 9-8 antes del final se lee el nombre de Arias Montano.

Figura 2. Archivo y Biblioteca Zabálburu, Altamira, 163, D.100.

Figura 2. Archivo y Biblioteca Zabálburu, Altamira, 163, D.100.
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Bibliografía

Abreviaturas y referencias bibliográficas

A.C.S.: Archivo Capitular de Sevilla

A.G.S.: Archivo General de Simancas

A.U.S.A.: Archivo de la Universidad de Salamanca

B.A.V.: Biblioteca y Archivo Vaticano

B.N.M.: Biblioteca Nacional de España (Madrid).

B.Z.: Archivo y Biblioteca Zabálburu

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Notas

1 Véase Dávila, 2002, vol. I, pp. 238 y 334.

2 Véase Dávila, 2002, vol. I, pp. 202.

3 Véase Dávila, 2002, vol. I, pp. 202.

4 Publicado por Charlo, 1997.

5 Estos tres poemas han sido editados y comentados por Charlo (1996; 1995; 2002).

6 Así Capela (1999) y Gil (2002, pp. 271-275, espec. 273-4).

7 Sí que fue editado en latín por Capela (1999), quien reclamaba una traducción. García (2006, p. 493 y n. 75) presenta sucintamente la composición.

8 Como simultaneamos en español quizá y quizás, o sétimo y séptimo.

9 El Cabildo de Sevilla admitió a Vélez in absentia como prior de las ermitas el 9 de octubre de 1546, a la espera de su nombramiento como canónigo o racionero (A.C.S., Sección I, libro 18, f. 98v, citado por Gil, 2002, p. 271; y A.C.S., Libro de entradas de prebendados, nº 381, f. 12, cit. por García 2006, p. 486, n. 43); tal prebenda le llegó al término de sus estudios en Salamanca; fue media ración, de la que tomó posesión a comienzos de 1561 (A.C.S., Sección I, libro 26, f. 147v, citado por Gil, 2002, p. 272, quien relata el prolijo proceso). La canonjía doctoral recayó en Vélez el 1 de marzo de 1570 (A.C.S., Sección I, libro 30, f. 16r, 21v, 27r, 31v, citado por Gil, 2002, p. 273; véase también A.C.S., Libro de entradas de prebendados, f. 17, citado por García, 2006, p. 491).

10 Praesidia debe entenderse en principio con la acepción de ‘fortaleza’ (OLD, s. v., 5), con la que aparece en VVLG. I Macc. 15,7 Omnia arma quae fabricata sunt et praesidia quae construxisti, quae tenes, maneant tibi. La imagen tiene una doble lectura: Vélez ocupa la estancia más profunda del alma de Montano; la idea de «fortaleza» denota la profundidad con la que está instalado en el afecto de Montano, la imposibilidad de que tal afecto cese; pero al mismo tiempo, la influencia intertextual de la célebre fuente horaciana del pasaje (véase app. font.) induce a ver en praesidia la protección de Vélez a Montano.
La estrofa guarda gran similitud con la que da inicio a otra oda laudatoria de Montano (estudiada por Charlo, 2003); me refiero a Hymni et Saecula, V 12, Ad Laeuinum Torrentium, episcopum Antuerpiensem:

Laeuine, nostri pectoris optima
pars, o colendum nomen in omnibus
quascumque uel ciuis uel hospes
ipse adeam teneamue terras.
Tu, doctrinarum matris et artium
nusquam otiosae gloria Belgiae…
(‘Levino, parte la mejor de mi alma, venerable en cuaquier tierra en la que bien como ciudadano viva, bien como huésped me halle. Gloria eres tú de la siempre laboriosa Bélgica, madre de ciencias y artes…’ [trad. L. Charlo]).

Comunes a ambas odas son las ideas de «estás en mi corazón» (A Vélez, vv. 1-2; A Torrencio, vv. 1-2), y «nombre que siempre llevaré» (A Vélez, vv. 3-4; A Torrencio, vv. 2-4); también es común la idea posterior, laetitia ac decus (A Vélez, v. 5), equivalente a gloria Belgiae (A Torrencio, v. 6) .

11 Con quicumque Montano recalca que Vélez destaca entre todos los sabios piadosos, sin excluir a ninguno (extranjeros, etc.).

12 Obsérvese que Montano presenta a Vélez como un modelo entre los cultivadores de la virtud y la sabiduría. La referencia despectiva al vulgo apunta al estoicismo de su dedicatorio, que el licenciado Pacheco recogió a la perfección en otra oda dirigida a Vélez: el desenfadado y consolatorio Phaleucium in grauedinem ne meum Velleium afflictare ausit, que comienza «At tibi male sit, grauedo iniqua» (estudiado por Pozuelo, 2008a). Por otra parte, el mismo Vélez dejó constancia de su estoicismo en su poema castellano Saturnalia (tratado por Cobos, 1997 y Montero y Solís, 2009).

13 Porque en los primeros tiempos de su estancia en Flandes, Montano sí hallaba consuelo en el recuerdo de los amigos que había dejado en su tierra, particularmente en el de Vélez, como el propio Plantino recordó en el prólogo al Davidis, p. 5 (testimonio citado por Gil, 2002, p. 273):

Tunc uero is mihi specimen ostendit Psalmorum quorundam, quos ex Hebraico idiomate ac stylo Latine canere meditatus fuisset, ut illa animi recreatione Petri Veleii Gueuarae Hispalensis Ecclesiae iurisconsulti canonici ac prioris, pietatis Christianae studiosissimi et religionis colentissimi uiri absentis desiderium leniret.
Namque solet idem Benedictus, ut mihi saepe retulit, in iis lucubrationibus aut meditationibus, quas uel quotidiano et grauiore uel intermisto et iucundiore studio susceperit, aliquem ex amicis, quos plurimos optimos et piissimos habet, ueluti praesentem proponere, quem inter agendum saepe intueri et identidem consulere sibi uidetur; atque hoc pacto et laborem libentius perfert, et illius, cui ita laborat, amici absentiam solatur: interea uero absentis uiri personam induit ad ea relegenda et corrigenda quae ab ipso conscribuntur; ita fit ut, quamuis uel solitarius in agris uel in penetralibus domi reclusus, tamen in amicorum suorum dulcissimo colloquio uersetur.
(‘Y él [Montano] me enseñó una muestra de algunos salmos que se habría puesto a versificar en latín a partir del idioma y el estilo hebreo, con el fin de aliviar con ese recreo de su espíritu su nostalgia por la ausencia de Pedro Vélez de Guevara, un varón cristianísimo y devotísimo, canónigo doctoral y prior de la Iglesia de Sevilla. Y es que el mismo Benito, según me ha referido muchas veces, en estos ocios nocturnos o meditaciones, a los que se entregaría unas veces con una dedicación cotidiana y metódica, y otras de forma esporádica y más por distracción, se imagina ante sí a alguno de sus amigos (que tiene muchos excelentes y de extraordinaria piedad), que le parece que, mientras compone, está pendiente de él y aconsejándole todo el tiempo; y de ese modo lleva a cabo su trabajo mucho más a su gusto, y encuentra consuelo por la ausencia del amigo para quien trabaja así; y entretanto adopta la personalidad del varón ausente para que éste relea y corrija lo que compone él mismo; así sucede que, aunque esté solo en el campo o recluido en su casa, sin embargo está inmerso en gratísimas pláticas con sus amigos’ [trad. Pozuelo].)

14 Creo que es la misma idea que Montano expresó en español, en carta al rey del 6/6/1568 (González, 1832, p. 149), con estas palabras: «se me rasgaron las entrañas de compasión del trabajo que a estas tierras [sc. Flandes] les ha sucedido por culpa de algunos pocos que fueron authores de su propio mal».

15 Véase OV. ars 1,502 faueas illi, quisquis agatur amans.

16 Como me indica Guy Lazure, hay un juego de palabras en prior, que reproduce por añadidura el cargo de Vélez en el Cabildo hispalense.

17 Entiendo que con scena Montano se refiere a situaciones que implican comparecencia de personas (hominum) ante el público (populi), como Pacheco, serm. 2,97 multos ea scena fefellit / quos uentosa leuat populari gloria penna (‘ese escenario [i.e. la tribuna de los oradores] ha traicionado a muchos de esos a quienes la veleidosa gloria eleva a lomos de las alas del pueblo’ (Pozuelo, 1993, pp. 158-159).

18 Nascentis orbis podría significar sin más ‘del nacimiento del mundo’, por analogía con LVCAN. 1,20 Et gens siqua iacet nascenti conscia Nilo (‘las poblaciones, si las hay allí afincadas, que conocen el nacimiento del Nilo’ [trad. A. Holgado]). Sin embargo, tanto la referencia al confín occidental, como a los casos de nuestro tiempo invita a pensar que se refiere a América, el Nuevo Mundo en proceso de creación; sería una variación sobre Nouus Orbis; de ser correcta tal interpretación, hay que destacar la censura moral que merecen a Montano las noticias que llegan de las colonias. La polémica abierta por Bartolomé de las Casas, que Felipe II, en contra del parecer de su padre, trató de tapar (véase Parker, 2010, p. 130), se había cerrado —en falso— hacía sólo una veintena de años.

19 El sentido de la estrofa es oscuro. Es posible que Montano, siguiendo el sentido de male pressa en OV. trist. 5,3,39 (véase app. font.), ‘sufriendo oprimidos [i.e. los huesos] por la tierra que los cubre’, esté designando figuradamente, ya que no a huesos sepultados, a sucesos ocurridos, no sin evocar los cadáveres que no descansan en paz. En definitiva, estaría comparando las atrocidades del pasado con las contemporáneas.

20 El anhelo de una vida retirada dedicada al estudio habría sido, pues, inspirado por el propio Vélez de Guevara a Montano, quien a su vez ya sentía disgusto por los espectáculos de la vida pública. Evidentemente la idea es estoica, como lo era el ya mencionado desprecio del vulgo.

21 El complejo de la Peña de Arias Montano incluye una gruta, una fuente, una ermita y las estancias anexas. Pueden verse fotos de todo ello en < http://www.pueblos-espana.org/andalucia/huelva/alajar/498247/> (10/06/2011). El licenciado Francisco Pacheco expresó los encantos del lugar en Sermones, II 211-386 (véase Pozuelo, 1993, pp. 174-199), al imaginar a un selecto grupo de amigos viviendo allí, dedicados al estudio, la amistad y la oración. La fuente de la Peña nada tiene que ver con la que cantó Montano en su oda Pro incolumitate fontis Ariae Montani, referida en realidad al paraje del Monasterio de San Audito en Alcalá de Henares, como ha demostrado Maestre (2006).

22 Efectivamente, Vélez de Guevara, prior de las ermitas de la Iglesia sevillana desde el año 1546 (véase supra), cedió a Montano hacia 1552 la ermita de la Virgen de los Ángeles, en la llamada Peña de Aracena, según escribía este a Gabriel de Zayas el 16 de octubre de 1579 (CODOIN, p. 371): «El sitio de la Peña es anejo al priorato de la Iglesia mayor de Sevilla [...] Yo hube ésta del prior más ha de 25 años [i.e., 1552 o antes], con contrato de dos vidas, de mi compañero, que murió aquí sirviendo a Dios, y mía. Tengo confirmación apostólica del contrato».
La instalación de Montano en la Peña el año 1552 está atestiguada por el notario de Aracena Sánchez Ortega: «Vino a residir, él y otro presbítero llamado Roano [...], el año de mil y quinientos y cincuenta y dos, y trajeron un criado que los servía, que se llamaba España, y que después fue presbítero» (Archivo Municipal de Sevilla, Colección Conde de Águila, ms. B 8, nº 8; citado por Morocho, 1998, p. 77).

23 Obsérvese (véase app. font.) que los vv. 35 y 36 están inspirados en sendos versos de Horacio.

24 Es decir, que en la Peña se empleaba en el estudio de la Biblia, con particular atención a los profetas y a los salmos de David, inspirados por Dios. La época de residencia en la Peña transcurre entre 1554 y 1559. La hipótesis más barajada sobre estos años poco conocidos de la vida de Montano (véase Morocho, 1998, pp. 182-183) es que sus trabajos bíblicos lo pusieron en contacto con Martín Pérez de Ayala, obispo de Guadix (1549-1560), que entre 1555 y 1558 se consagró al proyecto de, al parecer, hacer una nueva edición de la Políglota Complutense, con la colaboración, entre otros, de Fray Luis de León; la motivación del viaje que Montano realizó por Italia en 1559 (véase Domínguez, 1998), podría muy bien haber sido, como opina Morocho (1998, p. 184), la de buscar manuscritos bíblicos. En cualquier caso, esa labor puso punto final a la paz de la Peña (Morocho, 1998, p. 185 ss.): tras el viaje a Italia, en 1559 vendría la detención de la Inquisición, en 1560 su viaje a León y su ingreso en la Orden de Santiago, y entre 1562-64 la jornada de Trento; en 1565 (tras un paréntesis en la Peña) viajó al Concilio Provincial de Salamanca, del que fue secretario Pedro Vélez de Guevara; en 1566, a la Corte, con el obispo Pérez de Ayala, como capellán real; y entre 1568-76 a Flandes. En la famosa carta a Zayas del 16 de octubre de 1578 (CODOIN, p. 369 ss.; reproducida por Morocho, 1998, pp. 207-208) declara llevar trece años fuera de la Peña. Tras su vuelta a España tendría oportunidad de volver a disfrutar del paraje en las treguas que le permitían las tareas al servicio del rey.
La estrofa destaca por su ornato fónico: obsérvese la notoria aliteración y la paronomasia inicial en los vv. 38-39. Por lo demás, acusa la influencia de HOR. carm. 4,15,25 (véase app. font.) en el calco fónico del v. 38 y en el uso de luces por «días».

25 Parece imitar un verso de la paráfrasis del salmo 73 de Buchanan (véase app. font.), autor a quien, pese a tratarse de un hereje condenado por la Iglesia Romana, Montano lee e imita (véase Pozuelo, 2008b, pp. 26 y 28).

26 Mantengo la ambigüedad: turbandum puede referirse a me o al pelagus al que se ve arrastrado el poeta.

27 Oceanus Hesperius es una de las denominaciones que se da en la Antigüedad al Atlántico, tal como recogió A. Schulten, 1963, pp. 129-131.
Naturalmente la estrofa se refiere a Irlanda, la
Hibernia (voz coincidente con el latín hibernus, «invernal») de la Antigüedad (PLIN. nat. 4,103; CAES. Gall. 5,13,2; etc.). Su abundancia en minerales formaba parte de su imagen durante la época moderna; así en la Descriptio Regni Hiberniae Sanctorum Insulae per Antonium Prodinum (Roma: Ex Typographia Bernabò, 1721), cap. I, v. 16 (p. 3): Hibernas norunt argenti aurique fodinas, verso glosado con dos autoridades (p. 8: Idem [Lombardus, Comment. Hibern.] cap. 7: eodem, satis solide probat in Hibernia esse reconditos fodinarum thesauros [...]; Barthol. Anglicus, supra cap. 80: Est [Hibernia] in metallis foecunda et gemmifera). También lo es la de la tosquedad de su civilización, y en particular de su atuendo; véase John Barclay, Icon Animorum (Londres, 1616) cap. IV: [Hiberni] simplici ueste imbrem et frigora tolerant.
El testimonio de Montano indica que la visita a Irlanda se debió al mal tiempo; el barco en que viajaba a Flandes, que había zarpado el 31 de de marzo de 1568 (véase Dávila, 2002, vol. I, p. 9), se habría visto forzado a recalar en la isla. Conservamos el relato que remitió el propio protagonista a Felipe II, en carta del 6/7/1568 (A.G.S. E 583/1, citado por González, 1832, p. 148 ss.): «echándome Dios con contrario tiempo y con enfermedad en Irlanda, cuya gran parte corrí acompañado de salvajes de ella, y después embarcado en uno de los extremos de aquella isla, aportando a Inglaterra y travesándola de parte a parte, en los cuales caminos vi y pasé cosas así naturales como civiles e inciviles, que tengo bien de qué acordarme y no me pesa de haber pasado por ellas, aunque al presente algunas me fueron trabajosas». No obstante, en este relato se ha visto una invención de motivos literarios para encubrir una misión secreta en las Islas Británicas; Morocho (1999, pp. 228 ss.) sugiere dos: recabar manuscritos para la Biblia y consultar la empresa con sabios británicos. Ello encaja con el itinerario seguido: en Irlanda, de la bahía de Gaillimh (28 de abril) a Dublín (3 de mayo), siguiendo una ruta «jalonada de monasterios» (de hecho hay constancia del uso de manuscritos irlandeses para la Biblia de Lovaina, editada por Montano y Plantino); después, tras embarcar en la misma zabra que le había dejado en Galway (Morocho, ibid., 229), de Chéster (4 de mayo), «en cuyos monasterios existían códices magníficos», a Óxford, Londres y Dóver (10 de mayo), donde lo estaba esperando de nuevo la zabra, para conducirlo a Calais.

28 Los versos 57 y 58, relativos a Inglaterra, hemos de entender que son referencias respectivamente a la isla cubierta de nieve, y a la corta duración de la noche; ambos hechos son posibles en la época que pasó en la isla Montano, que no alcanzó los Países Bajos hasta el 15 de mayo, según señala en la carta anterior. La nevada pudo ser una de las «cosas naturales» que «pasó».
La jornada inglesa de Montano no debió de ser una experiencia completamente negativa, como apuntaba al rey en la carta citada («no me pesa de haber pasado por ellas»); según declara en ella, visitó Óxford y Londres, donde trató a muchas personas que le manifestaron su apoyo a la empresa de la Biblia políglota: «es grande el aplauso que por todas partes se hace a este santo consejo y propósito de V. M. acerca de la impresión de estos sagrados libros [...] así entre católicos como entre los que no lo son, porque aun hasta en Inglaterra, en la Universidad de Oxonio, en Londres y en otras partes me decían muchos cómo V. M. emprendía esta obra y la admiraban aunque yo no les descubría que era enviado a servir a V. M. en ella». A ello apunta también la positiva referencia al Támesis del v. 60. La agradable impresión que causó en Montano debió de trascender a su círculo de amistades en Sevilla, sin duda a través de la correspondencia; sólo así se explica que el licenciado Pacheco, cuando hacia 1573 describe en sus Sermones (II 211-386) su ideal anhelado de vida en la Peña de Aracena, en compañía del propio Montano, Vélez y sus íntimos, aluda a la afición del primero por la jardinería, que le permite imitar los jardines de Bélgica ‘así como tus dulces delicias, Támesis’, amén de las de Irlanda (serm. II 277-279; en Pozuelo, 1993, pp. 182-183):

Vel bonus ipse manu et geniali seuerit arte
Montanus, Belgarum hortos imitatus amoenos
deliciasque tuas, Tamisi, et uiridantis Hybernes.

29 Esta alusión confirma la sospecha de Morocho (1999, pp. 233-234) de que Montano hizo un viaje a París; más problemático es datarlo; sugiere dos momentos: o el verano de 1568, cuando tiene lugar el reclutamiento para la Biblia de sabios de París como Guillaume Postel y Gilbert Genebrard, o el mes de abril de 1572, cuando se intenta obtener el privilegio para la nueva Biblia en el reino de Francia (ibid., 238).

30 Montano alude al principado obispal de Lieja en parecidos términos en Hymni et Saecula (Amberes, 1593) V 12,13-14:

Tuis receptum uidit in aedibus
me flaminalis concio Legiae
(‘la asamblea sacerdotal de Lieja me conoció gracias y junto a ti’ [trad.
Luis Charlo]).

No obstante, la latinización habitual del nombre de la ciudad es Leodium: así figura en las seis apariciones del topónimo en la Correspondencia conservada en el Museo Plantin Moretus (Dávila, 2002, vol II, p. 950 [índice de nombres]); el léxico de Graesse, 1909, s. v. Leodium, recoge ambas denominaciones, junto a otras.
Lieja, situada a medio camino entre Amberes y Luxemburgo, cabecera esta última del «Camino Español» entre los Países Bajos e Italia, fue una de las etapas iniciales del viaje que emprende Montano a Roma en abril de 1572 para obtener del Papa la aprobación de la Biblia de Amberes, a la que se resistió inicialmente, así como los privilegios de impresión de diferentes territorios, necesarios a fin de evitar que fuera objeto de impresiones desautorizadas, según explica Dávila (2002, vol.
I, pp. 49 y 55). Precisamente en Lieja se unió a Montano el gran humanista Levino Torrencio (Lieven van der Beke), el futuro obispo de Amberes (1576), a la sazón vicario general del principado obispal de Lieja, según documentan los versos citados de Hymni et Saecula, que dan paso a una referencia al viaje de ida de aquella jornada similar al relato que transmite nuestra oda (vv. 15-20):

... atque Arduenae densa silua
me comitem tibi laeta uidit.
Tum Rhetiarum per iuga et Alpium
perque hospitaleis Alsacidum focos
Heluetios ac per lacus, mi
nullus erat labor una eunti
(‘...y el denso bosque de las Ardenas me vio con agrado acompañándote. Cuando caminábamos juntos ya por las cimas de los Alpes Réticos, ya entre los hospitalarios hogares de los Alsácidas, ya por los lagos helvecios, ninguna preocupación me asaltaba’ [trad. Charlo, 2009, vol. III, p. 1592]).

Según revela la correspondencia de Montano (véase Dávila, 2002, vol.
I, p. 55), este llegó a Roma el 3 de junio. Allí permaneció hasta el 8 de octubre (Dávila, 2002, vol. I, p. 133), cuando, una vez conseguida la aprobación papal (véase Morocho, 1999, p. 244), partió para Venecia, ciudad que abandona el 26 o 27 de octubre camino de Milán; tras elegir desde allí el camino de Francia, llegaría a Amberes el 1 de diciembre (véase Dávila, 2002, vol. I, p. 147).

31 Montano se dirige a Italia por Alsacia, evitando las vías más usuales de comunicación españolas, que descienden verticalmente de Luxemburgo al Franco Condado a través de Lorena (véase Parker, 2002, figs. 10 y 11).

32 Siguiendo por la vía emprendida, Montano entra en los territorios de la actual Suiza, que designa mediante topónimos de la Antigüedad; los retos y los genaunos fueron pueblos alpinos mencionados por Horacio (carm. 4,4,17 y 4,14,10 [véase app. font.]); los primeros (R[h]aetii) se extendían por el actual Tirol, Alsacia y parte de Suiza; los Genauni, por el alto valle del Inn. Luceria es la latinización moderna de Lucerna (véase Graesse, 1909, s. v. Luceria), ciudad cercana a célebres lagos como el de los Cuatro Cantones, el Sempachersee, el Zugersee. En cuanto a los Ascánidas, no he conseguido aclarar quiénes puedan ser. Las «frecuentes» visitas (v. 65) de Montano a estas zonas debieron tener lugar durante su estancia italiana para el Concilio de Trento, que se alargó de la primavera de 1562 (véase González, 1832, p. 32) hasta principios de 1564 (véase Morocho, 1998, pp. 189-191); consta que en ese tiempo hizo incursiones en Venecia, donde exploró el mercado de libros. Aparte de eso, según declaración del propio Montano en carta a Bomberghen, ya en 1559 había visitado Venecia; véase Domínguez, 1998.

33 Llega el turno a la etapa italiana del viaje, de la que se mencionarán los Alpes, la Toscana y el Lacio.

34 Esto es, Roma cambió el imperio pagano por la fe cristiana, la obediencia al emperador por la obediencia al papa.

35 Morocho (1999, p. 245) sugiere que Montano antes de salir para Venecia «parece que visitó al cardenal Granvela en su Corte de Nápoles», ya que el privilegio de aquel reino está firmado el 26 de septiembre; no obstante el silencio de Montano al respecto (vv. 72s) es un indicio de que tal viaje no se produjo; la afirmación, en la carta a Felipe II del 18/12/1572 en que relataba el viaje, de que no se encontró personalmente con Granvela (CODOIN, p. 275: «según me afirmaron el cardenal Granvela y dos camareros del pontífice pasado, estos de palabra y el cardenal por cartas»), lo confirma.

36 Montano emprendió la vuelta saliendo de Roma el 8 de octubre (véase Morocho, 1999, p. 245) con destino a Venecia (véase la nota al v. 62), con objeto de obtener el correspondiente privilegio para la Políglota. De los vv. 73-74 se desprende que tomó el camino de las Marcas, designadas por su nombre antiguo, Piceno, y la ribera adriática. El verso 75 seguramente alude a las mareas vivas, que Venecia hace (y hacía) famosas. De su estancia en Venecia dio cuenta en carta al rey del 18/12/1572 (CODOIN, pp. 297-298; más información en Morocho, 1999, p. 246): compró «libros hebreos para la Real Librería de San Lorenzo», junto a otros «latinos y griegos, buenos y habidos en bonísimo precio» que tenía el embajador, y partió raudo «recelando del invierno que se me entraba».
A continuación recaló en Milán, donde dejó instrucciones al gobernador para la adquisición de nuevos libros (dando a entender, para obtener un precio mejor, que eran para él; véase CODOIN, p. 279).
Hay constancia de su paso el 2 de noviembre por la Corte del gobernador, donde trató a varios próceres, según se desprende de su carta al cardenal Borromeo del 24/01/1573 (citada por Morocho, 1999, p. 246): «supplico commandi salutar in mio nome a li signori amici il conte Sfortia [...] e il conte Borromeo il giovane, con i quali ho fatto cognoscenza in casa del signor governatore il secondo di questo novembre prossimo passato, e li sono restato ubligatissimo per la loro grande gentilezza e cortesia verso di me».
A este viaje de vuelta se refirió también Plantino en una carta a Zayas, en que señalaba su paso por Venecia y Milán, donde debería elegir entre la vía francesa y la alemana (véase M. Rooses y J. Denucé, Correspondance de Christophe Plantin, Amberes/Gante, 1883-1918, 8 vols., vol. III, p. 236, nº 435: «Depuis avoir escript les susdictes lectres j'en ay receu encores d'autres de Monseigneur le docteur Ben. de Arias Montanus avec les copies des Privilège du Royaume de Naples donné après celuy impétré de N. S. P. le Pape j'ay aussi entendu l'arrivée dudict Seigneur à Venise d'ou il espéroit partir pour Milan le 26 ou 27 du passé et que là il se résoudroit de passer par l'Alemagne ou par la France pour s'en retourner icy là où nous et tous ses autres amis le désirons cupidement veoir en bonne santé et prospérité...»).

37 Se llamó Lotaringia, como es sabido, a la herencia que recibió en 855 Lotario II, que comprendía la banda de territorios al Oeste del Rin, desde Frisia hasta la actual Suiza. Los azares históricos redujeron tal denominación a la actual Lorena (españolización de Lotaringia), que es, por consiguiente, el escenario del viaje de vuelta de Montano. En Lorena tuvo problemas de salud, según relató a Juan de Ovando en carta del 20/01/1573, citada por Morocho, 1999, p. 247: «la indisposición que había traído yo después que llegué a Lorrena».
Reteli debe de ser la latinización del condado de Rethelois, así como de su capital, Rethel (antiguo Castrum Retectum (véase Graesse, 1909, s. v. Regiteste); ello indica que Montano cruzó a la margen izquierda del Mosa y accedió a través de Champaña y las Ardenas a Flandes.

38 La estrofa encuentra inspiración en Horacio, en cuyos poemas líricos se lee iuga (3,6,42 [véase app. font.]), niualis (3,23,9 [véase app. font.]), querqueta (2,9,7), uicinaeque (3,29,39) y curru (3,6,44) en idénticas posiciones métricas a las de nuestro poema.

39 La expresión alendis artibus, aunque rara, puede encontrarse en textos de la latinidad moderna, como la obra del jesuita Alejandro Donato, Roma uetus ac recens utriusque aedificiis ad eruditam cognitionem expositis, Roma, 1665, p. 505: plurimo ualere opes principum alendis bonis artibus (‘que el apoyo de los príncipes es de capital importancia en el fomento de las artes’).
Montano sintetiza su idea de Flandes en parecidos términos en
Hymni et Saecula (Amberes, 1593) V 12,4-5: Tu, doctrinarum matris et artium / nusquam otiosae gloria Belgiae (‘Gloria eres tú [Torrencio] de la siempre laboriosa Bélgica, madre de ciencias y artes’ [trad. L. Charlo, 2003, p. 44]). En una carta a Felipe II del 5/2/1571 (CODOIN, pp. 210-211) lo había expuesto con más detalle: «Pues a lo que yo he visto, y a la noticia que tengo de geografía, y a la relación de cuantos han andado por el mundo, en todo él no hay lugar que más parezca y se pruebe ser hecho a propósito de la contratación humana que son los Estados de Flandes, así por el sitio que Dios les dio poniéndolos en medio de toda Europa y en lo más llano de toda ella, con aire y cielo apto para que lo sufran todas las naciones, así de tierras calientes y templadas como frías, ajeno de enfermedades agudas y graves, donde la peste no corre de una casa a otra su vecina, ni de un lugar a otro, lleno de puertas y de entradas de tierra y agua por todas partes y travesado de venas de agua para navegarse y trafagarse todos los lugares que en todo este sitio hay. Y de lo que en ellos particularmente quiso Dios producir para ocupar la gente menuda y flaca de ellos, a este propósito de mercancía la más abundante tierra que hay en lo poblado, digo de lino, cuya suma es inmensa. Y en el resto, para que las otras tierras tuviesen consorcio y contrato necesario con ésta, puesto que abundasen de muchas cosas, puso en la gente de ésta habilidad, industria y paciencia para con el artificio adobar y mejorar las cosas de las otras que aquí se comportasen para mejor uso de ellas.Y esto es tanto en esta tierra que tengo por cierta relación hecha la suma de lo que vale sola la manufactura que se ejercita en estos estados, y pasa sola ella, sin la materia en que trata (que ésta no tiene cuento), muchos millares de florines adelante de cuarenta y cinco millones, de los cuales me afirma que sola Lila [i.e. Lille] y su tierra labra los nueve y más. Esto fuera del lino y lienzos, que es cosa natural en la tierra. El príncipe que es señor de la tierra donde hay esto no sólo tiene la gloria de que tanta gente y tanto ingenio y arte viva debajo de su gobierno, sino que tiene de su parte». Agradezco a Antonio Dávila esta noticia.

40 Montano llega a Amberes el 1 de diciembre de 1572, y se encuentra con un país en llamas, como le resumía el propio Plantino en carta del 1 de noviembre de 1572 (Dávila, 2002, vol. I, pp. 140-143): Malinas recién conquistada y saqueada por Alba, tras haberse rebelado, y Orange refugiándose en Holanda y Zelanda. Además llega enfermo por las penalidades del viaje. De ambos hechos se hace eco en una carta al cardenal Sirleto del 12/02/1573 (Biblioteca Apostólica Vaticana, Cod. Vat. Lat. 6185 [1ª P], f. 195, citada por Morocho, 1999, p. 246: «Io sono arrivato in Anversa il primo di questo decembre passato [...] Dapui in qua sono stato amalato di febri e catharri che sino adesso mi duranno a causa di grandi fredi e nevi che per il viaggio habbiamo sofferto io e le miei, li quali anchora hanno patito de maladie [...] Ho truovato qua le cose tanto rivoltate per ragion de le guerre che mi pare no esser venuto ad altro che ad esser spettatore di miserie che mi fano crepare il cuor di compassione perpetua». El negro panorama lo decidió a tratar de obtener del rey un traslado a Roma, como reflejan sus cartas de 1573 a Sirleto y a Morone (véase Morocho, 1999, p. 248), traslado que no sería aprobado: otro motivo de insatisfacción.

41 Montano parece usar el infinitivo perire como complemento de dissulto, una construcción inusitada en la latinidad antigua.

42 Superi, que en parecidos contextos significa «las divinidades», aquí esconde adicionalmente una referencia al rey, a quien muchos consejeros expresaban desde 1568 la necesidad imperiosa de que se personase en Flandes para evitar el caos. El mismo Montano se lo había indicado en español en estos términos (carta del 6/6/1568; en González, 1832, p. 149): «y rogué a Dios [i.e. ante las desgracias que se ciernen sobre Flandes] y ruego siempre tenga por bien de volver sus faces [i.e. ‘su faz’] benignas y misericordiosas sobre esta tierra, y que las de V. M. con grande prosperidad y comodidad suya se vean también en ella, porque tengo por averiguado sería esta vista bastante para restituir las cosas todas en su primero estado».

43 Similar expresión bimembre utilizaba Plantino para expresar a Montano su sonrojo ante las alabanzas de este, en carta del 26 de marzo de 1568 (Dávila, 2002, vol. I, p. 14, l. 17): ne legere quidem absque rubore et ingenti pudore licuerit (‘no pude leerlas sin sonrojarme muchísimo’ [trad. A. Dávila]).

44 Desde el verso 121 en adelante Montano debe de referirse al Salterio y a su propia labor poética que culminaría con la publicación en 1573 de los Dauidis regis ac prophetae aliorumque sacrorum uatum Psalmi.

45 La metáfora del poema como tejido fabricado con hilo se halla en HOR. epist. 2,1,225 (véase app. font.). En cuanto a fidelis, cuando se refiere a una materia suele tener la acepción de «firme, resistente, perdurable» (OLD, s. v., 3c); adicionalmente cabe pensar que Montano esté usándolo con la de ‘fiel’, pensando en el sentido de la Sagrada Escritura e incluso en la obediencia a la Iglesia Romana.

46 Aunque rara, la expresión supernae sapientiae se lee en alguna obra cristiana, como la de San Buenaventura, Itinerarium mentis in Deum, 7,1: illustratione supernae sapientiae.

47 Hay que entender que se refiere a la labor de Vélez como escritor de tratados jurídicos, cual fueron sus Ad legem primam Digestorum libri VI (Salmanticae, 1569). No está claro que fuese profesor del Colegio-Universidad de Santo Tomás de la iglesia sevillana, como se ha propuesto en alguna ocasión partiendo de la noticia siguiente que publicó Nicolás Antonio, 1670, s. v. «Petrus Vélez de Guevara»: iurisconsultus in ecclesiae Hispalensis Collegio Sacro ab anno MDCXLVI. Prior, ut uocant...; tal vez pueda referirse al oficio propiamente de jurisconsulto, a cuyas preocupaciones podría estar aludiendo el licenciado Pacheco en serm. II 157-158 (Sed doleo hanc animi pacem requiemque beati / quod turbant Sacri perplexa negotia Coetus [«sin embargo, me apena que turben la paz y el sosiego de ese espíritu feliz los enredados asuntos del Colegio Sagrado»; véase Pozuelo, 1993, pp. 166-167]). En el texto de Antonio probablemente hay que colocar el punto que precede a Sacro delante de ab anno.

48 Téngase en cuenta que Vélez publicó en latín sus obras (las relaciona García, 2006, pp. 494 ss.), y que mantenía correspondencia en latín incluso con amigos sevillanos.

49 Panecio de Rodas (185-110 a.C.), líder de la Estoa desde 129, se había afincado en 144 en Roma, donde se hizo asiduo de Escipión Emiliano y su círculo; de ahí que pueda atribuírsele en buena medida la exitosa entrada del estoicismo en el mundo romano. Pese a que el verso obedece a la imitación de HOR. carm. 1,29,14 (véase app. font.), no cabe duda de que recoge la pasión de Vélez por la filosofía en general, y en particular por la estoica. Otro testimonio de tal militancia nos lo proporciona Pacheco, como hemos visto en la nota al v. 8.

50 Véase OLD, s. v. audio, 11 y 12. Los vv. 139-140 pueden entenderse como una referencia a los maestros de la fe cristiana (pura relligio) y de la religiosidad pagana (pietas), todos del interés de Vélez. En esta parte del poema hay varias referencias a la coexistencia de ambos manantiales de sabiduría, presentados como no excluyentes.

51 Parece que la estrofa alude a la división entre saber cristiano y saber pagano; Montano imagina a Vélez examinando el primero, pero sin olvidar el segundo, que parte también de Dios. Resulta muy significativa la expresa legitimación por Montano de ambas fuentes de saber.

52 Según documenta Gil (2002, p. 273) «el 18 de febrero de 1568 Vélez de Guevara anunció al cabildo que el arzobispo lo había nombrado provisor». En junio de 1570 ya no ocupaba el cargo (véase Gil, 2002, p. 273). Parece que la estrofa es un guiño que le dirige Montano, alusivo a la engorrosa tarea de poner coto a los intentos de los canónigos por liberarse de acudir a las horas aprovechando cualquier excusa; de hecho, una parte muy considerable de los puntos tratados en las reuniones capitulares, según muestran las actas, son las licencias en este sentido.

53 La estrofa anterior y los dos primeros versos de esta (vv. 145-150) recogen las dos ocupaciones que consumen la mayor parte del tiempo de Vélez: frente a la molestia que supone la primera, el gobierno del Cabildo, Montano destaca el placer que representa para su corresponsal la segunda, el estudio. De algún modo esta última representa la vida retirada, frente a la otra.

54 También podría entenderse que el genitivo grati laboris se refiera a quicquid: ‘o cuanto grato trabajo emplees en profundos estudios’.

55 Se refiere a los Dauidis regis ac Prophetae aliorumque sacrorum uatum Psalmi (Amberes, 1573); este verso manifiesta el sentido de nuestra oda, que, como se ha indicado, aparece añadida sin paginación a las paráfrasis montanianas de los salmos: la dedicatoria del libro al amigo ausente.

56 Entiendo que la conjunción copulativa (memorque) añade la oración de relativo al adjetivo praesens.

57 Recuérdese que Montano tenía el hábito, cuando escribía, de imaginar su obra como un diálogo con alguno de sus amigos ausentes, según recordaba Plantino, como hemos indicado.

58 1999, pp. 51 ss.

59 Naturalmente cabe preguntarse en qué medida esta idea puede responder al mero cultivo de un tópico; es más que cuestionable que el ascenso público de Montano tuviera lugar contra su voluntad, al menos en sus inicios.

60 Véase, a este respecto, J. Gil, 2002, pp. 272ss.

61 Lib. III, vv. 1081-85 (en Pérez, 1995, p. 173):

Et mihi [
sc. iunctus] amicitia, quo nunquam charior alter
Montano, cui Montano non charior ullus;
constamus paribusque animis paribusque elementis,
corporis imparibus modulis, tamen una uoluntas
inque bonis una est sententia
(‘... y a mí [
sc. me une con Vélez] la amistad; a nadie ha querido Montano más que a él, ni él ha querido más a nadie que a Montano. Tenemos el mismo carácter y las mismas cualidades, la complexión del cuerpo es diferente, mas nuestra voluntad es sólo una; una sola es nuestra opinión en las cosas buenas...’ [trad. M. V. Pérez Custodio]).

62 Seguramente desde 1568; véase Pozuelo, 2004, p. xxxii.

63 Véase Pozuelo 2008a (espec. 152-155; 156-159).

64 Edición y traducción en Pozuelo, 1993.

65 Sobre su figura hasta hace poco no se sabía mucho más que lo recogido por Nicolás Antonio, 1670, s. v. «Petrus Vélez de Guevara». Importantes datos nuevos han sido exhumados por Juan Gil, 2002, pp. 271-275. Guy Lazure, 2003, pp. 126-129, aporta una revisión de su relación con Montano y de su posición social; B. Pozuelo (2008a y 2004, p. xxxii) analiza su relación con el licenciado Pacheco. M. Cobos (1997) hizo público un poema castellano desconocido de Vélez, Saturnalia, revisado a su vez por Montero y Solís (2009). Recientemente Guy Lazure y yo mismo hemos localizado un epistolario desconocido en la Biblioteca March de Palma de Mallorca (a cuyo personal agradecemos desde aquí las facilidades dadas); consta de 52 cartas (49 enviadas, tres recibidas), seis envíos de otra naturaleza, y un tratado doctrinal. Hemos dado cuenta del hallazgo en una comunicación presentada por ambos al V Congreso de Humanismo y Pervivencia del Mundo Clásico. Homenaje a Juan Gil (Alcañiz, 18-22 de octubre de 2010), con el título de «A la sombra de la Giralda: un epistolario desconocido de Pedro Vélez de Guevara», actualmente en prensa.

66 Destacaron esta dualidad Montero y Solís, 2009, 247.

67 Descubierto y editado por Cobos, 1997, pp. 101-126. Revisado por Montero y Solís, 2009.

68 Revela el dato Cobos, 1997, pp. 113-114.

69 2002, p. 272.

70 Morocho (1998, p. 178) sugiere que «en torno a la festividad de San Lucas [sc. de 1573] debió incorporarse a la Academia salmantina»; en parecidos términos se pronuncia Sánchez, 2006, p. xliv. Por otra parte, el nombre de Montano no aparece en las listas de «licenciados complutenses en Teología durante el siglo xvi» matriculados en la Universidad de Salamanca que publica Beltrán (1970-73, vol. V); tampoco aparece en el índice onomástico de esta obra (vol. VI, pp. 121ss.).

71 Esta vez sí recoge el dato Beltrán (1970-73, vol. V, 33 ss.), quien detecta el nombre de Pedro Vélez de Guevara en los cursos 1552-53 (p. 38), 1553-54 (p. 38) y 1554-55 (p. 40).

72 Véase García, 2006, p. 501: «Ambas dedicatorias al cardenal Espinosa cayeron en el vacío, porque de su promoción como jurista no tenemos constancia alguna...».

73 Véase el útil capítulo que dedica a sus fuentes Parker (2010, pp. 1035-1049, especialmente 1037-39), donde da cuenta del copiosísimo archivo de Mateo Vázquez (1573-91),de su dispersión en 1870, cuando sus titulares, los condes de Altamira lo venden sin control, de su rescate parcial, y del destino final de los fondos, que acaban en poder de cuatro instituciones: la Biblioteca Zabálburu, el Instituto de Valencia de Don Juan, la British Library y la Bibliothèque Publique et Universitaire de Ginebra.

74 «No sé si es hombre limpio. Dizen que lo es y que su mujer es conversa. Él es de Madrid y ella de Burgos». Tal se lee en el informe sobre su padre, Hernando de Guevara, publicado por P. Gan Giménez, El Consejo Real de Carlos V, Universidad de Granada, Granada, 1988, p. 241, citado por García, 2006, p. 475, n. 13.

75 Sobre la mecánica del gobierno de Felipe II, véase Parker, 2010, p. 176-179.

76 Sobre las discusiones acerca de la elección del maestro del príncipe, véase Feros, 2006, pp. 15-31, espec. p. 16. Agradezco esta noticia a Guy Lazure.

77 Véase Mateo Vázquez a Diego de Chaves, 20 de noviembre de 1581, British Library, Add. 28,343, f. 117, citado por Lazure, 2003, p. 128, n. 37; reproducido por Beltrán, 1970-73, vol. III, p. 593, a quien remite García, 2006, pp. 491 y 501.

78 Véase Beltrán 1970-73, vol. III, p. 597. El documento está en el British Museum, ADD. 28346, f. 15. En esta ocasión los candidatos propuestos eran nueve.

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Índice de ilustraciones

Título Figura 1. Archivo de la Universidad de Salamanca, Fondo Histórico, Matrículas, 1552-53, AUSA 272, f. 52v-53r. En las líneas 9-8 antes del final se lee el nombre de Arias Montano.
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/2385/img-1.png
Ficheros image/png, 5,0M
Título Figura 2. Archivo y Biblioteca Zabálburu, Altamira, 163, D.100.
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/2385/img-2.png
Ficheros image/png, 1,5M
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/2385/img-3.png
Ficheros image/png, 1,4M
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Para citar este artículo

Referencia en papel

Bartolomé Pozuelo Calero, «La oda de Benito Arias Montano a Pedro Vélez de Guevara o la añoranza de la vida retirada»Criticón, 113 | 2011, 35-62.

Referencia electrónica

Bartolomé Pozuelo Calero, «La oda de Benito Arias Montano a Pedro Vélez de Guevara o la añoranza de la vida retirada»Criticón [En línea], 113 | 2011, Publicado el 21 junio 2016, consultado el 29 noviembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/2385; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.2385

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