1La comedia burlesca La renegada de Valladolid ha sido ampliamente estudiada en las décadas anteriores, especialmente por su comparativa con la obra homónima de género serio escrita por Agustín Moreto, Luis de Belmonte Bermúdez y Antonio Mira de Amescua1. La obra recoge una larga tradición poética oral referida a una doncella vallisoletana, Águeda de Acevedo, que por amor huyó con un Capitán hacia Bujía acabando por acceder a las propuestas de matrimonio de un rajá del que se había prendado. La mujer vivió veinteséis años practicando los ritos de la religión de Mahoma, hasta que su hermano la reencontró y ella pidió perdón a Dios por lo años pasados como ‘renegada’. La historia termina en Roma donde la ‘renegada’ obtuvo el perdón del Papa.
2Esta interesantísima «trayectoria dramática de un tema popular»2 ha sido ampliamente estudiada por el ilustre hispanista francés Frédéric Serralta que se dedicó a ella con particular ahínco.
3Sin embargo, hasta la fecha, la comedia nunca ha sido considerada desde el punto de vista de la mise en scène. El propósito de las páginas que siguen a continuación, tras una presentación de la comedia, una sinopsis y una contextualización espacio-temporal de la misma, es precisamente el de abordar este tema: la puesta en escena de La renegada de Valladolid.
4Se trató, en realidad, más que de una puesta en escena, de una fiesta teatral muy articulada, en la que participaron los autores de comedias y los actores y actrices de más renombre en la época3 y para la que se desplegaron todos los medios técnicos y escenograficos más sofisticados. Dicha fiesta teatral fue solo uno de los innumerables eventos teatrales que tuvieron lugar en el Palacio del Buen Retiro.
5El Coliseo se inauguró en el mes de febrero de 1640; esta fecha representa un momento crucial por lo que se refiere a la práctica teatral cortesana en España, ya que el teatro construido en Palacio de Felipe IV llegaría a ser el lugar destinado al teatro palaciego por antonomasia, no solo en la España barroca, ya al borde de la decadencia, sino que también acabó constituyendo el que se convertiría en el exemplum de la magnificencia hispánica y, sobre todo un modelo de espacio escénico cortesano en toda Europa.
6El Coliseo había sido planeado por el ingeniero y escenógrafo Cosme Lotti, cuya intención era proporcionar a la corte de los Austrias un edificio teatral que respondiera a las instancias, a veces visonarias, del Rey y de los dramaturgos a él más cercanos, y a sus consecuentes realizaciones técnicas. Eran muy frecuentes las puestas en escena complejas, siguiendo la estela de la moda de los espectáculos de aparato que en la misma corte ducal de Toscana se realizaban desde ya hacía casi cincuenta años.
- 4 Véase, a este propósito, Chaves Montoya, 1992.
7De hecho, Cosme Lotti, llegó a la capital de los Habsburgos en 1628 bajo petición del Conde Duque de Olivares, quien deseaba dotar al Rey Planeta con un espacio de diversión digno de su persona4. Lotti, ingeniero, pintor y sobre todo escenógrafo, provenía de un ilustre linaje profesional: había sido alumno de Giulio Parigi, quien, por su parte había trabajado como aprendiz y discípulo con el escultor y arquitecto Bernardo Buontalenti, que había aprendido el arte de la pintura directamente de Giorgio Vasari.
8Desgraciadamente, en un breve lapso de tiempo fallecieron la reina Isabel, en el mes octubre de 1644, el príncipe Baltasar Carlos, heredero al trono, y Lotti en el mes de octubre de dos años después. Dichos acontecientos infaustos supusieron una interrumpción total de los eventos teatrales, dado que el protocolo de la corte de los Habsurgos imponía que se guardara un periodo de luto largo y riguroso.
9Sin embargo, a los pocos años el Rey Planeta volvió a casarse con su sobrina, Mariana de Austria. Las bodas, que se celebraron el 7 de octubre de 1649, abrieron el camino a una nueva época de confianza y optimismo, centrada en la esperanza de que la joven Reina garantizase una continuidad dinástica; por lo tanto, cada ocasión festiva se convertiría en motivo de celebración: bodas, nacimientos, bautismos, incluso de los parientes, sin que importara la relación de parentesco con la pareja real. Desde luego, los cumpleaños del Rey y de la Reina, la recuperación de ambos de breves enfermedades, así como cualquier circunstancia festiva relacionada con ellos requería un festejo y el concepto de diversión estaba estrechamente vinculado con la farándula.
- 5 Sobre esta época de esplendor del teatro palaciego con particular referencia al Coliseo del Buen Re (...)
10La presencia de un teatro engastado en el ámbito del Palacio del Buen Retiro, El Coliseo, y el interés que la joven Reina demostró ipso facto por estos espectáculos, en los que encontró entretenimiento y distracción —hasta tal punto que llegó a desarrollar una gran pasión hacia el mundo de la comedia— fueron elementos absolutamente decisivos para este ‘renacimiento’ de la actividad teatral5.
11Otro dato muy significativo es el hecho de que en aquellos mismos años coincidieron en la corte del penúltimo de los Austrias dos personalidades, cada una en su campo, de enorme valor y riqueza en ideas innovativas. Se habla del dramaturgo Pedro Calderón de la Barca y del escenógrafo florentino Baccio del Bianco, que había sido enviado a Madrid por el mismo Gran duque de Toscana, para reemplazar a Cosme Lotti, que, según se dijo supra, había fallecido precisamente en la capital de España en 1650.
12De hecho, es sobradamente conocida la gran estimación que Felipe IV mantuvo durante toda su vida hacia los escenógrafos italianos, en aquella época muy requeridos en todas las cortes de Europa. El mismo Rey Planeta le pidió al Gran duque de Toscana que le enviara un digno sustituto de Lotti:
- 6 Escríbense los sucesos de la Europa, y otras partes desde el abril de 1652 hasta el mayo de 1653, f (...)
Deseando su Majestad que la Reina Nuestra Señora (por mil títulos grandes) se divirtiese en ver cosas extraordinarias y peregrinas, mandó venir a esta Corte el Dédalo destos tiempos, que sin hipérboles se aventaja con verdad al que por famoso celebró la antigüedad en el tan decantado laberinto de Creta, que es un gentilhombre florentín, bien conocido en Alemania y Italia por gran ingenio; aquí se llama el Vaggio, dándole grandes salarios y ayudas de costa, y para el intento, previno el Palacio del Buen Retiro en su Coliseo, destinado para grandes fiestas6.
- 7 Sobre la colaboración entre Calderón y Baccio del Bianco, véanse Chaves Montoya, 2004, pp. 171-218 (...)
- 8 Maestre Payá, 1992.
13Fue así como llegó a España, en los primeros meses de 1651, Baccio del Bianco, que por aquel entonces tenía 47 años, contando con mucha experiencia y estando en plena madurez como profesional del teatro. En España, Baccio permaneció hasta su muerte, acaecida en la capital hispánica, el día 29 de junio de 1657. En estos pocos años, gracias a su obra, el teatro áureo vivió su momento álgido desde el punto de vista escenográfico. Está muy estudiada su relación con Calderón y la elaboración plástico-escénica de sus piezas7, y no cabe duda de que Baccio estuviese involucrado en la realización de las fiestas más importantes que tenían lugar en el Coliseo. Entre lo dos nació una afinidad profesional intensa y fructífera, que en tiempos recientes llevó al investigador Rafael Maestre a hablar de un «binomio escénico» sin precedentes8.
- 9 Un recorrido biografico muy puntual de Antonio Solís lo ofrece Serralta, 1986.
14Merece la pena señalar que otro dramaturgo que desempenó un papel clave en este ámbito y en el mismo periodo fue Antonio de Solís9, especialmente versado en textos teatrales, tanto comedias, como piezas breves, de tipo mitológico, que precisamente intervino en la pieza teatral objeto de este estudio.
- 10 Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-renegada-de-valladolid-comedia-burlesca-inc- (...)
- 11 Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-renegada-de-valladolid-comedia-burlesca-inc- (...)
- 12 Enlace: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-renegada-de-valladolid-comedia-burlesca-inc- (...)
15Para el día de san Juan de 1655, Solís se prestó a escribir en colaboración con Francisco Antonio de Monteser y don Diego de Silva una comedia burlesca: La renegada de Valladolid. En la portada del manuscrito 17192 se lee: «Comedia burlesca / De / La renegada de Valladolid / escrita / Por tres Ingenios / Representose a su Mag.d / en el salon del buen retiro / Dia de San Juan / año 1655», f. 13r10; además en los encabezamientos de la primera, segunda y tercera jornada aparecen, respectivamente, las indicaciones «de d. Francisco Monteser» (f. 13r), «de D. Antonio de Solis» (f. 40v)11, «de D. Di.o de Silva» (f. 66v)12, por lo tanto, no cabe duda sobre la autoría de la pieza.
- 13 Para un estudio biográfico detallado de Francisco Antonio de Monteser, ver García Valdés en su ed. (...)
- 14 De Diego de Silva se que debió nacer alrededor de 1621, se sabe que era un miembro de primer plano (...)
16Monteser13, de origen sevillano, fue uno de los dramaturgos más populares de la segunda mitad de la centuria, particularmente renombrado por su actividad de escritor de bailes y entremeses. Además, y este es el dato más significativo, era el único de los tres autores que tuviese experiencia en el género burlesco y quizá por ello se le encomendó la jornada inicial, de manera que pudiese echar los fundamentos de la intriga y elaborar los episodios de la fabula según los moldes apropiados. La segunda jornada le tocó a Solís y la tercera jornada problablemente es de Diego de Silva14.
17En los Avisos de Barrionuevo, en el párrafo que refiere los acontecimientos madrileños del 23 de junio de 1655, se puede leer:
- 15 La cursiva es de quien escribe.
- 16 Barrionuevo, 1892, p. 366.
El día de San Juan se hace en el Retiro á los Reyes una comedia burlesca. Estos días atrás la han probado en el jardin del Almirante [de Castilla]. Cuestan los aparatos, ayudas de costa, vestidos, meriendas y limonadas, 100.000 reales. Es cierto. Represéntanla los dos autores15; hanla hecho todos los mejores ingenios de la Corte. Hay diversidad de bailes, juguetes, entremeses, músicas. Dura una tarde entera y mucha parte de la noche. En esto se pasa alegremente la vida por acá16.
18Barrionuevo, en el aviso de 26 de junio, proporciona interesantes informaciones sobre la comedia burlesca a la que aludía en el aviso citado supra:
- 17 Un estudio completo y puntual sobre el actor Cosme Pérez, gracioso, quien acabó siendo conocido con (...)
- 18 No está todavía claro a cuál de las dos hermanas Romero se le conocía con el apodo de la Romerilla. (...)
- 19 Barrionuevo, 1892, pp. 368-369.
La primera jornada, de Monteser; la segunda, de Solís; la tercera, de D. Diego de Silva, alias Abad de Salas, hijo de la Princesa de Mélito; el gracejo y sainetes, de Cáncer; entremeses y danzas, de otros ingenios selectos de la Corte. Setenta mujeres fueron las que la representaron, y Juan Rana17 tan solamente hizo el hombre y papel del Rey. La Romerilla18 salió en una hamaca á decir la Loa, y en un entremés donde se remedaba lo que pasa en el Prado aquella noche, entró un cochecillo pequeño en el salón alto donde se hacía, con cuatro mujeres en él y dos mulas que le tiraban, siendo otra mujer el cochero que le guiaba, subiéndole con una tramoya por las escaleras, como si lo hiciera en una de las calles del Prado19.
- 20 Adoptando la terminología y la propuesta de segmentación de obras teatrales áureas de Ruano de la H (...)
19Esta comedia burlesca no es sino La renegada de Valladolid. A continuación, se adjunta una sinopsis de la obra en relación a la articulación en cuadros20.
Primera jornada
Cuadro 1
Por las calles de Valladolid marcha alegremente un batallón. Los soldados cantan y bailan. Al frente del regimiento está un Capitán que habla con un sargento, dos soldados y un alférez que dice haber perdido la bandera del batallón. Mientras tanto, doña Águeda de Acebedo, junto con su criada Luisa, mira el desfile, asomada a su balcón; el Capitán, al verla, se enamora instantáneamente de ella, quien de manera igualmente repentina se prenda de él. Los dos se prometen matrimonio. Entretanto, sale, al paño, don Pedro, padre de Águeda, que lo escucha todo. Los soldados, cantando, se marchan. Quedan en la escena Águeda y el Capitán. Este le dice que está a punto de partir para Bujía y la dama le dice que, entonces, tendrá que robarla. Don Pedro, otra vez al paño, en lugar de sentirse deshonrado, se alegra. Se muestra a los dos enamorados, los saluda muy amablemente y se marcha. No hay, por lo tanto, nada que impida el amor entre Águeda y el Capitán. Sin embargo, los dos deciden que el destino les impone separarse. Soliloquio del Capitán. Vuelve a la escena el Sargento y el Capitán le confía sus cuidados de amor. Sale Luisa con un billete de su ama para el Capitán. En el mismo, Águeda escribe que un amigo suyo le ha revelado que está enamorada del Capitán; por lo tanto, da su consentimiento para que este la robe. El Capitán organiza el rapto.
Cuadro 2
Águeda relata lo sucedido a Fátima, una mora, ahora criada suya, que en Árgel era mujer del Rey. Entra Luisa con la carta de respuesta del Capitán. Águeda lee la carta. Mientras las tres mujeres hablan, entra don Melchor, hermano de Águeda, quien vuelve, sin preaviso, de Salamanca, donde es estudiante. Su hermana le acoge y, acto seguido, sale don Pedro. El padre habla aparte con Melchor y le cuenta, muy contento, que su hermana está a punto de ser raptada por un Capitán. El padre le pide a su hijo que cante mientras hablan para que así Águeda no pueda escucharlos. Melchor canta. Águeda y Fátima hablan; la criada, al mismo tiempo, canta. Entetanto, se oye al Sargento pregonar por la ciudad que por la noche Águeda va a ser raptada; sin embargo, nadie, bajo amenaza de ser exiliado a Bujía, tiene que aparecer en el acto. Siguen comentarios de Águeda, Fátima, don Pedro y Melchor. El Capitán y el Sargento llegan a la casa de la doncella. En el escenario están también don Pedro, Melchor, Fátima y Luisa, escondidos. El galán y la dama, a oscuras, entablan un diálogo de amor. Los dos se ven costantemente interrumpidos por las intervenciones de los otros personajes que hablan entre sí desde sus escondites. El Capitán, al escucharlos, pregunta quiénes son. Acto seguido, al Capitán se le cae un papel que se convierte en el pretexto por una discusión entre él y Águeda. Salen don Pedro y Melchor. Ya que los dos han revelado su presencia, el Capitán está obligado a llevarselos a Valladolid, optando por dejar a Águeda. Tras las quejas de la doncella, decide llevarse a ella también. Todos parten para Bujía.
Segunda jornada
Cuadro 1
Durante una tormenta, el navío con todos los personajes se va a pique. Todos escapan de la furia del mar, excepto Águeda, y nadie se preocupa por rescatarla. En la playa se encuentra Muley, rey de Argel, con su cortejo, que se lanza a las olas para salvar a la doncella, que se desmaya después de haber sido salvada. El Rey se prenda ipso facto de Águeda, que corresponde de inmediato su amor. El Capitán, que asiste al galanteo irrumpe en la escena, pretende la restitución de su enamorada y afirma que va a sitiar Bujía. Todos los moros se marchan, llevándose a Melchor, menos Muley, que empieza a discutir con Águeda. La dama se queda con el Capitán.
Cuadro 2
Fátima, celosa, quiere reconquistar a su esposo. Acompañada por las moras del serrallo, pasa por delante de Muley, pero él no se percata de su presencia. Los coros de las moras y los de los moros empiezan a cantar, haciéndose el contracanto, así que los cristianos, que sitian la muralla, sienten que su resistencia se debilita. Águeda se rinde y Muley rechaza los galanteos de Fátima. Finalmente, Muley y la dama cristiana quedan a solas, pero Muley se marcha precipitadamente, dejando a Águeda desesperada.
Tercera jornada
Cuadro 1
Muley y Águeda se encuentran en el palacio del rey, hablando y bailando, lo que enfurece a don Pedro, ya que la mujer todavía no está casada. Para salvar el honor de su hija, se ofrece a sí mismo para casarse con ella. Águeda no le rehúsa, pero afirma que dará su mano al que sea capaz de describírla mejor. El ganador resulta ser Muley, pero el Capitán protesta y pretende que Águeda sea su esposa. Después de una discusión en la que intervienen también Melchor, Luisa y el Sargento, Águeda decide mandar degollar al Capitán. Fátima intenta convencer a Muley de que no se case con la dama cristiana, pero el Rey no la escucha y ordena que todos se pongan a bailar. Al llegar el Capitán con el intento de matar a Águeda, don Pedro le pregunta si está contenta con su futuro esposo, el Rey. Sigue la música.
Cuadro 2
En el jardín del palacio del Rey, nochetiempo, dos moros están esperando a Fátima, que sale acompañada por una criada. Cuando sale el Capitán, Fátima le propone que ambos se suiciden. Al llegar Muley y el Sargento, Fátima y el capitán se esconden. Luisa, asomada por una ventana, le entrega una carta de Águeda a Muley, creyendo que es el Capitán. Sale don Pedro y Águeda llega como sonámbula, con Fátima y el Capitán, y luego sale Melchor, cantando. Su padre la interrumpe y le reprocha tener tan escaso juicio. Don Pedro, Melchor y Águeda se ponen a discutir. También intervienen Fátima y el Sargento, y todos empiezan un disparatado juego verbal. Los músicos tañen y cantan las coplas tradicionales de La renegada de Valladolid, lo que enfurece a Águeda, que se siente ultrajada por ser el objeto de una copla, y entonces pide al Rey que deje que todos los cristianos vuelvan a España. Los cristianos se embarcan en un navío con su chusma y los moros se despiden. Fátima, mientras discute con Muley, anuncia que se acaba la comedia.
20Se presenta seguidamente un esquema que ilustra la coordenadas espaciales y cronológicas que estructuran la comedia y, luego, las posibles soluciones escenográficas adoptadas para la realización del espectáculo:
La renegada de Valladolid
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Referencias espacio-temporales
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Jornada I (número de cuadros: 2)
Espacio: calle de Valladolid, casa de doña Águeda. Día / noche.
Duración: número indeterminado de horas.
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Duración entreacto
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Número indeterminado de días.
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Referencias espacio-temporales
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Jornada II (número de cuadros: 2)
Espacio: mar y playa de Argel. Día.
Muralla de la ciudad. Día.
Muralla de la ciudad. Noche.
Duración: número indeterminado de horas: 1 día.
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Duración entreacto
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Duración de difícil cálculo; podrían ser unos minutos, unas horas o unos días.
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Referencias espacio-temporales
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Jornada III (número de cuadros: 4)
Espacio: palacio del rey Muley. Momento temporal indeterminado.
Jardín del palacio. Noche.
Puerto de Argel. ¿Noche?
Plaza de armas. ¿Noche?
Puerto de Argel. Madrugada.
Duración: número indeterminado de horas entre día y noche.
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Duración total de la pieza
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Número indeterminado de días.
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- 21 Enlace: http://bdh.bne.es/bnesearch/CompleteSearch.do?showYearItems=&field=todos&advanced=false o 3 (...)
21La renegada de Valladolid constituyó el eje central de la fiesta teatral que tuvo lugar en el Buen Retiro precisamente para celebrar la solemnidad de san Juan de 1655. De hecho, la pieza se complementó con una serie de piezas breves: fue precedida por una loa de Antonio de Solís; entre la primera y la segunda jornada se representó el Baile del contraste de amor de Juan Vélez de Guevara; entre la segunda y la tercera jornada se puso en escena el Baile entremesado de los hombres deslucidos que se pierden sin saberse cómo ni cómo no de Jerónimo Cáncer, y remató la fiesta el Entremés de la noche de san Juan Juan Rana en el Prado con escribano y el Alguacil [sic], también de Cáncer. Todas esas piezas de teatro breve y la comedia misma están conservadas en la Biblioteca Nacional de Madrid, en el manuscrito con signatura 17192, ahora consultable en la Biblioteca Digital Hispánica21.
- 22 La edición que se maneja para el presente trabajo es la de Serralta (2002).
22Ahora bien, la esquematización propuesta arriba evidencia los marcos geográficos y las etapas temporales por las que se explaya la línea diegética de la pieza. Es obvio que la incoherencia argumental y ‘lógica’ consustancial a estas piezas contagia la estructura espacio-temporal. Se podría afirmar que el que articula las comedias burlescas es un cronotopo ‘degradado’, dado que ni el expectador ni el lector, por lo general, consiguen detectar los cambios de lugar ni el transcurso del tiempo, que de hecho se subsiguen de manera caótica, sin atenerse a ninguna norma de causalidad o lógica argumental: lo que predomina es la inconexión. Buen ejemplo de ello es lo que ocurre en el tercer acto, cuando en los vv. 1764-176522 don Pedro dice: «Aquí estamos / en Palacio», y presumiblemente mientras se encuentra en el mismo lugar, afirma: «Un bajel / viene acá tras el puerto»; a continuación, en los vv. 1890-1891, uno de los moros reza: «Vuelve a mirar a la puerta / del mar» y tras el v. 1891 se lee la acotación que manifiesta la repentina aparición de un navío: «Aquí se descubre el navío; dentro chusma de marineros». Dicho procedimiento de aparición repentina, además, es una señal inequívoca de la volutand de diferencianción de los textos dramáticos burlescos respecto a las formulas literarias y dramáticas de lo generos ‘serios’.
- 23 Afirma Arata, 2002, pp. 201-202: «Con la segunda generación teatral, la de Calderón, asistimos a un (...)
23Sin embargo, la delineación de un cronotopo, desde luego distante del bajtiniano, permite localizar los espacios en los que se desarrolla la intriga. En la primera jornada los personajes se mueven entre dos espacios: el exterior de la calle y el interior de la casa de doña Águeda; los dos espacios se comunican gracias al balcón por el que se asoma la dama, ese balcón normalmente prohibido a la doncella que quiera mantener a salvo su honor, y que en este caso se abre y desencadena la acción dramática. Por el balcón, membrana entre lo exterior y lo interior, el espectador entra en la casa de la dama e incluso en su propio cuarto23.
- 24 «Con Calderón asistimos […] a una fuerza centrípeta que va taladrando por dentro el espacio casero: (...)
24Por lo tanto, como en el primer acto de La renegada, se desarrolla en la casa de la dama donde se plantea la acción, se teje y se desteje la urdidumbre dramática, parten cartas dirigidas a galanes y vuelven mensajes para las damas, convirtiéndose en motivo de equívocos, se organizan citas nocturnas aparentemente secretas, ya que además del galán y la dama y sus respectivos criados, están presentes los padres de la dama, los amigos del galán, y un largo etcétera, que se esconden en los lugares más impensables24.
25No hay que olvidar que, aunque el primer acto tenga la fisionomía de una comedia urbana, La renegada de Valladolid es una pieza burlesca que parodia una estructura dramática novelesca. Por lo tanto, no sorprende el hecho de que la primera escena del segundo acto se desarrolle en mar abierto, en medio de una tempestad, con todos los personajes hasta ahí aparecidos a punto de naufragar. El espacio de la representación en el segundo acto es completamenente exterior repartiéndose entre el mar y la playa. Este cambio repentino de ambientación no resultaba desconcertante para el expectador, siendo La renegada de Valladolid un texto característico de la segunda época del teatro aurisecular, en el que se tiende a la difuminación y combinación de distintas tipologías de piezas, que acaban perdiendo sus rasgos definitorios.
26El tercer acto, tal y como el primero, se depliega entre un espacio interior, el del Palacio de Muley, y un espacio exterior que involucra la plaza de armas y el puerto de la ciudad de Argel, configurándose el járdin del Palacio del Rey, donde empieza el segundo cuadro de la jornada, como un ambiente intermedio entre lo interior y lo exterior.
27Por último, algunas consideraciones sobre los cuadros. El número es muy reducido: dos en cada jornada. No se trata de un dato sorprendente si se tiene en cuenta la brevedad de las piezas burlescas que se corresponde con su tendencia a reproducir y a enfatizar en clave cómica los momentos culminantes de los hipotextos, prescindiendo de cualquier elemento secundario.
28Antes de pasar a examinar las conjeturas propuestas para la puesta en escena, merece la pena hacer otra consideración. Si se tiene en cuenta la indicación que aparece en la portada del manuscrito, o sea que la fiesta tuvo su núcleo en la comedia burlesca, se tendría que dar por sentado que el lugar elegido para la representación fue el Salón del Buen Retiro el día de san Juan de 1655. Sin embargo, existe un documento que parece desmentir lo que se afirma en el manuscrito.
- 25 Sobre la figura de Méndez de Haro como valido del Rey Planeta, véase Valladares (ed.), 2016.
29Se trata de un plano, que se reproduce a continuación, según el cual —como se lee en el recuadro en el margen izquierdo del esquema—, se transcribe la repartición de los aposentos del Coliseo, tal y como fue ordenada por don Luis Méndez de Haro y Guzmán, VI marqués del Carpio, I duque de Montoro (1603-1661), que desempeñaba —por aquella época— el cargo de Alcaide del Buen Retiro 25.
Figura : Planta del repartimiento de los aposentos del Real Sitio del Buen Retiro, por Joseph de Villareal (1655). (Archivo General de Palacio, Sec. Administrativa, Espectáculos, Leg. 667)
30Se facilita también un diseño hecho ex novo para que la planta sea más fácilmente legible.
Figura 2: transcripción de la Planta del repartimiento de los aposentos del Real Sitio del Buen Retiro, por Joseph de Villareal. La transcripción de dicha planta fue realizada por la arquitecta Sonia Santoro (1655).
En el recuadro en el margen derecho de la planta, el asterisco indica una parte que no se consiguió descifrar. Solo se puede entender que se trata de una copia sacada del original conservado en el «Archivo desta Villa» y leer una fecha: 6 febrero de 1658.
- 26 Sáez Raposo 2020, p. 318.
31¿Qué opinar frente a la discrepancia de estos datos? Se sabe, gracias a un estudio de Sáez Raposo26, que, dentro del macroespacio del Buen Retiro, además del Coliseo para la representación de las fiestas más aparatosas y que necesitaban de una dimensión más amplia para la performance,
se usaron como lugares de representación tanto estancias interiores como exteriores: los Cuartos del Rey, de la Reina o del Príncipe, los jardines, el Salón Grande, el Salón de Reinos, el Saloncete, el Saloncillo, la Sala de las Burlas, la Armería, la Pieza de las Audiencias, el estanque grande, los canales, la ermita de San Pablo, las diferentes plazas de palacio (la Plaza Grande, el Patinillo, el Patinejo) y el Jardín del Caballo
Saez Raposo proporciona un dato aún más importante:
- 27 Sáez Raposo, 2020, pp. 318. La cursiva es de quien escribe.
Dependiendo de la magnitud del evento que se quisiera celebrar se elegía un espacio u otro dentro del Buen Retiro. Obviamente, como he señalado, el Coliseo se reservaba para los de mayor trascendencia. En ocasiones, se preparaba la fiesta, pero el emplazamiento donde se iba a desarrollar no se decidía hasta el último momento 27.
32Las observaciones de Sáez Raposo, aunque no arrojen completa luz sobre esta divergencia de datos, autorizan a avanzar una conjetura. Dando por sentado que no hubo una decisión de «último momento» por lo que se refiere al estreno de la fiesta, que debió de tener efectivamente lugar en el Coliseo en el día de san Juan, como es razonable opinar vista la aparatosidad desplegada en la comedia, lo más probable sería que en los días que siguieron la fiesta de san Juan, hubiera efectivamente una mise en scène en versión minor en el Salón Dorado para un público más reducido y una utilización de recursos escenográficos mucho más limitada.
33La hipótesis que parece más probable es que al copista —que confeccionó el manuscrito 17192— le llegaran informaciones discordantes y acabara escribiendo en la portada: «Comedia burlesca / De / La renegada de Valladolid / escrita / Por tres Ingenios / Representose a su Mag.d / en el salon del buen retiro / Dia de San Juan / año 1655».
- 28 Barrionuevo, 1892, p. 369.
34Pasando ya a las cuestiones relativas a la puesta en escena, a pesar del hecho de que Baccio del Bianco era el escenógrafo oficial de la corte de Felipe IV, no se encontró ningún tipo de documento que vinculara al artista italiano con la representación de La renegada de Valladolid y las piezas breves que la complementaron. Y no porque no se tratase de una puesta en escena particularmente espectacular, más bien lo contrario: recuérdese la cita de Barrionuevo quien, impresionado, cuenta: «entró un cochecillo pequeño en el salón alto donde se hacía, con cuatro mujeres en él y dos mulas que le tiraban, siendo otra mujer el cochero que le guiaba, subiéndole con una tramoya por las escaleras, como si lo hiciera en una de las calles del Prado»28.
- 29 http://www.cervantesvirtual.com/portales/calderon_de_la_barca/imagenes_palacio/imagen/imagenes_pala (...)
35En este caso específico se puede imaginar que se colocó y se fijó el coche con las mulas y los actores en una tabla de madera muy resistente, haciéndolo ‘volar’ todo al escenario. Posiblemente se utilizó una maquinaria muy parecida a esta29:
Figura 3: Tramoya llamada ‘gloria’.
- 30 Ruano de la Haza, 1994, pp. 470-471.
Se trata de un aparato movido por «maquinaria especializada —poleas, garruchas, tornos, cilindros cabestrantes, grúas— y por medio de dos series de contrapesos que descendían a plomo desde «el desván de los tornos» a través de unos escotillones abiertos […], en los dos suelos de los corredores, hasta el foso del teatro»30.
36Pasando a la primera jornada de la comedia, se ha señalado que el espacio de escenificación se reparte entre el interior y el exterior, que se comunican a través de un balcón. Lo más habitual en los corrales de comedias era hacer coincidir la ventana y/o balcón con el corredor. Pero el Coliseo no era un edificio preexistente adaptado a la necesidad de la puesta en escena una y otra vez, sino un espacio específicamente construido para representaciones teatrales. Por lo tanto, lo más probable es que los dos distintos espacios correspondían a dos niveles del escenario: el inferior, el del tablado, tendría la función de representar la dimensión de la calle donde desfilan los soldados y una superior que tendría que indicar tanto el balcón como la dimensión interna, la casa de la dama.
- 31 Arata, 2002, p. 195.
- 32 Reconstrucción de la arquitecta Sonia Santoro.
37Pero, ¿cómo se podrían escenificar al mismo tiempo el balcón y la parte interna de la casa? Una posibilidad sería que se erigiese una estructura realzada de madera, con vigas y tablas, de cara al público. Sobre esta estructura se construiría una pared efímera donde se pondría una ventana. Dicho artilugio estaría colocado más adentro con respecto a la línea delantera de la estructura principal, porque también haría falta fabricar un balcón. Al lado de esta ventana hubiera tenido que haber una pared. Sin embargo, esta última hubiera sido un obstáculo cuando la acción se desplazaría al interior de la casa; por lo tanto, la solución sería una pared movíl. Nos inclinamos a creer que no se optaría por una cortina: hubiera sido una solución muy poco ‘artística’ para el Coliseo del Buen Retiro. Más probable sería que se colocasen al lado de la pared efímera dos o más bastidores, sobre los que se reproduciría un muro, a lo mejor diseñando ladrillos. Aún mejor hubiera sido que los bastidores fuesen corredizos, de manera que tirándolos de una cuerda o un sistema de cuerdas descubriesen el interior de la casa de doña Águeda. Como en una «casita de muñecas»31, semejante a la que aparece abajo32:
Figura 4: Sistema de la pared movíl.
- 33 http://www.cervantesvirtual.com/portales/calderon_de_la_barca/imagenes_palacio/imagen/imagenes_pala (...)
38En la segunda jornada se cambia completamente de ambientación: todos los personajes que estaban presentes en la primera aparecen en un barco que está a punto de naufragar, según reza la acotación introductoria: «Dentro voces de tormenta». El entramado textual es muy explícito: «Sargento: …¡Que se nos traga el mar!» (v. 725); «Águeda: ¡Las ondas crecen grandes y redondas!» (v. 727); «Melchor: ¡El mar delira con el crecimiento! / Capitán: ¡Todas las velas despabila el viento!» (vv. 729-730); «Sargento: A pique va el bajel» (v. 725). La acotación que sigue al v. 744 dice: «Van saliendo todos cayendo, como ahogados de la mar». Ahora bien, hay que imaginar que «el bajel» estaría justo en el centro del tablado, gobernado por una tramoya de este género33:
Figura 5: Ejemplo de tramoya.
- 34 Ruano de la Haza, 1994, p. 538.
- 35 Rodríguez G. de Ceballos, 1989, p. 57.
- 36 Ruano de la Haza, 1994, p. 538.
- 37 Rodríguez de Ceballos, 1989, p. 41.
- 38 Ruano de la Haza, 1994, p. 538.
39Probablemente, las olas serían de una estructura de piezas de cartón o madera sutil pintada que se podía mover con un sistema de cuerdas, simulando el movimiento del mar. La tormenta necesitaba el empleo de efectos especiales, no sólo sonoros, como los apuntados en la acotación, sino también ópticos. Los primeros, o sea los ruidos de tempestad, comprendían el viento y el trueno; el viento «se imitaba haciendo girar a gran velocidad unas pequeñas placas de madera de nogal flexibles»34, mientras que el trueno «se simulaba con el deslizamiento de bolas de piedra o hierro de treinta libras de peso»35 «por una artesa o canal de madera inclinado, pero también se podía hacer simplemente con tambores»36. Los efectos ópticos propios de una tempestad suponían reproducir rayos y relámpagos; estos últimos «los simularía otra persona situada por detrás del decorado en un sitio alto, teniendo una cajita llena de polvo de barniz en cuyo centro había unos agujeros y una candelilla encendida»37, mientras que el rayo se «fabricaba con cartón pintado de oro refulgente [que] se colgaría de un hilo atado en uno de sus extremos»38.
40La acotación que sigue a la escena reza: «Van saliendo todos cayendo, como ahogados, del mar» (v. 737+); es decir que la acción se sitúa inmediatamente después del naufragio mostrando a los personajes que a duras penas salen del mar y llegan sin fuerzas a la playa: «Capitán: La nave se rompió, ¡válgame el cielo! / Sargento: Sacóme a puerto la fortuna perra. / Pedro: Al mar no hay cosa como echarla tierra. / Luisa: Salada es la agüecilla como el llanto. / Fátima: Otra vez que me ahogué, no tragué tanto / Melchor: Todo me hice una sopa. ¿Hay tal disgusto?» (vv. 738-743). Ahora bien, parece legítimo atreverse a lanzar una hipótesis sobre la puesta en escena de este paisaje: después de representarse el momento pre-naufragio, a lo largo del escenario correría una cortina, detrás de la que los artesanos quitarían los aparatos relativos al navío y al mar para poner bastidores, simulando una playa, y los actores entrarían en unos escotillones; cuando se volviera a abrir la cortina, todos los cómicos saldrían de las aberturas en el suelo del escenario y, después de levantarse, fingirían caer, devastados por la tempestad y el naufragio. Todos, excepto María del Prado que interpretaba a doña Águeda, que quedaría medio cuerpo arriba fuera del escotillón, estarían pidiendo socorro y agitando los brazos, aparentando estar a punto de ahogarse. También sería posible que delante de esta última trampilla estuviese colocada una pieza del decorado anterior para crear la ilusión de las ondas del mar contra las que combatía la doncella.
- 39 Ruano de la Haza, 1994, p. 440.
41Otra interesante cuestión que atañe a la puesta en escena se plantea a principios del segundo cuadro de la misma jornada. La acción se desarrolla en Argel, de día y en un espacio exterior; la acotación v. 1177+ reza: «Vanse, saliendo a lo alto de la muralla, el Sargento, Luisa, don Pedro, doña Águeda y el Capitán y la coronan toda». En un corral de comedias, dicha muralla se habría situado, tal y como un monte, un despeñadero o una torre, a la altura del primer corredor, cubriendo la balconada y el espacio inferior con un lienzo en que se pintarían ladrillos para dar el efecto de un muro. Cubiertos por el mismo lienzo estarían también las rampas escalonadas por las cuales los actores subirían y bajarían, porque según apunta Ruano, «los muros, naturalmente, están para ser escalados»39. Al cumplir estas estructuras su función en la escenificación, el lienzo se retiraría y el balcón reaparecería ante los espectadores. Para el Coliseo habría que imaginar una práctica escénica distinta: se podría conjeturar que los carpinteros construyeran una estructura de madera, que podría igualmente cubrirse con un lienzo pintado con ladrillos y almenas, pero también se podrían utilizar papel maché o estuque. La estructura, que permanecería al fondo del escenario hasta el momento de su utilización, tendría que ser móvil; incluso se puede aventurar que, para agilizar los cambios de escenario, este aparato se moviera sobre carriles.
- 40 Rojas Villandrando, El viaje entretenido, p. 145, apud Ruano de la Haza, 1994, p. 493.
- 41 Ruano de la Haza, 1994, p. 497.
- 42 Ruano de la Haza, 1994, p. 498.
42También merece la pena señalar que inmediatamente después del ‘sitio’ y la ‘toma’ de la muralla por parte de los cristianos, llega, ya convertido y dedicado a la causa de Muley y de los moros, Melchor a caballo, un caballo de carne y hueso. Casi seguramente esta entrée, de gran impacto escenográfico, era en realidad fácilmente practicada en los corrales de comedias. En un fragmento de El viaje entretenido (1603), citado por Ruano de la Haza, Agustín de Rojas escribe que ya a finales del siglo xvi: «sacábanse ya caballos / a los teatros, grandeza / nunca vista hasta este tiempo»40. El estudioso, sin embargo, apunta que «no era factible, ni aconsejable hacer subir los caballos con o sin jinete a los tablados comerciales del siglo xvii, aunque, quizá hubiera ocasiones excepcionales en que se esto hiciera»41; y aclara: «cuando aparecen caballos sobre el tablado, lo lógico será concluir que la obra en cuestión fue pensada para ser representada en un teatro palaciego o en la plaza de una ciudad»42; de hecho, la experiencia empírica demuestra que un caballo no tendría ninguna dificultad en subir (y bajar) escaleras que llevarían al mismo centro del Coliseo del Buen Retiro.
43Por lo que se refiere al primer cuadro de la tercera jornada no hay cuestiones de particular relieve, mientras que la situación es distinta en el segundo cuadro: la acción se desplaza desde el interior del palacio al jardín. De hecho, la indicación escénica que acota el v. 1606 reza: «Vanse [todos] y salen dos moros en el jardín, y aquí se ha de mudar el teatro todo». Ahora bien, «se ha de mudar el teatro todo» implica un cambio completo de decorado: en este caso la solución más inmediata sería pensar en una serie de bastidores que por un lado tuvieran pintada una escenografía adecuada a un salón de un palacio real y por el otro los bastidores tendrían que reproducir el trasfondo de un jardín. Habría dos series de bastidores laterales, uno a la derecha y el otro a la izquierda, y estarían más separados cuanto más cerca del espectador y más juntos cuanto más lejos, produciendo así una sensación de perspectiva frontal. Al cambiar la ambientación, se harían girar los bastidores de 180o cambiando completamente el decorado.
- 43 Para Enrique IV Tommaso Francini aplicó sus conocimientos de hidráulica en el Castillo de Saint-Ger (...)
- 44 «Il castello reale unito alla Senna grazie a sei grandi terrazze, ognuna delle quali conteneva al s (...)
44Sin embargo, no hay que descartar la hipótesis de que los escenógrafos hubiesien montado un escenario giratorio. Desafortunadamente en el conjunto de documentos sobre las puestas en escenas palaciegas del Siglo de Oro español no hay rastro de este tipo de máquina teatral, pero sabemos que las realizaciones de las piezas cortesanas de Calderón, gracias a aparatos y maquinarias muy elaboradas, fueron muy espectaculares. Los dramaturgos más ilustres de la corte, de hecho, trabajaron antes con Cosme Lotti y después con Baccio del Bianco. Ambos eran florentinos, como Tommaso o Thomas Francini (1571-1648 /1649), un valioso ingeniero hidráulico, que, colaborando con su hermano Alessandro, vivió y trabajó en la corte de los reyes franceses Enrique IV y Luis XIII43. Dentro de este contexto las invenciones hídrico-mecánicas de Francini ciertamente constituyeron el ámbito al que el ingeniero florentino se dedicó con más ahínco44.
- 45 Ver Bordier y Guédron, Discours au vray du ballet dansé par le Roy en 1617: «Le Roi, comme un autre (...)
45Pero, el campo de interés de Tommaso no se limitó al diseño y a la realización de obras arquitectónicas y/o hidráulicas: de hecho, consta que también tuvo competencia en la organización de fiestas en la corte y acontecimientos públicos; además, se sabe que no solo trabajó, sino que brilló como escenógrafo. En un libreto que se imprimió en ocasión de la puesta en escena del ballet La délivrance de Renaud, que tuvo lugar el 29 de enero de 1617 se deja constancia de un escenario giratorio45.
46Es decir que, casi cuarenta años antes de la puesta en escena de La renegada de Valladolid de Monteser, Solís y Silva, en la corte de Francia, exactamente en la Grand Salle del Louvre, el día 23 de enero, se utilizó un escenario giratorio. No hay, por lo tanto, que descartar la hipótesis de que los escenógrafos de Coliseo del Buen Retiro tuvieran a su disposición un aparato parecido, aunque no se registren noticias de su existencia en los documentos conservados. Esta maquinaria explicaría la acotación «y aquí se ha de mudar el teatro todo»; es decir que montando dos grandes paneles perpendiculares al escenario, con sendos decorados, al girar el escenario, «se mudaría el teatro todo». Se ha escrito dos paneles porque, cuando la acción se desplaza al jardín, en un momento dado, de una ventana que da al mismo, se asoma Luisa; por lo tanto, hay que imaginar que entre los dos paneles se había dejado un espacio hueco, que fuera grande lo suficiente para que la actriz pudiera pasar por él y asomarse. Desde luego, la ventana no sería más que un recuadro cortado en el panel.
- 46 Ruano de la Haza, 1994, pp. 404-409.
47El jardín es un espacio escénico costantemente aprovechado por los dramaturgos del Siglo de Oro y, por este motivo, escenográficamente muy lexicalizado y lo que cambiaba eran los niveles de elaboración; este nivel podía ser más o menos básico en los corrales de comedias, donde el jardín se podía simular con unos enramados, flores, árboles que podían ser reales o pintados sobre lienzos, junto con flores, fuentes y avecillas46. Por otra parte, en una representación en el Coliseo del Buen Retiro, es probable que el decorado fuese muy elaborado y que los árboles, las plantas, las flores, las aves y las fuentes eran reales.
- 47 Nótese que Silva escribe en la acotación «Úrsula, Ge[r]trude», o sea Úrsula Torres y Gertrudis Leal (...)
48Finalmente, se pasa a analizar otra acotación, la que precede el v. 1892 y la partida de los cristianos hacia España: «Aquí se descubre el navío; dentro, chusma de marineros; en la proa, Úrsula, Ge[r]trude y moras y Muley». Ahora bien, en la secuencia anterior el espacio diegético representado era el del jardín del Palacio; la acotación citada, en cambio, apunta a una dimensión exterior, en proximidad de la playa o del puerto; parece obvio que la aparición del navío estaba pensada para ser repentina: de hecho, el verbo clave es «se descubre». Evidentemente la embarcación estaría colocada en un espacio poco visible y cubierta. Es probable que los actores se acercaran a ella mientras se la descubría manualmente o tirando de una cuerda suspensa atada al lienzo o cortina que la ocultaba47.
- 48 El teatro cortesano en esta época vivía una nueva etapa y se concebía «ya como un espectáculo total (...)
- 49 «La puesta en escena de una fiesta real, ya fuese en el Alcázar, en el Buen Retiro o en cualquier o (...)
49Esta observación, junto con todos los datos rastreados del análisis de la comedia, incluso en su vertiente de texto material, y del caldo de cultivo donde se elaboró y escribió, teniendo presente el parterre al que estaba destinado, llevan a unas reflexiones finales. Ante todo, resulta muy claro que, aún siendo la comedia el eje del espectáculo, no era el espectáculo todo, sino el centro de uno más amplio y articulado: la fiesta teatral, aparatosa y extravagante48. Buena prueba de ello es el manuscrito que transmite la comedia, en que se encuentran copiadas también las piezas breves que la complementaban, que, según resulta también de las crónicas coetáneas, no eran teatro de mero ‘acompañamiento’, sino partes de las que no se podía prescindir en la fiesta palaciega, tan esperadas y aplaudidas como la comedia. En segundo lugar, resulta evidente que el teatro palaciego áureo, tal y como el teatro áureo en su conjunto, no estaba organizado en compartimentos estancos, en el que el dramaturgo escribía para una compañía sin conocer a los actores que formaban parte de ella, y el autor de comedias arreglaba el texto para la puesta en escena para dejarlo después en las manos de los escenógrafos. Se trataba, por lo contrario, de un sistema muy fluido en los que dramaturgos, actores, tramoyistas y los mismos escenógrafos trabajaban codo con codo, compartiendo competencias y estableciendo relaciones profesionales continuativas. Un sistema en el cual todos y cada uno, dramaturgos, representantes y escenógrafos, eran conocidos personalmente, apreciados, requeridos y mimados por los mismos Reyes, cuya diversión constituía una próspera actividad ecónomica para un pequeño ejército de trabajadores49.
- 50 Sobre la figura de Méndez de Haro como valido del Rey Planeta, véase Valladares (ed.), 2016.
50La Planta del repartimiento de los aposentos del Real Sitio del Buen Retiro, diseñada por Joseph de Villareal (1655), según se lee en el recuadro en el margen izquierdo del plano, reproduce la repartición de los aposentos del Coliseo, tal y como fue ordenada por don Luis Méndez de Haro y Guzmán, VI marqués del Carpio, I duque de Montoro (1603-1661)50, que desempeñaba por aquella época el cargo de Alcaide del Buen Retiro.
- 51 Escribe Flórez Asensio, 2006, p. 72: «Tras la desaparición de Olivares, sus funciones —y entre ella (...)
51Ahora bien, los documentos consultados y el manuscrito mismo indican como fecha de representación ante Sus Majestades el día de san Juan, o sea, el 24 de junio, mientras que la plantilla lleva la fecha del 27, precisando que la comedia «se ha de hacer»; por lo tanto, la puesta en escena a la que se refiere la planta tendría lugar, para un público menos selecto, de amigos y personas del entourage de don Luis Méndez de Haro, en una fecha posterior al 27 de junio51.
- 52 Podría referirse a la plantilla que trabajaba en la manutención del Retiro y / o en la organización (...)
- 53 Lobato, 1999, p. 86.
52En la planta, algunos aposentos resultan no asignados; quizás serían ocupados por invitados del último momento; dos se destinaron respectivamente a los «Oficiales del Retiro»52 y al «Señor Presidente de Castilla»; al mismo Marqués aparecen reservados un aposento en el segundo y tercer suelo, cuarta fila del lado izquierdo; uno de primer suelo, cuarta fila, y uno para cada suelo de la tercera fila en el ala izquierda. A Lorenzo Ramírez de Prado se le reservó un aposento del primer suelo de la tercera fila, en la a la derecha. Ramírez de Prado, miembro del Consejo Real de Castilla, colaboraba con Méndez de Haro en su función de Alcaide del Buen Retiro. Consta, de hecho, que «fue protector de la fiesta celebrada en el Coliseo del Retiro para la venida de la Reina y actuó como Asesor del Real Bureo de la Reina»53.
- 54 Sobre el oficio de Secretario del Despacho Universal y sobre Fernando de Contreras, véase Hamer-Flo (...)
53Un aposento, de segundo suelo, cuarta fila en el lado izquierdo, fue destinado también a don Fernando de Fonseca Ruiz de Contreras (post 1593-1661), Secretario del Despacho Universal (1648-1651)54, cargo que suponía una estrecha cooperación con el valido.
- 55 Sobre el virreinado de Medina Torres, véase Sánchez García, 2019.
54A Ramiro Felipe Nuñez de Guzmán, II duque de Medina de las Torres (1600-1668), se le reservó un aposento de tercer suelo, segunda fila en el lado izquierdo. El Duque fue un personaje de primer plano en el entorno de Felipe IV, llegando incluso a ser nombrado virrey de Nápoles (1637-1644)55. Recordamos que entre él y don Luis de Haro hubo un pleito para el título de Conde-Duque de Olivares, al que Medina Torres aspiraba, siendo miembro de una rama menor de la casa de Guzmán y habiéndose casado con la hija del primer Conde-Duque, María de Guzmán, de la que enviudó en 1626. A pesar del juicio que los vio enfrentados, Medina Torres aparece entre los huéspedes de don Luis de Haro para la representación de La renegada de Valladolid en las postrimerías del mes de junio de 1655.
55Pero las disputas entre Medina de las Torres y la familia de don Luis de Haro no habían acabado; de hecho, Haro delegó el cargo y todo lo que a espectáculos se refería en su hijo, don Gaspar de Haro y Guzmán, marqués de Liche y del Carpio, nombrado nuevo Alcaide el 11 de septiembre de 1658, en sustitución de su padre. Don Gaspar llevó adelante su cargo con mucha dedicación, colaborando de manera muy proficua con Baccio del Bianco.
- 56 Flórez Asensio, 2010, p. 170.
56El ahínco de don Gaspar fue, quizás, excesivo: se sabe que intentó «usurpar algunas prerrogativas del Mayordomo Mayor [y entrometerse] en las funciones de otros dignatarios palaciegos, entre ellos el propio Velázquez»56. Todo ello, junto con su discutible conducta personal, debió de convencer al Rey de que había llegado el momento de relevar a don Gaspar de su cargo; de hecho, el 29 de diciembre de 1661, nombró al duque de Medina Torres nuevo Alcaide del Buen Retiro, dejándole al Marqués la supervisión de las representaciones en el Pardo y en Valsaín.
57Su despedida del cargo de Alcaide del Buen Retiro desencadenó la ira de don Gaspar que llegó a maquinar una sensacional venganza: en efecto contrató un esbirro para que hiciese explotar unos cartuchos de pólvora en el Coliseo, donde se preparaba el estreno para el día de Carnestolendas de 1662 de El hijo del Sol, Faetón, de Calderón de la Barca. Al darse cuenta de que su intento de vindicarse se le había escapado de las manos, dado que el Coliseo se encontraba muy cerca de los apartamentos de los Reyes, y temiendo que un criado suyo hubiera podido denunciarlo. El Marqués lo envenenó. Por todos esos actos delictivos, don Gaspar fue procesado y condenado a dos años de prisión y a ocho de destierro.
58Finalmente, en los años entre 1648-1661, el Coliseo fue teatro —nunca mejor dicho— de una serie de controversias que se explican con el hecho de que su alcaldía era un cargo muy codiciado tanto por el innegable prestigio social que conllevaba, como por ser un empleo del que derivaban ganancias muy lucrosas. Pero, sobre todo, se trataba de un papel clave porque suponía una posición de cercanía al Rey y un lugar privilegiado en las intricadas redes de poder en la España del ocaso de los Austrías.