1La geografía, el amor y la guerra permiten infinidad de combinaciones, muy rentables en el teatro áureo, con incidencias dramáticas distintas (genéricas, argumentales, situacionales, intencionales…).
- 1 Palomo, 1988 y Vitse, 1990, p. 330.
2Es sabido que las geografías configuran géneros dramáticos como el de la comedia de capa y espada (circunscrita a Castilla) o el de la palatina (fuera de ella), que definieron hace años Palomo y Vitse1; que muchas de estas geografías están asociadas a temáticas y escenarios bélicos, bien míticos, bien de la historia antigua o contemporánea, que configuran especialmente la comedia histórica, la más afecta a la materia bélica, pero no solo; y que el amor aparece como tema recurrente en estas geografías, bélicas o no, con distinta relevancia e intensidad.
- 2 En comedias de capa y espada se relata por ejemplo la expedición a la Mamora en 1614 (Tirso de Moli (...)
- 3 Ver Daressy, 2013.
3En este sentido, en muchas de las comedias palatinas de Tirso —el género predominante en su teatro y el que me interesa aquí—, la lejanía espacio-temporal no impide la inclusión de referencias histórico-bélicas del momento que neutralizan los universos de fantasía propios del género dotándolos de verosimilitud sin empañar sus fabulaciones y fantasías2. Estos acontecimientos bélicos de la actualidad se insertan en la trama de estas comedias palatinas como complementos de la acción dramática mediante técnicas habituales: diégesis, ticoscopia, evocación, etc. Pero estas guerras, o sus ecos, además tienen en ocasiones una función importante en la construcción dramática en tanto que sirven de motivo estructurador de la acción. Son guerras que inciden en las vidas o historias particulares de sus protagonistas como un paso más de su itinerario vital y destino, porque la guerra pone a prueba a los personajes que deben superar sus limitaciones para triunfar y hacerse merecedores del premio. En este esfuerzo confluyen tres nociones fundamentales, mérito, valor y la suerte o ventura como ha estudiado bien Daressy a propósito de la comedia palatina de Tirso, Ventura te dé Dios, hijo, en la que el iletrado y noble Otón se reafirmará en la guerra gracias a su valor y ventura transformando su destino vital3.
- 4 Ver Oteiza, 2012, pp. 131-135.
4De toda la amalgama de situaciones posibles me interesa ahora la interacción dramática de estos tres componentes (geografía, amor y guerra) en sus efectos y consecuencias, es decir cómo inciden en la construcción de los personajes y cuál es su significación y resultados dramáticos en dos comedias palatinas de Tirso, la célebre El castigo del penseque y la menos conocida, pero no menos interesante, La ventura con el nombre. Elección justificada porque ambas transcurren en geografías alejadas de Castilla, uno de los requisitos genéricos, que coinciden con los escenarios políticos europeos del momento y de gran actualidad por sus conflictos bélicos, como son la siempre actual Flandes (El castigo del penseque) o Bohemia (La ventura con el nombre), una de las múltiples geografías de la Guerra de los Treinta Años4; porque en las dos el amor presenta facetas e intensidades distintas, y porque en una y otra se da la confluencia de lugares de paso geográficos (de España a Flandes; de la aldea a la corte, de la corte a la aldea), simbólicos (de la aldea a la corte; el itinerario vital de los protagonistas; de la guerra a la paz…) y emocionales (triunfo o no del amor) con significados y resultados distintos.
5Es la historia de un fracaso amoroso, cuyos antecedentes recordaré brevemente: Rodrigo Girón, caballero español y segundón, marcha a Flandes en busca de fortuna en la milicia. Al llegar, el archiduque no está y Rodrigo es confundido con Otón, hijo de Liberio y hermano de Clavela, y acepta la impostura.
- 5 Vázquez, 1996, pp. 16-18. Periodo en que escribe, entre otras, la trilogía de La santa Juana y Don (...)
6Referencias cervantinas (a Las novelas ejemplares y al Quijote) permiten fecharla entre 1613 y 1615, años en los que Tirso con algunas ausencias reside en el convento de Toledo5. Es la única comedia que sitúa en Flandes y además en fechas concretas, las correspondientes al gobierno del archiduque Alberto (1596-1621), para el que el protagonista trae cartas de recomendación. El gobierno del archiduque es un gobierno marcado por frecuentes ausencias de la corte debidas a las continuas campañas que dirigió, exceptuando la Tregua de los Doce Años, de 1609 a 1621, precisamente el periodo en el que se redacta la comedia. Por tanto, la ausencia del archiduque es evidentemente dramática, pero también coherente con los hechos contemporáneos, y así su falta de apoyo al protagonista propiciará sus aventuras en Momblán, ciudad del condado de Oberisel, según indica el texto de la comedia en su segunda parte (Quien calla otorga), una de las dieciocho provincias de los Países Bajos perteneciente a la corona hispana desde 1528, y ocupada en parte por los rebeldes cuando llega el archiduque como gobernador.
7Este es el contexto histórico-geográfico de esta comedia palatina, que emplea estas toponimias y datos históricos para contrarrestar la fantasía de las aventuras del protagonista y dotarlas de verosimilitud.
- 6 El Condado Palatino y sus respectivos Electores apoyaron la causa luterana por lo que eran enemigos (...)
- 7 El ducado de Cleves, territorio entre Alemania y los Países Bajos, tenía importancia estratégica pa (...)
- 8 Es antropónimo de claras evocaciones nobiliarias, como nos informa su criado Chinchilla: «que eres (...)
8En la misma línea los ecos bélicos de la comedia se corresponden también con estas y otras localizaciones nada irrelevantes ni neutras como el Palatino del Rin, de evidentes evocaciones negativas desde la perspectiva española, porque el Condado Palatino apoyaba la causa luterana6; o como Cleves7, ducado inicialmente protestante, cuyo duque en 1613 se convirtió al catolicismo, fecha aproximada de la redacción de la comedia y por tanto de mención favorable. Pero estas precisas y concretas geografías nada tienen que ver con la actualidad política imperial en Flandes sino con una causa particular de amor y celos: la del conde Casimiro, Palatino del Rin, pretendiente de Diana, condesa de Oberisel, y a su vez viuda del duque de Cleves, en la que se verá involucrado el español Rodrigo Girón8, como era su primera intención al llegar a Flandes, pero ahora con otra identidad, la del caballero Otón y al servicio de otro señor, la condesa Diana. Explicaba don Rodrigo sus intenciones al llegar a Flandes:
- 9 Tirso de Molina, El castigo…, vv. 149-156.
Don Rodrigo
Ya que he venido
a Flandes desde mi tierra,
serviré al rey en la guerra,
que el noble que es bien nacido
solo por sus hechos medra
y con fama celebrada
saca fruto de la espada
como Moisés de la piedra9.
9Es decir, Rodrigo, segundón sin recursos, abandona su patria (la geografía materna) con la intención de probar fortuna y ascenso en la milicia, que es un medio de promoción social. El primer paso del binomio geografía y guerra está en marcha. El amor llegará después.
10Este conde Casimiro (del luterano Palatino) pretende a la condesa Diana (viuda de Cleves, el ducado convertido), mediante un engaño: él mismo se hace pasar por un emisario suyo que pide la mano de Diana para él (Casimiro). Y al ser rechazado por la condesa Diana la amenaza con cercar Momblán en calidad de enviado del conde:
- 10 Tirso de Molina, El castigo…, vv. 539-543.
Casimiro
Mira que te ha de cercar
en Momblán.
Diana
No me amenaces,
que quien no puede obligar
a la voluntad con paces
con guerra no ha de bastar10.
Y poco después ya como conde Casimiro confirma sus intenciones:
- 11 Tirso de Molina, El castigo…, vv. 567-577.
Casimiro
A Momblán he de volver
cuando en el silencio mudo
esté el descuido acostado.
Mil tudescos, como sabes,
en escuadrón concertado
traigo que serán las llaves
de su alcázar torreado.
Seré esta noche con ellos
de aquesta Troya, Sinón,
y de sus despojos bellos,
otro Paris11.
11Y con un escuadrón tudesco que le espera en el bosque resuelve conquistar por las armas lo que no han podido ruegos.
12En este trance Diana conoce a Otón (Rodrigo) y lo nombra secretario, pero este le dice preferir ser su soldado, por lo que Diana lo confirma en ambos cargos. Diana y Otón quedan impresionados el uno del otro.
13En el segundo acto regresa ya Otón victorioso con el símbolo del bastón, anunciando en metro solemne la retirada del cerco de Casimiro y relatando (con complacencia) las circunstancias de la batalla por mar y tierra, el ataque, las estrategias, el valor de los soldados y por último la huida de Casimiro, responsable de esta guerra poco digna, propiciada por el despecho y venganza amorosos:
- 12 Tirso de Molina, El castigo…, vv. 1352-1359.
En fin, huyó dejándose a los ojos
del mismo sol cubierta la campaña
de muertos, de banderas, de despojos,
testigos nobles desta ilustre hazaña:
así el amor castiga los enojos
que el conde os dio, quedando en Alemaña
publicando la fama sus delitos,
que también tiene amor sus sambenitos12.
Tras los detalles bélicos Diana en un impulso lo abraza como a un héroe enlazando con su otra condición de secretario y galán, que se desarrollará a continuación.
14Con esta acción militar de éxito que ha calificado de «ilustre hazaña», Rodrigo-Otón confirma su valor y nobleza de sangre, aunque sin mayorazgo, y quedan garantizados sus méritos. El triunfo, por tanto, no ha sido casual: junto al valor ha mostrado ingenio, inteligencia13. Por tanto, Tirso lo contrapone a su derrotado rival, Casimiro, avalado solo por la nobleza de sangre y no por sus obras, ya que rechazado por Diana y fracasado como amante, es reprobable moralmente pues la quiere conseguir mediante el sometimiento bélico, en el que tampoco triunfa. Así Rodrigo contrarresta su condición de segundón con la acción que le hace merecedor de reconocimiento y premios (supuestamente la condesa Diana).
15Pero en su faceta de secretario las cosas no son igual y no le van a ir tan bien. En estas tareas administrativas basará Diana su enigmática y cifrada invitación al amor, que Otón entiende sin problemas (no es un idiota, un mentecato del amor) en una escena de marcada tensión erótica fracasada por la inacción, porque a Otón le falta la audacia y valor que demostró en la guerra y que en el amor, para cuando reaccione, llegarán demasiado tarde.
16Así Otón, que triunfa como soldado, falla como secretario, que no lo es, y por tanto como amante. Y Casimiro, solo apto por su nobleza de sangre e incompetente como soldado y amante, triunfará sin embargo con una Diana poco coherente con sus sentimientos (ha esgrimido para no casarse con Casimiro razones de independencia y falta de amor, etc.). En este caso la ventura no ha acompañado a Rodrigo junto al valor y mérito, la guerra no le ha servido de nada; y sí a Casimiro quien vencido en la batalla deshonrosamente según el relato de Rodrigo, y sin merecimiento tiene sin embargo la ventura de la ocasión.
- 14 Para la relación entre El perro del hortelano y El vergonzoso en palacio ver Vitse, 1990, pp. 542-5 (...)
- 15 Para el modelo de este subgénero de comedia de secretario en Lope, ver Hernández Valcárcel, 1993. T (...)
- 16 Ver Oteiza, introducción a Tirso de Molina, El vergonzoso en palacio, pp. 154-155.
17Situación sorprendente y resolución forzada, reverso de la de Teodoro en la lopiana El perro del hortelano, con la que tiene concomitancias sutiles (por ejemplo el nombre de las damas, Diana), y de la de Mireno en la tirsiana El vergonzoso en palacio, con quien comparte la condición de secretario obligado y defecto ante la implacable condición de sus damas, pero con éxito14. En realidad, el final de El castigo del penseque no es más que una variante sobre el mismo tema y modelo de comedia, la de secretario, común a ambos autores, aunque anterior y más amplio en Lope15, sin que esto suponga siempre precedencia lopiana sobre Tirso16.
- 17 Tirso de Molina, El castigo…, vv. 3151-3152.
18Ahora bien, por mucho que disertemos no tendremos explicación. Toda la obra está predeterminada al fracaso amoroso del español, porque Tirso no quiere salvarlo en el último momento, como hace con otros personajes suyos, superando las propuestas lopianas para sus personajes en estas comedias: «Así se castigan / necedades de un penseque»17, responde Diana a Rodrigo cuando este le increpa si su amor merece este pago. Y hay que reconocer que convirtió al español Rodrigo en uno de los más famosos amantes fracasados del teatro áureo.
- 18 La ventura con el nombre no se publica en ninguna de las cinco partes de comedias tirsianas, y la p (...)
- 19 Ver Usunáriz, 2016, cap. III.
19De autoría indiscutible, y datación imprecisa18, esta comedia también palatina se ubica en territorios del Sacro Imperio Germánico, en concreto en la corte de Praga (Bohemia), de actualidad en época de Tirso, debido a que allí se desencadenó la Guerra de los Treinta Años por cuestiones político-religiosas (reforma/contrarreforma) con el famoso episodio de la defenestración de Praga (1618) detonante de la guerra por Bohemia, que terminaría con la victoria de las tropas imperiales de Felipe III y el emperador Fernando II en la batalla de la Montaña Blanca de 162019. Territorio favorable por tanto para el desorden y alteración moral por los que transitarán sus personajes. Pero la comedia incluirá además de esta geografía otros espacios de paso simbólicos (de la corte a la aldea y viceversa) con funciones dramáticas conocidas según el tópico de menosprecio de corte y alabanza de aldea.
20La ventura con el nombre dramatiza la historia de Ventura, que vive en una aldea, pero tiene aspiraciones personales. Sin embargo, estas aspiraciones no lo convierten en un emigrante como al español Rodrigo, no sale de su geografía sino de su espacio, de sí mismo. No busca gloria sino identidad.
21Un día, oculto en el bosque, escucha la situación de la corte bohemia y su reino: el rey ha sido asesinado por su hermano, a quien a su vez se ha dado muerte por tirano. Su ventura llega porque físicamente es igual a este tirano, su gemelo diríamos, aunque moralmente lo contrario. De manera que lo suplantará haciendo justicia y después de muchos inconvenientes y avatares conseguirá salvar el reino de Bohemia al que tiene cercado el duque de Sajonia, y tras la victoria la anagnórisis le hará saber que en realidad es hermano del rey asesinado, de manera que por méritos (su valor, justicia…) y por sangre será felizmente proclamado rey. En esta aventura lo acompañan las dos viudas de los reyes que introducirán los temas del amor y la guerra: la viuda Sibila, esposa del rey Primislao, asesinado por su hermano y sucesor Adolfo; y Basilisa, esposa de Adolfo, enamorado y pretendiente de su cuñada Sibila, a su vez muerto por tirano y fratricida. Ambas son apartadas de la corte y retiradas en la aldea —lugares de paso simbólicos inversos al de Ventura— por expreso deseo de Adolfo, para cortejar a Sibila y evitar a Basilisa.
- 20 Recuérdese que tanto Federico III de Sajonia, como su sucesor Juan de Sajonia, fueron defensores de (...)
- 21 Tirso de Molina, La ventura con el nombre, p. 982.
- 22 Tirso de Molina, La ventura con el nombre, p. 983.
22Esta situación es la que se encuentra Ventura. Un país sin rey ni gobierno acechado por sus enemigos, y dos viudas que apelarán a sus respectivas familias para que las defiendan mediante la guerra de los agravios que sufren en la corte bohemia: Sibila de Sajonia y Basilisa, sucesora de Lansgrave de Livonia20, a lo que se une Hungría, que se perfila sucesora del reino: «de Sajonia se acerca / mi padre con la milicia / que ha alistado la justicia / y vuestras ciudades cerca»21, amenaza Sibila a Ventura, confundiéndolo con Adolfo; y Basilisa declara: «no está mi padre tan lejos / que yéndome a amparar dél / no vuelva a vengar mi agravio»22.
- 23 Tirso de Molina, La ventura con el nombre, p. 986.
23Y es que el caos y desorden moral del reino necesitan de la guerra para su regeneración y de un buen gobernante, y la guerra se declara en el tercer acto: a requerimiento de Sibila el sajón ha cercado el reino de Bohemia donde «entró ofendido / a hacer del reino mísero despojo / sin admitir concierto ni partido»23, y Basilisa arenga a sus hombres para defender el reino:
- 24 Tirso de Molina, La ventura con el nombre, p. 987.
sin cabeza está el reino, caballeros,
el duque de Sajonia nos asalta,
vuestra patria os conquistan forasteros […]
volved por vuestro reino: no presuma
salir Sajonia con su loca empresa…24,
y por cuestión de Estado sin reparar en la autenticidad de la identidad de Ventura, le insta a que salga contra el sajón, y aproveche la ocasión, si no es el rey Adolfo, para ennoblecerse:
- 25 Tirso de Molina, La ventura con el nombre, p. 997.
ya el rey seas, ya Ventura,
el de Sajonia procura
a Bohemia: si se ven
sin capitán los soldados,
desconformes y vencidos
todo es uno, mas si unidos,
por pocos y desarmados
que salgan, su patria y ley
defenderán, ¿quién lo duda?
[…] Ya pastor seas,
ya rey, la ocasión te llama
para ennoblecer tu fama:
vence, si el reino deseas25.
24Ventura acepta, conectando así con las aspiraciones con que salió de la aldea, y de la guerra volverá victorioso como liberador de Bohemia, reconociendo la usurpación de identidad, es decir confesando ser el pastor Ventura. Pero la anagnórisis compensatoria lo hace hermano del rey y termina casándose con Basilisa.
25El papel del amor, requisito del género y tercer pilar de este trabajo, está aminorado por la situación caótica en esta comedia, la cual se resuelve más fría y menos pasionalmente y de ahí su interés respecto a El castigo del penseque.
26Ventura en un primer momento nada más conocer a la reina Sibila se enamora de ella súbitamente, sentimiento que desaparece de la acción sin explicación. Cortada esta vía se explorará la de la reina Basilisa. La suplantación del rey Adolfo, tirano y lascivo, es solo física, porque Ventura es moralmente lo contrario, de manera que la reina Basilisa, esposa del tirano al que creía muerto, al tratar con Ventura se extraña de ver cómo rige con justicia y prudencia el reino, de su tierno proceder con ella etc., y va recuperando su amor por el falso Adolfo, y a la inversa Ventura va sintiendo por ella una atracción, que justificará el enlace final. De manera que el flechazo por Sibila, aparentemente injustificado, no es artificio banal, porque permite resaltar que Ventura —imagen invertida de su hermano Adolfo— recorre el camino contrario al del difunto tirano: de la pasión por Sibila al amor conyugal, ética y políticamente aceptable de la reina Basilisa. Es decir, permite supeditar la pasión amorosa al orden social y moral, mediante la guerra, que es la acción política por antonomasia. Por tanto, Ventura, que restaura el orden en el reino de Bohemia, cumple con todos los requisitos de valor, mérito y ventura: está respaldado por su condición de príncipe de Bohemia (valor de sangre), por su condición moral y acciones propias de rey, por su valor en la guerra y mérito intelectual, que lo llevan a triunfar también en el amor, cerrando el círculo de su ventura, que lleva en su propio nombre. En este caso, el amor no es tanto un resorte dramático como una consecuencia, el premio final según las exigencias de la justicia poética.
- 26 Tirso de Molina, Ventura te dé Dios…, p. 740.
27En suma, estas dos comedias ofrecen perspectivas diferentes y por ello interesantes de la interacción entre geografía, guerra y amor. En primer lugar, estas geografías extranjeras configuran ambas comedias dentro del género palatino, y coinciden con los escenarios políticos europeos del momento, centro de conflictos bélico-religiosos bien conocidos (católicos/protestantes) que se erigen en lugares de paso en los que discurre el itinerario vital de sus protagonistas. Dramáticamente hablando, estas comedias palatinas son el lugar de paso de un espacio histórico identificable a un espacio ficcional. En estas geografías se dan asimismo otros lugares simbólicos, también de paso, bien físicos (de la corte a la aldea; de la guerra a la paz), bien emocionales (el triunfo o no del amor). Sin embargo, la significación de la guerra y el amor es distinta. De un lado, una guerra que ennoblece pero que no es suficiente para lograr el amor porque este necesita audacia (El castigo del penseque) y un amor desbancado como resorte de la acción dramática en favor de una guerra como camino político y ético, regeneradora del caos y desorden moral de una geografía hostil fácilmente identificable (La ventura con el nombre). Como también es distinto el destino de sus protagonistas que en sus itinerarios vitales han mostrado valor y mérito, pero a uno de ellos no le ha acompañado la ventura, la suerte, que como dice Tirso en los versos finales de Ventura te dé Dios, hijo: «Sin ella no valen nada / sangre, hacienda, armas ni letras»26. Y Tirso no la quiso para Rodrigo, y sí para Ventura.