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Apología en defensa de Virgilio, un comentario inédito de Manuel Ponce

Antonio Azaustre Galiana y Helena de Carlos Villamarín
p. 95-132

Resúmenes

Presentación y edición crítica y anotada de la Apología en defensa de Virgilio, escrita en 1622 por Manuel Ponce y dirigida al Maestro Pedro de Torres Rámila.

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Notas del autor

Este trabajo se integra en las actividades del proyecto de investigación Elementos de Poética en gramáticas y comentarios filológicos de los siglos xv a xvii: estudio y edición (HUM2007-FILO61441).

Texto completo

Perfil biográfico y literario de Manuel Ponce

1Manuel Ponce es una de esas figuras poco conocidas en la erudición literaria del siglo xvii. En consecuencia, los pocos datos que sobre él y su obra conservamos deben ser tomados con bastantes dudas y reservas.

  • 1 Entrambasaguas, 1967, II, p. 92, señala que el 8 de noviembre de 1622 tenía 31 años. Esta informaci (...)
  • 2 Señaló el dato Dámaso Alonso, 1982, p. 504.

2Parece que nació en Madrid hacia 15911, y vivía aún en 1623. Se apoya esta última referencia en uno de los muchos textos de censura que suscitó el Elogio descriptivo a las fiestas que la Majestad del Rey Felipe IV hizo por su persona en Madrid a 21 de agosto de 1623, escrito por Juan Ruiz de Alarcón con la colaboración de otros autores. La censura en cuestión es el Comento contra 73 estancias que don Juan Ruiz de Alarcón ha escrito…, atribuido a Quevedo; allí figura el nombre de Manuel Ponce como autor de cuatro de esas estancias2.

  • 3 Véase Alonso, 1982. Aurora Egido, 1989, p. 37, ha subrayado la importancia de la temprana fecha de (...)
  • 4 Véase Rozas y Quilis, 1961, pp. 412-13, para los problemas de autoría de esta epístola, que en su e (...)

3Su obra conocida hasta hoy está formada por los siguientes títulos:
– La
Sylva a las Soledades de don Luis de Góngora. Con anotaciones y declaración por Manuel Ponce, y un discurso en defensa de la novedad y términos de su estilo. Noviembre de 1613, texto descubierto y estudiado por Dámaso Alonso3.
– Una epístola al conde de Villamediana en defensa del léxico culterano, que han estudiado y editado Juan Manuel Rozas y Antonio Quilis
4, y que fechan en torno a 1617.
Oración fúnebre a la muerte de don Rodrigo Calderón, que fue degollado en la Plaza Mayor de Madrid, Jueves 21 de Octubre de 1621.
Relación de las fiestas que se han hecho en esta Corte a la canonización de cinco santos: copiada de una carta que escribió Manuel Ponce en 28 de Junio, 1622…
– El soneto «Una Aurora esplendor de siete Auroras», editado por Lope de Vega en su
Relación de las fiestas que la insigne villa de Madrid hizo en la canonización de su bienaventurado hijo y patrón, San Isidro… Madrid, 1622.

4A estas obras cabe añadir los varios títulos que Quevedo atribuye a Ponce en su Perinola. En esta obra, Quevedo fustigó a Juan Pérez de Montalbán tras la publicación en 1632 del Para todos, miscelánea que reunía novelas, poemas, comedias, autos, relaciones diversas… Al revisar la parte final del libro de Montalbán, Quevedo se ocupa de su Índice o catálogo de los ingenios de Madrid, y le señala sus inexactitudes y olvidos. Es allí donde menciona lo siguiente a propósito de Manuel Ponce:

  • 5 Álvarez de Baena, 1791, IV, p. 2, señala como obras de Ponce el Cristal de la lengua castellana (se (...)

A Manuel Ponce le quita un discurso que intitula Crisol de la lengua castellana, un libro Del Genio, y otro comentando algunos lugares difíciles de Virgilio (Perinola, p. 506) 5

  • 6 El Abad de Rute lo mencionó en su Examen del Antídoto (p. 419), de 1617; Angulo y Pulgar en sus Epí (...)

5La Sylva a las Soledades y la epístola al conde de Villamediana sitúan a Manuel Ponce como defensor de Góngora y el estilo culto, dentro de la polémica que protagonizó el panorama literario de las primeras décadas del xvii. Almansa y Mendoza, el Abad de Rute y Andrés de Angulo y Pulgar lo habían citado ya entre los defensores del poeta cordobés6.

  • 7 Más detalles en Alonso, 1982, y Roses Lozano, 1994, pp. 20-22.

6Por lo que respecta a la Sylva a las Soledades, los argumentos que maneja Ponce no difieren de los observados en otros participantes en la polémica. Así, se abre con un prólogo en el que defiende la oscuridad de las Soledades de las censuras que se vertían por la extrema dificultad de sus tropos, el exceso en la complejidad del hipérbaton y demás figuras per ordinem, la frecuencia de voces peregrinas y la falta de decoro entre estilo y género. El comentario del poema aclara las que Ponce supone dificultades en la interpretación de versos, con especial atención a las alusiones mitológicas e históricas. Al comentario le sigue un discurso que abunda en las clásicas defensas de la oscuridad gongorina, fundamentadas en el acopio de autores que escribieron con semejante estilo, así como en la grandeza y deleite que supone el esfuerzo de intelección exigido por sus versos7.

  • 8 Véase Rozas y Quilis, 1961.

7La epístola a Villamediana se centra sobre todo en el neologismo o, como se denominaba en su época, las voces peregrinas. Frente a las censuras que achacaban a este uso el atentar contra la proprietas, Ponce argumenta en su defensa apoyándose en autores latinos y romances que usaron dichos vocablos (incluso el «claro» Lope de Vega), y señalando que es un fenómeno común a todas las lenguas. Además, niega que se trate de una vana ostentación erudita, y defiende la necesidad artística de dichas voces «para significar mejor o con más decencia sus conceptos»8.

  • 9 Para más detalles sobre esta polémica, véanse el panorama histórico y los documentos que ofrece Ent (...)
  • 10 Sobre este proceso, véanse Entrambasaguas, 1967, II, pp. 50 y ss., y Tubau, 2008, 23-38, 203-48.
  • 11 Véanse Entrambasaguas, 1967, I, pp. 337-38) y Tubau, 2008, pp. 28-29. En ese texto, González de Sal (...)

8La figura de Manuel Ponce también aparece en las polémicas literarias que enfrentaron a Lope de Vega con los preceptistas aristotélicos9. Los hitos de esta discusión se hallan en dos textos. El primero lleva el gráfico título de Spongia: censuraba las diferentes obras de Lope y fue publicado por Pedro de Torres Rámila en 1617; el segundo, la Expostulatio Spongiae, es la respuesta que varios amigos del Fénix editaron pocos meses después. La participación de Manuel Ponce en la Spongia aparece vinculada a la de Pedro Torres Rámila, con quien le unía una buena relación y comunes puntos de vista literarios. Así, Ponce declaró varias veces en las informaciones que el colegio complutense de San Ildefonso inició ante la solicitud de una beca por Torres Rámila, y dio siempre una positiva opinión de éste10. Asimismo, elaboró una crítica al discurso de los cálculos de González de Salas, a quien también había censurado Torres Rámila11.

Un comentario inédito de Virgilio

9Este es, a grandes rasgos, el perfil biográfico y literario de Manuel Ponce, de quien damos a conocer ahora uno de sus textos perdidos: la Apología en defensa de Virgilio sobre un lugar de la cuarta Geórgica, por Manuel Ponce, dirigida al Maestro Pedro de Torres Rámilla, colegial en el insigne theólogo de Alcalá. El texto lleva fecha de 1622, y se encuadra en ese grupo de comentarios a lugares difíciles de Virgilio de los que Quevedo había hablado en la Perinola.

  • 12 Entambasaguas, 1967, I, passim.
  • 13 Véase Entrambasaguas, 1967, II, pp. 92-94.

10La autoría de la obra confirma la noticia que en su día dio Quevedo, y se ve reforzada por la amistad que debió de existir entre Ponce y Torres Rámila, de la que da cuenta por extenso Joaquín de Entrambasaguas12. Varios de los datos recogidos en el estudio de Entrambasaguas permiten, aun con prudencia, trazar el contexto aproximado en el que habría sido redactado este comentario filológico. Por lo que atañe a la fecha, Manuel Ponce declaró en noviembre de 1622 que había tenido contacto personal con Torres Rámila cuando estuvo en Madrid, y epistolar cuando residía en Alcalá13. El comentario de Ponce, redactado en forma de carta, sería una de las que dirigió por aquel tiempo a Torres Rámila.

  • 14 Entrambasaguas, 1967, II, pp. 70 y ss.
  • 15 Puede consultarse la cita de Ponce en Entrambasaguas, 1967, II, pp. 85-87.
  • 16 Las recoge Entrambasaguas, 1967, I, p. 406, n. 134 y pp. 408-409, n. 140.

11Como se indicó al principio, en junio de 1622 Manuel Ponce escribió una Relación de las fiestas que se han hecho en esta Corte a la canonización de cinco santos, fiestas en las que se celebraron destacados certámenes poéticos14. En esa relación, Ponce alababa a diversos poetas que no fueron premiados y que defendían principios estéticos afines a la poética aristotélica; uno de ellos es Pedro de Torres Rámila, a quien se refiere en los mismos términos que usa en el título del comentario a Virgilio, también fechado en 1622: «colegial en el insigne Teólogo de Alcalá»15. Según las alusiones vertidas en algunas respuestas a la Spongia16, Torres Rámila habría dejado de explicar gramática en Alcalá en torno a 1618, tal vez para dedicarse con mayor intensidad a la Teología, lo que concordaría con el apelativo que Ponce le atribuye en 1622.

  • 17 Véase Entrambasaguas,1967, I, p. 339 y ss.

12A este contexto cabe añadir dos datos referentes a la intención del opúsculo. Manuel Ponce refuta lo que considera un error del famoso latinista Juan Luis de la Cerda en su comentario a unos versos de la cuarta Geórgica de Virgilio. Como se ha indicado, Ponce dirige su escrito a Torres Rámila. En la Spongia, Torres Rámila había atacado a Juan Luis de la Cerda por sus comentarios a Virgilio, que en su tiempo le otorgaron fama de insigne latinista17. Añádase a lo anterior que Juan Luis de la Cerda fue uno de los autores que defendieron a Lope de Vega en la Expostulatio Spongiae.

Materia y rasgos generales del comentario

13Manuel Ponce centra su comentario en los versos 287-294 de la cuarta Geórgica, donde Virgilio habla del Nilo y las tierras de Egipto. Desde un punto de vista exegético, el texto virgiliano ambienta la ubicación de la práctica de la bugonia, es decir, la generación espontánea de abejas a partir de la carne de bueyes muertos. Esta práctica se antoja una de las mirabilia que los romanos tendían a ubicar en el cercano y al mismo tiempo lejano Oriente, del que Egipto formaba parte.

  • 18 Así, las notas a su Sylva a las Soledades de Don Luys de Góngora son especialmente densas en refere (...)

14La argumentación de Manuel Ponce le lleva a incluir un buen número de referencias eruditas y detalles geográficos de la zona, lo que concuerda con características de otros escritos suyos18.

  • 19 Véanse al respecto, entre otros, Codoñer, 1997, p. 33, y Jiménez Calvente, 2001.
  • 20 Jiménez Calvente, 2001, pp. 46-49, señala diversos ejemplos de este tipo de comentario; entre los p (...)
  • 21 La primera edición de obra virgiliana con comentario de Juan Luis de la Cerda, «Ex collegio Palthen (...)

15Las características del texto de Manuel Ponce responden a la evolución que los comentarios de Virgilio experimentaron en nuestras letras a partir del siglo xv19. En este proceso, la finalidad eminentemente propedéutica del comentario se enriqueció con un mayor sentido crítico y una mayor preocupación filológica por el texto comentado. Éste no será sólo una base que permita aprender gramática latina, retórica, historia o realia, sino que su propia configuración se convertirá en objeto de estudio. El comentario de Manuel Ponce responde a esta orientación, pues su objetivo es la correcta fijación de un pasaje virgiliano. En este sentido, cabe añadir que no pertenece al tipo de comentario general que atiende a la totalidad de la obra y la explica línea a línea. Se trata de un tipo de comentario más especializado, cuyo destinatario es un experto en la materia; su finalidad es explicar algún lugar del texto especialmente difícil, matizando o refutando con frecuencia propuestas anteriores20. Esto es precisamente lo que hace Manuel Ponce al dirigir a Pedro de Torres Rámila su refutación de la lectura que Juan Luis de la Cerda hacía de los versos 287-294 de la cuarta Geórgica21.

16Como procede en una epístola, Ponce comienza dirigiéndose a su destinatario y responde a su petición de explicar el mencionado pasaje de Virgilio, un lugar muy complejo y de difícil interpretación. Ponce cita los versos y desarrolla una tópica captatio benevolentiae donde la humilitas se combina con la ponderación de la dificultad del lugar, para así subrayar el valor de su empeño.

17Pasa luego a enumerar las tres dudas que estos versos de Virgilio suscitan en sus expositores:

Que el Nilo no constriñe las vecindades de Persia por estar muy distantes de su curso («Quaque pharetratae vicina Persidis urget» v. 290).
Que el Nilo no fecunda Egipto con negras arenas, ni es correcto este epíteto para la arena («Et viridem Aegyptum nigra foecundat harena», v. 291).
Que el Nilo no baja de los Indios («Usque coloratis amnis devexus ab Indis», v. 293).

18Esas censuras a los versos de Virgilio se adjudican enseguida a la figura del latinista Juan Luis de la Cerda, famoso por sus comentarios del poeta latino y que, como hemos visto, estaba enfrentado al grupo de Torres Rámila y Manuel Ponce en las disputas literarias de la época.

19Como es preceptivo, Ponce indica a continuación el propósito de su comentario: rebatir las objeciones que Juan Luis de la Cerda había hecho a este lugar de Virgilio, así como su decisión de suprimir el v. 291 («Et viridem Aegyptum nigra foecundat harena», «donde el río fecunda con su negro limo al Egipto verdeante») para así explicar el pasaje como una referencia a dos lugares donde se había restaurado el arte de las abejas: Egipto (tres primeros versos) y Persia (tres restantes). Avanza Manuel Ponce que explicará el pasaje sin suprimir ningún verso, y que demostrará que Virgilio sólo se refirió a una región concreta de Egipto, y no a Egipto y Persia.

20Hasta aquí llega lo que podríamos denominar exordio de la epístola, el cual contiene las clásicas secciones de esta parte del discurso: captatio benevolentiae, definición de la materia, exposición del objetivo y avance de las partes fundamentales en su argumentación (divisio).

  • 22 Ponce denomina «descripción geográfica» y «narración particular» a la que se desarrolla en estos ve (...)
  • 23 Putnam, 1979, p. 272.

21El grueso del comentario avanza explicando verso a verso el pasaje. Su intención es demostrar que Virgilio describió la región concreta de Egipto donde se restauró el arte de las abejas, y que lo hizo con una precisa descripción geográfica que recorría sus diversas partes. Como se ha señalado, este planteamiento se oponía al de Juan Luis de la Cerda, para quien Virgilio se refería en general a Egipto en los tres primeros versos del pasaje, y a Persia en los tres restantes22. Ambos comentaristas disputan sobre la mayor o menor exactitud de las referencias geográficas en el poema. Cabe pensar que las imprecisiones en la descripción del Nilo y de los límites de Egipto respondían al carácter literario del texto, y contribuían probablemente a dotar de sabor mágico, impreciso y un tanto fabuloso la práctica de generar abejas a partir de la carne de bueyes muertos. No podemos olvidar el comentario que Plinio (Epist. 8, 20, 2) desliza sobre Egipto definiendo esta tierra como «miraculorum ferax commendatrixque terra» (‘tierra fértil y propiciadora de maravillas’) y haciéndola en ello análoga a Asia. Por otra parte, el hecho de que Virgilio vincule la bugonia a Egipto, así como la alusión a Alejandro Magno que se encuentra en el verso «Nam qua Pellaei gens fortunata Canopi» («Pues bien: allí donde el afortunado pueblo de la ciudad pelea de Canopo») ―verso que alude a Alejandría, ciudad fundada por el macedonio― podrían tener que ver, según Putnam, con el deseo de evocar la figura del poeta erudito Calímaco. Puesto que Virgilio va a tratar la origo de una práctica, qué mejor que aludir muy sutilmente al poeta alejandrino por excelencia cuya obra cumbre es, precisamente, los Aitía u Orígenes, en la que se da cuenta del nacimiento de costumbres y lugares23.

22Manuel Ponce comienza explicando cómo los tres primeros versos (vv. 287-289) se refieren a la parte occidental de Egipto. Virgilio nombra la ciudad portuaria de Canope, cercana al delta del Nilo, y hace referencia a los campos de Alejandría mediante los phaselos, navíos creados en la ciudad de Phaselo y con los que se navegaba por aquellas tierras. Ponce documenta su propuesta con acopio de autoridades, procedimiento que reiterará a lo largo de todo el comentario.

23El verso cuarto de la serie (v. 290) se referiría a la parte oriental del Pelusio. De nuevo el acopio de autoridades se usa para demostrar que en esa zona el curso del Nilo estrechaba el istmo y hacía esta zona muy cercana a Persia, tal y como Virgilio decía en su verso «Quaque pharetratae vicina Persidis urget» («en aquel lugar donde la proximidad de Persia, nación que usa la aljaba, ha generado un clima de amenazas»).

24Aspecto muy importante es defender la necesidad del quinto verso del pasaje, aquel que De la Cerda había propuesto suprimir (v. 291: «Et viridem Aegyptum nigra foecundat harena», «donde el río fecunda con su negro limo al Egipto verdeante»). Para Manuel Ponce, Virgilio nombraría la parte de Egipto que limita con Etiopía. La voz foecundat aludiría a que el Nilo, tras discurrir encajonado en cascada por los montes de Libia, dilataría su cauce por los campos de Menfis, inundando y fertilizando las tierras con su caudal. A ello se habría referido también la controvertida expresión nigra harena: De la Cerda censuraba el epíteto nigra; Ponce indica que es una metonimia por el limo que arrastra el cauce del río y que fertiliza los campos, y apoya su opinión en diversos autores que calificaron esta zona con similares términos.

25El comento prosigue con el sexto verso (v. 292: «Et diuersa ruens septem discurrit in ora», «y se precipita al mar dividido en siete diferentes bocas»). Según Ponce, se refiere a toda la tierra intermedia entre las siete bocas del Nilo, algo lógico pues en los cinco anteriores se habría aludido a los límites de esa región. Refuta así la opinión de Juan Luis de la Cerda, quien afirmaba que ese verso se refería a la zona de Persia por donde termina el Indo. Manuel Ponce aduce además el verso siguiente a la serie comentada (v. 294: «Omnes in hac certam regio iacit arte salutem»,«toda esta región deposita su esperanza de segura salvación en este arte») como una prueba más de que el poeta estaba describiendo una región y no dos.

26Según De la Cerda, el último verso del pasaje (v. 293: «Usque coloratis amnis devexus ab Indis», «tras haber bajado de las tierras de los pintados Indios») se referiría a la India Oriental. Para Manuel Ponce describe la zona de Etiopía por donde el Nilo baja en cataratas y entra en Egipto. Lo demuestra con la explicación de varias voces; así, indis coloratis nombraría a los etíopes, y Ponce reúne autoridades que usaron las voces India e indios para referirse a Etiopía y sus habitantes; coloratis (‘negros’) respondería a la común creencia de que los etíopes eran de ese color al haber sido abrasados por los rayos del sol.

  • 24 La descripción de España recorre los diversos reinos peninsulares y delimita sus fronteras; la bíbl (...)

27Tras el grueso del comentario, Manuel Ponce se centra en refutar la censura de Juan Luis de la Cerda sobre el quinto verso de la serie (v. 291: «Et viridem Aegyptum nigra foecundat harena»). De la Cerda, como queda dicho, criticaba en este verso el uso del epíteto nigra para referirse a la arena, pero también la presencia de la voz Aegyptum, que desvirtuaba la descripción perifrástica, porque ésta implicaba la eliminación del nombre de la cosa descrita (en este caso, Egipto); en consecuencia, proponía suprimir el verso para una mejor comprensión del pasaje. Abundando en su anterior explicación sobre la necesidad del verso, Ponce indica ahora que no se trata de una descripción perifrástica y general de Egipto, pues para ese fin le hubiese bastado a Virgilio con cualquiera de los versos del pasaje menos el cuarto y el séptimo. Lo que Virgilio había pretendido era una descripción geográfica que avanzase por las diferentes partes de la región, según Ponce había intentado demostrar en la parte anterior de su comentario. En ese marco, la voz Aegyptum resultaba perfectamente lícita al referirse al todo que las engloba. A ese razonamiento añade como ejemplos una descripción similar de España y otra de Egipto incluida en la Biblia24, y remite al final del texto, donde se incluye el dibujo de un mapa de la región de Egipto sobre la que se discute.

  • 25 Entre otras cualidades vinculadas a las labores agrarias, este dios menor poseía el dominio de la a (...)

28A modo de colofón, el comentario se cierra recapitulando sus dos ideas fundamentales: que el quinto verso es imprescindible para la correcta comprensión del lugar, y que Virgilio se refirió a una sola región de Egipto, y no a Egipto y Persia. Al hilo de la primera idea, Manuel Ponce vuelve a subrayar, como hiciera en el exordio, el reconocimiento que merece su labor en contraste con un expositor de la talla de Juan Luis de la Cerda. Al hilo de la segunda conclusión, Ponce añade como nuevo argumento la fábula de Aristeo25, y lo acompaña de un nuevo acopio de autoridades que apoyan su idea de situar sólo en Egipto el pasaje virgiliano.

El problema ecdótico del pasaje

  • 26 Keightley, 1847, p. 346.

29El pasaje de las Geórgicas de Virgilio merecedor del comentario de De la Cerda y de la enmienda de Manuel Ponce, ofrece una dificultad de partida que ha originado cierta tradición de comentarios. En 1622, Manuel Ponce ponderaba la magnitud de su intento aludiendo a la dificultad del pasaje para los estudiosos: «permítase a los desbelos humanistas, si no a la diciplina de la crítica enseñança, la exposición de lugar que tantos an juzgado inaccesible» (f. 132). En 1847, Thomas Keightley afirmaba sobre el mismo: «There is no passage in Virgil which has given critics more trouble than this»26.

  • 27 Thomas, 1988, p. 199.
  • 28 A pesar de que el Mediceo es el códice preferido por los humanistas, parece que en este punto no se (...)
  • 29 Thomas, 1988, p. 199, quien añade: «It clearly belongs after 293, whence it was perhaps displaced ( (...)
  • 30 Keightley, 1847, p. 347.
  • 31 Heyne, Publius Virgilius Maro uarietate lectionis et perpetua adnotatione illustratus, Bucolica et (...)
  • 32 Así, por ejemplo, sucede en las ediciones de obras de Virgilio impresas en Venecia, 1508 y 1537; Gr (...)

30El problema, tal como lo sintetiza Thomas27, nace de la disparidad de los principales testimonios manuscritos de la obra virgiliana, que presentan el verso que consideramos 291 («Et uiridem Aegyptum nigra fecundat harena») en lugares distintos: «In the three major mss 291 is found in three separate places —following 290 in the Palatinus, 292 in the Mediceus28, and 293 in the Romanus»29. Ello llevó a algunos editores a ver el verso 291 como una interpolación y a querer enmendar en el sentido propuesto por De la Cerda, es decir, eliminando el molesto hexámetro. Keightley, por ejemplo30, considera sospechosa la totalidad de los versos 290-293, sumándose en ello a los recelos expresados ya antes por Heyne y Wagner en sus ediciones31, si bien estos se limitaban a dudar de la editabilidad de los versos 291 y 292, o del trío 291-293, respectivamente. El motivo para los tres editores es el mismo: los versos sospechosos habrían sido puestos por Virgilio (o por un crítico que los habría tomado de otros poemas virgilianos) al margen de su copia autorial en señal de duda, e incorporados posteriormente por mano de un gramático. Como se ha visto, la postura de Manuel Ponce es mucho más conservadora, y más cercana a la de los editores actuales: mantiene el verso como 291, lugar que ocupa en el códice Palatino y que era habitual en las ediciones que circulaban en su tiempo32.

  • 33 Síntesis de este tema en Piccirillo, 1985: la editio princeps virgiliana, aunque el volumen no pres (...)
  • 34 Servii Grammatici qui feruntur in Virgilii carmina commentarii, 287: «PELLAEI CANOPI Canopus ciuita (...)
  • 35 Véase Castano Musicò, 1990.

31Ignoramos en qué momento de las ediciones virgilianas33 comenzó a plantearse el problema. El comentario clásico a Virgilio, el de Servio, no indica en este punto problema alguno, y parece guiarse por la disposición del códice Palatino. Servio se limita a comentar en los versos anteriores cuestiones toponímicas y, en este verso concreto, el uso del calificativo «nigra» aplicado a «harena»34. Tampoco hacen referencia a estas cuestiones el comentario de Valerio Probo, ni los de Poliziano35, Landino, Mancinello, Badio Ascensio, Nebrija y Germano. En todos ellos predominan las indicaciones sobre fuentes y realia. Una de las primeras referencias a este problema debe de haber sido la de Pierio Valeriano en sus Castigationes et varietates virgilianae lectionis (1521), consideradas el germen del aparato crítico de variantes de los manuscritos virgilianos y el comentario más relevante desde el ángulo de la crítica textual. Al referirse al verso «Et viridem Aegyptum nigra foecundat harena», Pierio indica: «Versus hic Romano codice, locum habet post versum, vsque coloratis, hoc scilicet ordine (‘Este verso, en el códice Romano, tiene su lugar después del verso vsque coloratis, es decir, según este orden:’). / Quaque pharetratae vicinia Persidis vrget. / Et diuersa ruens septem discurrit in ora, / Vsque coloratis amnis deuexus ab Indis. / Et viridem Aegyptum nigra foecundat arena» (f. 134v).

  • 36 Mynors, 1969. También defienden este orden otros muchos editores y filólogos, como Keightley, 1847, (...)

32A los ojos de los editores de hoy, la eliminación del problemático verso propuesta por De la Cerda parece, como en su tiempo a Ponce, innecesaria. Por lo que respecta a su colocación, la edición escolar tal vez más manejada hoy en día de las Geórgicas36 presenta los versos numerados como 287-294 siguiendo la disposición del códice Romano, es decir, un orden donde el verso en cuestión se transpone de forma poco traumática en relación con su colocación en otros manuscritos:

Nam qua Pellei gens fortunata Canopi
Accolit effusso stagnantem flumine Nilum,
Et circum pictis vehitur sua rura phaselis:
Quaque pharetratae uicinia Persidis urget,
Et diuersa ruens septem discurrit in ora
Usque coloratis amnis deuexus ab Indis,
Et uiridem Aegyptum nigra fecundat harena,
Omnis in hac certam regio iacit arte salutem.

Descripción bibliográfica del ejemplar

33A continuación ofrecemos la transcripción bibliográfica del volumen donde se encuentra el comentario de Manuel Ponce. Queremos agradecer expresamente a John O’Neill y Vanessa Pintado, de la Hispanic Society of America, las facilidades y ayuda que nos han proporcionado.

34Hispanic Society of America, New York.
Ms. HC 371/230
138 folios numerados modernamente a lápiz en la parte central del margen derecho, más cuatro recortes sueltos numerados 152bis, 166bis y 173bis (hay dos papeletas numeradas 173bis, con diferentes contenidos). En algún caso se conservan restos de la antigua numeración original de las diferentes obras que reúne el facticio. Algunas obras llevan también un número a lápiz en la parte superior derecha, que las ordena en una serie hasta la nº 21 (estos números no son los mismos que Rodríguez-Moñino y Brey, 1965, I, pp. 407-408, dan en su descripción bibliográfica del manuscrito, pues ellos sólo numeran las obras en verso, y marcan con un asterisco aquellas escritas en prosa).
Existen folios en blanco entre algunas obras; por ejemplo, tres en blanco entre la apología inicial a Olivares (ff. 1-4) y el siguiente poema. Se detallan estos casos en la descripción del contenido.
Dimensiones 15 x 21cm.
Encuadernación en pergamino, con correíllas. En el lomo: Varias Poesias. Seria[s]. Y Sat.[íricas].
Volumen facticio con letras de varias manos del siglo
xvii y del xviii (algunas composiciones también son de esta centuria). Está suelto el cuaderno entre los folios 149 y 156.

35Papeles de diferente procedencia, como atestiguan las filigranas que se aprecian en algunos casos. Las más frecuentes son los tres círculos verticales con grifos y corona, los tres círculos verticales con creciente horizontal y corona, los tres círculos verticales con creciente horizontal y cruz y la cruz latina en escudo, que se advierten en numerosos documentos del siglo xvii y xviii (véase Collection of watermarks traced from Spanish manuscripts and printed books, 1328-1795, Hispanic Society of America, ms. B1194, pp. 173-190; véase también Plata, 1997, pp. 57-60 y nº 1-16, 17-28 y 29-38, para diversas precisiones cronológicas). Por lo que se refiere a la Apología escrita por Manuel Ponce, registra dos tipos de filigrana: la más frecuente (ff. 133-142, 133-141, 136-139, 137-138) son los tres círculos verticales con creciente horizontal y cruz; en el círculo central aparece la inscripción 6D (no se aprecia con absoluta claridad, pero sí parece a la luz de los ff. 134-141), y en el inferior la letra C. Los ff. 146 y 147 se han cosido aparte, y registran como filigrana tres círculos verticales con corona; en el interior del círculo superior aparece una cruz, y en el del inferior una n. Filigranas muy semejantes se registran (Collection of watermarks…, pp. 183 a 185) en documentos del siglo xvii; Plata, 1997, pp. 58-59, nº 17-28 y 58, señala que este tipo de filigranas son frecuentes en el xvii, especialmente en el último cuarto, y también en la primera mitad del xviii.
Filigranas menos frecuentes en el manuscrito son las cruces en ovoide, el sol, la corona con AR en la parte inferior, el nombre DVPVI y la flor de lis.

36En las guardas del comienzo lleva pegados el ex libris con el escudo y la indicación de pertenencia a la Biblioteca de Don Antonio Cánovas del Castillo, así como una nota impresa del librero alemán Karl W. Hiersemann donde describe el volumen. Hay otra hoja de guarda al final. Al final de la Apología escrita por Manuel Ponce se incluye un mapa de la región del Nilo sobre la que Ponce trata en su comentario de Virgilio; este mapa está dibujado por la misma mano que copió la obra, en un papel de mayor tamaño que ha sido plegado.

37Contenido:

-[en prosa] ff. 1-4: Apoloxia Al Conde-Duque de Olivares D.n Gaspar de aro y Guzman: «Nazio Dn Gaspar en Roma […] por cuya caussa dejo de enviar socorro a tiempo».
-3 hojas en blanco [con una breve anotación sobre un rezo en el vuelto de la tercera]
-ff. 5-6: Laméntase la corte dela dela [sic] desigualdad con que obra la justicia anteponiendo la pasion a la razon: «O miserable España, / pues as llegado a tiempo […] y una perlis, por quien / está con perlesía todo el Reyno».
-f. 6v en blanco
-f.7: A la Creación de Gentiles hombres de Camara: «A el Antón sin Mrn. hixo del recto / A el fresnillo con ojos de Aceituna […] para un ojo de camara u de culo / un manoxo crio de doze llaues»
-f 7v en blanco
-1 hoja en blanco
-f. 8: «Digame Don Juan Thomas / con quanto valor se halla […] oropesa se ha azercado / y la Reyna esta contrita».
-f. 8: «A peso de oro se toma / que Oropesa aya venido […] porque aun faltan por rozar / muchas Matas, de Matilla».
-f. 8v en blanco
-1 hoja en blanco
-f. 9: «Que a la Berlips le den cincuenta mill / que Archipanpano hagan al Barbon […] que valga un Real de aocho cada par / de todo aquesto que se le da al Rey?»
-f. 9v en blanco
-1 hoja en blanco
-ff. 10-18v: Cierto Papel Muy Curiosso. 1642. Lo que contiene este papel siguiente hasta donde empieza otro genero de verssos le hizo antes que al marques de Villena sele despojasse de su gobierno: «No sse que mussa en mi favor ymboque / Para que me descoques […] y de tu vida misero cabo / Misericordias Domine Cantabo».
-f. 18v-19: Otras: Vino sin saber por donde – Vn conde / Emuio para aliuio el Rey – Virrey […] si no es que quiera después / cuchillo soga o beneno».
-ff. 19-19v: Soneto. Al Ex.mo Señor Marques de Villena: «Desvelasse en pensar el mas curiosso / y pierde el juiçio el mas agudo sauio […] nombrando a Salvatierra por Caudillo / que se te vengara destos traidores».
-f. 19v Soneto: «Ya soberbio Luzbel de tu Arrogante / Con estrepito orrendo ynopinado [...] Que un soberbio si riscos apeteze / precipicios aspira ñeque pereze».
-ff. 19v-20v: Otros: «Sancto Obispo Saluo sea el lugar / vana la gloria […] a dar graçias va a la Virgen / y yo otro ñudo a la bolssa».
-f. 20v: «Palafox Mirad Por Vos […] y el borde ariça es traydor».
-f. 20v: Otro. «Mirad Por Vos Salvatierra […] os ha de he char de la tierra»
-ff. 20v-21: Soneto: «Cansado el tiempo ya de desengaños / en el credito humano no advertidos […] con el mesmo poder de lo que pudo / a sus mesmas desdichas haze amparo».
-f. 21: Otra: «Advierte Conde el ardid / Pues dios te a dado Talento […] que es vid que rinde por fruto / viuir sin dexar viuir».
-f. 21v en blanco
-1 hoja en blanco
-ff. 22-24: A la mayor hazaña de Alexandro Magno. Romance: «El magno Alexandro aquel / cuyo valor cuyo orgullo […] que esta sugeto a un engaño / el monarcha como el vulgo».
-f. 24v en blanco
-ff. 25-27v: Jornada de Ballecas a M.d al Motin de 28 de Abril de 699.: «A la media noche / dos que de Ballenas […] y asta otra jornada / se acabó con esta».
-f. 28: «Vnos desbragados / los culos de fuera […] al mejor obispo / saco ala vergüenza».
-f. 28v. en blanco
-ff. 29-32: Habla Sócrates teniendo en la mano el vaso de cicuta que hauia de veuer a cuia muerte le condenaron porque burlaua de la multitud de los Dioses y dezia que no hauia mas que vno: «Salve Athenas, o tu mil veces grande / de cuyos primitivos esplendores […] y cadáver falaz de los sentidos […] burló a la muerte su constancia el golpe».
-f. 32v en blanco
-ff. 33-37v: Camino de Caramanchel Perico y marica bueluen a el: «Perico y marica / por quien todos claman […] que Madama Yle / hermano desgracias».
-f. 37v: Despues de trasladado este Papel vi esta Copla que es la que se sigue. Despues de trasladado este Papel vi esta Copla que es la que se sigue: «Quien de España es flor de lis / la perlis […] que a España le han destruydo / la perlis, el coso, y vanos».
-ff. 38-41v: Camino de Caramanchel Perico y Marica bueluen a el: «Perico y Marica / por quien todos claman […] que Madama ile / hermano Desgracias».
-2 hojas en blanco
-ff. 42-43: De los siete Angeles Principes. Hymno. En la columna derecha se traduce al castellano el himno que figura en latin en la columna izquierda de los folios:] De Septem Principibus Angelorum, Hymnus: «En el Reyno luciente / callo suspenso el celestial senado […] unigenito de el Padre / de verdad y gracia lleno».
-f. 43v: Soneto con estrambote: «Dichoso el hombre que logro sus años / en verde monte y campo solitario […] Muestran que es menos riesgo y sobresalto […] vivir en tierra, que morir tan alto».
-ff. 44-48v: Parafrasi y declaracion del Psalmo Miserere mei: «Señor omnipotente / Mi gloria y mi consuelo en los enojos […] El nombre honrrado sea / en quanto el tiempo, en quanto el sol rodea».
-[en prosa] ff. 49-49v: Copia del Decreto en que se degrado y descaratheriso a Valenzuela: «No hauiondo concurrido con las mercedes […] En Buen Retiro a 27 de henero de 1677».
-[en prosa] ff. 50-51: Carta del Papa al Rey nro. Señor: «Hijo mio mui amado en Xpto […] en Roma en el dia 11 de Marzo de 1677 y de mi pontificado en el primero».
-f. 51v [en blanco]
-ff. 52-55v: Perico y Aneta Archiducal Matraca Lusitana: «Perico y Anneta / los dos estafermos […] hecho un Satanás / y un demonio hecho».
-f. 56: Memorial al Rey nro. Señor en su entrada en Madrid. Soneto: «Sea en buen ora V. Majestad / venido al alto solio de Madrid [...] la codicia en los gefes, comun sed / y el trono de los Reyes, ataud».
-f. 56v: en blanco
-f. 57: Al hauer solicitado el Rey de Portugal la diuision de España en provincias: «Hasta el pulga de Reyes tiene tos / figura de apostar, si es sota o Rey […] no haga reir a Felipe de Borbon / un Duque de Verguenza Portugal».
-f. 57v: en blanco.
-f. 58: Coplas echas por un fino Botifloro, estando preso en un Calabozo del Castillo de Xatiua: «Cuydadico fanaticos tristes / que Borbon ya uiene como General […] pues rezadle el Rosario a su cuenta / que bien apañados os a de dexar. Oid, escuchadelle».
-f. 58v: en blanco.
-1 hoja en blanco.
-ff. 59-65: Pintura Del Reyno de Galicia: «Tiene la Tierra vn mal rrincón obscuro / y vn sitio triste; el qual pintar procuro […] y con el agua, y aire, que el arroja / la Pluma buela, y el Papel se moxa».
-f. 65: Dezima al propio asumpto: «O sangre hidalga, que yo / mondonguera la he llamado […] que el Diablo y los Sacerdotes, / lleban el Reyno al Abismo.
-f. 65v: en blanco.
-1 hoja en blanco.
-ff. 66-73v: Coplas. Para Coplas escrutinio Recto: «Yo el Tuerto Julian / a quien ya le han puesto […] paguemos a Dios / los debidos feudos».
-[en prosa] ff. 74-110v: Copia de lo que el Cardenal D.n Fran.
co de Mendoza y Bobadilla Arcobispo de Burgos escriuio y dio en Minutta al Rey D.n Felipe 2º porq.e hauiendole negado dos auitos a sus sobrinos hijos del Marq.s de Cañete su hermano por dezir que se dezia no eran Limpios por vn Abolengo quiso sinificar a su Mag.d que por esa Causa se harian [sic] de negar a todas las Casas Ylustres de España que tenian cosas semejantes sin que les costase p.a nada: «Primeramente todos los que dezienden en Portugal y en Castilla de Fernando Alonso de Toledo […] del arzobispo Dn Alonso Carillo, que tuuo a Huerte y se llamo Duqe de Huerte tuuole una Morisca».
-1 hoja en blanco.
-[en prosa] ff. 111-130v: Linajes de Castilla y Portugal: «Primeramente todos los q descenden de Hernando Alfonso de Toledo […] y en estos colegios ha hauido muchos confessos».
-[en prosa] ff. 131-148: Apología en defensa de Virgilio sobre vn lugar de la quarta Georgica por Manuel Ponze dirigida al Maestro P.
o de Torres Ramilla collegial en el insigne Theologo de Alcala. MDCXXII
f. 131: Portada, f. 131v: en blanco, ff. 132-147: texto, 1 hoja en blanco, f. 148: mapa plegado, f. 148v: en blanco.
-[en prosa] ff. 149-183v: «El Dr. D. Esteuan de Aguilar y Zúñiga, testigo presentado, y jurado en 8. de febrero del año. de 1675 […] porque les era estoruo a sus desordenados deseos, y ninguno tuuo atreuim
to para poner nota alguna en su santidad». [Copia de declaraciones de testigos presentados en 1675 en el proceso para la causa de la Beatificación «que se pretende del gran sieruo de Dios D. fr. Fran.co Ximenez de Cisneros», con numerosas notas marginales, tachaduras y correcciones; los folios correspondientes llevan numeración propia a tinta y en la parte superior izquierda; se numeran del 1 al 33) y después hay dos folios sin numerar; por error de encuadernación, los folios 24, 25, 26 y 27 han sido colocados después del 33 y antes de los dos no numerados. De la misma mano, y en pequeñas papeletas recortadas, se introducen textos entre los ff. 4v-5 (moderna 152v-15r, por lo que se numera a lápiz 152bis), 18v-19 (moderna 166v-167, se numera a lápiz 166bis), 29v-30 (moderna 173v-174, se numera a lápiz 173bis; dos recortes con esta numeración, con diferentes contenidos)].

Transcripción del texto

38Transcribimos a continuación el comentario de Manuel Ponce. Desarrollamos en cursiva las abreviaturas, que en su mayoría corresponden a monosílabos y desinencias verbales. En los nombres de autores y obras literarias, muy frecuentes en el texto, sólo se han desarrollado aquellos que abreviados podían resultar de difícil comprensión, a fin de no sobrecargar de cursivas la transcripción. Esas informaciones se completan en nota, donde recogemos nombres de autores y obras menos conocidos. Cuando restituimos alguna clara errata del manuscrito, se indica en el texto.

39Al lado de los textos en lengua latina ofrecemos, entre paréntesis, su traducción al castellano, que no aparece en el manuscrito. Cuando esa traducción es nuestra, va entre comillas simples; se usan las comillas dobles cuando la traducción corresponde a una edición que, en esos casos, se recoge en la bibliografía.

40Se respeta la división en parágrafos del manuscrito. Por lo que se refiere a la división de palabras, se han corregido los casos, no muy frecuentes, en los que era incorrecta, tanto en latín como en castellano. La puntuación y acentuación se han modernizado para facilitar la lectura.

41Hemos restringido las notas al texto a pocos supuestos. Con ellas se marcan algunas particularidades gráficas del manuscrito, así como las anotaciones que contiene en los márgenes de sus folios. También se indican algunas discrepancias de sus lecturas en relación con las que ofrecen las ediciones antiguas o más autorizadas de los diversos autores de cuyas obras se citan pasajes. Las notas filológicas y otros pormenores del estudio introductorio se incluirán en la edición que estamos preparando.

[f. 131] Apología en defensa de Virgilio sobre un lugar de la quarta Geórgica, por Manuel Ponze, dirigida al Maestro Pedro de Torres Rámilla, collegial en el insigne theólogo de Alcalá

42MDCXXII

43[f. 131v, en blanco]

44[f. 132] Quando las sombras de la Antiguedad remota ocultaron regiones dilatadas a la vniuersal notiçia de los que escribieron en ella, sin raçón intentamos entero conozimiento de sus escriptos, y justamente debemos estimaçiones a los que en lo profundo de tantas dificultades allan alguna sonda con que medirlas. Propóneme vm la que ponderan tantos varones insignes sobre estos siete versos de Virgilio en la quarta Geórgica, vers. 287 hasta 294:

  • 37 Ed. Mynors: uicinia

Nam qua Pellaei gens fortunata Canopi
Accolit effusso stagnantem flumine Nilum,
Et circum pictis vehit
ur sua rura phaselis:
Quaque pharetrat
ae vicina37 Persidis urget,
Et viridem Aegyptum nigra foecundat arena,
Et diuersa ruens septem discurrit in ora
Vsque coloratis amnis devexus ab Indis.
(«Pues bien: allí donde el afortunado pueblo de la ciudad pelea de Canopo habita las marismas que forma el Nilo al desbordarse sus aguas, recorriendo los campos en barcas decoradas, en aquel lugar donde la proximidad de Persia, nación que usa la aljaba, ha generado un clima de amenazas, donde el río fecunda con su negro limo al Egipto verdeante y se precipita al mar dividido en siete diferentes bocas, tras haber bajado de las tierras de los pintados Indios»).

  • 38 Ms.: padra
  • 39 Y mándame decir (…) confiança: clásico ejercicio de captatio benevolentiae por el que Ponce se mues (...)
  • 40 atribuyendo la culpa de corta diligencia al superior ingenio de el autor: Ponce se dispone a esclar (...)

45Y mándame decir mi sentimiento, juzgando que la sufiçiencia que me atribuie su favor podrá38 haçer el efecto que si fueran iguales sus quilates en mi talento a los que me concede su confiança39. Pueda en mí su preçepto lo que no consiguiera mi cuidado, aun persuadido de tener algún premio en la inteligençia de lugar tan difícil. Y pues lo sagrado de sus atençiones no debe inclinar los ojos a las humanas tinieblas, permítase a los desbelos humanistas, si no a la diciplina de la crítica enseñança, la exposiçión de lugar que tantos an juzgado inaccesible, atribuyendo la culpa de corta diligencia al superior ingenio de el autor40.

46Hallan los expositores tres dudas en estos versos:
[f. 132v] La primera, que el Nilo no constriñe las veçindades de Persia por estar muy distantes de su curso. La segunda, que no fecunda el Egypto con negras arenas ni se puede dar propiamente este epítheto a la arena, que es blanca o rubia.
La terçera, que no baja de los Yndios este río, y que en estas dos partes erró la geographía el Poeta.

  • 41 Ms.: Pe. En adelante no se desarrolla la abreviatura.

47El Padre41 Juan Luis de la Zerda, expositor de Virgilio, pone estas tres dificultades, siguiendo en la exposiçión de estos versos nuebo camino, y assí empieza su comento en estas palabras: «Explicabo septem versus, ut nemo hactenus explicuit. Rationem reddam in 1. Nota: est enim locus iste difficillimus. Ergo scripturus Poeta artem qua ex caeso boue apes reparantur, primo, locum describit, ubi ars haec initium habuit. Is locus duplex est Aegyptus, et Persia. Tres primi versus, Aegyptum signant, tres alii Persidem» (‘Desarrollaré los siete versos como nadie lo ha hecho hasta ahora: daré el motivo en 1. Nota: pues es ese un lugar dificilísimo. Así que, al ir a describir el poeta la técnica mediante la que se recobran las abejas a partir de un buey muerto, en primer lugar describe el lugar donde tuvo sus inicios esta técnica. Este lugar es doble, Egipto y Persia. Los tres primeros versos significan Egipto; los otros tres, Persia’).

  • 42 Ed. De la Cerda: qui
  • 43 Ms: epithei
  • 44 La i inicial pudiera inducir a confusión con e, pero es semejante a la i que puede encontrarse en v (...)
  • 45 [En el margen derecho del f. 133, precedido de un asterisco, se lee lo siguiente]
    Fridericus Taub- / (...)

48Después de proponer esta opinión, dice que significó el Poeta el Egipto por el Nilo y la Persia por el Yndo, y para seguir este intento quita este verso a Virgilio: «Et viridem Aegyptum nigra foecundat arena», con lo qual explica los otros seis de la manera propuesta; y puniendo las dudas, dice: «Si omnes versus de Aegypto, et Nilo capiantur qui Persis vicina est Aegypto aut Nilo cum tota Arabia sit intersita?» (‘Si se ocupan todos los versos de Egipto y del Nilo, ¿cómo es Persia vecina de Egipto o del Nilo, cuando está metida por el medio toda Arabia?’). Aquí nos manda ver las inscripciones para que alcancemos luz. Veremos [f. 133] en obediençia las descripciones y mapas, no sólo las inscripçiones. La negra arena queda ya reprobada antes de esto por el mismo autor donde diçe: «Deinde in explicando illo, nigra arena, docti sudant. Nam si arena quae42 nigra? Et si nigra certe limus, non arena. Et quidem de Nilo limum dicunt omnes, non arenam et quale est, epithe(t)i43 huius Virgilium neminem habuisse imitatorem44 (‘De ahí que, al explicar aquello de la «negra arena», los eruditos sudan. Ya que, si es arena, ¿cómo va a ser negra? Y si es negra, ciertamente es limo, no arena. Y es que acerca del Nilo todos dicen limo, no arena, y tal cual está, Virgilio no tuvo imitador alguno de este epíteto’). Y después de auer esforçado sus raçones, añade la última duda, que no viene de los Yndios el Nilo: «Ex dictis efficio posteriores tres versus non posse capi de Nilo, quia neque vicinitas Persidis Aegyptum urget, neque Nilus ortum ab Yndis habet»45 (‘A partir de lo dicho concluyo que los tres últimos versos no pueden tratar del Nilo, porque ni la vecindad de Persia amenaza a Egipto, ni el Nilo tiene su nacimiento en los Indios’).

  • 46 los seis versos que dexa: se refiere a los seis versos de que constaría el pasaje de las Geórgicas (...)

49Doctíssimamente expone conforme a esta opinión los seis versos que dexa46, cuia autoridad venero y estimo como de tan gran maestro. Y confiesso que mi intento no es oponerme a su exposiçión, sino explicar el lugar sin quitar el verso, y que todos siete se entiendan sólo de la tierra de Egypto, mirando a diuersa luz la inteligençia de el lugar que tanto careçe de ella, en cuya conformidad diçe el mismo expositor: «Dedimus enim lucem loco difficillimo poetae, et nescio an alius in eo difficilior» (‘Pues dimos luz a un lugar dificilísimo del poeta, y no sé si hay otro en él más difícil’). De suerte que entre tantas tinieblas a que no intentaron dar luz los ingenios y estudios de tan graues expositores, justamente podrá estimarse el intento que nos guía, si no sale frustrado en la execución.

  • 47 [En el margen inferior izquierdo del f. 133v, precedido de un asterisco, se lee lo siguiente]
    Leonis (...)

50[f. 133v] He creído que en estos versos fue el intento de Virgilio describir la tierra de Egipto no por descripción periphrástica, ni toda la prouincia comprehendida en el curso de el Nilo que la atrauiessa, sino con narración particular de cada vna de sus partes, descriptas por sus propios nombres o vsando en alguna de ellas períphrases adequados para su inteligencia y conoçimiento, de manera que quedasse descripta aquella región por las ciudades que son términos suyos, como Alexandría, el Canopo y Pelusio, vecinas al Mediterráneo, y por el curso de el Nilo por donde discurre por siete braços hasta donde vajando de Ethiopía entra en Egipto, mas no por descripción vniuersal, ni significando el curso de el río para describir la tierra donde fue reparado el vso de las auejas. Esta verdad se prueba con el mismo texto, si se mira con atençión, con el qual empeçó el Poeta describiendo la parte de el Egypto donde se termina con el mar por la de el occidente: «Nam47 qua Pellaei gens fortunata Canopi» cuya descripción es geográphica, nombrando en ella la ziudad de Alexandría como adjetibo de los canopes y la isla de Canopo, términos de aquella región. Plin. l. 5. cap. 10: «Sed iure laudetur in litore Aegyptii maris Alexandria, ab ostio canopico 120 passuum ettzª.» (‘Pero con razón cítese que en la costa del mar de Egipto está Alejandría, desde la boca canópica 120 pasos etc.’), en lo qual no ay [f. 134] períphrasis alguno. Y continúa en los dos versos siguientes:

Accolit effuso stagnantem flumine Nilum
Et circum pictis vehit
ur sua rura phaselis

  • 48 [Al margen derecho del folio se lee] Ludovicus · / Cerda

describiendo la tierra adentro, donde en los campos de Alexandría esparçe el río su corriente y, rebalsado antes de entrar en el mar, inunda las tierras y las haçe piélagos*48 en que nabegan con pintados vaxeles. Herod. l. 2: «Hoc cum contigit non iam per alueum fluminis sed per medium campi nauigatur» (‘Cuando esto sucede, no se navega ya por el lecho del río, sino por el medio del campo’).

51Achillis Alexandrini. l. 4.: «Nam cum eam omnem Nilus inundauerit paludes efficit, quae deinceps illo etiam abeunte remanent, minus quidem aquae continentes, sed limo multo refertae, per quas cum pedibus feruntur, tum et naviculis, non sane maioribus quam ut singulos vectare possint. Quod siquando aquam deesse contingat, sublatam humeris nauiculam asportant quovsque aquam inueniant» (‘Pues cuando la inunda toda el Nilo causa lagunas que después, al retirarse, quedan, y contienen, cierto es, menos agua, pero están cubiertas de abundante limo, por medio de las cuales van a veces a pie, a veces también en pequeñas barcas, no mayores que las que pueden transportar a un solo pasajero’).

52Eran estos nauíos llamados Phaselos de Phasela, ciudad de Pamphilia donde fueron inbentados, capaçes de llebar velas y remos. Todo se prueba en Lucano, donde llama assí la naue de Amicles, l. 5. verso. 518: «Et latus inuersa nudum munita phaselo» («Y su costado desnudo estaba protegido por una canoa invertida»). Y donde dice que Phasela fue la primera ciudad donde tomó puerto [f. 134 v.] Pompeyo quando fue nauegando a Egipto, l. 8. v. 250:

  • 49 Ed. Lucano, vv. 251-252: parua Phaseli, / Magnus adit

_________Te primum parua Phaseli
Magnus addit
49.
(«Magno se dirige primero a ti, pequeña Faselis»)

  • 50 [Al margen izquierdo del folio se lee] Catuli / Phaseli / Laus / _______ / Naviculae / testaceae / (...)

53Desta ziudad haçen mención Herod. en el fin de la Euterpe, Plin. l. 5. c. 27, Eutropio en el principio de el 6. l. de su epíthome, y otros muchos autores50. De estos nauíos Horat. l. 3 od. 2 al fin, y Jubenal en la sátira 15 vers. 127 expresamente nos repite a Virgº.:

Paruula fictilibus solitum dare vela phaselis
Et breuib
us pictae remis incumbere testae
(«Acostumbrado a izar minúsculas velas en chalupas de arcilla
Y a inclinarse sobre los cortos remos de un cascarón de barro pintado»),

  • 51 Ms.: Alexa. En adelante no se desarrolla la abreviatura.
  • 52 Ms.: Juº. En adelante no se desarrolla la abreviatura.
  • 53 Ms: turban

donde trata de el Egypto y de estos mismos nauíos, en cuya explicación se prueba que los egipcios que habitaban la tierra de Alexandría51 y el campo navegaban en ellos. Dice Juan52 Británico en su comento: «Tradit enim Strabo ad Canopia quedam solemnia ingentem turbam53 per fossam ex Alexª. descendere, quae die ac nocte nauiculis plena est, vbi ait tanta facilitate nauigari, ut scaphis etiam tectaceis utantur» (‘Pues cuenta Estrabón que una enorme muchedumbre baja por el regadío hacia unas fiestas de Canopo desde Alejandría, que día y noche está llena de pequeños navíos, donde dice que se navega con tanta facilidad que se sirven incluso de esquifes de barro’).

54Que por ser Alexª. distante de el Canopo sólo 120 estadios, que son menos de çinco leguas, acostumbraban los de aquella ciudad venir caminando a pie hasta el puerto donde estaba el templo de Serapis, dios venerado en [f. 135] Egypto. En cuya conformidad queda probado que Virgº. describió en estos tres versos la parte occidental de el Egypto geográphica y literalmente, y que de esta tierra se entienden assí por los nombres propios con lo que expressa, como por ser estos campos donde se nauega en los nauíos pintados quando los cubre la inundaçión de el río, en el qual vsan siempre nauegar los comarcanos en estos mismos phaselos.

55Passa luego a describir la extremidad de esta provinçia por la parte oriental, cuyo límite es el puerto de Pelusio, donde entra en el Mediterráneo el mayor brazo de los siete de el Nilo, que diuide el Asia y el África estrechando el Isthmo que forman los dos mares Mediterráneo y Vermejo. Esto comprehendió el Poeta en el 4 de estos versos: «Quaque pharetratae vicina Persidis urget» imitando en esta descripción a todos los autores antiguos que pudieron guiarle en ella, los quales describieron esta región por el mismo término, passando desde el Canopo hasta el Pelusio, puertos de los dos brazos de el Nilo que ponen límite a la tierra quedando en medio otros cinco.

  • 54 Ms: vesperan
  • 55 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. xiiv: Profundiorem fluuium reddit maris ingressus, septem ostiis in pe (...)

56Herod. en el l. 2: «Et alueus quidem ad auroram vergens, Pelussium ostium: alter ad vesperam54 tendens, Canopicum ostium nominator» (‘Y el lecho que se dirige hacia el oriente, la boca Pelusiaca: otro tiende a occidente, se llama boca canópica’). Diod. Sicul. l. 1. c. 3: «Profundiorem fluuium reddit ma- [f. 135v] ris ingressus, septem ostiis in pelagum delatum, horum primum ad orientem vergit, quod Pelusiacum vocant: secundum Tamticum, deinde Mendesicum Phatniticum, Sebeniticum, Bolbitinum: ultimum Canopicum»55 (‘La entrada del mar vuelve más profundo al río, llevado al mar por siete bocas, de las cuales la primera se dirige al oriente, a la cual llaman Pelusiaca; la segunda, Támtica, después Mendésica, Fatnítica, Sebenítica, Bolbitina; la última, la Canópica’). Y Plin., más moderno, lo sigue en el l. 5. cap. 9. de el Asia: «Inferiorem eius partem Nilus dextra, leuaque diuisus amplexu suo, determinant Canopico ostio ab Africa, ab Asia Pelusiaco» (‘Su parte inferior la delimita el Nilo, dividido a derecha e izquierda por su propio meandro, con la boca Canópica de África y con la Pelusiaca de Asia’). Que ablasse de esta parte el poeta, y que en ella constriñe el Nilo las veçindades de Persia probaremos vastantemente, con que quedará entendido que no passó a describir la Persia ni el río Yndo, sino esta parte de Egypto.

  • 56 Ms: max
  • 57 Plin. Nat. 6,52: gens Tyro, Daneon portus, ex quo nauigabilem alueum perducere in Nilum, qua parte (...)

57Pruébasse con evidençia en toda la geographía, como pareçe escrito y figurado en la tabla 99 de Habrahán Hortelio, en Tholomeo y Jerardo Mercator —en que describen el África, el Egipto, y la Persia—, que el Nilo entra en el mar Mediterráneo inundando la tierra de Egypto, en cuyo estremo haçen un isthmo tan estrecho que no tiene dos grados de distançia el mar Mediterráneo y el mar Rubro, donde es vno de sus puertas el Pelusio (como está prouado); y aquí se dilata tanto que estrecha aquellas comarcas que son vecindades de Persia. Describe [f. 136] Plin. este sitio con toda propiedad en el l. 6. cap. 29. de su Natural Historia: «Gens Tyra: Daneon portus, ex quo navigabilem alueum producere in Nilum, qua parte ad Delta dictum 620 pass. interuallo (quod inter flumen et Rubrum mare interest) primus omnium Sesostris Aegypti rex cogitauit: mox56 Darius Persarum ttzª.»57 (‘El pueblo tirio: puerto de Daneon desde el que Sesostris, rey de Egipto, fue el primero de todos en pensar en extender un lecho navegable hasta el Nilo, por la parte por la que hay un valle intermedio hasta el llamado Delta, de 620 pasos (que está entre el río y el mar Rojo’).

  • 58 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. xiii: Persarum rex perficere aggressus
  • 59 Plin. Nat. 6,38
  • 60 Amian. Marcel., Historia, 23, 6, 14.
  • 61 Amian. Marcel., Historia, 23, 6, 15.
  • 62 El texto de la traducción utilizada sigue una lectura nobis, en lugar del nobilis que refleja el ma (...)
  • 63 [Al margen derecho del folio 137 se lee] Pag. 567. [Al margen derecho de ese mismo folio] Pag. 499.
  • 64 Ms.: constrenir

58Esto refiere Diodoro Sículo con mayor claridad donde dice (l. 1. c. 3.) que Darío, rey de Persia, quisso encaminar el Nilo por una fossa desde el Pelussio hasta el seno Arábico, y que la dexó imperfecta porque supo que el mar Rubro estaba más eminente que el Egypto y podría inundarle: «Ab ostio Pelussiaco fossa est opere sumptuosso ad Arabicum sinum ac Rubrum mare ducta. Hanc primum a Nechao Sammatychi filio agi coeptam Darius Persarum rex58 aggressus imperfectam reliquit: admonitus a quibusdam, si locus inter iacens effoderetur fore utique Aegyptus omnis, cum mare Rubro esset depressior, ab aquis mergeretur» (‘Desde la boca Pelusiaca hay una excavación de gran ingeniería que conduce hasta el golfo de Arabia y el mar Rojo. Esta comenzó a ser realizada por Necao, hijo de Samático, y cuando llegó Darío, rey de los persas, la dejó sin concluir: advertido por alguno de que si excavase el lugar que está en el medio, sucedería que todo Egipto quedaría sumergido por las aguas, al ser más profundo que el mar Rojo’). De lo qual se prueba que el Nilo está tan vecino a estos mares que por condutos muy breues se podía conducir a ellos, y que los reyes de Persia, como señores de esta prouinçia, lo intentaron. Plin59. expressamente dice que su imperio se terminaba en el mar Rubro [f. 136v] menos de treinta leguas de el Pelussio: «Regna Parthorum duo de viginti sunt omnia: ita enim diuidunt prouincias circa duo maria. Rubrum a meridie Hyrcanum a septentrione» (‘Los reinos de los partos son en total dieciocho: pues así dividen sus provincias en torno a dos mares, el Rojo por el sur, el Hircano por el norte’). Amian. Marcelin., l. 23. de su histª.60, escribe en el imperio de los Persas la Asiria: «Sunt autem omnes in Perside eae regiones maximae, quas vitaxe, idest magistri equitum curant, et reges et satrape: Susiana, Media, Persis, Parthia…» («Ahora bien, hay en toda Persia enormes regiones defendidas por “vitaxae”, que son comandantes de caballería, así como por reyes y sátrapas: Susiana, Media, Persis, Partia»). Y después de muchas que nombra, prosigue61: «Citra omnes propinqua est nobilis62 Assiria celebritate et magnitudine, et multiformi feracitate ditissima: quae per populos, pagosque amplos diffussa quondam, et copiossa ad vnum concessit vocabulum, et tunc omnis appellatur Syria» («La que se encuentra más cercana a nosotros es Asiria, sumamente rica por su numerosa población, su tamaño y sus variados y abundantes recursos. Esta provincia estaba formada por amplios pueblos y aldeas, muy habitados en otro tiempo, aunque poco a poco se unieron con un solo nombre y, ahora, se denomina Asiria»). Escusado será decir, si la Siria era contenida en la Persia, que constriñe sus vecindades el Nilo, pues es tan conocida verdad que será culpable la prueba. Plin., por sentencia de Agripa, testifica en otra parte que estas prouinçias se terminaban en el mar Vermejo: «Namque is Mediam, et Partiam, et Persidem ab Oriente Yndo, ab Occidente Tigri, a Septentrione Tauro, Caucasso a Meridie Rubro mari terminatus patere ettzª.» (‘Ya que este se extiende a Media, y Partia y Persia, delimitado por Oriente por el Indo, por Occidente por el Tigris, por el Norte por el Tauro, por el Sur por el mar Rojo’). Y Damasco, ciudad de Siria, fue siempre contenida en el reyno de Persia, y después Strab. la [f. 137] puso por vecina a sus regiones en el l. 16: «Damascus vrbs est insignis fere omnium nobillissima, quae in ea sunt regione Persiae vicina63» (‘Damasco es una ciudad destacada, casi la más conocida de todas las que están en esa región vecina de Persia’). ¿Qduda queda en Virgº. si dixo de este Isthmo y de este río: Vicina Persidis urget?. A que no se puede oponer que se interpone el Arabia entre su curso y la Persia, porque tomando la latitud desde el Pelussio, queda inferior el Arabia entre los senos Pérsico y Vermejo. Y para más comprobación de la verdad con que escribió Virgº., se ha de advertir que, contando en orden las siete vocas de el Nilo, es la primera el Canopo y la séptima el Pelussio, donde el mayor braço de todos es sufiçiente a constreñir64 la tierra. Todo lo expressa Lucano en el l. 8. vers. 465, donde, antes de llegar a esta parte de Arabia, refiere que Ponpeyo llegó nauegando a Egypto:

Infirmaque Aegypti pugnaci littora velo
vix tetigit, qua diuidui pars maxima Nili
in vada discurrit Pelussia septim
us amnis
(«Sino que a duras penas y en lucha con las velas arribó al bajo litoral de Egipto en el punto en que el séptimo brazo, el más grande del bifurcado Nilo, penetra en los bajos de Peluso»).

59De suerte que, describiendo la tierra donde este gran curso de el Nilo se dilata en las vecindades de Persia (que son las que hemos probado), dixo con gran propiedad que las constreñía o apretaba supuesto que abló por períphrasis, poética y eroicamente, mas tan conforme [f. 137v] a la verdad que en nada se a de suplir para entenderlo.

  • 65 Se cita el verso 23 del poema de Claudiano dedicado al Nilo, que en las ediciones presenta la varia (...)

60El «Pharetratae Persidis» no explico, porque entre tantas dificultades inaccesibles no es justo detenerme en lo que por sí es notorio y no necessita de poner en ello atención; y seré en esto el primero que, exponiendo algún autor, aya elegido lo difícil que tiene para explicarlo. Y dexando lo común sin haçer comento en ello, sólo advierto para esta uecindad que Claud., en la epig. Nilus65, describiendo las gentes que beben dél escribe:

Et gens compositis crinen uelata sagitis.
(‘Y el pueblo que cubría sus cabellos con adorno de flechas’)

  • 66 [Al margen izquierdo del folio 137 v se lee] Pag. 14. / Diod. L. 1. cap. / 3. pag. 16 quo / niam au (...)

61Después de auer descripto los extremos de esta prouinçia, passa a describir los campos en que se termina por la parte de Ethiopía, que están dilatados desde las cataratas de el Nilo hasta la ziudad de Memphis y se continúan por la ribera de el río, donde corre sin diuertirse todo el caudal de sus aguas. Deste sitio dice Diod. Sicul. (l. 1. cap. 3)66: «Catharactae plures sunt, sed maxima in Ethiopia, atque Aegypti finibus sita» (‘Las cataratas son muchas, pero las mayores se encuentran en Etiopía y en los confines de Egipto’); porque despeñado este río de aquellas rocas, se estrecha entre unos montes que le impiden correr por Libia y, saliendo de este límite, se dilata y difunde en los campos de [f. 138] Memphis, inundando la tierra su corriente y haciendo fértiles y abundantes aquellas vegas. Assí lo expressa Lucano, perfecto historiador de este distrito (l. 10 vers. 330):

  • 67 La e de montes parece corregida sobre una i.
  • 68 Ed. Lucano: in alta
  • 69 Ed. Lucano: it conualle…

Hinc montes67 natura vagis circundedit undis
Qui Libi
ae te, Nile, negant: quod inter ut alta68
In conualle iacens stat molib
us unda receptis69
Prima tibi campos permittit, apertaq
ue Memphis
Rura, modumq
ue; uetat crescendi ponere ripas.
(«Más allá la naturaleza puso unos montes en torno a las errabundas aguas para impedirte, oh Nilo, tocar la Libia; entre estas montañas el río fluye tranquilo y silencioso a través de un profundo valle. Menfis es la primera que te ofrece las llanuras y te abre los campos e impide a tus riberas que pongan límite a tus desbordamientos»).

  • 70 Ms: sigui
  • 71 Ms: e- / exornar.
  • 72 Eneid. 2, 311. Ed. Mynors: Volcano superante domus; iam proxumus ardet / Ucalegon; Sigea igni freta (...)
  • 73 La línea en el manuscrito sustituye al resto del verso, que puede leerse en la nota anterior.
  • 74 Tanto esta como otras traducciones consultadas coinciden en ver en Vulcano un símbolo de las llamas
  • 75 Ms.: fertilica

62Estas tierras describe Virgº. en el 5 de estos versos, donde, dilatado el Nilo, fecunda con el limo de sus aguas los campos más amenos de Egypto: «Et viridem Aegyptum nigra foecundat arena». Fueran inaccessibles a mi juiçio los seis versos que quedan quitando éste, que es el que con más propiedad declara el intento de Virgº. y que más legítimamente tiene aquí su lugar debido; porque para describir esta parte de el Egypto, no puede vsar el poeta de términos más propios y naturales que, como saliendo este río de lo estrecho de aquellos montes, se dilata y esparçe tanto en estas tierras. Describiolas legítimamente imitando a Diod. Sicul. y siguiendo la verdad histórica, a quien siguió70 Luc. o copió sus proprias voçes en el lugar citado: «Sunt omnes ab vtraque fluui parte protensi conuallibus et angustis praecipitiis interiectis: in qua magno impetu lapsus, rursus tanquam vi repulsus per campos funditur ad meridiem spectans [f. 138v] vsque ad locum Efficanum nomine: et naturalem deinceps repetit cursum» (‘Todos se extienden desde una y otra parte del río, con valles y angostos precipicios que se meten por el medio: cayendo con gran impulso en él, y de nuevo, como violentamente rechazado, se esparce por los campos mirando hacia el sur hasta el lugar de nombre Eficano: y desde ahí toma de nuevo su curso natural’). Aquí es donde el Nilo fecunda el Egypto con su inundaçión, y el lugar que describe el poeta, porque en toda razón cabe que donde es mayor la corriente a causa de no estar diuidida y de ser los campos abiertos, será adonde este río fecunde más la prouinçia, no con arena negra, sino con limo; que si con este rigor literal se leyesen los poetas —y aun los otros autores— allaríamos gran confusión y grandes yerros en ellos. Mas ¿quién niega a los poetas ni aun a los oradores el vso de las metáphoras, methonimias, sinéchdoches, y las demás que enseña la rectórica para exornar71 y haçer la oraçión más illustre? Vaste, pues, decir que Virgº. vsó aquí la methonimia llamando arena el limo de las aguas de el Nilo, como dixo en el 2 Eneid.72: «Vulcano superante domus _______Vcalegon»73 («Ya la espaciosa casa de Deífobo se derrumba envuelta en llamas, ya próxima a ella arde la de Ucalegonte»)74, llamando Vulcano al fuego. Que por traer la creçiente del Nilo tanto limo mezclado en sus aguas, el qual dexa las tierras mullidas y esponxadas de suerte que fertiliça75 con él los campos que inunda, dixo el poeta que los fecundaba con negra arena, no porque el arena fecunde ni para que se entendiesse literalmente, pues en su naturaleza era imposible ser fecunda ni deçir él que lo era, auiendo dicho:

  • 76 Georg. 1, 104-105.

[f. 139] Quid dicam, iacto qui semine comminus arua
Insequitur, cumulosque ruit male pinguis aren
ae?76
(«¿Qué diré del que, tras echar la simiente, sigue aferrado a su campo
allanando los montones de arena estéril?»)

  • 77 Gaius Iulius Solinus, autor del siglo iv que escribió una compilación de saberes y curiosidades geo (...)
  • 78 Plin. Nat. 8, 35
  • 79 Ms: seco
  • 80 Plin. Nat. 5, 5: Decumis se eo peruenisse castris, et ultra ad fluuium, qui ger uocatur, per solitu (...)

63Llamó negra arena al limo que viene en la inundación de este río, a quien llamaron los antiguos negro por la obscuridad de sus aguas. Solin.77, en el cap. 42 y 44, que el río negro que naçe de el monte Adlante en la Mauritania inferior, vecino al Occéano, es de quien naçe el Nilo; y Plin., en el l. 8. cap. 2178: «Apud Hesperios Aethiopas fons est nigris, vt plurique existimauere Nili caput» (‘Entre los etíopes hesperios hay una fuente negra, según muchos consideran, el nacimiento del Nilo’); y en el l. 5. cap. 1., que a este río le llamaron negro porque corre en disiertos de negro polbo: «Decumis se eo79 peruenisse castris, et vltra ad fluuium, qui niger uocatur per solitudines nigri pulueris80» (‘Y llegaron allí después de diez días; y aún más allá, al río que se llama negro, a través de los desiertos de negro polvo’).

64Este polbo, a quien Plin. llamó negro, llamó negra arena Virg. no ya como polbo seco, sino como limo mezclado en las aguas de el Nilo. Y Hom. llamó negra fuente al agua çenagossa o turbia conduçida por las tierras (Illiad., 21):

Sicut autem quando vir aquae ductor a fonte nigro
Per plateas et hortos aqu
ae flumen deducit.
(‘Como cuando el regante desde la fuente negra/
lleva la corriente de agua por entre plazas y huertas’).

  • 81 Caes. De bell. Alex. 5: Nam quae flumine Nilo fertur adeo est limosa ac turbida ut multos uariosque (...)
  • 82 [En el margen izquierdo, precedido de un asterisco que lleva a otro situado en este lugar del texto (...)

65César, en sus comentarios, l. 1 de Bell. Alex., dice del agua de este río: «Namque flumine Nilo fertur adest limossa atque turbida81» («Pues la que lleva el río Nilo es tan cenagosa y turbia»). Y en el texto sagrado consta lo mesmo donde se lee en Ierem. 2 [f. 139v]: «Et nunc quid tibi vis in via Aegypti, ut bibas aquam turbidam?» (‘Y ahora ¿qué es lo que quieres en el camino de Egipto? ¿Beber agua turbia?’) Por lo qual fue llamado Sihor, hoc est niger, turbidus, Nilus; 1 Paral. c. 13: «Congregauit ergo Dauid cunctum Israel a Sihor Aegypti vsque ingrediaris Emath*82» (‘Así que David reunió a todo Israel, desde Sihor de Egipto hasta que entras en Emath’).

66Expressamente nos declara y comprueba el intento de Virgº. Herod. en el l. 2, cuya autoridad pareçe que fue scripta en defensa suya. Y estimo por buena suerte auerla yo descubierto quando se auía ocultado a tantos ojos. Dice hablando de el Nilo y de Egypto: «Preterea regionem hanc nulli alteri conterminem aut Arabiae aut Libiae assimilem esse: sed nigram terram et fragilem habere utpote limo ex allubionibus ab Aethiopia flumine devecto» (‘Por lo demás, esta región fronteriza no se parece a ninguna otra, ni a Arabia ni a Libia, sino que tiene una tierra negra y quebradiza, como del limo arrastrado por los aluviones del río desde Etiopía’).

  • 83 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. xiii: effecit
  • 84 Diodoro Sículo, ed. 1511: querens

67A cuya imitaçion dixo Virgº. «nigra foecundat arena», no porque las arenas de el Nilo sean negras, sino porque lo es el limo que traen sus aguas, con el qual fertiliça las tierras. En cuyas palabras no sólo imitó a Herod., mas copió a Diodoro Sículo, que todo lo descubre la atención y lo consigue el cuydado. Dice en el l. 1 cap. 3.: «Nilus etiam leniter fluens cum multam, variamque terram secum ferat, quibusdam in locis humilibus paulum stagnans regionem fructiferam, fertilemque efficit83». Et paulo post: «Incrementum eius a solstitio incipiens aestiuo [f. 140] vsque ad aequinoctium, semperque nouum limum secum vehens84, rigat tum cultas regiones, tum incultas, quanto tempore velint agricolae» (‘El Nilo incluso, al fluir mansamente y llevar consigo mucha tierra y variada, se estanca un poco en algunos lugares llanos y convierte a la región en fructífera y fértil’. Y poco después: ‘su crecida, comenzando en el solsticio de verano hasta el equinoccio y arrastrando consigo siempre nuevo limo, riega tanto las regiones cultivadas como las incultas durante el tiempo que quieran los agricultores’).

  • 85 Ms: egipcion

68Es tanto lo que inunda las tierras de Egipto este río, y el limo con que las cubre, que los que trataron de imbestigar el prinçipio de la geometría se le atribuyeron a los egipcios85, diçiendo que, como cubría los campos y çegaba los límites de ellos con el limo, haçían controversias entre los dueños de ellas sobre el conoçimiento de sus possesiones, y que para obrarlas fue imbentada la medida, con la qual separaban y conoçían los campos aunque estubiessen los límites cubiertos con el limo. Aurelio Casiodoro lo expressa en su compendio de la Geometría: «Quamuis sint auctores, qui malint Aegyptiis donare huius artis inuentum, propter erundantem Nilum, qui cum sic oblimaret agros exundans, ut de finibus orirentur controuersiae, certam rationem initam fuisse, qua vel remotis terminis, vel limo obductis possit quisque quantum possidisset ante comprehendere» (‘Aunque haya autores que prefieran otorgar a los egipcios la invención de esta técnica, a causa del desbordamiento del Nilo, el cual, como llena de limo los campos al desbordarse de modo que surgen discusiones acerca de las lindes, surgió una medida precisa según la cual, fuera por haber sido movidos los marcos, sea porque fueron sepultados por el limo, cada quien pudiera conocer lo que había poseído antes’).

  • 86 Ed. Orosio 1, 2, 29: hunc aliqui auctores ferunt haud procul ab Athlante habere fontem et continuo (...)

69De que se infiere que es tanta la arena y tierra que ba mezclada en la corriente de el Nilo, que es sufiçiente a que se desconozcan los campos y se valgan de la medida para poseerlos después, en lo qual fundó el poeta deçir que los fertiliza con negra arena, si no parece remoto llamar arena a la tierra, [f. 140v] al limo y a la misma arena que precissa y naturalmente va siempre mezclada en las aguas, y más en los ríos que inundan. De que naçe que vemos tan comúnmente cegar los grandes ríos y aun los arroyos las puentes por donde passan con las arenas que lleban. Paul. Oros., l. 1, c. 2 de su histª., escribe del Nilo: «Hunc aliqui auctores ferunt aut procul ab Atlante habere frontem, et continuo arenis mergit86» («Algunos autores sostienen que nace cerca del Atlas y que luego se sumerge debajo de las arenas»). Pausan. l. 1, pag. 42: «Hic vero non paucis in montem venit, ex qua illa, quae ex arenis iterum prorrumpit, Aegyptiisque oriri Nilum» (‘Pero este según no pocos llega a la montaña, de donde aquella que de nuevo emerge de entre las arenas, y nace el Nilo para los egipcios’).

70En el sexto vers. describe toda la tierra intermedia a las siete vocas de el Nilo, tomando latitud desde la primera a la séptima, porque con demonstración se ha visto que en los 5. vers. primeros a descripto los campos que estan dilatados fuera de ellos; y assí, en éste a contenido todas las tierras inclusas entre sus aguas:

Et diuersa ruens septem discurrit in ora.

  • 87 Eneid., v. 800.

Cuya sentencia repite el mesmo autor en el 6 de la Eneid., vers. 42387.

Et septemgemini turbant trepida ostia Nili.
(«Y se turban temblorosas las bocas del Nilo de siete brazos»)

  • 88 Ed. Catulo, v. 11: sive quae septemgeminus colorat / aequora Nilus

71Fue tan çierta esta opinión entre los antiguos, quanto lo es la verdad de que se dilata este río por siete vocas. Assí lo testifican quantos tratan dél. Catull. ode. Ad. Aurelium, et Furium: «siue quae [f. 141] septingeminus colorat ~ Aequora Nilus88» («o las aguas que el Nilo, dividido en siete, colorea»).

  • 89 Valerius Flaccus, Argonautica; Publius Papinius Statius, Thebaida; Claudius Claudianus, epigrama «N (...)
  • 90 Ms.: ques
  • 91 Ms.: no
  • 92 Ms.: omnes
  • 93 Georg. 4, 281.

72Lo mismo refieren Val. Flaco, l. 8. Argonau. vers. 90; Stat., l. 8. Theb.; Claud., epig. Nil., y Escordia l. 1., cap. 489. Y si alguno de los autores escribió lo mismo de el Yndo, como quiere el Pe. Juan Luis, çierto que padeçió engaño, pues se sabe con euidençia que no tiene más de dos, en vna de las quales tienen oy los lusitanos la fortaleza de Diu. Y assí lo conçede él mismo donde diçe: «Sed esto, non vere sint septem ostia, potuit certe poeta duci opinione antiquorum, presertim in amne longe dissito. Quid quod potuit certum numerum exhibere pro incerto» (‘Pero sea que realmente no haya siete bocas: pudo el poeta, ciertamente, guiarse por la opinión de los antiguos, sobre todo en un río tan remoto. ¿Y qué pasa si pudo dar un número verdadero en lugar de uno falso?’). Mas ¿quién aurá que conceda sin dificultad que Virgº., auiendo descripto el Nilo y la tierra de Egypto donde discurre con estas siete vocas, dexasse esta descripçión en la parte menos çierta y passase a describir la Persia por donde la termina el Yndo (que es90 la parte de el Oriente donde está la Yndia que llaman extra Gangem, 800 leguas distante de el Egipto), y que las vocas de el río, que a descripto por su nombre, ayan de entenderse de el Yndo, que no las tiene? Y aunque las tubiesse también, ni pareze possible ni91 conveniente que juntasse estas descripçiones. Y que en esta parte tratasse sólo de la prouinçia de el Egypto pareze demonstraçión, porque en el vers. [f. 141v] siguiente a estos siete —que de industria dexa sin exposiçión el Pe. Juan Luis, conoçiendo que en él se verificaba el intento de el autor contra la declaraçión de los seis antecedentes— dice Virgº.: Omnis92 in hac certam regio iacit arte salutem («Toda esta región deposita su esperanza de segura salvación en este arte»)93.

  • 94 Ms: prosigui

73Donde limita ser sola vna región la que describe poniéndola en singular, y diciendo que todos los que la auitan restauraron el arte de las auejas. Y el mesmo expositor diçe en la explicaçión antes de la nota: «Ergo scripturus poeta artem, qua ex caesso boue, apes reparantur, primo locum describit, vbi ars haec initium habuit. Y no obstante que pueda leerse: omnis regio Aegyptia, omnis regio Persica ponit in arte caessi uobis certam salutem reparandi mellis» (‘toda la región de Egipto, toda la región de Persia establece en la técnica del buey muerto la solución segura para recuperar la miel’). Pues auiendo el poeta descripto la tierra de el Egypto en estos versos, prosigue94 luego:

Omnis regio iacit certam salutem in hac arte.

74Y alterar o hacer violenta constructión para darla nuebo sentido no es el mayor lustre del que comenta, sino indicio de que presume la inteligençia del lugar. Y assí, la resoluçión de quitar este verso entero a Virgº., siendo de los mejores de la Georg. y más debido al intento, sólo pudo permitirse a la autoridad y doctrina de tan erudito varón.

75El vltimo de estos versos no es descripción de [f. 142] otra parte de el Egypto, sino epílogo ingenioso de las que a descripto arriba, pues, auiéndolas expressado, añade luego:

Vsque coloratis amnis devexus ab Indis

  • 95 Ed. Cic., Nat. Deor. 1, 91: Etenim enumerasti memoriter et copiose, ut mihi quidem admirari luberet (...)
  • 96 [En el margen derecho del f. 142, se lee lo siguiente] tom. 4 / pag. 289.
  • 97 [En el margen derecho del f. 142, se lee lo siguiente] Veasse el / lug de Her. / pag 10
  • 98 Ed. Lucano 10, 269: et Phariis Persisque fuit Macetumque tyrannis
  • 99 Ms.: preba
  • 100 Ms.: Juº.
  • 101 Ms.: forcossa

epilogando lo escripto en la vnión de los dos últimos versos, y tomando los dos extremos de la tierra que describe, desde donde el Nilo discurre por siete vocas y entra en el mar, hasta donde vaja de los ethíopes; de suerte que se a de leer: ~ Vsque ab Yndis coloratis amnis devexus, porque el vsque muchas vezes significa el mouimiento de el lugar y nos lleba a ablatibo; como en Tul. l. 2. de natura Deorum95: Vsque a Thaleme enumerasti sententias philosophorum96 (‘Enumeraste las sentencias de los filósofos desde Tales’). No porque Virgº. entendiesse que uaxaba de la India el Nilo ni quisiesse tratar de su origen, sino de aquella parte de la Ethiopía donde se despeña en las cataractas y entra en los confines de Egypto. Ni puede presumirse que tratasse aquí de sus fuentes, pues sabemos que todos los antiguos ignoraron su naçimiento97, opinando que la tórrida zona no se auitaba; y assí no era conoçida ni descripta aquella parte de mundo, por lo qual no pudieron alcançar noticia de su principio, aunque muchas naciones lo desearon. Luc. l. 10. vers. 268: «Quae tibi noscendi Nilum Romane cupido est: Haec Phariis, Persisque fuit: Macedonumque tiranis98» («El deseo que tú tienes, romano, de conocer el Nilo lo tuvieron también los reyes de Faros, de Persia y de Macedonia»). Claud. Epig. Nilus. vers. 11. lo repite, y lo mes [f. 142v] mo se pr(u)eba99 en Tib., l. 1 eleg. 8, vers. 25; Orat., l. 4 od. 14 vers. 45.; Obid., l. 2. Meth., vers. 254; Procopio, lib. 1. De rebus gotorum; Juan100 Baptista Scorcia, l. 1. De natura Nili, cap. 2. Esta ignorancia forçossa101 dio lugar a diuersas opiniones de su principio, las quales refiere el mesmo Juº. Bapta. Scorc. en el lib. 1. c. citato; mas no fue en esta parte comprehendido Virgº., el qual no dixo que el Nilo vaxaba de los Yndios —como lo entiende el común y, con él, el Pe. Juº. Luis explicando aquí el Indis por los Yndios de la Yndia Oriental—, porque el poeta llamó indios colorados a los ethíopes de cuya tierra vaxa el Nilo a los egypcios, lo qual es verdad euidente que no necessita de nueba comprobación.

  • 102 Ed. Hyg., Fabulae 275: Thebaidos
  • 103 Ms.: aduerarum. Se refiere a la obra de Adrien Turnèbe (Turnebus o Turnebo) Adversariorum libri XXX(...)
  • 104 [En el margen derecho del f. 142v, se lee lo siguiente] l. 21 cap. / 9. pag. 417
  • 105 Ed. Plin. Nat. 5, 16: Summa pars contermina Aethiopiae Thebais vocatur
  • 106 [En el margen derecho se lee] pag. 59 / r. 35

76Que la Ethiopía fuesse llamada Yndia de los antiguos Yndios, sus auitadores, se prueba debidamente en muchas auctoridades que no admiten ninguna duda: Higino, en su mithología, c. 275, cuyo titulo es Oppida qui quae condiderunt («quienes fundaron qué ciudades»), empieza en estas palabras: «Iouis in India Thebas Thebaidas102 nomine Nutricis suae: quae Hecatompylae appellantur, ideo quod centum portas habent» («Júpiter, en la India, Tebas, por el nombre de su nodriza Tebaide. La llamaron Hecatómpylae porque tiene cien puertas»); lo qual explica en sus Aduer(s)ar(io)um103 Turnebo en este mismo sentido104: «Hic Higinus Indiam etiam appellauit superiorem Aegyptum Ethiopie finitimam, in qua erant Thebae» (‘Aquí Higino llamó también India al Egipto superior, fronterizo con Etiopía, en el que estaba Tebas’). Plin., l. 5. c. 9.105: [f. 143] «Summa pars contermina Ethiopiae Thebais vocatur106» (‘La parte superior, fronteriza con Etiopía, se llama Tebas’). El mismo Higinio, l. 2. De signorum caelestium, escribe:

77«Omnis eo terrore Aegyptus et Indi» (‘Todo Egipto y los indos bajo ese terror’); en cuya explicaçión dice Turneb. en el lugar çitado: «Animadverti enim nomine Indiae antiquos latissime esse abussos ut Ethiopes etiam eo significarent» (‘Advierto que los antiguos abusaron ampliamente del nombre de India, hasta el punto de que con él incluso entendieron a los etíopes’): vt 4 Georg.:

Vsque coloratis amnis devexus ab Indis,

donde zita este vers. en comprobación de que llamaron indios a los ethíopes, suponiendo por llana verdad que fue éste el intento de Virgº. Mas para añadir fuerça a fuerça, veasse expressada en Higino, más que en los lugares çitados, en el que no vio Turnebo quando necessitaba tanto de él. Dice en el cap. 154 de su Mytho., donde escribe la fabula de Phaetón: «Indi autem quod calore vicini ignis sanguis in atrum colorem versus est, nigri sunt facti» («Los indos, en cambio, se volvieron negros porque a causa del calor del fuego tan cercano, la sangre se les volvió de color negro»). Nadie puede dudar que estos yndios son los ethíopes, pues todos saben que la antiguedad, siguiendo la fábula que escribe Higino en este capítulo, tubo por opinión asentada y común a todos los autores que los ethíopes quedaron negros quando el sol, despeñado de el çielo por Phaetón, los abrasó con sus rayos. Las palabras de Higino son de Obidio l. 2. Meth. vers. 235:

[f. 143v] Sanguine tum credunt in corpora summa vocato,
Aethiopum populos nigrum traxisse colorem.
(«Se cree que entonces los pueblos de Etiopía adquirieron el color negro a consecuencia de que la sangre subió a la superficie del cuerpo»).

De estos yndios abló Virgº., de cuya región vaja el Nilo a los campos de Egypto, como esta probado; y assí dixo «Devexus ab Indis» con toda propiedad y elegançia.

78Conforme a esta verdad, queda entendido que el coloratis significa negros, lo qual no tiene duda ni incombeniente; y assí lo explica Seruio en este sentido, a quien remito su comprobaçión por no dilatarme más en lo que es tan euidente.

79Creo queda satisfecha la duda que tantos oponen a el poeta de que no vaxa el Nilo de los yndios a Egypto, pues vaxa de la Ethiopía. Vide Pausan., l. 5 p. 193, de quien abla en este lugar confor a la Geographía, como pareze en las tablas que hemos çitado.

80Sigue a nuestra exposición de todo el lugar la objeción que pone a Virgº. el Pe. Juan Luis donde diçe (como perfecto rectórico) que la descriptión periphrástica debe carezer de el nombre de la cosa descripta, pues, entendida por el períphrasis, es superfluo el nombre de ella. Creo está satisfecha esta duda donde probamos no ser in totum periphrastica su descripçión [f. 144], si vien vsó de algunos períphrasis en ella, mas no tales que la constituyan en este género de suerte que tenga lugar en ella la objeçión; porque si el poeta hubiera querido describir el Egypto por algún períphrasis con que se entendiesse toda la región, era sufiçiente qualquiera de estos cinco versos quitando el quarto y el séptimo; mas quisso describirla por sus partes siguiendo el modo que hemos visto, con el qual queda descripta la probinçia geográphica y poéticamente. Y para más clara inteligencia, se puede ver figurado en este mapa con la posiçión de las prouincias, mares y tierras como las tienen todos los auctores clásicos de esta facultad.

  • 107 Ms.: hico

81Desta suerte hiço107 Virgº. la descripción, en cuya conformidad se verá en todos los mapas, assí antiguos como modernos. Y para más comprobazión de lo que hemos probado, donde se manifiesta la propiedad con que el poeta describió el Egypto, describiremos a España siguiendo su imitaçión, y podrá juzgarse si en ella ay alguna objeçión o duda a que procuremos satisfaçer:

  • 108 Ms.: hico

82Restauraron los españoles la tierra que se dilata por la parte occidental, inclinado al septentrión, desde el cabo de Finis terrae (y las Asturias de Obiedo) hasta el reyno de León, y por donde riega [f. 144v] el Tajo las tierras de la fértil España vaxando de las tierras de Cuenca, y discurre hasta el occéano dilatándosse en Lusitania a la parte occidental. Adquirida ésta, conquistaron las tierras de Andaluzía, en que se remata España a la parte meridional; los reynos de Valencia y Cataluña, que la terminan por el oriente; y los de Nauarra y Vizcaya, a quien diuiden los montes Pirineos de la prouinçia de Françia. Y aunque es fuerça diferençiarse esta descripçión de la que hiço108 el poeta, porque aquella prouinçia la vaña y atrabiessa todo el Nilo, y assí puede describirse por su curso, mas a España no la corta ni riega todo vn río, a cuya causa es necessario dexar el Tajo y describir de otra suerte las partes donde llega; mas por la similitud de el modo puede verse hesta descripta con propiedad. Y si diçiendo que fue conquistada la tierra donde el Tajo riega a España, se entenderá necesariamente desde Cuenca, donde naçe todo el reyno de Toledo, e Campo de Calatraua, Alcántara y Portugal, sin que sea esto repetiçión viçiossa de lo que está ya entendido con las demás descripçiones, supuesto que por ellas no se entendía esta parte, y ésta no repite las otras.

  • 109 [En el margen derecho del f. 144v se lee] cap. 46. n. / 25. pag. / 731
  • 110 Ms.: tumulum; Ierem. 46, 25. Ed. Vulgata: tumultum

83Assí vemos en el texto sagrado esta misma forma de descripçión de el Egypto, donde escribe109 [f. 145] Ierem.: «Dixit Dominus ecce ego visitabo super tumultum110 Alexandriae, et super Pharaonem, et super Aegyptum» (‘Dijo el Señor: castigaré el tumulto de Alejandría, y al Faraón, y a sus dioses’). Assí empeçó Virgº. por la parte de Alexª. y, después de nombrar las otras, nombró a Egypto. Y como diçe el Propheta: «et super Pharaonem, et super Aegyptum», dice Virgº.: «et diuersa ruens, et viridem Aegyptum», auiendo ya nombrado Alexª.; donde no se puede oponer que ay repetiçión superflua en poner el nombre de Egypto después de auer nombrado a Alexª. y pharaón, supuesto que por qualquiera de ellos se entendía todo aquel reyno; mas esta aumentazión admirable es para significar no sólo aquella prouinçia, sino con expecialidad necessaria sus partes distintamente, y después el todo.

84He deseado alcançar el motiuo que a guiado a los expositores a quitar este verso a Virgº., pues nombrando en él a Egypto —cuyas tierras fecunda el Nilo, a quien antes auía nombrado— pareçe conueniente y aun necessario que éste rixa a los demás versos. Y quando se quissiesen interpraetar de la Persia los otros tres, vastaría poner éste, que es el 5, donde está el 4, y que los quatro se entendiessen de Egypto; mas la expulsión de este verso ni façilita la inteligencia de los que quedan, ni se puede excussar de ser violençia. Creo satisfará nuestra exposiçión a quien viere atentamente [f. 145v] las verdades en que lo fundo y las autoridades que la prueban, que sin alterar la collocaçión de los versos ni haçer alguna violençia en su constructión pareçe están explicados legítimamente, cuyo azierto a mereçido attençión con que he deseado resoluer las dificultades que tan graues expositores han reusado explicar. Que si el intento sólo califica al que emprende honrrossas empressas, alguna estimación pide el deseo de conseguir la que tantos juzgaron inaccessible.

85Es vltima conclusión de mi discurso que Virgº. describió en estos versos toda la prouinçia de Egypto en la qual fue restaurado el vso de las auejas, y que no trató de la Persia ni del Yndo, lo qual se prueba con demonstraçión (demás de lo que hemos visto) en que, siguiendo el Poeta la narraçión de la fábula de Aristeo, diçe que quando se quexó a su Madre Çirene de la ynfeliçidad de sus sucesos y ruina de sus colmenas, después de auer echo con ellas sacrifiçios a Neptuno le dixo que consultasse a Proteo, dios marino que auitaba en el mar de Egypto, el qual, consultado, le dixo la causa de sus adversidades, y después le enseñó su madre el modo de restaurar las enjambres [f. 146] perdidas; lo qual expecifica el Poeta que fue en Arcadia, sin que en esto pueda auer opinión dudossa, pues dice que de los toros y nouillos de Aristeo que paçían en el monte Liceo, después de sacrificados, naçieron y se recuperaron las auejas.

  • 111 Ms.: Quartuor
  • 112 Georg. 4, 540. Ed. Mynors: delige

Quattuor111 eximios praestanti corpore tauros,
Qui tibi nunc viridis depascunt summa Lycaei,
Dilige
112, et intacta totidem ceruice iubencas.
(«Escoge cuatro espléndidos toros de incomparable estampa de esos que tienes ahora paciendo por las cimas del verde Liceo y otras tantas novillas cuya cerviz no haya sufrido el yugo»)

  • 113 Georg. 4, 554-557

Y luego describe el efecto 12 vers. antes de el fin113:

Hic vero subitum ac dictu mirabile monstrum
Aspiciunt: liquefacta boum per viscera toto
Stridere apes vtero, et ruptis efferuere costis
Inmensasq
ue trahi nubes.
(«Y en ese momento es dado asistir a la ejecución de un repentino prodigio cuya narración maravilla: de las entrañas liquefactas de las reses, por la extensión toda de sus vientres se va alzando un zumbido de abejas que escapan en tropel, a borbotones, por las costillas rotas, que se elevan formando inmensas nubes»)

  • 114 Georg. 4, 387-388

86Y supuesto que fue allada en Arcadia la inuención de este arte, es cierto que la perfectión y vso de él fue en Egypto, donde le continuaron desde el tiempo de Aristeo hasta el en que escribió Virgº., porque la auitación de el Dios Proteo donde fue Aristeo enseñado del modo con que auía de restaurarlas era en el mar de Egypto, como lo escribe claramente el Poeta114:

Est in Carpathio Neptuni gurgite vates
Caeruleus Proteus.
(«Hay en el abismo carpático de Neptuno un adivino, el cerúleo Proteo»)

  • 115 Plin. Nat. 4, 26

Que fueesse este mar Carpatio el Mediterráneo de Egypto donde entran las siete vocas de el Nilo, llamado assí de la ysla Cárpathos, ningún autor lo a dudado. Plin. lo expressa, l. 4. c. 12. pág. 49. ver. 47, [f. 146v] donde dice quánto dista de Olymna115:

A qua Carpathum, quae nomen Carpathio mari
dedit XXV.M. passuum.
(‘Desde la que Cárpato, que dio nombre al mar Carpatio, 25 mil pasos’).

Vicencio Cartario, en sus imágenes de los diosses, título de Neptuno, le nombra señor de esta ysla y de este mar.

  • 116 Ed. Hyginus, Fabula cxviii, Proteus: In Aegypto Proteus senex marinus diuinus dicitur fuisse, qui i (...)

87Hijino en sus fábulas, cap. 118, pone a Protheo en el Egypto: «In Aegypto Proteus senex marinus diuinus dicitur fuisse, qui in omnes figuras conuertere solitus erat116» («Se dice que en Egipto vivía el anciano Proteo, divinidad marina que acostumbraba a metamorfosearse en todo tipo de figuras»).

88Natal. Comite, Mithol. l. 1. c. 8, le da el mismo lugar en el Pharo de Alexª., pag. 441: «Proteus et ipse maris Deus fuit, qui in Pharo Alexª. hauitauit (‘Proteo fue también un dios del mar, que vivió en el faro de Alejandría’) —et paulo post— cuius preces cum audiuisset Neptunus e quodam Pallenes hiatu speluncam sub mare fecit, in quo illum in Aegyptum vsque siccum perduxit» (‘al escuchar Neptuno sus plegarias, a partir del golfo de Palenes hizo una cueva bajo el mar, por la que lo condujo hasta tierra firme en Egipto’).

  • 117 [En el margen izquierdo se lee] Pag. 27
  • 118 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. xxiiv

89Diod. Sicul. no sólo le constituye esta auitación, mas dice que fue rey de Egypto en el l. 1. c. 2117: «Defuncto rege post quintum genus, cum Aegyptus rege careret ex dignioribus quidam in regem asumptus est, quem Aegyptii Cetem, Greci Protheum vocant, qui Illiaci belli tempore extitit. Hunc artium peritum fuisse tradunt, et in varias se formas vertere solitum118» (‘Tras morir el rey, después de la quinta generación, como Egipto carecía de rey, fue elegido rey uno de entre los más notables, al que los egipcios llaman Cetes, los griegos Proteo, que vivió en tiempos de la guerra de Troya. Cuentan que este fue experto en técnicas y que solía transformarse en formas diversas’).

  • 119 [En el margen derecho se lee] Pag. 128
  • 120 Ed. Lucano 10, 511: Proteos

90[f. 147] Lo mismo afirma Erod. en su Euterpe119, aunque varía en algunas circunstançias. Y Luc., en el l. 10. vers. 511120, le describe en el Pharo, cerca de el mismo lugar en que Virgº. empieza su descripçión:

Tunc claustrum pelagi cepit Pharon. Insula quondam
In medio stetit illa mari sub tempore vatis
Proteus.
(«Se apodera de Faros, llave del mar. Antiguamente, en tiempos del adivino Proteo, era una isla situada en medio del mar»)

Lo qual repite Stat., Achilleid. l. 1. vers. 136.

  • 121 [En el margen derecho se lee] cap. 1. n. 7

91De cuyas autoridades debidamente se infiere que fueron solamente los egypcios los que perfiçionaron este arte y a quien le atribuye Virgº. en los versos que explicamos; a cuya interpretación sólo me pareçe añadir las palabras de el Eclesiastés121, cuya sentencia puede ser mi disculpa: «Omnia flumina intrant in mare, et mare non redundat: ad locum unde exeunt flumina, reuertuntur, vt iterum fluant. Cunctae res difficiles: non potest eas homo explicare sermone» (‘Todos los ríos van a dar al mar, y el mar no se desborda. Los ríos regresan al lugar de donde salen para fluir de nuevo. Todas las cosas son difíciles: el hombre no puede explicarlas con sus palabras’).

  • 122 [En el margen derecho se lee] 107 / t. 3. La cita es de Cicerón, Ad familiares, lib. VII. Epist. V. (...)

92«Sumus enim putidiusculi, quam per te vix licet, verum, vt video, licebit. Cura vt valeas, et me, vt amas, ama122» (‘Así que somos un poco pesados, lo que por tu parte es difícilmente perdonable; pero, por lo que veo, lo será. Cuídate y sigue amándome como me amas’).

  • 123 La palabra finis aparece dibujada saliendo del pico de una paloma. En el folio siguiente, plegado, (...)

93                                              Finis123.

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Opera diligenti castigatione exculta, aptissimisque ornata figuris, cômmentantibus Servio, Donato, Probo, Domitio, Landino, Antonioque Mancinello… Additis insuper in Servium multis, quae deerabt, graecisque dictionibus, et versibus quamplurimis, qui passim corrupte legebantur, in pristinum decorem restitutis, Venetiis, per Bartolomeum de Zannis de Portesio, 1508 (Fondo antiguo de la Universidad de Granada, nº 30741, olim 26v-1-5).

Opera et vita Vergilii. P. Vergilii Maronis Mantuani Poetae. Vita ex commentariis Petri Criniti, Caesaraugustae, Georgius Coci, 1513 (Biblioteca Universitaria, Zaragoza, sign. H-11-114, olim A-36-44).

[Vergilius cum co[m]me[n]tarijs [et] figuris P. Vergilii Maronis, Bucolica, Aeneis cu[m] ... co[m]mentarijs accuratissime emendatis in quibus ... quae adhuc deera[n]t sunt adiecta [et]Graecae dictiones ac versus vbiq[ue] restituti ; Additus est etiam Probi celebris gra[m]matici in bucolica [et] georgica perutilis co[m]me[n]tariolus recens castigatus ; Necnon co[m]me[n]tarij Donati, Ma[n]cinelli [et] Ascensii ; Insunt praeterea Beroaldi annotationes ... in Aeneidem praefatio ; Atque ut studiosi nihil amplius desidere[n]t, adiuncta sunt opuscula omnia siue lusus Vergiliani tum a Domitio Calderino tum ab Ascensio perspique declarati, res vero totius operis adeo graphica imaginibus exprimu[n]tur vt no[n] minus geri videantur q[uam] legi possint ; Ad haec ne du[m] aliquid q[ue]ris totu[m] opus laboriose reuoluas co[m]positissimus index…] Venetiis, per Gregorium de Gregoriis: impensis vero D. Lucae Antonii de Giunta, 1522 (Fondo antiguo de la Universidad de Sevilla, sign. A Res. 67/4/15)

P. Virgilii Maronis... opera accuratissime castigata, cum XI acerrimi iudicii virorum commentariis Servio presertim atque Donato nunc primum ad suam integritatem restitutis excusa, Venetiis, in officina Lucaeantonii Iuntae, 1537 (1536) (Fondo antiguo de la Universidad de Granada, nº 30747).

Pvblii Vergilii Maronis Partheniae Mantuani opera, post omnes omnium editiones nunc demum reuisa, & emaculatiora reddita. Aelii Antonii Nebrissensis ex Grammatico, & Rhetore Regis Historiographi in eadem Ecphrases ad modum familiares, & vel rudibus tyrumculis ad intelligendum facil lime, nuperrime excussae, & ab iniuria obliuionis vindicate, Apvd inclytam Granatam, Anno MDXLVI. Mense Aprili [Xantus Nebrissensis] (Fondo antiguo de la Universidad de Granada, nº 10523, olim 26v-5-2).

P. Virgilii Maronis Opera. Innumeris pene locis ad veterum Petri Bembi… et Andreae Naugeri exemplarium fidem, postema hac editione, castigata; cum IX commentariis, Servio presertim ac Donato, ad suam integritatem restitutis, Venetiis, apud Iuntas, 1552 (Fondo antiguo de la Universidad de Granada, nº 03520).

P. Vergilius Maro et in eum commentationes et paralipomena Germani Valentis Buelli, P.P. Ejusdem Vergilii Appendix, cum Josephi Scaligeri commentariis et castigationibus Antverij in margine ascriptis illustrata, Antuerpiae, ex officina Christophori Plantini, 1575 (Fondo antiguo de la Universidad de Granada, nº 12612).

P. Virgilii Maronis Bvcolica et Georgica. Argumentis, Explicationibus, Notis illustrata, Avctore Io. Lvdovico de la Cerda Toletano, Societatis Iesv, in Curia Philippi Regis Hispaniae Primario Eloquentiae Professore. Editio cùm accurata, tum locupletata, & Indicibus necessariis insignita, Ludgvni, Sumptibus Horatii Cardon, M.DC. XIX (B-Histórica-Fondo antiguo de la Universidad Complutense, Madrid, sign. BH DER 16486).

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Notas

1 Entrambasaguas, 1967, II, p. 92, señala que el 8 de noviembre de 1622 tenía 31 años. Esta información procede de la documentación que consultó a propósito de las entrevistas que se hicieron a diversos conocidos de Pedro Torres Rámila —destinatario del texto del que damos noticia— a fin de decidir sobre la solicitud de Torres Rámila de una de las becas vacantes en el Colegio de San Ildefonso, en Alcalá. Más datos sobre su vida y obras pueden consultarse en Entrambasaguas, 1967, I, p. 335, Rozas y Quilis, 1961, y Alonso, 1982.

2 Señaló el dato Dámaso Alonso, 1982, p. 504.

3 Véase Alonso, 1982. Aurora Egido, 1989, p. 37, ha subrayado la importancia de la temprana fecha de esta defensa gongorina en el panorama de la silva en el Barroco. Véanse también las precisiones cronológicas de Iglesias Feijoo, 1983, p. 185 y Jammes, 1994, pp. 616-618.

4 Véase Rozas y Quilis, 1961, pp. 412-13, para los problemas de autoría de esta epístola, que en su encabezamiento lleva escrito «A Manuel Ponçe S. P. D.». Rozas y Quilis ven a Villamediana tras diversas alusiones al destinatario de la carta (alusiones al Faetón, tratamiento de señoría…), y advierten que la letra A que encabeza el epígrafe fue añadida posteriormente por una mano diferente a la que copió el manuscrito. Gutiérrez Arranz, 2001, pp. 9-10, también señala esta obra de Ponce en su estudio de la mitología en Villamediana.

5 Álvarez de Baena, 1791, IV, p. 2, señala como obras de Ponce el Cristal de la lengua castellana (seguramente la misma que Quevedo menciona como Crisol) y los Comentos a algunos lugares de Virgilio. Véase también Fernández-Guerra, 1951, p. 478, en nota.

6 El Abad de Rute lo mencionó en su Examen del Antídoto (p. 419), de 1617; Angulo y Pulgar en sus Epístolas satisfactorias, f. 54, editadas en 1635; Almansa lo hizo en sus Advertencias (en Orozco, 1969, pp. 198-199), fechadas en torno a 1614-1615, donde critica a quienes censuran la poesía de Góngora sin tener conocimientos para ello y señala los escasos ingenios que a su juicio podrían acometer esta tarea; entre ellos, Manuel Ponce. Dámaso Alonso, 1982, p. 505, ya había señalado estas referencias. Sobre su participación en estas polémicas, véase también Roses Lozano, 1994, pp. 20-22.

7 Más detalles en Alonso, 1982, y Roses Lozano, 1994, pp. 20-22.

8 Véase Rozas y Quilis, 1961.

9 Para más detalles sobre esta polémica, véanse el panorama histórico y los documentos que ofrece Entrambasaguas, 1967, y los estudios y ediciones de Tubau, 2007 y 2008.

10 Sobre este proceso, véanse Entrambasaguas, 1967, II, pp. 50 y ss., y Tubau, 2008, 23-38, 203-48.

11 Véanse Entrambasaguas, 1967, I, pp. 337-38) y Tubau, 2008, pp. 28-29. En ese texto, González de Salas intentaba demostrar que la tierra surgida tras el diluvio universal era diferente a la que se había separado el tercer día de la creación.

12 Entambasaguas, 1967, I, passim.

13 Véase Entrambasaguas, 1967, II, pp. 92-94.

14 Entrambasaguas, 1967, II, pp. 70 y ss.

15 Puede consultarse la cita de Ponce en Entrambasaguas, 1967, II, pp. 85-87.

16 Las recoge Entrambasaguas, 1967, I, p. 406, n. 134 y pp. 408-409, n. 140.

17 Véase Entrambasaguas,1967, I, p. 339 y ss.

18 Así, las notas a su Sylva a las Soledades de Don Luys de Góngora son especialmente densas en referencias y detalles sobre el Nilo, tal y como ya señalara Dámaso Alonso. En esta Sylva, además de calificar a Virgilio como «el mayor poeta», Ponce cita en varias ocasiones versos de las Geórgicas. Véase Alonso, 1982, p. 515, 517.

19 Véanse al respecto, entre otros, Codoñer, 1997, p. 33, y Jiménez Calvente, 2001.

20 Jiménez Calvente, 2001, pp. 46-49, señala diversos ejemplos de este tipo de comentario; entre los primeros títulos están Filippo Beroaldo con sus Annotationes contra Servium (1482) y Poliziano con su Miscellanea (1489).

21 La primera edición de obra virgiliana con comentario de Juan Luis de la Cerda, «Ex collegio Paltheniano», Madrid, data de 1608, y comprende sólo Bucólicas y Geórgicas. Ediciones posteriores incluyen la Eneida: Lyon, Horace Cardon, 1612-1619 y Colonia, 1628. Véase. F. Piccirillo, 1985, pp. 169-178.

22 Ponce denomina «descripción geográfica» y «narración particular» a la que se desarrolla en estos versos; las referencias generales a Egipto y Persia que proponía Juan Luis de la Cerda las denomina «descripción general» o «perifrástica».

23 Putnam, 1979, p. 272.

24 La descripción de España recorre los diversos reinos peninsulares y delimita sus fronteras; la bíblica de Egipto se encuentra en Ierem. 46, 25 y ss.

25 Entre otras cualidades vinculadas a las labores agrarias, este dios menor poseía el dominio de la apicultura. La leyenda cuenta que, tras perseguir Aristeo a Eurídice y morir ésta al ser mordida por una serpiente, sus abejas enfermaron. El dios Proteo le enseñó cómo restaurar sus enjambres. Según diversos autores, a quienes Ponce cita, el lugar donde Aristeo recibió esa enseñanza fue Egipto.

26 Keightley, 1847, p. 346.

27 Thomas, 1988, p. 199.

28 A pesar de que el Mediceo es el códice preferido por los humanistas, parece que en este punto no se ha seguido su organización del texto. Sí lo siguen, por ejemplo, las ediciones impresas en Venecia en 1482 y en Zaragoza en 1513, que se pueden ver en la bibliografía en el apartado «Ediciones consultadas de obras de Virgilio».

29 Thomas, 1988, p. 199, quien añade: «It clearly belongs after 293, whence it was perhaps displaced (to follow 290) because the scribe’s eye went from “urget” in 290 to “et” of “et uiridem”, rather than “et” of “et diuersa”». La diversa colocación del verso en los manuscritos mueve a sospechar que, en algún momento de la tradición, este pudo estar situado en los márgenes.

30 Keightley, 1847, p. 347.

31 Heyne, Publius Virgilius Maro uarietate lectionis et perpetua adnotatione illustratus, Bucolica et Georgica, ed. 4 curauit G.P.E. Wagner.

32 Así, por ejemplo, sucede en las ediciones de obras de Virgilio impresas en Venecia, 1508 y 1537; Granada, 1546 y Amberes, 1575. Véase, en la bibliografía, el apartado «Ediciones consultadas de obras de Virgilio».

33 Síntesis de este tema en Piccirillo, 1985: la editio princeps virgiliana, aunque el volumen no presente año, puede ser datada en Roma, 1468-1469, a cargo de Andrea Busi.

34 Servii Grammatici qui feruntur in Virgilii carmina commentarii, 287: «PELLAEI CANOPI Canopus ciuitas est iuxta Alexandriam, quam Alexander condidit instar chlamydis suae: qui fuit de ciuitate Macedoniae, quae Pella nominatur. Canopus autem dicta est quasi Canobus, a Canobo Menelai gubernatore illic sepulto. Et aliter: Pellaei Canopi ideo dixit, quoniam Macedones Alexandriam condiderunt; est autem Macedoniae ciuitas Pella, patria Alexandri, a quo dicta Alexandria est. A qua urbe xii milia passuum distans uicus est Canopus, a Canobo, Menelai gubernatore, ita appellatus. Longo autem epitheto Pellaei Canopi sic usus est, ut alibi Tyrios et Agenoris urbem et Assaraci domum, Romam.
289: FASELIS breuibus nauiculis, quibus utuntur cum stagnauerit Nilus.
291: NIGRA FECVNDAT HARENA. Nouum enim semper limum trahit, qui efficit fedunditatem: unde et Nilus dictus est quasi νέαν ιλύν trahens; nam antea Nilus latine Melo dicebatur.
293: (VSQVE COLORATUS AMNIS) DEVEXUS AB INDIS Terentius ex Aethiopia usque in haec est, Sallustius item quem trans stagnum omnis usque ad flumen. Hic ergo usque e loco est, non in locum, ut ipse Italiam longe prospexit ab usque Pachyno».

35 Véase Castano Musicò, 1990.

36 Mynors, 1969. También defienden este orden otros muchos editores y filólogos, como Keightley, 1847, p. 346 o Thomas, 1988, 27 y 199.

37 Ed. Mynors: uicinia

38 Ms.: padra

39 Y mándame decir (…) confiança: clásico ejercicio de captatio benevolentiae por el que Ponce se muestra intelectualmente inferior a Torres Rámila, y atribuye sus posibles méritos a la generosa estima que le profesa su amigo: ‘Y me manda vm [Torres Rámila] decir mi opinión sobre este pasaje, creyendo que la capacidad que su generosidad me otorga podrá conseguir lo que sólo se lograría si los quilates de mi talento fuesen iguales a los que su confianza me concede’.

40 atribuyendo la culpa de corta diligencia al superior ingenio de el autor: Ponce se dispone a esclarecer un lugar que muchos comentaristas de Virgilio han juzgado inaccesible atribuyendo esa dificultad del pasaje al superior ingenio de Virgilio, en lugar de a su escasa aplicación en el estudio de dichos versos.

41 Ms.: Pe. En adelante no se desarrolla la abreviatura.

42 Ed. De la Cerda: qui

43 Ms: epithei

44 La i inicial pudiera inducir a confusión con e, pero es semejante a la i que puede encontrarse en varios lugares del manuscrito. Sucede lo mismo, sin salir del f. 132, las voces intentamos (línea 3 del ms.), in ora (línea 14) y, sobre todo, inteligençia (línea 21), donde se aprecia claramente el trazo de una i que no llega a abrir un bucle tan marcado como en las e iniciales y que, en el último ejemplo, carece del punto en la parte superior, lo mismo que sucede en esta de imitatorem.

45 [En el margen derecho del f. 133, precedido de un asterisco, se lee lo siguiente]
Fridericus Taub- / manus ulti- / mo exposi / tor de este / poeta descon / fio de poder / entenderle, / y remitiose / a deçir que / esta este lu- / gar degra / bado; ya / si dice so- / bre 4 de / estos versos / qua parte / Persia / Aegypto / vicina / est? / [continúa en el margen izquierdo del f. 133v] si tamen per / Arabiam in / teriectam/ / esse potest: / certe cum / viri docti / locum hunc / deprabatum / clamitent. / y en lo demas / conuiene con / el Pe. Juan / Luis cuia / sentencia refiere.

46 los seis versos que dexa: se refiere a los seis versos de que constaría el pasaje de las Geórgicas sin contar el v. 291, que De la Cerda suprime.

47 [En el margen inferior izquierdo del f. 133v, precedido de un asterisco, se lee lo siguiente]
Leonisio / l. 2. / c. 56 de su / varia histª. / diçe de este río / et circa Pha- / rum tandem / in Aegyptum / devoluitur pe- / lagus. Se refiere a Niccolò Leonico Tomeo (1456?-1531?), humanista experto en filosofía griega que enseñó en Padua y Venecia, y que destacó como experto en Platón y Aristóteles. La cita pertenece a su obra De varia historia libri tres, editada en 1531 (Venecia: Giunta, enero 1531; Basilea: in officina Frobenniana, agosto 1531). Hemos cotejado la cita con el texto de Basilea (véase p. 193), con el que coincide.

48 [Al margen derecho del folio se lee] Ludovicus · / Cerda

49 Ed. Lucano, vv. 251-252: parua Phaseli, / Magnus adit

50 [Al margen izquierdo del folio se lee] Catuli / Phaseli / Laus / _______ / Naviculae / testaceae / _______ / vid Calderini / com. 269 / _________

51 Ms.: Alexa. En adelante no se desarrolla la abreviatura.

52 Ms.: Juº. En adelante no se desarrolla la abreviatura.

53 Ms: turban

54 Ms: vesperan

55 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. xiiv: Profundiorem fluuium reddit maris ingressus, septem ostiis in pelagus delatum, horum primum ad orientem uergit quod Pelusium uocant: secundum Paniticum. Deinde tertium Mendesium uocant: Phaeniticum, Sebenniticum, Bolbitinum. Ultimum Canopicum

56 Ms: max

57 Plin. Nat. 6,52: gens Tyro, Daneon portus, ex quo nauigabilem alueum perducere in Nilum, qua parte ad Delta dictum decurrit.... interuallo, quod inter flumen et rubrum mare interest, primus omnium Sesostris Aegypti rex cogitauit, mox Darius Persarum...

58 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. xiii: Persarum rex perficere aggressus

59 Plin. Nat. 6,38

60 Amian. Marcel., Historia, 23, 6, 14.

61 Amian. Marcel., Historia, 23, 6, 15.

62 El texto de la traducción utilizada sigue una lectura nobis, en lugar del nobilis que refleja el manuscrito.

63 [Al margen derecho del folio 137 se lee] Pag. 567. [Al margen derecho de ese mismo folio] Pag. 499.

64 Ms.: constrenir

65 Se cita el verso 23 del poema de Claudiano dedicado al Nilo, que en las ediciones presenta la variante crinem

66 [Al margen izquierdo del folio 137 v se lee] Pag. 14. / Diod. L. 1. cap. / 3. pag. 16 quo / niam autem / plurima cura / molestiaque / urgebat ac- / colas Nili in / nundatio, ex / cogitata est / in Memphi / quaedam in / cremento* / [fol. 138, margen derecho] mensurandi / a Regibus / obseruatio.

67 La e de montes parece corregida sobre una i.

68 Ed. Lucano: in alta

69 Ed. Lucano: it conualle…

70 Ms: sigui

71 Ms: e- / exornar.

72 Eneid. 2, 311. Ed. Mynors: Volcano superante domus; iam proxumus ardet / Ucalegon; Sigea igni freta lata relucent.

73 La línea en el manuscrito sustituye al resto del verso, que puede leerse en la nota anterior.

74 Tanto esta como otras traducciones consultadas coinciden en ver en Vulcano un símbolo de las llamas.

75 Ms.: fertilica

76 Georg. 1, 104-105.

77 Gaius Iulius Solinus, autor del siglo iv que escribió una compilación de saberes y curiosidades geográficas y naturales conocida por los nombres de De mirabilius mundi, Collectanea rerum memorabilium y Polyhistor.

78 Plin. Nat. 8, 35

79 Ms: seco

80 Plin. Nat. 5, 5: Decumis se eo peruenisse castris, et ultra ad fluuium, qui ger uocatur, per solitudines nigri pulueris. Según Forcellini, 1940, existe confusión entre el nombre verdadero del río Ger y Niger, como prueba el pasaje de Plinio.

81 Caes. De bell. Alex. 5: Nam quae flumine Nilo fertur adeo est limosa ac turbida ut multos uariosque morbos efficiat

82 [En el margen izquierdo, precedido de un asterisco que lleva a otro situado en este lugar del texto, se lee lo siguiente]* Iacobi Maussaci in / not. super Plut. / Libell. de fluuiorum / pag. 291 quia / vero Nili aquae / nigrae et turbidae / sunt, ideo Hebrei / eum nigrum / appellarunt.

83 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. xiii: effecit

84 Diodoro Sículo, ed. 1511: querens

85 Ms: egipcion

86 Ed. Orosio 1, 2, 29: hunc aliqui auctores ferunt haud procul ab Athlante habere fontem et continuo harenis mergi

87 Eneid., v. 800.

88 Ed. Catulo, v. 11: sive quae septemgeminus colorat / aequora Nilus

89 Valerius Flaccus, Argonautica; Publius Papinius Statius, Thebaida; Claudius Claudianus, epigrama «Nilus». A estos autores clásicos se añade Giovani Baptista Scortia: De natura et incremento Nili, primera edición en Lyon, Horace Cardon, 1617.

90 Ms.: ques

91 Ms.: no

92 Ms.: omnes

93 Georg. 4, 281.

94 Ms: prosigui

95 Ed. Cic., Nat. Deor. 1, 91: Etenim enumerasti memoriter et copiose, ut mihi quidem admirari luberet in homine esse Romano tantam scientiam, usque a Thale Milesio de deorum natura philosophorum sententias

96 [En el margen derecho del f. 142, se lee lo siguiente] tom. 4 / pag. 289.

97 [En el margen derecho del f. 142, se lee lo siguiente] Veasse el / lug de Her. / pag 10

98 Ed. Lucano 10, 269: et Phariis Persisque fuit Macetumque tyrannis

99 Ms.: preba

100 Ms.: Juº.

101 Ms.: forcossa

102 Ed. Hyg., Fabulae 275: Thebaidos

103 Ms.: aduerarum. Se refiere a la obra de Adrien Turnèbe (Turnebus o Turnebo) Adversariorum libri XXX, Paris, 1564, 1565 y 1573.

104 [En el margen derecho del f. 142v, se lee lo siguiente] l. 21 cap. / 9. pag. 417

105 Ed. Plin. Nat. 5, 16: Summa pars contermina Aethiopiae Thebais vocatur

106 [En el margen derecho se lee] pag. 59 / r. 35

107 Ms.: hico

108 Ms.: hico

109 [En el margen derecho del f. 144v se lee] cap. 46. n. / 25. pag. / 731

110 Ms.: tumulum; Ierem. 46, 25. Ed. Vulgata: tumultum

111 Ms.: Quartuor

112 Georg. 4, 540. Ed. Mynors: delige

113 Georg. 4, 554-557

114 Georg. 4, 387-388

115 Plin. Nat. 4, 26

116 Ed. Hyginus, Fabula cxviii, Proteus: In Aegypto Proteus senex marinus diuinus dicitur fuisse, qui in omnes se figuras conuertere solitus erat

117 [En el margen izquierdo se lee] Pag. 27

118 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. xxiiv

119 [En el margen derecho se lee] Pag. 128

120 Ed. Lucano 10, 511: Proteos

121 [En el margen derecho se lee] cap. 1. n. 7

122 [En el margen derecho se lee] 107 / t. 3. La cita es de Cicerón, Ad familiares, lib. VII. Epist. V. Sin embargo, en la edición que recoge la bibliografía, el texto ofrece la siguiente variante: simus enim putidiusculi, quamquam per te vix licet; verum, ut video, licebit. cura ut valeas, et me, ut amas, ama.

123 La palabra finis aparece dibujada saliendo del pico de una paloma. En el folio siguiente, plegado, hay un mapa de la geografía que Virgilio describe en el lugar comentado de la cuarta Geórgica.

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Para citar este artículo

Referencia en papel

Antonio Azaustre Galiana y Helena de Carlos Villamarín, «Apología en defensa de Virgilio, un comentario inédito de Manuel Ponce»Criticón, 110 | 2010, 95-132.

Referencia electrónica

Antonio Azaustre Galiana y Helena de Carlos Villamarín, «Apología en defensa de Virgilio, un comentario inédito de Manuel Ponce»Criticón [En línea], 110 | 2010, Publicado el 20 febrero 2020, consultado el 05 diciembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/15486; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.15486

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Autores

Antonio Azaustre Galiana

Universidad de Santiago de Compostela

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