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Reseñas

Agustín Moreto, Primera parte de comedias, I. La fuerza de la ley – El mejor amigo, el rey – El desdén con el desdén, dir. María Luisa Lobato, Kassel, Reichenberger, 2008. xiv-597 p

Elena E. Marcello
p. 175-178
Referencia(s):

Agustín Moreto, Primera parte de comedias, I. La fuerza de la ley – El mejor amigo, el rey – El desdén con el desdén, dir. María Luisa Lobato, Kassel, Reichenberger, xiv-597 p. (ISBN: 978-3-937734-63-7; Teatro del Siglo de Oro, «Ediciones críticas», 165.)

Texto completo

1Los equipos dedicados a rescatar el patrimonio bibliográfico del teatro aurisecular español cuentan hoy con un nuevo adalid: el grupo PROTEO, dirigido por María Luisa Lobato, que se ha impuesto la misión de editar la producción dramática de Agustín Moreto. En 2008 los «moretianos» nos han ofrecido una fructífera cosecha de monografías sobre el dramaturgo madrileño —desde Moretiana. Adversa y próspera fortuna de Agustín Moreto (Madrid/Frankfurt, Iberoamericana/Vervuert) hasta De Moretiana fortuna, número 85 del Bulletin of Spanish Studies—; una cosecha que se ha coronado con este primer tomo de las Comedias de Agustín Moreto. Primera parte de comedias I de la editorial Reichenbeger. En él se anuncia un sólido plan de trabajo, pues se presenta al final del libro el contenido de los primeros cuatro tomos, compuestos cada uno por tres comedias, por un total de doce piezas que siguen el orden de aparición de la Primera parte. Asimismo, el libro brinda al lector una primera cata del futuro trabajo de edición. En el volumen se editan los preliminares de la Primera parte de comedias, a cargo de Miguel Zugasti, y tres comedias: La fuerza de la ley (ed. Esther Borrego Gutiérrez), El mejor amigo, el rey (ed. Beata Baczynska) y El desdén, con el desdén (ed. María Luisa Lobato). Abre el tomo la directora con unas breves palabras preliminares que enmarcan el proyecto y advierten acerca del planteamiento general y del grado de responsabilidad de sus integrantes. Cada editor es responsable de su propio texto y al coordinador le corresponde la “armonización del conjunto” de cada volumen (véase p. x). Esta manera de proceder explica las divergencias formales entre las diversas ediciones que componen el libro. Cada comedia cuenta con su prólogo, texto anotado, aparato de variantes y bibliografía, es decir, cada título se configura casi como una entidad autónoma. Sin embargo, al final del volumen se agradece el índice de voces anotadas (pp. 581-597) de todo el conjunto, que, como es sabido, resulta ser una herramienta de trabajo de las más útiles. Los prólogos y las anotaciones filológicas atienden a los elementos más relevantes desde el punto de vista literario o textual de cada pieza, lo que implica una diferente extensión y distribución del discurso. Pese al uso poco uniforme de los titulillos (prácticamente ausentes, por ejemplo, en las últimas comedias), cada editor proporciona al especialista los datos de rigor de toda edición crítica —referencias bibliográficas, localización y descripción de ejemplares, datos sobre composición y/o representación, sinopsis de la versificación, etc.—, y profundiza con más libertad en los aspectos literarios o escénicos propios de su texto.

2En cuanto a las resoluciones ecdóticas adoptadas en esta edición, el mismo título advierte de la elección de la Primera parte de comedias, corregida de eventuales erratas y errores, como texto base. Los criterios de edición reseñados por la directora al principio del volumen son escuetos y apuntan a una actitud modernizadora conforme con los hábitos editoriales ligados al teatro barroco de las últimas décadas. Esta brevedad se ve compensada por la presencia en la web (www.moretianos.com) de una exposición detallada de los criterios de edición dirigidos al equipo. Aquí el lector los puede consultar, por el momento, sin dificultad alguna, aunque confiamos en que se editen en soporte de papel, acompañados de unas reflexiones sobre las cuestiones filológicas propias de la tradición moretiana. La decisión de centrarse en la Primera parte no exime de la recensión y colación de los testimonios existentes de cada comedia, cuya tradición textual se describe brevemente al final del prólogo (acompañada de la filiación estemática). Las variantes se registran al final de cada comedia. La empresa en sí es doblemente meritoria. Por una lado, proporciona al investigador un texto fiable del teatro moretiano, asequible hasta la fecha en la superada publicación de la editorial Rivadeneyra (si no es directamente en los impresos antiguos), a excepción de los títulos que conforman el canon actual de Moreto —El desdén, con el desdén o El lindo don Diego—, objeto de puntuales ediciones modernas. Por otro, atiende al texto y al macrotexto. La decisión de centrarse en la Primera parte coincide con la de otros equipos de investigación comprometidos en editar el patrimonio dramático aurisecular y recoge el texto teatral en un momento de su historia editorial y de su difusión. Como es sabido, el teatro del xvii alcanzó el éxito de público tanto en los escenarios como en la imprenta. En este último ámbito, los propios dramaturgos encontraron un cauce para una selección de sus comedias reuniéndolas en las llamadas Partes de comedias. A menudo, los impulsaba un afán filológico con que se quería atajar el sinfín de publicaciones que escapaban a su control; sin embargo, era el factor económico el que primaba a la hora de imprimir. De hecho, impresores y mercaderes atendían a las leyes del mercado y, por ello, en esta época pululaban las colecciones misceláneas piratas que competían con las promovidas oficialmente por uno u otro autor. En este panorama editorial, el macrotexto de la Primera parte de comedias de 1654 representa un eslabón prestigioso en la trasmisión del teatro moretiano; asimismo, el estema propuesto a través del cotejo ubica cada comedia dentro de su tradición textual, aportando, como veremos más adelante, conclusiones interesantes con respecto a la filiación. A falta de una bibliografía exhaustiva sobre el corpus dramático de Moreto, cada editor ha descrito someramente los testimonios según el ejemplar utilizado (advierte la directora que se excluyen del cotejo los eventuales estados). Destaca obviamente, en la labor ecdótica, el volumen colectivo de comedias de 1654 que edita y reseña con su habitual precisión Miguel Zugasti (pp. 1-36). La primacía filológica de la editio princeps, de la que se conservan dos estados diferentes, es manifiesta por tratarse de una iniciativa editorial del propio dramaturgo. Se trata, por lo tanto, de una edición que confeccionó el mismo Moreto, según indican los paratextos, en muy poco tiempo, y que se imprimió en la tipografía de Diego Díaz de la Carrera entre julio y octubre de 1654. Queda sin confirmar si la rapidez de la impresión estuvo relacionada, como señala Zugasti (pp. 9-10), con la contemporánea preparación del Teatro poético en doce comedias nuevas de los mejores ingenios de España. Séptima parte que salió en Madrid el mismo año promovido por su impresor, Domingo García y Morrás, en donde figuran tres comedias de Moreto. En su análisis, Zugasti desentraña a través de valiosos indicios bibliográficos y documentales los pasos seguidos por el escritor con el fin de llevar a cabo la empresa editorial, in primis el rescate de los manuscritos —en algunos casos autógrafos (El poder de la amistad)— cedidos anteriormente a los autores de comedias, quienes detentaban legalmente el monopolio por ocho años. Dirimir la relación existente entre la Primera parte (o los impresos en general) y los manuscritos contemporáneos suele ser una cuestión bastante peliaguda en la edición de textos dramáticos auriseculares. Además, este asunto se complica a menudo con el filtro censorio, las intervenciones ligadas a la práctica escénica, los destinatarios y dedicatarios de la publicación, las peculiares vías de transmisión textual, los hábitos de las imprentas o de los cómicos, etc. Tal es el caso del autógrafo de El poder de la amistad, del que Zugasti, encargado de su edición para el tercer tomo, nos anticipa detalles y utiliza como muestra del procedimiento editorial que Moreto debió de realizar para cada una de las doce comedias que componen la Primera parte.

3La primera pieza teatral editada es La fuerza de la ley (pp. 37-243), que presenta una tradición textual bastante compleja en impresos (volúmenes colectivos y sueltas) del xvii y xviii. En el amplio prólogo Esther Borrego desentraña las circunstancias de la creación, las fuentes antiguas y las reelaboraciones contemporáneas sobre la historia del rey Seleuco, quien castigó a su propio hijo, culpable de adulterio, sacándole un ojo a él y otro a sí mismo. Componen la tradición textual de esta comedia unos dieciséis testimonios impresos, entre los que destaca la ya citada Séptima parte de Domingo García Morrás, que la editora afilia a otra rama del estema. Tras destacar los dos estados diferentes de la Primera parte, postula dos grandes familias de testimonios, ambas procedentes de dos subarquetipos, que la ayudan a corregir erratas y pasajes defectuosos en cuanto a métrica. En su análisis literario, la editora, reconocida especialista en el teatro cómico breve, pone especial atención a los aspectos cómicos y entremesiles presentes en la obra; en particular, se detiene en el protagonismo del gracioso Greguesco.

4Más sintética es la introducción de Beata Baczynska, editora de la comedia El mejor amigo, el rey (pp. 245-396). Se trata de un caso de reescritura teatral, muy común en la época, pues la obra procede de Cautela contra cautela, atribuida a Tirso. Por consiguiente, en su análisis destacan los aspectos relacionados con esa práctica teatral, las filiaciones hipertextuales y las variaciones dramáticas aportadas por el dramaturgo madrileño alrededor del tópico sobre la amistad y lealtad entre monarca y privado.

5Cierra el volumen una de las comedias más celebradas de Agustín Moreto, El desdén, con el desdén (pp. 397-580). De entrada su editora, se enfrenta a una de las obras con mayor tradición tanto textual como crítica. María Luisa Lobato plantea hipótesis acerca del personaje histórico que trasciende a la figura de Carlos, proponiendo, sobre base histórico-documental, a Fernández de la Cueva; dirime los entresijos de su representación y atiende a las comedias auriseculares que comparten con El desdén, con el desdén el tema del amor y el desamor, o que se afilian directamente al texto moretiano, como en el caso de Molière, Gozzi o C. A. West. Aunque despista un poco la inserción bibliográfica de las pp. 408-410, que hubiera podido obviarse o reducirse a la mención de autor y fecha, su análisis toca las cuestiones principales de orden histórico-literario de la comedia moretiana. Bastante amplio, pero quizás algo complejo, es también el espacio dedicado a las cuestiones textuales, entre las que destaca en primer lugar la atención a «tres emisiones, esta vez facticias» de la Primera parte (p. 413). Si el término emisión lleva en este caso a cierta confusión, también debe considerarse la dificultad de detallar con minucia una tradición textual tan compleja como la de El desdén, con el desdén. Por ello, la editora remite a un artículo más preciso sobre el tema y ofrece inmediatamente después una selección de los errores conjuntivos y separativos que afilian los diferentes testimonios y permiten descodificar el complicado árbol genealógico final.

6Las reflexiones ecdóticas presentadas por los editores corroboran y complementan un excelente trabajo de edición, proporcionando al especialista un texto fijado con rigor y oportunamente anotado. La publicación de la Primera parte de comedias de Agustín Moreto, de la que este primer tomo es un buen auspicio, constituye una base sólida y ponderada para futuras investigaciones sobre el teatro aurisecular y, en particular, sobre la dramaturgia moretiana. Y más allá de las pesquisas filológicas, el público no especializado podrá acercarse al amplio corpus teatral de Moreto, que supera con creces los títulos canonizados por la crítica romántica, y deleitarse en su habilidad dramática, redescubriendo la frescura de un buen enredo y el virtuosismo de un poeta.

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Para citar este artículo

Referencia en papel

Elena E. Marcello, «Agustín Moreto, Primera parte de comedias, I. La fuerza de la ley – El mejor amigo, el rey – El desdén con el desdén, dir. María Luisa Lobato, Kassel, Reichenberger, 2008. xiv-597 p»Criticón, 108 | 2010, 175-178.

Referencia electrónica

Elena E. Marcello, «Agustín Moreto, Primera parte de comedias, I. La fuerza de la ley – El mejor amigo, el rey – El desdén con el desdén, dir. María Luisa Lobato, Kassel, Reichenberger, 2008. xiv-597 p»Criticón [En línea], 108 | 2010, Publicado el 10 febrero 2020, consultado el 29 noviembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/14651; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.14651

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Autor

Elena E. Marcello

Universidad de Castilla-La Mancha

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Derechos de autor

CC-BY-NC-ND-4.0

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