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La intervención de Vera Tassis en la Sexta parte de comedias de Calderón (1683) y su valor testimonial

José María Viña Liste
p. 115-132

Resúmenes

Primero se analiza la intervención de Vera Tassis en la dispositio de las comedias de su Sexta parte, en la que, con variedad barroca, predominan, hasta sumar siete de las doce, las de amor y honor con sus enredos sentimentales e identidades equívocas, a las que se anticipan o entre las que se intercalan tres dramas, fiestas o fábulas de inspiración mitológica, típicas muestras del suntuoso teatro de corte, que al lector sólo le cabía imaginar, y se incluyen dos comedias de santos no por entero ajenas a los temas de amor y honor. Luego se identifican los testimonios usados por el editor y se reconoce el valor de su edición para detectar pasajes textuales problemáticos, para la confección del stemma de cada comedia y para la enmienda de lugares críticos.

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Notas del autor

Este trabajo, derivado de la edición de la Sexta parte que publicará la Biblioteca Castro, se enmarca en el Proyecto de Investigación de la DGICYT dirigido por Luis Iglesias Feijoo HUM2007-61419/FILO, y en el Proyecto Consolider-Ingenio CSD2009-00033 sobre «Patrimonio teatral clásico español» TECE-TEI.

Texto completo

La confección del volumen

1Cincuenta y cuatro comedias de don Pedro Calderón de la Barca, adocenadas en letra impresa, habían precedido en ver la luz a la Sexta parte que publica Juan de Vera Tassis en 1683, transcurridos menos de dos años de la muerte del poeta; sigue el rastro de las anteriores: la Primera de 1636, la Segunda de julio del año siguiente —recopiladas ambas por su hermano José, al menos nominalmente—, la Tercera nada menos que veintisiete años posterior, del verano de 1664, la Cuarta de 1672; una Quinta Parte, desautorizada por el dramaturgo, con sólo diez comedias, cuatro de las cuales no eran suyas, se publica en 1677 en Barcelona y Madrid, pero impresas ambas en la Villa y Corte. La Sexta, ya póstuma, tiene —como la Quinta «verdadera» de nuevo editada con más aceptables criterios por Vera en 1682— aprobaciones de Fray Manuel de Guerra y de Juan de Baños, fechadas respectivamente en 14 de abril y 6 de mayo de 1682; el Privilegio en ella incluido resume, al igual que en las partes que edita Vera hasta 1691, el otorgado el 25 de mayo de 1682 —primer aniversario de la muerte de don Pedro—, que se había publicado por extenso en la verdadera Quinta; la epístola incorporada de Marcos de la Nuza lleva fecha de 16 de febrero de 1683, la fe de erratas es del 22 del mismo mes, y la tasa es de cinco días más tarde. Vera Tassis, a quien Calderón llevaba más de treinta años de edad, aún se ocupará de la edición de otras tres Partes —además de reimprimir desde 1685 en años sucesivos las cuatro primeras, que habían visto antes la luz entre 1636 y 1672—, hasta responsabilizarse de la publicación de 108 comedias calderonianas: la Séptima aparece en el mismo año de 1683; al siguiente, la Octava; y siete años más tarde, en 1691, la Novena. Entre sus proyectos fallidos de aquellos años finales del siglo xvii estaba la preparación de una Décima Parte para la que —suponemos— ya había acopiado testimonios; cuando publica su Quinta Parte sabe que la pluma a la que estima como «la más cortesana de su siglo» dejó escritas más de ciento veinte comedias, la mayor parte de cuyos textos él había logrado reunir en diferentes versiones. Es posible que Calderón supiese —aparte de las 48 adocenadas, impresas como de autoría exclusiva suya, y de las 6 de la Quinta de 1677— de la existencia de unas cuarenta más, editadas en tomos con las de otros dramaturgos —38, según Vera en los preliminares de su Quinta parte—, y de otras tres como sueltas, por lo que pudo haber visto impresas casi cien de sus comedias.

2El alcance y sentido de la labor de Vera en la Sexta parte quedan expresados por el editor en su dedicatoria al Conde-Duque de Benavente, a quien ya había ofrecido también la Quinta parte «verdadera», aunque ahora su texto reduce las 8 páginas a 3 y añade leves variantes. Aquí se confiesa «ansioso de nuevas glorias», alude a sus «largas y prolijas tareas» que implican «tanto sacrificio», pero que tienen su compensación «suscitando las veneradas memorias de nuestro don Pedro Calderón de la Barca» porque, al dar a las prensas «sus legítimos escritos», logra esclarecimiento para el autor y para sí mismo «la dicha de manifestarle al mundo». Añádase el juicio contenido en la breve Aprobación de don Juan Baños, donde se refiere a «los libros de comedias [...] que con gratísimo desvelo ha recogido su íntimo amigo [...] don Juan de Vera Tassis y Villarroel, cuya alabanza será siempre menor que los grandes méritos de la fama que supo granjear al laborioso afán de sus insuperables estudios». Por más que se haya puesto en duda la proximidad personal y la autenticidad del afecto mutuo entre autor y editor, el Señor de Clavijo, don Marcos de la Nuza, pondera, en las páginas preliminares de esta parte, la íntima y estrecha amistad de Vera Tassis con Calderón como motivo que le impulsó a publicar, en un agradecible y gustoso empleo de su tiempo, las comedias de tan ilustre amigo.

3En su prolija Aprobación, el Padre Manuel de Guerra, admira la habilidad del autor para acordar con su artificio «la verosimilitud con el engaño, lo posible con lo fabuloso, lo fingido con lo verdadero, lo amatorio con lo decente, lo majestuoso con lo tratable, lo heroico con lo inteligible, lo grave con lo dulce, lo sentencioso con lo corriente, lo conceptuoso con lo claro, la doctrina con el gusto, la moralidad con la dulzura, la gracia con la discreción, el aviso con la templanza...». No se olvida allí de agradecer a Juan que haya sacrificado tantas horas de su tiempo, con renuncia a la «común usura de los estudiosos», para consagrarlas a la edición de las obras dramáticas calderonianas: «dejando sus proprios empleos, dignos de tanta luz como se la da el grande ingenio de su autor, se dedica a la amistad con la memoria y a la utilidad pública, limpiando estas comedias, que, habiendo corrido hasta aquí mal copiadas, aun no pudieron, siendo de don Pedro, librarse de yerros. Hoy salen tan cabales que no echará menos don Pedro su mano cuando la mira tan heredada en quien le venera y imita». No es posible suscribir al ciento por ciento, a pesar del encomiable esfuerzo de Vera Tassis, el último aserto, pues, como se verá luego, la edición que él confeccionó —sin menospreciar su valor ni el mérito de una labor que no estaba ni guiada por las normas de la moderna crítica textual ni sometida a su exigente disciplina— no siempre puede adoptarse como testimonio fundamental y enteramente fiable, superada por otras fuentes textuales de mayor calidad y autenticidad que la suya. Ello no implica el mínimo menosprecio por su labor editorial; muy al contrario, su aportación —ora denostada por sus aventuradas y bienintencionadas invenciones, ora reconocida, dada su devota dedicación a una ardua, y en verdad poco lucida, si no ingrata tarea— merece no ser ignorada, sino juiciosamente aprovechada, máxime si se piensa que no es imposible que para realizarla pudiese haber contado con testimonios, ya manuscritos, ya impresos, que para nosotros son hoy desconocidos, y por el contrario pudiera no haber logrado hacerse con otros que nosotros conocemos ahora.

  • 1 Ver a este respecto, Calderón, Comedias, II. Segunda parte de Comedias, ed. S. Fernández Mosquera, (...)
  • 2 Lazarillo de Tormes, p. 4.

4También en ésta, como en las partes anteriores y posteriores, reunió Vera Tassis para su edición obras de naturaleza muy diversa, con lo que aseguraba para sus lectores la eficacia de la variedad, tan buscada y pretendida en la estética barroca. Vera no juega a los dados, al menos cuando prepara sus ediciones. Así, no de manera azarosa, sino poniendo en práctica lo interesante que podría ser combinar en curiosa armonía piezas de naturaleza muy dispar, como ponderaba Manuel Guerra, se intercalan las que ofrecen argumentos más graves y serios con otras que los tienen más ligeros y menos trascendentales1. Para el caso, como apoyatura de este criterio, y sin necesidad de remontarnos a autoridades tan lejanas en el tiempo como Plinio u Horacio, baste invocar la opinión de quien la pudo haber aprendido de ellos para ponerla en la pluma de Lázaro de Tormes: «que los gustos no son todos unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello, y así vemos cosas tenidas en poco de algunos que de otros no lo son»2.

5El criterio predominante de su disposición editorial no parece ser el cronológico de composición original, ni el de una rígida agrupación temática o por modalidad genérica de las piezas, sino más bien el de la armoniosa variedad. Como veremos luego, Vera no reúne doce comedias cualesquiera ni las dispone una tras otra en un volumen al azar, ni siquiera por el que produciría una ordenación alfabética de los títulos. Legítimas aspiraciones mercantiles a incrementar el número de potenciales compradores de la parte pudieron no haber sido ajenas a la elección de las piezas y a la adopción para ellas de tal dispositio, procurando que la variedad de las comedias las hiciera apetecibles para lectores también variados, interesados por temas, historias o argumentos diversos, de acuerdo con sus preferencias intelectuales o estéticas; porque, en efecto, en tiempos aún lejanos a la invención del vídeo y sus derivados, para un lector aficionado al teatro comprar una parte equivalía en cierta medida —en la que activase su imaginación— a llevarse al espacio privado de su propia casa comedias de las que antes había disfrutado —o no— en el espacio público con su representación en la escena; de modo que, ya el libro en sus manos, mediante su lectura podría reiterar y revivir —o imaginar— a voluntad una experiencia fruitiva de modo vicario.

6La parte se inicia con Andrómeda y Perseo, un drama mitológico representado en una fiesta palaciega; va seguida de El José de las mujeres, una comedia hagiográfica, y de dos comedias de honor, de enredo o de capa y espada, Los empeños de un acaso y Primero soy yo. La estatua de Prometeo es otro drama inspirado en los mitos clásicos destinado a una fiesta de palacio, a la que siguen dos comedias de honor: una desarrollada en ambiente cortesano, El secreto a voces, y otra, Dar tiempo al tiempo, en ámbito urbano. Viene luego una sorprendente comedia de santos que incluye lances amorosos, El mágico prodigioso; también de honor y enredo, pero ya en coordenadas profanas, es la que le sigue, Mejor está que estaba. Otro drama mitológico destinado a una fiesta de palacio es Fieras afemina amor, que va seguido de Dicha y desdicha del nombre, comedia cortesana de honor y enredo, la penúltima pieza de la parte, que se cierra con Para vencer a amor, querer vencerle, otra comedia de honor cortesano.

7Como puede apreciarse, con atractiva diversidad argumental y tonal se va configurando una colección dramática en la que predominan, como resulta esperable para las apetencias de la época, hasta sumar siete de las doce, las comedias de amor y honor o de capa y espada con sus inseparables enredos amorosos e identidades equívocas, a las que se anticipan o entre las que se intercalan tres dramas, fiestas o fábulas de inspiración mitológica, típicas muestras del suntuoso teatro de corte del que al lector sólo le cabía imaginar —o recordar, según los casos— sus costosos efectismos escénicos además del atractivo componente musical —germen de la ópera entonces en ciernes—, y dos comedias de santos no por entero ajenas a los temas de amor y honor, la primera de ellas protagonizada por santa Eugenia, la otra por los santos Cipriano y Justina. Preside el conjunto una magnífica fiesta, le sigue una comedia de santos y dos de enredos amorosos, viene luego otra fiesta y dos de amor, que dan paso a otra de santos, una de amor y otra fiesta más, para cerrar el conjunto con la levedad de dos de amor.

8Un sencillo cuadro sinóptico pone de relieve la sorprendente —tal vez calculada— simetría de la disposición de las piezas, con un conjunto que bascula por su acumulación de siete hacia las de asunto de amorosos enredos —e—, que brindarían placentera lectura en horas ociosas, a las que hacen contrapunto de solemne gravedad las dos de santos —s—, con tres puntos de apoyo en sendas esplendorosas fiestas de tema mitológico —Fm—, una de las cuales, Andrómeda y Perseo, susceptible de encerrar una mitología cristiana dentro de la clásica, funciona como magnífica obertura de la Sexta parte:
                  
Fm  s e e   Fm  e e s e   Fm  e e 

  • 3 Neumeister, 2000, p. ix. En su documentado estudio dedica particular atención, para lo que ahora no (...)

9Merecen especial atención los tres dramas cortesanos o fiestas teatrales de contenido mitológico que ocupan los estratégicos lugares primero, quinto y décimo en la distribución editorial de la parte, sin perder de vista en su lectura actual el hecho de que se trataba de «obras realizadas por encargo para ocasiones concretas», aspecto de un verdadero subgénero teatral típico de la segunda mitad del siglo xvii al que ha dedicado esmerada atención el profesor Neumeister3. Se trata de los titulados Andrómeda y Perseo, estrenado en 1653, Fieras afemina amor, tal vez preparado para enero de 1670, pero diferido en su estreno, y La estatua de Prometeo, que, acabado en diciembre del mismo año, se pudo haber estrenado en alguno de los cuatro siguientes. August W. Schlegel denominaba «óperas poéticas» a estas fiestas mitológicas palaciegas representadas ante un elitista público cortesano y cuyo sentido no llega a alcanzarse con plenitud si no se tiene en cuenta su contexto histórico, dado que estaban vinculadas a celebraciones regias como cumpleaños, restablecimientos de alguna enfermedad, nacimientos o bodas.

El texto de las doce comedias

10Cuando edita su Quinta parte en 1682, si es Vera veraz, tiene ya a su alcance el texto de las doce comedias que piensa editar como Sexta —al parecer todavía no configurada como tal—, según su relación de las «comedias verdaderas de don Pedro» incluidas en los preliminares de aquélla: once las ha conseguido «en los tomos de varias» y la que falta para completar la docena, Primero soy yo, la tiene en versión manuscrita.

11Además del legado canónico transmitido por Vera Tassis en su edición de la Sexta parte de comedias (1683), contamos hoy con interesantes fuentes para acercarnos al conocimiento del texto de esa docena de obras dramáticas. Entre las manuscritas cabe destacar la existencia de materiales diversos: dos son autógrafos de Calderón; otros, copias caligráficas o artísticas excepcionales, como la de Andrómeda y Perseo que, acompañada por su partitura musical, pudiera confundirse con una edición impresa como suelta por la perfecta imitación que el copista hace de los tipos usuales en la imprenta; las más, copias convencionales de amanuenses más o menos cercanos al dramaturgo y dotados de mayor o menor destreza profesional. De las ediciones impresas en el siglo xvii cuyo valor testimonial debe tenerse en consideración, unas tienen el carácter de sueltas, otras son Escogidas, alguna mereció el dudoso honor de ser desautorizada por el propio Calderón.

  • 4 Sobre el empleo de las ediciones de Vera, afirma Arellano, 1989, p. 69, que «cada comedia es un cas (...)
  • 5 Cotarelo, 1924, p. 198.
  • 6 Hilborn, 1938, pp. 44-45.

12Tal vez lo que deba advertirse en primer lugar es que tan solo en un caso se ha adoptado, para la edición que estamos preparando de la Sexta parte, la edición veratassiana como testimonio base, por ser el más fiable de los pocos válidos llegados a nuestro conocimiento, según se verá más adelante4: es el de Primero soy yo, la cuarta en orden de las comedias de la Sexta parte y que, según Cotarelo5, fue escrita en Valencia en 1638 mientras Calderón visitaba esa ciudad; su métrica, según Hilborn6, es de hacia 1640-1642, y hay una posible referencia a esta comedia en El secreto a voces (1642) puesta en boca de Fabio: «Venga ahora lo que viniere; / que primero soy yo que él».

13Para editar El secreto a voces nos ha cabido la suerte de poder basarnos en un manuscrito autógrafo que Calderón escribió en 1642. Otras fuentes manuscritas han sido adoptadas como texto base en nuestra edición para otras cuatro comedias: Andrómeda y Perseo (Madrid, hacia 1653), El José de las mujeres (copiado en Madrid en 1669 por Sebastián de Alarcón), La estatua de Prometeo (¿Madrid?, 1670) y Dicha y desdicha del nombre, cuya datación desconocemos pero que con seguridad es anterior a 1663. De una lujosa edición suelta procede Fieras afemina amor (¿Madrid?, ¿1670-1671?), en tanto que para las cinco comedias restantes nos hemos servido como base —al igual que hizo Vera— de textos presentes en tomos de Escogidas: Los empeños de un acaso (Alcalá, 1651), Dar tiempo al tiempo (Madrid, 1662), El mágico prodigioso (Madrid, 1663), Mejor está que estaba (Madrid, 1652) y Para vencer a amor, querer vencerle (Madrid, 1654).

14Aunque no haya prevalecido el criterio de adoptar mecánicamente como base para nuestra edición el testimonio más antiguo de cada uno de los textos, puede observarse que dos de los elegidos —Primero soy yo y El secreto a voces— preceden en más de cuarenta años a la fecha en que los edita Vera Tassis, cuatro en unos treinta años —Los empeños, Mejor está, Andrómeda y Para vencer a amor—, tres en veinte años —Dicha y desdicha, Dar tiempo y El mágico—, y otros tres en menos de quince —El José, Prometeo y Fieras.

  • 7 Es el arco temporal sugerido para su composición, sin que haya subsistido ninguna versión manuscrit (...)

Testimonios básicos anteriores a Vera Tassis

más de 40 años

unos 30 años

20 años

menos de 15 años

Primero

1638-427

Empeños

1651

Dar tiempo

1662

José

1669

Secreto

1642

Mejor está

1652

Dicha

a.1663

Prometeo

1670

Andrómeda

h. 1653

El mágico

1663

Fieras

h. 1670

Vencer

1654

15Siguiendo la secuencia en que aparecen las comedias en la Sexta parte de Vera Tassis, en aras del orden establecido por él mismo y de la claridad expositiva, examinaremos a continuación el estado textual de cada una de ellas, destacando algunos pormenores que guardan mayor relación con la actividad realizada por el editor amigo de don Pedro.

161. Andrómeda y Perseo es la editada en primer lugar de la parte. En la Universidad de Harvard se conserva el manuscrito de hacia 1653 que nos sirve de texto base para la actual edición, colacionada con Escogidas 21 de 1663 y con la Sexta parte de Vera Tassis de 1683.

17La única enmienda aceptada de Vera Tassis es decisiva para que resulte inteligible lo que el manuscrito y Escogidas leen como «la foca el varado huésped», donde debe leerse: «la urca el airado huésped», pasaje en el que se alude a Cetus, el furioso monstruo marino que hace zozobrar a una gran embarcación mercante. Aunque Escogidas y Vera Tassis debieron de manejar manuscritos independientes, con sus lecturas poco legibles a veces, Vera pudo también tener a la vista la edición de Escogidas.

182. Para El José de las mujeres nos hemos servido como testimonio base del manuscrito 16.548 de la BNE, fechado en 1669, cuyo título, El Joseph de las mujeres, ofrece como alternativa el de Santa Eugenia.

19Ese manuscrito se ha cotejado con el ejemplar de la edición príncipe de la parte 13 de Escogidas, impresa en Madrid en 1660 y que conserva la BNE (R 22666), entre cuyas páginas 275 a 311 se encuentra el texto de la comedia, que parece proceder de una copia de comediante adaptada por un autor de compañía. Se ha hecho también la colación con el manuscrito B2612 de la HSA, que incluye las aprobaciones de Francisco de Avellaneda y Fermín de Sarassa fechadas en julio de 1668. La colación se extendió al manuscrito fechado en Lisboa en 1670, un apunte teatral, que preserva la BHM, y, desde luego, a la edición realizada por Vera Tassis en 1683.

20Con respecto a los otros testimonios, nuestro texto base incluye 285 versos adicionales; omite 135 versos, recuperables, cuando no exigibles, en su totalidad porque revelan y restablecen omisiones empobrecedoras o simplificadoras del manuscrito base, e incluso acusan algún error de copia; poco más de la mitad —74— de los versos omitidos están en Escogidas y Vera Tassis, mientras que los otros 61 los aporta el manuscrito de HSA. El manuscrito lisboeta, con el que aquí coincide Vera, sirve para enmendar bien —por recuperación— el siguiente pasaje, ausente en el texto base por homoioteleuton entre «llegad» reiterado, corrupto o confuso en los otros testimonios:

Capricho
Llegad.
Eleno
             ¿Tú me prendes?
Capricho
                                     Sí.
Eleno
Que eres apóstata nota.
Capricho
¿Y eso más, sobre eliota
y catecúmeno?
S
oldado 1
                     Aquí
llegad; echaos a los pies
de Aurelio.

21El siguiente error —«mueren» por «muere»— pudo estar ya en el original y contaminar desde él a todas las copias y testimonios, hasta que lo enmienda Vera: «A los tres los llevad / donde vean la crueldad / con que muere, por que así / muden de intento», donde el sujeto de «muere» es Eugenia.

22Nuestro manuscrito base representa la rama más próxima y fiel al original, por testimonio del copista; Escogidas y Vera parecen derivar de otra rama distinta, más abreviada e incorrecta o descuidada, pero tampoco es imposible que Vera Tassis se hubiera servido, más que de Escogidas, de un descendiente de ellas, un tanto abreviado. Incluyendo las que afectan a las acotaciones, hemos aceptado 26 variantes de Escogidas y 17 de Vera.

233. Se adoptó como testimonio base para editar Los empeños de un acaso el que, con el título Los empeños que se ofrecen, contiene en sus páginas 306-347 El mejor de los mejores libro [sic] que ha salido de comedias nuevas, Alcalá, María Fernández, 1651. Se ha colacionado con otra edición de la misma colección que presenta idéntico título en las páginas 296-337, la de María de Quiñones, Madrid, 1653, donde se reproduce a plana y renglón el texto de la anterior, incluso sus reclamos y signaturas; también con la suelta atribuida a Pérez de Montalbán [BL, T.17356] Los empeños que se ofrecen, s.a., s.i., que tiene las páginas numeradas y pudo ser editada, según Profeti, en Madrid el año 1650; con otra suelta de las mismas características y también atribuida a Pérez de Montalbán [BNE, T/20648], que coincide a plana y renglón con el texto de la anterior citada, pero no asigna número a las páginas; y con la Sexta parte de Vera Tassis, donde, ya con el título de Los empeños de un acaso, que hemos aceptado, se amplifican algunos pasajes. Nótese que el penúltimo verso de la edición de Vera recoge ese mismo título, que es un sintagma que ya se había empleado en el texto tres veces: dos al final de la primera jornada y otra al final de la segunda.

24La edición de 1653 y las dos sueltas son testimonios de la misma familia que la editada en 1651 y sirven para enmendar los errores de ésta; la de Vera, algunas de cuyas variantes no son inútiles, parece derivar de otro testimonio o su editor puso en su labor demasiado de su propia cosecha. De los 61 errores o erratas de Escogidas, 12 —el 20 por ciento— se enmiendan con Vera Tassis.

  • 8 Sabemos que al editar su Quinta parte en 1682, Vera tiene ya —entre otros que ha conseguido reunir— (...)

254. Para nuestra edición de Primero soy yo, el texto de la Sexta parte de Vera Tassis nos ha servido, excepcionalmente, como testimonio base, pues el propio editor, como se ha indicado antes, se sirvió de una versión previa manuscrita —hoy no conservada—, al no haberse hecho ninguna impresa hasta entonces8; se ha cotejado con el manuscrito 17.44822 de la BNE, del siglo xvii, que sólo trasmite la primera jornada con muchas incorrecciones, omisión de ocho versos, modificación de otros pocos y adición de hasta 170 bastante ripiosos que desmerecen la autoría de Calderón e incrementarían la asimétrica extensión de sus jornadas; con todo, el manuscrito ofrece alguna lectura puntual aceptable como enmienda, pues al menos estas seis variantes suyas mejoran lecturas de Vera: «borrén» por «barren»; «de él, fue el golpe menor», por «del golpe, fue menor»; «Vanse Hipólita e Inés», por «Vase»; «bastarda hija», por «bastarda, hecha»; el verso «mi inocencia ni tu culpa» que Vera lee «tu inocencia ni tu culpa» y lo hace confuso al posponerlo al siguiente en la redondilla; e «iros por ahí», por «iros».

26La razón de nuestra excepcional elección de Vera como testimonio para esta comedia es obvia: carecíamos de otra alternativa viable; el único testimonio manuscrito disponible del siglo xvii resultaba manifiestamente inválido y las sueltas subsistentes son facticias o pseudo Vera Tassis, de manera que no había más remedio —si se permite la ironía— que decantarse por el texto de la comedia incluido en la edición veratassiana de 1683.

275. Se utiliza como texto base para La estatua de Prometeo el manuscrito Tea 1-110-12 de la BHM, un “apunte teatral”, el mismo del que se sirvió Greer para su magnífica edición crítica; carece de fecha, aunque pudiera ser de 1685 y tal vez sea copia de otro anterior o del original mismo de Calderón escrito pocas semanas antes del estreno previsto, aunque no realizado, para el 22 de diciembre de 1670. No deriva de Vera Tassis ni de las Quintas Partes desautorizadas, ambas cotejadas sin embargo. Hemos podido comprobar que en la edición de Vera Tassis 53% de sus variantes resultan ser arbitrarias o erróneas. El manuscrito pudo haberse preparado para su representación festiva en Palacio postergada al 22 diciembre de 1685, con reposiciones los días 11 y 13 de enero de 1686.

28Como Greer, para el verso «quieres que en éste la rosa», aceptamos enmendar con las Quintas y Vera, donde el manuscrito lee erróneamente «oneste» en lugar de «en este». Se acepta también la variante de la Quinta de Madrid y Vera «esté a sombra del jazmín», donde el manuscrito yerra con «este asombro», al igual que la de Vera en «añade daño el silencio», donde yerran tanto el manuscrito con «han desdeñado el silencio» como las Quintas con «añade daño al silencio». Con las Quintas y Vera enmendamos la lectura «nectos» con «netos».

296. En el caso de El secreto a voces nos ha servido como testimonio base el manuscrito BNE Res.117, autógrafo de Calderón firmado por él en Madrid el 28 de febrero de 1642, que editó Osma en 1938 y del que también hay edición facsímil de José María Díez Borque. En nuestra edición mantenemos como texto válido y valioso, tanto los 59 versos atajados en 7 pasajes por mano ajena a Calderón, como los 228 en 24 pasajes por la suya propia, pues consideramos que todos ellos son testimonio de la voluntad inicial del escritor.

30Se ha hecho la colación de ese testimonio con el ms. B2616 de la HSA, que tiene licencias de Avellaneda y Sarassa (marzo/abril de 1668), carente de la primera jornada y que pudo haber formado parte de la biblioteca particular de José Sancho Rayón. Hemos tenido en cuenta la edición contenida en la parte 42 de Diferentes, Zaragoza 1650, de la cual no parece depender el manuscrito de la HSA.

31Gracias a la generosa colaboración de Andrea Sommer-Mathis hemos podido utilizar la edición de la comedia impresa en Viena por Matheo Cosmerovio en 1671, que se creía perdida pero de la que se conservan al menos dos ejemplares en Bohemia: uno en la biblioteca del castillo de Cesky Krumlov; el otro en el Hudení archiv kolegiátního kostela Sv. Morice de Kromeriz.

32Como para la edición de las demás comedias, tampoco para esta hemos prescindido del obligado cotejo con la edición de Vera Tassis de 1683.

33Además de las lagunas del autógrafo por roturas parciales de sus hojas, que afectan a pocas palabras o sílabas y se suplen sin problema con la aportación de los otros testimonios, se enmiendan tres leves erratas y nueve errores del mismo, ya mediante Diferentes, la edición vienesa y Vera juntos, coincidentes en varios casos, ya con Vera solo en el caso de «uno» con «una». Debe indicarse que apenas 5 % de las variantes propias o exclusivas de Vera resultarían aceptables; de todos modos, observadas con rigor, no se descarta que el eximio editor pudiera haber consultado más de un testimonio para preparar su edición, como en algún otro caso.

34Hecha la colación entre los testimonios, se verifica que tanto la edición de Viena como la de Vera Tassis derivan de sendos testimonios distintos que Diferentes, como se aprecia en algunas acotaciones y en notables variantes. Curiosos errores comunes, trasmitidos a todos los demás testimonios desde una copia del autógrafo intermedia, son «culto» por «loco», y «corrompida la vena» por «corrompida la “o” en “a”». El resultado de nuestra labor nos lleva a postular la existencia de un apógrafo perdido, muy próximo al autógrafo en el tiempo, que muy bien pudo haber sido un apunte teatral para la primera compañía que lo llevase a las tablas, del que derivarían, con posibles intermediarios desconocidos, los demás testimonios que han llegado a nuestro conocimiento.

35Para nuestra edición hemos decidido publicar, además de los censurados, todos los versos atajados, por considerar que representan la voluntad inicial de Calderón, porque poseen coherencia en el texto, al que dotan de toda su riqueza, y porque no tenemos absoluta seguridad de que los atajados por el escritor no lo hayan sido —al igual que los marcados por la otra mano— con el fin de adaptar la comedia a una circunstancia particular y efímera de representación.

367. No ha habido gran duda, en el caso de Dar tiempo al tiempo, para la elección del testimonio base; se ha utilizado como tal el texto incluido en la parte 17 de Escogidas, editada en 1662; antecede en 21 años a la edición de Vera Tassis, con la que también la hemos colacionado.

37De Vera pueden ser aceptables 19 variantes que enmiendan evidentes errores de Escogidas, cuyo texto es probable que adoptase él mismo como base e intentase mejorarlo. Esto último lo hace especialmente añadiendo algunas acotaciones donde no las había o explicitando mejor las preexistentes.

38Hay en la segunda jornada cinco versos en Vera que no están en Escogidas y, dado que hacen falta, los aceptamos como enmienda, aunque ignoramos —si no son fruto de su ingenio— de dónde los pudo tomar aquel editor:

Luis
Anoche os busqué.
Diego
                           No pude
prevenir dicha como esta,
y así no me estuve en casa.
Luis
Pues recado os dejé en ella.
D
iego
A saberlo yo, os buscara.

Este pasaje queda amputado en Escogidas, reducido a una breve intervención de Luis —«Oídme»—, que por otra parte es hipométrica.

  • 9 Morel-Fatio, ed., 1877, p. lxv.

398. Para El mágico prodigioso, hemos adoptado como testimonio base el contenido en la parte 20 de Escogidas impresa en 1663, su edición príncipe; parece tratarse de una versión depurada de la redacción primitiva de 1637 y, como es sabido, Calderón la desautoriza en su Cuarta parte de 1674. Sloman (1952) defiende su autoría calderoniana puesta en duda por Heaton (1951); Morel-Fatio advierte que, aunque imprima una copia de actor, está más próxima al autógrafo que la de Vera Tassis9. Hemos cotejado el impreso con el manuscrito autógrafo de Calderón de la BNE; se trata del llamado hológrafo de Osuna, fechado en 1637 y escrito para la fiesta del Corpus de la villa de Yepes, cuya tercera jornada está incompleta; no parece ser la versión definitiva, sino un bosquejo con sus abundantes correcciones y tachaduras, que tuvo una segunda redacción refundida por Calderón de esta anterior para adaptarla a las condiciones del corral de comedias, lamentablemente perdida. Morel-Fatio publicó su edición crítica en 1877 y Díez Borque la facsímil en 1999; hemos consultado ambas, además de la edición de Vera, que no se sirvió del autógrafo. Desde luego, no hemos ignorado la meritoria aportación de las ediciones modernas: la ecléctica de Valbuena Briones (19665), las de Wardropper (1982, 1985), las de Sesé (1969, 19899), y la de McKendrick (1992), quien, colaborando con Parker, matiza con atenta sutileza la puntuación.

40En el paso del autógrafo a Escogidas se produjeron bastantes abreviaciones en el texto y, como consecuencia de las mismas, algunos versos resultaron deficientes en su rima, cómputo silábico o sentido; como norma, no los enmendamos, aunque Vera a veces lo haga, sino que los editamos según quedaron en Escogidas.

41De los 40 errores advertidos en Escogidas se enmiendan nada menos que 29 con el manuscrito; con Vera se enmiendan otros 9, todos ellos en la 3.ª jornada y son más bien sencillas erratas corregidas con sentido común. Hay errores comunes conjuntivos entre Escogidas y Vera, en donde éste lee mal porque copia de aquél, que también lee mal. Algunas de las enmiendas son: «verdad» por «beldad», «puesto» por «puerto» —con lecturas correctas comunes entre el manuscrito y Vera, que ahí acierta—, además de «dudo» por «duro», que Vera también detecta, pero corrige mal ope ingenii con «agudo». De los enmendados sólo con Vera, «afirmado» por «ha formado», la omisión de «confío» en Escogidas y la adición de «Livia. Ése fue yerro» son los tres más notables y aceptables; otros, mero fruto de su ingenio, no pueden aceptarse, como sus dos enmiendas por adición de versos para rellenar faltas de asonancia en el romance del final: ...«tantas estrellas el cielo, / tantas arenas el mar, / tantas centellas el fuego, / tantos átomos el día, / ni tantas plumas el viento, / como Él perdona pecados», en donde para los versos 3.º y 5.º tenemos que recurrir a la convención indicativa de la laguna ([...]). Por lo demás Vera omite al pasar de su página 348 a la 349 el verso necesario «pues que tomar mi cédula no quieres», e interpreta mal lo que en el manuscrito era «Unos Dentro» —abreviado por Escogidas con «Den.»— como «Dem.», abreviatura de «demonio».

42Dicho con claridad: 1) el autógrafo que tenemos no transmite el texto íntegro y definitivo de Calderón. 2) Escogidas edita con alguna deficiencia el autógrafo definitivo, perdido. 3) Vera edita el texto de Escogidas, el único que conoce, tratando de mejorarlo. 4) Nosotros editamos con base en Escogidas, enmendándolo con ayuda del manuscrito y —en los pocos casos que es imprescindible— con Vera, porque creemos que lo que hacemos es lo que más se aproxima a la voluntad del poeta.

439. La parte primera de Escogidas, de 1652, ha deparado el testimonio que nos sirve como base para editar Mejor está que estaba; su aprobación, fechada el 18 de mayo de 1652, es del propio Calderón. Se ha cotejado con el manuscrito B2003 de la HSA, al final de cuya 1.ª jornada lleva la fecha de 2 de enero de 1664. Además de a la Parte sexta de Vera Tassis, la colación se ha extendido a una edición impresa suelta, sin paginar [BNE, T/14790-26], que sigue a Escogidas pero acepta algunas de las enmiendas de Vera, hace otras bastante lúcidas por su cuenta y comete errores nuevos.

44La comedia debió de escribirse en 1631; la boda de doña María —a la que se alude en el arranque de la obra—, hermana de Felipe iv, con Ferdinando, rey de Hungría, se celebró el 26 de febrero de aquel año.

45Las 29 variantes de Vera aceptables como enmiendas para Escogidas equivalen a algo menos de 17% del total. De los 34 errores de Escogidas, se enmiendan 28 con HSA, con quien lee también Vera en 24 de esos casos enmendados. Con HSA solo se han hecho cuatro enmiendas; con Vera solo, cinco; con Hartzenbusch, excepcionalmente, uno: «Y si de un día al arrebol», donde resultan confusos tanto Vera con «Y si a un día al arrebol» como los demás con «Y si a un día el arrebol».

46Vera Tassis, seguido en este caso por Hartzenbusch, para lograr un final más feliz y aceptable, empareja desde luego a Carlos con Flora y, en un quiebro inesperado y sorprendente, a Laura con Arnaldo, aunque Fabio pretendía casar a su hermana Laura con Carlos. La suelta de la BNE y la que contiene la Pseudo Vera Tassis coinciden también en este desenlace con la edición de Vera, lo cual hace sospechar que la hubieron conocido y usado.

4710. Es probable que Fieras afemina amor sea una obra escrita por Calderón a finales de 1669, acabada algo antes del 22 de diciembre, fecha inicialmente prevista para su estreno como celebración del cumpleaños de la regia viuda, la reina madre Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe iv.

48Nos hemos servido como texto base de la edición suelta de la BNE T/24101, tal vez impresa en 1671. Wilson preparó su edición crítica, que Cruickshank y Bainton entregaron revisada a la imprenta en 1984, colacionándola con el manuscrito BNE 17.031, con las Quintas Partes de 1677, así como con la Sexta Parte de 1683. En las Quintas Partes se publica como la primera de las comedias que contienen; su calidad textual resulta dudosa, aunque sus editores se sirvieron de la suelta para prepararlas. Vera, que no conoció la suelta, sigue el texto de una de las ediciones de la Parte Quinta desautorizada, con enmiendas propias.

49El manuscrito de BNE es anterior o coetáneo a la primera edición impresa, la suelta mencionada; sería, según Cruickshank y Bainton, copia muy cuidada de la primera versión original, descendente con la suelta de una fuente común, con retoques para ésta. El manuscrito representa la voluntad de Calderón, de modo que sirve para enmendar a la suelta cuando ésta comete un error obvio.

50En nuestra minuciosa colación hemos podido comprobar que 53 % de las correcciones de Vera resultan arbitrarias o erróneas. También hemos consultado el manuscrito BNE 15.581, poco fiable y datable ya en el siglo xviii, preparado tal vez para la representación de 1724 en el Retiro, en la proclamación de Luis i, pero no interesa para una edición crítica.

51La suelta es una edición de lujo tal vez impresa en Madrid por Julián de Paredes en 1671. Es la más fiable, aunque carezca de nombre de autor, fecha, lugar e imprenta. Wilson creía que se imprimió el mismo año en que se estrenó —el de 1670, como se verifica en la loa inicial— o poco después, pero en todo caso antes de las fechadas en 1677, y que puede tomarse como original, por su proximidad al manuscrito perdido de Calderón, de cuyo autógrafo o de una copia suya en limpio muy cuidada puede derivar.

52En la 1.ª jornada editamos «los dos los que las hemos defendido» —entendiendo que las ninfas en conjunto o «tropa» son el antecedente del pronombre «las»—, como enmienda de Vera que coincide con BNE ms. 15.581, también aceptada por Valbuena y Wilson, donde la suelta y las Quintas leen «los dos, los que los...» y BNE ms. 17.031 «los dos las que las...». Enmendamos con Vera en la 3.ª jornada la hipometría del octosílabo «Pues, si el sagrado favor», añadiendo el adjetivo, aunque sin demasiada seguridad ni convicción.

5311. Para Dicha y desdicha del nombre adoptamos como base el manuscrito BNE 14806, que también sirvió como tal para la edición de la parte 18 de Escogidas, de 1662, con la que lo hemos colacionado. El cotejo se ha extendido a la Sexta parte, que depende de Escogidas, así como al manuscrito BNE 16968, que copia a Vera, y al ms. BNE 17156, que titula Dicha y desecha del hombre.

54Creemos que entre estos textos hay una sola rama de transmisión, que incluye al manuscrito base, a Escogidas, a Vera que copia a éste con enmiendas, y al ms. 16968, que a su vez parece ser, por sus atajos, copia de Vera hecha para una representación; el ms. 17156, muy deficiente, parece hacer uso de los testimonios anteriores —sobre todo de Escogidas y de Vera— y ser el más moderno.

55Recurriendo a Vera se enmiendan unos treinta errores comunes a los dos testimonios anteriores a él. Se indican algunas lagunas difícilmente salvables, a pesar de las ingeniosas e imaginativas soluciones de Vera Tassis, que no siempre pueden aceptarse.

5612. La séptima parte de Escogidas, impresa en 1654, nos sirve de base en la edición de Para vencer a amor, querer vencerle. La colación se ha realizado con la edición de Vera, que indica en su título haber sido una fiesta «que se representó a sus Majestades en el salón de su Real Palacio»; también con la edición suelta valenciana de 1689, que parece derivar de Vera, y con el ms. 15614 de la BNE, tal vez posterior a todas ellas y tan deteriorado que resulta casi ilegible.

57 Escogidas es nuestro testimonio más antiguo; tiene bastantes deficiencias, erratas y errores, más acumulados en la segunda jornada. Vera, que tal vez no deriva de él de modo directo ni exclusivo, enmienda 23 omisiones y más de cien errores de Escogidas —lo que a veces nos hizo dudar de si no sería mejor editar tomando como base a Vera—, pero también añade otros por su parte y produce nuevas alteraciones como lecturas adiáforas en sus retoques; sin embargo, son las omisiones, tanto las que hace como las que corrige, las que hacen pensar que se sirvió de otro testimonio distinto que Escogidas, desconocido para nosotros. La edición de Valencia está tan vinculada a la de Vera en sus lecturas, que parece derivar de ella.

58Las enmiendas más sustanciosas de Vera son: «yace» para «nace», «ruegue» para «niegue», «muestras» para «muchas», «mercedes» para «marceles», «cuna» para «luna», «venganza» para «vergüenza», «átomos» para «atamos», «provincia» para «privanza», «deidad de» para «duquesa», «avasalla» para «abrasa allá», «sordo, si es» para «solo su», «a amaros acuda» para «amaros ayuda», «abrasa» para «atrasa», «la vez primera es que dijo» para «la voz primera que dijo» y «se albergue» para «le acuerde».

  

59 En síntesis, por lo que se refiere a labor editorial de Vera Tassis en su Sexta parte, a él debe atribuirse ante todo el indiscutible mérito de haber buscado, reunido y elegido los testimonios que le sirvieron para preparar su volumen. Creemos poder asegurar, por errores comunes detectados, que usa como fuentes los correspondientes tomos de Escogidas para Dar tiempo, El mágico, Mejor está y Dicha y desdicha, al igual que para El José, si no empleó para ésta un descendiente de Escogidas abreviado; es dudoso que hiciera lo mismo con Para vencer, donde tal vez se sirvió además de otro testimonio desconocido; para Andrómeda utiliza el manuscrito junto con Escogidas; es probable que haya usado las Quintas de 1677 para Prometeo y Fieras; El secreto no lo toma de Diferentes, sino de al menos un manuscrito desconocido, como Primero soy yo; no sabemos con certeza qué testimonio utilizó para Los empeños de un acaso, pero es muy probable que manejase una de las ediciones atribuidas a Montalbán ya impresas.

60Luego, en su poder los textos seleccionados, es también obra suya la configuración de una dispositio en una secuencia espacial amena, ordenada en concertada o armónica diversidad —no mecánicamente geométrica o simétrica— de su docena de piezas, acorde con su criterio tan impregnado de la estética barroca.

61Para nuestra edición de las comedias de la Sexta parte (Biblioteca Castro), del editor que se dice amigo de don Pedro tan solo hemos adoptado como base una de las suyas, la que por curiosa ironía lleva por título Primero soy yo, cuyo valor es decisivo y para la que Vera utilizó un manuscrito que nos es desconocido. Ello no debe entenderse como menguada y decepcionante cosecha ni como menosprecio de su esforzada labor, pues nos ilustra sobre el uso inteligente que hizo de los textos de que pudo disponer, así como de sus insalvables limitaciones y carencias. Con respecto a las once comedias restantes, el valor crítico de su trabajo resulta muy desigual, pero nunca despreciable ni por completo relegable como para no tenerlo en cuenta, máxime cuando para nuestra edición nos han servido como testimonios base los mismos que utilizó Vera para cuatro comedias: Dar tiempo, El mágico, Mejor está y Para vencer.

62En definitiva, debemos reconocer su decisiva contribución en las siguientes funciones:
1) La detección de pasajes problemáticos desde el punto de vista textual en las comedias que edita, como en el caso de
El secreto, en que parece haber usado un manuscrito derivado de un apógrafo del original perdido que omite los atajos de éste; o en el distinto final, más feliz por redondo que el tradicional al que nos atenemos, para Mejor está.
2) Con la ayuda de Vera se verifica —si se admite el políptoton— la calidad y fiabilidad relativas de los testimonios entre sí, así como su contribución para establecer la dependencia entre ellos y por lo mismo para la confección del pertinente
stemma de cada comedia.
3) Finalmente, y sobre todo, la probada utilidad de su aportación para la enmienda de hasta 225 lugares críticos en los textos reunidos en la
Sexta parte —más de la mitad de los cuales están en Para vencer—, sin incluir los que debió de realizar en el texto de Primero soy yo, para cuya edición sólo dispuso de un manuscrito quizá no muy fiable.

63Por lo demás, aunque hayamos tenido que depurar con rigor el peso, valor y fiabilidad de las muchas variantes aportadas por Vera, es muy cierto que las suyas contribuyen a corroborar la pertinente toma de decisiones a la hora de elegir entre las que se nos ofrecen para enmendar los textos, y no menos que la adopción de algunas de ellas se revela como necesaria en la tarea de editar la obra literaria de Calderón con la mayor autenticidad deseable y posible. Ese es el empeño del «Grupo de Investigación Calderón» de la Universidad de Santiago de Compostela.

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Bibliografía

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Calderón de la Barca, Pedro, Sexta parte de comedias del célebre poeta español don Pedro Calderón de la Barca ... que publica ... don Juan de Vera Tassis..., Francisco Sanz, Madrid, 1683 [del facsímil del ejemplar de la Universidad de Cambridge Hisp. 5.68.6, ed. por D. W. Cruickshank y J. E. Varey].

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Notas

1 Ver a este respecto, Calderón, Comedias, II. Segunda parte de Comedias, ed. S. Fernández Mosquera, pp. xiv-xxi, donde el editor aporta un brillante análisis de la “estrategia dispositiva” de Calderón para las partes editadas bajo su cuidadosa vigilancia; algo debió de aprender Vera Tassis de las experiencias editoriales anteriores con las que pudo lucrarse para las suyas propias a partir de 1682.

2 Lazarillo de Tormes, p. 4.

3 Neumeister, 2000, p. ix. En su documentado estudio dedica particular atención, para lo que ahora nos atañe más de cerca, a la fiesta cortesana de Andrómeda y Perseo, pero con mayor amplitud a Fieras afemina amor, en su integración de mitología y poder político.

4 Sobre el empleo de las ediciones de Vera, afirma Arellano, 1989, p. 69, que «cada comedia es un caso distinto y la utilidad de los textos de Vera Tassis es variable y debe ser estudiada en cada ocasión». Así lo hemos hecho, empleando el mayor rigor y meticulosidad posibles, en la colación de testimonios para la preparación de nuestra edición.

5 Cotarelo, 1924, p. 198.

6 Hilborn, 1938, pp. 44-45.

7 Es el arco temporal sugerido para su composición, sin que haya subsistido ninguna versión manuscrita conocida.

8 Sabemos que al editar su Quinta parte en 1682, Vera tiene ya —entre otros que ha conseguido reunir— el texto de las doce comedias que editará como Sexta el año siguiente, según la relación de las «comedias verdaderas de don Pedro» que incluye en los preliminares de aquélla: la única de las doce que no consiguió impresa, Primero soy yo, la tiene en versión manuscrita. Tal vez le falta tomar la decisión de cuáles de todas las que posee entonces elegirá para que la selección destinada a su Sexta parte resulte atractiva.

9 Morel-Fatio, ed., 1877, p. lxv.

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Para citar este artículo

Referencia en papel

José María Viña Liste, «La intervención de Vera Tassis en la Sexta parte de comedias de Calderón (1683) y su valor testimonial»Criticón, 108 | 2010, 115-132.

Referencia electrónica

José María Viña Liste, «La intervención de Vera Tassis en la Sexta parte de comedias de Calderón (1683) y su valor testimonial»Criticón [En línea], 108 | 2010, Publicado el 10 febrero 2020, consultado el 30 noviembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/14379; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.14379

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Autor

José María Viña Liste

Universidad de Santiago de Compostela

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