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Las huellas textuales de Calderón en su Segunda parte

Fernando Rodríguez-Gallego
p. 99-114

Resúmenes

En este artículo se analiza el estado textual de las comedias que integran la Segunda parte de Calderón de la Barca, en especial el de aquellas que cuentan con testimonios anteriores o contemporáneos de la parte. Del estudio se concluye que el texto que presenta la Segunda parte es siempre el mejor de los conservados (o al menos tan bueno como otros), que en él se pueden percibir distintos rasgos atribuibles a Calderón y que en algunas de las comedias se aprecia incluso que fueron sometidas en mayor o menor grado a un proceso de revisión por parte de alguien, presumiblemente Calderón, lo que mostraría la implicación del dramaturgo durante la elaboración de la Segunda parte.

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  • 1 El presente trabajo se inscribe en el Proyecto de investigación sobre la obra de Calderón financiad (...)

1En este trabajo1 se pretende mostrar en qué medida pueden apreciarse las huellas textuales de Calderón en su Segunda parte de comedias, publicada en Madrid en 1637. Para ello se trazará un breve estado de la cuestión sobre la Segunda parte como tal parte y a continuación se analizará la situación textual de las comedias recogidas en ella, relativamente bien conocida en el momento presente. La atención se centrará en aquellas que cuentan con testimonios anteriores a la parte y, por tanto, pueden ofrecer un poco más de luz sobre el grado de intervención de alguien, presumiblemente Calderón, en su preparación.

  • 2 Toro y Gisbert, 1918.
  • 3 Heaton, 1937. Pueden verse también Wilson, 1973b, pp. 66-72, y Cruickshank, 1973, pp. 4-6.

2Desde que hace ahora noventa años Toro y Gisbert se preguntase si conocíamos el texto verdadero de las comedias de Calderón2, la Segunda parte de don Pedro ha suscitado una considerable atención entre los estudiosos. De la parte se publicaron en el siglo xvii cuatro ediciones, cuyo orden quedó ya establecido en 1937 por Harry Heaton3: de las dos con fecha de 1637, sólo una, la conocida como QC (por figurar en su portada María de Quiñones y Pedro Coello), fue publicada en tal año y debe ser considerada como la príncipe. En 1641 se publicó una nueva edición a plana y renglón, en torno a 1670 una contrahecha con fecha falsa de 1637 y, por último, muerto ya Calderón, la de Vera Tassis en 1686.

  • 4 Paterson, 2001, pp. 20-21.
  • 5 Andrés y otros, 2000, p. 37.
  • 6 Andrés y otros, 2000, p. 45.

3De acuerdo con su portada, las comedias reunidas en la Segunda parte, de modo paralelo a lo sucedido con la Primera, fueron recogidas por el hermano de Calderón José, que es también quien firma la dedicatoria a Rodrigo de Mendoza, duque del Infantado, en tanto que el privilegio fue emitido en favor del propio Pedro. Estos elementos, como señaló Alan Paterson a propósito de la Primera parte, parecen querer dar al conjunto una impresión de fiabilidad, de tal manera que los textos reunidos en QC desplazasen a cualesquiera otros de esas mismas comedias aparecidos en edición suelta o en diferentes colecciones de comedias4. Puede señalarse también que Pablo Andrés y otros, en su estudio de un importante número de originales de imprenta de finales del xvi y principios del xvii, todos ellos con privilegio a nombre del autor de la obra de que se tratase5, muestran cómo en ellos «se aprecia el seguimiento riguroso que el autor hace de su texto hasta la fijación definitiva en el impreso»6, lo cual redundaría también en un previsible cuidado de Calderón al elaborar tanto la Primera como la Segunda parte.

4En esta línea han aparecido recientemente algunos estudios que insisten en el valor de la Segunda parte como tal parte debida a la voluntad autorial de Calderón. Desde las colecciones editadas por Apontes, Keil y, especialmente, Hartzenbusch, se había dejado de tener en cuenta que las comedias de Calderón en el siglo xvii, al menos en su disposición canónica, habían aparecido publicadas en partes de comedias. Estos conjuntos de doce obras tendieron a ser vistos como meras agrupaciones casuales de comedias, aunque en los últimos años parece haberse empezado a valorar el papel que la parte como tal pudo haber tenido.

  • 7 Paterson, 2001, p. 18.
  • 8 Paterson, 2001, p. 20.

5Gran influencia en este sentido ha sido ejercida por el mencionado artículo de Paterson sobre la socialización de los textos de Calderón, en el que planteaba ya cómo «La interpretación de la comedia parte del libro»7, pues el crítico no puede tener acceso a la representación teatral concreta que se produjo en el corral de comedias, en palacio, en la fiesta del Corpus Christi. Centrándose en el caso de Calderón, señala Paterson cómo la publicación de su Primera parte apunta en primer lugar a la voluntad de seguir publicando otras partes (y de ahí el primera), al tiempo que hace tabla rasa de cualquier publicación anterior no autorizada. E insiste Paterson en que se trata de una voluntad autorial: «el mismo Calderón inicia y da noticia del trasvase de su teatro al libro»8, y a ello contribuyen el aducir la complicidad de un pariente cercano, la dedicatoria (con su finalidad promocional) y la calidad del mecenas, con lo que Calderón pretende asegurar su rango en las primeras filas del mundo de las letras. Nos hallamos, en suma, ante el fenómeno de la socialización de la comedia, que consiste no sólo en la transferencia del ambiente teatral al libro, sino también en cómo se involucra el texto en la actividad de múltiples agentes que dejan sus señales en el producto literario.

  • 9 Fernández Mosquera, 2005, p. 305.
  • 10 Fernández Mosquera, 2005, pp. 307-308.
  • 11 Fernández Mosquera, 2005, p. 311.

6En la estela de Paterson debemos situar un trabajo de Santiago Fernández Mosquera dedicado a la Segunda parte de Calderón que se asienta en una «consideración libresca de la comedia y no escénica»9, y en el que se insiste en que los dramaturgos no sólo escribían para las tablas, de lo que las primeras dos partes de Calderón serían buen ejemplo. Centrándose ya en la Segunda, señala el autor en primer lugar que el hermano de Calderón, José, probablemente no figurase como editor más que como mero «testaferro», y que sería el propio Calderón quien estuviese detrás de la edición, aunque ello no garantice la calidad textual de las comedias que la integran10. En todo caso, apunta Fernández Mosquera que los textos de la Segunda parte no son tan malos como se había entendido hasta entonces (cuestión sobre la que se volverá más adelante), al menos en casos como El mayor monstruo del mundo y El astrólogo fingido, y solo una valoración de todas las comedias en conjunto permitirá hacerse una idea más plausible del valor de la parte como conjunto, pues Calderón pudo haber revisado algunas de ellas al editarlas, escribir, en suma, para la imprenta11.

  • 12 Fernández Mosquera, 2005, p. 312.
  • 13 Vega García-Luengos, 2002, p. 39.
  • 14 Este ha sido el criterio seguido por Fernández Mosquera, 2007, en su edición de la Segunda parte de (...)

7Se detiene también el autor en la consideración de la parte como «obra en sí, no sólo como conjunto aleatorio de doce comedias»12. Así, no parece casual, como ya había apuntado Germán Vega13, que las dos exitosas fiestas compuestas por Calderón para las noches de san Juan de 1635 y 1636, El mayor encanto, amor y Los tres mayores prodigios, sean la primera y última del volumen, respectivamente, y que además lleven en el índice de la parte noticia de su carácter de fiestas para la corte. En cuanto al resto de comedias, apunta Fernández Mosquera distintos criterios que pueden permitir relacionarlas, y muestra cómo el orden establecido en QC se mantuvo, con diversos matices, hasta la edición decimonónica de Hartzenbusch, y solo fue alterado por completo con las ediciones de Aguilar de Astrana Marín y Valbuena Briones, lo que muestra la influencia que la Segunda parte como libro ha ejercido. Por ello, debería respetarse en la medida de lo posible la voluntad de Calderón, lo que implicaría mantener el orden establecido por el poeta para esas obras dentro de la Segunda parte e incluso respetar los textos publicados en ella en 163714.

  • 15 Baczynska, 2005, p. 256.

8Ideas similares expone Beata Baczynska en un trabajo sobre las partes primera y segunda de Calderón, que manifiestan, de acuerdo con la autora, que sigue en esto a Paterson, una clara voluntad autorial, y nos ofrecen así una importante cala en la forma de concebir Calderón su obra. En lo que respecta a la Segunda parte, «las comedias y su sucesión en el marco del volumen corresponden a un criterio de selección que poco tiene de aleatorio»15.

  • 16 Wilson, 1958a; Oppenheimer, 1948 y 1994.
  • 17 Cruickshank, 1973, p. 6.
  • 18 Vega García-Luengos, 2002, p. 40; Ruano de la Haza, 2004, p. 1283; Armendáriz, 2007, p. 243.
  • 19 Baczynska recuerda el testimonio de Cruickshank y se sorprende de que «mientras que el fenómeno de (...)
  • 20 «Se hace difícil pensar que don Pedro no estaba al tanto directamente de la edición de al menos sus (...)
  • 21 Vega García-Luengos, 2002.

9A pesar de todo lo señalado, la Segunda parte ha tenido tradicionalmente bastante mala fama. Diversos trabajos sobre A secreto agravio secreta venganza y El astrólogo fingido16, así como la existencia de un manuscrito parcialmente autógrafo de El mayor monstruo del mundo con una versión más larga que la de la parte, llevaron a Cruickshank, en su estado de la cuestión de los textos calderonianos de 1973, a considerar «unsatisfactory»17 los que de estas comedias ofrece la parte, tendencia que se mantiene, remitiendo siempre a esos mismos trabajos, en Vega García-Luengos, Ruano de la Haza, Armendáriz18, Baczynska19 e incluso, aunque ya matizado, en el trabajo citado de Fernández Mosquera20. A esta lista de comedias consideradas defectuosas podría sumarse, a raíz de un artículo de Germán Vega, Amor, honor y poder21.

  • 22 Valbuena Briones, 1989, pp. 39-40.
  • 23 Vega García-Luengos, 2002, p. 60.

10Dado este supuesto mal estado de la parte, se buscaron también diferentes razones que lo explicasen. Así, Valbuena Briones ha señalado que su «desaliño textual» (del que, por otra parte, no da el estudioso ninguna muestra) quizá se debiese a haber sido publicada con algo más de precipitación que la Primera parte del año anterior para fundamentar la reputación de Calderón como autor prolífico. Los de 1636 y 1637 fueron también años de gran actividad de nuestro dramaturgo, quien, de hecho, cayó gravemente enfermo en el otoño de 163722. Sobre la oportunidad y las prisas del volumen de 1637 insiste también Vega García-Luengos, quien menciona además la probable resignación de los responsables de QC ante la imposibilidad de que los textos de esta Segunda parte regresasen a su estadio primero23.

  • 24 Wilson, 1973a.

11La inclusión de A secreto agravio secreta venganza en esa lista negra de textos insatisfactorios se basa en un estudio de Wilson24, quien comparó el texto de la parte con el del manuscrito 14927 de la Biblioteca Nacional de España, copiado por Diego Martínez de Mora y que también recoge la comedia. Wilson muestra cómo en algunos pasajes el manuscrito ofrece mejores lecturas que la parte e incluso contiene versos no presentes en esta pero que son necesarios para el sentido del texto; en otras ocasiones, de menos relevancia, es QC la que mejora lecturas del manuscrito, con lo que, de acuerdo con Wilson, todos los testimonios serían necesarios para establecer el texto de la comedia, aunque deba ser el manuscrito el empleado como base.

  • 25 Oppenheimer, 1948, p. 336.

12La mención de El astrólogo fingido se asienta, por su parte, en distintos trabajos de Max Oppenheimer jr., quien sostiene, ante la existencia de un texto bastante disímil al de QC publicado en la Parte veinte y cinco de comedias de diferentes autores en 1632 en Zaragoza, que ambos testimonios han de combinarse a la hora de elaborar una edición crítica de la comedia, y que en todo caso el texto de QC no constituye por sí mismo base suficiente para ella25.

  • 26 Así, Margaret Greer, tratando del manuscrito parcialmente autógrafo de El mayor monstruo, escribía (...)
  • 27 Ruano de la Haza, 1998, p. 36.
  • 28 Ruano de la Haza, 1998, p. 45.
  • 29 Ruano de la Haza, 1998, p. 44.

13En cuanto a El mayor monstruo del mundo, se la solía incluir tradicionalmente en la relación de versiones insatisfactorias de QC debido a la existencia del manuscrito parcialmente autógrafo Res.-79 de la Biblioteca Nacional, muy posterior a la parte (cuenta con censuras de 1667 y 1672) y que ofrece un texto de la comedia que diverge en gran medida del de QC26. Ha sido, sin embargo, Ruano de la Haza quien más ha contribuido al cuestionamiento de la redacción de la parte, pues no solo considera que «la versión impresa de El mayor monstruo del mundo es un texto bastante deturpado, plagado de erratas y con un número elevado de lecturas ininteligibles»27, sino que también llega a la conclusión de que la versión impresa de la comedia estaría muy alejada de la escrita por Calderón28, al entender que la ausencia de la trama secundaria y de las referencias históricas sí presentes en la versión manuscrita estaban ya en el primer original del poeta y fueron suprimidas por un autor de comedias, quien habría añadido además una escena de la tercera jornada protagonizada por el gracioso y considerada por Ruano «de un increíble mal gusto, totalmente impropia de Calderón»29.

  • 30 Vega García-Luengos, 2002.
  • 31 Vega García-Luengos, 2002, p. 52.

14Germán Vega García-Luengos se ha acercado también a la Segunda parte para mostrar cómo la aparición de nuevos testimonios podía ayudar a fijar el texto de tres comedias incluidas en ella, El médico de su honra, Origen, pérdida y restauración de la Virgen del Sagrario y Amor, honor y poder30. Sin embargo, mientras en las dos primeras comedias los nuevos testimonios estudiados por Vega se limitan a corregir algunas lecturas erróneas de QC, el caso de Amor, honor y poder es más complejo, pues Vega encuentra que en los distintos testimonios de la comedia, además de lecturas que parecen mejores que las de QC, se incluyen versos que faltan en la parte y que parecen calderonianos, lo que le hace concluir que todos los testimonios «son imprescindibles para intentar aproximarnos lo más posible a los designios de Calderón, toda vez que la abundancia de errores de cierta entidad que presenta el texto de la Segunda parte casi descarta que ésta responda a una supervisión en condiciones del propio poeta»31.

15Esto le lleva también a afirmar, en la línea de lo postulado por Ruano para el caso de El mayor monstruo, que

  • 32 Vega García-Luengos, 2002, p. 59.

los textos utilizados por José Calderón no correspondían al original ni a ninguna copia más o menos directa o «autorizada», sino a otras con alteraciones patentes. También apuntan que José o Pedro no se tomaron demasiadas molestias en arreglarlas32.

  • 33 Un estado de la cuestión sobre el texto de la Segunda parte puede verse en Fernández Mosquera, 2008 (...)
  • 34 Caamaño, 2001 y 2002.
  • 35 Caamaño, 2001, p. 127, y 2002, p. 147.

16Frente a esta consideración más negativa del valor textual de la Segunda parte, se han ido publicando en los últimos años una serie de estudios individualizados de las distintas comedias de la Segunda parte que han replanteado la calidad textual del volumen33. Así, en lo que respecta a El mayor monstruo del mundo, María Caamaño34 ha rebatido de manera convincente los argumentos de Ruano y considera que el texto de QC constituye una versión de El mayor monstruo plenamente calderoniana y que ha de ser tratada en igualdad de condiciones que la versión manuscrita más tardía, escrita para adaptar la comedia a unas nuevas circunstancias escénicas y a unos nuevos receptores y no por un deseo de reconstruir una comedia deturpada en su primera impresión35.

  • 36 Sobre el texto de Argenis y Poliarco puede verse Vara López, 2009, quien dedica en la actualidad su (...)
  • 37 Ruano de la Haza, 2000, pp. 48-49.

17Frente al complejo caso de El mayor monstruo, El hombre pobre todo es trazas y Argenis y Poliarco son las comedias menos problemáticas de la parte al no contar con testimonios de relevancia fuera de ella36. Ambas comparten con El galán fantasma otra característica, y es el contar con acotaciones más abundantes y detalladas de lo habitual en las comedias de la Segunda parte, lo que quizá podría indicar que sus textos fueron incluidos en el volumen desde algún manuscrito de compañía en buenas condiciones y sin apenas revisión por parte de Calderón, pues en otras comedias de la parte como A secreto agravio secreta venganza, El astrólogo fingido o Judas Macabeo puede observarse cómo el texto de QC contiene menos y menos detalladas acotaciones que el conservado en testimonios más tempranos. Tal apreciación se ajusta a la apuntada por Ruano de la Haza con respecto a la Primera parte, según la cual los textos incluidos en ella, revisados por Calderón, son más «literarios» y cuentan con menos acotaciones explícitas que otros testimonios anteriores, más vinculados a las versiones escenificadas de las comedias37.

  • 38 Vega García-Luengos, 2002, p. 39.
  • 39 De la misma opinión era Fernández Mosquera, 2005, p. 316.

18Otras dos obras sin tradición textual más temprana que la Segunda parte son las dos fiestas que la enmarcan: El mayor encanto, amor y Los tres mayores prodigios, cuyo texto había despertado bastantes expectativas. Así, apuntaba Vega García-Luengos que dentro de la Segunda parte ambas comedias «deben de presentar muchos menos problemas que la mayoría de las restantes»38, pues quizá conservase Calderón sus originales por haber sido representadas en fechas próximas a las de publicación en sendas fiestas de palacio (en las noches de san Juan de 1635 y 1636, respectivamente, como se indica en la propia tabla de contenidos de QC), de tal manera que podría haber dado las dos a la imprenta sin sufrir los avatares de las demás comedias que pasaban la mayor parte de su vida escénica en los corrales39.

19Paradójicamente, el cotejo de ambas ha mostrado que su situación textual no sólo no es mejor que la de sus compañeras de volumen, sino que es significativamente peor, con la sola excepción de El mayor monstruo. Frente a los sesenta o setenta errores que de media presentan las comedias de la Segunda parte en la edición príncipe, en ambas fiestas se superan los cien, sin que su ligero mayor número de versos pueda justificar que casi doblen los errores de las demás obras. El texto de El mayor encanto, amor presenta incluso la omisión de tres versos.

  • 40 Las dos primeras jornadas están en la biblioteca de la Hispanic Society of America (B2614) y la ter (...)
  • 41 Pueden verse al respecto Sánchez Mariana, 1984; Greer, 1984, p. 75; Rodríguez-Gallego, 2008, y Ulla (...)

20De todos modos, de nuevo para ambas comedias es el de QC el testimonio más fiable. De El mayor encanto se conserva un manuscrito fechado en 166840 y de Los tres mayores prodigios otro de 1669 (BNE Ms. 16641). Ambos sirven de ayuda para enmendar algunos de los errores de la edición príncipe, pero su texto está igualmente en peor estado que el de QC, en especial el de El mayor encanto, a pesar de que cuenta con algunas líneas de puño y letra de Calderón en su último folio41.

  • 42 Cruickshank, 1989, p. 63.
  • 43 Armendáriz, 2007, p. 243.

21Una comedia que ha recibido bastante atención editorial es El médico de su honra. En 1961 C. A. Jones basa su edición en QC, aunque sin entrar en consideraciones sobre la calidad del texto. Años después edita la comedia Cruickshank, quien, como vimos, se había hecho eco de los supuestos y mencionados casos de mal estado de preservación de los textos de El astrólogo fingido, A secreto agravio y El mayor monstruo ofrecidos por QC. Sin embargo, en su edición de El médico afirma a propósito del texto de la parte que «tiene muy pocos errores obvios, y presenta pocos problemas textuales. Por otro lado, el texto reproduce algunos ejemplos de la peculiar ortografía calderoniana»42, como es el respeto de la distinción entre agora (trisílabo) y aora (bisílabo) o adlante (en lugar de atlante), aunque también apunta Cruickshank que en la mayor parte de los casos la ortografía parece deberse a un compositor de la imprenta de María de Quiñones. La más reciente editora de la comedia, Ana Armendáriz, señala asimismo que «el texto de El médico de su honra no presenta una complejidad textual, más allá de numerosos errores obvios fácilmente detectables por el sentido o por la métrica»43.

22También ha sido objeto de estudio el texto de Origen, pérdida y restauración de la Virgen del Sagrario. En un artículo sobre la importante influencia en la obra del poema Sagrario de Toledo (1616), de José de Valdivielso, Elena Marcello incluye algunas líneas sobre aspectos textuales de la comedia. Reivindica el texto de QC sobre la vulgata de Vera Tassis por considerarlo más cercano al original y escribe:

  • 44 Marcello, 2004, pp 80-81.

La superioridad ecdótica de QC (y familia) se ve reforzada por el estudio de la relación intertextual entre el texto calderoniano y sus fuentes, pues las lecturas difficiliores de QC —a menudo no aceptadas en T [Vera Tassis]— tienen su fundamento en las fuentes históricas que Calderón utilizó para documentar los pasos de la historia de la Virgen del Sagrario44.

  • 45 Marcello, 2004, pp. 86-87.

23Así, un pasaje en el que según QC el rey Rodrigo «pica Aurelia», y que fue enmendado por Vera Tassis en «pica el bridón», se explica si se tiene a la vista el verso «y que a Orelia feroz pone la espuela» de Sagrario de Toledo, por lo que la lectura de QC parece deformación de un original «pica a Orelia». De igual modo, la extraña adversativa «mas que ocho veces al salir los halla» la enmendó Keil y editores siguientes omitiendo que, aunque Calderón no hacía sino parafrasear un verso idéntico de Sagrario de Toledo45.

  • 46 Ulla Lorenzo, 2007, p. 506.

24Opiniones similares expresa Alejandra Ulla en un trabajo centrado en los problemas textuales de la comedia, en el que afirma la prioridad del texto de QC, que debe ser utilizado como base de una edición46. Sin embargo, destaca la autora la existencia de diversos errores en QC, entre ellos la omisión de doce versos a lo largo de una serie de décimas en la tercera jornada:

  • 47 Ulla Lorenzo, 2007, p. 507.

no parece posible que Calderón pasase por alto estas alteraciones métricas en el texto que preparó para la imprenta aunque, habida cuenta de la rapidez con que se preparó el volumen [...], quizás no tuvo el tiempo suficiente para revisar ciertos estragos o amputaciones a las que se vio sometido el texto en su paso previo por las tablas. Recuérdese, de todos modos, que, tras la revisión del dramaturgo, incluso antes de llegar a la imprenta, y aún en la propia imprenta, el texto pasaba por muchas manos y copias de modo que quizás se perdieron en el curso de estas operaciones47.

También recuerda Ulla que sólo Vera Tassis intentó reponer uno de los versos perdidos, mientras que la ausencia de los demás pasó inadvertida a todas las ediciones de la comedia que siguieron a la príncipe.

25Quedan por tratar aquellas comedias que cuentan con testimonios que son o pueden ser anteriores a 1637, razón por la que resultan más interesantes para evaluar el estado textual de la parte así como una posible intervención en ella de Calderón. Podemos comenzar por El galán fantasma, la comedia de QC que cuenta con un mayor número de testimonios en principio relevantes, pues, además de en la Segunda parte, se conserva en tres manuscritos presumiblemente del xvii conservados en la BNE, en el volumen Doce comedias las más grandiosas... Segunda parte (Lisboa, 1647) y en diversas sueltas que no siguen el texto de Vera Tassis.

  • 48 Iglesias Iglesias, en prensa.
  • 49 Iglesias Iglesias, 2008.

26En un estudio dedicado a la tradición impresa de la comedia, afirma Noelia Iglesias que el texto de QC «resulta un testimonio bastante fiable», y que de él derivan presumiblemente los demás impresos48. En lo que respecta a los manuscritos, mantiene la superioridad de QC, aunque uno de ellos, el 17306 de la Biblioteca Nacional de España, constituye una rama textual independiente (aunque no se trate, en absoluto, de otra versión) y su valor es muy semejante al de la edición príncipe49, por lo que también ayuda a solventar algunos de sus errores. Así, no presenta una laguna de QC en un romance cercano al final de la comedia, y que fue solventada de distinta manera por otros testimonios dependientes de QC, al tiempo que incluye otros dos versos en otro romance que dan sentido a un pasaje confuso en QC, mantenido en todos los demás testimonios de la comedia al respetar la métrica. El manuscrito presenta también diversas lecturas adiáforas, en general no de gran relevancia, y en su debe puede apuntarse que presenta dos lagunas que no aparecen en QC.

27Similar es en parte la situación de A secreto agravio secreta venganza, comedia que nos interesa especialmente por ser una de las que cimentaron la mala fama textual de la Segunda parte debido al mencionado artículo de Wilson. El erudito inglés exponía en él pasajes en los que el manuscrito es superior a la parte, en especial dos lagunas de cuatro y dos versos en dos lugares distintos presentes en el manuscrito y no en QC. Un tercer pasaje aducido por Wilson resultaba más complejo, pues los dos testimonios contenían lecturas válidas, sólo que con un diferente enfoque, ya que en QC se suprimía un acto de ternura puesto en boca de don Juan, supresión que podría verse como voluntaria dado el carácter de hombre frío y duro de que hace gala don Juan durante toda la obra.

  • 50 Sobre todo ello puede verse Rodríguez-Gallego, 2007. Del mismo parecer es Erik Coenen, 2009, quien (...)

28Wilson, en su artículo, dejó de recoger bastantes pasajes en que QC lee mejor que el manuscrito, incluidas algunas lagunas de este no observables en aquella, pero más interesantes son otros lugares en los que las diferencias entre manuscrito y parte parecen apuntar a una ligera revisión del texto por parte de alguien, presumiblemente el propio Calderón. Pueden también apuntarse las diferencias entre ambos testimonios con respecto a las acotaciones, mucho más abundantes y minuciosas en el manuscrito que en QC, lo que también parece apuntar a una cierta revisión del texto de la parte con vistas a la imprenta, según lo dicho ya anteriormente. En suma, también en cuanto a A secreto agravio constituye el de QC un texto mejor que el del manuscrito, a lo que hay que añadir que algunas de las diferencias entre ambos testimonios parecen deberse a una revisión acometida por Calderón con vistas a la inclusión de la comedia en la Segunda parte, aunque ello no obsta para que la parte contenga también errores que han de ser corregidos con ayuda del manuscrito50.

  • 51 Vega García-Luengos, 2002, p. 51.
  • 52 Dos en la Biblioteca Nacional de España, signaturas T-15031/21 y T-55309/14, y uno en la British Li (...)

29El valor del texto de Amor, honor y poder que presenta QC ha sido reivindicado por Zaida Vila. De la comedia, considerada la más temprana de Calderón (fue estrenada en junio de 1623), se conservan distintos testimonios impresos anteriores a la Segunda parte en los que la comedia presenta el título de La industria contra el poder y el honor contra la fuerza, parte de los cuales fueron publicados a nombre de Lope de Vega. Los que más nos interesan ahora son tres: El Fénix de España Lope de Vega Carpio. Veinte y tres parte de sus comedias, y la mejor parte que hasta hoy se ha escrito, que «en realidad es un conglomerado de sueltas salidas de los talleres sevillanos de Simón Faxardo, entre 1626 y 1628, como ha aclarado D. W. Cruickshank»51; una suelta sin fecha ni lugar de impresión (aunque probablemente sevillana) de la que se conservan tres ejemplares52 y la propia Segunda parte.

  • 53 Vega García-Luengos, 2002, p. 52.
  • 54 Vega García-Luengos, 2002, p. 56.
  • 55 Vega García-Luengos, 2002, p. 59.

30Estas tres ramas presentan tres estados diferentes del texto de la comedia. La coincidencia entre ellos es variable; además, suelta y Segunda parte incluyen versos que no figuran en los otros testimonios, aunque el texto más largo —con 106 versos no presentes en Parte 23 y suelta frente a 29 de los que carece—, es el de QC. Como ya se apuntó, Germán Vega consideraba que los errores de QC casi obligan a descartar que su texto hubiese sido revisado por Calderón, por lo que las tres ediciones habrían de ser tenidas en cuenta53. Vega aduce algunos pasajes de la comedia en los que el texto de suelta y a veces de Parte 23 es preferible al de QC —que ofrece sorprendentes lectiones faciliores—, así como versos que no figuran en la Segunda parte, de los que «cabe dilucidar si se eliminaron por la voluntad del poeta en una supuesta revisión»54, aunque se inclina Vega por que no. Por todo ello considera el autor que «Calderón no pudo revisar a conciencia el texto de Amor, honor y poder para su inclusión en la Segunda parte»55.

  • 56 Vila Carneiro, 2007, p. 516.
  • 57 Vila Carneiro, 2007, pp. 518-19.
  • 58 Vila Carneiro, 2007, p. 516.
  • 59 Vila Carneiro, 2007, p. 519.

31Vila Carneiro sostiene, sin embargo, una postura diferente. En primer lugar entiende que de los 106 versos sólo presentes en QC «una gran mayoría son imprescindibles para el sentido de la obra, por lo que debieron de hallarse en el original»56. Considera también que sólo uno de los no presentes en QC es necesario para completar una quintilla, por lo que los demás pudieron haber sido eliminados por Calderón al revisar la comedia57. Admite que la suelta lee mejor que QC en algunos pasajes, aunque mucho más importantes le parecen los lugares en que sucede lo contrario. Esta superioridad de QC quizá venga motivada, señala la autora, «por una revisión de Calderón previa a la llegada a la imprenta de la Segunda Parte que pretendería, en la medida de lo posible, pulir y afinar el texto original»58. Apunta también Vila que, a pesar de las diferencias entre los testimonios principales y de las mejoras introducidas en QC, no son tantas las variaciones que quepa hablar de doble redacción59.

32El problema suscitado por Amor, honor y poder es muy complejo y muy difícil de abarcar en pocas páginas, menos aún en unas cuantas líneas, y sólo cuando aparezca una completa edición crítica de la comedia, que Zaida Vila prepara en la actualidad como tesis de doctorado, podrá el lector interesado entrar a valorar en su justa medida las variaciones entre los dos testimonios principales. En todo caso, parece que hay que apuntar algunas cuestiones: en general, el texto de QC es el mejor y más completo, pues cuenta con más de cien versos no recogidos en los otros testimonios, muchos de los cuales debieron de haber estado ya en el primer original de la comedia, según ha defendido Vila, en tanto que bastantes otros pudieran haber sido añadidos por alguien, posiblemente el mismo Calderón, en algún momento. En todo caso, las diferencias entre suelta y parte no parece que sea posible achacarlas a la corrupción natural de un texto a través de las diferentes copias que ha sufrido, sino que parecen deberse a la intervención activa de alguien. Si este alguien hubiese sido Calderón, algo no descartable teniendo en cuenta que el de QC es el texto en mejor estado, habría que preguntarse en qué medida sería justificable reponer versos presentes en otros testimonios cuando no sean exigidos ni por el sentido ni por la métrica o cambiar lecturas correctas de QC porque parezcan mejores las de otros testigos, cuando pudo haber sido el mismo Calderón el responsable de esos cambios por razones que ahora se nos escapan. Probablemente esté muchas veces la clave en el testimonio que haya tenido a su alcance el autor para realizar una revisión, que quizá hubiese llegado ya a sus manos en un grado de corrupción insalvable, lo que explicaría algunas lecturas sorprendentes de QC apuntadas por Vega. No obstante, cuando contamos con la certeza de que Calderón estuvo en mayor o menor medida detrás de un texto, parece más prudente no alterarlo salvo en casos de errores flagrantes.

33El problema de la intervención de Calderón durante la confección de la parte nos lleva a El astrólogo fingido y Judas Macabeo, que son las comedias de QC cuyo texto más difiere del de otros testimonios anteriores. En lo que respecta al Astrólogo, había sido publicado en Zaragoza en 1632 en la Parte 25 de la colección de Diferentes autores (Z), edición en la que contaba nada menos que con 471 versos no presentes en QC, que, por su parte, incluye 178 nuevos que no aparecían en Z, así como diversas variaciones que afectan a en torno un 40% de los versos de la comedia, lo que había llevado a Oppenheimer a considerar QC un testimonio deturpado. Algo similar sucede con Judas Macabeo, pues dos manuscritos anteriores a la parte, uno datado en 1629 y conservado en la Biblioteca Nacional de España (Bn), otro de fecha presumiblemente cercana y que se encuentra en la biblioteca de la Hispanic Society of America (Hs), cuentan con 294 versos no incluidos en el texto impreso. A ellos hay que sumar siete sólo presentes en Hs y sesenta sólo en Bn, mientras que en la Segunda parte existen 43 no recogidos en ellos. Junto a estas supresiones y añadidos, son también múltiples las diferencias entre manuscritos y versión impresa, que se refieren a todo tipo de variaciones en un alto porcentaje de lugares (a veces por completo diferentes) que alcanzan hasta, también, un 40% de los versos de la comedia.

  • 60 Puede verse Rodríguez-Gallego, 2006 y 2009.

34Frente a lo defendido por Oppenheimer (y, en la práctica, por Hartzenbusch en el siglo xix, pues también mezcló ambos testimonios en su edición de la comedia), el texto de la Segunda parte de El astrólogo fingido es perfectamente válido por sí mismo, e incluso puede detectarse cierta sistematicidad en algunas modificaciones, como la eliminación de algunos motivos que se reiteraban en diversos lugares del texto, de distintas intervenciones de los graciosos o de versos amplificatorios. Así, varias supresiones se refieren al carácter de don Diego, protagonista absoluto de la comedia, enamorado de doña María, aunque esta ama a don Juan, con quien tiene encuentros nocturnos. En Z don Diego se nos muestra con un carácter más sentimental, más en la línea del perfecto enamorado, a lo que se añade una cierta voluntad de casamentero, pues quiere solucionar los problemas generados por la mentira en torno a su astrología consiguiendo que María y Juan se casen. Este carácter más sentimental se atenúa en gran medida en QC, donde el personaje reduce su aspecto de galán con la supresión de algunas intervenciones que mostraban el paso desde su entrega amorosa a María hasta su desapego al saber que esta ha confiado su amor a otro, al tiempo que el componente de casamentero desaparece por completo, de todo lo cual resulta que el personaje se hace más cómico, pues se limita a esquivar en la medida de sus posibilidades los efectos de su falsa astrología. Puede observarse también que en el texto de QC no suelen apreciarse las marcas dejadas por la reescritura, pues tienden siempre a hacerse las modificaciones necesarias para que las intervenciones no se perciban, aunque es posible también detectar ligeros e inevitables defectos de revisión60.

  • 61 Puede verse al respecto Rodríguez-Gallego, 2009 y en prensa b.

35En cuanto a Judas Macabeo, las diferencias entre sus dos ramas fundamentales se asemejan, en parte, a las del Astrólogo, como ya se apuntó, aunque no se aprecian aquí las pautas de regularidad presentes en la revisión de aquella, a no ser cierta voluntad de concisión. A la vista del texto manuscrito, la ausencia de algunos pasajes en la versión impresa parece incluso deberse a un error más que a voluntad autorial, al igual que algunas divergencias en principio equipolentes o incluso algunos versos nuevos incluidos en la versión de la Segunda parte, aunque no haya por qué dudar de la autoría calderoniana de la mayor parte de las modificaciones. Como se mencionó a propósito de Amor, honor y poder, podría presumirse que el texto a partir del cual se realizó esta nueva versión estaba corrupto en un grado difícil de establecer, lo que podría explicar algunas de las diferencias entre ambas versiones en las que QC no sale muy bien parado61.

  • 62 Sobre la afición calderoniana por la reescritura puede verse Rodríguez-Gallego, en prensa a.
  • 63 Blecua, 1983, p. 111, n. 1.

36En todo caso, dadas las diferencias que el texto de QC de ambas comedias, siendo coherente y con sentido completo por sí mismo, presenta con respecto a testimonios anteriores, y dado que la Segunda parte fue publicada bajo los auspicios del propio Calderón, parece plausible considerar que el poeta sometió a las dos a un proceso de revisión con motivo de su inclusión en la parte, lo que quizá pudiese haberse debido al mal estado de los textos que llegaron a manos de los hermanos Calderón, o simplemente a un deseo de don Pedro de revisar y mejorar ambas62. Se trataría, en todo caso, de sendas nuevas redacciones de la comedia, según la definición de Blecua de redacción como «un estadio de la obra admitido por el autor»63.

  • 64 Así lo afirma Luis Iglesias, 2006, p. xlii, que añade: «Se diría que Calderón, apremiado por termin (...)

37A la vista de todos los casos expuestos, considero que pueden observarse las huellas textuales de Calderón en la Segunda parte en los siguientes aspectos:
– En primer lugar, la
Segunda parte ofrece para todas las comedias incluidas en ella el texto más autorizado, lo que parece constituir ya un indicador de la intervención de Calderón en su confección. En el caso de El mayor monstruo se trata del mejor texto de la primera versión de la comedia, pues la existencia de otra treinta años posterior más larga en absoluto anula esta primera. Sólo en El galán fantasma cabría la duda de si inclinarse por el manuscrito 17306, debido a su alta calidad, aunque en todo caso su valor es muy similar al de QC. Con ello, y a pesar de su mala fama, puede decirse que la Segunda parte incluso supera la calidad textual de la Primera, pese a haber aparecido tan sólo un año después, lo que podría dar a entender que fue un volumen realizado con más prisas. Sin embargo, si en la Primera el estado textual de El príncipe constante es «desastroso»64 o en diferentes pasajes de El sitio de Bredá faltan por error hasta trece versos sí presentes en un manuscrito firmado por Martínez de Mora, en las comedias de la Segunda parte siempre es el texto de QC el mejor de los conservados, en general con mucha diferencia frente a los demás. Los recogidos en QC, aunque contienen errores, son, en suma, textos muy fiables, como puede comprobarse a partir de la comparación con otras ediciones de textos dramáticos de la época, sin ir más lejos la zaragozana de El astrólogo fingido o los otros testimonios de Amor, honor y poder.
– En segundo lugar, y con respecto a las comedias que no cuentan con una tradición textual claramente independiente de la
Segunda parte, pueden recordarse algunos aspectos señalados por los estudiosos, como las huellas de la ortografía calderoniana mencionadas por Cruickshank a propósito de El médico de su honra o las lecturas difficiliores de Origen, pérdida y restauración de la Virgen del Sagrario mal corregidas por editores posteriores.
– En tercer lugar, esta huella calderoniana se percibe con mayor facilidad en comedias de las que se conservan testimonios anteriores a la parte, dadas las importantes variantes que recogen estos con respecto al texto de QC. Las modificaciones son más moderadas en
A secreto agravio secreta venganza y Amor, honor y poder, comedia esta última en la que algunas incluso pueden resultar sorprendentes por la aparente merma de calidad que suponen en el texto de la Segunda parte; y son más profundas, ya que afectan a en torno un 40% de los versos, en El astrólogo fingido y Judas Macabeo, que presentan una nueva redacción dentro de la Segunda parte.

38Frente a esto, en otras comedias del volumen, como Argenis y Poliarco, El hombre pobre todo es trazas y El galán fantasma, la abundancia y el detalle de las acotaciones parecen delatar que Calderón se limitó a dar el visto bueno a algún manuscrito llegado directamente desde una compañía, a causa presumiblemente de la elevada calidad que debía de presentar. El poeta parece, en suma, haber retocado en mayor o menor grado el texto de algunas de las comedias que configuraron la Segunda parte, al tiempo que con respecto a otras optó por reproducir un texto que le habría llegado en buenas condiciones, aunque en todo caso intentó siempre ofrecer el mejor posible.

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Notas

1 El presente trabajo se inscribe en el Proyecto de investigación sobre la obra de Calderón financiado por la DGICYT HUM2007-61419/FILO (cuyo Investigador principal es el prof. Luis Iglesias Feijoo, y el co-director el prof. Santiago Fernández Mosquera) y en el Proyecto Consolider CSD2009-00033, denominado «Patrimonio Teatral clásico español. Textos e instrumentos de investigación (TECE-TEI)», cuyo coordinador general es el prof. Joan Oleza.DGICYTBFF2001-3168, continuación del concedido por la Secretaría Xeral de Investigación e Desenvolvemento de la Xunta de Galicia PGIDT01PXI20406PR, y renovado por el HUM2007-61419/FILO, que recibe fondos FEDER y cuyos investigadores principales son Luis Iglesias Feijoo y Santiago Fernández Mosquera.

2 Toro y Gisbert, 1918.

3 Heaton, 1937. Pueden verse también Wilson, 1973b, pp. 66-72, y Cruickshank, 1973, pp. 4-6.

4 Paterson, 2001, pp. 20-21.

5 Andrés y otros, 2000, p. 37.

6 Andrés y otros, 2000, p. 45.

7 Paterson, 2001, p. 18.

8 Paterson, 2001, p. 20.

9 Fernández Mosquera, 2005, p. 305.

10 Fernández Mosquera, 2005, pp. 307-308.

11 Fernández Mosquera, 2005, p. 311.

12 Fernández Mosquera, 2005, p. 312.

13 Vega García-Luengos, 2002, p. 39.

14 Este ha sido el criterio seguido por Fernández Mosquera, 2007, en su edición de la Segunda parte de Calderón.

15 Baczynska, 2005, p. 256.

16 Wilson, 1958a; Oppenheimer, 1948 y 1994.

17 Cruickshank, 1973, p. 6.

18 Vega García-Luengos, 2002, p. 40; Ruano de la Haza, 2004, p. 1283; Armendáriz, 2007, p. 243.

19 Baczynska recuerda el testimonio de Cruickshank y se sorprende de que «mientras que el fenómeno de la autoreescritura se inscribe como la estrategia dominante de la Primera parte, la Segunda [...] abunde en problemas textuales» (2005, p. 256). En una nota Baczyńska recuerda también que el trabajo de investigación desarrollado en el grupo calderoniano de Santiago de Compostela estaba replanteando ya la mala reputación textual tanto de la Primera como de la Segunda parte (2005, p. 256, n. 35).

20 «Se hace difícil pensar que don Pedro no estaba al tanto directamente de la edición de al menos sus dos primeras partes, aunque ello no garantice la calidad textual de las comedias que las integran, como los estudiosos más sagaces han afirmado», escribe Fernández Mosquera, 2005, pp. 307-08, que señala más adelante, como ya se apuntó en otro lugar: «frente a lo que se ha dicho hasta ahora, no siempre el texto de QC es tan malo como para ser descartado [...]. Y las rigurosas investigaciones de Vega que restan fiabilidad a QC en algunas comedias no son trasladables automáticamente a otros textos» (2005, pp. 310-311).

21 Vega García-Luengos, 2002.

22 Valbuena Briones, 1989, pp. 39-40.

23 Vega García-Luengos, 2002, p. 60.

24 Wilson, 1973a.

25 Oppenheimer, 1948, p. 336.

26 Así, Margaret Greer, tratando del manuscrito parcialmente autógrafo de El mayor monstruo, escribía que «The work had already been published in the Segunda parte of 1637, but in a corrupt form» (1984, p. 77).

27 Ruano de la Haza, 1998, p. 36.

28 Ruano de la Haza, 1998, p. 45.

29 Ruano de la Haza, 1998, p. 44.

30 Vega García-Luengos, 2002.

31 Vega García-Luengos, 2002, p. 52.

32 Vega García-Luengos, 2002, p. 59.

33 Un estado de la cuestión sobre el texto de la Segunda parte puede verse en Fernández Mosquera, 2008, y en su propia edición de la parte (Fernández Mosquera, 2007).

34 Caamaño, 2001 y 2002.

35 Caamaño, 2001, p. 127, y 2002, p. 147.

36 Sobre el texto de Argenis y Poliarco puede verse Vara López, 2009, quien dedica en la actualidad su tesis de doctorado al estudio y edición de la comedia.

37 Ruano de la Haza, 2000, pp. 48-49.

38 Vega García-Luengos, 2002, p. 39.

39 De la misma opinión era Fernández Mosquera, 2005, p. 316.

40 Las dos primeras jornadas están en la biblioteca de la Hispanic Society of America (B2614) y la tercera en la Biblioteca Nacional de España (Ms. 21264/1).

41 Pueden verse al respecto Sánchez Mariana, 1984; Greer, 1984, p. 75; Rodríguez-Gallego, 2008, y Ulla Lorenzo, en prensa.

42 Cruickshank, 1989, p. 63.

43 Armendáriz, 2007, p. 243.

44 Marcello, 2004, pp 80-81.

45 Marcello, 2004, pp. 86-87.

46 Ulla Lorenzo, 2007, p. 506.

47 Ulla Lorenzo, 2007, p. 507.

48 Iglesias Iglesias, en prensa.

49 Iglesias Iglesias, 2008.

50 Sobre todo ello puede verse Rodríguez-Gallego, 2007. Del mismo parecer es Erik Coenen, 2009, quien tiene en prensa una edición de la obra.

51 Vega García-Luengos, 2002, p. 51.

52 Dos en la Biblioteca Nacional de España, signaturas T-15031/21 y T-55309/14, y uno en la British Library, signatura C.108.bbb.20(3).

53 Vega García-Luengos, 2002, p. 52.

54 Vega García-Luengos, 2002, p. 56.

55 Vega García-Luengos, 2002, p. 59.

56 Vila Carneiro, 2007, p. 516.

57 Vila Carneiro, 2007, pp. 518-19.

58 Vila Carneiro, 2007, p. 516.

59 Vila Carneiro, 2007, p. 519.

60 Puede verse Rodríguez-Gallego, 2006 y 2009.

61 Puede verse al respecto Rodríguez-Gallego, 2009 y en prensa b.

62 Sobre la afición calderoniana por la reescritura puede verse Rodríguez-Gallego, en prensa a.

63 Blecua, 1983, p. 111, n. 1.

64 Así lo afirma Luis Iglesias, 2006, p. xlii, que añade: «Se diría que Calderón, apremiado por terminar cuanto antes, decidió dar curso a la obra sin apenas mirarla, de no ser que en la imprenta se hubiera encomendado la tarea de composición a un aprendiz sin experiencia».

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Para citar este artículo

Referencia en papel

Fernando Rodríguez-Gallego, «Las huellas textuales de Calderón en su Segunda parte»Criticón, 108 | 2010, 99-114.

Referencia electrónica

Fernando Rodríguez-Gallego, «Las huellas textuales de Calderón en su Segunda parte»Criticón [En línea], 108 | 2010, Publicado el 10 febrero 2020, consultado el 30 noviembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/14341; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.14341

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Fernando Rodríguez-Gallego

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