Juan de la Cueva, El príncipe tirano. Comedia y Tragedia. Edición, introducción y notas de Mercedes de los Reyes Peña, María del Valle Ojeda Calvo y José Antonio Raynaud. Sevilla, Junta de Andalucía, Consejería de Cultura/Centro Andaluz de Teatro/Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía, 2009. 404 p.
Juan de la Cueva, El príncipe tirano. Comedia y Tragedia. Edición, introducción y notas de Mercedes de los Reyes Peña, María del Valle Ojeda Calvo y José Antonio Raynaud. Sevilla, Junta de Andalucía, Consejería de Cultura/Centro Andaluz de Teatro/Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía, 404 p. (ISBN: 978-84-8266-803-1; Cuadernos Escénicos, 15.)
Texto completo
1Este volumen es el último fruto del trabajo del Seminario de Investigación sobre Dramaturgos Clásicos Andaluces (SIDCA), vinculado al Centro Andaluz de Teatro (CAT). En esta ocasión, tres de sus investigadores llevan a cabo la edición crítica de dos obras de Juan de la Cueva (1543-1612), estrenadas en 1580, que fueron escritas como un solo proyecto dramático. La Comedia del príncipe tirano presenta los crímenes del príncipe Licímaco, que pretende hacerse con la corona del reino de Colcos. Sus delitos merecerían la pena capital, pero el rey, con el consejo de los nobles, lo indulta por el bien del país. En los versos finales de la comedia se da paso a la Tragedia del príncipe tirano, donde el monarca, cansado de las fatigas que conlleva el gobierno, abdica en su hijo. Licímaco aprovecha la ocasión para redoblar el número de sus crímenes, convirtiéndose así en un tirano abominable, hasta que dos de los personajes más agraviados por su conducta lo asesinan.
2La edición está precedida por un amplio estudio, dividido en varios apartados. En el primero, se exponen los factores que motivaron el nacimiento del teatro comercial en España durante el siglo xvi. Se presta una atención especial al entorno teatral sevillano del último tercio de la centuria para describir el contexto de escritura y de puesta en escena de las piezas de Cueva: los primeros corrales, los actores y las actrices, el público, el nuevo estatuto de escritor de comedias frente al de los autores-actores, etc. Esta información se amplía considerablemente, con respecto a los escenarios y a las compañías que dieron vida al estreno de sus obras, en el cuarto apartado, dedicado a la «Representación de la obra dramática». En las dos ocasiones, destaca el uso de una bibliografía sobre la historia dramática hispalense que hasta ahora no se había reunido para describir el teatro de Cueva.
3Le sigue una breve semblanza del escritor a partir de su testamento y de aquellas noticias que se pueden deducir del resto de su producción literaria. El tercer apartado, dedicado a «Juan de la Cueva dramaturgo», aporta un nuevo documento que amplía nuestro conocimiento de la difusión y del desarrollo de su obra teatral. Desde hace más de ochenta años, conocíamos la existencia de un poder notarial, firmado el 9 de junio de 1595, por el que Cueva otorga a dos representantes la potestad de entregar al Consejo Real, para su revisión, una Segunda parte de las comedias y tragedias que quiere editar y que, desgraciadamente, no ha llegado hasta nosotros. En este estudio se exhuma un escrito anterior, del 15 de enero de 1595, con otro poder para que sus delegados en Madrid soliciten una prórroga del privilegio de impresión de la Primera parte —con el objeto de publicarla por tercera vez— y para solicitar la licencia que le permita imprimir la segunda. Aunque no conservamos ningún ejemplar de esa nueva edición de la Primera parte, este documento permite ratificar el éxito editorial de las obras dramáticas de Cueva, en un momento en el que no es frecuente imprimir teatro, y refuerza la existencia, al menos en manuscrito, del segundo volumen.
4El apartado central, dedicado a la teoría dramática del sevillano, sitúa a Juan de la Cueva dentro de la renovación formal y temática que llevó a cabo la generación de 1580, y expone el influjo que estos dramaturgos recibieron de los trágicos italianos. Termina con una exposición, a grandes rasgos, del contenido expuesto por el hispalense en su Ejemplar poético (1606-1609), y con una reflexión en torno a su distinción entre comedia y tragedia, que ayuda a entender la diferencia de título entre las dos piezas —tan similares— que aquí se editan.
5El resto de la Introducción se centra ya en el análisis de los textos. En primer lugar, desarrolla de un modo pormenorizado el contenido de todas las jornadas, destacando aquellos puntos en los que se advierte la influencia de la tradición clásica e italiana (y aquellos en los que la varía), y señalando cómo se configura en ellas la identidad del tirano, que no respeta ni a los hombres ni a Dios. Este último punto, precisamente, es el que no se enfoca de un modo satisfactorio en el apartado siguiente. Resulta convincente el interés de los investigadores por separar el caso de Licímaco de la realidad política española de aquellos días y de la figura de Felipe II, en contra de la opinión de otros críticos como Alfredo Hermenegildo o Anthony Watson, que ven en el príncipe un trasunto del monarca de El Escorial. Se propone, en cambio —a partir del camino trazado por Rinaldo Froldi—, que la razón de ser de este tipo de historias se ha de buscar en el debate en torno a los límites del poder real que tiene lugar en el ámbito de la Contrarreforma. Si para demostrarlo se señala el origen doctrinal de estos postulados, el entramado teórico y político que sustenta este debate se expone de un modo demasiado general. Se muestra la solución de Cueva al problema de la tiranía; se comparan sus ideas con el De tirano (1400) de Coluccio Salutati; se estudia el sentido providencialista de sus argumentos y se apunta la semejanza de estas tesis con las de Arias Montano, pero falta una descripción del panorama cultural de finales del siglo xvi y principios del xvii, que presenta un aluvión de tratados sobre este asunto, y da sentido a la propuesta teatral del hispalense. En líneas generales, los teóricos católicos —véase como máximos exponentes a Mariana (De rege, 1599) y a Suárez (Defensio fidei, 1613)— se opusieron con claridad al absolutismo del poder real defendido por los protestantes en el marco de las guerras de religión, y trazaron los límites de su autoridad. Dentro de estos límites, llegaron a defender el recurso al tiranicidio en determinados casos. El estudio de estas dos piezas, de una temática tan marcada, se hubiera visto enriquecido, en mi opinión, con una reflexión más detenida sobre el sentido y el alcance de esta controversia, que tuvo en jaque a los eruditos más destacados del momento, y sobre la participación en ella de los dramaturgos finiseculares.
6No resulta habitual incluir en este tipo de ediciones un «Proyecto de espectáculo», con el que culmina la Introducción, que pueda servir de «cuaderno de trabajo» para los directores de escena actuales, pero sí es propio de las ediciones del SIDCA, que pretenden unir los estudios de Historia del teatro con la vida teatral; un proyecto que se completa, en el apéndice, con las «Tablas de análisis», que muestran un esquema de lo expuesto con detalle en el estudio. Se propone aquí un acercamiento a lo que debió ser la puesta en escena de estas obras. Con los datos que nos ofrecen los textos, en especial a partir de las didascalias implícitas, se describe el comportamiento de los personajes, la estructura dramática del texto —cada jornada, cada escena y cada secuencia—, y se reconstruye su espacio escénico y dramático. Esta propuesta no se realiza como un mero ejercicio de creatividad teatral sino dentro de la tradición histórica, a partir de los puntos en los que sigue o varía conscientemente la tradición clásica —principalmente a Séneca— y a los trágicos italianos —Giraldi—, junto con una toma en consideración de la iconografía de la época, la métrica, las obras de los escritores de su generación y de los estudios sobre utilería y escenografía de finales del siglo xvi de que disponemos.
7La edición de las piezas utiliza como texto base el segundo testimonio (1588), porque corrige, en vida del autor, gran parte de los errores del primero (1583). Se ha realizado un gran esfuerzo en la localización de testimonios —esta edición presenta el mayor número de ejemplares cotejados hasta el momento para una edición de Cueva—, pero siempre queda alguno fuera del conocimiento del investigador. Es el caso de los dos ejemplares de la edición de 1588 (VIT 160 y 161) y del manuscrito (Ms. 83239) en cuatro volúmenes, compuesto a partir de uno de los impresos, que se guardan en el Instituto del Teatro de Barcelona. En cualquier caso, su lectura no varía en nada el texto fijado en esta ocasión.
8El texto ha sido editado con el rigor filológico que ha caracterizado la prestigiosa trayectoria de estos investigadores y que la obra del hispalense venía necesitando (una lástima, tan solo, los errores tipográficos que se cuelan en algunas páginas). La edición incorpora acotaciones, entre corchetes, que ayudan a seguir el desarrollo del espectáculo. En las notas al pie se sintetizan las ideas más relevantes del estudio inicial y se incluyen, junto a las notas culturales, abundantes referencias a la tradición dramática clásica e italiana, así como al arsenal de motivos que ofrecía la Officina de Ravisio Textor, de influencia evidente en estas piezas —el sevillano estaba traduciendo la obra al castellano por aquellos días—, que no ha sido utilizada hasta ahora en la edición de su teatro.
9Varias piezas de Cueva siguen aún sin edición moderna y las publicadas en los últimos años se han quedado obsoletas. Esta magnífica edición inaugura un nuevo estadio en la historia de la crítica y de los estudios dramáticos sobre Juan de la Cueva.
Para citar este artículo
Referencia en papel
Francisco Javier Burguillo López, «Juan de la Cueva, El príncipe tirano. Comedia y Tragedia. Edición, introducción y notas de Mercedes de los Reyes Peña, María del Valle Ojeda Calvo y José Antonio Raynaud. Sevilla, Junta de Andalucía, Consejería de Cultura/Centro Andaluz de Teatro/Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía, 2009. 404 p.», Criticón, 106 | 2009, 199-201.
Referencia electrónica
Francisco Javier Burguillo López, «Juan de la Cueva, El príncipe tirano. Comedia y Tragedia. Edición, introducción y notas de Mercedes de los Reyes Peña, María del Valle Ojeda Calvo y José Antonio Raynaud. Sevilla, Junta de Andalucía, Consejería de Cultura/Centro Andaluz de Teatro/Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía, 2009. 404 p.», Criticón [En línea], 106 | 2009, Publicado el 30 enero 2020, consultado el 19 febrero 2025. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/13559; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.13559
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