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Mundinovos y espejos deformantes: el mundo al revés en una mojiganga inédita de Calderón

Fernando Plata
p. 161-192

Resúmenes

Se edita y se estudia en este trabajo la Mojiganga del mundinovo, pieza inédita atribuida en un manuscrito de fines del siglo xvii a Calderón. El estudio de los actores que la representaron, entre los que se encuentra el célebre Juan Rana, nos permite fecharla en torno a 1658-1659. La mojiganga desarrolla el popular tema carnavalesco del “mundo al revés”. Por medio de los espejos deformantes de un mundinovo, especie de arcón dentro del cual y a través de unos agujeros se pueden ver figuras varias, se pasa revista en escena a hombres que hilan, mujeres que maltratan a sus esposos, un médico que lleva a su mula a caballo, una corrida de toros en la que el caballero se enfrenta a un borrico y otras situaciones satíricas. En este trabajo se analiza también una refundición anónima de esta mojiganga compuesta a principios del xviii. Se concluye con un repaso a la tradición del mundinovo como vehículo para la presentación de temas satíricos y fantásticos en otros entremeses y mojigangas de la segunda mitad del xvii y del xviii, tradición que Calderón parece haber inaugurado con el texto que aquí se da a conocer.

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Transmisión del teatro cómico breve de Calderón1

  • 1 Para este breve estado de la cuestión sobre la transmisión del teatro cómico breve de Calderón sigo (...)
  • 2 Ibid., p. 3.

1 El teatro cómico breve de Pedro Calderón de la Barca anduvo disperso en manuscritos, en colecciones impresas de obras de varios autores y en sueltas hasta 1850, cuando Hartzenbusch publicó catorce piezas en la Biblioteca de Autores Españoles. Poco es, pues, lo que se conocía de los cien sainetes o entremeses que, según Vera Tassis, había escrito Calderón. En las últimas dos décadas se han redoblado los esfuerzos por recuperar ese legado, sobre todo a partir de la edición de Rodríguez y Tordera de 1983 y de los esfuerzos, entre otros, de Agustín de la Granja y María Luisa Lobato, que han desenterrado numerosas obrillas breves y dilucidado su atribución a Calderón. Estos esfuerzos han cuajado en la que es hoy la edición más completa del teatro cómico breve calderoniano: la de Lobato, de 1989, en la que la editora publica veintidós obrillas de Calderón, diecinueve atribuidas y, además, da noticia de otros dieciocho textos de dudosa atribución. En total, cincuenta y nueve títulos, lo cual mejora mucho nuestra comprensión de ese otro Calderón de la burla y de la risa, menos conocido del gran público. Con todo, la editora nos advierte, cauta, que la suya no es una edición definitiva, ya que «mientras no se estudien todas las piezas teatrales breves contenidas en manuscritos e impresos, muchas de ellas anónimas o con más de una atribución, no se podrá dar por terminado el elenco de obras de ningún autor del género»2.

2 Como contribución al establecimiento del corpus calderoniano, presento en este artículo el estudio, análisis y edición de una interesantísima mojiganga inédita y desconocida atribuida a Calderón.

El manuscrito

  • 3 Describe el manuscrito Andrés, 1983, pp. 98-101.

3 La Mojiganga del mundinovo se encuentra en un manuscrito de la biblioteca del Instituto Valencia de don Juan, de Madrid, con la signatura 26.III.11, pp. 302-318. Se trata de un grueso códice que contiene una colección de cincuenta y tres bailes, entremeses, loas y mojigangas. La letra es de fines del xvii o del xviii y algunas de las piezas llevan la fecha de su representación: 1681, 1690 y 1696. La mayoría de las piezas es anónima y, según su catalogador, Gregorio de Andrés, fueron representadas en el palacio real en los tiempos de Mariana de Austria y Carlos II, es decir, en la segunda mitad del xvii3. En la p. 302 el epígrafe titula la pieza que editamos simplemente «Mojiganga de D[on] Pedro Calderon», mientras que en el índice, p. 633, se la titula «Mojiganga del Mundi Nobo».

Datación de la Mojiganga del mundinovo: los comediantes

  • 4 Shergold y Varey, eds., 1985, p. 27.

4 Como es frecuente en el teatro menor4, los parlamentos de esta mojiganga aparecen en boca no de unos personajes ficticios, sino de los actores que los encarnan en el escenario, y van registrados con su verdadero nombre: Bernarda Ramírez, la Borja, Jusepe, Juan Rana, María de Quiñones, Jerónima de Olmedo, Sebastián de Prado, María de Prado, Osorio y Mendoza, además de músicos y otros personajes secundarios sin nombre (un esportillero y dos figuras que crecen y menguan, o aparecen haciendo el pino).

  • 5 Publicado por Shergold y Varey, 1985.

5La vida de estos comediantes se puede reconstruir con relativa facilidad a través de los numerosos documentos publicados referentes a la vida teatral madrileña del xvii. Como se sabe, los cómicos se organizan, a partir de 1631, en la cofradía de la Virgen de la Novena de la Iglesia de San Sebastián de Madrid y allí celebran juntas o cabildos y dejan constancia de bautizos, bodas y muertes. La documentación del archivo de la Novena sirvió como base de la famosa Genealogía de los comediantes de España, manuscrito anónimo de hacia 17215 que nos proporciona datos y noticias de multitud de actores y actrices de la época. Además, sobre algunos de los actores mencionados en esta mojiganga tenemos estudios modernos, particularmente sobre Juan Rana, pero también sobre Bernarda Ramírez y su segundo marido, Sebastián de Prado. Interesante como es para la sociología teatral conocer las vidas de estos cómicos, no lo es menos para fechar la mojiganga. Si se delimitan los años en los que todos estos actores trabajaron juntos, se puede deducir con bastante certeza cuándo fue representada la mojiganga y, por tanto, cuándo fue compuesta, ya que los dramaturgos solían escribirlas para su representación inmediata.

  • 6 Bergman, 1965, p. 519.
  • 7 Asensio, 1965, p. 166.
  • 8 Bergman, 1966.
  • 9 Cotarelo y Mori, 2000, pp. clvii-clxiii.
  • 10 Serralta, 1994, p. 289.
  • 11 Asensio, 1965, p. 171.
  • 12 Serralta, 1994, p. 296. Véase también Serralta, 1990 y Thompson, 1998 y 2006.
  • 13 Véase la nota al v. 291 en esta edición.
  • 14 Shergold y Varey, eds., 1985, p. 117.
  • 15 Para la biografía de Juan Rana debe consultarse ahora Sáez Raposo, 2005, pp. 21-71.

6Juan Rana es el más conocido del reparto: en la Mojiganga del Mundinovo tiene dos partes, la de «hembro» sumiso, que hila y calla, y la de torero burlesco. Como es bien sabido, Rana es el nombre que adopta en las tablas el gracioso Cosme Pérez y con el que llega a identificarse hasta el punto de que nombre propio y apodo se mezclan en escrituras legales6; no se sabe si el personaje fue creación de Quiñones de Benavente o bien mostrenco del que se aprovecharon varios dramaturgos7, pero desde luego ya en 1631 lo cita Benavente con el nombre de Juan Rana8. Hasta su retiro de los escenarios en torno a 16599, Juan Rana representó multitud de papeles: los dramaturgos le escribieron hasta medio centenar de obrillas ex profeso. Calderón compuso la mojiganga Juan Rana en la Zarzuela y el entremés El desafío de Juan Rana y se le atribuyen también los entremeses El triunfo de Juan Rana y Los dos Juan Ranas. Juan Rana es un gracioso de lenguaje tosco, simple10, cobarde, tragón y flemático, pero es, a la vez, un personaje maleable, adaptable a multitud de situaciones y oficios11. Serralta, basándose en los rasgos mujeriles atribuidos a Juan Rana, e incluso a Cosme Pérez, y vinculando esto con el hecho de que Cáncer escribiera para él el entremés Juan Rana mujer, habla incluso de una «homosexualidad escénica»12 en la que ha profundizado más recientemente Peter Thompson. Se sabe que Juan Rana fue arrestado en 1636 por sodomita, a pesar de lo cual parece ser que su homosexualidad fue tolerada y comprendida por público y autores que, como Calderón, escribieron papeles en los que el gracioso juega con la ambigüedad genérica, sugerida por su aspecto físico y por el anfibio que le sirve de apodo y de atributo, como se ve en su conocido retrato, tantas veces reproducido. En nuestra mojiganga lo vemos también haciendo un papel de hombre sumiso que concuerda con estas características, e incluso parece hacer un chiste alusivo a su homosexualidad13. Su gracia histriónica era proverbial, como muestra la frase, tantas veces citada, de la Genealogía, según la cual, Rana «sólo con salir a las tablas, y sin hablar, provocaba a risa y al aplauso»14. Rana murió en 1672 en su casa de Cantarranas (hoy calle de Lope de Vega) en el barrio de los comediantes. De este personaje se conserva un retrato anónimo en la Real Academia Española, pintado en la década de 165015.

  • 16 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 589.
  • 17 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 588.
  • 18 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 542.
  • 19 Shergold y Varey, 1961, p. 135.
  • 20 Según me informa Frédéric Serralta, la comedia de Solís se estrenó el miércoles 27 de febrero de 16 (...)
  • 21 Shergold y Varey, 1982, p. 60, doc. núm. 24.
  • 22 Shergold y Varey, 1961, p. 135. «Joseph Melocotón» aparece descrito como «gracioso y músico» en la (...)
  • 23 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 15.
  • 24 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 30.
  • 25 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 34.

7También son muy conocidos Bernarda Ramírez y su marido, Sebastián de Prado, cuya biografía más completa es obra de Cotarelo. Bernarda Ramírez tuvo una vida tempestuosa: en 1635, a los veinte años, viajó a Nápoles con una compañía de comediantes. Allí tuvo dos hijos con el duque de San Pedro, que la había raptado; después se casó con Bartolomé de Robles y enviudó. Al volver a Madrid casó con Sebastián de Prado, diez años más joven que ella e hijo del famoso «autor» de comedias Antonio de Prado, en cuya compañía empiezan a trabajar los recién casados a principios de la década de los cincuenta. Después de la muerte de Antonio de Prado en 1651, Sebastián forma su propia compañía y, a partir de entonces, e ininterrumpidamente hasta 1662, año de la muerte de Bernarda Ramírez, nos encontramos a estos actores del reparto de nuestra mojiganga juntos en distintas compañías y representaciones teatrales. Esto nos facilita ya una primera datación de la mojiganga entre 1651 y 1662. Pero se puede afinar más. En diciembre de 1651, con ocasión de una representación palaciega se unen, como era habitual, las compañías de Osorio y Prado y allí encontramos por primera vez juntos a cinco de nuestros comediantes (María de Quiñones, Mariana de Borja, María de Prado, Bernarda Ramírez y Juan Rana)16, número ya considerable; en 1653, en la compañía de Diego Osorio encontramos cuatro17; otros cuatro trabajan juntos en febrero de 1655 en una representación de carnaval18; en el corpus de 1655 encontramos a seis de ellos representado en la compañía de Osorio19. Dicha compañía en 1656-1657 incluía a cinco de ellos. Tenemos, pues, ya un núcleo de siete nombres documentados con frecuencia entre los años 1651 y 1657 en las mismas actividades teatrales: Quiñones, Borja, María de Prado, Ramírez, Rana, Sebastián de Prado y Osorio. En 1657 aparece en la documentación un nuevo nombre: Jerónima de Olmedo, que trabaja en la compañía del Pupilo junto a Juan Rana. En 1658 encontramos por primera vez el de Mendoza, trabajando junto a los mencionados Quiñones, Ramírez, María de Prado, Borja y Cosme Pérez en la representación de Triunfos de amor y fortuna de Solís y varios entremeses20. Falta solamente Jusepe, el actor que carga con el mundinovo, cuyo nombre podría parecer ficticio y connotar el origen italiano del saboyardo. Posiblemente se trate, sin embargo, del nombre de un actor real. El 20 de febrero de 1658 hallamos cenando en el Retiro a un grupo de actores; entre ellos, la Borja y un tal «Jusepe»21. Un año después, el 25 de febrero de 1659, se da orden, como era habitual, de que los actores escogidos para representar los autos del corpus no salgan de Madrid. En la lista se incluye a Ramírez, Borja, María de Prado y «Jusepe Melocoton»22 que bien podría ser, también, nuestro saboyardo. A partir de ese momento, decrece la frecuencia con la que se hallan juntos nuestros comediantes: en 1660 se van a París Sebastián de Prado con su mujer, Bernarda, y su hermana, María23; en 1662 en los autos del corpus aún encontramos a Quiñones, María de Prado, Ramírez, Mendoza y la Borja juntos24. Ese mismo año muere Bernarda Ramírez el 24 de octubre25, por lo que concluye el arco cronológico en el que se enmarcan nuestras pesquisas.

  • 26 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 603.
  • 27 Rodríguez y Tordera, 1983, pp. 17-18; Buezo, 1993, pp. 116-117.
  • 28 Por ejemplo, el entremés de El desafío de Juan Rana, con Juan Rana y Bernarda Ramírez; el entremés (...)

8Es casi imposible saber con certeza la fecha exacta de representación de la mayoría de las piezas breves de nuestro teatro, ya que, si las comedias se representaban con abundante acompañamiento de estas obrillas, sus títulos casi nunca se mencionan en los documentos de época26. Es, pues, la vida de los comediantes el instrumento más seguro para su datación. Creo, según lo expuesto, que se puede afirmar con bastante certeza que la Mojiganga del mundinovo se representó en una fiesta de carnaval, posiblemente en palacio, en 1658 ó 1659. Por otro lado, la coincidencia de nuestros actores en los tablados de la década de 1651-1662 encaja plenamente con la biografía de Calderón, quien, tras ordenarse sacerdote en 1651, deja de escribir comedias para los corrales en los que había tenido tanto éxito y se centra en los autos sacramentales para las fiestas del corpus, organizadas por el Ayuntamiento de Madrid, y en obras de gran tramoya, música y espectáculo, así como obras cómicas breves para las fiestas reales de palacio27, contexto éste en el que debió de componer esta mojiganga recién descubierta. Además, algunos de los actores que representaron la Mojiganga del mundinovo aparecen en otros entremeses y mojigangas auténticos de Calderón28. Es, pues, verosímil la autoría de esta pieza, que encaja en la producción artística de Calderón, autor a quien, no lo olvidemos, se la atribuye el único manuscrito conservado, sin que haya ningún dato, hasta el momento, que desmienta dicha autoría.

La Mojiganga del mundinovo: análisis y estudio

  • 29 Ver Pagés, 1977, p. 248; García Valdés, 1990, p. 223.

9El punto de partida de la mojiganga es, como tantas otras veces29, la urgencia de un personaje acuciado por la necesidad de componer rápidamente una mojiganga: «Mojiganga, en un cuarto de hora / habéis de haceros, / en un cuarto de hora estudiaros / y en otro poneros» (vv. 1-4). En un incipit de tipo especular, los personajes de nuestra mojiganga se encuentran presionados para encontrar materia para una mojiganga. Bernarda Ramírez sale llorosa a escena y explica a su amiga, la sorprendida Borja, que no puede hacer una mojiganga, porque le faltan asuntos para un género que considera agotado; dice Bernarda:

Si acaso me dice alguno,
viéndome en tran grande aprieto:
«Allá te espero, Marica,
en el Sotillo del pueblo»,
ya está en el Sotillo Cáncer
y en el coche en que le encuentro
cuatro zagalas del Tajo
cantando están a Fileno.
Si voy al Prado a buscarlas,
ya está en el Prado Moreto (vv. 31-40).

  • 30 Ver Herrero García, 1963, pp. 190-193 y 358-360.

10Sotillo y Prado aluden al Sotillo de Manzanares de Madrid, caracterizado por la afluencia de gente en coche para la fiesta de Santiago el Verde, y al Prado de San Jerónimo y Recoletos, donde era conocido el concurso de coches todas las tardes30; allí aparecen, respectivamente en nuestra mojiganga, los famosos entremesistas Jerónimo de Cáncer y Velasco († 1655) y Agustín Moreto (1618-1669). Se percibe, por otra parte, una cierta sensación de agotamiento del género, quejándose Bernarda Ramírez de que

siendo ésta [mojiganga] la postrera
de tantas como se han hecho,
no es posible que halle tono,
invención, traza ni verso (vv. 25-28)

  • 31 Lobato, 2000, p. 20.

11No es raro encontrar dentro de otras mojigangas referencias al agotamiento de un género que floreció en las décadas de 1650 y 1660, pero entró en franca decadencia con Bances Candamo en la de 1680; sin embargo, teniendo en cuenta que hemos fechado esta mojiganga hacia 1658-59, momento de esplendor del género, ese deseo de novedad y sensación de agotamiento puede entenderse también, como ha señalado Lobato en otros textos, como mero recurso retórico, juego de teatro dentro del teatro31.

  • 32 Real Academia Española, 1984, sub uoce.
  • 33 Para los mundinovos deben consultarse las obras de Zotti Minici, 1988 y Fernández, 2006, que incluy (...)

12En ese momento aparece Jusepe, con su mundinovo, para proporcionar «traza» a la mojiganga. Estamos aquí ante un motivo nuevo en nuestra dramaturgia: el mundinovo, mondinovi o mundinuevo, palabra procedente del italiano mundi nuovi, ‘mundos nuevos’, que denomina una especie de cajón que contiene un cosmorama o figuras móviles32, al que también se conoce con el nombre de tutilimundi. El motivo, lo veremos, recurre en nuestra literatura de la segunda mitad del xvii y del xviii (he llegado a contabilizar al menos nueve piezas dramáticas y poéticas de estos años en las que el artefacto es protagonista; véase el Apéndice). Lo interesante es que nuestra mojiganga inédita, compuesta, como vimos, hacia 1658-59, parece inaugurar este feliz motivo, cuyas funciones y fortuna en nuestra literatura han sido poco estudiadas33. [Véanse las ilustraciones 1 y 2].

  • 34 Varey, 1957, pp. 87-88.

13De Jusepe dice Bernarda que es un «gabacho» (v. 56). Son siempre extranjeros los que portan estos cajones en nuestra literatura, normalmente franceses o italianos34. Según el Diccionario de Autoridades, los que traían los mundinovos a cuestas eran «saboyardos», es decir de Saboya, zona a caballo entre Francia, Italia y Suiza, lo cual explicaría la indeterminación lingüística con la que se introducen estos extranjeros. Normalmente llevaban sus cajas a la espalda y cantaban o tocaban música de organillo para atraer a la gente. En nuestro texto, la Borja inmediatamente ve en la aparición de Jusepe con su arca a cuestas la solución de los males de Bernarda: el nuevo mundo del gabacho le dará «asunto nuevo» para la mojiganga; por lo que llama al gabacho, cuya habla está caracterizada por barbarismos, pronunciación de la erre doble y otras formas disparatadas que imitan los modismos de un extranjero. Jusepe le dice que en el arca hay un mundo nuevo de gentes, usos, juegos, comedias, bailes...: «nada habéis de nombrarr / que aquí no salga al momento» (vv. 100-101); a partir de ahí, vemos en escena lo que supuestamente están viendo en el arca Borja y Bernarda.

14Recapitulando, el espectador asiste a una mojiganga en la que se problematiza la dificultad de encontrar tema para una mojiganga; para salvar esa dificultad, vamos a asistir, en una «mise en abîme», a una representación de figuras y situaciones que supuestamente otros personajes están viendo simultáneamente dentro del arca del mundinovo. Tenemos, pues, tres niveles o instancias de complejidad teatral. Y ya no teatro dentro del teatro, sino espectáculo óptico dentro del teatro, porque lo primero que muestra Jusepe son dos figuras «que crecen y menguan». Obviamente nos encontramos aquí ante un fenómeno óptico semejante al que se produce cuando nos ponemos frente a un espejo concavo o convexo. Según explica Autoridades, había dos tipos de mundinovo; por un lado, «Cierta arca en forma de escaparate que traen a cuestas los saboyardos, la cual se abre en tres partes y dentro se ven varias figurillas de madera movibles y, metiendo por detrás una llave en un agujero, prende en un hierro que, dándole vueltas con ella, hace que las figurillas anden alrededor, mientras él canta una cancioncilla». Es decir, muñecos que se mueven dándoles cuerda, y cuyos movimientos se acompañan por la música del saboyardo. Pero no es éste el tipo de mundinovo que tenemos aquí, sino un segundo, que Autoridades define de la siguiente manera: «Otros hay que se ven por un vidro graduado, que aumenta los objetos y van pasando varias perspectivas de palacios, jardines y otras cosas», es decir, que con una lente de aumento se observa un cosmorama o panorama. Lo que aprovecha Calderón del artilugio es la capacidad deformante de la lente; esa lente graduada produce una distorsión de las figuras: vemos los objetos aumentados o deformados, como en la estética deformante de los espejos del Callejón del Gato, o a través del fondo del vaso, como decía Max Estrella en Luces de Bohemia al definir el esperpento.

  • 35 Rodríguez y Tordera, 1983, pp. 58-66.

15El arca del mundinovo abre las puertas al mundo al revés. Dice Jusepe «son tan diversos [mujeres y hombres], / que al revés viven de cuanto / se vive acá» (vv. 120-122); el mundinovo se convierte, pues, en artefacto, artilugio o instrumento para el topos satírico del mundo al revés. Nos encontramos en el ámbito del carnaval, la subversión del orden cotidiano, favorecida o justificada por la presencia del gabacho con el arca; el juego permitido dentro de los estrechos límites del mundinovo y de la mojiganga. Como han estudiado Rodríguez y Tordera, la mojiganga es un género asociado con el carnaval, teatro en libertad, satírico, en el que se da una suspensión del tiempo que permite una licencia absoluta y una inversión de la jerarquía corporal35. Como en un Purimschpiel, el mundinovo es, pues, vehículo que facilita y permite el cuestionamiento de las realidades aceptadas; es un momento transgresor.

  • 36 Caro Baroja, 1965, p. 90; Grant, 1973, pp. 113-118.
  • 37 Vaíllo, 1982, p. 368 donde se citan los textos de Quevedo.

16La mojiganga se organiza, a partir de ese momento, como un desfile de personajes o tipos cómicos. Los primeros en pasar ante el ojo de Borja son los casados. Jusepe la invita a mirar en el arca: «¡Pues veldo!» (v. 126), e inmediatamente, tras el verbo de percepción, salen al escenario los actores que representan al matrimonio: Juan Rana y María de Quiñones, Rana hilando y María «con espada y broquel», en la que es, quizá, una de las representaciones más tradicionales del mundo al revés, la inversión de papeles de los dos sexos36. Se desarrolla a continuación una divertida escena: Quiñones se marcha a jugar y le dice a Juan Rana, en tono amenazante, que mejor será que no vuelva ella sin dinero. Cuando el pobre Juan se dispone a protestar, le interrumpe Quiñones y le manda callar e hilar, y le amonesta que tenga la casa barrida y fregada, la cama hecha, la mesa puesta y la cena en la mesa... A cada interrupción de Rana, Quiñones le manda callar, porque, dice, «en este nuevo / mundo quiero que se vea / que las hembras son los hembros» (vv. 158-160). «Hembros» es un neologismo de regusto quevediano, quien había descrito a unas mujeres metamorfoseadas en diestros de esgrima como «hembros de la vida airada»; es el mismo mundo al revés que asombra a Quevedo, que había escrito: «Todo se ha trocado ya; / todo al revés está vuelto: / las mujeres son soldados, / y los hombres sus doncellos»37. Bernarda observa, admirada, «Que al mirarlos / no podrá ningún ingenio / saber cuál es la cabeza / ni los pies» (vv. 166-169); un mundo sin pies ni cabeza, como en el dicho, y eso es casi literalmente lo que, a continuación, le muestra Jusepe a Bernarda: dos figuras con los pies hacia arriba y la cabeza hacia abajo: se trata, como explica la música, de dos personajes andando con las manos, como acróbatas haciendo el pino.

  • 38 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 176.
  • 39 Caro Baroja, 1965, pp. 371-381.

17Después de los casados, le toca el turno a los solteros. Asistimos a un lance de celos y honor, como tantos otros en el teatro barroco, solo que invertido. Jerónima de Olmedo regala a Don Casildo, representado por Sebastián de Prado, comida para un banquete, transportada por un esportillero; Prado, con aire «adamado», afeminado, como los «Mariones» de Quevedo y de Quiñones de Benavente, está más preocupado por sus vestidos que por comer; en ese momento llega Clara (María de Prado), que es también “galán” de don Casildo, quien exhorta a Jerónima a ocultarse detrás de la esportilla para que no la vea Clara: la tópica situación de honor, vuelta del revés. Pero es demasiado tarde: Clara ya ha visto a Jerónima esconderse, se sucede riña entre las dos mujeres —no hay que olvidar el carácter áspero e irascible de María de Prado38 que nuestro dramaturgo aprovecha en esta pieza— y Clara muere cómicamente: «Hame dado [Jerónima] / zarazas en el cabello; / todo un papel de alfileres / clavado en las manos tengo» (vv. 248-251). «Zarazas» era un veneno contra animales que se hacía con la mezcla de vidrio molido y agujas y alude, de modo exagerado, a la pelea a alfilerazos; esta escena remite precisamente a otro festival enraizado en el carnaval y el mundo al revés: las fiestas de Santa Águeda, que cada 5 de febrero se celebran en varios lugares de España, señaladamente en Zamarramala (Segovia). En esta fiesta las mujeres toman la autoridad en el pueblo y celebran un baile del que los hombres son expulsados a alfilerazos si intentan participar39. Esto confirma, además, los estrechos vínculos entre folclore carnavalesco y mojiganga literaria, ya enunciados por Caro Baroja.

18La siguiente escena que contemplan Borja y Bernarda es una sátira de los médicos que no curan a los enfermos: son sus mulas los que los curan. Uno de los atributos más comunes de la figura satírica del médico en la literatura burlesca áurea es su mula, como lo atestiguan tantos textos quevedianos, como éste del Libro de todas las cosas (1631):

  • 40 Quevedo, Prosa festiva completa, p. 431 y véase nota en p. 415. Compárese también de Quevedo: «yénd (...)

Si quieres ser famoso médico, lo primero linda mula, sortijón de esmeralda en el pulgar, guantes doblados, ropilla larga y, en verano, sombrero de tafetán; y en teniendo esto, aunque no hayas visto libro, curas y eres dotor. Y si andas a pie, aunque seas Galeno, eres platicante. Oficio docto que su ciencia consiste en la mula40.

  • 41 Grant, 1973, pp. 124-125.
  • 42 Vaíllo, 1982, p. 376.

19Pues bien, aquí nos encontramos en el mundo al revés y es el médico el que carga con la mula a cuestas; ésta es una de las imágenes más comunes en la iconografía carnavalesca41. Mendoza, que representa al médico, canta explicando la coherencia de que sea la mula la que cure, basada en un juego de palabras que aprovecha la dilogía entre «errar» y «herrar»: «... si yo la hierro los cascos, / qué mucho que ella me lleve al enfermo / y que ambos sepamos la casa y la cura / y que ella me acierte cuando yo la yerro» (vv. 270-273). Los médicos siempre «yerran», es decir, se equivocan; aquí Mendoza «hierra» a la mula, es decir, le pone herraduras, y la mula acierta la cura, al contrario de lo que hace el médico, que la «yerra». Los yerros derivan de la ignorancia del médico y la mula se responsabiliza de las curas del amo42.

  • 43 Según Lobato en su edición del Teatro breve cómico de Calderón, p. 154.

20Asistimos después a una corrida de toros en la que un bizarro caballero se enfrenta a un borrico. La escena de la plaza la vemos primero a través de los ojos de los personajes que nos la narran como en una teicoscopia, y además escuchamos ruidos dentro de la plaza, hasta que sale Juan Rana, esta vez como torero burlesco, papel en el que, por cierto, aparece también en el entremés calderoniano El toreador, compuesto, precisamente hacia 165843, como posiblemente esta pieza, y en el que trabaja también Bernarda Ramírez.

  • 44 Sobre la folla, ver Rodríguez y Tordera, 1983, pp. 74-75.

21La última escena es una «folla» o especie de fin de fiesta carnavalesco. Jusepe hace salir a todas las figuras del mundinovo cantando y tocando instrumentos; como Juan Rana ha tenido dos papeles en la mojiganga, sale él como toreador, pero Osorio le sustituye en el papel de hombre sumiso que hila y calla. Se produce así una repetición inconexa, confusa y desafinada de algunas de las frases que estos personajes han pronunciado durante la mojiganga, mezcladas con música, todo lo cual corona lo irracional y desordenador de la obra44.

  • 45 Rodríguez y Tordera, 1983, p. 30.

22Se ha dicho que el entremés y, más particularmente, la mojiganga, como géneros, reflejan una época, pero por inversión o por transgresión, mediante una intensificación deformadora45. Calderón se vale, como acabo de mostrar, del efecto óptico del mundinovo como «tropo» mediante el cual efectuar esa operación inversora de manera sistemática.

La anónima mojiganga El mundo al revés, una refundición dieciochesca de la Mojiganga del mundinovo calderoniana

23 La mojiganga anónima El mundo al revés coincide en buena parte con el texto de nuestra mojiganga calderoniana, pero tiene importantes retoques que hacen pensar que nos hallamos ante una refundición.

  • 46 Ver Paz y Melia, 1934, p. 361; Cotarelo Valledor, 1945, p. 79; Bravo Villasante, 1978, p. 392; Buez (...)
  • 47 Zugasti, 2002.
  • 48 Shergold y Varey, eds., 1985, pp. 466 y 476-477. Véase también Zugasti, 2002, p. 1461.

24El texto se conserva en un códice de la Biblioteca Nacional de Madrid, el ms. 14090. Es conocido de algunos estudiosos del teatro menor áureo46, y ha sido recientemente publicado47. Se trata de una copia, hecha por el compositor Francisco Asenjo Barbieri (1823-1894) y fechada en 1872, de un manuscrito de letra de fines del xvii y principios del xviii. El códice contiene dieciséis mojigangas, algunas de José de Cañizares y de Antonio Zamora, y fechadas cinco de ellas entre 1708 y 1718. Cambian en esta mojiganga, lógicamente, los nombres de los actores. En vez de Juan Rana y sus compañeros, aparecen en el nuevo reparto: Teresa, Vallejo, Garcés, Manuela, Hipólito, María de Navas, Sabina, y Juana Robres que quizá formaban parte de la compañía del comediante y entremesista Juan de Castro Salazar, a cuyo repertorio pertenecían las mojigangas del códice que comento. De todos ellos podemos identificar, al menos, a Juana Robres, cuyas actividades escénicas entre 1694 y 1700 conocemos, y a María de Navas, de quien tenemos noticias a partir de 1679 y hasta su muerte en 172148. Códice y reparto apuntan, pues, a una fecha tardía para la datación de la mojiganga El mundo al revés: con toda probabilidad a principios del xviii.

25El texto es, en parte, idéntico al de nuestra mojiganga, con la importante salvedad de que ya desde el título desaparece la referencia al artilugio óptico del «mundinovo» y aparece, en cambio, el «mundo al revés» como si fuera un mero espejo (“especo” en el texto original); es decir, el «francés» va pregonando su «mundo al revés» con el que resuelve el apuro de las dos mujeres que necesitan hacer una mojiganga. Jusepe se convierte, pues, en un francés que trae, en vez del arcón del mundinovo, un espejo en el que se ven las varias figuras que ya conocemos: una mujer y un hombre con los roles sexuales invertidos, un lance de honor entre dos mujeres que pelean por el amor de un hombre, un médico que trae su mula a cuestas, etc. Desaparecen igualmente algunos pasajes del texto calderoniano: así la mención a Cáncer y Moreto como autores que copan el universo del teatro cómico breve. Desaparecen, por último, los dos personajes que crecen y menguan de la caja de Jusepe.

26Se ha perdido en parte, pues, el sentido que tenía la pieza en Calderón, centrada en torno a un objeto que entonces debía ser novedoso, el mundinovo, y que servía, a través de la distorsión óptica, de vehículo estético para la presentación de un mundo al revés en el contexto carnavalesco de la mojiganga.

Varia fortuna del motivo del mundinovo en la literatura de fines del xvii y del xviii

27 Como apunté antes, la «traza» posiblemente creada por Calderón tuvo una vida fructífera en el teatro breve posterior y en otros géneros literarios. Un recorrido no exhaustivo por algunas de estas piezas nos muestra las metamorfosis del motivo del mundinovo (véase el Apéndice final para datos bibliográficos más completos de los textos que presento a continuación).

  • 49 Entre las cuentas de gastos para la representación de una mojiganga en julio de 1715 en el Corral d (...)
  • 50 Sobre esta mojiganga, ver Varey, 1957, pp. 209-211; Suárez de Deza, Teatro breve, vol. I, pp. 63-65 (...)

28 En la Mojiganga del mundinuevo de Vicente Suárez de Deza y Ávila, representada el 19 de enero de 1662 en el Palacio del Buen Retiro para acompañar a una comedia de Calderón, el príncipe ha escrito al alcalde de Alcorcón para pedirle que haga una mojiganga en el Retiro. El alcalde no encuentra ninguna idea convincente, hasta que un escribano le propone usar al extranjero del mundinuevo, que pregona, en su jerigonza italiana, «cositis curiosis [...] alegris, nuevis, famosis» (f. 24r). El extranjero, que trae a cuestas su cajón, comienza a cantar, momento en el cual, y tras correrse una cortina, aparecen en escena las figuras del mundinovo. La acotación explica con precisión como se conseguía el efecto ilusionista de hacer creer que lo representado en escena es lo mismo que se ve mirando dentro de la caja: «Arrima [el extranjero] la caja junto al vestuario y, en cantando la copla, se descubre una cortina, volando la caja con ella al mismo tiempo y se verá dentro todo lo que fuere saliendo, en la forma que se ve en los que enseñan el mundi nuevo, moviéndose todas las figuras que se ven» (f. 24v). Es decir, se utilizaba una tramoya con argollas y maromas para sacar la caja a escena49. Primero se nos cuenta, como en una teicoscopia, lo que va sucediendo dentro de la caja, pero pronto el alcalde saca las figuras de la caja. Allí aparecen el Coloso de Rodas, una sirena, un hombre-caballo y festejos de palacio: una danza de Portugal, cuatro indias que cantan, una danza de Valencia y unos negros danzando que celebran el nacimiento del príncipe Carlos50.

  • 51 Sobre la mojiganga de Avellaneda, ver Varey, 1957, pp. 214-215.

29 La «mojiganga donosa» El mundinovi de Francisco de Avellaneda se representó en Madrid el 26 de julio de 1675 como parte de los festejos y zarzuela con que se celebró el santo de Mariana de Austria, a la sazón reina de España. Uno de los personajes lleva una caja del mundinovo. A pesar de estar caracterizado como «francesillo», habla el italiano españolizado que ya vimos en la mojiganga de Suárez de Deza y que caracterizará a partir de ahora a todos los portadores del mundinovo. De su caja van saliendo matachines, Tarquino y Lucrecia y sus amores ridículos, enanos corcovados, pavos que bailan y unos niños con cartillas escolares que bailan, cantan y celebran el día dichoso51.

  • 52 La comedia de Calderón es Psiquis y Cupido. Véase la décima de Avellaneda en los preliminares del l (...)
  • 53 Escribe Calderón al comienzo de su carta a Avellaneda: «Entre otras molestias, señor y amigo mío, c (...)

30 Calderón, Suárez de Deza y Avellaneda podrían haber conocido las distintas versiones de estas mojigangas con el motivo del mundinovo que unos y otros habían puesto en escena. La de Suárez de Deza, representada junto a una comedia del propio Calderón, fue publicada en un tomo de 1663 adornado, entre otras poesías, con una décima laudatoria de Francisco de Avellaneda52. Éste, a su vez, recibió el 30 de julio de 1675, unos días después de representar su mojiganga, carta de Calderón en la que se disculpa, por razones de salud (nuestro dramaturgo contaba ya 75 años) de no haber acudido a los festejos y en la que le pide el borrador de las obras para su lectura53.

31 Otra «mojiganga del mundinovo» inédita, conservada en al menos dos manuscritos, se representó en Madrid, en las fiestas del corpus, a 29 de mayo de 1698, junto al auto El templo vivo de Dios de Antonio de Zamora. En la mojiganga encontramos a un personaje estrafalario, doña Fafulina, a quien se le han muerto unos titíes; para consolarla en su aflicción, otros personajes tratan de divertirla y echan mano para ello del ya para entonces socorrido recurso de llamar a un francés —en otro momento se le llama «gabacho, italiano o griego» (f. 63r)— que pasa por allí con su mundinovo. En su jerga italiana macarrónica, ofrece la posibilidad de ver sastres, zapateros, las tropas del emperador, la danza de las madamas, el diablo cojuelo y otras maravillas, pero al abrir su caja no hay nada dentro. El francés dice que se ha dejado las figuras en casa, donde tiene un «mundinuevi grandi, / con cosis di cuerpi enterri / y con molis de reloji / para hacerlis movimentis a compás» (f. 63r); es decir, se trataría de muñecos de cuerda que se mueven dando vueltas. Pierres, amigo del gabacho, hace como que da cuerda con una llave grande a los «pirichinelas» del mundinovo, mientras canta y en ese momento se abre el arcón y salen ocho títeres haciendo una danza que pone fin a la mojiganga.

  • 54 Varey, 1957, p. 219.

32 La mojiganga anónima El tutilimundi, datable a fines del xvii, nos presenta a Carranza que invita al alcalde a comer una empanada; al llegar a su casa, la criada de Carranza les dice que unos mastines se han comido la empanada cuando ella iba a poner la mesa. Afortunadamente pasa por ahí en ese momento un francés con su caja del tutilimundi, hablando el acostumbrado italiano macarrónico, quien de forma mágica hace reaparecer la comida, llevada por dos osos, dos tigres y dos leones. Se desarrolla a partir de entonces una comida grotesca en la que, al querer ponerse el pan en la boca, éste vuela por los aires y lo mismo ocurre con la bebida. El alcalde quiere irse, pero las fieras le amenazan. Salen después dos enanas, unos matachines y cuatro negros bailando. Bailan Carranza y el alcalde, pero los brutos les atacan. Sale el Cid que golpea al alcalde con la espada; la pieza concluye con la sensación ambivalente por parte del Alcalde y Carranza de estar bajo el influjo de la borrachera, locura, magia o sugestión. Como colofón sale un toro que los embiste y se cierra la mojiganga. Por influjo de la comedia de magia, hemos pasado del mundinovo como vehículo de lo maravilloso o fascinante que veíamos en Suárez, Avellaneda y el anónimo de 1698, al mundinovo como vehículo para la magia, vinculado con lo maravilloso, sin intención de crear «ilusión de vida», como dice Varey54.

  • 55 Varey, 1957, p. 224.
  • 56 Varey, 1957, p. 376; modernizo grafías y puntuación.

33Ya en pleno siglo xviii se escribió El Mundo novo, baile anónimo que acompañó en Toledo a la Comedia de Antona de José de Cañizares y que Varey fecha en torno a 1713-173955. Nos interesa el baile porque en la canción inicial de Amor se expone una idea que venimos confirmando con este itinerario: que el mundinovo como motivo teatral cumple funciones muy diversas: «se han hecho del mundinovi / cien ideas, mas también / corta un sastre de una tela / un jubón y un guardapiés / y esto es variar»56. En este caso, Amor saca del mundinovo a unos malcasados, y en torno a ellos gira el baile.

  • 57 Varey, 1957 pp. 221-223

34En 1742 se publicó el Entremés del mundinovo de Francisco de Castro. En la estela de la Mojiganga del Tutilimundi, se emplea aquí el mundinovo como vehículo para la magia. A una mujer la visitan sus dos amantes, dos sacristanes, de quienes se burla un vejete que pasa por allí; uno de los sacristanes, en venganza, se disfraza de hechicero y conjura a Trufaldín de Irlanda que aparece volando en un mundinovo y hablando el ya tópico italiano macarrónico. Trufaldín acomoda el mundinovo, que tiene una especie de trampilla en la que van cayendo diferentes figuras: la mamá trique-traque, un gallego y otras. Al final salen todas las figuras y hay un baile con el mágico Trufaldín57.

35El artificio del mundinovo se ha adentrado en el terreno de la magia, del espectáculo por el espectáculo, de la aparición de rarezas y está ya, de manera efectiva, en vías de agotamiento. Se ha perdido la sutileza inicial de la mojiganga calderoniana, la primera, sin duda, que empleó la caja del mundinovo y que aprovechó el arca no por su capacidad de mostrar cosas maravillosas, sino en su vertiente de fenómeno óptico de distorsión desde el que expresar una concepción carnavalesca del mundo.

  • 58 Paz y Melia, 1964, p. 175.

36Cierro este recorrido por el motivo del mundinovo en las letras del xvii y xviii con tres obras breves no dramáticas. La primera es el anónimo «Villancico a la Navidad de 1662», en el que aparece un extranjero que habla un italiano macarrónico con el que pide limosna al tiempo que muestra un retablo religioso con un nacimiento. El «mundo nuevo» es aquí la renovación que trae la redención de Cristo: «Que con esti nacimenti / se alegra la humani genti / y tiene con redencioni / el mundi renovacioni, / porque el culpa se confundi, / con lo cual el viejo mundi / viene a ser mundi novi»58.

  • 59 Varey, 1957, pp. 82-90.
  • 60 Varey, 1957, pp. 228-229.
  • 61 Además, el mundinovo aparece mencionado en obras en las que no ocupa un lugar central: Bances Canda (...)

37Entronca el mundinovo con los que Varey considera son su precursor: los viejos retablos mecánicos del siglo xvi, especie de arca dividida en compartimentos con imágenes de madera en los que se presentaban escenas religiosas, y cuya etimología está relacionada con los más conocidos retablos de las iglesias59. De 1777 es una tonadilla con música de Antonio Rosales titulada El mundi novo, en el que la protagonista es una italiana que lleva un mundonovo en el que va mostrando diversos personajes: dos franceses, un abad, Francisquina y otros60. Para terminar, del xviii también es el poema anónimo «Mundi novi, cosis ridiculis, figuris extraordinaris», que, como el título sugiere, es un rápido recuento, en italiano macarrónico, de cosas risibles, presumiblemente con intención de sátira política, pues desfilan, entre otros, capuchinos con bayonetas, la secta de Lutero, los Grandes de Castilla y el propio Felipe V61.

El Nuevo Mundo de América y el arca del mundinovo

  • 62 Fernández, 2006, p. 88-89, trata del origen del nombre de estas arcas y se inclina por relacionarla (...)

38Algunos estudiosos han asociado el «mundinovo» con el «Nuevo Mundo» de América, vínculo que creo conviene aclarar. El origen de esta asociación procede de la anotación que Gillet hace, en 1951, a un pasaje de la Comedia Jacinta de Torres Naharro donde se lee: «hazeros ver mundonueuo». Gillet piensa, de forma plausible, que podría tratarse de la primera documentación de la palabra que designa nuestra caja óptica; por lo que pone el término «mundinovo» en relación con el recién descubierto «Nuevo Mundo», expresión popularizada en la Italia de principios del xvi en la que vivió Torres Naharro. De ahí concluye que «in Torres Naharro’s time the contraption was intended to show the newly discovered world, and we are therefore dealing here with a very early popular manifestation of geographical curiosity and of Renaissance interest in America» (p. 636). Esta asociación del «mundinovo» y el «Nuevo Mundo» fue rechazada por Varey en su Historia de los títeres de 1957; Varey comenta la existencia de la expresión Mundus novus con la que se conocía, desde Américo Vespucio, las tierras americanas y cita a Gillet, quien «sugiere que la diversión consistía en una representación de las nuevas tierras» (p. 85); pero rechaza esta interpretación por la sencilla razón de que los mundinuevos que ha leído no representan ese asunto y concluye: «puede ser que la frase se aplicara en la vida real a tierras lejanas y misteriosas, mientras que la diversión presentaba escenas de una vida ilusoria y también misteriosa para los espectadores» (p. 86). Sin embargo, en un artículo de Pagés de 1977 en el que estudia las mojigangas y bailes del mundinovo, se fija en que la Mojiganga del Mundi Nuevo de Vicente Suárez incluye bailes de portugueses, valencianos, indios y negros; los indios le dan pie para recordar que aparecen en mojigangas a menudo bailes y canciones de América (p. 255); según Pagés, Vicente Suárez de Deza asocia el nuevo mundo con lo «pintoresco y extraño» y «demuestra aprecio por las Indias» (p. 257) y ofrece un baile y canción americanos en su mojiganga. Pagés ve en la mojiganga como género una exaltación de lo «inesperado», en la que América se integra como «representación de lo nuevo», exótico y libre (p. 262), que Pagés no duda en denominar realismo mágico (p. 263). Creo que se ha llevado demasiado lejos la presencia de unos indios en la mojiganga de Suárez de Deza: el resto de la mojiganga no se refiere a América y, por otro lado, la danza de los indios se produce en el contexto de otros bailes de portugueses, valencianos y negros, lo cual más bien apunta a lo variado y exótico de la oferta visual de las arcas del mundinovo. Además, hay que recordar que en otras mojigangas, entremeses, bailes y textos en los que el mundinovo es protagonista no aparece ninguna referencia a América, según he mostrado. A pesar de Varey, la conexión ha persistido y llega hasta nuestros días en un artículo de Buezo (1994-1995). Partiendo de los datos de Varey sobre el origen del arca del nuevo mundo y de la frase Mundus Novus para indicar América, y apoyándose en Pagés, concluye que «el divertimento conocido como mundinuevo debía consistir —y de hecho así era— en una representación venida de las nuevas tierras» (p. 83), con animales pintorescos y gentes de otras razas; para ello vuelve a trabajar con el ejemplo del baile de indias en la mojiganga de Suárez de Deza. Es el único que encuentra, porque poco después pone otro ejemplo de mojiganga en la que aparece el Preste Juan de la India, pero admite que «[a]unque en esta última no se recurre al arca del mundinuevo, no deja de ser por ello interesante» (p. 87), lo cual muestra lo discutible de su argumentación. Sin duda, la idea de vincular mundinovos con el Nuevo Mundo es sugerente. Es cierto que el mundinuevo «propicia la entrada en el escenario de personajes exóticos [...] procedentes del Nuevo Mundo» (p. 91), pero solo en una ocasión, tantas veces citada; y desde luego, eso, a mi juicio, no «explica la denominación del artefacto» (p. 91), al menos no en la literatura española de la segunda mitad del xvii y del siglo xviii62.

Sinopsis de la métrica

39 La mojiganga es un largo romance en é-o, interrumpido por canciones y por los estribillos de dichas canciones. De los 324 versos computados, 270 son octosílabos con rima asonante en é-o en los pares (el 83,3%) y el resto son 54 versos irregulares cantados.

40Las canciones mantienen en general la rima asonante en é-o, pero oscilan en el número de sílabas de cada verso, así como en la separación de versos. Predominan los hexasílabos y dodecasílabos con rima en é-o en los pares. Me ha sido imposible, sin embargo, imponer una regularidad métrica a estos textos cantados, dado su intrínseco carácter irregular, por lo que mantengo la división de versos, un tanto arbitraria, que aparece en el manuscrito; así, por ejemplo, el verso «las mojigangueras y mojigangueros» aparece en ocasiones como un dodecasílabo (v. 7) y en otras dividido en dos hexasílabos (vv. 323-324). La tabla métrica es la siguiente:

1-7

Canción (esquema: 9 / 5a / 9 / 6a / 6 / 6a / 12a)

8-15

Romance é-o

16-18

Canción-estribillo (6 / 6a / 12a)

19-50

Romance é-o

51-53

Canción-estribillo (6 / 6a / 12a)

54-107

Romance é-o

108-111

Canción (12a / 12a / 11 / 12a)

112-113

Romance é-o

114-116

Canción (6 / 6a / 12a)

117-162

Romance é-o

163-165

Canción-estribillo (6 / 6a / 12a)

166-173

Romance é-o

174-177

Canción (10 / 12a / 12 / 12a)

178-181

Romance é-o

182-183

Canción-estribillo (12a / 12a)

184-255

Romance é-o

256-257

Canción-estribillo (12a / 12a)

258-265

Romance é-o

266-275

Canción (9 / 12a / 10 / 11a / 11 / 12a / 12 / 12a / 12a / 12a)

276-295

Romance é-o

296-298

Canción-estribillo (6 / 6a / 12a)

299-302

Romance é-o

303-304

Canción-estribillo (11 / 12a)

305-306

Romance é-o

307-308

Canción-estribillo (6 / 12a)

309-314

Romance é-o

315-316

Canción-estribillo (9 / 12a)

317-320

Romance é-o

321-324

Canción-estribillo (6 / 6a / 6 / 6a)

Criterios de edición

41Se modernizan las grafías sin valor fonológico. Se conservan las grafías que reproducen la pronunciación extranjera y las prevaricaciones lingüísticas del gabacho, por ejemplo, se conserva la rr doble o la r sencilla según aparece en el manuscrito («enterro» por ‘entero’, «fuerros» por ‘fueros’). Se emplea puntuación interpretativa según los usos modernos. Se desarrollan los nombres de los personajes en los locutores, que en el manuscrito aparecen casi siempre abreviados (por ejemplo, Ber = Bernarda). El texto de las canciones aparece en cursiva. Se desarrollan las canciones cuando en el manuscrito aparece sólo el primer verso y la indicación «etc.» y se incluyen las canciones desarrolladas en el cómputo de los versos. Modifico el texto en los pasajes corruptos, consignando las intervenciones en nota a pie de página.

1. «Mondo nuovo» veneciano del siglo xviii, 160 x 65 x 130 cm.

1. «Mondo nuovo» veneciano del siglo xviii, 160 x 65 x 130 cm.

Reproducido con el permiso de la Filmoteca Regional de Salamanca, de la Junta de Castilla y León.

2. Mundonuevo, grabado original de J. Cuevas.

2. Mundonuevo, grabado original de J. Cuevas.

Reproducido con el permiso de la Filmoteca Regional de Salamanca, de la Junta de Castilla y León.

Mojiganga del mundi novo63

  • 63 Este título aparece sólo en el índice del manuscrito, p. 633.

42[p. 302]      Mojiganga de don Pedro Calderón

  • 64 vv. 10-11 ollas, pucheros: «nótese la dilogía de pucheros, en relación con ollas del verso anterior (...)
  • 65 v. 18: el manuscrito lee «por eso mirad etc». Desarrollo el texto de la canción aquí y más adelante (...)
  • 66 v. 34 Sotillo: Era famoso el Sotillo de Manzanares en Madrid, lugar de fiestas y meriendas; particu (...)
  • 67 v. 35 Cáncer: Jerónimo de Cáncer y Velasco († 1655), famoso entremesista.
  • 68 v. 38 Fileno: en el Entremés de las dueñas de Quiñones de Benavente aparece Fileno, y los editores (...)
  • 69 v. 40 Moreto: Agustín Moreto (1618-1669) famoso entremesista.
  • 70 vv. 45-46: el día de San Juan es el 24 de junio, aniversario del nacimiento del Bautista; San Pedro (...)
  • 71 v. 56 gabacho: «Hay unos pueblos en Francia que [...] nosotros [llamamos] gabachos. Muchos destos g (...)
  • 72 v. 62 locutor: en el manuscrito se lee «Jusipe».
  • 73 v. 63: en el manuscrito se lee: «quien sierre».
  • 74 v. 74 sacaliña: «se llama sacaliña lo que uno, después de haber tomado su mercaduría y pagado el pr (...)
  • 75 v. 75 traes: debe leerse con sinéresis para preservar el octosílabo. Así se pronunciaría en la leng (...)
  • 76 v. 89: Las prevaricaciones lingüísticas de Jusepe son fáciles de interpretar: alograrros: por ‘aleg (...)
  • 77 vv. 94-95 Aun en todo un nuevo mundo / la habrá: el sentido es ‘ni siquiera la encontraremos en tod (...)
  • 78 vv. 114-115: enmiendo el manuscrito, que lee «Porque el mundinovo / tenga en su consuelo», que no t (...)
  • 79 v. 117 locutor Bernarda: en el manuscrito hay solamente una «B», que puede ser Borja o Bernarda.
  • 80 v. 132 encuentros: ‘golpes’ (Zugasti, 2002, p. 1470). Hay juego sobre los dos sentidos de encuentro(...)
  • 81 v. 142 vasar: «el poyo u poyos de yeso u otra materia que, sobresaliendo en la pared, especialmente (...)
  • 82 v. 149 Vistillas, Prado: «famosos lugares de diversión, paseo y encuentro del Madrid antiguo. El Ca (...)
  • 83 v. 173 acotación arriba, abajo: el manuscrito lee «riba» y «bajo».
  • 84 v. 177: lo explican: enmiendo el manuscrito, que lee «los explican».
  • 85 v. 182: El manuscrito lee «Porque el mundinovo halle en su consuelo». Para el sentido de mi enmiend (...)
  • 86 v. 185 acotación esportillero: «Ganapán, mozo del trabajo que anda acarreando con una espuerta o es (...)
  • 87 v. 194 cuarterón: «La cuarta parte de una libra» (Aut.).
  • 88 v. 201 mangas de humo: humo es «cierta tela de seda negra muy delgada y rala de que se hacían manto (...)
  • 89 vv. 201-202 sombrero de castor: el castor era de piel muy blanca, parecido a la nutria, según Autor (...)
  • 90 v. 210 hacer el plato: «darle a uno la comida necesaria para su casa y familia» (Aut.). Es tarea pr (...)
  • 91 v. 226 traes: pronunciado con sinéresis para preservar el octosílabo.
  • 92 v. 226 pisa: «se llama también la zurra o vuelta de patadas o coces que se da a alguno» (Aut.).
  • 93 vv. 231-232 atado el pelo, de mala: anota Zugasti, 2002, p. 1474, «entiéndase al revés, pues la muj (...)
  • 94 v. 236 a un traidor dos alevosos: refrán que recogen Correas (Vocabulario, p. 74) y Autoridades: «d (...)
  • 95 v. 245 copete: «porción de pelo que se levanta encima de la frente más alto que lo demás, de figura (...)
  • 96 v. 249 zarazas: «masa que se hace mezclando vidro molido, veneno o agujas, y sirve para matar los p (...)
  • 97 v. 250 papel: «el que contiene en sí alguna cosa o en que se envuelve, como papel de color, de alfi (...)
  • 98 v. 256 en mundinovo: el manuscrito lee «el mundinovo». Enmiendo como en los vv. 114-115; véase la n (...)
  • 99 v. 260 adbitrio: los diccionarios (del Rosal, Covarrubias, Autoridades y Corominas) recogen solo «a (...)
  • 100 v. 274 en mundinovo: el manuscrito lee «el mundinovo», enmiendo como en casos anteriores; véase not (...)
  • 101 vv. 280-281: el sentido sería ‘siendo en el mundinovo los toros aquello en lo que se entra a correr (...)
  • 102 v. 284 Plaza, plaza: «voz repetida de que usan los guardias cuando sale el rey, u en otras ocasione (...)
  • 103 v. 291 No vine yo más que a eso: se trata de una posible gracia homosexual de Juan Rana.
  • 104 v. 294 Jo: expresión para detener al animal. Comp. Quiñones de Benavente, Jocoseria, p. 606.
  • 105 v. 302 acotación Salen todos: debajo de esta acotación en el manuscrito hay una palabra que no leo (...)
  • 106 v. 303: Suplo «Pues», que no aparece en el manuscrito, siguiendo el v. 110.
  • 107 vv. 307-308: el manuscrito lee «Mons Con pies y cabeza, etc». Desarrollo la canción. No sé qué será (...)
  • 108 v. 311 locutor María: en el manuscrito encima del nombre de María aparece el de «Gero[nima]» tachad (...)

Sale Bernarda Ramírez cantando triste.

Bernarda

Mojiganga, en un cuarto de hora

habéis de haceros,

en un cuarto de hora estudiaros

y en otro poneros.

Por eso, mirad

5

a qué estáis sujetos

las mojigangueras y mojigangueros.

Sale la Borja.

[Borja]

Bernarda, ¿qué llanto es éste?

Tú, que en todos los festejos

pusiste las ollas, ¿pones

10

en aquéste los pucheros?64

¿Qué te obliga, cuando todos

a tres sainetes atentos

te esperan cantando, a que

llorando diga tu acento:

15

[Canta.]

por eso mirad

[a qué estáis sujetos

las mojigangueras y mojigangueros]?65

Bernarda

Ay, amiga, que no sabes

la aflicción en que me veo,

20

el empeño en que me hallo,

[p. 303]

o la duda en que me pierdo.

Hacer una mojiganga

me manda quien puede hacerlo

y, siendo ésta la postrera

25

de tantas como se han hecho,

no es posible que halle tono,

invención, traza ni verso

que sea del tiempo, pues

aun no le dan tiempo al tiempo.

30

Si acaso me dice alguno,

viéndome en tan grande aprieto:

«Allá te espero, Marica,

en el Sotillo del pueblo»66,

ya está en el Sotillo Cáncer67

35

y en el coche en que le encuentro

cuatro zagalas del Tajo

cantando están a Fileno68.

Si voy al Prado a buscarlas,

ya está en el Prado Moreto69,

40

en la noche de aquel santo

que alegra la tierra y cielo,

de suerte que no hay asunto

que no me le dejen viejo

la mañana de San Juan

45

[p. 304]

o la noche de San Pedro70.

Pues, siendo así, no tan solo

trates tú de mi contento,

sino ayúdame a llorar,

una y otra vez diciendo:

50

Las dos [Cantando.]

Por eso, mirad

[a qué estáis sujetos

las mojigangueras y mojigangueros.]

Dentro Jusepe.

[Jusepe]

¡Mundi novo, mundi novo

para quien quisiere verlo!

55

Bernarda

¿Qué pregona aquel gabacho?71

Borja

Si yo sus voces entiendo,

«¿Quién quiere ver nuevo mundo?»

me parece que dijeron.

Bernarda

¿Nuevo mundo?

Borja

                 Escucha, a ver

60

si yo me engaño o si es cierto.

Jus[e]pe72

¡Mundinovo, mundinovo

para quien [qui]sierre verlo!73

Bernarda

¿Verdad es que nuevo mundo

pregona?

Borja

           ¿Qué fuera que esto

65

asunto a la mojiganga

a darte viniera, puesto

que solo en un nuevo mundo

[p. 305]

puede haber asunto nuevo?

Bernarda

Aunque no lo espero, amiga,

70

llámale con todo eso.

Borja

¡Mundi novo!

Sale Jusepe vestido de gabacho con un arca a cuestas.

Jusepe

               ¿Quién mi llamo?

Borja

Quien quiere por pasatiempo

ver qué nueva sacaliña74

traes contra nuestro dinero75.

75

Jusepe

¿Qué es «saculino»? Si no hay

in tutilimundi enterro

galanti invenchión que no

esté encerado aquí dentro.

Bernarda

Pues, ¿qué traes aquí?

Jusepe

                         Aquí traigo

80

los costumbros más diversos

de un mundinovo que sea

no si dónde discubierto.

Aquí verréis novos gentes,

novos usos, novos fuerros;

85

y, si querréis alograrros

más, carros, justos, torneros,

torros y juego de cañas,

comedias, bailos, tremesos...76

Borja [p. 306]

¿Trais mojigangas?

Jusepe

                      ¿Qué cosa?

90

¿Moquiganga? Hablá con tiento,

que aquéste es bruta parola.

¿Yo traer moquigango?

Bernarda

                          ¿Veslo?

¡Aun en todo un nuevo mundo

la habrá! Mas con todo quiero77

95

ver lo que viene en la caja.

Jusepe

Pues a esta parte la asiento.

Pedí por aquesta boca,

pero pedid advirtiendo

que nada habéis de nombrarr

100

que aquí no salga al momento,

desde el más grando al más chique.

Bernarda

Pues, ¿cómo puede ser eso?

¿Grandes y chicos aquí

caben?

Jusepe

           Apartá y veréislo.

105

¡Salgan les chiques y grandos

a la voz de mis acentos!

Salen dos que crecen y menguan, cantando.

[Los] dos

Si grandes y chicos queréis ver a un tiempo,

nosotros lo somos, menguando y creciendo,

pues, aunque nos veis tan chiquirriticos,

110

[p. 307]

en solo un instante más grandes seremos.

Borja

Digo que es estraña cosa.

Mas, ¿por qué son así éstos?

Jusepe

(Canta.) Porque en mundinovo

tengan su consuelo78

115

las mojiganguerras y mojiganguerros.

Repiten y vanse los dos.

Bernarda79

Y decidme: ¿Son así

todos, en aquese nuevo

mundo, mujeres y hombres?

Jusepe

No, pero son tan diversos,

120

que al revés viven de cuanto

se vive acá.

Bernarda

                ¿Cómo es eso

de al revés? Hombre y mujer

veamos.

Jusepe

           ¿Casado o solterro?

Borja

Casados, para ver cómo

125

al revés viven.

Jusepe

                   ¡Pues veldo!

Sale Juan Rana hilando y María de Quiñones, con espada y broquel.

Quiñones

Oye, mire qué le digo:

yo me voy un rato al juego;

ruegue a Dios que gane y no

[p. 308]

vuelva a casa sin dinero,

130

porque allá serán azares

los que aquí serán encuentros80.

Rana

Pues yo, ¿qué culpa...

Quiñones

                        ¡No me hable

palabra! Pues ¿cómo es eso?

¿los labios despega? ¿o es

135

mi marido o no?

Rana

                   No tengo

de decir.

Quiñones

             Ni imaginallo,

ni pensallo, ni creello.

Hile y calle.

Rana

                  Callo y hilo.

Quiñones

Y cuando yo venga, advierto

140

que esté barrida la casa,

fregado el vasar, envueltos81

los niños, hecha la cama,

puesta la mesa y dispuesto

lo que tengo de cenar;

145

y si, en tanto que yo vuelvo,

me buscare alguna amiga

para ir a tomar el fresco

[p. 309]

a las Vistillas o al Prado82,

dígala que ya yo vengo,

150

que se siente y que me aguarde.

¿Entiende?

Rana

               Todo lo entiendo.

Quiñones

Pues entiéndalo callando.

Rana

A mí me está muy bien eso,

pues me ahorro la memoria

155

con sólo estudiar el gesto.

Quiñones

Hile y calle, digo.

Rana

                       Hilo

y callo.

Quiñones

          Que en este nuevo

mundo quiero que se vea

que las hembras son los hembros.

160

Rana

¿Por qué lo han de ser?

Quiñones

                           Cantado

se lo dirán estos versos:

Porque en este mundo

tengan su consuelo

las mojigangueras y mojigangueros.

165

Repiten y vanse.

Jusepe

¿Qué os parece?

Bernarda

                    Que al mirarlos

no podrá ningún ingenio

saber cuál es la cabeza,

[p. 310]

ni los pies.

Jusepe

                 ¿Qué muchi es eso,

si sin pies y sin cabeza,

170

con pies y cabeza hay cuerpos?

Borja

¿Sin pies y cabeza?

Jusepe

                       Sí.

Bernarda

¿Con pies y cabeza?

Jusepe

                        Veldos.

Salen dos figuras, los pies hacia [ar]riba y la cabeza hacia [a]bajo83.

Música

En la casa de malos casados

todo es disparate y para su ejemplo,

175

sin pies y cabeza y con pies y cabeza,

[lo] explican andando en las manos aquéstos84.

Las dos

¡Jesús, qué malas figuras!

Jusepe

¿Por qué pensáis que os las muestro?

Las dos

Decidnos por qué, por Dios.

180

Jusepe

Tras ser su casamenterro,

porque en mundinovo hallen su consuelo85

las mojigangueras y mojigangueros.

Bernarda

¿Son los solteros así?

Jusepe

No, que así son los solteros:

185

[p. 311]

Sale Jerónima de Olmedo y un esportillero, y Sebastián de Prado muy adamado, con cintas en el pelo.86

Jerónima

Perdóname, don Casildo,

no haber venido más presto,

que las hijas de vecino

no a todas horas tenemos

el dinero a mano; aquí

190

te trae este esportillero

la pitanza de hoy: dos pollas,

una pierna de carnero,

un cuarterón de tocino87,

dos libras de vaca y luego

195

verdura, especias y frutas

y estos cuartos que te dejo

para carbón, nieve y vino.

Prado

¿Ahora se viene con eso?

Mire qué jubón bordado,

200

qué mangas de humo o sombrero88

de castor, qué dos docenas89

de ricas medias de peso

o piezas de holanda; ¿para

[p. 312]

venir con tanto contento

205

por una negra comida,

querrá tenerme sujeto?

Pues no, señora, que yo

visto y calzo.

Bernarda

                 ¿Cómo es esto?

¿Aquí hacen plato las damas?90

210

Jusepe

¿O es mundinovo, o no?

Jerónima

                         Cierto

que eres terrible.

Esportillero

                      ¿Quién toma

esto?

Prado

          Yo.

Dentro María de Prado.

[María]

               ¡Abrid aquí!

Prado

                              Cielos,

¿qué he de hacer, que aquésta es Clara?

Ya sabes que es (estoy muerto)

215

la que me debe mi honor;

que te retires te ruego.

Jerónima

¿Dónde tengo de esconderme?

Prado

Detrás de ese esportillero;

pon delante la esportilla.

220

Bernarda

¿La que trata del sustento

es la que se esconde?

Jusepe

                          ¿O es

[p. 313]

mundi novo o no?

Sale María de Prado.

[María]

                     Por presto

que se esconda, es tarde ya

para no llegar yo a verlo.

225

Prado

Clara, ¿qué traes?

María

                       Una pisa91

de coces que a darte vengo92,

que no en vano en el portal

de enfrente escondida espero

todo el día aqueste lance.

230

Jerónima [Aparte.]

Ella viene atado el pelo,

señal que viene de mala93.

Cuantos alfileres tengo

he de sembrar yo en el mío

pues recogerle no puedo:

235

a un traidor dos alevosos94.

María

¿Qué hace aquí aqueste gallego?

Esportillero

Esconder a esta señora.

María

¡Infame, aquí estás!

Jerónima

                         Primero

que la lengua te responda

240

te responderá mi esfuerzo.

Prado

Señoras, miren ustedes

[p. 314]

que me quitan mi remedio.

María

Pues ella no puede asirme,

la mano al copete echo95.

245

Jerónima

Echa muy enhorabuena.

María

¡Traición, traición, que me ha muerto!

Prado

¿Con qué te ha muerto?

María

                           Hame dado

zarazas en el cabello96;

todo un papel de alfileres97

250

clavado en las manos tengo.

Jerónima

La traición es embestir,

atado el tuyo, al mío suelto.

Bernarda

Lleguemos a poner paz.

Todos

¿Por qué, señoras, es esto?

255

Las dos [Cantando.]

Porque [en] mundinovo hoy tengan consuelo98

las mojigangueras y mojigangueros.

Borja

Vivirán con esta vida

muy poco todos.

Jusepe

                    Es yerro,

porque tienen un adbitrio99

260

con que se mueren de viejos.

Bernarda

¿Qué adbitrio es?

Jusepe

                      Que los dotorres

[p. 315]

no curan a los enfermos.

Las dos

Pues, ¿quién los cura?

Jusepe

                           Sus mulas,

a quien ellos traen a cuestos.

265

Sale Mendoza de dotor con una mula a cuestas. Canta.

Canta Mendoza

Que yo traiga a cuestas mi mula

ninguno lo estrañe, pues que la mantengo

y no hay más traer a cuestas a otro

que haber de cuidar de darle el sustento;

demás que si yo la hierro los cascos,

270

qué mucho que ella me lleve al enfermo

y que ambos sepamos la casa y la cura

y que ella me acierte cuando yo la yerro.

Todos

Porque [en] mundinovo tengan su consuelo100

las mojigangueras y mojigangueros.

275

Borja

Digo que toros y cañas

dejara por ver aquesto.

Bernarda

Por lo que dices de toros,

cómo al revés son deseo

saber.

Jusepe

          Siendo allá los toros

280

[p. 316]

en lo que se entra a correrlos101.

Bernarda

¿Pues, qué son, decid, gabacho,

los que se corren?

Jusepe

                       Jumentos.

Las dos

Veamos cómo.

Dentro.

                 ¡Plaza, plaza!102

Las dos

¡Qué bizarro caballero!

285

Bernarda

¡Jesús, qué temeridad!

¡Juntico al toril se ha puesto!

Borja

Sí, pero apenas le abren

al borrico que está dentro,

cuando le vuelve las ancas.

290

Rana

No vine yo más que a eso103.

Borja

¡Jesús y qué gran caída

ha dado del toro al suelo!

Sale Juan Rana de toreador.

Rana

¡Jo, toro! Ténganme ustedes104

ese toro que anda suelto,

295

porque en mundinovo

tengan su consuelo

las mojigangueras y mojigangueros.

Jusepe [p. 317]

Harto habéis visto, y así,

pues de recoger es tiempo,

300

figuras del mundinovo

salid cantando y tañendo.

Salen todos105.

[Pues], aunque nos veis tan chiquirriticos106,

en sólo un instante más grandes seremos.

Quiñones

¡Hile y calle!

Osorio

                   Callo y hilo,

305

pues las hembras son los hembros.

Mons

Con pies y cabeza,

[lo explican andando en las manos aquéstos.]107

María108

¡Traición, traición, que me han dado

zarazas en el cabello!

310

Jerónima

La traición es embestir

atado el tuyo, el mío suelto.

Prado

Miren ustedes, señoras,

que me quitan mi remedio.

Mendoza

Que yo traiga a cuestas mi mula,

315

ninguno lo estrañe, pues que la mantengo.

Bernarda

Todo esto ¿no es disparate?

Rana

No vine yo más que a esto.

¡Jo, toro! Ténganme ustedes

ese toro que anda suelto.

320

[p. 318] Todos

¡Porque en mundinovo tengan su consuelo las mojigangueras y mojigangueros!

43                                  FIN

Obras de teatro breve (y otras) con el motivo del arca del mundinovo

441662 • Vicente Suárez de Deza y Avila, Moxiganga del mundi nuevo, para el Coliseo del Retiro. En la comedia de Siquis, y Cupido. Fiesta al Nacimiento del Príncipe don Carlos nuestro Señor, 1663. La comedia Psiquis y Cupido de Calderón se representó el 19 enero de 1662, en el Buen Retiro (ver Shergold y Varey, 1973, p. 239). Hay una copia manuscrita del s. xix en el Institut del Teatre de Barcelona, núm. 46.561 (ver Simón Palmer, p. 66, núm. 734-1). E.: «Digo, ca questo es verdad»; A.: «Príncipe, y tiempo». Referencias: Barrera y Leirado, 1860, p. 636; Salvá, p. 698; Cotarelo, 2000, vol. I, p. ccxcvii; Buezo, 1993, p. 457. Publicada por Borrego (ver Suárez de Deza, Teatro breve, vol. I, pp. 63-65 y vol. II, pp. 571-589; ver también Borrego, 2002, pp. 287-290) y Buezo, 2005, pp. 25 y 337-357.

451662 • Anónimo, Villancico a la Navidad de 1662. E.: «Mundi novi, mundi novi»; A.: «Desdel Oriente». Publicado por Paz y Melia, 1964, pp. 175-176.

461675 • Francisco de Avellaneda, El mundinovi, moxiganga donosa, de don Francisco de Avellaneda para la zarçuela del templo de Palas, 1675. E.: «Qui me lo trova»; A.: «porque sea sagrado / del Mundi novi». Referencias: Barrera y Leirado, 1860, p. 636, que menciona que la obra está publicada en unas Comedias Santas, t. 6. que no he visto; Cotarelo, 2000, vol. I, p. ccxcvii; Simón Díaz, vol. VI, núm. 1237; Buezo, 1993, p. 395.

471698 • Antonio de Zamora (?), Mojiganga para el autto yntitulado, el Templo vivo de Dios; Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito 12974 (54), f. 58r-66r. Inédita. En la portada se dice que el auto es de Antonio de Zamora y se hizo en Madrid a 29 de mayo de 1698; eso no quiere decir que la mojiganga sea también de Zamora. E.: «cierto doña estupenda, que estás descomunal»; A.: «Ay Juancho de mi vida que tú me matas». Referencia: Buezo, 1994-1995, p. 89. Hay otro manuscrito de la mojiganga, con variantes, en el Instituto de Valencia de Don Juan, núm. 26.III.11, pp. 602-617; en el índice de dicho manuscrito se la llama «mojiganga del mundinovo»; ver Andrés, 1983, p. 101.

48S. xvii? • Anónimo, El Tutilimundi, mojiganga. E.- «¡Lorencito de mi vida!»; A.: «me tiene abiertas las nalgas». Hay dos manuscritos en la Biblioteca Nacional de Madrid, núms. 14.779 y 17.096 con letra de fines del xvii, catalogados por Paz y Melia, 1934, p. 550. Publicada, con variantes de ambos manuscritos, por Varey, 1957, pp. 360-374. Hay otros dos manuscritos en el Institut del Teatre de Barcelona, uno de fines del xvii (núm. 46. 665) y otro de letra del xix (núm. 61.481); ver Simón Palmer, p. 21, núms. 225.1 y 225.2. Buezo (1993, p. 491) la cataloga, pero no menciona la edición de Varey.

49h. 1713-1739• Anónimo, Baile El Mundo novo. Legajo de Bailes y Mojigangas Sueltos, Biblioteca Nacional de Madrid, ms. 14.513 (63). E.: «Pues ello ha de ser, — que haya bailecillo»; A.: «Para los yerros». Letra de fines del xvii, según Paz y Melia; del xviii, según Varey. En la p. 2 del manuscrito dice: «Se hizo en Toledo en la comedia de Antona»; la comedia es de José de Cañizares. Los datos de los representantes llevan a Varey a fecharla hacia 1713-1739 (1957, p. 224). Referencias: Barrera y Leirado, 1860, p. 636; Paz y Melia, 1934, p. 370. Publicado por Varey (1957, pp. 375-383), según el manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid.

501742 • Francisco de Castro, Entremés del Mundinovo, 1742, vol. I, pp. 93-108. E.: «Amiga mía, es posible»; A.: «hasta mañana sin falta». Según Fernández Gómez, 1993, p. 450, hay un manuscrito en el Institut del Teatre de Barcelona, núm. 46.558-7, de letra del xix, pero no lo encuentro en el catálogo de Simón Palmer. Referencias: Barrera y Leirado, 1860, p. 636; Salvá, p. 698.

511777El Mundi novo, tonadilla general, música de Antonio Rosales. E.: «Yo, miei signori, / so una italiana»; A.: «da fin el cuento». Conservada en dos manuscritos en la Biblioteca Nacional de Madrid: el núm. 14063 (45), según Varey, 1957, p. 418; y el núm. 16063 (35), fechado a 13 de julio de 1777, según Pagés Larraya, 1977, p. 251. Publicada por Subirá, 1932, pp. 106-110.

52S. xviii • Anónimo, Mundi novi, cosis ridiculis, figuris extraordinaris. E.: «Mire le primeri les capuchinis cum bayonetis»; A.: «Que aquí acaba toda la farfantería». Publicado por Paz y Melia, 1964, p. 177.

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Avellaneda, Francisco de, El templo de Palas. Comedia famosa, con su loa, entremés, y moxiganga, de don Francisco de Avellaneda, con que se celebró en Madrid el augusto nombre de la Reyna nª sª dª Mariana de Austria en el solemne día de su gloriosa santa a los xxvi de Iulio deste año santo M.DC.LXXV, Nápoles, Gerónimo Fasulo, 1675.

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Notas

1 Para este breve estado de la cuestión sobre la transmisión del teatro cómico breve de Calderón sigo la introducción de Lobato a su edición de Calderón, Teatro cómico breve, pp. 1-4.

2 Ibid., p. 3.

3 Describe el manuscrito Andrés, 1983, pp. 98-101.

4 Shergold y Varey, eds., 1985, p. 27.

5 Publicado por Shergold y Varey, 1985.

6 Bergman, 1965, p. 519.

7 Asensio, 1965, p. 166.

8 Bergman, 1966.

9 Cotarelo y Mori, 2000, pp. clvii-clxiii.

10 Serralta, 1994, p. 289.

11 Asensio, 1965, p. 171.

12 Serralta, 1994, p. 296. Véase también Serralta, 1990 y Thompson, 1998 y 2006.

13 Véase la nota al v. 291 en esta edición.

14 Shergold y Varey, eds., 1985, p. 117.

15 Para la biografía de Juan Rana debe consultarse ahora Sáez Raposo, 2005, pp. 21-71.

16 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 589.

17 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 588.

18 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 542.

19 Shergold y Varey, 1961, p. 135.

20 Según me informa Frédéric Serralta, la comedia de Solís se estrenó el miércoles 27 de febrero de 1658 como parte de un festejo dedicado a celebrar el nacimiento, el 28 de noviembre de 1657, del príncipe heredero Felipe Próspero. Ver también Sáez Raposo, 2005, pp. 48-50.

21 Shergold y Varey, 1982, p. 60, doc. núm. 24.

22 Shergold y Varey, 1961, p. 135. «Joseph Melocotón» aparece descrito como «gracioso y músico» en la Genealogía (Shergold y Varey, eds., 1985, p. 202) lo cual encaja con nuestro gabacho del mundinovo, que también canta. La oscilación Joseph / Jusepe es normal en la época al tratarse de un nombre extranjero.

23 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 15.

24 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 30.

25 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 34.

26 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 603.

27 Rodríguez y Tordera, 1983, pp. 17-18; Buezo, 1993, pp. 116-117.

28 Por ejemplo, el entremés de El desafío de Juan Rana, con Juan Rana y Bernarda Ramírez; el entremés de El Sacristán Mujer, con Mariana de Borja; el entremés de El toreador, con Juan Rana y Bernarda Ramírez; y la Mojiganga de los sitios de recreación del Rey, con Bernarda Ramírez, Mariana de Borja y Juan Rana.

29 Ver Pagés, 1977, p. 248; García Valdés, 1990, p. 223.

30 Ver Herrero García, 1963, pp. 190-193 y 358-360.

31 Lobato, 2000, p. 20.

32 Real Academia Española, 1984, sub uoce.

33 Para los mundinovos deben consultarse las obras de Zotti Minici, 1988 y Fernández, 2006, que incluyen abundantes ilustraciones de estos artilugios.

34 Varey, 1957, pp. 87-88.

35 Rodríguez y Tordera, 1983, pp. 58-66.

36 Caro Baroja, 1965, p. 90; Grant, 1973, pp. 113-118.

37 Vaíllo, 1982, p. 368 donde se citan los textos de Quevedo.

38 Cotarelo y Mori, 1915-1916, p. 176.

39 Caro Baroja, 1965, pp. 371-381.

40 Quevedo, Prosa festiva completa, p. 431 y véase nota en p. 415. Compárese también de Quevedo: «yéndose a ojeo de calentura paso entre paso un médico en su mula, le cogió la Hora», en La hora de todos y la fortuna con seso, p. 163; y Nolting-Hauff, 1974, pp. 122-127.

41 Grant, 1973, pp. 124-125.

42 Vaíllo, 1982, p. 376.

43 Según Lobato en su edición del Teatro breve cómico de Calderón, p. 154.

44 Sobre la folla, ver Rodríguez y Tordera, 1983, pp. 74-75.

45 Rodríguez y Tordera, 1983, p. 30.

46 Ver Paz y Melia, 1934, p. 361; Cotarelo Valledor, 1945, p. 79; Bravo Villasante, 1978, p. 392; Buezo, 1993, p. 488; Buezo, 1994-1995, p. 90.

47 Zugasti, 2002.

48 Shergold y Varey, eds., 1985, pp. 466 y 476-477. Véase también Zugasti, 2002, p. 1461.

49 Entre las cuentas de gastos para la representación de una mojiganga en julio de 1715 en el Corral del Príncipe, se lee: «de poner la maroma para el vuelo y el cajón grande para la mojiganga y mundinovo: 100 [reales]» (Varey y Davis, 1992, p. 269).

50 Sobre esta mojiganga, ver Varey, 1957, pp. 209-211; Suárez de Deza, Teatro breve, vol. I, pp. 63-65 y II, pp. 571-589; y Borrego, 2002, pp. 287-290.

51 Sobre la mojiganga de Avellaneda, ver Varey, 1957, pp. 214-215.

52 La comedia de Calderón es Psiquis y Cupido. Véase la décima de Avellaneda en los preliminares del libro de Suárez de Deza y Ávila, Primera parte de los donayres de Tersícore, f. b1v.

53 Escribe Calderón al comienzo de su carta a Avellaneda: «Entre otras molestias, señor y amigo mío, con que mi poca salud me mortifica, fue la no menos sensible la de verme obligado a no salir de casa aquellos días que se dio al pueblo la fiesta que v. m. escribió en celebridad del nombre de la Reina, nuestra señora, que Dios guarde; y hallándome añadido a mis dolores el de haber perdido tan buena tarde, envié (no sin disculpada envidia de los que la lograron) a suplicar v. m. me hiciese favor de remitirme el borrador, para restaurar en parte la pérdida del todo» (Avellaneda, El templo de Palas, f. ¶3r).

54 Varey, 1957, p. 219.

55 Varey, 1957, p. 224.

56 Varey, 1957, p. 376; modernizo grafías y puntuación.

57 Varey, 1957 pp. 221-223

58 Paz y Melia, 1964, p. 175.

59 Varey, 1957, pp. 82-90.

60 Varey, 1957, pp. 228-229.

61 Además, el mundinovo aparece mencionado en obras en las que no ocupa un lugar central: Bances Candamo: Por su rey y por su dama (1685); Francisco Santos: El Arca de Noé y Campana de Belilla, de 1697; El titirimundi, 1893; El mundo nuebo en Cádiz; Torres Villarroel: «Coplas del Titiritero. Las figuras del mundi novi» (ver Varey, 1957, pp. 194-96, 204 y 229-230); Mojiganga de la almoneda, de Francisco de Castro (ver Pagés Larraya, 1977, p. 251).

62 Fernández, 2006, p. 88-89, trata del origen del nombre de estas arcas y se inclina por relacionarlas con las cajas de curiosidades o «Wunderkammern» ambulantes del xvii, «cuyos contenidos, imágenes y objetos reales, procedían —o tal se pretendía— de las tierras americanas», aunque no excluye, siguiendo a Buezo, el vínculo con el nuevo mundo de América.

63 Este título aparece sólo en el índice del manuscrito, p. 633.

64 vv. 10-11 ollas, pucheros: «nótese la dilogía de pucheros, en relación con ollas del verso anterior y con el gesto del rostro que precede al llanto» (nota de Zugasti, 2002, p. 1467).

65 v. 18: el manuscrito lee «por eso mirad etc». Desarrollo el texto de la canción aquí y más adelante: vv. 52-53.

66 v. 34 Sotillo: Era famoso el Sotillo de Manzanares en Madrid, lugar de fiestas y meriendas; particularmente conocida era la fiesta de Santiago el Verde, el 1 de mayo, cuando las mujeres acudían en coche al Sotillo; véase Herrero García, 1963, pp. 358-366; abundan las alusiones al Sotillo del Manzanares en los clásicos: un auto de Francisco de Rojas Zorrilla se titula El sotillo de Madrid; comp. también Juan Ruiz de Alarcón, La verdad sospechosa, vv. 644-645.

67 v. 35 Cáncer: Jerónimo de Cáncer y Velasco († 1655), famoso entremesista.

68 v. 38 Fileno: en el Entremés de las dueñas de Quiñones de Benavente aparece Fileno, y los editores dicen que es nombre poético asignado a Felipe IV (Jocoseria, p. 530); no sé si tenemos aquí la misma referencia; Autoridades define fileno como «delicado, afeminado. Es voz de estilo familiar».

69 v. 40 Moreto: Agustín Moreto (1618-1669) famoso entremesista.

70 vv. 45-46: el día de San Juan es el 24 de junio, aniversario del nacimiento del Bautista; San Pedro y San Pablo se celebra el 29 de junio.

71 v. 56 gabacho: «Hay unos pueblos en Francia que [...] nosotros [llamamos] gabachos. Muchos destos gabachos se vienen a España y se ocupan en servicios bajos y viles, y se afrentan cuando los llaman gabachos» (Cov.); «Soez, asqueroso, sucio, puerco y ruin. Es voz de desprecio con que se moteja a los naturales de los pueblos que están a las faldas de los Pireneos entre el río llamado Gaba, porque en ciertos tiempos del año vienen al Reino de Aragón y otras partes, donde se ocupan y ejercitan en los ministerios más bajos y humildes» (Aut.). Véase Quiñones de Benavente, Jocoseria, p. 579 y la nota de los editores, donde se aducen testimonios de este término despectivo.

72 v. 62 locutor: en el manuscrito se lee «Jusipe».

73 v. 63: en el manuscrito se lee: «quien sierre».

74 v. 74 sacaliña: «se llama sacaliña lo que uno, después de haber tomado su mercaduría y pagado el precio, saca gracioso al vendedor» (Covarrubias). «Metafóricamente se toma por medro aparente y ponderativo, con que con pretexto de necesidad o adeala [aquello que se saca gracioso, añadido al precio principal o salario que se da por servir algún empleo] se le saca a alguno lo que no está obligado a dar» (Aut.).

75 v. 75 traes: debe leerse con sinéresis para preservar el octosílabo. Así se pronunciaría en la lengua popular. Lo mismo ocurre en los vv. 93 y 226.

76 v. 89: Las prevaricaciones lingüísticas de Jusepe son fáciles de interpretar: alograrros: por ‘alegraros’; torneros por ‘torneos’; tremesos por ‘entremeses’.

77 vv. 94-95 Aun en todo un nuevo mundo / la habrá: el sentido es ‘ni siquiera la encontraremos en todo un mundo nuevo’.

78 vv. 114-115: enmiendo el manuscrito, que lee «Porque el mundinovo / tenga en su consuelo», que no tiene sentido. Mi enmienda sigue el texto de los vv. 296-298 y 321-324, donde se repite el estribillo; véanse también vv. 163-165: «Porque en este mundo / tengan su consuelo / las mojigangeras y mojigangeros»; vv. 182 y 256-257; y el texto de la refundición: «Porque en esta tierra tengan su consuelo / las mojigangueras y mojigangueros» (Zugasti, 2002, p. 1471).

79 v. 117 locutor Bernarda: en el manuscrito hay solamente una «B», que puede ser Borja o Bernarda.

80 v. 132 encuentros: ‘golpes’ (Zugasti, 2002, p. 1470). Hay juego sobre los dos sentidos de encuentro: ‘golpe’ y ‘concurrencia de dos cartas o puntos iguales’.

81 v. 142 vasar: «el poyo u poyos de yeso u otra materia que, sobresaliendo en la pared, especialmente en las cocinas, despensa y otras oficinas, sirve para poner en él varios vasos» (Aut.).

82 v. 149 Vistillas, Prado: «famosos lugares de diversión, paseo y encuentro del Madrid antiguo. El Campillo de las Vistillas (llamado así por las vista que desde él se apreciaban) tenía su entrada por la calle de Don Pedro y la salida por la de la Morería. Por su parte el Paseo del Prado se dividía en tres partes bien diferenciadas: la de Atocha, la de San Jerónimo y la de Recoletos (nota tomada de Zugasti, 2002, p. 1471).

83 v. 173 acotación arriba, abajo: el manuscrito lee «riba» y «bajo».

84 v. 177: lo explican: enmiendo el manuscrito, que lee «los explican».

85 v. 182: El manuscrito lee «Porque el mundinovo halle en su consuelo». Para el sentido de mi enmienda, véase la nota a los vv. 114-115.

86 v. 185 acotación esportillero: «Ganapán, mozo del trabajo que anda acarreando con una espuerta o esportón lo que se le manda, mediante lo cual gana su vida y se sustenta» (Aut.); adamado: «Lo que tiene aire o manera femenil: como de un mancebo se dice que es adamado, cuando el rostro representa un género de hermosura u delicadeza femenil. Y de cualquiera se dice que es adamado cuando en el gesto o acciones muestra melindres mujeriles» (Aut.).

87 v. 194 cuarterón: «La cuarta parte de una libra» (Aut.).

88 v. 201 mangas de humo: humo es «cierta tela de seda negra muy delgada y rala de que se hacían mantos y toquillas para el sombrero en señal de luto» (Aut.).

89 vv. 201-202 sombrero de castor: el castor era de piel muy blanca, parecido a la nutria, según Autoridades.

90 v. 210 hacer el plato: «darle a uno la comida necesaria para su casa y familia» (Aut.). Es tarea propia de los varones (nota tomada de Zugasti, 2002, p. 1473).

91 v. 226 traes: pronunciado con sinéresis para preservar el octosílabo.

92 v. 226 pisa: «se llama también la zurra o vuelta de patadas o coces que se da a alguno» (Aut.).

93 vv. 231-232 atado el pelo, de mala: anota Zugasti, 2002, p. 1474, «entiéndase al revés, pues la mujer desmelenada o con el pelo suelto simboliza, desde antiguo [...] a la mujer airada y ofendida».

94 v. 236 a un traidor dos alevosos: refrán que recogen Correas (Vocabulario, p. 74) y Autoridades: «da a entender que al que falta a la fe y la quebranta obrando infiel y cautelosamente, no se le debe guardar» (nota de Zugasti, 2002, p. 1474).

95 v. 245 copete: «porción de pelo que se levanta encima de la frente más alto que lo demás, de figura redonda o prolongada, que unas veces es natural y otras postizo» (Aut.). Anota Zugasti, 2002, p. 1475: «o sea, moño. La mano al copete echo: además del sentido recto (las dos mujeres disputan tirándose del pelo), hay una alusión jocosa al refrán “Asir o coger la ocasión por el copete”, esto es, ‘aprovechar la ocasión, no perderla’».

96 v. 249 zarazas: «masa que se hace mezclando vidro molido, veneno o agujas, y sirve para matar los perros, gatos, ratones u otros animales semejantes. Es voz que sólo tiene uso en plural» (Aut.).

97 v. 250 papel: «el que contiene en sí alguna cosa o en que se envuelve, como papel de color, de alfileres, de agujas, de pólvora, etc.» (Aut.).

98 v. 256 en mundinovo: el manuscrito lee «el mundinovo». Enmiendo como en los vv. 114-115; véase la nota correspondiente.

99 v. 260 adbitrio: los diccionarios (del Rosal, Covarrubias, Autoridades y Corominas) recogen solo «arbitrio», pero el CORDE de la Real Academia recoge un caso de «aduitrio» y 34 de «adbitrio». Opto, pues, por mantener la lectura del manuscrito.

100 v. 274 en mundinovo: el manuscrito lee «el mundinovo», enmiendo como en casos anteriores; véase notas a los vv. 114-115 y 256.

101 vv. 280-281: el sentido sería ‘siendo en el mundinovo los toros aquello en lo que se entra a correr a los jumentos’.

102 v. 284 Plaza, plaza: «voz repetida de que usan los guardias cuando sale el rey, u en otras ocasiones de gran concurso, que vale tanto como ‘lugar, lugar’; esto es, despejen para que quede el camino libre» (Aut.).

103 v. 291 No vine yo más que a eso: se trata de una posible gracia homosexual de Juan Rana.

104 v. 294 Jo: expresión para detener al animal. Comp. Quiñones de Benavente, Jocoseria, p. 606.

105 v. 302 acotación Salen todos: debajo de esta acotación en el manuscrito hay una palabra que no leo bien, «mota» (?); o podría ser «música».

106 v. 303: Suplo «Pues», que no aparece en el manuscrito, siguiendo el v. 110.

107 vv. 307-308: el manuscrito lee «Mons Con pies y cabeza, etc». Desarrollo la canción. No sé qué será «Mons», ¿quizá «Monsiur», por Jusepe?

108 v. 311 locutor María: en el manuscrito encima del nombre de María aparece el de «Gero[nima]» tachado.

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Índice de ilustraciones

Título 1. «Mondo nuovo» veneciano del siglo xviii, 160 x 65 x 130 cm.
Créditos Reproducido con el permiso de la Filmoteca Regional de Salamanca, de la Junta de Castilla y León.
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/13479/img-1.png
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Título 2. Mundonuevo, grabado original de J. Cuevas.
Créditos Reproducido con el permiso de la Filmoteca Regional de Salamanca, de la Junta de Castilla y León.
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/docannexe/image/13479/img-2.png
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Para citar este artículo

Referencia en papel

Fernando Plata, «Mundinovos y espejos deformantes: el mundo al revés en una mojiganga inédita de Calderón»Criticón, 106 | 2009, 161-192.

Referencia electrónica

Fernando Plata, «Mundinovos y espejos deformantes: el mundo al revés en una mojiganga inédita de Calderón»Criticón [En línea], 106 | 2009, Publicado el 30 enero 2020, consultado el 19 febrero 2025. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/13479; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.13479

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