Calderón de la Barca, El lirio y el azucena, edición crítica de Victoriano Roncero, Pamplona/Kassel, Universidad de Navarra/Edition Reichenberger, 2007. 257 p. + facsímil del autógrafo
Pedro Calderón de la Barca, El lirio y el azucena, edición crítica de Victoriano Roncero, Pamplona/Kassel, Universidad de Navarra/Edition Reichenberger, 257 p. + facsímil del autógrafo. (ISBN: 978-3-937734-33-0; Teatro del Siglo de Oro, «Ediciones críticas», 159; «Autos sacramentales completos de Calderón», 59.)
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1 La colección de los «Autos sacramentales completos» que inició hace años el GRISO, de la Universidad de Navarra, es, sin disputa, una de las mayores empresas de la filología áurea de nuestros tiempos. La ambición del proyecto y el excelente ritmo con que se viene realizando ponen en nuestras manos ediciones críticas, generosamente prologadas, con una exhaustiva anotación y con amplios aparatos de variantes que nos permiten conocer el genuino texto calderoniano y seguir los avatares editoriales de cada una de las piezas. Además, en varios de los volúmenes ya publicados, entre ellos el que es objeto de esta reseña, el texto crítico y sus escolios se completan con el facsímil del manuscrito autógrafo. Un regalo espléndido para los que sentimos natural admiración por la poesía dramática de don Pedro y devoción por estas preciosas joyas que entregan a nuestros ojos pecadores no solo su genio creativo, sino también los genuinos rasgos de su pluma.
2 Victoriano Roncero, catedrático de la SUNY at Stony Brook, consumado quevedista, conocedor de los recovecos de la literatura barroca, ha preparado un volumen que, en muchos sentidos, hay que calificar de ejemplar. Empieza restituyendo el título original: El lirio y el azucena, con la forma el del artículo femenino, habitual, como bien se sabe, en el Siglo de Oro cuando precede a un sustantivo que empieza por a. El facsímil del autógrafo nos permite comprobar que no se trata de un capricho arcaizante del editor (apoyado en tal o cual edición extravagante) sino la forma propia empleada por Calderón.
3 El amplio y documentado prólogo (pp. 9-101) sitúa al lector en el medio y las circunstancias de redacción. Si bien todos los autos son obras de encargo, El lirio y el azucena responde, de manera aún más precisa, a una demanda concreta: celebrar la firma de la llamada Paz de los Pirineos entre la monarquía francesa y la española, que tuvo lugar en la Isla de los Faisanes el 7 de diciembre de 1659.
4 El motivo central del auto da ocasión a su editor, experto en el humanismo áureo, para ofrecer una ceñida síntesis de las ideas que la tradición cultural cristiana ofrece en torno a la paz y la guerra: de san Agustín a Luis Vives; y para delinear los datos básicos sobre el conflicto al que ponía fin el tratado de 1659. Dada la ocasión para la que se escribió, no sorprende el primer título de la obra, que simboliza en las dos flores las monarquías tantos años enfrentadas y ahora unidas con el matrimonio de la infanta María Teresa y su primo, el Delfín de Francia y futuro Luis XIV. Y también parece ajustado el segundo, recogido en varios manuscritos de la época: La paz universal.
5 Este telón de fondo político y diplomático da paso a los pormenores que rodearon la gestación poética y la realización escénica de la obra. El lirio y el azucena se compuso para las fiestas madrileñas del Corpus de 1660 y estaba concluida antes del 27 de mayo. Aunque la documentación no aclara todos los extremos, parece verosímil que se viera también en Valladolid, donde estaban los reyes. Dos de los manuscritos conservados aluden en sus versos finales a esta representación castellanovieja.
6 El editor analiza las complejas relaciones entre la alegoría sacramental y el trasfondo político que aletea en la entraña del texto. El dramatis personæ responde a esa intención y mezcla las figuras que encarnan abstracciones (La Discordia, La Guerra, La Paz, El Ocio, La Justicia, La Fama) con personajes históricos que están en el origen de las casas reinantes: Clodoveo y Rodulfo. Y no falta La Infanta, la esposa, trasunto de María Teresa de Austria.
7 El auto, además del estreno en 1660, conoció una interesante reposión en 1701, con motivo del ascenso al trono español del nieto de Luis XIV y la infanta española, que reinó con el nombre de Felipe V. La edición de Pando y Mier conservó la versión que pudo verse y oírse en aquella ocasión.
8 Precediendo a la edición, se ofrece el detallado análisis de las fuentes textuales y, en particular, de los diez manuscritos conservados. De las relaciones entre los testimonios deduce el editor la existencia de una primera versión, la representada en 1660; una segunda, la que recoge el manuscrito autógrafo conservado, que debió de copiarse hacia 1665-1670; y los añadidos de 1701, ajenos a la pluma de Calderón.
9 Parte, como parece lógico, del autógrafo (A), que «corresponde a la última voluntad del dramaturgo madrileño». A modo de apéndice a las páginas prologales, se editan un fragmento de la primera versión, rehecho en profundidad por el poeta al copiar la definitiva, las adiciones referidas a Felipe V y una serie de documentos sobre los tratos y capitulaciones matrimoniales de 1659. De ese modo, el lector tiene todas las cartas en la mano para la intelección del drama sacropolítico que se le ofrece a continuación.
10 No tiene el prólogo defectos. Quizá podría censurarse algún exceso, como la duplicación de los versos vallisoletanos que aparecen en la p. 23 y vuelven a repetirse en la p. 53. ¡Poca confianza tiene el prologuista en la memoria del lector! ¡O en su paciencia para ir a buscar los versos unas páginas más atrás!
11 El texto está fijado con rigor y anotado con puntualidad, sin los impertinentes excesos a que nos tienen acostumbrados algunas ediciones seudocríticas, que amontonan al pie curiosidades ajenas a los versos que comentan y la bibliografía, tan inabarcable como impertinente, que vomitan los artilugios informáticos de que se vale el editor. No. Aquí todo es ceñido y preciso, con los pasajes paralelos convenientes a la cabal comprensión del drama calderoniano. Además, las notas son legibles para cualquier persona culta que se interese por El lirio y el azucena, a poco que se familiarice con las siglas que, razonablemente, se manejan en este volumen y en el conjunto de la colección. Quizá se podría haber ahorrado tal cual nota, como mortal: «se dice del que tiene o está con señales o apariencias de muerto; y así se dice quedarse mortal de susto o de pesadumbre...» (nota al v. 1323). Pero esta cuestión de la medida es siempre materia resbaladiza en la que todos perdemos el pie y pecamos, ora por carta de más, ora por carta de menos.
12 Las variantes están escrupulosamente anotadas y trasladadas, por lo que puedo colegir, con pulcritud.
13En este volumen, como en el resto de la colección, hay un uso que, no siendo en sí mismo reprobable, no negaré que me incomoda: el marcar con un asterisco cada uno de los versos cuyas variantes se registran en el aparato correspondiente. Soy de los que opinan que el texto debe quedar tan limpio como sea posible.
14En cambio, para que se vea el ánimo contradictorio que alienta en todo crítico, yo sangraría levemente (tres pulsaciones) el primer verso de cada estrofa. Es tradición firmemente asentada, de poco estorbo y que quizá pueda ayudar a la mejor lectura e interpretación de las réplicas.
15En conjunto, El lirio y el azucena, como el conjunto de la colección en que se inserta, es un ejemplo de cómo deben ofrecerse los textos áureos en este siglo xxi que ya ha dado sus primeros pasos.
Para citar este artículo
Referencia en papel
Felipe B. Pedraza Jiménez, «Calderón de la Barca, El lirio y el azucena, edición crítica de Victoriano Roncero, Pamplona/Kassel, Universidad de Navarra/Edition Reichenberger, 2007. 257 p. + facsímil del autógrafo», Criticón, 103-104 | 2008, 361-363.
Referencia electrónica
Felipe B. Pedraza Jiménez, «Calderón de la Barca, El lirio y el azucena, edición crítica de Victoriano Roncero, Pamplona/Kassel, Universidad de Navarra/Edition Reichenberger, 2007. 257 p. + facsímil del autógrafo», Criticón [En línea], 103-104 | 2008, Publicado el 20 enero 2020, consultado el 03 diciembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/criticon/12377; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/criticon.12377
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