Mujer y corte entre la Edad Media y el Renacimiento: nuevas líneas de investigación (SEMYR)
Las falsas historias contadas en el Silves de la Selva
Résumés
Cette contribution étudie certaines structures narratives particulières du Silves de la Selva, un livre de chevalerie écrit par Pedro de Luján en tant que douzième roman du cycle amadisien. En particulier, nous analysons les histoires fictives racontées, c’est-à-dire les récits analeptiques qui ne correspondent pas à la vérité, mais qui ont été inventés pour déterminer le départ de la cour d’un chevalier particulier et son arrestation ultérieure à cause de la tromperie.
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Mots clés :
Silves de la selva, Pedro de Luján, romans de chevalerie espagnols, cycle amadisien, «historias contadas», analepsie, dames amoureusesKeywords:
Silves de la Selva, Pedro de Luján, Spanish chivalric romances, Amadisian saga, «historias contadas», analepses, ladies in lovePalabras claves:
Silves de la Selva, Pedro de Luján, dueñas enamoradas y detención por engaño, ciclo amadisiano, historias contadas, analepsisTexte intégral
- 1 Sobre el éxito y los lectores de libros de caballerías en los siglos xvi y xvii v., entre otros, M (...)
1Aventura, amor y magia son tres ejes fundamentales de todo libro de caballerías. Tales elementos se entremezclan en las centenares y centenares de páginas que constituyen los «toneles» —como diría el cura cervantino— del género caballeresco, confiriéndole un matiz poético que supo atraer a los más dispares lectores durante los Siglos de Oro1.
- 2 Sobre la peculiar tradición textual del Silves de la Selva consúltese Giada Blasut, «Para una edic (...)
- 3 Remito a Emilio José Sales Dasí, «Las “historias contadas” en el libro de caballerías», Revista de (...)
2La presente contribución indaga en una peculiar estructura narrativa, relacionada con la aventura, el amor y la magia, del Silves de la Selva (Sevilla, 1546), libro de caballerías escrito por el licenciado Pedro de Luján como duodécima parte del ciclo amadisiano2. En particular, con este trabajo se pretenden estudiar las falsas historias contadas: unos cuentos analépticos de segundo grado que se caracterizan por su naturaleza artificial y no verídica3. Nada de lo que se cuenta en ellos se corresponde con la realidad. Al contrario, el contenido de la historia se ha inventado ex profeso para cumplir con un objetivo específico: determinar la salida de la corte y la consiguiente captura por engaño de un caballero del que se ha enamorado una dueña no correspondida.
- 4 E. J. Sales Dasí, «Las “historias contadas”...»; J. M. Lucía Megías y E. J. Sales Dasí, Libros de (...)
3En su contribución «Las “historias contadas” en el libro de caballerías», Emilio Sales Dasí ha propuesto una división de las analepsis pronunciadas por algún personaje según tres diferentes situaciones, a las que se sumaría una cuarta en la monografía que el estudioso firmó junto con Lucía Megías4, a saber:
- Algunos caballeros viajan por separado durante tiempo. La narración se centra únicamente en uno de los dos, y cuando el primero se reencuentra con su compañero, este le narrará las vicisitudes que le han ocurrido mientras tanto.
- El caballero gana a un rival desconocido contra quien acaba de combatir, cuando, por lo común otro personaje, le revela su identidad.
- Una persona menesterosa llega a la corte donde reside el caballero para solicitar su ayuda fuera de ella.
- Una persona menesterosa solicita la ayuda del héroe mientras este ya está de viaje o, de todos modos, fuera de la corte.
- 5 E. J. Sales Dasí, «Las “historias contadas”...», p. 99.
4Como ha destacado Emilio Sales Dasí, las historias contadas de las primeras dos categorías son de tipo perfectivo: la acción ha terminado ya, y los cuentos retrospectivos se utilizan únicamente para proporcionar información adicional al caballero y a los lectores. En palabras del estudioso, ambas historias disponen de «un similar carácter retrospectivo en tanto que simplemente cumplen una misión informativa. [...], pero no abren ninguna nueva virtualidad narrativa»5.
- 6 Ibíd., p. 99; J. M. Lucía Megías y E. J. Sales Dasí, Libros de caballerías castellanos..., p. 142- (...)
5Al contrario, las historias contadas de la tercera y cuarta categoría son de índole imperfectiva, ya que su enunciación implica el comienzo de una aventura adicional dentro del relato, y, junto con ella, de un nuevo hilo argumental6:
- 7 E. J. Sales Dasí, «Las “historias contadas”...», p. 99.
[…] la tercera situación tiene una naturaleza distinta, pues la historia que se rememora no sólo cumple una función informativa, sino que exige una rápida intervención del caballero y se proyecta, por tanto, hacia el futuro7.
- 8 Ibíd., p. 102.
6De este modo, la peculiaridad narrativa más destacada de las analepsis de la tercera categoría reside en el hecho de que comienzan nuevas líneas argumentales dentro de la narración al configurarse como «el planteamiento de una aventura posterior»8. En verdad, después de haber escuchado la petición de ayuda, el caballero emprende un nuevo viaje o modifica su anterior camino con la finalidad de cumplir con su deontología caballeresca: otorgar el don prometido ofreciendo su ayuda al personaje menesteroso. Si bien en sus labores, Sales Dasí y Lucía Megías han clasificado dentro de las cuatro categorías únicamente las historias contadas reales, cuyo contenido se corresponde con la realidad de los hechos y se requiere una real intervención por parte del caballero, también forman parte de ellas las falsas historias contadas; es decir, aquellos cuentos de naturaleza incierta, destinados a engañar al héroe que las escucha y que toma parte en la aventura que desarrollan posteriormente. Debido a la función narrativa, en el presente estudio me centraré por tanto en estas últimas, en las historias contadas falsas presentes en el Silves de la Selva.
- 9 Sobre la magia y la seducción en los libros de caballerías, v. María del Rosario Aguilar Perdomo, (...)
7Específicamente, el esquema narrativo al que suele recurrir Luján, que se resume a continuación, se estructura alrededor de una historia contada inventada por una sabidora a quien se ha dirigido la mujer enamorada del tal caballero al fin de beneficiarse de su amor9. Los principales puntos narrativos del esquema son los siguientes: 1) Una dueña no correspondida está enamorada de un caballero que reside en la corte de Constantinopla, 2) por lo que solicita la ayuda de alguna sabidora para disfrutar del amor del héroe. 3) La sabidora concibe una historia ficticia y crea, además, una falsa prueba de selección del héroe con la que la dueña enamorada, o bien una de sus doncellas, acude a la corte donde vive el caballero. 4) Allí la mujer narra su cuento, según el cual ella necesitaría del socorro de un caballero para poner fin a un agravio. 5) Tras la selección del héroe mediante la prueba de selección, la mujer y el caballero salen de la corte para dirigirse al castillo de la dueña enamorada de él, 6) donde el hombre queda encantado y tiene amores con ella. 7) Tras un largo tiempo y una vez desencantado, el caballero vuelve a su corte, sin que se manifieste en él el deseo de emprender nuevas aventuras.
- 10 Garci Rodríguez de Montalvo, Amadís de Gaula, 2 vols., 10.ª ed., ed. Juan Manuel Cacho Blecua, Ma (...)
8El motivo de la dueña o doncella que se presenta en una corte para requerir la presencia del caballero, con un don en blanco o sin él, es uno de los esquemas artúricos que con más frecuencia se retoman en los libros de caballerías españoles y, posteriormente, incluso en el Quijote. En verdad, el rey Arturo está siempre pensativo en la mesa redonda donde se reúnen los caballeros, cuando llega a su corte algún desafío o una mujer menesterosa que procura la salida del caballero a la aventura. Así, por ejemplo, en el Amadís de Gaula, una mujer desconocida solicita al rey Lisuarte de Londres un don en blanco: el caballero deberá derrotar mediante una lanza y una espada que ella le proporciona a un caballero que la ha violado y que ha matado a su padre10. El mismo motivo vuelve a aparecer también en la obra cervantina (capítulo 32, II), cuando aparece Merlín en el palacio de los duques para denunciar el encantamiento de Dulcinea. Frente a estos casos, en el Silves de la Selva no se trata solamente de requerir a un caballero para una misión de salvación de una menesterosa, sino de una falsedad y una trampa, debajo de la cual se esconde el deseo de obtener, mediante el uso de la magia, un amor no correspondido.
- 11 A falta de una edición crítica del Silves de la Selva, cito por la edición que estoy realizando en (...)
9Pedro de Luján recurre a este recurso narrativo por primera vez en el quinto capítulo de la primera parte de la novela, donde se narra la llegada a la corte de Constantinopla de una desconocida doncella menesterosa, Cardonia11:
Avino, pues, que estando las cosas en el estado que avéis oído, en la gran sala imperial entró una donzella sin alguna compañía, la cual venía ricamente guarnida en sus manos traía un rico yelmo partido con oro, la mitad de la cabeça de un espejado azero, la otra mitad de fino oro, y llegando ante el estrado de los reyes y emperadores començó a dezir, los inojos en tierra, en alta voz:
- 12 Capítulo 5, I.
—Alto rey de la Gran Bretaña, altos emperadores y excelentes príncipes, como la alteza de vuestras hazañas y alta fama, que hasta las estrellas llega, a mí noticia llegasse aviendo andado todas las cortes de todos los reyes, y grandes señores del mundo en busca del fin de mi aventura, porque avéis de saber que yo fui hija de un cavallero, señor de un castillo assaz bueno y uno de los mayores sabidores del mundo, el cual, sabiendo por sus artes como me avía de ser tomado mi castillo después de su muerte, hizo este yelmo y antes de su fin me lo dio diziéndome que después que me viniesse mi infortunio, me fuesse por el mundo en busca del cavallero mancebo que por su alta bondad pudiere enlazar en su cabeça este yelmo, y el cavallero que la ventura acabare, me ha de otorgar un don y es que ha de ir comigo para hazerme aver derecho de quien mi castillo me tomó12.
10Mediante la narración analéptica a la que da voz Cardonia se informan a los narratarios (los personajes que se hallan en la corte), pero también al lector, de que, supuestamente, la doncella se encuentra allí para solicitar la ayuda de un caballero que pueda devolverle un castillo que le ha sido sustraído ilícitamente. Por este motivo, la mujer trae consigo una prueba de selección, un yelmo mágico. El caballero que lo ensalce terminará la prueba y saldrá de la corte con Cardonia para solucionar su agravio.
- 13 Con todo, no faltan en la novela reales pruebas de selección del héroe como se da, por ejemplo, en (...)
11Con todo y como he indicado anteriormente en el esquema, las pruebas de selección del Silves de la Selva son igual de falsas que las historias que acompañan13. Se trata, en efecto, de pruebas mágicas preestablecidas semejantes a ordalías a las que únicamente dará fin el caballero deseado por la mujer no correspondida. En el caso que nos ocupa, es don Filisel de Monte Espín quien pone fin a la prueba de selección, por lo que este y Cardonia salen de la corte para emprenden el camino que le llevaría ya no, como cree el héroe (y todavía el lector), a emprender una aventura que ponga fin al agravio descrito en la historia contada, sino donde reside Marfiria, la mujer enamorada de él y a cuyo servicio, como se descubrirá más adelante, trabaja Cardonia, la doncella que ha acudido a la corte.
- 14 Juan Manuel Cacho Blecua, «Entrelazamiento en el Amadís y en las Sergas de Esplandián», in: Stud (...)
- 15 J. M. Lucía Megías y E. J. Sales Dasí, Libros de caballerías castellanos..., p. 143-144.
12Si es cierto, como ha destacado Cacho Blecua14, que las historias contadas son recursos narrativos contrarios al entrelazamiento, ya que, a diferencia de aquel, rompen el efecto simultáneo de la narración relatando a posteriori los acontecimientos, también es verdad que algunas de ellas destacan por su naturaleza imperfectiva. Como queda de manifiesto en el esquema descrito, así como en el ejemplo propuesto, incluso las falsas historias contadas del Silves de la Selva son de tipo imperfectivo, al configurarse tales cuentos analépticos como planteamiento de una nueva línea argumental del relato, la que protagoniza el caballero después de su salida de la corte. Se trata, en otras palabras, de las historias contadas del tipo tres descritas por Lucía Megías y Sales Dasí15, en donde el discurso retrospectivo se constituye como punto de arranque de una aventura cuyo desenlace se narrará al lector más adelante durante la narración siguiente. Por este motivo, una vez que don Filisel de Monte Espín y Cardonia han dejado la corte de Constantinopla, el narrador se hace cargo de relatar el desarrollo de esta línea narrativa hasta que el caballero, tras haber estado preso y encantado en el castillo de Marfiria, regrese a su corte.
- 16 En realidad, uno de ellos, don Rogel de Grecia, se halla de camino para Persia donde tiene que aco (...)
13Sin embargo, para que tenga lugar la vuelta del caballero a su corte, deben darse dos condiciones. Es posible, en primer lugar, que estando el caballero encantado y prisionero de la dueña acuda al castillo de Marfiria otro caballero y que este derrote a la mujer, dejando así en libertad al primer caballero, don Filisel de Monte Espín. O bien debe acontecer algo que le permita a don Filisel liberarse por su cuenta del encantamento en que se halla. En la obra de Luján, no puede darse la primera posibilidad porque todos los caballeros se hallan en la corte de Constantinopla16. Ninguno de ellos está de camino en búsqueda de aventuras. De esta manera, es imposible que alguien llegue por casualidad adonde se encuentran Marfiria y don Filisel. Además, nadie en la corte de Constantinopla sospecha la situación en la que ha caído uno de sus compañeros, por lo que nadie de ellos se preocuparía por buscarle.
14Por tanto, en la presente línea argumental Pedro de Luján debe recurrir a la segunda posibilidad: encontrar un modo que le permita a don Filisel librarse del encantamiento. En razón de ello, el escritor inserta, entre los puntos quinto y sexto del esquema, un peculiar motivo narrativo, aparentemente estático, pero que en realidad cumplirá más adelante una función esencial en el desenlace de esta aventura. Antes de que don Filisel y Cardonia lleguen al castillo de Marfiria, los dos empezarán una relación amorosa que solo acabará cuando don Filisel quede encantado en el castillo de Marfiria. La relación amorosa entre su señora y don Filisel provoca los celos de Cardonia, quien denuncia la situación a Patronio, un pretendiente no correspondido por Marfiria. En consecuencia, en este punto del discurso, el narrador ofrece además una información que había ocultado con anterioridad, declarando que la relación que Marfiria mantiene con don Florisel de Monte Espín es de naturaleza adúltera, al estar ella casada con un caballero al que todavía no se había mencionado:
- 17 Capítulo 14, II.
Patronio puso acusación a Marfiria de adulterio porque su marido, del cual no se ha hecho mención, governava una isla del duque y ella jamás avía querido ir con él por el amor que a don Filisel tenía17.
15Desde el punto de vista narrativo, el pasaje citado se corresponde con una paralipsis: un dato que el narrador había ocultado voluntariamente, pero que decide revelar en este instante en función de la denuncia que sufre Marfiria.
16Se desarrolla ahora la segunda parte de la historia, que se funda en otro motivo recurrente en los libros de caballerías: la condena de alguna mujer por adulterio. La adúltera Marfiria es condenada a morir en la hoguera si no se presenta ningún caballero capaz de librarla combatiendo contra el campeón del duque de Atenas, Pandonio. Por eso, la sabidora amiga de Marfiria que había encantado a don Filisel de Monte Espín decide liberarlo y pedirle ayuda frente al inminente peligro que amenaza a Marfiria. Tras un momento de incertidumbre, el caballero decide tomar parte en el combate, en el que triunfará y después del cual quedará por fin libre de los amores de Marfiria y de volver a la corte de Constantinopla. De manera que con el regreso a la corte de don Filisel de Monte Espín se acaba la línea narrativa que había originado la falsa historia contada, cuya enunciación, recordémoslo, había tenido lugar en la misma corte.
- 18 J. M. Lucía Megías y E. J. Sales Dasí, Libros de caballerías castellanos..., p. 144.
17Con este propósito, y como han señalado Lucía Megías y Sales Dasí18, las historias contadas imperfectivas suelen manifestarse en los libros de caballerías en dos ocasiones puntuales: cuando el caballero ya se halla de camino, o bien cuando este reside en alguna corte. En ambos casos, un personaje desconocido le pide ayuda para solucionar un agravio que le afecta directamente, o bien que amenaza a otro personaje que puede estar presente o ausente en aquel momento. No obstante, si en el primer caso el caballero tiene que modificar su camino para emprender esta nueva aventura, en la segunda situación, la solicitud de ayuda implica el comienzo de un nuevo viaje; debido a lo cual el héroe tiene que alejarse necesariamente del lugar donde ha estado hasta el momento. La historia que se ha analizado entronca con este segundo caso, ya que don Filisel de Monte Espín es solicitado en la corte y sale de ella para cumplir la aventura
- 19 Esta característica no excluye que en la corte se enuncien también historias reales.
18En el Silves de la Selva se registran ambas situaciones, pero las falsas historias contadas de tipo engañador suelen pronunciarse únicamente en la corte, concretamente la de Constantinopla, donde los caballeros residen de forma estable durante toda la primera parte de la obra, debido a los preparativos y al desarrollo de una guerra colectiva contra el enemigo pagano19. Es por eso por lo que Pedro de Luján recurre en su texto a las historias contadas imperfectivas que se enuncian en la corte. Se trata de un expediente narrativo que le permite abrir nuevas líneas en el relato provocando nuevas aventuras, sin renunciar a dotar a estas acciones de un planteamiento estrictamente cortesano. En verdad, la presencia constante de los caballeros en la corte, así como la llegada a este espacio de personas menesterosas portavoces de los cuentos retrospectivos, determina una inversión en la tradicional configuración poética de las historias caballerescas. En el Silves de la Selva ya no son los caballeros quienes salen de la corte en busca de aventuras, sino que son las aventuras las que acuden a ella. Tampoco su joven y homónimo protagonista, Silves, sale de la corte en busca de aventuras que acrecienten su fama y le hagan digno del amor de su amada Pantasilea, una vez recibida la investidura. Al contrario, el caballero novel se queda en la corte con el fin de participar en el conflicto bélico que la está amenazando. En la obra de Pedro de Luján se confirma lo que afirma Anna Bognolo acerca del espacio y de las aventuras en los libros de caballerías españoles: ambos se hacen más cortesanos. En palabras de la estudiosa, se aprecia en los libros españoles una
- 20 Anna Bognolo, La finzione rinnovata. Meraviglioso, corte e avventura nel romanzo cavalleresco del (...)
tendenza a svuotare il cronotopo dell’avventura alimentando in modo inusitato quello della corte. In particolare certe avventure cruciali tendono a presentarsi nella corte, piuttosto che nelle insidie della foresta o nell’espugnazione di un castello. Due forme in particolare, il duello giudiziario e la prova magica, subiscono uno spostamento topologico verso l’ambito cortigiano20.
19Dos son, en opinión de Bognolo, los elementos que en los libros caballerescos castellanos se desplazan a la corte: el duelo y las pruebas mágicas. Dicha peculiaridad se aprecia en muchos títulos del género empezando por su libro fundacional, el Amadís de Gaula de Garci Rodríguez de Montalvo, hasta llegar, por lo que a su ciclo se refiere, a la última entrega de la serie, el Silves de la Selva. En el libro de Pedro de Luján son varias las pruebas mágicas que se desarrollan en la corte, y como evidencia el esquema de las falsas historias contadas, varias de ellas sustentan estos ficticios cuentos analépticos dotándole de mayor credibilidad y dramatismo.
20En el capítulo LXVI de la segunda parte de la novela, se aprecia otra falsa historia contada, apoyada, como en el anterior caso, por una prueba de selección del héroe prestablecida. A la corte de Constantinopla se presenta una doncella desconocida y menesterosa. La mujer ha sido deshonrada por un caballero, quien ha aprisionado además a su marido:
- 21 Capítulo 66, II.
Avéis de saber, altos señores, que yo soy hija de un cavallero que un castillo muy bueno tenía. El cual antes de su muerte me casó con un buen cavallero, señor de un castillo, y no mucho tiempo después murió mi padre y quedamos aquel cavallero, mi marido, y yo por señores del castillo y un día estando por el campo: vino un mal cavallero con otros seis y prendió a mi marido y a mí desonrome y después díxome que fuesse a buscar quien me vengasse mi injuria21.
21Por este motivo, la mujer está viajando de corte en corte para hallar algún héroe que vengue su agravio, derrote al agresor y devuelva la libertad a su marido. Sin embargo, todos los caballeros que hasta el momento han intentado ayudarle han sido vencidos por el desconocido rival. Por este motivo, la doncella lleva consigo un objeto mágico para utilizar como prueba de selección del héroe que le ayudase: una espada, que la mujer trae al cuello, que ha sido fabricada por un sabidor de Arcadia. Como es de esperar, el paladín que saque el arma será el encargado de poner fin al agravio de la mujer:
- 22 Capítulo 66, II.
Y puesto que algunos cavalleros han ido: mi enemigo es tan fuerte que luego los vence y los echa en prisiones: lo cual visto por mí me fue a un gran sabidor que en el reino de Arcadia morava, y contándole mi pena me dio esta espada que a mi cuello traigo diziéndome que nadie sería poderoso a sacarla de la vaina, sino aquel solamente que podría remediar mi cuita. Con esta demanda he andado más de un año sin que pudiesse hallar el fin d’ella: hasta que a la fama d’esta alta corte he venido aquí y por tanto os suplico os doláis de mí, y remediéis mi cuita si podéis22.
22Análogamente a cuanto había ocurrido en el capítulo quinto, también la presente prueba de selección está pensada para que le dé fin un caballero en concreto, en este caso don Rogel de Grecia. La razón estriba, una vez más, en un amor no correspondido. Como es de esperar, el caballero conseguirá triunfar en la prueba de selección, sacando la espada del cuello de la doncella, por lo que saldrá inmediatamente de la corte de Constantinopla junto con la mujer:
- 23 Capítulo 66, II.
Y quitándose la donzella la correa del cuello se la dio en la mano, y el rey Amadís puso la mano fuertemente en la espada, pero no pudo sacarla de la vaina, por lo que adelante diremos. Tras d’él provó el aventura el emperador Esplandián, y al tanto fizo como el rey, su padre; luego provó el aventura el emperador Lisuarte y lo mismo le avino, y assí mismo el emperador Amadís de Grecia, y Agesilao, que ninguno fue poderoso de moverla de la vaina, aunque mucha fuerça pusiesse, hasta que provó el aventura el príncipe don Rogel, el cual puso fuertemente mano al espada y la sacó tan ligeramente como si otra cualquiera fuera. De que la donzella fingió grande alegría, y luego dixo a don Rogel de Grecia que se deciñiesse su espada y se pusiesse la otra, el cual lo fizo fácilmente, y sin más detenerse a pedimiento de la donzella aunque con gran pesar de la infanta Leonida que su coraçón adevinava lo que sucedió, despedido de todos, sin querer llevar otra compañía se fue en compañía con la donzella qu’el espada traía, la donzella en su palafrén, y don Rogel sobre su cavallo, llevando consigo tan solamente al enano de don Silves que para en aquel camino le sirviesse23.
23Tanto este, como el ejemplo que he propuesto anteriormente, dan muestra de cómo las aventuras que se desarrollan en la corte implican una pérdida de su valor inicial por no situarse en un espacio desconocido, sino en un ambiente familiar y cortesano. Es por eso por lo que, como argumenta Bognolo, algunas aventuras de los libros de caballerías españoles carecen de algunos de sus elementos más tradicionales como, por ejemplo, el viaje y lo misterioso:
- 24 A. Bognolo, La finzione..., p. 165.
A queste imprese insomma, per essere considerate avventure nel senso proprio del termine, manca la cornice del viaggio errante nella foresta, il rischio dell’allontanamento nell’ignoto24.
- 25 Sobre la creciente importancia de la aventura cortesana en los libros de caballerías, v. ibíd., p. (...)
24Por otro lado, también es cierto que este desplazamiento espacial hacia la corte permite la configuración de las aventuras como auténticas puestas en escena de una ordalía en la que tanto los personajes masculinos como los femeninos pueden tomar parte. Por tanto, desarrollándose en la corte, la aventura adquiere una disposición teatral. Los personajes se mueven según un esquema prestablecido, actuando de este modo tanto como actores como espectadores de las pruebas. La ocasión brinda además la posibilidad de evidenciar concretamente, ante los ojos de todos, lector inclusive, las mayores y menores virtudes de los héroes, o, al contrario, sus debilidades25.
25Damas y caballeros participan en estas situaciones y aventuras artificiales sin saber que forman parte de un plan que otro personaje ha establecido con anterioridad. En efecto, y contrariamente a lo puedan creen los personajes, todo lo que le acontece, la llegada a la corte de una mujer menesterosa, la prueba de selección del héroe y su consiguiente encantamiento en el castillo de una mujer, son situaciones totalmente fingidas a través de un engaño, cuyo desarrollo se sitúa y plantea por encima de la voluntad de los personajes. Cada elemento de las aventuras es artificial, en el sentido en que ha sido diseñado y realizado a priori por alguien dotado de poderes sobrenaturales: la sabidora a quien se ha dirigido la mujer enamorada de uno de los caballeros que habitan en la corte.
26En la obra de Pedro de Luján no se registran por tanto situaciones de philocaptio. En el Silves de la Selva, la tradicional figura de la maga enamorada tiene otro papel. No es la maga la mujer que está enamorada del caballero, sino la ayudante de esta, la que se afirma, al fin y al cabo, como la responsable última de toda la aventura que viven estos personajes. Esta es precisamente una de las peculiaridades narrativas más destacadas del Silves de la Selva, el poder que adquieren dentro de la configuración de la novela los personajes dotados de poderes extraordinarios: las sabidoras y, en otras ocasiones, también algunos sabidores. En verdad, quienes conocen las artes mágicas pueden, no solamente conocer el futuro de los demás personajes, sino incluso modificarlo y, sobre todo, crearlo.
27De este modo, el autor se ha despojado de sus funciones principales para delegar unas de ellas a algunos de sus personajes, quienes tienen por tanto la capacidad de trazar y orquestar algunas líneas narrativas de la novela, al mismo tiempo que se afirman como responsables de las acciones de otros protagonistas del libro. En el Silves de la Selva, varios sabidores emergen, por ende, como alter ego del escritor, al ser creadores de algunas líneas argumentales del plan compositivo del libro, a las que están sometidos otros de sus personajes. Debido a lo cual, la aventura se despoja ulteriormente de su significación etimológica para acercarse a una dimensión mucho más humana. En el Silves de la Selva la aventura es, en muchas situaciones, producto del ser humano y de su capacidad de creación, aspecto que varias décadas después se convertiría en uno de los puntos cruciales de la segunda parte de la obra cervantina, en donde no faltarán, además, episodios de puro teatro.
28Con todo, Pedro de Luján no deja de informar a sus lectores sobre la peculiar conformación de estos episodios de la novela, es decir, de su carácter falso y artificial. Al contrario, les revela prontamente que cuanto se está narrando es artificial, al ser producto de la voluntad de alguna sabidora, y que es además falso y ficticio al no corresponderse con la realidad de los hechos. Por ello, el escritor intercala en la narración otra analepsis, esta vez a cargo del propio narrador. Su enunciación se verifica entre los puntos cuatro y cinco del esquema, es decir, después de la enunciación de la ficticia historia contada, pero antes de que se verifique la prueba de selección del héroe.
29En el quinto capítulo del libro, una vez que Cardonia ha relatado su historia en la corte, el narrador se encarga de informar a los lectores —y exclusivamente a ellos— sobre los reales propósitos de la mujer:
- 26 Capítulo 5, I.
Agora os quiere contar la historia quién era la donzella, y la causa de su venida. Ya avéis oído en la onzena parte d’esta gran historia cómo vino una donzella a la Ínsula de Guindaya a pedir socorro y ayuda contra un cavallero que le avía tomado un castillo en la tierra del duque de Atenas, y cómo fueron con ella don Rogel y don Filisel de Monte Espín, y cómo estando para hazer la batalla don Filisel de Monte Espín se enamoró de la linda y graciosa Marfiria, y cómo después de subido en la cumbre de sus desseos fue tratado della con tanto desamor que desesperado se vino a Constantinopla26.
- 27 Javier Martín Lalanda (ed.), Florisel de Niquea (parte III). Guía de lectura, Alcalá de Henares: C (...)
30Como sugiere el comienzo de esta analepsis, esta aventura del Silves de la Selva hunde en realidad sus raíces en otro libro del ciclo narrativo al que pertenece: la tercera parte del Florisel de Niquea de Feliciano de Silva. En el capítulo 97 del libro de Silva se había narrado cómo, estando don Florisel de Monte Espín y don Rogel en el reino de Atenas, el primero se había enamorado y había tenido una relación amorosa con una mujer, Marfiria, el mismo personaje que Luján recupera en su creación literaria27. Sin embargo y como informa el narrador del Silves de la Selva, en el cuento analéptico que intercala entre la falsa historia contada y la prueba de selección del héroe, Marfiria había terminado por romper la relación con don Filisel de Monte Espín. Por este motivo, el caballero había regresado a la corte de Constantinopla, lugar en el que reside al comienzo de la novela de Pedro de Luján.
31Mediante esta doble estructura analéptica, Pedro de Luján ha conseguido plantear una aventura de gran interés cuyos nudo y desenlace afectan tanto al personaje implicado como al lector, quien está ahora deseoso de saber cómo terminará esta acción. El mismo caso narrativo se registra también en el capítulo 66 de la segunda parte del libro, que depende igualmente de la dicha obra de Feliciano de Silva. Una vez que la doncella ha expuesto cuáles son los supuestos agravios que explican su necesidad de ayuda, retoma la palabra el narrador para revelar sus propósitos reales y la falsedad de su cuento:
- 28 Capítulo 66, II.
Ya se os contó en la onzena parte d’esta gran historia como siendo el príncipe don Rogel cavallero andante uvo a su voluntad a una fermosa donzella llamada Sardinia, señora de los Cuatro Castillos: y como después yendo con la infanta Pantasilea la topó en el camino, y lo que con ella passó: y assí mismo en esta dozena parte os contamos lo que a don Silves con ella aconteció cuando la halló a la fuente con la duquesa de Borbón. Cuenta pues la historia que esta donzella: puesto que morava en los cuatro castillos. Era hija de una dueña, señora de una fermosa isla que se dezía la Isla Hermosa: y siendo muerta su madre y ella recebida por señora de la isla: los amores del príncipe don Rogel de Grecia la aquexavan mucho: y no sabiendo qué remedio se tener para averlo a su voluntad. Habló con una gran sabidora en las artes, y ella le dio el espada. Que os avemos contado: y assí mismo vino con ella. Donde con aquella cautela llevó al príncipe don Rogel: y assí mismo al enano que grandes trabajos se passaron en su libertad fasta que el príncipe Esferamundi le dio la libertad28.
32Como en la anterior aventura, también el presente cuento analéptico del narrador está al servicio del lector para que este disponga de un conocimiento mayor que el de los personajes. La doncella que ha acudido a la corte trabaja al servicio de una mujer no correspondida, Sardinia, quien está enamorada de don Rogel, el caballero que pretende ella aprisionar con engaño a través de la falsa historia contada.
33Desde el punto de vista narratológico, se trata de analepsis completivas por el hecho de que proporcionan al lector una información que integra su conocimiento. En efecto, como enuncia el narrador en su cuento retrospectivo, todo lo que ha narrado la mujer es falso y ficticio al no corresponderse con la verdad, sino que ha sido proyectado para solucionar un caso de amor no correspondido. La inserción de esta analepsis provoca por tanto un evidente contraste entre el falso cuento analéptico de las mujeres, y la información que en cambio el narrador proporciona únicamente a los lectores. No solo eso, sino que los datos de los que disponen los lectores provocan en ellos preocupación por la suerte del caballero, quien ha sido traicionado en su propia deontología.
34Con todo, los dos ejemplos examinados difieren en su desarrollo. Frente al caso de don Filisel de Monte Espín que Luján plantea y termina dentro de su creación literaria, en cambio, la aventura de don Rogel de Grecia quedará voluntariamente sin conclusión, para insertar su desenlace en un ulterior libro de la saga de Amadís de Gaula:
Y salidos de la ciudad, la donzella dexando el camino de la mar, tomó otro camino sobre la mano siniestra por medio de una espessa floresta de altos árboles por la cual fueron todo aquel día, y el otro siguiente hasta que ya cerca de medio día se fallaron delante de una tienda muy rica a maravilla, y yendo contra ella vieron de la tienda salir una fermosa donzella, vestida de ricos paños a maravilla, que paresció a don Rogel averla visto, pero no sabía adónde ni se acordava, y la donzella de la tienda dixo contra don Rogel:
—Apeaos, señor cavallero, si mandáis con nosotras y rescebiréis servicio esta noche aquí.
—Plázeme, señora donzella —dixo don Rogel—, aunque no fuesse por más de por gozar de tan hermosa compañía como la vuestra.
- 29 Capítulo 66, II.
Que muy bien le parescía la donzella, y luego se apeó de su cavalllo, y tomándolo por la mano la donzella lo metió en la tienda, pero apenas uvo entrado, cuando cayó encantado en el suelo, y lo mismo acontesció al enano. Luego la donzella lo mandó poner en unas andas y alçando la tienda se fue con él a una isla suya donde gozava de sus amores hasta que fue desencantado, como en la trezena parte contaremos, donde será bien dexallo por daros cuenta quién era esta donzella que a don Rogel encantó29.
- 30 El episodio y la reiteración de su esquema con algunas innovaciones en los sucesivos libros de cab (...)
35La narración de la aventura protagonizada por don Rogel de Grecia se interrumpe en el momento en que el caballero queda encantado en un tendejón, situado en una floresta, donde se encuentra la mujer enamorada de él, Sardinia. A los aficionados del ciclo amadisiano, la modalidad con la que el caballero queda prisionero —por engaño en una floresta, cuando acaba de entrar en una tienda en la que queda encantando— debe traer a la memoria otro acontecimiento análogo. Trátase del célebre pasaje narrado en el cuarto libro de Amadís de Gaula, cuando el rey Lisuarte, padre de Oriana, es hecho prisionero por una mujer, que se descubrirá ser Arcabona, hermana de Arcaláus el Encantador30.
36Si se compara el texto de Rodríguez de Montalvo con el de Pedro de Luján son varios los motivos comunes que emergen: la presencia de doncellas traidoras y la captura del caballero por engaño y encantamiento, entre otros. Sin embargo, los dos episodios hunden sus raíces en causas distintas: el amor no correspondido, en un caso, y el deseo de venganza, en el otro, por lo que cada aventura se articula atendiendo a un esquema diferente, pero presentando motivos narrativos comunes o cercanos que debieron gustar profundamente a los lectores áureos como demuestra su reiteración en numerosos títulos del género caballeresco.
37En conclusión, las falsas historias contadas caracterizan el entramado narrativo del Silves de la Selva al reiterarse en diferentes ocasiones dentro de su plan compositivo. La naturaleza perfectiva de las mismas permite abrir nuevos hilos argumentales dentro del libro otorgando variedad y dinamismo a la materia narrativa. Al mismo tiempo, su enunciación en la corte, acompañada por una prueba de selección del héroe urdida por engaño de una maga confiere al relato un matiz cortesano y artificial que permite, por un lado, la espectacularización de la aventura y, por otro, permite subrayar el papel destacado que adquieren en la configuración del libro la magia y sus responsables, las sabidoras que inventan y realizan la prueba y la historia. La sabia se afirma, incluso, como alter ego del autor al ser responsable del entramado narrativo de algunas de las aventuras que protagonizan diferentes personajes de la novela, sin saber que sus acciones se mueven en la dirección de un plan previamente establecido. Las falsas historias contadas ideadas por Pedro de Luján son por tanto uno de los elementos narrativos más destacados de la poética del Silves de la Selva, no solamente por sus implicaciones en la arquitectura del relato, sino también por el efecto emotivo y la participación que crean en el lector.
Notes
1 Sobre el éxito y los lectores de libros de caballerías en los siglos xvi y xvii v., entre otros, Maxime Chevalier, Lectura y lectores en la España de los siglos xvi y xvii, Madrid: Ediciones Turner, 1976; Irving Albert Leonard, Los libros del conquistador, México: Fondo de Cultura Económica, 1953; José Manuel Lucía Megías y María Carmen Marín Pina: «Lectores de libros de caballerías», in: José Manuel Lucía Megías (dir.), «Amadís de Gaula», 1508: quinientos años de libros de caballerías, Madrid: Biblioteca Nacional de España–Sociedad Española de Conmemoraciones Culturales, 2008, p. 289-311; María Carmen Marín Pina, «La mujer y los libros de caballerías: Notas para el estudio de la recepción del género caballeresco entre el público femenino», Revista de Literatura Medieval, 3, 1991, p. 129-148; Anna Bognolo, «Le sorelle di don Chisciotte. Teresa del Gesù e le lettrici di romanzi cavallereschi», in: Andrea Baldissera, Paolo Pintacuda y Paolo Tanganelli (dirs.), «Con llama que consume y no da pena». El hispanismo integral de Giuseppe Mazzocchi, Como–Pavía: Ibis, 2022, p. 319-334. Para la definición y las características del género de los libros de caballerías castellanos, remito a José Manuel Lucía Megías, Imprenta y libros de caballerías, Madrid: Ollero y Ramos, 2000; id., «Libros de caballerías castellanos: textos y contextos», Edad de Oro, 21, 2002, p. 9-60; y José Manuel Lucía Megías y Emilio José Sales Dasí, Libros de caballerías castellanos (siglos xvi-xvii), Madrid: Laberinto, 2008.
2 Sobre la peculiar tradición textual del Silves de la Selva consúltese Giada Blasut, «Para una edición crítica del Silves de la Selva de Pedro de Luján, duodécimo libro amadisiano», Historias Fingidas, 9, 2021, p. 145-164.
3 Remito a Emilio José Sales Dasí, «Las “historias contadas” en el libro de caballerías», Revista de Poética Medieval, 7, 2001, p. 97-110, y J. M. Lucía Megías y E. J. Sales Dasí, Libros de caballerías castellanos..., para la definición y las características de las historias contadas. Para la restante terminología narratológica, adopto los conceptos definidos por Gérard Genette, Figure III. Discorso del racconto, trad. Lina Zecchi, Torino: Einaudi, 2006.
4 E. J. Sales Dasí, «Las “historias contadas”...»; J. M. Lucía Megías y E. J. Sales Dasí, Libros de caballerías castellanos..., p. 141-146.
5 E. J. Sales Dasí, «Las “historias contadas”...», p. 99.
6 Ibíd., p. 99; J. M. Lucía Megías y E. J. Sales Dasí, Libros de caballerías castellanos..., p. 142-146.
7 E. J. Sales Dasí, «Las “historias contadas”...», p. 99.
8 Ibíd., p. 102.
9 Sobre la magia y la seducción en los libros de caballerías, v. María del Rosario Aguilar Perdomo, «Las doncellas seductoras y requeridoras de amor en los libros de caballerías españoles», Voz y Letra: revista de literatura, 15 (1), 2004, p. 3-24. Para la cuestión de las magas enamoradas, consúltense, entre otros, Judith Whitenack, «Don Quixote and the Romances of Chivalry Once Again: Converted Paganos and Enamoured Magas», Cervantes: Bulletin of the Cervantes Society of America, 13, 1993, p. 61-91; José Manuel Lucía Megías y Emilio José Sales Dasí, «La otra realidad social en los libros de caballerías (III): damas y doncellas lascivas», in: Rafael Alemany, Josep Lluís Martos y Josep Miquel Manzanaro (dirs.), Actes del X Congrés Internacional de l’Associació Hispànica de Literatura Medieval, 3 vols., Alicante: Institut Interuniversitari de Filología Valenciana «Symposia Philologica», 2005, vol. 2, p. 1007-1022; María Carmen Marín Pina, «La maga enamorada tras las huellas de Circe en la narrativa caballeresca española», in: Luis Pomer Monferrer, Jordi Redondo, Jordi Sanchis Llopis y Josep Lluís Teodoro Peris (coord.), Les literatures antigues a les literatures medievals, Ámsterdam: Adolf M. Hakkert, 2009, p. 67-94. Para el estudio de las mujeres traidoras en los libros de caballerías remito, entre otros, a Emilio José Sales Dasí, «La dueña traidora: venganzas y secuestros en las continuaciones del Amadís de Gaula», Medievalia, 32-33, 2001, p. 24-36.
10 Garci Rodríguez de Montalvo, Amadís de Gaula, 2 vols., 10.ª ed., ed. Juan Manuel Cacho Blecua, Madrid: Cátedra, 2018-2021, vol. 1, p. 562.
11 A falta de una edición crítica del Silves de la Selva, cito por la edición que estoy realizando en mi tesis doctoral.
12 Capítulo 5, I.
13 Con todo, no faltan en la novela reales pruebas de selección del héroe como se da, por ejemplo, en el capítulo XXIX de la primera parte del libro cuando la reina Sidonia pone fin a la prueba de la Fuente Medusa.
14 Juan Manuel Cacho Blecua, «Entrelazamiento en el Amadís y en las Sergas de Esplandián», in: Studia in Honorem Prof. Martín de Riquer, 4 vols., Barcelona: Edicions dels Quaderns Crema, 1986-1991, vol. 1, p. 235-271.
15 J. M. Lucía Megías y E. J. Sales Dasí, Libros de caballerías castellanos..., p. 143-144.
16 En realidad, uno de ellos, don Rogel de Grecia, se halla de camino para Persia donde tiene que acompañar a sus infantas.
17 Capítulo 14, II.
18 J. M. Lucía Megías y E. J. Sales Dasí, Libros de caballerías castellanos..., p. 144.
19 Esta característica no excluye que en la corte se enuncien también historias reales.
20 Anna Bognolo, La finzione rinnovata. Meraviglioso, corte e avventura nel romanzo cavalleresco del primo Cinquecento spagnolo, Pisa: Edizioni ETS, 1997, p. 163.
21 Capítulo 66, II.
22 Capítulo 66, II.
23 Capítulo 66, II.
24 A. Bognolo, La finzione..., p. 165.
25 Sobre la creciente importancia de la aventura cortesana en los libros de caballerías, v. ibíd., p. 151-171.
26 Capítulo 5, I.
27 Javier Martín Lalanda (ed.), Florisel de Niquea (parte III). Guía de lectura, Alcalá de Henares: Centro de Estudios Cervantinos, 1999, p. 28.
28 Capítulo 66, II.
29 Capítulo 66, II.
30 El episodio y la reiteración de su esquema con algunas innovaciones en los sucesivos libros de caballerías es objeto de estudio de E. J. Sales Dasí, «Las “historias contadas”...». Consúltese también otro trabajo del estudioso para el análisis de la imitación en la obra de Pedro de Luján: id., «Nuevos aspectos de la imitación en el Silves de la Selva, de Pedro de Luján», Nueva Revista de Filología Hispánica, 55 (2), 2007, p. 375-395.
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Référence électronique
Giada Blasut, « Las falsas historias contadas en el Silves de la Selva », Atalaya [En ligne], 23 | 2023, mis en ligne le 31 décembre 2023, consulté le 18 mars 2025. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/atalaya/6347 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/atalaya.6347
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