Navigation – Plan du site

AccueilNuméros36Editorial [Exotismos]

Editorial [Exotismos]

Jean-Paul Jacob
Traduction de Manuela Marino Beltran
Cet article est une traduction de :
Éditorial [Exotismes] [fr]
Autre(s) traduction(s) de cet article :
Editorial [Exoticisms] [fr]

Texte intégral

1Todo indica que el gusto por aquello que proviene de lugares lejanos es tan antiguo como la humanidad pese a que no es posible conocer, al menos en lo que respecta a las huellas más antiguas, la carga emocional, cultural, económica o «cultual» de este fenómeno. En ese entonces, ¿tratábase de un objeto simplemente curioso, de uno de real valor debido a su escasez, o de algo más?

2Dicha pregunta surge tras ciertos descubrimientos arqueológicos, tales como las conchas encontradas en yacimientos paleolíticos situados a gran distancia de las riberas marinas o las hachas de roca neolítica halladas muy lejos de los lugares de producción y extracción.

3Empero, más allá de la rareza de algunos objetos, existe también la evocación de países lejanos que surgió durante la Antigüedad romana y que muestra la atracción que existía entonces por todo aquello que venía de allende los mares y a menudo de países cálidos. No obstante, hay que ser prudentes en lo que respecta a la interpretación de estas representaciones. La moda de los frescos murales que reproducían paisajes neolíticos puede explicarse como una forma de propaganda a favor de la expansión del Imperio romano. Sin embargo, lo anterior no se aplica a las cabezas de león que adornaban los vertederos de morteros del tipo Dragendorf 45: éstos fueron realizados en serie en centros de producción cerámica situados muy lejos del contorno del Mediterráneo y constituyen igualmente una muestra de la atracción de los galorromanos por todo lo lejano, lo poco accesible, lo «exótico».

4Además de objetos, también se traían animales vivos desde lugares lejanos, destinados a convertirse en animales de compañía o que constituían «objetos» curiosos (tales como monos y loros, entre otros). Desde la Antigüedad, los animales contribuyeron al entusiasmo por las «ménageries» (casas de fieras que corresponderían a los zoológicos actuales) y continuó durante toda la Edad Media: además de la ménagérie de la antigua Alejandría, existieron otras célebres como la del rey René en el castillo de Angers y la de los Papas de Aviñón. El interés por los animales «exóticos» perduraría, tal y como lo ilustra la historia del rinoceronte asiático que el rey de Portugal regaló al Papa León X. En 1516, el barco que lo transportaba hizo escala durante varias semanas en la isla de If, frente a las costas Marsella, donde el animal –hasta entonces totalmente desconocido en Europa- se convirtió en la atracción de los marselleses y de muchos otros: el mismo rey Francisco I en persona, de regreso de Marignano, hizo un alto en su camino y pasó por la ciudad para poder admirarlo… Y no hace tanto, la joven jirafa que el virrey de Egipto le ofreció a Carlos X el año 1826 fue recibida con el mismo entusiasmo popular: tras desembarcar en Marsella, el animal realizó un viaje triunfal hasta el Jardín botánico de París (Jardin des Plantes) donde fue visitado por unas 600 000 personas durante el verano de 1827.

5Además de los objetos y los animales, también numerosas plantas de origen lejano fueron llevadas a Francia con fines medicinales, alimenticios, decorativos, pedagógicos… Una vez adaptadas al clima, perderían poco a poco su carácter excepcional y exótico, convirtiéndose en parte integrante del entorno diario.

6Y es importante recordar que el «Otro», aquel que viene de lejos, aquel que no se parece totalmente a nosotros, fue a menudo objeto de una mezcla de atracción y repulsión, así como de una curiosidad muchas veces malsana. El ejemplo más claro es probablemente el de la desafortunada «Venus Hotentote», la cual se convirtió en un verdadero fenómeno de feria al llegar a Europa. Tras su fallecimiento el año 1815, su esqueleto y el molde de su cuerpo fueron conservados en el Museo del Hombre. Sólo recién el año 1974 sus despojos fueron retirados de las salas públicas y en 2002 devueltos a Sudáfrica para ser sepultados dignamente. Este tipo de exotismo es indudablemente ambiguo: Cuvier, en el estudio que llevó a cabo sobre esta africana del sur, llegó a la conclusión de que pertenecía a una raza inferior.

7Cabe recordar también a esos africanos servidores/esclavos cuya presencia en las grandes residencias de Nantes y Burdeos era muestra de la riqueza de sus amos, la cual había sido obtenida a través del comercio triangular, un negocio lejano tan lucrativo como exótico. Y tampoco se deben olvidar las exposiciones coloniales, que alcanzaron su apogeo el año 1931. Allí se exhibían africanos, amerindios y otros, para presentarlos en pseudo «facsímiles» que trataban sobre sus viviendas y en los cuales no sólo se celebraba la grandeza del Imperio sino también se legitimaba la misión civilizadora. Algunos no sobrevivirían, como aquellos amerindios de Guyana que fueron fotografiados por el príncipe Rolando Bonaparte el año 1892: un autoproclamado «explorador» de apellido Laveau, de manera totalmente irresponsable, los llevó a París para exhibirlos en pleno invierno.

8La desconfianza y la repulsión, ¿no son acaso las premisas de una atracción y de un interés que necesitan que el «Otro» sea amansado, domesticado, por el hecho comercial, militar y /o colonial? En ese sentido, es posible interesarse en este asunto y tratarlo como un tema de exotismo. El «exotismo»: una curiosidad algunas veces positiva y otras, destructiva. Una palabra cuyo origen latino y griego es «extranjero» y que el diccionario no nos ayuda a definir mejor: «Aquel que no pertenece a las civilizaciones del Occidente»; «Aquel que proviene de países lejanos y cálidos» (diccionario Petit Robert, edición 2010).

9Ha quedado claro que el término «exotismo» es difícil de acotar, pues enmarca fenómenos y motivaciones variadas cuya realidad profunda es algunas veces complicada de aprehender. No obstante, la observación y el análisis de los simples hechos materiales contribuyen a delimitar la problemática.

Excepcionales ofrendas de vidrio procedentes de una tumba de cremación infantil de la necrópolis de Gabriélat en Pamiers, Ariège (operación arqueológica: P. Barbier y L. Cordier, Inrap).

Excepcionales ofrendas de vidrio procedentes de una tumba de cremación infantil de la necrópolis de Gabriélat en Pamiers, Ariège (operación arqueológica: P. Barbier y L. Cordier, Inrap).

Se trata de un balsamero prismático (arriba), una copa con espigas de trigo (centro) y una copa con ristras de espigas de trigo cruzadas (abajo), todos soplados en un molde (estudio del vidrio: M.-T. Marty, CNRS, UMR 5608). Aunque esta técnica es originaria de Siro-Palestina, se cree que el vidrio está relacionado con series encontradas en las provincias occidentales y de origen local. Su presencia en esta tumba, que además estaba ricamente dotada, proporciona un indicio del gusto de la élite por los objetos exóticos en esta parte de la provincia de Narbona a finales del siglo I d.C.

Fotos : Olivier Dayrens, Inrap.

Haut de page

Table des illustrations

Titre Excepcionales ofrendas de vidrio procedentes de una tumba de cremación infantil de la necrópolis de Gabriélat en Pamiers, Ariège (operación arqueológica: P. Barbier y L. Cordier, Inrap).
URL http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/archeopages/docannexe/image/17705/img-1.jpg
Fichier image/jpeg, 774k
Haut de page

Pour citer cet article

Référence électronique

Jean-Paul Jacob, « Editorial [Exotismos] »Archéopages [En ligne], 36 | 2013, mis en ligne le 09 avril 2024, consulté le 07 février 2025. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/archeopages/17705 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/archeopages.17705

Haut de page

Auteur

Jean-Paul Jacob

Presidente del Inrap

Articles du même auteur

Haut de page

Droits d’auteur

CC-BY-NC-ND-4.0

Le texte seul est utilisable sous licence CC BY-NC-ND 4.0. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont « Tous droits réservés », sauf mention contraire.

Haut de page
Rechercher dans OpenEdition Search

Vous allez être redirigé vers OpenEdition Search