Diego Vdovichenko, Hasta acá
Diego Vdovichenko, Hasta acá, Montevideo, La Propia Cartonera, 2012.
Texto completo
1Remontándose a sus recuerdos del Litoral, el poeta vuelve a vivir en el momento de la escritura esas sensaciones que experimentó en su infancia : “Hay olor fresco en la casa”. La reminiscencia sensorial de otro momento igual al presente, se presenta como un deja-vu que hace punctum en su descripción.
2Hay una voluntad de sentir las cosas por primera vez, “como si fuese nuestro primer aliento en estas tierras”. A través de la construcción de un lenguaje artificial se realiza la tarea de quitar las telarañas de las cosas cotidianas, haciendo temblar las redes en ese proceso de des-naturalización y deconstrucción de la realidad.
3Las tuberías que llevan el agua con que se lavó la ropa se transforman en un río oriental ; Aquí, la imaginación es otro de los factores que renueva la mirada y aporta, a veces desde lo literario, otras desde la alucinación, un significado trascendente a hechos en apariencia banales.
4Como en la infancia, el poeta juega a que todo en su entorno posee una dimensión épica, recreando a cada instante su mito personal en consonancia con las leyendas que leyó o que le contaron. De esta forma, una pelea de gatos en la medianera de su casa, puede transformarse en una guerra clásica, un viaje a Uruguay en barco puede ser también el momento en el que el hombre llega por primera vez a la luna.
5Otra manera de salvar el día es sumergirse en reflexiones existenciales que parten de escenas vivenciadas en lo cotidiano. De esta manera : Carpe Diem, absorbe la sustancia de la experiencia para lograr una percepción potenciada. Por ejemplo, al entender el caos a partir del sonido que hace una botella “al golpear rítmicamente la superficie de la mesa”, el cual coincide con el goteo de la canilla del baño.
6El poeta retrocede, advierte algo que no puede reproducir mediante la escritura, se da cuenta de los límites del lenguaje y concluye : “Al parecer, se esconde el poema”. La poesía es entonces eso que se esconde, que se sustrae a sí misma, que se manifiesta ocultándose entre los pliegues de un lenguaje tejido desde la infancia.
7En el poema “La Gran Ciudad”, cuyo título y desarrollo nos remite directamente al poema “La gran salina” de Ricardo Zelarrayán ; “el tintineo de las monedas se confunde con el tintineo de las ruedas del ferrocarril”, el poeta reconoce la existencia de un misterio en el mundo que lo rodea, e intenta descifrarlo, estupefacto, a partir de fórmulas poético matemáticas :
“Los nudos son a la soga lo que nosotros somos al mar”
“las voces son al movimiento lo que nosotros somos de la máquina”
8El sujeto se pregunta cosas, está alerta, formula pensamientos, su ojo imita los movimientos de un videoclip, captando instantáneas permanentemente y articulando con las voces que oye en el vagón. Entonces, la vida se vuelve una superposición constante de relatos y de ruidos que, por momentos, encuentra significativos.
9Ante la insistente pregunta de un hombre : “¿A dónde vamos ?” y “¿Dónde estamos ?”, recurre a un verso conocido de La gran salina : “La palabra misterio hay que aplastarla”.
10El hombre de la gran ciudad no puede vivir pensando en el misterio, tiene que sobrevivir en el mundo de las certezas y sobrevivir al transporte público. La imagen poética, entonces, es una manera de salvar los sentidos :
“dos camiones besan sus trompas a orillas del mar”
“una fila de personas forman una C tan grande...”
“un hombre planta un aloe vera en una glorieta”
“una chica se sienta a mi lado”
“En una ventana un chico con una gomera bajo el sol”
11El poeta vuelve mecánicamente a las canciones de su infancia, como a un ensalmo que salvará su pensamiento del caos reinante : “Ruedan las rielas”... “Ruedan las ruedas del ferrocarril”... “ruedan las rielas del ferrocarril”. En eso que quedó marcado en su memoria, también descubre nuevas maneras de decir, una reformulación que altera incluso lo que está escrito a fuego, para actualizar su mirada sobre el mundo y volverla más precisa. De esta forma, el poeta escribe para rescatar al mundo como algo sagrado y así salvarse a sí mismo en medio de la extrañeza que le genera.
Para citar este artículo
Referencia electrónica
Milton López, «Diego Vdovichenko, Hasta acá», Amerika [En línea], 18 | 2018, Publicado el 20 junio 2018, consultado el 06 diciembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/amerika/8468; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/amerika.8468
Inicio de páginaDerechos de autor
Únicamente el texto se puede utilizar bajo licencia CC BY-SA 4.0. Salvo indicación contraria, los demás elementos (ilustraciones, archivos adicionales importados) son "Todos los derechos reservados".
Inicio de página