Washington Cucurto, Si te copás y curtís
Washington Cucurto, Si te copás y curtís, Rosario, Ivan Rosado, 2015.
Texte intégral
1Mi amigo y colega Néstor Ponce me escribe de nuevo desde Rennes para que le mande una reseña sobre poesía joven argentina, yo leo su mensaje en el colegio en el que trabajo, la secundaria 29 de un barrio de la periferia bahiense, el barrio Maldonado. Otra vez pienso que ya me estaré avejentando, o sufriendo los síntomas de la depresión, porque no estoy leyendo tanta poesía joven argentina, y le respondo : “gracias Néstor, por la posibilidad de salir del agujero interior”.
- 1 Nació en Quilmes, Buenos Aires, en 1973. Publicó en poesía Zelarayán (Ediciones Deldiego, 1998), La (...)
2Acá es invierno, estamos todos bajoneados por los cambios que nos propone Cambiemos, desempleo, inflación, devaluación, cinismo y tarifazos, para ser breve, ya que la lista de bajones es infinita. Así que en vez de una reseña voy a hacer una catarsis, una crónica de mi vida y de como decidí hoy escribir sobre Washington Cucurto1, ese poeta quilmeño nacido con el nombre de Santiago Vega en el año 1973.
3Lo más joven que tuvo y tiene la literatura argentina hasta el momento es Washington Cucurto, no es por hacer apología del delito, pero desde que empecé a leer, lo que mejor me ha influenciado a nivel espiritual fue la onda que le pone este tipo a la poesía. No solo por el colorido con el que describe los barrios marginales y céntricos de Buenos Aires, por el tono festivo, por las frescas alusiones a la literatura, por los exabruptos y desparpajos ; hay algo más, eso quisiera descubrir este mediodía esperanzado.
4Más de una vez pensé en mostrarles a mis alumnos los poemas de Washington Cucurto, y al mismo tiempo me dije : no sé, no fue así como llegué a él, tal vez sea imposible llevar a Cucurto a la escuela, pero sí es necesario, estar en la escuela y fuera de la escuela a la vez, y no por ese tema trillado de recurrir a los márgenes, sino más bien para que cada uno realice un viaje de exploración hacia el interior, esta poesía nos devuelve frescos al mundo, como un Widin piscator o un Jonás, nos sentimos niños recién nacidos, totalmente desnudos y con el alma erecta.
5Lo que necesito leer hoy es una literatura que me dé ganas de vivir, que me saque del deber hacer y me lleve al querer hacer, que me impulse a dar un mensaje de bien para todas las generaciones. Pero qué difícil hablar con todo el mundo, uno no termina hablando con nadie. Así que le voy a hablar a los alumnos, y al alumno que yo fui una vez, y al alumno que soy.
6No quiero que esto sea una loa al poeta Washington Cucurto, porque precisamente lo que aprendo de él es que todos tenemos algo interesante para contar, y que solo es cuestión de sincerarse ante los lectores, de volverse lector de uno mismo, hacia adentro y hacia afuera a la vez : la literatura... Justamente cuando hablo de poesía en la escuela suelo sentir que estoy totalmente desprovisto del lenguaje adecuado, entonces termino diciendo lo primero que se me cruza por la cabeza, o enseñando recursos poéticos o, en el mejor de los casos, leyendo el poema que llevé.
7Nadie entiende la poesía, no la entendemos, se nos pasa por adelante y nosotros nos quedamos secos. Sobre todo si se intenta explicar algo de lo que pasa ahí, nos queda la sensación de un duelo, algo que se perdió y queremos recuperar y ya no podemos. Eso es lo más grandioso, hay que darse un baño en la fuente de la juventud. No leer para entender, sino para encontrarnos ahí con nosotros mismos, para leernos.
8Hoy estoy con la cabeza medio en cualquiera, a la mañana estuve hablando de economía, política, sociedad, revolución y lenguaje, temas de los que sé muy poco, sin embargo para los chicos sé mucho. ¿Sé mentir muy bien entonces ? ¿Guitarreo más como profesor que como alumno ? Por este tipo de preguntas me propuse ordenarme más como docente, preparar con más tiempo las clases y ser más exigente ¿seré entonces mejor docente ?
9Después de tanto devaneo abstracto uno prefiere ir a lo concreto, y lo que estoy leyendo de Cucurto, ahora que retomé la propuesta de la revista Amérika, es un libro que en realidad ya leí el año pasado, que compré en la Feria del Festival Internacional de Poesía de Rosario, en el stand de la editorial Iván Rosado. Lo elijo ahora porque me siento en un mal momento, y como la poesía de Cucurto te levanta más que el Red Bull, quisiera transmitir (y transmitirme) ese proceso de salir del infierno.
10Cucurto es un exagerado, agranda todo, hasta sus propios sentimientos. Quilmes, el lugar donde nació, es “el más horrendo del Planeta”. Pero también te hace dudar, porque tal vez todo sea más horrendo aun, y para él lo horrendo en verdad es lo sublime. Cucurto lee con locura, apasionadamente, exagera tan tremendamente que termina viviendo esa exageración, como los niños cuando quieren contar algo que vieron y les resultó impresionante. Su mundo se extiende, fermenta, leuda, abarca toda la historia humana, comprende la historia de toda la nación.
11Esperá, qué hago escribiendo sobre Washington Cucurto, si para mí siempre fue un súperhéroe de imposible definición, es y no es, existe y nunca existió : Cucurto nos miente. ¿Cucurto nos miente ? Dice que roba, pero ¿tan bien roba ? El Robo en la literatura : podría escribirse una tesis doctoral, pero Cucurto ya la escribió. Acá usa comillas para citar a otros poetas, y dice que quiere pertenecer a la nueva generación de jóvenes.
12Tanto me han pegado sus vicios los alumnos rebeldes que ahora estoy usando sus mismos métodos : verseo, guitarréo, facilito una tarea que me fue encomendada y que bien podría gozar, leo entre líneas, deliro un poco. ¿Y si Cucurto fuese uno de esos que tiran avioncitos desde los últimos bancos ? Danos cátedra Cucu, a los jóvenes, de cómo ser mejores jóvenes, más jóvenes, siempre jóvenes. Y el esfuerzo no significa nada si no se hace con alegría, pero no esta alegría de cartón que nos quiere vender el gobierno Pro, una alegría más parecida al cartón pintado de Eloisa Cartonera.
13La ilusión de juventud en la sociedad contemporánea, ahí viene esa otra voz que se superpone, cuando uno lee a Cucurto uno se siente tensionado por diferentes tonos, y al final siempre se caen, en mi caso, gana la liviandad, la risa incluso en la tragedia, el desinterés por los problemas. Cucurto, ¿no serás un viejo que se tiñe las canas ?
14Cuando agarré este libro me pregunté, ¿será “joven” esta poesía ? ¿O será poesía universal ? Las dos cosas. Bueno, la ilusión podría ser clasificar a un género literario por la edad. Esta escritura errática le debe mucho al pasado, a su propia tradición, pero trae una fuerza que insufla aire nuevo en el presente. Aunque las palabras que usa se vayan gastando : “te copás”, “curtís”, el espíritu sigue siendo renovador. Debería leerle algún poema a los alumnos para ver si Cucurto es joven, niño o pendeviejo. Prueba de fuego...
15Justamente, abro en “La poesía es para los jóvenes”, un poema que habla de Charles Bukowski (acá debería contarle a los alumnos quién es Bukowski), creo que empecé a leerlo casi al mismo tiempo que a Cucurto, sus novelas me dejaban al palo, su poesía me reventaba la cabeza, quería volver rápido del colegio para leer a Bukowski, un viejo amante del whisky y las mujeres que contaba sobre su juventud en las ciudades estadounidenses del ´60, y eso lo volvía joven, eso y las mujeres y las carreras de caballos y darle duro a la máquina de escribir.
16Acá lo describe como : “ese viejo borracho / que había quedado afuera del Sueño Americano, / como yo.”, y cuánta libertad se huele en alguien que fue expulsado de ese “sueño”, un sueño que más bien es una cárcel para muchos. Y sigue :
Todavía lo recuerdo bien : un borracho
brindando un espectáculo como un rock star
arrojando botellas al techo,
diciendo solo un par de miserias sentimentales.
Pero todo esto era dicho gritando, escupido
por un viejo panza podrida del mundo.
Ya de nada valía tanta genialidad, tanta belleza,
más que para ilustrarla en los diccionarios.
BUKO ya no era joven, no valía nada,
no se podía follar a ninguna de las señoritas
de la primera fila.
Aprendí al toque que se folla con el sexo y no con el genio.
¡De qué sirve la belleza, la genialidad en mano de los viejos chotos !
Hay que prohibirles escribir a los viejos.
¡Escribir es una pendejez para pendejos !
¡La poesía se fecunda en el espíritu de los jóvenes !
17Otra vez volvamos a la pregunta ¿Qué es ser joven ? Para Cucurto ser joven pareciera una experiencia sexual del mundo, libidinosa, escribir con todas las ganas es el deber de un escritor, y si no, no escribas, porque sos un viejo aburrido panza podrida del mundo.
18La poesía es la fuente de la eterna juventud, quien la experimenta vuelve a sus 17, quien vuelve a sus 17, la experimenta. Pero mis alumnos tienen 17 años, este año egresan del secundario, y dicen que no les gusta la poesía (¿son jóvenes entonces ? ¿O están envejeciendo ?), todos están pensando en qué carrera van a seguir el año que viene, algunos ya ingresaron al mundo del trabajo. A su edad Cucurto también trabajaba, hacía rato, como vendedor ambulante, junto a su padre (a quien también nombra en este poemario y en muchos otros) por el barrio de Quilmes, y luego como repositor de góndolas en los supermercados, y luego tantísimas cosas más.
19Sin embargo, su pasión fue la literatura, escribir y leer desaforadamente, en cualquier situación, incluso con una zanahoria sobre una hoja de lechuga en la góndola de f y v del Coto en el que trabajaba. ¿Pero cuál de esos dos es más trabajo ? ¿es necesario que los chicos ingresen al mundo del trabajo ? ¿es necesario formarlos como futuros “trabajadores” ? ¿Podemos darles la alternativa de inventar ellos mismos un “mundo del trabajo” ? Cucurto lo hizo, fundó una cooperativa de libros cartoneros, frutas, verduras y cumbia, Eloísa Cartonera, demostrando que en la literatura se puede ser feliz trabajando.
20El trabajador en la literatura cucurteana : si esto es trabajar, que viva la quinta internacional. Gracias a Cucurto yo me considero un trabajador. Y si fuese un vago ¿cuál hay ? La poesía de Cucurto me enfrenta con el ser mismo del lenguaje (¿qué es eso ?) ¿alguien podría eliminar del diccionario la palabra trabajar ? Cambiarla por otra, no sé, ¿por qué el lenguaje avanza tan lento ? Esto también debería ser considerado “trabajar”, lo más divertido del mundo para cada uno.
21Y si yo no propongo nada, entonces mi plata no vale. Hoy justo hablamos del capital con los chicos : para los indios el oro no valía tanto como para Cristóbal Colón, igual les costó carísimo, porque para dejar contento al gringo tuvieron que romperse el lomo, a cambio de espejos de colores y cascabeles. El valor relativo del dinero. No es por exagerar, pero nada vale más que el peso con cincuenta que cada alumno me da cuando les entrego un juego de fotocopias. Podría regalárselas, ¿por qué no ? Pero cuando me acercan su dinero se da una relación especial entre el texto y el valor que ellos le dan, porque vivimos en la era del dinero, y así las fotocopias cobran un interés diferente, un plus de apropiación (o de expropiación), aparte que para mí también saben más ricas las frutas o los cigarrillos que me compro con esa plata, no sé. “Fotocopia” es una palabra que deberíamos subrayar, atraviesa toda la literatura cucurteana, el sentido está en la copia, una copia de baja calidad, medio berreta, pero leída por todos. También anotemos la palabra “fruta” y sus derivados (“fructífero”, “frutal”, “mandar fruta”, incluso se podría inventar una etimología : “disfrutar”).
22Recién me acaba de llamar la directora del colegio, me invitan a un viaje a Buenos Aires, para ir con los chicos del último año a un encuentro de cooperativismo, hoy los ví un poco dispersos y seguro era por esta salida. Los alumnos están por reabrir una cooperativa sin patrones, propuesta desde la escuela y realizada por ellos mismos para producir compost, lombricompuesto, también tienen una huerta orgánica. Ellos van a hacer que la tierra sea un lugar más fértil, y nos van a salvar, qué impresionante, me conmueve. Cuánto podría enseñarnos Cucurto acerca del cooperativismo, acerca de la tierra (que también están trabajando en la chacra de Eloisa, en Florencio Varela) y cuánto más podrían enseñarle los alumnos a Cucurto, que también tienen una huerta orgánica, aplicando sus propios fertilizantes naturales, esa es la transmisión horizontal, compartida, al ras del suelo, un ida y vuelta que nos va a salvar, fuera de la soberbia y de la tiranía.
23Cucurto es muchas cosas, entre ellas, un padre (de Baltazar, Morena y Margarita) y un maestro del amor. Yo estoy pensando en leerles un poema a los chicos, me imagino el viaje en colectivo rumbo a La Capital, con un poco o bastante barullo, aprovechar un minuto de silencio para empezar en voz alta (“qué hincha el profe”, “subí la música”), que de a poco nos vayamos interesando, prestando oído y atención, eso espero, ahí va :
SI TE COPÁS Y CURTÍS
Si te copás y curtís la poesía
es lo mejor que te puede pasar
de hecho, te van a pasar un montón de cosas buenas.
Sí, muchachito, pechos de miel,
no corras más,
copate con la poesía y vas a conocer
a un montón de gente muerta con la mejor onda
que están esperándote cada uno en sus países,
sean Irlanda, Inglaterra, Perú, Chile, México,
España, Estados Unidos y vos en Buenos Aires
o en el interior del país.
Hoy en Once, ¿no ?
Si te copás y curtís el vicio
de leer a Correas, a Lamborghini,
a Zelarayán, a Viel Temperley,
va a estar buenísimo,
muchachito, piel de crayón,
besos de alfajor ¡qué sé yo !
(podés ser Baltu y sería buenísimo).
Si no sos el Baltu, no importa,
podés ser perfectamente
leyendo poesía.
Curtí y va a estar re bueno,
porque vas a ser el dueño de tus movimientos
nadie te detendrá y conocerás un modo
de ser feliz desde la mente.
Libertad y felicidad, mientras leas
seguro vas a pensar algo
muchachito, piel de crayón,
quedate sentado al alba junto a mí
¿Te leo un capítulo de viaje al fin de la tierra ?
Notes
1 Nació en Quilmes, Buenos Aires, en 1973. Publicó en poesía Zelarayán (Ediciones Deldiego, 1998), La máquina de hacer paraguayitos (Siesta, 1999), La fotocopiadora y otros poemas (Casa de la Poesía, 2002), ¡Oh, tú dominicana del demonio ! (Belleza y felicidad, 2002), Noches vacías (Eloísa Cartonera, 2003), 20 pungas contra un pasajero (Ediciones Vox, 2004), La cartonerita (Ediciones Vox, 2004), La luna en tus manos ( Junco y Capulí, 2005), Hatuchay (El Billar de Lucrecia, 2005), Como un paraguayo ebrio y celoso de su hermana (Ediciones Vox, 2005), Upepeté. Noticias del Paraguay (Yiyi Yambo, 2009), El tractor (Eloísa Cartonera, 2009), Un poeta en Nueva York (Eloísa Cartonera, 2010), El hombre polar regresa a Stuttgart (Ediciones Vox, 2010), La pajarera de Once (Ediciones Vox, 2012), Basta de escribir novelas ! (Garrincha Club, 2012), Papá se incendia (Espacio Hudson, 2013), Hombre de Cristina (Ediciones Vox, 2013), 100 poemas (Interzona, 2014) ; y también las novelas Cosa de negros (Interzona, 2003), Fer (Eloísa Cartonera, 2003), Panambí (Eloísa Cartonera, 2003), Las aventuras del señor Maíz (Interzona, 2005), Hasta quitarle Panamá a los yanquis (Eloísa Cartonera, 2005), El curandero del amor (Emecé, 2006), Mi ticki cumbiatera (Yerba mala cartonera, 2007), Macanas (Belleza y felicidad, 2009), El amor es mucho más que una novela de 500 páginas (Mansalva, 2013), Sexibondi (Interzona, 2013), La culpa es de Francia (Emecé, 2014) y La línea negra (Paisanita Editora, 2015). Desde 2003 dirige la editorial y cooperativa de trabajo Eloísa Cartonera.
Haut de pagePour citer cet article
Référence électronique
Milton López, « Washington Cucurto, Si te copás y curtís », Amerika [En ligne], 16 | 2017, mis en ligne le 12 juin 2017, consulté le 14 novembre 2024. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/amerika/7902 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/amerika.7902
Haut de pageDroits d’auteur
Le texte seul est utilisable sous licence CC BY-SA 4.0. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont « Tous droits réservés », sauf mention contraire.
Haut de page