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Memoria y literatura : habla la sordomuda en la poesía de Jorge Boccanera, Néstor Ponce y Enrique Lihn

Mirian Pino

Résumés

El propósito de esta presentación es el resultado de un primer acercamiento sobre la poesía escrita en situación extraterritorial, en el exilio. En este sentido, infiero que la lengua poética de Boccanera, Ponce y Lihn trabaja al límite la experiencia del terror de Estado en el Cono Sur. Asimismo, me centro en un abordaje que considera la metáfora viva o performática para observar cómo ésta transporta los tiempos pasado-presente al vertedero de la memoria.

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Keywords:

poetry, exile, metaphor, memory

Palabras claves:

poesía, exilio, metáfora, memoria
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Texte intégral

Introducción

  • 1 Para este estudio me centraré en la edición realizada en El Dock que data de 1998.

1Desde mi perspectiva, la imagen de la Sordomuda es el núcleo central para auscultar el lenguaje de la memoria en los tres autores seleccionados. Aquélla emerge en el título de la obra de Jorge Boccanera, reeditada en 1998 por ediciones del Dock aunque hay otras dos ediciones: la primera en Costa Rica en 1991 y por la Universidad Autónoma de México en 1992; de Sordomuda me centraré en el poema “Postal”1. En tanto que del libro Sur, publicado en Barcelona en 1981, por Néstor Ponce, bajo el seudónimo de Felipe Navarro (junto a Miguel Páez y Ana Fernández), consideraré la serie “Destrabarriletes” en donde igualmente se potencia esta imagen. Asimismo, de Enrique Lihn tomaré el extenso poema homónimo que le da título al opúsculo publicado en 1987, en Chile, La aparición de la virgen.

  • 2 En el caso de Lihn como el de José Donoso el exilio no debe considerarse como el resultado de las f (...)

2Potenciaré la metáfora de la Sordomuda junto con la del vaciadero ya que ambas articulan un potente trabajo de memorización relacionado con la capacidad trópica del lenguaje poético que atrapa la inmediatez del presente el juego simultáneo con el pasado. Es decir, son los tropos los que poseen la capacidad de llevar a cabo el trabajo con la memoria ya que transportan el sentido de las temporalidades pasado-presente. Asimismo es importante acotar la articulación entre la lengua poética y el exilio, tanto interno en el caso de Lihn, en Chile de Pinochet2, como externo en el caso de Boccanera y Ponce.

Tan lejos, tan cerca

3Podríamos pensar dialécticamente la imagen de la Sordomuda, que proviene del comic, tal como lo confiesa Boccanera en una entrevista realizada por Emiliano Bustos en el año 2012, y la del vaciadero linheano, como representaciones hechas del lenguaje y que al mismo tiempo señalan, marcan una atraza, una herida abierta, a modo de filamentos conjugados en la lengua poética. Herida que habilita a pensar la memoria en una relación indisoluble, como acoté más arriba, entre presente-pasado. Una lengua que no puede huir de los aullidos de la Historia, más precisamente, del discurso autoritario, constructor de ciertas “Verdades” como, por ejemplo, “los argentinos somos derechos y humanos” o bien “Chile no olvida”. Asimismo, ambas imágenes señalan un límite entre las fronteras del silencio y el vacío ante los cuales la lengua, la de todos los días, enmudece. Boca y audición nula, indicativa que durante las dictaduras cívico militares en el Cono Sur la ciudadanía no daba cuenta de lo sucedido. Tuvimos, incluso, que esperar el nuevo milenio para pensar en dictadura cívico militar eclesial en Argentina. Sordomuda y vaciadero, la nuda vida referida por Giorgio Agamben que pasa, atraviesa la lengua poética pero ¿cómo? La respuesta se encamina hacia la relación dialéctica entre forma-contenido, por lo tanto estamos frente a la complejidad que involucra la representación en la poesía; esta es desde mi perspectiva una posibilidad para inteligir la importancia del discurso poético como territorio que contiene la traza de la sordomuda, en tiempo del terror, cuando las tinieblas capturan el lenguaje.

4En los tres textos la lengua poética interpela al monologismo y a la práctica del discurso autoritario. En esa interpelación el lenguaje herido, perforado por el impacto de la Historia, trabaja en los pliegues del vaciadero al que fue sometido; es allí donde operará la capacidad trópica de la lengua poética, en el mismo punto de anclaje de lo no dicho, tal como lo señala Raúl Zurita en su texto que es un clásico en este tema Literatura, lenguaje y sociedad (1983). Una lengua que porta el diálogo con tradiciones vanguardistas más acentuada en Lihn, mientras que la condición de deportados tanto en Boccanera y Ponce hacen que las incursiones poéticas deambulen por territorios apegados a sus respectivos itinerarios vitales, donde la lengua recuerda la experiencia de la militancia pasada. En consecuencia, los tres casos son poéticas que señalan la heterogeneidad en la que la memoria se despliega. Las fechas de escritura de los textos son 1981 (Ponce), 1987 (Lihn) y 1991 (Boccanera).

5Uno de los aspectos más interesantes que se produce entre los tres textos es el trabajo de la lengua y su escritura en relación con la aparición y la desaparición; en el poema “Postal”, de Boccanera tanto como en la serie de Ponce, el recurso está relacionado no como un procedimiento poético simplemente, sino con mantener viva una memoria y un cuidado por su situación vital. Ponce publica con seudónimo y éste es indicativo de la tensión entre aparición/desaparición; no olvidemos que estamos en un interregno anterior a 1983 y que las persecuciones tanto internas como externas eran un dispositivo al cual las dictaduras acudían. También emerge en Boccanera donde la imagen de la poesía vinculada a la Sordomuda implica la visión extraterritorial vivenciada a través de una imagen postal que llega de lejos; es decir, la noemática, las cosas y las experiencias con las cosas, es la fuente de la poesía y su relación con la memoria. Boccanera incursiona por el paisaje argentino desde la importancia conferida a las calles, la ciudad, los espacios abiertos, con una fuerte modificación del sentido de lo público durante la dictadura, registro trabajado hasta el límite por Juan Gelman. Las calles pierden el sentido de socialización, de tránsito para convertirse en el espacio donde aparecen y desaparecen los sujetos.

6Tanto en Boccanera como en Ponce, la poesía da cuenta de la tensión entre aparición-desaparición a través de series enunciativas que remiten a encontrar, ocultarse, clandestinidad, desierto, antifaz, aguas negras, entre otras. Y alcanza una fuerte semantización en Lihn cuyo opúsculo parte de una noticia periodística que nació de unas supuestas manifestaciones divinas sucedidas en el cerro Membrillar de Peñablanca, en Villa Alemana, lugar donde funcionaba un centro de detención clandestino en Chile. Entre junio de 1983 y hasta 1988 Miguel Ángel Poblete fue filmado y entrevistado por los medios periodísticos ante apariciones divinas; el joven era adicto al neoprén y en la ingesta comunitaria subió al cerro a aspirar junto a amigos y se les habría aparecido la Virgen del Carmen, patrona de Chile. Este acontecimiento es semejante al de la Colonia en la historia de México y a la aparición de Guadalupe; Miguel Ángel solía entrar en súbitos trances, hablar en lenguas desconocidas, transmitir mensajes de la virgen y profecías; los medios reprodujeron en tiempo real estas escenas para desviar la atención de la opinión pública que ya comenzaba a despertarse frente a los abusos de la dictadura. Lihn trabaja a partir de este hecho la construcción de la opinión pública direccionada sarcásticamente a dar a ver que lo único que puede aparecer es una imagen religiosa, mientras los rituales mortuorios en centros clandestinos, construyen un Chile sumergido, desaparecido. Esa es la única realidad, la realia como señaló en la NN, dos años antes Juan L Martínez. Incluso la plaqueta toma injertos del comic, he aquí uno de los aspectos comunes con Boccanera.

7Aparición y desaparición son relevadas por la Sordomuda, la que opera por los bordes de los sentidos consensuados. Porque las dictaduras o todo Estado que atente contra la democracia atenta contra la lengua, contra el contrato social que opera a través de la lengua. Lihn anticipa en poesía lo que sucederá cuatro décadas más tarde; me refiero al poder de los medios en América Latina para armar incluso golpes de Estado económicos. A partir de la lengua y de la Virgen del neoprén, Lihn da cuenta del vaciadero; en esa lengua capturada y vaciada por el autoritarismo se ubica el “yo” lírico para cuestionar la modernidad chilena. De allí la importancia que adquiere el topos del basural como espacio textual donde a nivel de representación se depositan los restos, pero que al mismo tiempo es una operación hecha por el lenguaje poético que fabrica a través de los tropos los ases de sentido.

8Así el vaciadero como imagen es indicativo al menos de dos dimensiones: se licúan los sentidos consensuados y esta fue la labor de las dictaduras, y se trabaja con los restos, las hilachas, ésta es la labor de la lengua poética; una lengua trapera, fragmentada, que representa la distorsión misma. Si las imágenes del barrilete, de Ponce o la postal, de Boccanera aluden a la infancia y a las buenas nuevas que llegan de lejos, será la poesía la encargada de visibilizar cómo esos sentidos se han perdido. La práctica autoritaria abusó de la fe al montar el espectáculo de la aparición de la Virgen, con lo cual tergiversó el sentido religioso al construir el engaño, mientras que la lengua poética en Lihn opera sobre la torsión, es decir, torsión de la torsión :

Mil veces preferible quemarse los ojos para ver a la Virgen

Que estar en el elenco de los que filman con sangre

Sin una gota de luz

Dios me libre de ser escrito con sangre por uno de esos autores no identificados

Que filman y escriben en vivo y en directo

En sus cárceles secretas. (Lihn, 1987:1).

9Dicho doblaje monta la representación de las vejaciones en el texto mientras que en Boccanera será la écfrasis la que pulsa el recuerdo al convertir en palabra la imagen que llega de lejos; el que mira poetiza, ve a la Sordomuda en la postal resistiendo en las calles :

Sordomuda, parada en medio de la gran avenida,

escupe fuego (Boccanera, 1998: 30)

10En Ponce lo representable se ubica en diferentes imágenes que constelan la recordación de la clandestinidad en series de versos ordenados como si ante el desparramo de las desapariciones las cadenas de versos quisieran conservar cierto orden para mantener vivo el recuerdo. En Lihn los dibujos y comics que acompañan la larga tirada de versos son otro modo de ecfrásis, una intermedialidad, la conflagración del lenguaje de la memoria que fue publicado en formato de plaqueta, a modo de pasquín para ser consumido por el pueblo.

11Otro de los aspectos es la complejidad del sujeto de enunciación de estos textos. Me refiero más precisamente al uso del colectivo “nos” y “yo” que se eliden reificado en las cosas perdidas: emociones, personas, objetos esconden a nos/yo. Los hacen desaparecer, los esconden para protegerlos :

Los hemos visto

volar en silencio

entrarían en un suspiro

en una hoja

en un cuaderno clandestino

más vale que vuelen

antes que mueran

sigilosamente en mis cajones (Ponce,1981: 22).

12En Boccanera el sujeto que enuncia está deportado de la ciudad que representa en el texto. Son los interrogantes los que buscan los restos de los perdidos, de los desaparecidos a partir de la sinécdoque :

¿alguno ha visto un caballito de papel maché

cegado por los grandes anuncios luminosos? (Boccanera, 30)

13El poema vehiculiza a la palabra que ya no es garante de lo representable; el sujeto de enunciación acude a la voz de un recién nacido, expresa: “Canta un recién nacido: ´la ciudad tiene ruido de celda´” (Ibidem: 30) y luego el mismo enunciado está colgado en el texto, sin sujeto; es decir, el recién nacido también ha desaparecido. Desde el borde, desde lo deshecho, la lengua corrompida o bien expulsada busca reponer el mensaje de lo sucedido.

14Otro de los aspectos a señalar es la dramatización: Lihn trabaja con el montaje de varios lenguajes, desde dibujo y el comic a la performance; la escenificación fue un recurso utilizado en la década de los ochenta por la neovanguardia chilena para romper el contrato realista, tal es el caso de CADA, grupo de artistas cercanos al poeta. Como anticipé lo representable en Boccanera se ubica en llevar a la masa verbal la performance, sin mediación de otros lenguajes de la memoria. En Ponce se ubica en el orden de las cosas, de pequeños objetos como un cuaderno, los barriletes, los poemas de una generación.

15Los tres autores despliegan la lengua para contar dramáticamente ya sea por acentuación de la palabra ajena que ingresa entre comillas, interrogantes, enumeraciones, regularidad en la versificación en los casos de Boccanera y Ponce o bien para romper el verso con el contenido vertido en un juego de borde/desborde en la versificación libre en Lihn.

16Theodor Adorno en Mínima Moralia (1999) asume en su escritura los tiempos del exilio y señala la relación herméticamente cerrada del intelectual con el lugar de donde ha sido deportado; en el prólogo confiesa que escribe desde ese espacio que a todas luces se traduce en fragmentos donde lo individual y lo colectivo confieren los tonos a su voz, el de la vida dañada. En esta dirección, la poesía escrita por nuestros autores y en situación análoga a la de Adorno, en tanto que el autoritarismo fue el espacio desde y sobre las tinieblas de las dictaduras en el Cono Sur, se modula en estos casos, a través de una triple problemática:

171-Las posibilidades de la lengua poética capaz de dar cuenta de lo acontecido.

182-El complejo problema de la representación de la Historia en la poesía, con lo cual regresamos al planteo teórico sobre lo expresado en el primer punto. En esta dirección el lenguaje poético, desde mi perspectiva, trabaja en el borde de la lengua, y desde allí señala los alcances y los límites de la representación.

193-Las series poéticas son constelaciones discontinuas y como tales pueden construirse desde el presente. Opera en este punto la palada precisa, a modo como Walter Benjamin, señala para los trabajos de la memoria en “Desenterrar y recordar” (1991). En esta dirección, es posible pensar que la operación heurística que implica reunir tres autores dispares, desde sus respectivas cartografías, es el efecto de un primer momento en el cual la búsqueda implica también remover, esparcir lo territorial para des/bordarlo.

La memoria, poner en acto

20Si como asegura Paul Ricoeur en La metáfora viva (2001) la poesía no plantea la temporalidad que transcurre sino en la simultaneidad, en la captación del instante entonces la memoria se subsume en la intimidad de quien se erige como sujeto de enunciación. Si este sujeto es al mismo tiempo atravesado por la experiencia de una lengua vaciada, será su lengua, la lengua poética, la que opera no en la descripción del mundo, sino en los efectos que ocasiona el mundo en el lenguaje. Será la lengua poética la que portará esa experiencia de mundo, la que dará a ver. He aquí la inteligibilidad; así, la representación no está dada en la descripción, que necesita del transcurrir temporal sino en la captación del instante. Cuando en el poema de Boccanera los lectores leemos a la Sordomuda con su lengua de fuego, es el instante, ya acaecido y relevado por el sujeto de enunciación en pleno acto de recordación lo que los lectores captamos; cuando en Ponce podemos imaginarnos un cuaderno clandestino es ese instante el que nos lleva al pasado; es decir, la palabra “clandestino” es la que conduce la semiosis; es el sujeto poético el que interpreta los hechos sucedidos y nos invita a participar en la memorización . Si una virgen es noticia en el discurso periodístico, en el texto poético de Lihn se convierte, por efecto de la traducción de lengua a lengua, en una potente imagen de una investidura de neoprén. Eso es la memoria, siempre conducente hacia este tiempo, el que los lectores atravesamos en la lectura en presente.

21 ¿Es la poesía sobre las dictaduras una forma de inteligir el mundo? Sin duda que sí, guarda en cuanto tal, en cuanto poiesis, en cuanto creación, un acervo de memoria sociocultural, expresa Ricoeur: “Presentar a los hombres ‘como actuando’ y todas las cosas ‘como en acción’, podría muy bien ser la función ontológica del discurso metafórico” (Ibidem: 65). Una combinación entre la capacidad trópica del lenguaje y la cadencia del ritmo, tomado aún en los silencios o escansiones entre estrofa y estrofa, entre verso y verso, en los meandros ocultos de la palabra. En esa conjunción se encuentra la riqueza de la metáfora viva. Ésta es una de las vías para resolver el problema de la representación en poesía. La metáfora viva es vivenciada, es la imagen en acto; posiblemente podríamos pensar en la metáfora performance. En este sentido, la palabra tropológica es una red hermenéutica que al abrirse hacia las lejanías, recoge ecos del pasado y los capta en instantáneas. Si la pregunta en el poema de Boccanera dramatiza el texto es porque tú y yo, el que enuncia y el apelado, ocupan el mismo tiempo; en ese acto la interrogación habilita el pasado que regresa al presente en el mismo acto poético y en el mismo acto de lectura. La organización entre verbos en pasado y presente en los textos de Ponce transmiten el oleaje de la memoria como en el poema VI organizado bajo el dominio de la presentización en las cinco primeras estrofas, mientras el sexto gira hacia el pasado, como espacio donde se ha extraído las imágenes que lo organizan. No menos interesante es lo que ocurre en Lihn porque la escenificación provoca que el texto vuelva a hacer presente lo sucedido en el basural, elaborando así una lucha de sentidos entre la lengua de la noticia y la lengua poética. En este sentido, la poesía será el espacio de la resistencia, trabaja para desplomar los sentidos consensuados por la lengua de las dictaduras.

22La capacidad trópica plantea un encuentro contradictorio para Ricoeur: por un lado, la puesta en evidencia de un discurso racionalizante, por otro, la construcción experiencial que trata de decirse de modo metafórico. Por lo tanto la hermenéutica está atravesada por la intersección de dos campos, “el metafórico y el de lo especulativo” (Ibidem: 451). Poner en acto implica también en la red hermenéutica hacer ver el instante epifánico de la lengua; la palabra precisa que esparce y busca en el terreno de la memoria la imagen del recuerdo, tal como lo señala Banjamín para los trabajos de la memoria. La palada es la palabra que memoriza en acto, y hace vivir el puro acontecimiento de lo sucedido; es el acto del que ve, lee y escribe acerca de la acción de vaciar la lengua como procedió la violencia de las dictaduras en el Cono Sur; dicha violencia fue el referente de la poesía postgolpe. En esta dirección, la acción de esparcir el terreno de la memoria para extraer las imágenes del pasado, que para Benjamin solo puede realizarse desde el presente, nos coloca frente al desafío de problematizar la relación del lenguaje poético no solo como espacio de intersección entre presente y pasado, sino además como acto ético. La metáfora viva y su intelección implica como asegura Ricoeur que “ningún discurso puede abolir su pertenencia al mundo “ (Ibidem:70). La mímesis phuseos como punto central de la metáfora viva articula la capacidad de transporte de sentido con la potencia de la creación de un mundo, el poético, que no puede huir del referente. Porque la mímesis phuseos es aquello de lo cual es preciso en primer lugar hablar (planteo realizado por Aristóteles y recuperado por Ricoeur). Hablar es poner en acto; entonces la memoria está aquí, entre esas imágenes que “afectan” la lengua de estos textos; es ella la que repone la red de sentidos vitales.

Conclusión

23A 40 años del golpe militar en Argentina, a más de cuarenta del golpe en Chile es la poesía la que conlleva el sentido no solo estético sino ético, un modo para conocer lo sucedido. A cada lectura de la poesía enmarcada en los golpes de Estado podemos experimentar la emoción conjunta entre creación y conocimiento de los cuadernos clandestinos, la Sordomuda con lengua de fuego, la virgen de neoprén y la de un recién nacido, que canta y desaparece para no olvidar en nuestro presente.

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Bibliographie

Adorno, Theodor, Mínima Moralia. Reflexiones desde la vida dañada, España: Taurus, 1999.

Agamben, Giorgio, Lo que quedó de Auschwitz. Homo sacer III. El archivo y el testigo, España: Pre-Textos, 2005.

Benjamín, Walter, “Desenterrar y recordar” en Walter BenjMéamín. Cuadros de un pensamiento, Adriana Mancini comp, Buenos Aires: Imago mundi, 1992.

Boccanera, Jorge, Sordomuda, México: ediciones Del Dock, 1992.

Bustos, Emiliano, “El poeta calla, cuando empieza a hablar el poema”, entrevista a Jorge Boccanera en Versos Comunicantes III. Poetas entrevistan a  poetas iberoamericanos México: Universidad Autónoma de Nuevo León, 2008.

Karegeorgou, Christina, “Una retórica de la lucidez: poesía como arte de la memoria” en Revista Acta Poética, Vol 4, N° 1, México: UNAM, 2013.

Lihn, Enrique, La aparición de la Virgen, Santiago de Chile: Imprenta Caligrafíazul, 1987.

Ponce, Néstor et al, Sur, Barcelona: Agrupación Hispana de Escritores, 1981.

Ricoeur, Paul, La metáfora viva, Madrid: Trotta, 2001.

Zurita, Raúl, Literatura, Lenguaje, Sociedad 1973-1983, Chile: Documentos CENECA, 1988.

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Notes

1 Para este estudio me centraré en la edición realizada en El Dock que data de 1998.

2 En el caso de Lihn como el de José Donoso el exilio no debe considerarse como el resultado de las fuerzas represivas sobre ambos escritores sino de una actitud consciente y vital.

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Pour citer cet article

Référence électronique

Mirian Pino, « Memoria y literatura : habla la sordomuda en la poesía de Jorge Boccanera, Néstor Ponce y Enrique Lihn »Amerika [En ligne], 16 | 2017, mis en ligne le 01 juillet 2017, consulté le 13 novembre 2024. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/amerika/7866 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/amerika.7866

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Auteur

Mirian Pino

Universidad Nacional de Córdoba
mirianpinofly@gmail.com

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