Rita Laura Segato, La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez
Rita Laura Segato, La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Buenos Aires, Tinta Limón, 2013.
Texte intégral
1Aunque breve, el ensayo de la antropóloga Rita Segato, La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, nos propone la lectura de un texto de una notable complejidad teórica. Esto es así porque, por un lado, allí podemos leer una concentración argumental de buena parte de la obra previa de Segato, de manera que el lector queda invitado a profundizar en la producción de una extremadamente lúcida intelectual feminista de nuestra actualidad. Con todo, a pesar de referir a nociones desarrolladas en trabajos anteriores, la autora no se ha manejado aquí con sobreentendidos. Por otro lado, fiel a su vocación interdisciplinaria, la investigadora conjuga una multiplicidad de líneas teóricas de lo más diversas : Michel Foucault, Giorgio Agamben, Hannah Arendt, Jacques Derrida, Jacques Lacan, Carl Schmitt, entre otros nombres de autor que desfilan por el texto. De manera que, bajo estas coordenadas, La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez presenta ante nuestros ojos una auténtica máquina de lectura, coherentemente articulada y satisfactoriamente explicativa.
2La autora se propone erigir esta máquina de lectura como un modelo interpretativo de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, lugar donde, como lo demostrará ella exhaustivamente, se expresa claramente la relación existente entre capital y muerte. Desde un punto de vista testimonial, se nos dice que en Juárez nada es casual : “todo parece formar parte de una gran máquina comunicativa cuyos mensajes se vuelven inteligibles solamente para quien, por una u otra razón, se adentró en el código” (p. 12). Adentrarse en el código : realizar una comprensión profunda del diálogo siniestro que se establece entre las muertes y el imperativo de lucro que rige a la experiencia neoliberal. Pero esa serie de datos inconexos de la realidad no pueden ser explicados de acuerdo a fines prácticos, de manera que, para volverlos inteligibles, se les deberá asignar una intención expresiva. Por este motivo, Segato parte de la premisa de que todo acto de violencia posee una dimensión expresiva y, en tanto discurso social, posee una firma, un estilo, que nos permite identificar al sujeto autor. Así, se logra concebir a la violación como un enunciado, y este enunciado es un mensaje doble, que se dirige a más de un interlocutor. Habitualmente, sólo se considera un solo eje de interlocución, el eje vertical, punitivo y moralizador, donde el violador le habla a la víctima. Pero el modelo interpretativo de Segato postula y hace hincapié en un eje horizontal de interlocución. En ese plano, el agresor, por una parte, se dirige a sus pares en un ritual iniciático, un proceso de tributación. Por otra parte, le habla a la sociedad toda, en la medida en que el agresor y la colectividad hablan el mismo lenguaje, ya que comparten un mismo imaginario de género. Leemos en el ensayo :
Quienes dominan la escena son los otros hombres y no la víctima, cuyo papel es ser consumida para satisfacer la demanda del grupo de pares. Los interlocutores privilegiados en esta escena son los iguales, sean éstos aliados o competidores : los miembros de la fratría mafiosa, para garantizar la pertenencia y celebrar su pacto ; los antagonistas, para exhibir poder frente a los competidores en los negocios, las autoridades locales, las autoridades federales, los activistas, académicos y periodistas que osen inmiscuirse en el sagrado dominio, los parientes subalternos –padres, hermanos, amigos– de las víctimas. Estas exigencias y formas de exhibicionismo son características del régimen patriarcal en un orden mafioso (p. 25).
3Es importante tener presente que para Segato el género, relación desigual que vincula la posición masculina y la posición femenina, es la violencia ancestral sobre la que se fundan todas las otras formas de violencia, todas las estructuras de poder. De ahí que la autora sostenga que las estructuras de las mafias y de la masculinidad son equiparables. De igual forma, se extiende este razonamiento, apuntándose directamente hacia la lógica intrínseca del capital :
Es en la exclusión y su significante por antonomasia : la capacidad de supresión del otro, que el capital se consagra. ¿Y qué más emblemático del lugar de sometimiento que el cuerpo de la mujer mestiza, de la mujer pobre, de la hija y hermana de los otros que son pobres y mestizos ? ¿Dónde podría significarse mejor la otredad producida justamente para ser vencida ? ¿Qué trofeo emblematizaría mejor la prebenda de óptimos negocios más allá de cualquier regla o restricción ? (p. 43).
4Consideramos que uno de los grandes aciertos de Segato consiste en no haber desestimado la coyuntura económica, porque, como ella misma señala, al tener en cuenta este aspecto, los asesinatos de Ciudad Juárez “nos conducen a una lectura más lúcida de las transformaciones que atraviesa el mundo en nuestros días” (p. 44). Afirma que, en un contexto de desestatización, neoliberalismo y de marcada desigualdad, se ha instalado en Juárez un Estado paralelo conformado por corporaciones armadas que poseen un dominio territorial absoluto y un accionar extremadamente sistemático y organizado. Es un totalitarismo de provincia en donde el cuerpo femenino forma parte de la dominación territorial y donde su aniquilamiento expresa y propicia la existencia de este dominio. De este modo, el modelo interpretativo de Segato concibe a los significativamente crueles feminicidios de Juárez como epifenómenos de una realidad cuya existencia sólo puede ser inferida y postulada : “no podemos, excepto en raras oportunidades, constatar los acuerdos que se sellan en esos circuitos, ni cómo se llega a los mismos” (p. 54). Definida como una Segunda Realidad ejecutada mediante un Segundo Estado, esta estructura subyacente encuentra su fundamentación en una segunda economía informal, constituida por un enormemente abultado capital de origen criminal.
5La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez da cuenta de una realidad presente en la conciencia colectiva occidental, pensándosela como producto de las mutaciones de aquello que, en términos de Michel Foucault, podemos entender como el juego silencioso de los cautos, las tramas secretas y decisivas del poder político. Cabe mencionar que la edición publicada por Tinta Limón (2013) anexa una entrevista realizada a Rita Segato, donde, con una mirada retrospectiva, examina las categorías empleadas en su trabajo sobre Ciudad Juárez, habla de “transnacionalización de métodos” y de cómo estas nuevas formas de violencia se expanden en los márgenes de las grandes ciudades de América Latina. Desde luego, nos hemos limitado a comentar de manera sucinta los puntos nodales de esta novedosa hermenéutica de los crímenes del poder. Al lector corresponderá ahondar, adentrándose en un libro de imprescindible lectura. Encontrará que allí puede leerse una voluntad de matizar y de no caer en un aplicacionismo teórico, de estipular límites y alcances de la teoría en la praxis y de formular un diagnóstico no sesgado, con soluciones pensadas en términos realistas. Desde su respectivo lugar en el mundo, el lector podrá transponer a su cotidianeidad los criterios utilizados en el análisis del caso de Ciudad Juárez. Porque Segato es, y este es quizás su mayor mérito, una intelectual que se hace cargo de su función social y que se compromete con las problemáticas que atraviesan a su propia época.
Pour citer cet article
Référence électronique
Ariel Medel Casella, « Rita Laura Segato, La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez », Amerika [En ligne], 15 | 2016, mis en ligne le 12 décembre 2016, consulté le 04 novembre 2024. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/amerika/7531 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/amerika.7531
Haut de pageDroits d’auteur
Le texte seul est utilisable sous licence CC BY-SA 4.0. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont « Tous droits réservés », sauf mention contraire.
Haut de page