Navigation – Plan du site

AccueilNuméros11MélangesMatilde Itzigsohn, violencia y re...

Mélanges

Matilde Itzigsohn, violencia y represión

Trayectoria sindical de base en una fábrica de hombres, el Astillero Río Santiago (1973-1976)
Ivonne Barragán

Résumés

El campo de la historia reciente en la Argentina generó en los últimos años prolíferas investigaciones sobre la violencia política y la represión. En el campo de los estudios de género, la reconstrucción de procesos represivos muestra exploraciones parciales, confinadas, mayoritariamente, a la reposición de las tecnologías represivas sobre cuerpos sexuados. Proponemos en este artículo reconstruir parcialmente, la represión a trabajadores industriales desde una mirada que contemple las relaciones sociales generizadas en el ámbito de trabajo. La perspectiva metodológica de reconstrucción de casos muestra potencialidad para reconstruir las experiencias de mujeres y varones trabajadores en relación a las distintas tramas de la represión legal e ilegal en la región industrial de La Plata, Berisso y Ensenada en los años previos a la última dictadura militar y a partir del 24 de marzo de 1976. Nuestra mirada propone establecer un estrecho diálogo entre estos procesos y las experiencias de una trabajadora y representante sindical en una fábrica eminentemente « masculina » el Astillero Río Santiago. Los documentos que constituyen nuestro corpus provienen de una diversidad de acervos, fuentes testimoniales y de prensa. Entre ellos, materiales recopilados por organismos de inteligencia del Estado, organizaciones políticas, documentos empresariales y expedientes de Convenciones Colectivas de Trabajo.

Haut de page

Texte intégral

Introducción

1El campo de la historia reciente en la Argentina generó en los últimos años prolíferas investigaciones sobre la violencia política y la represión a lo largo del período que abarca las últimas dos dictaduras militares (1966-1983). Un conjunto de nuevas problematizaciones, recortes temporales y regionales y estudios de casos contribuyeron a complejizar las miradas “macro” construidas inicialmente. Por su parte, en el campo de los estudios de género, las miradas que incorporan las identidades genéricas como constitutivas de las relaciones de clases y de relaciones socio-laborales constituyen un campo en avance. Ahora bien, la incorporación de la dimensión de género a la reconstrucción de los procesos represivos sobre la clase trabajadora muestra exploraciones parciales, confinadas, mayoritariamente, a la reposición del uso de tecnologías represivas sobre cuerpos sexuados. Proponemos en este artículo reconstruir, a partir de recorridos investigativos previos, la represión a trabajadores industriales desde una mirada que contemple las relaciones sociales generizadas en el ámbito de trabajo.

2Desde estas coordenadas iniciales, sostenemos que la perspectiva metodológica de caso muestra potencialidad a la hora de reconstruir las experiencias de mujeres trabajadoras y varones trabajadores en relación a las distintas tramas de la violencia política y la represión legal e ilegal. Nos interesa realizar un aporte al análisis de las modalidades represivas desplegadas en la región industrial de La Plata, Berisso y Ensenada sobre la clase trabajadora en los años previos a la última dictadura militar y a partir del 24 de marzo de 1976. Nuestra mirada propone un estrecho diálogo entre estos procesos y la trayectoria sindical y las experiencias de una trabajadora y representante sindical en una fábrica eminentemente « masculina », el Astillero Río Santiago (ARS).

3Planteamos reconstruir sintéticamente la trayectoria de Matilde Itzigsohn. En la misma confluyen, a nuestro entender, una serie de fenómenos significativos que posibilitan observar las violencias desarrolladas en un espacio fabril -tanto desde la gerencia de la planta hacia la fuerza de trabajo como entre las diferentes agrupaciones políticas y sindicales-, la violencia política característica a los años previos al gobierno de facto y, finalmente, las consecuencias del Terrorismo de Estado con elementos del orden de lo subjetivo, como la identidad de género y la identidad religiosa. Matilde Naymark Itzigsohn (Tili o La Rusa como le decían sus compañeros) fue secuestrada el 16 de marzo de 1977 y continua desaparecida, tenía 27 años y dos pequeñas hijas. Era programadora -técnica en computación- de IBM en el ARS y estudiante de Física en la Universidad Nacional de La Plata.

4Los documentos que constituyen nuestro corpus provienen de una diversidad de acervos, fuentes testimoniales y de prensa. Parte se compone de recortes de prensa y periódicos de organizaciones políticas sitos en distintos repositorios que fueron triangulados con un conjunto de memorias, testimonios de protagonistas, y entrevistas realizadas en el marco de la investigación. Algunos de estos materiales fueron recuperados por organismos de inteligencia del Estado como fue la ex Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires (DIPBA). Completan el universo documentos de la empresa AFNE, depositados en el Archivo Intermedio (AI) perteneciente al Archivo General de la Nación (AGN). Convenios Colectivos de Trabajo y expedientes de discusión paritaria entre AFNE y la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) depositados en el Fondo Documental del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTySS), Dirección Nacional de Relaciones de Trabajo (DNRT) del AI.

5En el primer apartado desarrollaremos una singularización del ámbito productivo. En segundo término, abordaremos la dinámica de la organización sindical y la conflictividad obrera a fin de problematizar cuestiones como la disposición a la lucha y la representación gremial en un orden productivo que disponía a las mujeres a la realización de tareas consideradas « pasivas ». En el tercer apartado proponemos algunos elementos de análisis sobre las relaciones entre el lugar de una militante sindical y política en un mundo de hombres y la violencia política y, finalmente, el terrorismo de Estado.

La fábrica. La dinámica sindical y la conflictividad

6Los procesos aquí desarrollados se imbrican en las características singulares del caso. El ARS era una empresa estatal, con producción estratégica (naval militar), diversificada (naval comercial y bienes de capital para industrias dinámicas), perteneciente a la órbita de administración de las Fuerzas Armadas. El directorio de la empresa AFNE y, específicamente, del astillero se conformó principalmente por militares de la Marina de Guerra, la mayor parte en retiro de la actividad, característica que jugó un rol determinante en la configuración del perfil patronal, de manera que no constituyó una relación capital-trabajo en términos clásicos.

7Los trabajadores del ARS, agremiados en la ATE, se organizaron en un amplio arco de agrupaciones, algunas hegemónicas en la dirección y otras subordinadas en la configuración de la praxis sindical. Entre las más importantes, la lista Azul y Blanca, vinculada a la línea ortodoxa del peronismo, representada políticamente por Victorio Calabró, dirigente sindical de la poderosa Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y vice-gobernador de la Provincia de Buenos Aires en este período, retuvo la conducción de la seccional sindical a lo largo de la etapa. La lista Gris, que era un desprendimiento de la primera, se vinculaba al sector del peronismo liderado por el gobernador de la misma provincia, Oscar Bidegain. La lista Celeste, perteneciente a la agrupación sindical Juventud Trabajadora Peronista (JTP), órgano sindical de base de la organización Montoneros, y la lista Marrón, que respondía al Partido Socialista de los Trabajadores (PST), entre otras, constituyeron las líneas más combativas. Hacia finales de la década del sesenta comenzaron a influenciar las corrientes vinculadas a la izquierda, tanto peronista como marxista, y lograron un importante avance en la representación sindical de base. Matilde Itzigsohn militaba en la agrupación Celeste (JTP).

8El astillero presentó una inscripción laboral de « privilegio » relativo al conjunto de la clase obrera en la región (altos salarios, estabilidad, carrera laboral mediante la institucionalización de instancias de formación técnica y promoción). La fuerza laboral se orientó al segmento masculino y calificado del mercado de trabajo. Los trabajadores del ARS presentaban un importante nivel de calificación, desarrollo del oficio y pericia en el uso de las herramientas, elementos que propiciaron nociones de masculinización del espacio productivo. La actividad requería mano de obra especializada : torneros, caldereros, soldadores, mecánicos, carpinteros, electricistas, etc., oficios considerados de largo plazo en su formación y que su dominio se lograba en la materialidad del proceso de trabajo. Nuestra primera aproximación a la construcción de una mirada relacional de género fue a partir de la identificación de concepciones hegemónicas de masculinidad en obreros varones. Dicha perspectiva aportó complejidad a la comprensión de la multiplicidad de condiciones intervinientes en la disposición a la lucha colectiva y el conflicto. Para el caso fue posible identificar relaciones entre la noción de masculinidad, el riesgo físico, la violencia y la solidaridad entre compañeros, así como nociones sobre la normalización y aceptación de condiciones laborales que quedaban excluidas o relegadas en la conformación de repertorios de lucha sindical.

9La actividad productiva resultaba productora de elementos subjetivos. Es decir, el orden generizado en la fábrica fortaleció elementos identitarios en el colectivo obrero masculino, dado que, por ejemplo, requería enorme fortaleza física para afrontar la adversidad del proceso de trabajo -calor, gases tóxicos- y, por ende, marginaba a las trabajadoras hacia a las tareas de cuello blanco. Podemos decir que la constitución del espacio productivo como masculino implicó, de manera relacional, un lugar relegado para el minoritario número de mujeres en tanto compañeras / iguales.

10En este plano, la labor de las mujeres se limitaba al desarrollo de tareas administrativas en torno de un ideal de disposición cultural y biológica a la disciplina y ejecutividad. En este caso identificamos la construcción de relaciones laborales estructuradas desde la lealtad al jefe inmediato, en una posición de protección/sumisión, como proyección de lo que ocurriría en el plano íntimo de la familia. El testimonio de una trabajadora que fue elegida delegada de sección en este período nos permite recuperar el orden vigente en la relación entre los géneros :

Las mujeres, que éramos ciento veinte en ese momento, por lógico imagínate en este mundo machista con ocho mil negros ahí adentro, aparte (de) los jefes militares. Más los compañeros que algunos son más machistas que los milicos, pasa eso. Entonces era una gran lucha que se daba, las mujeres, la tendencia era cobijarse bajo su jefe, que en general el capo era, el jefe, era un milico y sacar lo que podía de bien.

11La división generizada de la producción generó una serie de determinaciones para las condiciones de posibilidad del ejercicio de la representación gremial de las mujeres, es decir, las mujeres delegadas debieron afrontar un proceso que en sus inicios les permitió emprender estrictamente aquellas demandas vinculadas al género :

A raíz de todo eso nosotros, después del 75 firmamos nuestro convenio colectivo que tenia puntos muy importantes en cuanto a las mujeres, en cuanto a los técnicos. Ahí se logra que la ropa de trabajo se dé dos veces al año. Se logra que las mujeres la ropa la elegían ellas, los colores los eligen ellos, aunque parezca una estupidez. Era importante, porque a veces te daban una camisa amarilla y un jumper gris, y vos parecías un bicho ahí adentro. Si vos me tenés que dar jumper y camisa dejáme que yo lo elija. Fue importante para las mujeres. Lo que hacían que las mujeres participaran cada vez más. Después ahí estaba planteado de lo que sería la guardería para nuestros hijos, nuestros chiquitos.

12La reconstrucción de la trayectoria de la organización obrera en esta fábrica visibilizó un importante grado de movilización en los años previos a la última dictadura militar en consonancia con las interpretaciones más generales de la historiografía. En el astillero el crecimiento de sectores opositores a la llamada burocracia sindical se desarrolló entre los años 1973 y 1975, desde allí los trabajadores generaron condiciones para que ciertos ordenamientos y relaciones de fuerza fueran inicialmente cuestionados. El desarrollo de un ciclo de conflictividad de base entre los meses de noviembre de 1974 y febrero de 1976 desplegó diferentes modalidades de acción colectiva, principalmente, en reclamo del sostenimiento del nivel salarial « privilegiado » en un contexto inflacionario creciente en el marco del llamado Pacto Social. Esta dinámica de conflictividad se profundizó a partir de 1975 por reclamos de mejoras en las condiciones de trabajo y en repudio a los secuestros y asesinatos de representantes sindicales de astillero y otras fábricas de la región. En términos de especificidad, se repuso la agencia obrera identificando dos líneas de acción diferenciadas : una línea organizada sindicalmente, colectiva, avocada a la reivindicación económica y, una segunda modalidad de acción y conflicto, liderada por representantes de base combativos, que sostuvo las demandas por las condiciones de trabajo como inseparables de la lucha económica y que muchas veces se expresó de forma desarticulada, individual, signada por movimientos complejos y contradictorios. Fue en este proceso que las mujeres militantes lograron gradualmente otro lugar en la acción sindical en la empresa, como fue la disputa por el salario y las condiciones de trabajo, sin embargo, este proceso mostró elementos de avance y retroceso. El testimonio de una delegada de ese período da cuenta de aquel proceso :

Logramos la gran satisfacción de llegar a las asambleas todas juntas, golpeadas, golpeadas no a puños, sino golpeadas de lo que se dice de las compañeras militantes. Vos por ahí sos más atorranta que militante porque si te ven parada con uno esa era la historia sí, pero es un problema de poder... Entonces sos la conflictiva, la compañera que anda buscando quilombo. No estás llevando propuestas que no son las que ellos tienen. Así te lo digo convencida. En esos años costaba mucho ganarte el espacio como mujer, como compañera.

13En estas nuevas luchas comenzaron a participar tardíamente las mujeres, Matilde convocó a la denuncia por una serie de accidentes que en 1974 cobraron la vida de varios trabajadores varones. Sin embargo, el sesgo masculinizante de la producción y de la acción (lucha), que proveyó a los varones de nociones de transgresión normativa percibida bajo las formas de virilidad, peligrosidad, valor, y entereza, a Matilde le confirió, en el auge de este ciclo de conflicto, el ataque de distintos sectores de trabajadores del astillero. Las disputas entre las distintas facciones políticas fueron también crecientemente violentas. Muchos de los delegados por sección electos a partir del año 1973 fueron agredidos por militantes de la agrupación Azul y Blanca y, posteriormente, suspendidos por las autoridades del directorio. La resolución a los golpes de las asambleas fueron tornándose cada vez más frecuentes, las amenazas a delegados de las corrientes combativas acusándolos de « comunistas » y el peligro físico marcaron crecientemente la dinámica de la acción gremial.

14Durante los últimos meses de 1975 se produjeron una serie de sucesos que implicaron directamente a la protagonista de nuestro trabajo. El conflicto de octubre de 1975 fue interrumpido por la dirección de la empresa con la acción de mayor violencia simbólica y poder de disciplinamiento de su trayectoria, el lock out. Apenas iniciado el reclamo de aumento salarial fueron secuestrados seis trabajadores, todos militantes de la lista Azul y Blanca. Los trabajadores fueron liberados el 30 de octubre de 1975 en las inmediaciones de la sede sindical de la ATE, una vez que en asamblea fue aceptado el aumento salarial propuesto por la gerencia de la empresa, muy por debajo de las demandas obreras. Estos hechos contribuyeron a corromper la dinámica de la conflictividad, el extendido rumor que vinculó el secuestro a una maniobra conjunta de la dirección militar y la cúpula sindical regional promovió que se retomaran las medidas de fuerza en función de un aumento salarial mayor. Durante esta segunda instancia del conflicto fueron secuestrados tres delegados, esta vez de las líneas combativas, compañeros de agrupación de Matilde. La gerencia modificó radicalmente el orden de cosas y dio un golpe certero a la acción colectiva de los trabajadores con la implementación de un lock out. El cierre del establecimiento provocó un quiebre en la solidaridad obrera y en la acción sindical. Desarrollaremos algunas de sus implicancias en el próximo apartado.

15Esta primera aproximación al rol de las mujeres en el astillero nos permitió reponer el proceso mediante el cual las empleadas administrativas avanzaron en presencia y organización sindical y establecer elementos para comprender qué producto de su condición de mujeres enfrentaron serias dificultades para ser reconocidas por la patronal como interlocutoras válidas y por sus propios compañeros varones como referentes y compañeras de lucha.

Género, violencia y desaparición

16El quiebre en la unidad de acción, fundamentalmente, a partir del lock out se proyectó de manera violenta sobre los distintos sujetos que protagonizaban la representación gremial combativa. Un volante firmado por Obreros Justicialistas del ARS sostenía :

Hoy como el viernes y el lunes los que hace años que trabajamos en este Astillero, vemos que esta situación se la debemos a la acción de los Troskos, Montos, Comunachos, a la Judía Matilde que se han pasado jodiendo con pedidos pelotudos…A ver que hacen ahora los chantas troskos, montos, comunachos y la judía Matilde, si llegan a cesantear a algunos de nosotros compañeros…

17El agravio personificado en « la Judía Matilde » puso en evidencia la forma del repudio hacia una mujer delegada-politizada en un marco de confrontación, donde los sectores más movilizados del sindicalismo regional debieron afrontar, además de las acciones disciplinadoras de las direcciones empresariales y la represión legal e ilegal vinculada al Estado, la persecución de las líneas burocráticas del sindicalismo en los lugares de trabajo. La violencia política se profundizó durante el año 1974 con el avance en La Plata, Berisso y Ensenada de la represión encarnada por las fuerzas parapoliciales de la Alianza Anticomunista Argentina (3A) y la Concentración Nacional Universitaria (CNU). El secuestro y asesinato de delegados del astillero y de empresas cercanas condicionó la praxis sindical y generó condiciones de indefensión y quiebre. Estos ataque tuvieron entre sus víctimas a varios compañeros de la agrupación de Matilde. El 19 de febrero de 1976, dos días después de ser liberado de una detención de varios meses, fue secuestrado y asesinado Alcides Méndez Paz. El 18 de marzo de 1976 los trabajadores del astillero iniciaron un paro progresivo por aumento salarial, al día siguiente fueron secuestrados y asesinados tres operarios militantes de la agrupación Celeste, Fortunato Agustín Andreucci, Jorge Pedro Gutzo y José Luis Lucero.

18Matilde afrontó, además de la agresión en la fábrica ataques en el barrio, debió mudarse por una serie de amenazas y pintadas cercanas a su casa : « Judía te vamos a matar », se leía en los paredones vecinos donde vivía con sus hijas. Los testimonios de familiares dan cuenta de las vivencias de Matilde en la etapa previa al derrocamiento del gobierno de « Isabel » Perón :

Efraím : En su testimonio dijo que a su hermana la llamaban la rusa pero que ella llevaba una cruz ¿usted puede explicar un poco más ?
Marta : ...El tío del otro lado de ellas les contó a ella de pintadas que había cerca de donde vivía mi hermana, que también hablaba de la judía de mierda y yo supongo que ese fue el momento que mi hermana se sacó el Maguen David y se colgó una cruz... Después que desapareció mi hermana, con mi mamá fuimos a la casa que ellos ocupaban en Bernal y yo vi como la dejaron, la habían roto toda, habían sacado hasta los motores del lavarropas y de la heladera, habían roto todas las puertas a ver si eran macizas o huecas y habían pintado con aerosol todas las paredes. Desde insultos a los Montoneros hasta « Rusa te vamos a encontrar »....

19A partir del 24 de marzo de 1976 el secuestro de trabajadores y representantes de base en instalaciones fabriles fue una práctica extendida a todos los cordones industriales del país. En el astillero, si bien diferentes testimonios indican que se encontraban « militarizados los espacios productivos » desde el mes de agosto de 1975, se realizó un espectacular operativo. Las instalaciones fueron recorridas por vehículos con artillería y un helicóptero lo hacía por aire, detrás de cada árbol se encontraba apostado un infante de Marina. Ese día Matilde se ausentó, en las inmediaciones de la planta fueron detenidas sus compañeras trabajadoras y delegadas, María del Carmen Miranda, quien fue dejada en libertad rápidamente, y Ana María Nievas, a quien condujeron a la Base Naval Río Santiago, donde estuvo detenida-desaparecida hasta su traslado a la cárcel de Devoto.

20Matilde, comenzó a vivir en la clandestinidad, su esposo ya estaba desaparecido. Al igual que muchas de las mujeres que fueron víctimas del terrorismo de Estado, Matilde debió sostener las responsabilidades propias a su rol de mujer-madre, situación que muchas veces agravó las circunstancias que debieron enfrentar. Los lazos familiares y la cotidianeidad de las tareas gremiales llevó a muchos militantes -fundamentalmente a aquellos que asumieron la exposición de la acción sindical- a descuidar las pobres medidas de seguridad con las que contaban. El relato familiar sobre los tiempos previos al secuestro-desaparición de Matilde da cuenta de ello :

Después de eso mi hermana pasó a la clandestinidad aunque siempre siguió viéndose con nosotros, a pesar del riesgo que podría suponer tanto como para ella como para nosotros. Después fuimos aflojando las medidas de precaución, y yo empecé a visitarla en la casa en la que ella vivía con las nenas, con mis hijos y salíamos habitualmente, un día ella me dijo que íbamos a ir a una playa del río, en Vicente López, con un compañero de astilleros que ella había reencontrado en Buenos Aires... Según me contó mi hermana a él lo habían detenido, lo habían torturado y entre las cosas que más le preguntaban era que dijera lo que sabía de la « Rusa de mierda ».

21En este apartado, nos propusimos reconstruir, en un contexto situado -la fábrica- la trayectoria de Matilde Itzigsohn a fin de iluminar los vasos comunicantes entre el conflicto, la violencia política, y los órdenes de género en la sociedad con el objeto de aportar complejidad a las miradas sobre algunas modalidades de la represión en el período. Repusimos brevemente la trayectoria de una mujer, judía, activista sindical y política con el objeto de formular algunos interrogantes sobre este período, preguntándonos en primer término, ¿se generaron condiciones de posibilidad para modificar este no-lugar de las mujeres y ejercer un espacio/rol de representación de intereses de clase en esta fábrica ?, ¿cómo se construyó la representación de intereses -en una fábrica donde primó la praxis sindical orientada hacia la reivindicación económica- para una mujer que se encontraba separada del pulso-corazón productivo de la fábrica ? y, en un sentido amplio, ¿fue la militancia política y sindical combativa y/o revolucionaria un ámbito que permitió cuestionar algunos de los ordenes genéricos establecidos ?

22Estos primeros interrogantes fueron formulados de manera de incorporar la dimensión generizada al análisis de las relaciones socio-laborales y la conflictividad, en el marco de una investigación mayor, y como punto de partida para abordar, siguiendo esta perspectiva, la cuestión y las modalidades de la violencia-represión en la fábrica y en la región. Observamos que el lugar de no igual-compañera en una planta compuesta masivamente por varones fuertes y calificados expulsó del colectivo » a estas mujeres ante la profundización del conflicto y del enfrentamiento con la patronal profundizando su situación de otredad. Finalmente, intentamos incorporar la dimensión generizada a fin de identificar singularidades, modalidades y prácticas efectivas a la hora de disciplinar el conflicto, identificar a los actores sobre los cuales se personalizó la represión y, por último, reconstruir las temporalidades en que se desarrolló.

Ideas finales

23En este escrito nos propusimos recomponer una serie de fenómenos, hechos y la trayectoria personal de Matilde Itzigsohn en un ámbito productivo singular como el Astillero Río Santiago a fin de realizar un aporte a la construcción de elementos de interpretación más generales sobre la violencia política y de avance represivo en el período previo y durante la última dictadura militar en la Argentina (1976-1983).

24Durante el despliegue de los procesos de lucha y organización obrera ocurrió un desorden de lo prescriptivo que profundizó las grietas y alternativas que posibilitaron una visibilización de las mujeres en este fábrica. Nuestro interés fue trazar los primeros pasos, a partir de la contextualización y de la reflexión sobre un conjunto de avances preliminares, sobre el lugar de la mujer en « lo masculino »  -el astillero y la militancia sindical- donde primaban el prestigio por el trabajo bien hecho, el dominio del oficio y la fortaleza física, elementos que no solo generaban condiciones para la representación sindical sino que eran constitutivos de la experiencia obrera y de relaciones socio-laborales generizadas entre los trabajadores.

25Identificamos, en este camino, que la praxis disciplinadora de la gerencia militar fue uno de los elementos que fortaleció un modelo más reaccionario y tradicional, que renegó de consolidar un nuevo lugar para las mujeres en la representación obrera. El peso de las concepciones de género más vinculadas a planteos patriarcales tradicionales de exclusión de la mujer del espacio fabril y de la política gremial primaron dentro del colectivo obrero hacia el final del ciclo de conflicto.

26El agravio personificado en la  « Judía Matilde »  mostró el costo de ser una mujer en el rol de representante gremial. La evidencia analizada ubicó a Matilde Itzigsohn como eje de los embates de los sectores burocráticos más violentos en el astillero, desplegando una serie de agravios particulares y exacerbados, con profundas connotaciones de género y antisemitismo. La imposibilidad de separarse de aquello inherente a su condición de mujer -rol de madre, sostén económico, relaciones familiares, solidaridad con un trabajador/delegado que había sido secuestrado- fueron algunos de los elementos que potenciaron las redes represivas sobre aquellas mujeres que emprendieron alguna forma de militancia sindical y política en esta etapa. Antes y después del 24 de marzo de 1976 las formas de la persecución, detención y desaparición se entrelazaron, para potenciar su accionar y eficacia, con las redes y relaciones sociales de las fábricas, estas redes se constituyeron, además de relaciones sociales de producción, por aquellas relaciones sociales generizadas presentes en los lugares de trabajo.

Haut de page

Bibliographie

Águila, Gabriela,  « La represión en la historia reciente argentina : perspectivas de abordaje, conceptualizaciones y matrices explicativas », en Contenciosa, año I, n° 1, Rosario : 2013.

Alonso, Luciano,  « Las violencias de Estado durante la última dictadura argentina : problemas de definición y análisis histórico », en Ansaldi, Waldo, Giordano, Verónica (comp.), América latina : tiempos de violencia, Buenos Aires : Ariel, 2014. pp. 191-213.

Andújar, D’Antonio, Domínguez, Grammático, Gil Lozano, Pita, Rodríguez y Vasallo (comp.), Historia, género y política en los ‘70, Buenos Aires, Feminaria, 2005.

Barragán, Ivonne, « Prácticas empresariales y conflictividad obrera. el caso de un astillero estatal. Astillero Río Santiago (1973-1976) », en Anuario digital, n° 25, Rosario : Universidad Nacional de Rosario-CONICET, 2013. pp. 295-312.

Barragán, Ivonne,  « 'Para el bien de la nación' gestión militar de empresas estatales, prácticas de integración y represión de la fuerza de trabajo desde la perspectiva de caso. El Astillero Río Santiago 1973-1976 », en Avances del Cesor, ISHIR -CONICET- UNR. n° 10, Rosario : 2013. pp. 53-72.

Barragán, Ivonne, Rodríguez, Florencia, « Clase, género, politización y violencia. Los casos del Astillero Río Santiago y Propulsora Siderúrgica 1974-1975 », en Revista de Estudios marítimos y sociales, n° 5, Mar del Plata : Universidad Nacional de Mar del Plata, 2013. pp. 43-54.

Basualdo, Victoria, « Complicidad patronal-militar en la última dictadura argentina. Los casos de Acindar, Astarsa, Dálmine Siderca, Ford, Ledesma y Mercedes Benz », en Engranajes, suplemento especial, Buenos Aires, 2006 (ver : http://www.riehr.com.ar/detalleInv.php ?id =7).

Caffaso, María, Astillero Río Santiago, Buenos Aires, AFNE, 2004.

Frassa, Juliana, « Mercados internos de trabajo y relaciones laborales. la gestión del trabajo en una empresa estatal argentina en contextos de precarización », en GTP. Gestión de las personas y tecnologías, n° 7, Santiago de Chile : Universidad de Santiago de Chile, 2010. pp. 6-19.

James, Daniel, Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina, 1946-1976, Buenos Aires, Siglo XXI, 2006 (ver : http://www.revistas.usach.cl/ojs/index.php/revistagpt/article/viewFile/650/614).

Jelin, Elizabeth, « Conflictos laborales en la Argentina. 1973-1976 », en Revista mexicana de sociología, Año XL, vol. XL. nº 2, 1978.

Lobbe, Héctor, La guerrilla fabril. Clase obrera e izquierda en la coordinadora de zona norte del Gran Buenos Aires (1975-1976), Buenos Aires : RyR, 2009.

Lorenz, Federico,Aalgo parecido a la felicidad. Una historia de la lucha de la clase trabajadora durante la década del setenta, Buenos Aires, Edhasa, 2013.

Montes, José, Astillero Río Santiago. Su historia y lucha relatada por sus trabajadores, Buenos Aires, La Verdad Obrera, 1999.

Rodríguez, Florencia, « ¿ Masculinidad clasista ? Aportes a un debate abierto en el campo de la historia latinoamericana contemporánea », ponencia presentada en Fazendo gênero, agosto de 2010, Río de Janeiro.

Schneider, Alejandro, Los compañeros. Trabajadores, izquierda y peronismo 1955-1973, Buenos Aires : Imago Mundi, 2005

Torre, Juan Carlos, El gigante invertebrado. Los sindicatos en el gobierno, argentina 1973-1976, Buenos Aires : Siglo XXI, 2004.

Werner y Aguirre, Insurgencia obrera en la argentina, 1969-1976. Clasismo, coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda, Buenos Aires : IPS, 2007.

Haut de page

Pour citer cet article

Référence électronique

Ivonne Barragán, « Matilde Itzigsohn, violencia y represión »Amerika [En ligne], 11 | 2014, mis en ligne le 25 décembre 2014, consulté le 10 novembre 2024. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/amerika/5661 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/amerika.5661

Haut de page

Auteur

Ivonne Barragán

Universidad de Buenos Aires
ivobarragan@yahoo.com.ar

Haut de page

Droits d’auteur

CC-BY-SA-4.0

Le texte seul est utilisable sous licence CC BY-SA 4.0. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont « Tous droits réservés », sauf mention contraire.

Haut de page
Rechercher dans OpenEdition Search

Vous allez être redirigé vers OpenEdition Search