Navigation – Plan du site

AccueilNuméros9Comptes-rendusSciences socialesSilvia Rivera Cusicanqui, Violenc...

Comptes-rendus
Sciences sociales

Silvia Rivera Cusicanqui, Violencias (re)encubiertas en Bolivia

Santander, Otramérica, 2012
Luis Martínez Andrade
Référence(s) :

Silvia Rivera Cusicanqui, Violencias (re)encubiertas en Bolivia,

Santander, Otramérica, 2012.

Entrées d’index

Géographique :

Bolivie
Haut de page

Texte intégral

1El interés suscitado por los cambios políticos, sociales y culturales que se están experimentando en América Latina da cuenta de la necesidad –frente a la catástrofe neoliberal– de repensar otros paradigmas de sociabilidad, esto es, concebir otras formas de organización y relación social. Sin embargo, es importante no caer en la trampa de la apología ingenua ni mucho menos en el derrotismo fatalista. Efectivamente, América Latina y el Caribe han cargado por más de cinco siglos la pesada estructura de “la colonialidad del poder”. Dicha estructura, se ha transfigurado conforme al deslizamiento de los paradigmas (u horizontes) coloniales : siglos XVI-XVII (mundo hispánico y lusitano), siglo XIX (Francia, Inglaterra, Alemania principalmente), siglo XX (Atlántico Norte). En ese sentido es de importancia capital identificar las estructuras socio-históricas que restringen o delimitan el margen de acción de los pueblos y de las comunidades que luchan por una transformación radical. Reconocer “la estructura colonial de larga duración” no significa desconocer la potencialidad de la praxis.

2Compuesto por seis capítulos que datan de los años noventa y acompañado por una excelente introducción de Sinclair Thomson, el libro Violencias (re) encubiertas en Bolivia de la socióloga de origen aymara Silvia Rivera Cusicanqui representa una valiosa muestra de la contribución que el pensamiento social latinoamericano en clave decolonial aporta a las ciencias sociales. Si bien los artículos compilados fueron redactados hace más de dos décadas, la problemática que ellos abordan no ha perdido actualidad. Lejos estamos de una sociología “del evento”, donde la reflexibilidad –para decirlo como Pierre Bourdieu– suele estar ausente o, para decirlo en términos de Walter Benjamin, de una historia “positivista” donde la mirada del historiador se compromete con la visión de los vencedores. Al contrario, la obra de Rivera Cusicanqui tiene la cualidad de ser como una brújula que nos evita perdernos dentro de la oscuridad de esta “modernidad realmente existente”. Sus reflexiones contienen elementos críticos que no se restringen solamente al análisis de la región andina sino que también nos permiten entender la formación socio-económica y político-cultural de América Latina en general y de Bolivia en particular.

3La hipótesis central de la obra, en palabras de la propia autora, “es que en la contemporaneidad boliviana opera, en forma subyacente un modo de dominación sustentado en un horizonte colonial de larga duración, al cual se han articulado –pero sin superarlo ni modificarlo completamente– los ciclos más recientes del liberalismo y el populismo. Estos horizontes recientes han conseguido tan sólo refuncionalizar las estructuras coloniales de larga duración, convirtiéndolas en modalidades de colonialismo interno que continúan siendo cruciales a la hora de explicar la estratificación interna de la sociedad boliviana, sus contradicciones sociales fundamentales y los mecanismos específicos de exclusión-segregación que caracterizan la estructura política y estatal del país y que están en la base de las formas de violencia estructural más profundas y latentes” (p. 45).

  • 1Pacha = tiempo-espacio ; kuti = vuelta, turno, revolución. Como muchos conceptos andinos, pachakut (...)

4Rivera Cusicanqui echa mano de diversas disciplinas (historia, sociología, literatura, semiótica, entre otras) para desentrañar el núcleo duro del “colonialismo interno”, y para ello se apoya además en los aportes de González Casanova, de Frantz Fanon, de Flores Galindo y de René Zavaleta, con la finalidad de develar las contradicciones no-coetáneas que se han expresado en los tres horizontes que la autora identifica como : a) el horizonte colonia, b) el horizonte liberal y c) el horizonte populista. Para la autora, el “colonialismo interno” opera como una estructura de habitus –en el sentido que Bourdieu daba al término–, esto es, como historia incorporada por los sujetos. En el análisis de los mecanismos de dominación (simbólicos, materiales e históricos), Rivera Cusicanqui identifica “la ilusión del mestizaje” como constructo ideológico hegemónico patriarcal y colonial que intenta ocultar las contradicciones anidadas desde el Pachakuti1 de 1532. Por consiguiente, el mestizaje no es celebrado como un exitoso abigarramiento de identidades disímiles sino como un constructo ideológico que permite la consolidación de una estructura jerárquica somática y culturalmente determinada.

5Un elemento interesante que merece ser destacado en el análisis de Rivera Cusicanqui es la diversidad de temporalidades que observa en los procesos tanto de corta como de larga duración. La temporalidad lineal o vacía de la modernidad capitalista (E. Bloch y W. Benjamin) es diametralmente opuesta al tiempo del peligro expresado en el Pachakuti de los movimientos de emancipación. De ahí que, la autora rescate el valor del ciclo rebelde de 1780 a 1782 representado en las rebeliones de José Gabriel Tupaq Amaru y de Julián Apasa Tupac Katari, posteriormente en la Federación Obrera Local, en el Sindicato Femenino de Oficios Varios y en la Federación Obrera Femenina –de tendencias anarquistas–, en la corriente katarista de los albores de los años 80s y, por supuesto, en la Marcha de indígenas de 1991 que exigía Territorio y Dignidad. Precisamente, la atención prestada a los diversos movimientos populares muestra la capacidad de la autora de identificar diferentes posibilidades de ruptura con el continuum de la historia. En ese sentido, esta obra conjuga el análisis de las formas de dominación con las estrategias de resistencia logrando de esta manera un cuadro socio-histórico donde el conflicto no es enmascarado.

  • 2 “En su versión inicial inscrita en la tristemente célebre Ley de Exvinculación de 1874, dictada por (...)

6De la misma manera, Rivera Cusicanqui analiza las diferencias entre la democracia liberal y la democracia del ayllu (célula básica de organización andina) en la región del Norte de Potosí con la finalidad de mostrar la tensión entre dos tipos de racionalidad (p. 164). Al abordar dichas racionalidades, la autora denuncia los diversos métodos empleados, que van desde la conquista hasta la “ciudadanización” pasando por la Ley de Exvinculación de 18742, para lograr la homogeneización forzada de los pueblos indígenas. En otras palabras, a través del “mito del mestizaje” y de la construcción discursiva e ideológica del “ciudadano” los pueblos indígenas fueron excluidos del espacio público. Incluso, parte de la izquierda llegó a reproducir los mismos estereotipos racistas y sexistas dando como resultado un sistemático aislamiento de los indígenas. Al respecto, la autora hace un balance del Segundo Congreso de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos del Norte de Potosí (FSUTCNP) celebrado en 1983 donde el clientelismo como “dominación patrimonialista estatamental” (p. 174) se hizo presente. Sobre las formas de resistencia de las comunidades, la socióloga observa la potencialidad del sistema de parentesco indígena prehispánico el cual es bi-lateral y bi-lineal que permitió a las mujeres a través del panaka, espacio de poder mucho más democrático que el impuesto por la colonización y la democracia liberal, una complementariedad con el ayllu. Por otra parte, el término lari (tío pero también extraño) da cuenta de la capacidad de “extrañamiento hacia el otro” o “de la experiencia de exterioridad” –para emplear la bella expresión del filósofo Enrique Dussel– en el plano ontológico de visión de mundo de los pueblos andinos. Notamos pues una diferencia radical en la ética y en la concepción política que dista del sangriento ego conquiro propio de los conquistadores hispanos y lusitanos del siglo XVI.

7Además, el compromiso ético con las víctimas de la “modernidad realmente existente” y la tendencia libertaria de la autora le permiten establecer vasos comunicantes entre las luchas de los indígenas y las de las feministas. Planteándose una ruptura con la versión “falogocéntrica” del Sujeto de la modernidad (p. 235), Rivera Cusicanqui subraya la dinámica que subyace entre la occidentalización y la patriarcalizacion de los sistemas de género, es decir, la lógica que sigue la matriz cultural e ideológica de los horizontes coloniales para reducir a los pueblos indígenas y a las mujeres a un nivel subalterno. No es fortuito que la marginalización de las mujeres en las formas de organización tanto públicas como en el sindicato hayan reforzado la “colonialidad interna” en América Latina.

8Violencias (re) encubiertas en Bolivia desmonta todo el andamiaje ideológico con el que las élites criollas y mestizas tratan de “enmascarar” los diferentes mecanismos de dominación que les ha permitido “deshumanizar” a los pueblos indígenas. Conceptos como “violencia estructural” o “código metafórico de la violencia” son empleados precisamente para revelar y exhibir las diferentes dimensiones (socio-históricas, políticas, económicas, ontológicas, etc.) donde un régimen de opresión se ejerce.

9Sostenemos, por tanto, que la lectura de esta obra es fundamental para entender las raíces no sólo de la sociedad boliviana sino de la mayoría de las sociedades latinoamericanas, para comprender sus desatinos y desafíos y, por supuesto, para esbozar “la emergencia de una utopía compartida”. Utopía que será concreta o no será.

Haut de page

Notes

1Pacha = tiempo-espacio ; kuti = vuelta, turno, revolución. Como muchos conceptos andinos, pachakuti puede tener dos sentidos divergentes y complementarios (aunque también antagónicos en ciertas circunstancias) : el de catástrofe o el de renovación”. Rivera Cusicanqui, op.cit. p. 52.

2 “En su versión inicial inscrita en la tristemente célebre Ley de Exvinculación de 1874, dictada por el gobierno de Tomás Frías, el único “derecho” ciudadano reconocido a los varones indígenas era el de enajenar las tierras comunales, que luego les eran arrebatadas compulsivamente por la acción combinada de latifundistas, ejército y cuadrillas de autoridades intermedias y fuerzas paramilitares reclutadas en los pueblos mistis (…) Traducción y traición se combinaron así arteramente para el despojo de casi dos terceras partes del territorio poseído por las comunidades originarias andinas como consecuencia de la Ley de Exvinculación”, Ibíd., p. 240.

Haut de page

Pour citer cet article

Référence électronique

Luis Martínez Andrade, « Silvia Rivera Cusicanqui, Violencias (re)encubiertas en Bolivia »Amerika [En ligne], 9 | 2013, mis en ligne le 04 décembre 2013, consulté le 12 décembre 2024. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/amerika/4353 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/amerika.4353

Haut de page

Auteur

Luis Martínez Andrade

Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales

Articles du même auteur

Haut de page

Droits d’auteur

CC-BY-SA-4.0

Le texte seul est utilisable sous licence CC BY-SA 4.0. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont « Tous droits réservés », sauf mention contraire.

Haut de page
Rechercher dans OpenEdition Search

Vous allez être redirigé vers OpenEdition Search