Esto es Chile : notas de un editor independiente
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1Después de tres semanas en Francia, país donde siempre me sorprende ver colas en las cajas de las librerías, llegué –casi directo del aeropuerto– a un coloquio sobre edición independiente organizado por Constanza Symmes y Sophie Noël, del Centre Européen de Sociologie et de Science Politique de la Sorbonne-Paris, y que se llevó a cabo en el Centro GAM Gabriela Mistral, en Santiago de Chile, los días 4 y 5 de abril del presente año. Tuve la suerte de compartir la primera mesa con Anne-Marie Métailié, de Ed. Métailié, y Armando Uribe Echeverría, investigador de la Universidad de Cergy-Pontoise y editor chileno radicado en Francia. Aunque iba a hablar inicialmente sobre el aporte de las editoriales independientes a la innovación literaria, comprendí que mi intervención sería más apreciada si entregaba un contexto de la situación chilena. Primero habló Anne-Marie, quien hizo una bella e inspiradora exposición de lo que significa la independencia en Francia, y en la que curiosamente vislumbré una actitud aguerrida bastante afín a la que tenemos algunos editores independientes chilenos. Las diferencias salieron a colación con la participación de Armando Uribe Echeverría, quien hizo un sencillo paralelo comparativo entre Chile y Francia :
Francia |
Chile |
|
Q de puntos de venta de libros |
14000 |
140 |
Hab./librería |
18.300 |
161.000 |
Tiraje x título |
5000 |
500 |
2La diferencia no sólo está dada por tirajes, hábitos de lectura, etc., también por las maneras en que se desenvuelve el libro una vez que sale de la imprenta. Según contó más adelante Armando, y tal como me había contado hace un tiempo Anne-Claire Huby, de la editorial L’atelier du tilde de Lyon, después del quinto título el estado francés entrega una ayuda monetaria a la editorial. Otro “detalle” : el funcionamiento del mercado es muy diferente al chileno. Los libreros franceses compran los libros, con lo que financian a la editorial para publicar nuevos títulos. En cambio nosotros nos vemos obligados a entregar nuestros libros en consignación, es decir, a confianza. Ellos tratarán de venderlos como puedan, si pueden, y si no lo consiguen no importa tanto, pues no pagaron un peso por ellos. El otro asunto, y que expliqué como punto de cierre en el coloquio fue el hecho de que las librerías no siempre informan adecuadamente las ventas mensuales, por lo cual nos vemos obligados a entrar en una tediosa dinámica de llamar cada cierto tiempo para pedir informes, no una sino varias veces, porque como es de suponer las editoriales independientes –sin dinero para invertir en marketing y publicidad– no están dentro de las prioridades de todos los libreros. Tampoco tenemos una distribución especializada, ya que las empresas de este tipo quiebran en poco tiempo o no alcanzan a despegar : las ventas son muy bajas y el mayor cliente es el estado –algo “paradójico” según Armando Uribe, en un país netamente neoliberal–, quien compra directamente a las editoriales.
3Francamente, después de participar en dicho coloquio, estuve unos cuatros días inundado de una tristeza insondable.
4¿ Por qué pasa esto en Chile ? ¿ Por qué hay tan pocas librerías en el país ? ¿ Por qué la gente no lee ? Y también, algo que había olvidado ¿ Por qué Chile es el segundo país del mundo con el impuesto al libro más alto del globo, un 19 %, si tiene un sueldo mínimo mensual de apenas 300 euros ?
5Para ser breve, acortaré mis frases : Entre 1950 y 1969, la tasa de alfabetización en Chile aumentó del 58 % al 89 %1. Chile es en ese entonces un país libre de IVA en los libros. En 1970 resulta elegido Salvador Allende, socialista, mayor expresión de un triunfo revolucionario, ¡pero ! por la vía electoral. Allende nacionaliza varias empresas, entre ellas la Editorial Zig Zag, y la convierte en editorial Quimantú, que pasó a la historia por producir una colección de bolsillo con tirajes de 10.000 ejemplares cada uno, a precio muy reducido y con distribución a nivel nacional. En 1973 Golpe de Estado en Chile. Los militares incendian Quimantú y todos los libros considerados marxistas –como los ejemplares de un libro de biología llamado La revolución de las células–. En 1976 se decreta que el libro pagará un impuesto del 19 % en adelante –hasta hoy–. La televisión se convierte en el medio de difusión masivo, en la que sólo se transmiten contenidos aprobados por las autoridades de la dictadura. Pinochet realiza una promesa que para él viene a simbolizar el bienestar nacional : “habrá un televisor por cada 7 chilenos”. Se privatizan las empresas estatales más importantes –agua, luz, carreteras, mineras–. Miles de escritores, profesores, artistas, músicos, actores chilenos son apresados, torturados, asesinados o exiliados. Las pocas editoriales chilenas que subsisten lo hacen apenas, y publican según la aprobación o desaprobación de los militares. Entre 1980 y 1985 se ponen en práctica las medidas neoliberales más radicales del mundo : se le quita el poder al estado para dárselo a los privados, se prohíben los sindicatos, la salud pasa a ser descontada de los salarios, lo mismo las previsiones sociales, los empleadores pueden despedir sin motivos, etc. Sin embargo, se construyen edificios, se dan créditos de consumo a los trabajadores, el país parece estar bien. En 1988 plebiscito : sólo un 52 % vota en contra de Pinochet –resultado de años y años de manipulación mediática–. Un supuesto gobierno de centroizquierda asume el poder al año siguiente, del partido Demócrata Cristiano. Pinochet, el dictador, sigue siendo General en Jefe de las Fuerzas Armadas chilenas, y luego senador vitalicio. Contrario a lo que podía pensarse, los gobiernos que se suceden mantienen la política neoliberal que se había puesto en práctica durante los ochenta : las privatizaciones continúan y las políticas laborales no mejoran.
- 2 Mail de respuesta del 07 de enero de 2009. El resaltado es mío.
6Se crea el Consejo Nacional del Libro y la Lectura en 1993, como una forma de apoyar la creación artística en el país, lo que incluye a escritores y editores. Entre los años 1993 y 2003, se destinaron más de $ 11.268.000.000 (1,8 millones de euros por año) tanto para becas de creación, programas de difusión, ediciones de libros, compras de libros, actividades de fomento de la lectura, etc. etc. Año a año el presupuesto aumentó cada vez menos –proporcionalmente–. En enero de 2009, cuando se había formado la Comisión Bicentenario para celebrar los 200 años de independencia del país, les propuse –vía correo electrónico–, un proyecto llamado “Libro Bicentenario” en el que como “regalo de cumpleaños” a Chile se eliminara o redujera el IVA al libro. La respuesta fue : “lamentablemente éste no se enmarca dentro de nuestra línea de patrocinios, sin embargo puede ser compartido en nuestra galería de iniciativas ó en la galería de sueños de www.chilebicentenario.cl de manera abierta”2. En 2009 a través del colectivo con que organizamos La Furia del Libro, feria de editoriales independientes, logramos que el Consejo Nacional del Libro (CNL) agregara a todas las líneas de ayuda ya existentes una de Apoyo a Microeditoriales –es decir, editoriales independientes–. En 2010, el derechista Sebastián Piñera asumió el gobierno. Aparecieron los resultados de las ayudas al libro : no hubo ganadores de la línea de apoyo a microeditores. Después fue removida, se cambiaron las bases para favorecer a quienes tuvieran personalidad jurídica, es decir, a las empresas y no a editores independientes.
7En 2011 se comenzaron los preparativos para la participación de Chile en Guadalajara, la feria más importante de Hispanoamérica. En febrero de 2012 se nos citó a una reunión –a los mismos de la Furia del Libro– para “incorporarnos”. Se nos dijo que la intención del gobierno era mostrar a Chile como un país competitivo a nivel de “industria del libro”, pero nunca se habló de mostrar la calidad de los autores chilenos al mundo hispanoparlante. La visión del gobierno actual es completamente mercantil, aunque no alcanzan a darse cuenta de lo ridículo que es hacer competir a un país con bajísimos niveles de lectura, y bajísimos niveles de mercado, contra países que tienen una real “industria del libro”.
- 3 Cita tomada de la exposición de Armando Uribe
8El libro, entonces es un negocio. Y todo lo que quepa adentro es un negocio también. Es decir, la literatura es un negocio, otra forma de mostrar el éxito de un país como Chile a la sociedad mundial. Solamente es exitosa una literatura en cuanto logra expresar ese éxito mediante cifras de ventas. Como bien lo señaló André Schiffrin en su libro La edición sin editores, de 2001 : “actualmente impera la lógica de la máxima rentabilidad versus la misión tradicional del editor : educación y desarrollo intelectual de calidad”3, y concluye que los intereses económicos son contrarios a los intereses intelectuales. Mientras más se vende un título es más exitoso, y por lo tanto, más indispensable en la “cultura” del país. Pero ¿ qué será de un país donde sus expresiones culturales estén dadas por un mercado tan pequeño ? Porque claro, no sería problema si el mercado fuera más grande, y hubiera espacio para todos. El problema es que el mercado es ínfimo, y el actual Ministerio de Cultura decide que la forma de presentar la cultura es a través de cifras.
9Otro hecho viene a poner más difíciles las cosas para los editores independientes en Chile. A diferencia de un país como Francia, las editoriales independientes chilenas se han encargado de pagar deudas pendientes con la cultura del país : todo aquello que fue arrasado en dictadura, ha venido a renacer desde la plataforma de varias editoriales independientes. La editorial Lom, quizás la más grande y antigua de estas, creó desde los primeros años de la democracia una colección dedicada a la memoria, junto a la reedición y publicación de textos de autores que el régimen dictatorial había prohibido. Otras editoriales, La calabaza del Diablo, Pehuén, Cuarto Propio, surgieron como alternativa para encontrar las obras que otras editoriales se negaban a publicar, sobre todo en poesía, que nunca ha sido un negocio para nadie –a no ser que se trate de las obras de Neruda, claro está–.
10Si bien hay editoriales independientes que se plantean directamente como un negocio, hay otras que pretenden dar a conocer estéticas o discursos que interpelan al discurso hegemónico, y por tanto, representa una forma “rebelde”. A propósito, una última anécdota : cuando a Marcelo Montecinos –de La Calabaza del Diablo– y a mí nos presentaron a Nubia Macías, directora de la FIL Guadalajara –porque ella pidió entrar en contacto con los editores pequeños–, nos dijo “ajá, así que ustedes son los ácratas”. Somos ácratas, claro, porque queremos publicar sin importar lo que exija el mercado. Somos libres, avanzamos según nuestras lecturas, de acuerdo a lo que despierta en nuestro interior un determinado texto, no importa si su autor está vivo, está muerto, es joven o viejo, es feo o lindo. No solamente queremos hacer un producto : queremos entregar una idea. Por supuesto, no somos ingenuos ni locos, así que no vamos a suicidarnos económicamente. Publicamos libros que tienen una expectativa de interés : queremos publicar libros que lleguen a interesarle a mucha gente, porque la literatura es vida, la posibilidad de una conversación, de una comunidad, de una cultura. Hace poco tuve que pasar una experiencia ingrata : el dependiente de una librería me habló de un amigo suyo que quería darme el manuscrito de su libro de poesía. Pero por desgracia no podemos aceptar todo lo que nos ofrecen, y esa es la gran paradoja de las independientes : creamos catálogo, creamos prestigio, pero no creamos el dinero suficiente para publicar todo lo que quisiéramos.
11¿ Somos mejores personas por ser editores independientes ? ¿ Tenemos mayor altura moral que los “otros” ? No lo creo. Sólo queremos ampliar el abanico de lectura, presentar autores que sean relevantes, no porque vendan más o menos, si fuera por eso, ahora echaríamos en falta varios clásicos que en su momento fueron fracasos comerciales.
12Volviendo a las preguntas centrales de este texto : ¿ Por qué pasa esto en Chile ? ¿ Por qué hay tan pocas librerías en el país ? ¿ Por qué la gente no lee ? ¿ Por qué Chile es el segundo país del mundo con el impuesto al libro más alto del globo, un 19 %, si tiene un sueldo mínimo de apenas 300 euros ?
13Todo es parte de un círculo vicioso : estamos en un mundo donde el capital ganó la guerra hace mucho tiempo, con un poder tal que es capaz de absorberlo todo y ponerlo a su favor. Las mismas personas que deberían ejercer cargos públicos como “defensores del patrimonio cultural y literario” de un país, no hacen más que defender el patrimonio económico de los grandes grupos que posteriormente, cuando se acabe el trabajo en el gobierno, podrán ofrecer un nuevo puesto, un mejor trabajo, en reconocimiento de servicios prestados. He olvidado decir lo más importante de todo y tiene que ver con la historia de mi país : a diferencia de un país como Francia, la revolución fue organizada por la aristocracia. Históricamente los puestos importantes del poder en Chile han pertenecido a una misma clase social compuesta por una minoría absoluta, y el único momento en que eso cambió, fue “remediado” rápidamente con el más brutal de los golpes de estado que ha tenido Chile, el de 1973. En mi país –bello, único, singular– la expresión de la capacidad está dada por el dinero : quien gana más, es mejor, y no hay de otra. La superioridad intelectual en Chile no sirve de nada si no está avalada por un enriquecimiento paralelo. Nos damos perfecta cuenta de cómo se mueve el mundo, pero nos gusta jugar con otras reglas, porque es más emocionante, y al final, porque amamos la literatura mucho más de lo que amamos el dinero.
14¿ Nos hace eso mejores ? ¡ Para nada ! Pero al final del día, en lo personal, me hace sentir tranquilo. No es fácil mantener la calma en un barco que se hunde, y la vida –la literatura– es eso : un hermoso navío que empezó a hundirse apenas nacimos.
15Galo Ghigliotto
Santiago de Chile, 20 de junio de 2012
Notes
1 Fuente: http://mt.educarchile.cl/MT/jjbrunner/archives/libros/MGPP_2006/SES_IIIA_2006.pdf
2 Mail de respuesta del 07 de enero de 2009. El resaltado es mío.
3 Cita tomada de la exposición de Armando Uribe
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Electronic reference
Galo Ghigliotto, “Esto es Chile : notas de un editor independiente”, Amerika [Online], 7 | 2012, Online since 21 December 2012, connection on 04 December 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/amerika/3435; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/amerika.3435
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