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Littérature

Florencia Abbate, El grito

Xalapa, Editorial de la Universidad Veracruzana, 2010
Leticia MoraPerdomo
Référence(s) :

Florencia Abbate, El grito, Xalapa, Editorial de la Universidad Veracruzana, 2010

Texte intégral

  • 1  Título de la entrevista que Augusto Munaro le hace a la autora, pues así define ella su poética.

1El realismo delirante1 de Florencia Abbate

I. La editorial de la Universidad Veracruzana ha puesto en circulación en su reciente colección de jóvenes creadores, Entremares, El Grito, de la escritora argentina Florencia Abate. La colección que ampara esta publicación está dirigida por el reconocido crítico hispanoamericano Julio Ortega, y tiene como objetivo poner al alcance del público obras literarias inéditas o recién publicadas cuya calidad justifique su (re)edición y una distribución más accesible. Es, por tanto, una magnifica iniciativa cuyo propósito es mantener un espacio abierto a esas apuestas editoriales que constituyen la publicación de autores todavía no consagrados o de autores no muy conocidos y de escasa difusión en México y América del norte, pues editoriales como Beatriz Viterbo, Simurg, Interzona, Adriana Hidalgo o El cuenco de Plata, por mencionar algunas donde ahora mismo están publicando clásicos y posibles nuevos talentos de Sudamérica, no circulan tan fácilmente por la parte norte de las Américas. Esta situación pone de manifiesto lo que decía Altamirano en el siglo XIX : es más fácil conocer y leer a los autores hispanoamericanos en Europa que en México.

2Florencia Abbate es poeta, narradora, cronista y ensayista. Es treintañera ; estudió Letras en Argentina y el doctorado en Estados Unidos con una tesis sobre Juan José Saer. Por tanto, forma parte de esa nueva generación de escritores profesionales que tienen una trayectoria académica (doctorados) a la par de una intensa actividad en las instituciones literarias tradicionales como el periodismo. Generalmente se pueden leer sus artículos en los suplementos culturales de La Nación, Perfil, El País ; o en las revistas El porteño, Tres puntos y otras. Me dicen mis amigos argentinos que es una prolífica bloguera. Yo « sigo » sus artículos en Radar Libros, de Pagina 12 o los que publica en el Suplemento Ñ de Clarín, donde también publican Alan Pauls, Juan José Becerra, Martín Cohan, Juan Terranova, y Sergio Bizzio, los tres últimos, escritores nacidos en los setenta, como Abbate, pues ciertas publicaciones tienen la virtud de aglutinar a aquellos que comparten una sensibilidad o una misma idea acerca de la literatura. Así que no podemos decir que Abbate sea una escritora primeriza, pues ya está fogueada en los avatares de la práctica literaria con bastante éxito y, además, tiene la formación (otros dirían deformación) teórica para ser sumamente reflexiva (no que otros escritores no lo sean) en su trabajo creativo.

3El grito se publicó originalmente en 2004, bajo el sello de la prestigiosa Editorial Argentina EMECE, de difícil acceso en México. De la obra de Abbate se han ocupado los ya mencionados Julio Ortega, Juan José Becerra y otros escritores y críticos de reconocido prestigio en los círculos literarios argentinos. Asimismo, la obra de Abbate ha sido traducida al inglés y al portugués ; su segunda novela Magic Resort (2007) fue recibida con muy buena prensa y altas expectativas.

4II. Después de Amores Perros, aunque debería mejor decir después de Magnolia, de Robert Altman, nos hemos ido acostumbrando a una narración cinematográfica fragmentada que se hilvana con las historias de diversos personajes cuyas vidas se cruzan o contaminan por el azar y el designio narrativo. Al respecto, Abbate, en una entrevista, afirma que este tipo de composición azarosa como recurso para integrar un poliedro narrativo se debe a que « me resulta más estimulante crear un mundo que ofrece diversas historias, que está habitado por distintas voces, que me invita a ponerme en la piel de diferentes cuerpos y maneras de pensar y de sentir » (http://www.ecosregionales.net/​?edicion=1216¬icia=5280).

5El rompecabezas narrativo lo integran las historias de cuatro personajes provenientes de diferentes estratos de la sociedad bonaerense : El gordo Federico, quien acaba de cumplir treinta años, no tiene trabajo, y eso contribuye a un temperamento depresivo, pero mordaz y tierno. Horacio, un ex-revolucionario, mujeriego e inestable, lleno de nostalgia por un tiempo pasado, tal vez más comprometido pero no por eso más auténtico, sin embargo poseedor también de una gran conciencia social y sinceridad refrescantes. Peter, un homosexual decorador de interiores y novio del padre de Federico, ejemplo de esas nuevas subjetividades emergentes, imposibles, por ejemplo, en los tiempos que añora Horacio. Y, por último, Clara, una escultora enferma, con un pie en la tumba pero con una lucidez escalofriante. Además, el lector puede presenciar el desfile hilarante de personajes cincelados con muy pocas líneas y con una gran eficacia narrativa, y pequeños toques de humor, parodia y ternura que son el contrapunto a los monólogos de los anteriores personajes. Inolvidables son el freak, dueño de un gimnasio ; la bella, elegante, dulce y revolucionaria Mabel, madre de Federico ; Rosa, una cartonera llena de hijos, que, claro, no podía faltar en el relato de la Argentina contemporánea ; Agustín, el hermano de Federico, un manojo de nervios y puntadas dignas del diván ; y, desde luego, su odioso padre Oscar : gay, rico y torturador. Todos se unen al coro de voces de ese diciembre fatídico de 2001, que es el estallido de la crisis, una de las últimas, se entiende, el derrumbe financiero, moral y político de la Argentina de la democracia. Ese año de suicidios, quiebras y pauperización galopante es narrado desde la perspectiva de las pequeñas crisis de estos personajes, como una manera de mostrar que la crisis social que toma desprevenidos a los argentinos es resultado de esa actitud diletante, nihilista y, hasta cierto punto egoísta, que ya prevalece en la cotidianidad. La crisis del 2001, narrada como un parteaguas, pone en evidencia la erosión de ideales, valores y visión de futuro, que se habían venido gestando en el tapete social. Un espacio de creciente descomposición que no sólo trasforma y modifica la tan llevada y traída modernidad argentina, sino que da pie a la inseguridad, a la mentira galopante de simulación, al acomodo personal, en fin, a lo peor de nuestra humana condición. El truco o acierto literario es como toda esta situación desbordante se organiza verosilmente en el relato de cuatro personas, pues del sinsentido de sus malestares : la falta de acción, la soledad, la crisis de identidad, la inminencia de la muerte y la enfermad, Abbate articula un discurso intelectual (o narrativas maestras) de gran peso en el siglo XX : Rosa Luxemburgo y la idea de un socialismo posible o la tradición de la izquierda en Latinoamérica ; Andy Warhol y la pérdida del aura en el arte, pues éste no es sólo una posibilidad de liberación sino, cínicamente, también de enriquecimiento. Otra lectura podría ser el papel del escritor comprometido ; el Marqués de Sade y la liberación sexual que se comenzó a gestar justo antes de la guerra sucia cuando a los que comandaban la unión lésbica homosexual, como el reconocido escritor Néstor Perlongher, cuyo mote en los círculos de militancia era, curiosamente, Rosa Luxemburgo, no les era aceptada su participación abierta como gays dentro de la lucha social, por aquello del machismo de nuestras izquierdas. De esa lucha homosexual de compromiso, cárcel, y tortura por la búsqueda de reconocimiento e igualdad, ya olvidada en el momento presente en que se nos cuenta la historia, donde la figura del hombre gay, como dice Perlongher ha perdido su carácter abyecto y marginal y es sólo otra manera de ser políticamente correcta que deja fuera al marica y al joto, nos conduce, analógicamente, a un discurso contemporáneo de diferencia sexual y prácticas sadomasoquistas concentradas en el placer del cuerpo y por el cuerpo. En su culto. La pregunta que subyace es ¿ hay libertad o una nueva forma de abyección ? Nietzsche, es la figura intelectual que agrupa esta falta de asideros, este quiebre de las ideologías.

6Por medio de la división de la novela en cuatro capítulos, entonces, Warhol, Luxemburgo, Marat-Sade y Nietzsche, Abbate encuentra una fórmula narrativa novedosa para poner a prueba, deshacer y rehacer los discursos articuladores de las ideologías dominantes en el siglo XX. La autora, sin aspavientos y con suave maestría permite que se cuele en la novela, así como si nada, el discurso de las izquierdas latinoamericanas : trotskos, maoístas, montoneros, marxistas leninistas ; la cultura popular junto a la comercialización creciente de modos de vida, donde la proliferación de galerías es sólo un ejemplo. Si el divorcio y la convivencia gay son muestra de las nuevas sociabilidades que componen el tapete social de « la crisis », su tácita aceptación durante los tiempos de ese parteaguas pone al descubierto que los discursos articuladores que antes las prohibían tanto como los de la modernidad, y los sueños revolucionarios por los que se daba la vida, no son mas que ideas que se quedaron en el camino como se van dejando las cosas que ya no sirven. Así, una atmosfera peculiar emerge de estas historias, producto de ese ir y venir del recuerdo a la situación presente no exenta de autoparodia e ironía, salpicada de comentarios políticos, existencialistas y psicológicos, lo cual tampoco podía faltar en una sociedad que es de las que más asiste al diván del psiquiatra. Esta atmósfera no es sólo melancólica, angustiante, amenazante, sino simplemente un estado de animo muy contemporáneo, de crítica velada y resentimiento que nos revela una falta de ideales, de creencias, de futuro ; es la catástrofe, el caos y la soledad. Un estado de paroxismo donde una cosa y su contraria, son posible porque todo vale. Estado de cosas narrado con gran sencillez, economía narrativa y un lenguaje preciso.

7III. « Realismo delirante », es la manera en que Abbate denomina a esta sensibilidad alucinante que, a su vez es compartida con otros escritores geniales como Sergio Bizzio, Martín Kohan, o Sergio Chejfec y parece ser la respuesta a nuestra época. Leer a Abbate es, de cierta manera, pensar en México ahora, es entender un poco la apatía en que nos movemos, la falta de ideales, la actitud un tanto hedónica y despreocupada de muchos sectores sociales.

8Al retrato de este desplome de utopías, incertidumbre y fragmentación que prevalece en un buen número de novelas la crítica lo ha clasificado como elemento estructurador de la novela posmoderna. Sin que exista un acuerdo sobre qué entender o agrupar bajo este concepto, lo que se ve en un grupo de novelas escritas por jóvenes narradores y su uso de técnicas poliédricas o como Abbate afirma, corales, de narrar, sí deja constancia de que no hay un discurso unificador, si es que alguna vez lo hubo, ya que la indeterminación y la falta de asideros, es la moneda de nuestro tiempo. No sólo como actitud vital en algunos personajes, sino en la manera en que se trasmite esa actitud es que podemos hablar de una radiografía emocional de nuestros tiempos. Varios narradores, como Abbate, recurren a la fragmentación : cuentos que al cruzarse trazan una historia común o social, historias individuales que se unen para crear una novela sobre una ciudad X, pero que en el hilvane que teje la macroimagen nos permite a nosotros, los lectores, ser testigos de la diversidad sexual, de los problemas de clase social e ideología que afectan grandemente la pugna entre generaciones, de la falta de vínculos humanos en el sentido tradicional del término, lo que tal vez signifique que estamos ante novelas que intentan configurar simbólicamente lo que bien pueden ser nuevas subjetividades y sociabilidades, nuevas estructuras de sentimientos. La propuesta de la autora se asemeja a lo que afirma la escultora Clara, personaje agónico de su novela : « Yo trataba de percibir la voz de una forma que grita dentro del material ». En esa búsqueda formal que es también una indeterminación entre situaciones emergentes y tradicionales se verifica el verdadero realismo delirante como la autora lo denomina : impersonal, mediático, vertiginoso, fragmentado, consumista. Juan José Becerra afirma : « Los libros de Abbate revelan las múltiples capas que estructuran los vínculos humanos actuales, en una era de constantes cambios. Su literatura es un audaz espejo que pone al descubierto con objetividad las deficiencias de la moral contemporánea » (http://www.florenciaabbate.com.ar/​libros.php). ¿ Son deficiencias ? ¿ O son estructuras de sentimientos que no caben en la éticas de compromiso de los 60´s y responden, más bien, a las exigencias morales de un presente que no se contempla en comunidad sino dolorosamente individual ? No lo sé, lo cierto es que en la obra de Abbate ustedes encontrarán una mirada lúcida y desorbitarte de todas las instituciones, una violencia sin aspavientos que se traduce en relato casual y alucinante de un exguerrillero golpeado por una de sus mujeres, descrito con un verdadero trabajo artesanal de la palabra. Pequeñas escenas de la vida cotidiana que dan lugar a grandes transformaciones ; trivialidades de todos los días que afectan grandemente los sentimientos y las mentalidades de los personajes y sin saber por qué, éstas repercuten con fuerza en lo social. El hallazgo de un tono preciso para contar estas singularidades se da a través de la primera persona. Dice la autora : « Desarrollo ese estilo porque es la manera en que a veces se me presenta la realidad, bajo la forma en que todo parece un delirio dramático. Y de esa misma manera tiendo a percibir el contexto en el que vivo la mayor parte de mi tiempo, es decir, la Argentina, y más específicamente Buenos Aires. » (http://www.ecosregionales.net/​?edicion=1216¬icia=5280).

9Abbate nos prueba que la literatura, amen de ser amena y una propuesta estética verbal, sí puede hacer un claro ajuste de nuestra realidad, un claro ajuste entre la experimentación y las formas clásicas de narrar, entre la búsqueda formal y el viejo encanto de narrar una historia, así, sin concesiones : contar un cuento. Y ese espejo cóncavo y deformante, pero lleno de destellos luminosos, que es la novela nos puede servir a nosotros para reflexionar sobre nuestro país, nuestros jóvenes, nuestro futuro, nosotros mismos. Si esta no es una razón suficiente para correr a comprarla, les aseguro también que se reirán, se harán preguntas y ni se darán cuenta cuando ya han terminado de leerla. La recomiendo ampliamente.

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Bibliographie

Abbate, Florencia. El grito. Col. Entremares,Xalapa : Editorial de la Universidad Veracruzana, 2010.

Becerra, Juan José. « Los libros de Florencia Abbate ». Suplemento Ñ, Clarin. en http://www.florenciaabbate.com.ar/libros.php. Acceso 14 dic. 2011.

Munaro, Augusto. « El realismo delirante de Florencia Abbate » Diario Ecos Regionales (30 de agosto 2007) : (http://www.ecosregionales.net/?edicion=1216&noticia=5280 ). Acceso 14 dic. 2011

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Notes

1  Título de la entrevista que Augusto Munaro le hace a la autora, pues así define ella su poética.

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Pour citer cet article

Référence électronique

Leticia MoraPerdomo, « Florencia Abbate, El grito »Amerika [En ligne], 6 | 2012, mis en ligne le 15 juin 2012, consulté le 19 février 2025. URL : http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/amerika/2949 ; DOI : https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/amerika.2949

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Auteur

Leticia MoraPerdomo

Universidad Veracruzana

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Droits d’auteur

CC-BY-SA-4.0

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