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Comptes-rendus

Juan Pablo Villalobos, Fiesta en la Madriguera

Barcelona, Anagrama (Narrativas hispánicas), 2010
Teresa García Díaz
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Juan Pablo Villalobos, Fiesta en la Madriguera, Barcelona, Anagrama (Narrativas hispánicas), 2010

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1Tristemente, en los últimos tiempos, los mexicanos hemos adquirido una fuerte presencia en el mundo de la violencia. Cada mañana aparecen en periódicos y en los telediarios secuestrados, baleados, cabezas, cuerpos fragmentados, descabezados. La suma de pérdidas humanas –soldados, policías, civiles, narcotraficantes– se incrementa escandalosamente. El asesinato se ha vuelto un espectáculo cotidiano, una puesta en escena donde la impunidad y el absurdo dominan todo.

2Por suerte, aun de lo más oscuro el ser humano puede hacer surgir la luz, y el arte logra que algunas plumas adquieran prestigio incluso en medio de la narcoviolencia, en un contexto donde la vida está en peligro y las circunstancias de muerte de cualquier persona se exponen brutalmente a los ojos de todos. El mexicano Juan Villoro, ganador del premio internacional de Periodismo Rey de España, en su categoría del galardón Iberoamericano, por su reportaje “La alfombra roja del terror narco” (1 de febrero de 2009, Periódico de Catalunya), apunta:

El narcotráfico suele golpear dos veces: en el mundo de los hechos y en las noticias donde rara vez encuentra un discurso oponente. La televisión acrecienta el horror al difundir en close-up y cámara lenta crímenes con diseño “de autor”. Es posible distinguir las “firmas” de los cárteles: unos decapitan, otros cortan la lengua, otros dejan a los muertos en el maletero del automóvil, otros los envuelven en mantas. A veces, los criminales graban sus ejecuciones y envían videos a los medios o los suben a YouTube después de someterlos a una cuidadosa posproducción. La mediósfera es el duty-free del narco, la zona donde el ultraje cometido en la realidad se convierte en un “infomertial” del terror.

3El 7 de mayo de 2010 en El País de España, Javier Rodríguez Marcos reseñaba el Festival de la palabra en Puerto Rico, donde cinco escritores debatían “Bajo el boom de los narcolibros”. El que se realice un evento dedicado a la narcoliteratura, donde se cree que “Los capos del narcotráfico han sustituido a los dictadores en la literatura latinoamericana”, es un indicador de lo que pasa en el mundo. Entre los escritores mexicanos, Élmer Mendoza es el estandarte de esta literatura.

4En medio de esa desastrosa realidad y sus reflejos en todos los ámbitos, alegra que llegue a nuestras manos la novela Fiesta en la madriguera del mexicano Juan Pablo Villalobos (Anagrama). El narcotráfico es su telón de fondo y a pesar de la violencia subyacente no es un texto moralista. En el ABC.es del 9 de junio, en la reseña a su primera rueda de prensa en Cataluña, Villalobos expresa: “Intenté escribir una historia sin moralismo sobre un tema al que le sobran los moralismos”.

5En tres capítulos y tan sólo 67 páginas, conoceremos la infancia de Tochtli por su propia voz. Un pequeño huérfano de madre que vive con el padre narcotraficante se arrulla con el Diccionario y no con un oso de felpa, porque debe ser “bien macho”. Además del padre, su familia es la servidumbre y los vigilantes que protegen su “madriguera”, en un palacio-casa aislado del mundo, que constituye su microcosmos vital. Seremos testigos de un proceso de iniciación que evidencia algunos lastres mexicanos como el resentimiento, el machismo, el valor de las apariencias, y algunas otras situaciones vergonzosas que suelen perfilarnos, y que se perciben en todos sus matices cuando se ven desde fuera.

6Villalobos asume su esencia mexicana, pero observa y describe a los mexicanos con los pies desde la otra orilla, pues reside en Barcelona desde hace siete años; nos muestra una realidad que duele y hace reír. La parte menos clara de nuestra mexicaneidad, un contexto donde no se valora el conocimiento o la calidad humana, sino la riqueza y las influencias, o bien los vínculos con la gente en el poder. Muchos mexicanos viven en la apariencia, como Yolcaut -serpiente de cascabel-, el padre del protagonista. A medida que se desarrolla la trama, el niño va develando lo oculto y descubriendo las mentiras en que lo envuelven los adultos, nos comparte la verdad de su mundo y, sobre todo, de su padre.

7Lo mexicano se manifiesta además en la alimentación y en la nominación de los protagonistas, provenientes del náhuatl, salvo Cinteotl. Las alusiones al pozole, guiso con maíz y cabeza de cerdo, quizá refieran además al pozolero, un narcotraficante que deshacía en soda cáustica los cuerpos de las víctimas. Tochtli describe la cabeza del cerdo flotando en el caldo y hace con humor negro la analogía con las cabezas de los humanos. La voz de Tochtli enternece y hace reír, nunca agrede. La canción del rey, la mejor descripción del mexicano, no podía salpimentar mejor la trama, además de posicionar el lugar del padre en el mundo del narcotráfico.

8En una novela inclasificable, se nos recrea un mundo del todo verosímil, donde por su protección no pueden llevar al pequeño al zoológico y le construyen uno en casa; donde  Tochtli lleva la cuenta de la veintena de personas que ha conocido, entre las cuales hay varios cadáveres; donde los leones se comen a las víctimas y hay una habitación para las armas.

9Un viaje a la búsqueda de dos hipopótamos de Liberia y “la fiesta en la madriguera” que está por iniciarse le dan un carácter festivo a lo violento de la atmósfera; como cuando  habitualmente el niño y el padre juegan a imaginar un número determinado de balazos en un parte del cuerpo humano y las consecuencias de los mismos, que van desde la uña del dedo chiquito hasta el corazón.  

10No es sólo en el joven protagonista y en su temprano descubrimiento de las vicisitudes de la  vida, sino en su forma de narrar donde Villalobos consigue aligerar, incluso a la muerte, lo más pesado de la vida. Fiesta en la madriguera, a través de un lenguaje conciso; un humor muy fino; sólo tres adjetivos en la novela: patético, nefasto y sórdido, le son suficientes a Tochtli para narrar; un contexto donde priva la violencia, la crueldad y lo absurdo; nos regala divertimento y reflexiones profundas sobre las complejidades que enfrenta un niño al insertarse en el mundo actual.

11Proliferan en el texto las imágenes visuales, que recuerdan a las caricaturas en la fluidez de lo sucedido y en los contrastes que presenta, además de la naturalidad con que el protagonista asume todo. El lector cree ver al niño jugar, acomodando su colección de sombreros, disparando con la pequeña pistola que sustrajo del cuarto de las armas, las noventasesentarevienta –las novias del padre- que sólo comen lechuga, al pequeño concentrado en su diccionario para olvidarse de los calambres que siente en el estómago al somatizar su orfandad.

12El pequeño es un adelantado, un genio, sumamente curioso, y lo atrae un enigma, un misterio que lo preocupa. Al descubrirlo, como no soporta la mentira, decide enmudecer, pues le asquea el mundo de los adultos. Se rebela, al igual que Oskar Matzerath en El tambor de Hojalata de Gunter Grass, cuando decide dejar de crecer a los tres años porque repudia el mundo de los adultos.

13Tochtli el protagonista y narrador, merece ya formar parte de una extraña pero valiosísima familia literaria, de grandes pequeños que conocen el mundo rodeados de las cargas más intensas u oscuras de los seres humanos: Macario de Juan Rulfo en la demencia yun erotismo bajo la sordina de la inocencia o infancia; Oskar Matzerath de Gunter Grass, en la soledad y lo grotesco del mundo de los adultos; Giusseppe de Elsa Morante, en su fragilidad e indefensión en medio de la Segunda Guerra Mundial; Michillino de Andrea Camilleri en el fanatismo religioso y su erotismo.

14Juan Pablo Villalobos entra al mundo literario pisando fuerte con Fiesta en la madriguera. Es un libro que hay que leer por su gran valor estético, su excelente tono humorístico. Por la claridad que nos propone Villalobos en lo más oscuro del presente.

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Para citar este artículo

Referencia electrónica

Teresa García Díaz, «Juan Pablo Villalobos, Fiesta en la Madriguera»Amerika [En línea], 2 | 2010, Publicado el 18 diciembre 2011, consultado el 14 diciembre 2024. URL: http://0-journals-openedition-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/amerika/1146; DOI: https://0-doi-org.catalogue.libraries.london.ac.uk/10.4000/amerika.1146

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Autor

Teresa García Díaz

Universidad Veracruzana

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